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ACTUALIDAD<br />
ALEMANIA<br />
Cardillac vuelve a Dresde<br />
LA MÁSCARA MORTÍFERA<br />
Semper Oper. 21-III-<strong>2009</strong>. Hindemith, Cardillac. Markus Marquardt, Evelyn Herlitzius, Rainer Trost. Director musical:<br />
Fabio Luisi. Director de escena: Philipp Himmelmann.<br />
Estrenada en 1926, después<br />
de 80 años Cardillac<br />
de Hindemith ha<br />
vuelto al lugar de su primera<br />
interpretación, la<br />
Ópera Semper. Narra la<br />
historia de unas obras de<br />
arte únicas y costosas cuyos<br />
adquirentes no pueden desprenderse<br />
de ellas y van<br />
siendo ultimados. La realización<br />
de Philipp Himmelmann<br />
figura ya entre los<br />
mayores acontecimientos<br />
de la casa. Johannes Leiacker<br />
le dispuso una arquitectura<br />
refinada y funcional<br />
con dos muros negros y brillantes,<br />
unidos a veces por<br />
unos bordes de oro mate.<br />
Las acciones se ven reflejadas<br />
en las superficies o se<br />
perciben por las aperturas o<br />
DRESDE<br />
aparecen invertidas en el<br />
piso espejeante. Bettina<br />
Walther propuso un vestuario<br />
artístico y fantasioso. El<br />
coro, por ejemplo, llevó<br />
vestimentas de arrastre<br />
barroco, llenas de detalles y<br />
efectos, inspiradas en los<br />
cuadros de Vermeer. Para<br />
los protagonistas alternó<br />
épocas, incluyendo la<br />
actual. Se advierten contrastes<br />
como un vestido de<br />
noche art déco (fecha del<br />
estreno) junto a vulgares<br />
confecciones de hoy.<br />
Ya en la escena inicial se<br />
pudo percibir un París<br />
angustiado y medroso ante la<br />
sucesión de asesinatos, gracias<br />
al imponente y vivaz<br />
accionar del coro local.<br />
Ulrich Paetzholdt lo hizo<br />
estudiar hasta el brillo; el<br />
canto fue preciso, potente y<br />
diferenciado. El héroe protagonista<br />
halló en Markus Marquardt<br />
una punzante vocalidad.<br />
Al comienzo, apareció<br />
echado en el suelo, bajo un<br />
paño traslúcido sobre el cual<br />
se deslizaba oro fundido. Era<br />
un hombre cualquiera que la<br />
locura convierte en nocturno<br />
asesino enmascarado. Al<br />
final, ultimado por la multitud<br />
y hecho un héroe mítico,<br />
se lo vio escuchando desde<br />
un palco su propio canto<br />
fúnebre mientras el oficial<br />
decía: “Víctima de una santa<br />
locura”. Evelyn Herlitzius dio<br />
a su Dama la presencia de<br />
una deslumbrante figura, con<br />
un aplomo muy dramático y,<br />
a la vez, un aura lasciva. En<br />
la escena con el Caballero<br />
(un pregnante Rainer Trost),<br />
que encuentra a través de<br />
Cardillac un horrible final,<br />
consiguió uno de los supremos<br />
instantes de la velada.<br />
Notables resultaron en los<br />
papeles menores Anna<br />
Gabler, Oliver Ringelhahn,<br />
Michael Eder y Matthias Henneberg.<br />
Fabio Luisi leyó con<br />
la Capilla Estatal todas las<br />
complejidades de la partitura<br />
con pareja efectividad: el<br />
movimiento expresionista,<br />
los toques de intimidad<br />
camerística con debida traslucidez,<br />
el triste lirismo, hasta<br />
la música entre cajas que<br />
llenó la taberna con acentos<br />
de jazz.<br />
Bernd Hoppe<br />
Todo un acontecimiento<br />
TESORO BARROCO<br />
Straubing. Landshut. Landestheater Niederbayern. 17-III-<strong>2009</strong>. A. Scarlatti, Il giardino di rose. Wiebke Renner,<br />
Elizabeth Immelman, Maria Rebekka Stöhr, Reto Raphael Rosin, Kyung Chun Kim. Director musical: Basil H. E.<br />
Coleman. Director de escena: Ultz.<br />
48<br />
A pesar de la prohibición<br />
del Papa Inocencio XI a<br />
finales del siglo XVII, los<br />
temas religiosos aparecieron<br />
en la ópera. Así,<br />
hay oratorios semiescénicos<br />
que hoy vuelven a los<br />
escenarios. Es el caso de Il<br />
giardino di rose de Alessandro<br />
Scarlatti, destinada a una<br />
corta vida, pues se la estrenó<br />
en Roma en 1707 y sólo se<br />
registra una escenificación<br />
posterior, en 1708. Un total<br />
olvido la envolvió hasta<br />
nuestros días. Venezia Fröscher,<br />
especialista en teatro<br />
musical, encontró el único<br />
ejemplar manuscrito que se<br />
conoce. En el siglo XIX fue a<br />
dar a la Biblioteca Diocesana<br />
de Münster. Fröscher trabajó<br />
para la primera reposición<br />
de la pieza en 300 años, en<br />
el Teatro Estatal de Passau.<br />
Verdaderamente, un gran<br />
acontecimiento, ya que la<br />
PASSAU<br />
Maria Rebekka Stöhr en Il giardino di rose de Alessandro Scarlatti<br />
obra se representó en la sala<br />
que fue la Ópera del Príncipe<br />
Obispo como una alegoría<br />
escénica, con un maravi-<br />
Peter Litvai<br />
lloso y colorido vestuario.<br />
Con ello, osciló el director<br />
entre lo histórico y lo actual,<br />
sobre un escenario despojado<br />
donde la pequeña joya<br />
musical brilló nuevamente.<br />
Basil H. E. Coleman condujo<br />
con tensión afín al barroco,<br />
con intensa entrega y un ritmo<br />
irresistible. Mezclada con<br />
instrumentos originales actuó<br />
la Filarmonía de Baja Baviera.<br />
Las pimpantes y juguetones<br />
ocurrencias sonoras comentaron<br />
las alocadas y bellas<br />
imágenes del proscenio. Tanto<br />
escénica como vocalmente<br />
lucieron su alta competencia<br />
las damas Wiebke Renner<br />
(Carità), Elizabeth Immelman<br />
(Speranza), Rebekka Stöhr<br />
(Penitenza) y los señores<br />
Reto Raphael Rosin (Religione)<br />
y Kyung Chun Kim<br />
(Borea). Con esta producción<br />
de tan elevada calidad ha<br />
regalado el Teatro Regional<br />
de Baja Baviera un florido<br />
futuro a este jardín de rosas.<br />
Barbara Röder