Tavares, C., Souza, A.J., Guerra, R., Alcantara A., Silva, S.L., Matos, A., Jalles, V. (2009). Evaluación de la microdureza de dos composites fotoactivados por una unidad de luz LED. TABLA 03 - Comparación entre las profundidades de ambas resinas. Profundidades n Media * 2mm 20 67,07 a 3mmA 20 59,32 a 4mm 20 35,32 b * Letras diferentes indican diferencia estadísticamente significativa (p0,05). <strong>Sin</strong> embargo, no hubo desigualdad estadísticamente significativa entre la Opallis a 2 mm y la Z350a4mm,ni tampoco entre la Opallis a 3 mm y la Z350 a 4 mm. La resina Opallis a la profundidad de 4 mm tuvo la menor dureza, y presentó diferencia estadísticamente significativa en relación con la Z350 en todas las hendiduras y con la propia Opallis en las otras profundidades (p
Tavares, C., Souza, A.J., Guerra, R., Alcantara A., Silva, S.L., Matos, A., Jalles, V. (2009). Evaluación de la microdureza de dos composites fotoactivados por una unidad de luz LED. intensidad de luz. Los mismos autores también verificaron que la utilización de la técnica con incrementos de 1mm promovió mayor grado de polimerización y, consecuentemente, mayor dureza. Según Firoozmand, Araujo y Balducci (2005), una tira de poliéster posicionada y una leve presión sobre la resina compuesta antes de la fotopolimerización, para obtener una superficie plana y uniforme del material, facilita el registro de la dureza. Tal procedimiento fue adoptado al confeccionar los cuerpos de prueba durante este estudio también con la intención de remover el exceso de material. Autores como Alencar Junior et al.(2006), Pires et al. (2005), Cefaly et al. (2005), Correr et al. (2005), Obici et al (2004), Dunn y Bush (2002), David et al. (2007), Ciccone-Nogueira et al. (2007), Briso et al. (2007) emplearon la misma metodología. <strong>Sin</strong> embargo, Santos et al. (2000) utilizaron una lamínula de vidrio para promover mayor lisura superficial y ausencia de burbujas. Fueron seleccionados dos composites de marcas comerciales diferentes, ambos del mismo color, ya que, según los estudios de Briso et al., (2006) y Bandeira et al., (2007) los colores diferentes de los composites influencian su microdureza y muestran que los valores de la región de superficie presentaron mayor media de microdureza de que la región profunda. Santana (2006), observó que la resina compactable presentó mayores valores de microdureza que la flow. En nuestro estudio comparamos dos resinas compuestas fotopolimerizables, una de las cuales era del tipo micro-híbrida y la otra nanoparticulada; esta última presentó mayor dureza. Esto está relacionado con la cantidad de carga y con la composición de cada resina, lo que nos llevó a concluir la indicación para la utilización de cada composite estudiado para el éxito de un tratamiento restaurador. Durante este estudio el uso del radiómetro fue fundamental para la verificación de la intensidad de luz, la cual fue determinada antes y después de su uso. El control de la cantidad de intensidad de luz, ofrecida por los aparatos, debe ser cuidadoso y con la introducción de los aparatos radiómetros eso se tornó más fácil. Ya existen en el mercado aparatos com un radiómetro embutido en su base, lo que le permite al profesional una averiguación constante. (SANTOS et al., 2000). Otros trabajos también han estandarizado la medición de la intensidad antes y después del uso del radiómetro como: Micali y Basting (2004); Briso et al. (2006); Carvalho Junior, Freiras y Freitas (2002); Souza et al. (2004); Amaral et al. (2002); Bosquiroli (2003); Dunn y Bush (2002); Obici et al. (2004); Correr et al. (2005); Cefaly et al. (2005); Yazici, Kugel y Gül (2007); Pires et al. (2005); Lopes et al (2006). Un tiempo ideal de exposición para la fotopolimerización correcta del material es de extrema importancia para el éxito. En nuestro experimento fue realizada la fotopolimerización durante 65 segundos como lo precisó por el fabricante del aparato. Autores como David et al., (2007), Correr et al., (2005); Yazici, Kugel y Gül (2007), observaron que fueron pocas las diferencias en la dureza entre las fuentes de luz, siempre y cuando el tiempo mínimo de exposición de 40 segundos, fuese usado para una polimerización eficaz. Según Obici et al. (2004) el método de fotopolimerización puede variar la profundidad de fraguado de los composites, una vez que el autor verificó que la luz intermitente presentó mayor dureza, seguida de la luz continua y luz exponencial. <strong>Sin</strong> embargo, no hubo diferencia entre las muestras de hasta 2 mm, y se verificó diferencia solo em las demás profundidades. Esto es relevante, ya que muchos fabricantes no resaltan la importancia del incremento de 2 mm durante el proceso restaurador. En nuestro estudio utilizamos la luz continua al fotopolimerizar. Este hecho es también resaltado en el estudio realizado por Lopes et al. (2006). La intensidad de la radiación es apuntada también como uno de las responsables por el éxito de las restauraciones de resina compuesta. Según Correr et al. (2005) si la cantidad de fotopolimerización no es suficiente, el grado de conversión en el material es bajo y las propiedades mecánicas son afectadas negativamente. Obici et al. (2004) observaron que el LED no fotopolimerizó suficientemente un incremento de 3 mm y mostró bajos valores de dureza; sin embargo, justificaron que ese resultado insatisfactorio debería estar relacionado con la baja potencia producida por el LED utilizado en su estudio. Utilizamos en nuestro experimento un LED de alta potencia para alcanzar un ápice máximo de las canforoquinonas, y proporcinó una eficaz fotopolimerización. Autores como Firoozmand, Araujo y Balducci (2005); Cefaly et al., (2005); Alencar et al. (2005) realizaron estudios para evaluar la eficiencia de los aparatos de luz halógena y a base de luz LED, observaron que los aparatos de luz halógena fueron superiores al de diodos LED en relación con la dureza. <strong>Sin</strong> embargo, los estudios de Pires et al., (2005); Micali y Basting (2004); Yazici, Kugel y Gül (2007) evaluaron el LED y la lámpara halógena para fotopolime- 54 ODONTOLOGÍA VITAL SETIEMBRE 2009
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