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El hambre como problema colonial - Programa de Acción Colectiva ...

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Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />

48<br />

<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> ha sido y será parte <strong>de</strong> las “formas <strong>de</strong> ocupación” <strong>de</strong> los<br />

bienes comunes, los cuerpos y las sensibilida<strong>de</strong>s que se vuelven necesarias<br />

para la expropiación capitalista global.<br />

En el contexto <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>sarrollado hasta aquí, es posible enten<strong>de</strong>r<br />

cómo hay un “mercado <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” don<strong>de</strong> las agencias <strong>de</strong> la política<br />

institucional y las diversas fracciones <strong>de</strong> las clases dominantes se apropian<br />

<strong>de</strong> los exce<strong>de</strong>ntes.<br />

<strong>El</strong> entramado básico <strong>de</strong> la religión neo<strong>colonial</strong> encuentra en dos <strong>de</strong><br />

las características <strong>de</strong> las “políticas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” algunos <strong>de</strong> sus pilares<br />

fundamentales. Una la constituye la auto-organización, auto-responsabilización<br />

y auto-culpabilización que dan forma a las emulaciones <strong>de</strong> las<br />

burocracias institucionales. La otra, las actitu<strong>de</strong>s recomendadas por la<br />

experiencia <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>: el agra<strong>de</strong>cimiento al que da, la responsabilidad<br />

frente al regalo y el reconocimiento <strong>de</strong> la ignorancia.<br />

Las personas con <strong>hambre</strong> son así “ciudadanos <strong>de</strong> segunda” <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo<br />

cual se hace visible cómo la política en tanto empresa <strong>colonial</strong> necesita <strong>de</strong><br />

mano <strong>de</strong> obra política y la oferta es construida en el mercado <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>,<br />

en el uso teleológico y tecnológico <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong>l colonizado.<br />

Los fantasmas y fantasías <strong>de</strong>s<strong>de</strong> y sobre el <strong>hambre</strong> son prácticas<br />

i<strong>de</strong>ológicas, que <strong>como</strong> todo componente <strong>de</strong> una economía política <strong>de</strong> la<br />

moral, en sus momentos cognitivos y emocionales elaboran (y se elaboran<br />

en) una división social <strong>de</strong>l conocimiento y las sensibilida<strong>de</strong>s.<br />

<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> constituye y conforma unas especiales relaciones entre territorios<br />

y sensibilida<strong>de</strong>s, es una señal <strong>de</strong> la geografía <strong>de</strong> la <strong>de</strong>predación y<br />

la expropiación. Siguiendo los hilos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> se elabora una geopolítica<br />

<strong>colonial</strong>. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> tiene cualida<strong>de</strong>s performativas respecto al tiempoespacio,<br />

es una manera <strong>de</strong> construir disposiciones elaborando límites,<br />

produciendo la división entre territorios, es un espectro que colorea la<br />

comarca y los bor<strong>de</strong>s que no hay que traspasar sin estar en peligro.<br />

Si se pue<strong>de</strong> elaborar una geopolítica <strong>colonial</strong> constatando la existencia<br />

<strong>de</strong> “ciudadanos <strong>de</strong> segunda”, cuyos <strong>de</strong>rechos se vinculan a “políticas<br />

<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” (elaboradas y gerenciadas por la política institucional) que a<br />

su vez se vinculan a las incertidumbres y persistencias <strong>de</strong> un “mercado<br />

<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>”, que se basa en múltiples “formas <strong>de</strong> ocupación” <strong>de</strong> cuerpos<br />

y territorios, la conclusión –al menos provisoria– es clara: estamos<br />

frente a una sociedad <strong>colonial</strong>.<br />

<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es el territorio permanente <strong>de</strong> los cuerpos colonizados, se<br />

hace evi<strong>de</strong>nte que el conflicto entre fracciones <strong>de</strong> clase sólo tiene <strong>como</strong><br />

objetivo la reproducción <strong>de</strong>l capital a gran escala y en dicho proceso el<br />

fantasma <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> es el reverso solidario y complementario <strong>de</strong><br />

la fantasía <strong>de</strong>l país rico.<br />

Más allá que no haya sido nuestro objetivo en este trabajo, es necesario<br />

remarcar que el colono ocupado en la <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes<br />

comunes, en la expropiación exce<strong>de</strong>ntaria <strong>de</strong> energías, en la elaboración<br />

cambiante e iterativa <strong>de</strong>l catecismo <strong>colonial</strong> y en los conocimientos<br />

científicos que lo acompañan, no ha reparado (aún) en un sinnúmero <strong>de</strong>

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