Cese el fuego
de Jacobo Arenas, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo. Una visión no oficial dela historia moderna de Colombia y de las FARC
de Jacobo Arenas, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo.
Una visión no oficial dela historia moderna de Colombia y de las FARC
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Para proyectar nuestra política y nuestra actividad militar y alistarnos en todo sentido para cuando<br />
llegue <strong>el</strong> momento en que las masas populares desengañadas de la política betancuriana que no dio<br />
solución a las inquietudes d<strong>el</strong> pueblo, logren enrumbarse por los caminos d<strong>el</strong> cambio real que será<br />
la Revolución.<br />
En en este momento, precisamente cuando c<strong>el</strong>ebramos <strong>el</strong> 20 Aniversario de las FARC, la lucha de<br />
masas en Colombia asume nuevas dimensiones. La revista "Semana" d<strong>el</strong> 5 de marzo de 1984<br />
registra así lo nuevo de la situación en <strong>el</strong> país:<br />
"Muertos, hu<strong>el</strong>gas, paros, piedras. Intensa agitación laboral y paros cívicos generalizados parecieron<br />
mostrar que la paciencia de amplios sectores de la población se está agotando".<br />
"Mientras <strong>el</strong> país entero, esperanzando por las renovadas conversaciones de paz, estaba pendiente<br />
d<strong>el</strong> momento en que la guerrilla depusiera las armas, <strong>el</strong> conflicto estalló por otro lado. Con<br />
intensidad no vista antes durante este gobierno, sindicatos, movimientos cívicos y movimientos<br />
populares pusieron a no menos de dos millones de colombianos en pie de lucha...<br />
"Aparte d<strong>el</strong> paro cívico masivo de Antioquia y Nariño, <strong>el</strong> Ministerio d<strong>el</strong> Trabajo debió enfrentar<br />
unos 25 conflictos simultáneos. Por primera vez la situación pareció salirse de las manos d<strong>el</strong><br />
Gobierno y <strong>el</strong> saldo dejado por las jornadas de protesta fue de ocho muertos".<br />
En realidad la movilización y la protesta aquí reseñada envolvió 50 municipios d<strong>el</strong> oriente y <strong>el</strong> sur<br />
oeste de Antioquia, en Nariño, en Bucaramanga y Tunja comenzando como protesta contra los<br />
malos servicios públicos y las altas tarifas, y terminando con la lucha de barricadas y<br />
enfrentamientos de la población con la fuerza pública, que se convierten en colisión política, en<br />
salto de calidad de la lucha de masas.<br />
A lo anterior se agrega <strong>el</strong> Decreto de Estado de Sitio para cuatro departamentos, Huila, Caquetá,<br />
Meta y Cauca, como aparente respuesta a la toma de Florencia por <strong>el</strong> M-19, pero en realidad, para<br />
responder a la acción revolucionaria de las masas en todo <strong>el</strong> país.<br />
Esto pone en evidencia la enorme significación revolucionaria d<strong>el</strong> trabajo urbano, la urgencia de<br />
organizar una verdadera red nacional que eche los cimientos d<strong>el</strong> futuro movimiento de las FARC en<br />
las ciudades para cuando, llegado <strong>el</strong> momento, entre a jugar <strong>el</strong> rol que le corresponde.<br />
El informe sobre <strong>el</strong> <strong>Cese</strong> al Fuego, Tregua y Paz, despertó en los plenarios enorme interés y en<br />
torno de él, <strong>el</strong> Pleno oyó planteamientos serenos, profundos y de extraordinario contenido político.<br />
Ese documento compila experiencias valiosas en cuanto al manejo hábil de la política<br />
revolucionaria que comienza así:<br />
Cuando la "Operación Guayabero" en 1981, hicimos nuestro primer pronunciamiento en r<strong>el</strong>ación<br />
con la amnistía Turbay-Camacho Leyva, la rechazamos y dijimos que <strong>el</strong> problema de las guerrillas<br />
lo vinculábamos a los grandes problemas d<strong>el</strong> país y d<strong>el</strong> pueblo colombiano.<br />
Luego vino la Amnistía de Bétancur cuyo espíritu y letra fueron y son distintos. Dijimos que<br />
considerábamos la Amnistía de Bétancur como algo tan importante que la transformaríamos en un<br />
instrumento de movilización de opinión y movilización de amplias masas para la lucha por una<br />
verdadera, estable y duradera paz en Colombia, que no es solo la paz entre <strong>el</strong> Ejército y las<br />
guerrillas, sino la paz sin hambre, sin violencia, con trabajo para todos, con libertades y sin<br />
militarismo, para la plena vigencia de la democracia y <strong>el</strong> progreso independiente de la nación.<br />
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