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Cese el fuego

de Jacobo Arenas, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo. Una visión no oficial dela historia moderna de Colombia y de las FARC

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El Secretariado tiene un permanente intercambio epistolar, con importantes personalidades de la<br />

vida nacional, y sería bueno que ustedes conocieran algunas de las cartas que nos muestran, cómo<br />

se mueven los problemas tras las bambalinas d<strong>el</strong> poder:<br />

El 30 de mayo, nos escribían "Hay que señalar, que no todo es unanimidad en <strong>el</strong> gran capital. Así<br />

por ejemplo, se supo que Julio Mario Santodomingo rechazó <strong>el</strong> homenaje que Ardila Lulle en<br />

acuerdo con <strong>el</strong> Grupo Grancolombiano, ofreció al Mindefensa y a las FF.AA. Envió una enérgica<br />

misiva al señor Ardila Lulle. El mismo Presidente no asistió al acto a pesar de que las invitaciones<br />

decían 'Con asistencia d<strong>el</strong> Presidente de la República'. Al día siguiente. Fue en cambio, a la Escu<strong>el</strong>a<br />

Superior de Guerra y allí pronunció una conferencia interesante: la dedicó casi enteramente a<br />

demostrar la conveniencia de la política internacional de los No Alineados que, como es bien<br />

sabido, tiene opositores fuertes en ese auditorio".<br />

El 8 de junio, nos escribieron a propósito de una reunión de la Comisión de Paz: "Los trabajos de la<br />

Comisión de Paz van mejor que antes. La primera reunión que se hizo después de la renuncia de<br />

Otto Morales Benítez, reanimó a todo <strong>el</strong> mundo y fijó políticas y áreas precisas, en primer término<br />

un encuentro con ustedes. Hubo de entrada, una intervención violenta contra esa iniciativa, contra<br />

quienes la han presentado y defendido y, naturalmente contra Ustedes y sus actos. El nuevo<br />

presidente dio formidable respuesta a todo <strong>el</strong>lo y aprovechó para exponer la concepción d<strong>el</strong><br />

Gobierno sobre <strong>el</strong> trabajo y los objetivos de la Comisión ".<br />

Otra carta, llegada <strong>el</strong> 10 de junio, nos dice: "Tras <strong>el</strong> editorial d<strong>el</strong> general Landazábal conocido hace<br />

dos días y escrito sin duda 'ara frenar una vez más la política presidencial de paz, se ha producido<br />

un hecho de importancia: la toma de posición de la Comisión Política Central d<strong>el</strong> liberalismo para<br />

apoyar al Presidente en su forcejeo con los altos mandos. Sin duda <strong>el</strong> hecho de que en <strong>el</strong> 60. punto<br />

d<strong>el</strong> comunicado que entregaron ayer a la prensa y que publica El Tiempo, hubieran incluido la<br />

expresión de ese apoyo dejando claro que 'la titularidad de los alcances de la política de paz es una<br />

responsabilidad radicada en la cabeza d<strong>el</strong> Señor Presidente, y que hemos decidido reconocerle a él,<br />

al margen de nuestras discrepancias, un respaldo político a nombre d<strong>el</strong> liberalismo que le permita<br />

salvar internamente <strong>el</strong> proceso de pacificación', es una respuesta a la actitud ya desafiante de los<br />

altos mandos que fortalece al Presidente. Esta toma de posición, tuvo lugar tras una larga reunión de<br />

Name Terán y otros dirigentes liberales con <strong>el</strong> Presidente y Mingobierno".<br />

Pero no solamente estos hechos son los demostrativos de las contradicción es en las alturas, son<br />

también las manifestaciones públicas que todos conocemos, fi<strong>el</strong> expresión de las diversas y<br />

encontradas opiniones frente al problema, la mejor muestra: la renuncia de Otto Morales a la<br />

presidencia de la Comisión de Paz, los debates a niv<strong>el</strong> parlamentario que enfrentan sin pudor ni<br />

recato en la misma sesión a ministros d<strong>el</strong> gabinete de B<strong>el</strong>isario, las declaraciones de éste sobre su<br />

permanente disposición al diálogo y las inmediatas de Matamoros de que nunca irán a las guaridas<br />

de los facinerosos, los permanentes e insidiosos editoriales de El Tiempo y las objetivas<br />

apreciaciones de muchos columnistas (como los nombrados) sobre <strong>el</strong> tema de la paz, o algunos<br />

sesudos editoriales de El Espectador, etc., los que nos completan <strong>el</strong> panorama.<br />

Son manifestaciones políticas de los distintos intereses que se están moviendo en torno al problema,<br />

son por un lado, los que defienden una salida democrática a la actual situación y por otro, los que<br />

quisieran que Colombia se bañara en sangre porque medran de los negocios de las armas, de la<br />

emigración obligada de los campesinos que abandonan sus tierras o las regalan por bajísimas y<br />

ridículas sumas, los que se benefician de las ganancias d<strong>el</strong> gran capital usurario.<br />

Pero nosotros seguimos abriéndonos paso, y así, en <strong>el</strong> marco de convertir la Amnistía en un<br />

instrumento de movilización, enviamos una carta al Parlamento para que no quedaran liudas sobre<br />

nuestra intención de dialogar y discutir:

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