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Panace@ 26. Diciembre del 2007 - Tremédica

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Tribuna<br />

2. El porqué de la terminología como asignatura<br />

Si <strong>del</strong>imitamos el mercado de trabajo profesional, podemos<br />

concluir que la traducción científico-técnica ocupa los<br />

primeros puestos dentro <strong>del</strong> mercado al que accederán nuestros<br />

futuros traductores, ya que la necesidad de comunicación<br />

en campos específicos <strong>del</strong> saber ha aumentado considerablemente<br />

en las últimas décadas.<br />

Se estima que, en la actualidad, aproximadamente el 90 %<br />

<strong>del</strong> total de las publicaciones científicas y técnicas se difunden<br />

en inglés, por lo que podríamos decir que la traducción<br />

científico-técnica en los países de habla hispana adquiere un<br />

papel fundamental en el intercambio y la transmisión de conocimientos.<br />

En consecuencia, creo que no caben dudas acerca<br />

de por qué es necesario formar traductores científico-técnicos<br />

capaces de satisfacer la creciente demanda de traducción de<br />

textos especializados. He de aclarar que por textos especializados<br />

quiero decir cualquier comunicación realizada en el<br />

contexto de los lenguajes de especialidad. Siguiendo nuevamente<br />

a Cabré (1993), estos textos pueden ser de distinto<br />

tipo, ya que su carácter de especializados no se circunscribe<br />

solamente al tema tratado, sino que está supeditado también a<br />

los fines que deben cumplir o las circunstancias específicas y<br />

singulares en que surgen.<br />

Como dije inicialmente, dado que la asignatura de terminología<br />

no está siquiera prevista como tal en la mayoría de los<br />

currículos de los traductorados e interpretariados en Argentina,<br />

los docentes de materias de traducción ―especialmente de<br />

traducción técnica y traducción científica― se refieren, en el<br />

mejor de casos, a la terminología de tal o cual área al abordar<br />

problemas de registro o de nivel de lengua, o recomiendan la<br />

compilación de listas de términos pertenecientes a un tema en<br />

particular, por ejemplo, con lo cual el alumno suele terminar<br />

su carrera con la sensación de que terminología es mero sinónimo<br />

de lista de palabras de un área de especialidad dada.<br />

Si bien las carreras de traductorado e interpretariado no<br />

tienen como objetivo formar terminólogos, abordar la terminología<br />

sólo tangencialmente dentro <strong>del</strong> programa de estudios<br />

de alguna materia, y no como una asignatura, presenta diferentes<br />

desventajas en la formación de los estudiantes, entre las<br />

que se destacan las siguientes:<br />

• impide que el alumno entienda la terminología<br />

como una disciplina;<br />

• fomenta la percepción de la terminología como la<br />

mera compilación de vocabulario;<br />

• impide dedicar una carga horaria suficiente al trabajo<br />

en torno de la terminología, aun si un docente<br />

tiene clara consciencia de su necesidad.<br />

Creo pertinente aclarar que, cuando me refiero a la importancia<br />

de enseñar terminología a futuros traductores e<br />

intérpretes, no quiero decir que suponga que el estudio de la<br />

teoría terminológica mejora el desempeño <strong>del</strong> traductor/intérprete.<br />

En lo concerniente a la enseñanza de terminología en<br />

este contexto, estimo suficiente proporcionar a los alumnos<br />

nociones básicas, tales como la distinción entre lexicografía<br />

y terminología, características de los lenguajes de especialidad,<br />

concepto de término, normalización, neología, etc., y<br />

brindarles una introducción a los fundamentos <strong>del</strong> trabajo<br />

terminográfico, sus principales herramientas de trabajo y sus<br />

productos. Sin embargo, dado que el traductor o el intérprete<br />

es, muchas veces, el primer usuario de un texto técnico o<br />

científico y su primer reformulador en otra lengua, considero<br />

necesario capacitarlo para que, en caso de enfrentarse a neologismos<br />

en el texto de partida, pueda formar ―idealmente<br />

con la ayuda de un terminólogo―, los neologismos pertinentes<br />

en la lengua de llegada de acuerdo con las normas y<br />

recomendaciones de la terminología.<br />

Tener un espacio curricular destinado puntualmente a<br />

enseñar en qué consiste la terminología, cuál es su alcance,<br />

y su importancia para quienes actuamos hoy en día como<br />

mediadores en la transmisión de conocimiento especializado<br />

tiene diversos objetivos, entre los cuales podemos destacar<br />

los siguientes:<br />

• entender la terminología en su triple concepción:<br />

como disciplina, como práctica y como producto;<br />

• jerarquizar el valor de la transmisión clara y unívoca<br />

de información/conocimientos especializados<br />

(en contraposición al modo de transmisión de la<br />

literatura, por ejemplo);<br />

• diferenciar el modo de abordaje terminológico <strong>del</strong><br />

lexicológico (onomasiológico o semasiológico) respecto<br />

a sus objetos de estudio<br />

• priorizar, en la medida de lo posible, la utilización<br />

de opciones léxicas normalizadas/estandarizadas;<br />

• brindar pautas para la creación de glosarios especializados<br />

monolingües, bilingües o multilingües<br />

de acuerdo con pautas terminográficas básicas (<strong>del</strong>imitación<br />

<strong>del</strong> campo que ha de tratarse, redacción<br />

de fichas terminológicas, etc.).<br />

3. La informática como aliada inseparable<br />

de la terminología<br />

Dado que el logro de varios de los objetivos antes mencionados<br />

está supeditado, en gran medida, a la eficiente<br />

utilización de fuentes documentales y terminológicas en<br />

línea (bancos de datos, bibliotecas virtuales, etc.), así como<br />

de otros recursos que proporciona Internet (sitios especializados,<br />

foros, listas de distribución, buscadores temáticos,<br />

etc.), la formación en terminología no puede prescindir de<br />

una adecuada capacitación en informática que permita tanto<br />

el aprovechamiento de estas herramientas como la producción<br />

de recursos originales, como bases de datos para almacenar<br />

glosarios terminológicos propios.<br />

En este contexto, la enseñanza de la informática aplicada<br />

a la terminología comparte con la enseñanza de la informática<br />

aplicada a la traducción el objetivo de lograr que los alumnos<br />

se familiaricen con las tecnologías de la información y utilicen<br />

la computadora como una herramienta que perfeccione<br />

y agilice sus investigaciones acerca de los temas que ha de<br />

abordar e incremente la calidad y la cantidad de su producción.<br />

Sin embargo, tiene además objetivos específicos, entre<br />

los cuales cabe destacar:<br />

<strong>Panace@</strong>. Vol. IX, n .o <strong>26.</strong> Segundo semestre, <strong>2007</strong> 159

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