EL EVANGELIO PAULINO DE JUSTIFICACIÓN ... - Revista Biblica

[74] de injusticia, Dios toma partido y el evangelio nos da una promesa y un reto
revolucionarios.
Miranda tiene la razón al afirmar que la fe es un instrumento de justificación, lo cual
puede muy bien significar en una sociedad de clases que es un instrumento de revolución. Sin
embargo, el evangelio de Pablo nos recuerda que nosotros los hombres de fe que somos
instrumentos de la justicia de Dios somos en potencia tan pecadores como los que hoy Dios
destruye por sus muchas injusticias. No nos hagamos ilusiones. La nueva creación en Cristo
no significa que el pecado no volverá a levantar su terrible cabeza. Mientras el hombre sea
hombre —y, si Dios quiere, será por siempre jamás—, encontrará su gloria en la cruz de
Cristo, al asumir, con la fe de que la injusticia que pesa sobre nosotros puede ser suprimida, el
sufrimiento de los hermanos oprimidos. En el camino de la cruz está la justificación, el hacer
justa a la vida social. No marchamos hacia una utopía en la que el hombre deje de ser hombre,
sino hacia una sociedad en que las injusticias que hoy sufrimos y que son el fruto contingente
de la culpa de algunos hombres concretos serán suprimidas. Que el triunfo incluya, como
Miranda supone, la supresión de la muerte física, debe seguramente quedar en duda después
de tantos siglos de lucha. Nos cuestionamos si esa supresión representaría, de ser una realidad
universal, un triunfo de la justicia y si no sería un cambio de signo ambiguo bajo las
condiciones de nuestra vida humana.
En honor a Rodolfo Obermüller hemos vuelto nuevamente a uno de los textos básicos de
la fe, la Epístola de Pablo a los Romanos. Y lo hemos hecho iluminados por la luz de las
investigaciones de otro gran biblista de América Latina. ¡Por ambos estos sus siervos, y por el
apóstol de los gentiles, damos gracias al Dios que justifica al pecador y a la sociedad
pecaminosa!