PORTADA ENERO 2010 - Passio Christi

ENTRE BELÉN Y NAZARET
DEL JESÚS NIÑO, AL JESÚS ADULTO
Síntesis breve
Cuando tenía ya doce años, sus padres llevaron a Jesús a Jerusalén, para cumplir la
Ley (Lucas 40-50). Y Jesús les dio un gran disgusto... Se quedó en el templo, sin contar
con nadie. Allí lo encontraron María y José, haciendo mil preguntas a los que tanto sabían
(Lucas 2,47). Y enseguida, el reproche: “Hijo, ¿por qué nos has hecho eso? Tu padre
y yo te hemos andado buscando con gran dolor” (Luc 2,48). Después, bajó con ellos a Nazaret,
y les estaba sumiso... Su madre, guardaba todas estas y otras cosas en su corazón”
(Luc 2,51-52).
Y seguía creciendo, ante Dios y ante los hombres (Luc 2,50-52).
Hasta que un día, también él se llegó al Jordán donde su primo Juan bautizaba, y proclamaba
la conversión para el perdón de los pecados... Cuando Jesús recibió el bautismo
de Juan, dice el evangelista que todos los presentes escucharon
una voz que decía: “quien se está bautizando
es mi hijo predilecto” (Mateo 3,13-17; Marcos 1,9-
11), etc.
Dice también el evangelio que Jesús luego se retiró
al desierto, ayunando allí cuarenta días y cuarenta noches...
Y que luego buscó amigos y discípulos, y con
ellos, empezó a anunciar la buena nueva del Reino. Y
que muchos lo seguían y lo querían, porque nadie era
capaz de hacer lo que él decía y hacía. Hablaba con
sencillez, todos le entendían (Mateo 7,28). Hasta los
“más sabios” comprendían y se admiraban de lo que él
proclamaba, aunque rechazaban su doctrina porque
les era contraria.
La doctrina del Maestro se cifraba en el amor, el
perdón y la verdad. No tenía reparo en reprocharles:
«Vuestra actitud no es buena. Mi padre reprueba lo
que hacéis. Engañáis al pueblo sencillo, y Dios es la
Verdad. Habéis convertido el templo en cueva de bandidos
y traficantes. Además, pervertís el “templo de
Dios que es cada hombre”. Dios, es más grande que
vuestro templo. Vuestros sacrificios, no son agradables
a Dios.” Y así, muchos otros reproches.
Aquella doctrina era nueva, diferente, centrada
como estaba en la fe en Dios Padre, la esperanza y el
amor.
Jesús adolescente,
entre los doctores, en el Templo.
Por todo ello, y al fin, una traición en pos de otra, y terminaron matándolo. Lo crucificaron
(Mateo 27,35-38; Marcos 16,1-8), etc.
Pero nunca se imaginaron que aquel a quien crucificaron por sembrar y hacer el bien,
ni la muerte lo enterraría para siempre. Y resucitó al tercer día (Mateo 28,1-8; Marcos,
16,1-8) etc.
Desde entonces, después de la Resurrección, el grano sembrado en la tierra, dio y sigue
dando fruto abundante.
Esta es, en apretada síntesis, la historia de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, hijo
también de María.
Tú, tu mismo, repasa el Evangelio, vete detallando acontecimientos... lugares, actitudes...
palabras... testimonios.
Después, responde con amor a quien tanto te amó y te ama.
Si él puso su amor en ti, ponlo tú en él, viviendo una vida cristiana desde el amor.
Y en este “quehacer” no creas solamente en “pláticas piadosas”, ni en teorías sutiles,
de muchas palabras y escasa concreción.
Tú, cree, ama y sigue al auténtico Jesús de Nazaret.
✒ Aniceto Rey López
Revista Pasionario/7