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ACTUALIDAD<br />
BARCELONA<br />
Ibercamera<br />
VIRTUOSOS DE FIESTA<br />
Barcelona. Palau de la Música Catalana. 14-IV-<strong>2009</strong>. Alexei Volodin, piano; Carles Trepat, guitarra. I Solisti<br />
Veneti. Director: Claudio Scimone. Obras de Albinoni, Bach, Vivaldi, Bottesini y Rossini.<br />
Lo que estaba previsto<br />
que fuera un concierto<br />
fue mucho más que un<br />
concierto, fue una fiesta, la<br />
de un doble cumpleaños, el<br />
XXVº de Ibercamera —esto<br />
lo sabíamos— y el Lº (¡ahí es<br />
nada!) de I Solisti Veneti —<br />
esto no lo sabíamos y nos lo<br />
dijo un exultante, cordialísimo<br />
y simpatiquísimo Claudio<br />
Scimone. Y el maestro Scimone<br />
había convocado a la<br />
fiesta a muchos amigos: a sus<br />
amados barrocos venecianos,<br />
Tomaso (Albinoni) y<br />
Antonio (Vivaldi) pero también<br />
al padre Bach, a Rossini,<br />
a Bottesini y luego, en<br />
una serie infatigable de<br />
bises, a Paganini (Carnavale<br />
di Venezia), a Pasculi (Simpatici<br />
ricordi della Traviata),<br />
a Boccherini (una Ritirata di<br />
Madrid, simpáticamente travestida<br />
de Ronda di Barcellona)<br />
¿y a cuántos más? Y,<br />
para celebrar a tantos amigos<br />
de tantos estilos distintos,<br />
había invitado Scimone a la<br />
fiesta no sólo a los virtuosos<br />
previstos (Volodin al piano,<br />
Trepat a la guitarra) sino a los<br />
solistas —formidables virtuosos<br />
ellos también, faltaría<br />
más— de violín y contrabajo<br />
de su conjunto, al clarinetista<br />
Gussoni (estupendo en su<br />
papel en Introducción, tema<br />
y variaciones dobre “Mosè in<br />
Egitto” y “La donna del lago”,<br />
de Rossini o de un imitador<br />
feliz) a la oboísta Calvi, para<br />
recordarnos pintorescamente<br />
La traviata. Naturalmente los<br />
virtuosos invitados contribuyeron<br />
a la fiesta, cada uno a<br />
su manera. Alexei Volodin, en<br />
el papel solista del Concierto<br />
para piano y orquesta, en re<br />
menor, BWV 1052 de Bach,<br />
con un ímpetu y una rotundidad<br />
sonora no precisamente<br />
preocupados por la aproximación<br />
filológica o historicista<br />
a Johann Sebastian, pero<br />
seguramente legítimos dentro<br />
de una interpretación tradicional<br />
en la que también se<br />
insertan, eso sí, con mayor<br />
cuidado estilístico, los propios<br />
Solisti Veneti. Carles Trepat,<br />
solista del Concierto para<br />
guitarra en re mayor, RV 93,<br />
de Vivaldi, en cambio, le<br />
cogió el pulso camerístico a<br />
la obra con una cuidadosa y<br />
refinada complicidad con los<br />
anfitriones vénetos: la resolución<br />
de grupetos y adornos<br />
en el primer movimiento, la<br />
bella placidez con que interpretó<br />
su parte en el segundo,<br />
sobre el arpegiado del clave y<br />
las cuerdas casi sotto voce,<br />
fueron la parte intimista de la<br />
fiesta. Que alcanzó sus cotas<br />
de brillantez y ejecución a lo<br />
“más difícil todavía” en el<br />
espectacular Gran dúo concertante<br />
para violín y contrabajo<br />
de Bottesini, para proseguir<br />
con Rossini y los generoso<br />
bises ya citados. Para concertar<br />
toda aquello se necesitó<br />
el extraordinario talento<br />
musical, la experiencia pero<br />
también la jovialidad de Scimone<br />
y de sus músicos. El<br />
ambiente festivo, quede claro,<br />
jamás fue pretexto para que<br />
se descuidara una interpretación<br />
cuidadísima. Sólo resta<br />
decir: ¡felicidades!<br />
José Luis Vidal<br />
Palau 100<br />
ERROR DE BULTO<br />
Barcelona. Palau de la Música. 16-IV-<strong>2009</strong>. Sinfónica de Montréal. Director: Kent Nagano. Obras de Debussy y Strauss.<br />
KENT NAGANO<br />
Alguna vez, aunque probablemente<br />
no lo veamos<br />
en este siglo, en el<br />
Palau de la Música, algún<br />
responsable musical evitará<br />
que se sigan cometiendo<br />
errores de programación<br />
capaces de arruinar lo que<br />
podría haber sido un gran<br />
concierto. ¿Tiene sentido<br />
programar Una sinfonía alpina<br />
cuando ni tan siquiera<br />
caben los músicos en el<br />
escenario? ¿Vale la pena<br />
pagar cifras exorbitantes —<br />
butaca de platea a 160<br />
euros— por escuchar a una<br />
orquesta de suntuosa sonoridad<br />
en pésimas condiciones<br />
acústicas? Pues así andamos.<br />
Incluso las obras que podrían<br />
haberse disfrutado en<br />
buenas condiciones acústicas,<br />
el Preludio a la siesta de<br />
un fauno y La Mer, pagaron<br />
el peaje straussiano con una<br />
mala colocación de la plantilla<br />
—cuerda literalmente desparramada<br />
por los laterales<br />
del escenario, arpas castigadas<br />
casi de cara a la pared y<br />
una angustiosa falta de profundidad<br />
en los planos sonoros—<br />
a la espera de la llegada<br />
masiva de efectivos para<br />
afrontar la escalada alpina.<br />
Menos mal que la Sinfónica<br />
de Montréal está en buenas<br />
manos y Kent Nagano palió<br />
no pocas adversidades con<br />
una dirección de asombrosos<br />
colores y matices en<br />
Debussy, refinada, pero sin<br />
afectaciones, clara y precisamente<br />
dibujada, sin dejar de<br />
ser brillante, con una cuerda<br />
opulenta y unas maderas de<br />
bellísima sonoridad. En la<br />
Alpina intentó rebajar la<br />
agresividad sonora que<br />
supone meter una abultada<br />
centuria en tan poco espacio<br />
—el escenario del Palau<br />
parecía el camarote de los<br />
Hermanos Marx— y equilibró<br />
planos todo lo humanamente<br />
posible, pero el alud<br />
sonoro nos dejó sordos en<br />
muchas escenas. No fue culpa<br />
de Nagano, un director<br />
sensacional, ni de la orquesta,<br />
un instrumento de gran<br />
brillantez. El único culpable<br />
fue la persona que, conociendo<br />
las limitaciones de la<br />
sala, se olvida de ellas a la<br />
hora de contratar programas.<br />
¿Tan difícil era, dada la tradición<br />
francesa de la orquesta,<br />
sustituir el Strauss más<br />
monumental por otro suculento<br />
plato más acorde con<br />
la realidad acústica del<br />
Palau?<br />
Javier Pérez Senz<br />
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