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Respuesta: Primero, ir a la iglesia, para la adoración pública y la instrucción en la palabra de Dios. Segundo,<br />
en el hogar, dedicarnos a la oración y la lectura o la conversación edificante. Tercero, dedicar a<br />
Dios una parte de nuestros medios, subvencionando las necesidades de la Iglesia y sus Ministros, y en<br />
limosnas a los pobres, y a visitar a los enfermos, los prisioneros, y otras obras de caridad cristiana.<br />
Pregunta: ¿No debemos hacer estas obras en los días de labor también?<br />
Respuesta: Es cierto, si se puede; pero aquel a quien sus ocupaciones no se lo permiten, debe a toda<br />
costa dedicar los días santos a esas obras. Pero la oración es nuestra ineludible obligación de cada día,<br />
a la mañana y a la noche, antes y después del almuerzo y de la cena, y en lo posible, al comenzar y finalizar<br />
cualquier trabajo.<br />
Pregunta: ¿Qué debemos pensar de aquellos que en días santos se permiten juegos o exhibiciones<br />
obscenas, cantos inútiles y excesos en la comida y la bebida?<br />
Respuesta: Esa gente desacraliza grandemente los días santos. Pues si hasta las obras inocentes y útiles<br />
para la vida presente son inadecuadas para estos días de fiesta, cuánto más lo serán estas otras<br />
obras inútiles, carnales y viciosas.<br />
Pregunta: ¿Cuando el cuarto mandamiento habla de trabajar seis días, no condena con ello a los que no<br />
hacen nada?<br />
Respuesta: Sin duda condena a aquellos que en días laborales no se entregan a obras convenientes,<br />
sino que pasan su tiempo en la pereza y la disipación.<br />
Sobre el quinto mandamiento<br />
Pregunta: ¿Qué obligaciones especiales están prescritas por el quinto mandamiento respecto a los padres,<br />
bajo la frase general de honrarlos?<br />
Respuesta: 1. Guardarles respeto.<br />
2. Obedecerlos.<br />
3. Mantenerlos y consolarlos en la vejez y enfermedad.<br />
4. Rogar por la salvación de sus almas, durante sus vidas y después de sus muertes; y cumplir<br />
fielmente su última voluntad, mientras no sea contraria a la ley divina y civil (ver 2 Mac. 12: 43-44; Jerem.<br />
35: 18-19; J. Damasc. Serm. de Mort.).<br />
Pregunta: ¿Qué grado de pecado hay en la deshonra a los padres?<br />
Respuesta: Así como es fácil y natural amar y honrar a nuestros padres, a quienes debemos el ser, así<br />
de grave es el pecado de deshonra hacia ellos. Por esta causa, en la ley de Moisés se condenaba a<br />
muerte al que maldecía a su padre o a su madre (Éxodo 21: 17).<br />
Pregunta: ¿Por qué este mandamiento en particular contiene una promesa de prosperidad y larga vida a<br />
los que honran a sus padres?<br />
Respuesta: Para que los hombres tengamos una recompensa visible que nos impulse a mejor cumplir<br />
este mandamiento, sobre el cual se basa el orden de las familias y del cual depende, en consecuencia,<br />
toda la vida social.<br />
Pregunta: ¿Cómo se cumple esta promesa?<br />
Respuesta: Los ejemplos de los antiguos Patriarcas y Padres muestran que Dios da especial fuerza a la<br />
bendición de los padres (Gén. 27); “La bendición del padre afianza la casa de los hijos” (Eclesiástico 3:<br />
9). Dios en su sabiduría y recta providencia protege especialmente la vida, y dispone la prosperidad de<br />
quienes honran a sus padres en la tierra; mas para el perfecto premio a la perfecta virtud, El da vida<br />
eterna y bienaventurada en la patria celestial.<br />
Pregunta: ¿Por qué en los mandamientos que enseñan a amar al prójimo se menciona primero a los<br />
padres?<br />
Respuesta: Porque los padres están naturalmente más cerca de nosotros que el resto de la gente.<br />
Pregunta: ¿Hay otras personas que debemos comprender en el quinto mandamiento bajo el nombre de<br />
padres?<br />
Respuesta: Sí. Todos los que de alguna manera están relacionados con nosotros en lugar de nuestros<br />
padres.<br />
Pregunta: ¿Quiénes están en lugar de nuestros padres?<br />
Respuesta: 1. Nuestro mandatario y nuestro país, pues un Estado es como una gran familia en la que el<br />
mandatario debe ser como un padre y los ciudadanos como los hijos del mandatario y del país.<br />
2. Nuestros pastores y maestros espirituales, porque mediante sus enseñanzas y los Sacramentos<br />
nos hacen nacer a la vida espiritual y nos nutren en ella.<br />
3. Nuestros mayores en edad.<br />
4. Nuestros benefactores.<br />
5. Nuestros superiores en diferentes condiciones.<br />
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