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Scherzo 241 Mayo 2009

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ACTUALIDAD<br />

MÁLAGA / MURCIA<br />

Ciclo de la Filarmónica de Málaga<br />

UN MAESTRO<br />

Teatro Cervantes. 27-III-<strong>2009</strong>. Vadim Gluzman, violín. Filarmónica de Málaga. Director: Antoni Ros-Marbà. 3-IV-<br />

<strong>2009</strong>. María Espada, soprano; Ralf Lukas, barítono. Coral de Bilbao. Filarmónica de Málaga. Director: Aldo Ceccato.<br />

Obras de Montsalvatge, Szymanowski, Sibelius y Brahms.<br />

La presencia del maestro<br />

Ros-Marbà al frente de la<br />

Orquesta Filarmónica de<br />

Málaga ha supuesto uno<br />

de los momentos más<br />

relevantes de la presente<br />

temporada sinfónica malagueña.<br />

Considerado como<br />

uno de los directores españoles<br />

de mayor prestigio,<br />

condujo de forma modélica a<br />

la orquesta, haciendo un<br />

programa verdaderamente<br />

atractivo que se inició con la<br />

Desintegración morfológica<br />

de la chacona de Bach de su<br />

paisano Xavier Montsalvatge.<br />

Su conocimiento tanto del<br />

lenguaje del autor como del<br />

sublime referente bachiano<br />

hicieron fácil la interpretación<br />

de la orquesta, que se<br />

mostró dúctil a sus indicaciones<br />

lo que realzó la calidad<br />

de esta obra. No menos<br />

expresivo es el Concierto nº<br />

2 para violín y orquesta, op.<br />

61 de Szymanowski, en el<br />

MÁLAGA<br />

que el violinista ucraniano<br />

Vadim Gluzman exhibió<br />

todo su potencial artístico;<br />

una enorme musicalidad, de<br />

manera notoria en la extraordinaria<br />

cadencia, y sobrada<br />

capacidad técnica.<br />

Con todo, fue la interpretación<br />

de la Sinfonía nº 2 en<br />

re mayor, op. 43 de Jean Sibelius<br />

el hecho sustancial de<br />

este concierto. La vocación de<br />

carácter universal que tiene<br />

esta obra quedó patente en la<br />

versión de Ros-Marbà, especialmente<br />

en el rubato del<br />

segundo movimiento y en el<br />

esplendoroso finale. El director<br />

catalán descubrió lo mejor<br />

de la formación malagueña<br />

llevándola con elegante pulso<br />

a la búsqueda del sonido propio<br />

de este gran sinfonista<br />

finlandés, dejando constancia<br />

de su saber musical, amplia<br />

experiencia en este repertorio<br />

y fino olfato para detectar instantáneamente<br />

las mejores<br />

cualidades de los múltiples<br />

instrumentos orquestales que<br />

ha tenido la oportunidad de<br />

dirigir. En definitiva, un gran<br />

maestro que viene de vuelta<br />

de todo en una carrera que se<br />

encuentra en la cúspide de<br />

autoridad.<br />

Después de la Obertura<br />

trágica, op. 81, Ceccato ha<br />

querido, dentro de la aproximación<br />

que está realizando<br />

al catálogo sinfónico de<br />

Brahms, culminar con el<br />

Réquiem alemán contando<br />

con la participación de la<br />

Coral de Bilbao que, en su<br />

clase, es una de la mejores<br />

formaciones de España. Ésta<br />

asumió la responsabilidad<br />

del protagonismo del concierto<br />

con clara determinación,<br />

lo que hizo que el<br />

público le brindara los más<br />

intensos aplausos de reconocimiento.<br />

La interpretación<br />

quedó desequilibrada en los<br />

solistas. Un evidente declive<br />

en las facultades vocales del<br />

barítono Ralf Lukas, contrastaba<br />

con el esmerado canto<br />

de la extremeña María Espada,<br />

que está llevando una<br />

carrera muy interesante. La<br />

Filarmónica no alcanzó la<br />

brillantez de otras ocasiones<br />

ya que tenía un referente<br />

coral con el que nunca pudo<br />

equipararse, lo que supuso<br />

cierto desencanto ante una<br />

obra de máximas exigencias<br />

de expresión meditativa.<br />

Como viene siendo habitual,<br />

Ceccato demostró experiencia<br />

en uno de los más esperados<br />

conciertos de su última<br />

temporada como titular de la<br />

orquesta, sin conseguir la<br />

alta conjunción de medios<br />

que pide la interpretación de<br />

este monumento de la música<br />

romántica, creado para<br />

transmitir un hondo sentimiento<br />

fúnebre.<br />

José Antonio Cantón<br />

Intimidad y apoteosis<br />

BRILLANTEZ Y ENTUSIASMO<br />

Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas. 22-III-<strong>2009</strong>. Javier Perianes, piano. BandArt. Director y<br />

concertino: Gordan Nikolic. Obras de Mozart y Beethoven.<br />

Puede considerarse una<br />

experiencia muy gratificante<br />

asistir a un concierto<br />

de la orquesta BandArt<br />

tanto en cuanto reproduce<br />

la forma de hacer música<br />

que era propia de las capillas<br />

instrumentales centroeuropeas<br />

en los siglos XVII,<br />

XVIII y gran parte del XIX al<br />

presentarse en sus ejecuciones<br />

musicales con Kapellmeister,<br />

que era normalmente el<br />

concertino o el encargado de<br />

teclear en el continuo la guía<br />

y dirección de la interpretación.<br />

En este caso tal función<br />

recae en el violinista serbio<br />

Gordan Nikolic, avezado<br />

intérprete en estas lides con<br />

reconocidas orquestas de<br />

cámara europeas como la<br />

MURCIA<br />

London Chamber Orchestra,<br />

la Nederlands Kamerororkest<br />

o la Manchester Camerata, y<br />

que desde 2004 también<br />

ejerce como tal en BandArt.<br />

Su experiencia como concertino<br />

de la London Symphony<br />

Orchestra le hace ser reconocido<br />

como un seguro apoyo<br />

por los mejores directores<br />

del mundo. Con este liderazgo<br />

el concierto se prometía<br />

mucho más que interesante.<br />

Ya en la Obertura de<br />

“Don Giovanni”, K. 527 de<br />

Mozart la primera impresión<br />

fue que nos encontrábamos<br />

ante una interpretación realmente<br />

espectacular. Nikolic<br />

supo condensar todo lo bufo<br />

y lo serio de la obra, sin desconectar<br />

de otros elementos<br />

esenciales de esta paradigmática<br />

ópera que va desde lo<br />

cómico a lo trágico pasando<br />

por lo demoníaco y fantasmagórico<br />

todo ello dentro de<br />

un intenso sentido trágico.<br />

Precisamente en los escalofriantes<br />

acordes iniciales ya<br />

se pudo apreciar la conjunción<br />

de unos músicos entregados<br />

para el arte y la descripción<br />

sintetizada de esta<br />

obra genial. La amabilidad<br />

mozartiana hizo su aparición<br />

en el Concierto para piano y<br />

orquesta nº 21, K 467. El<br />

gran músico que es Javier<br />

Perianes, desde una elegante<br />

concertación, se sometió gustoso<br />

a las indicaciones del<br />

concertino, que le supo llevar<br />

a la sublimación en el Andante<br />

central, momento cumbre<br />

de la interpretación, haciendo<br />

que pareciera como un<br />

aria ideal, felizmente libre de<br />

todas las limitaciones de la<br />

voz humana. El carácter operístico<br />

con que se inició la<br />

velada volvió a surgir en el<br />

movimiento final de este concierto<br />

en el que la BandArt<br />

quiso enfatizar la singular<br />

alegría del compositor que,<br />

con este pasaje, anticipa ya el<br />

supremo arte de Las bodas de<br />

Fígaro.<br />

Brillantez y entusiasmo<br />

fueron los fundamentos de<br />

una soberbia interpretación<br />

de la Sinfonía nº 7, op. 92 de<br />

Beethoven.<br />

José Antonio Cantón<br />

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