EL EVANGELIO PAULINO DE JUSTIFICACIÓN ... - Revista Biblica

[62] la muerte (cf. 1 Cor 15,26: “como última enemiga es destruida la muerte”). 9
Dificultades exegéticas de esta interpretación de Romanos
El evangelio de Pablo es notoriamente difícil, y en ningún texto es más difícil que en la
Carta a los Romanos. Esta contiene pasajes aparentemente contradictorios entre sí que han
causado angustia por siglos tanto a los exégetas como a los cristianos humildes. Miranda
pretende entender a Pablo como un pensador radical y coherente, que ha reflexionado en
profundidad sobre el problema de la civilización, y que nos ofrece un evangelio que resuelve
las aporías de la existencia social. Todo intérprete de cualquier texto clásico de la humanidad
tiene que comenzar suponiendo que las dificultades que le presenta el texto no se deben a
confusiones del autor sino a la falta de entendimiento del intérprete, y en esto Miranda es fiel a
la mejor tradición exegética. Pero no podemos callar la pregunta final sobre si su
interpretación sutil, profunda y coherente de la Carta a los Romanos logra resolver las aporías
que tanto han frustrado a los exégetas anteriores. Comenzaremos cuestionando la columna
aparentemente más débil de la interpretación de Miranda, su explicación de Rom 7. Esto nos
llevará a preguntamos si Miranda puede hacerle justicia a la centralidad de la cruz de
Jesucristo en la predicación de Pablo. En tercer lugar confrontaremos la explicación que hace
el mexicano del texto más problemático de la Epístola, Rom 2,13-15. Y terminaremos
preguntándonos si la magnífica interpretación de la fe en Miranda concuerda realmente con
las expresiones de Pablo al respecto. Estas cuatro confrontaciones deberían ponernos en
condiciones de trascender las bravatas mirandescas, que pretenden exigir del lector
asentimiento incondicional o rechazo total, y así poder responder matizadamente a las virtudes
de su labor hermenéutica. 10
El tema de Rom 7 es la lucha contra el dominio del pecado:
Porque el desearlo me es accesible, pero el obrar el bien no, pues lo bueno que deseo no
hago, sino lo malo que no deseo, eso hago... Me regocijo, pues, en la ley de Dios en el
hombre interior pero veo otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi mente
y me apresa en la ley del pecado que está en mis miembros (Rom 7,18-23).
Anteriormente, en Rom 5,12-21, Pablo ha hablado del pecado y de la justicia como
realidades corporativas y sociales ejemplificadas respec-
9 Miranda, Marx y la Biblia, pág. 240 (319-20).
10 En su excelente reseña de la obra de Miranda, José I. González Faus compara el estilo de
Miranda al estilo intimidante del moreno boxeador Cassius Clay (Muhammad Alí), con gran acierto.
Véase “La teología latinoamericana de la liberación”, Actualidad bibliográfica de filosofía y teología
X (1973>359-448.