Cese el fuego
de Jacobo Arenas, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo. Una visión no oficial dela historia moderna de Colombia y de las FARC
de Jacobo Arenas, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo.
Una visión no oficial dela historia moderna de Colombia y de las FARC
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Landazábal, Turbay, Gómez y comparsa.<br />
Resultados inmediatos d<strong>el</strong> "gigantesco operativo": a) Un mayor desprestigio d<strong>el</strong> Gobierno; b) Otra<br />
metida de pata de los altos mandos militares; c) Un fiasco desde <strong>el</strong> punto de vista militar; d) Mayor<br />
prestigio de las FARC ante nuestro pueblo; e) Demostración palmaría de que las FARC no son<br />
cualquier cosa; O Las fuerzas contrarías hasta <strong>el</strong> momento han sufrido 32 bajas y perdido 30 armas<br />
automáticas en los diversos combates librados en <strong>el</strong> Guayabero en <strong>el</strong> Guaduas, en Mesetas, en <strong>el</strong><br />
Sonso, en El Pato, y otros lugares. Es éste en grandes líneas nuestro parte de victoria al pueblo<br />
colombiano.<br />
En las condiciones anteriormente descritas, las fuerzas de oposición, los luchadores por una salida<br />
democrática y progresista de la actual crisis d<strong>el</strong> país, todos los patriotas colombianos, <strong>el</strong><br />
Parlamento, las asambleas departamentales, los concejos municipales, los exponentes de la<br />
int<strong>el</strong>igencia y la cultura nacional, las organizaciones obreras y populares, tienen la palabra para<br />
buscarle salidas a la encrucijada calamitosa donde Turbay y congéneres han llevado a Colombia.<br />
Por lo que respecta a las FARC, ofrecemos nuestro concurso a la lucha por la solución int<strong>el</strong>igente y<br />
patriótica a los problemas de la nación.<br />
Desde las montañas de Colombia hacemos un nuevo llamamiento al pueblo colombiano, incluidos<br />
los sectores democráticos y patrióticos d<strong>el</strong> Ejército, la Armada y la Aviación , para que nos alcemos<br />
a la gran batalla contra este gobierno corrompido, asesino, torturador, violento y ladrón al servicio<br />
d<strong>el</strong> capital financiero, y por un gobierno progresista de los colombianos para los colombianos.<br />
Contra <strong>el</strong> imperialismo... ¡Por la Patria !<br />
Contra las oligarquías... ¡Por <strong>el</strong> Pueblo!<br />
¡Hasta la victoria...!<br />
FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA, EJERCITO DEL PUEBLO<br />
(FARC-EP), Montañas de Colombia, agosto de 1980.<br />
COMO EL CARACOL, CON SU CASA A CUESTAS. 10 DE SEPTIEMBRE DE 1980<br />
Crónica de Jacobo Arenas<br />
En las inmensas áreas d<strong>el</strong> Meta y Caquetá había verano. No sé qué fenómeno meteorológico hizo<br />
cambiar bruscamente <strong>el</strong> tiempo, y entró un raro invierno de aguaceros diarios. La s<strong>el</strong>va cambió de<br />
aspecto, la vegetación se hizo más viva y alegre, florecieron los cámbulos de tierra caliente, <strong>el</strong><br />
chontaduro y las palmas de pepa de leche maduraron más pronto sus racimos, <strong>el</strong> entorno se<br />
sumergió en aromas silvestres y la v<strong>el</strong>lozía macarensis dio a luz sus armoniosas y brillantes flores<br />
intensamente blancas.<br />
Dentro de aqu<strong>el</strong> entorno embrujador que José Eustasio Rivera describe en La Vorágine como la<br />
manigua oriental de los inmensos llanos de Colombia, un diminuto grupo de luchadores revolucionarios<br />
supervivíamos y laborábamos en conexión, hasta ese momento, con los 12 Frentes de las<br />
FARC ubicados en diversos lugares d<strong>el</strong> país. Entre este diminuto grupo estaba <strong>el</strong> Secretariado d<strong>el</strong><br />
Estado Mayor Central de las FARC. Teníamos estrecha r<strong>el</strong>ación con la masa campesina y con<br />
demócratas y revolucionarios de ciudades y poblaciones d<strong>el</strong> Llano. La int<strong>el</strong>igencia d<strong>el</strong> Ejército<br />
pronto se enteró de nuestra presencia en la ribera derecha d<strong>el</strong> rió Guayabero. Hacía 22 meses<br />
estábamos allí. Más exactamente, desde noviembre de 1979, hasta agosto de 1980.