10 - Terra de Vins

Ramon Servalls:
“Las medallas
han sido el mayor
revulsivo para el
vino mallorquín y
han incentivado
al consumidor
local que ha
comprendido que
el vino hecho aquí
es bueno”.
Antonio
Fernández:
“Los galardones
tienden a
despistar al
consumidor ya
que sabe poco de
la mecánica del
campeonato”.
En ocasiones, las bodegas tienden a sobrevalorar
su importancia mientras algunos críticos
intentan desacreditarlos. Tal vez la verdad esté
en el justo medio”.
Y, a continuación, cuenta Proensa el caso de
una bodega de la Ribera del Duero que utilizó
como reclamo publicitario para el lanzamiento
de un producto nuevo, el galardón que el vino
en cuestión había recibido en un concurso en
Turquía. El vino había sido calificado como el
mejor del mundo. Poco tiempo hizo falta para
que este caso de manipulación fuera puesto
en solfa y aprovechado por los críticos como
argumento para descalificar al conjunto de los
concursos de calidad.
Dicho esto, empezó el debate.
Ramon Servalls aseguró que “los que más
critican los concursos y los premios son los
que no los ganan” y recordó que, de los dos
tipos de concursos que hay, los homologados
y reconocidos por la OIV y los que no lo son,
la bodega Macià Batle sólo participa en los
primeros. Y añadió: “Los premios nos dan a
conocer y hacen que la gente nos valore. Los
150 premios obtenidos por nuestra bodega
nos han dado reconocimiento internacional y
aquí se ha acabado reconociendo la calidad del
vino que se hace en Mallorca”.
Antonio Fernández dijo que no creía que el
consumidor se dejara influir por las distinciones
a la hora de comprar en un establecimiento
especializado como el suyo,” tal vez sea el
caso”, expuso, “de las grandes superficies y los
supermercados donde no hay posibilidad de
asesorarse a través de un experto y ese tipo de
indicaciones en la botella puede ser un factor
a tener en cuenta. Los galardones tienden a
despistar al consumidor ya que sabe poco de
la mecánica del campeonato”, añadió.
Luis Armero, por su parte, y como bodeguero,
sostuvo que el participar o no participar, y él
no suele hacerlo, es cosa de la estrategia de
cada negocio. “Hay bodegas que no entran en
esa competición por que trabajan el día a día,
buscando la calidad”.
Ramon Servalls recordó que los concursos internacionales
son muy selectivos y que los premios
acaban publicándose luego en las guías
con buenas valoraciones. “Siempre que el vino
lo merezca”, recogió Antonio Fernández.
Como periodista, Lucia Gómez del Pulgar dijo
que las medallas son como los consejos de los
gurús que dicen que tal añada es buena o muy
buena. “Ahora son tantos los concursos que se
ha diluido un poco el valor de estas distinciones”
y coincidió con Servalls en que al consumidor
le falta información. “El que publica el resultado
de un concurso debería ofrecer una información
completa sobre los detalles de la competición
para que el lector pueda saber de que se trata”.
“No se puede poner en duda que los galardonados
–dijo Antoni Vich- tienen un nivel alto,
pero a la hora de la venta no veo que el cliente
pida un Bacus o un Bruselas. Yo no tengo las
botellas expuestas y no juego a ofrecer esa medalla.
Tal vez sea el cliente extranjero el que
viene con la información y piden por el nombre
del vino. Y yo, como somelier, me planteo
mis propios gustos. Eso si, creo que hay que
admitir que los premios hacen que haya una
competencia más fuerte”.
Ramon Servalls insistió en que “las medallas
han sido el mayor revulsivo para el vino mallorquín
y han incentivado al consumidor
local que ha comprendido que el vino hecho
aquí es bueno”.
Se mostró de acuerdo Luis Armero en que se
va conociendo el producto pero, reconoció “a
veces hay miedo a no poder responder a la demanda
por falta de producción. Hay que poder
digerirlos, tantos premios. Y no olvidemos que
antes también se hacían vinos buenos aquí”.
“Después de las medallas, hay que reconocerlo,
dijo Servalls, nos hemos crecido y nos han servido
para presentarnos al mismo nivel que otras
D.O reconocidas como Rioja o Ribera del Duero”.
A partir de aquí, Servalls explicó cómo su bodega
selecciona las competiciones en las que
participa: “Sinceramente, hay tantos concursos
que participo en los de aquellas zonas donde
quiero vender vino, y un premio allí, me abre el
mercado. Son una buena carta de presentación”.
Lucía Gómez del Pulgar también reconoció los
efectos benéficos de los galardones a nivel local.
“Ha animado a los productores y de cara
a la prensa han funcionado bien, consigues la
medalla y que hablen de ti, al mismo tiempo”.
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T e r r a d e V i n s