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ACTUALIDAD<br />
MÁLAGA / MURCIA<br />
Ciclo de la Filarmónica de Málaga<br />
UN MAESTRO<br />
Teatro Cervantes. 27-III-<strong>2009</strong>. Vadim Gluzman, violín. Filarmónica de Málaga. Director: Antoni Ros-Marbà. 3-IV-<br />
<strong>2009</strong>. María Espada, soprano; Ralf Lukas, barítono. Coral de Bilbao. Filarmónica de Málaga. Director: Aldo Ceccato.<br />
Obras de Montsalvatge, Szymanowski, Sibelius y Brahms.<br />
La presencia del maestro<br />
Ros-Marbà al frente de la<br />
Orquesta Filarmónica de<br />
Málaga ha supuesto uno<br />
de los momentos más<br />
relevantes de la presente<br />
temporada sinfónica malagueña.<br />
Considerado como<br />
uno de los directores españoles<br />
de mayor prestigio,<br />
condujo de forma modélica a<br />
la orquesta, haciendo un<br />
programa verdaderamente<br />
atractivo que se inició con la<br />
Desintegración morfológica<br />
de la chacona de Bach de su<br />
paisano Xavier Montsalvatge.<br />
Su conocimiento tanto del<br />
lenguaje del autor como del<br />
sublime referente bachiano<br />
hicieron fácil la interpretación<br />
de la orquesta, que se<br />
mostró dúctil a sus indicaciones<br />
lo que realzó la calidad<br />
de esta obra. No menos<br />
expresivo es el Concierto nº<br />
2 para violín y orquesta, op.<br />
61 de Szymanowski, en el<br />
MÁLAGA<br />
que el violinista ucraniano<br />
Vadim Gluzman exhibió<br />
todo su potencial artístico;<br />
una enorme musicalidad, de<br />
manera notoria en la extraordinaria<br />
cadencia, y sobrada<br />
capacidad técnica.<br />
Con todo, fue la interpretación<br />
de la Sinfonía nº 2 en<br />
re mayor, op. 43 de Jean Sibelius<br />
el hecho sustancial de<br />
este concierto. La vocación de<br />
carácter universal que tiene<br />
esta obra quedó patente en la<br />
versión de Ros-Marbà, especialmente<br />
en el rubato del<br />
segundo movimiento y en el<br />
esplendoroso finale. El director<br />
catalán descubrió lo mejor<br />
de la formación malagueña<br />
llevándola con elegante pulso<br />
a la búsqueda del sonido propio<br />
de este gran sinfonista<br />
finlandés, dejando constancia<br />
de su saber musical, amplia<br />
experiencia en este repertorio<br />
y fino olfato para detectar instantáneamente<br />
las mejores<br />
cualidades de los múltiples<br />
instrumentos orquestales que<br />
ha tenido la oportunidad de<br />
dirigir. En definitiva, un gran<br />
maestro que viene de vuelta<br />
de todo en una carrera que se<br />
encuentra en la cúspide de<br />
autoridad.<br />
Después de la Obertura<br />
trágica, op. 81, Ceccato ha<br />
querido, dentro de la aproximación<br />
que está realizando<br />
al catálogo sinfónico de<br />
Brahms, culminar con el<br />
Réquiem alemán contando<br />
con la participación de la<br />
Coral de Bilbao que, en su<br />
clase, es una de la mejores<br />
formaciones de España. Ésta<br />
asumió la responsabilidad<br />
del protagonismo del concierto<br />
con clara determinación,<br />
lo que hizo que el<br />
público le brindara los más<br />
intensos aplausos de reconocimiento.<br />
La interpretación<br />
quedó desequilibrada en los<br />
solistas. Un evidente declive<br />
en las facultades vocales del<br />
barítono Ralf Lukas, contrastaba<br />
con el esmerado canto<br />
de la extremeña María Espada,<br />
que está llevando una<br />
carrera muy interesante. La<br />
Filarmónica no alcanzó la<br />
brillantez de otras ocasiones<br />
ya que tenía un referente<br />
coral con el que nunca pudo<br />
equipararse, lo que supuso<br />
cierto desencanto ante una<br />
obra de máximas exigencias<br />
de expresión meditativa.<br />
Como viene siendo habitual,<br />
Ceccato demostró experiencia<br />
en uno de los más esperados<br />
conciertos de su última<br />
temporada como titular de la<br />
orquesta, sin conseguir la<br />
alta conjunción de medios<br />
que pide la interpretación de<br />
este monumento de la música<br />
romántica, creado para<br />
transmitir un hondo sentimiento<br />
fúnebre.<br />
José Antonio Cantón<br />
Intimidad y apoteosis<br />
BRILLANTEZ Y ENTUSIASMO<br />
Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas. 22-III-<strong>2009</strong>. Javier Perianes, piano. BandArt. Director y<br />
concertino: Gordan Nikolic. Obras de Mozart y Beethoven.<br />
Puede considerarse una<br />
experiencia muy gratificante<br />
asistir a un concierto<br />
de la orquesta BandArt<br />
tanto en cuanto reproduce<br />
la forma de hacer música<br />
que era propia de las capillas<br />
instrumentales centroeuropeas<br />
en los siglos XVII,<br />
XVIII y gran parte del XIX al<br />
presentarse en sus ejecuciones<br />
musicales con Kapellmeister,<br />
que era normalmente el<br />
concertino o el encargado de<br />
teclear en el continuo la guía<br />
y dirección de la interpretación.<br />
En este caso tal función<br />
recae en el violinista serbio<br />
Gordan Nikolic, avezado<br />
intérprete en estas lides con<br />
reconocidas orquestas de<br />
cámara europeas como la<br />
MURCIA<br />
London Chamber Orchestra,<br />
la Nederlands Kamerororkest<br />
o la Manchester Camerata, y<br />
que desde 2004 también<br />
ejerce como tal en BandArt.<br />
Su experiencia como concertino<br />
de la London Symphony<br />
Orchestra le hace ser reconocido<br />
como un seguro apoyo<br />
por los mejores directores<br />
del mundo. Con este liderazgo<br />
el concierto se prometía<br />
mucho más que interesante.<br />
Ya en la Obertura de<br />
“Don Giovanni”, K. 527 de<br />
Mozart la primera impresión<br />
fue que nos encontrábamos<br />
ante una interpretación realmente<br />
espectacular. Nikolic<br />
supo condensar todo lo bufo<br />
y lo serio de la obra, sin desconectar<br />
de otros elementos<br />
esenciales de esta paradigmática<br />
ópera que va desde lo<br />
cómico a lo trágico pasando<br />
por lo demoníaco y fantasmagórico<br />
todo ello dentro de<br />
un intenso sentido trágico.<br />
Precisamente en los escalofriantes<br />
acordes iniciales ya<br />
se pudo apreciar la conjunción<br />
de unos músicos entregados<br />
para el arte y la descripción<br />
sintetizada de esta<br />
obra genial. La amabilidad<br />
mozartiana hizo su aparición<br />
en el Concierto para piano y<br />
orquesta nº 21, K 467. El<br />
gran músico que es Javier<br />
Perianes, desde una elegante<br />
concertación, se sometió gustoso<br />
a las indicaciones del<br />
concertino, que le supo llevar<br />
a la sublimación en el Andante<br />
central, momento cumbre<br />
de la interpretación, haciendo<br />
que pareciera como un<br />
aria ideal, felizmente libre de<br />
todas las limitaciones de la<br />
voz humana. El carácter operístico<br />
con que se inició la<br />
velada volvió a surgir en el<br />
movimiento final de este concierto<br />
en el que la BandArt<br />
quiso enfatizar la singular<br />
alegría del compositor que,<br />
con este pasaje, anticipa ya el<br />
supremo arte de Las bodas de<br />
Fígaro.<br />
Brillantez y entusiasmo<br />
fueron los fundamentos de<br />
una soberbia interpretación<br />
de la Sinfonía nº 7, op. 92 de<br />
Beethoven.<br />
José Antonio Cantón<br />
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