El hambre como problema colonial - Programa de Acción Colectiva ...
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<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>:<br />
Fantasías Sociales y Regulación <strong>de</strong> las Sensaciones en<br />
la Argentina <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 2001<br />
Adrián Scribano, Juliana Huergo, Martín Eynard<br />
1- Introducción<br />
“Cada seis segundos, un niño muere <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>”<br />
(FAO, 2009)<br />
“Pocos fenómenos han influido tan intensamente en la<br />
conducta política <strong>de</strong> los pueblos, <strong>como</strong> el fenómeno<br />
alimenticio, la trágica necesidad <strong>de</strong> comer”<br />
(De Castro, 1955: 12)<br />
<strong>El</strong> presente trabajo tiene por objetivo hacer evi<strong>de</strong>ntes las consecuencias<br />
<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> en la estructuración <strong>de</strong> las sensibilida<strong>de</strong>s. Se consi<strong>de</strong>ran<br />
aquí a dichas consecuencias <strong>como</strong> prácticas i<strong>de</strong>ológicas que<br />
actualizan, instancian y reproducen los rasgos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> política<br />
<strong>colonial</strong>. Lo anterior es posible <strong>de</strong> ser comprendido en el contexto <strong>de</strong> los<br />
rasgos centrales <strong>de</strong> la fase actual <strong>de</strong>l imperialismo en las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>pendientes<br />
y neo<strong>colonial</strong>es.<br />
<strong>El</strong> análisis realizado se sustenta en una mirada transversal <strong>de</strong>l material<br />
empírico y teórico que ha sido elaborado en el marco <strong>de</strong> los proyectos que<br />
dan origen al presente libro.<br />
La estrategia argumentativa que se ha seleccionado es la siguiente:<br />
a) se sintetizan las relaciones existentes entre capitalismo, <strong>colonial</strong>idad<br />
y alimentación, b) se muestra el lugar <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> en tanto componente<br />
<strong>de</strong> fantasmas y fantasías sociales y c) se finaliza sintetizando algunos <strong>de</strong><br />
los ejes centrales por los cuales el <strong>hambre</strong> señala la existencia <strong>de</strong> una<br />
estructura <strong>colonial</strong> en nuestra sociedad.<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
23
2- Primera parte<br />
2.1- Capitalismo y <strong>colonial</strong>ismo: algunos supuestos analíticos<br />
<strong>El</strong> presente capítulo se inscribe en tres conjuntos <strong>de</strong> supuestos que han<br />
sido el resultado <strong>de</strong> diversas indagaciones realizadas en los proyectos ya<br />
aludidos:<br />
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
24<br />
a) <strong>El</strong> capitalismo se ha transformado en un gran máquina <strong>de</strong>predatoria <strong>de</strong><br />
energía –especialmente corporal– que ha configurado-re<strong>de</strong>finido sus<br />
mecanismos <strong>de</strong> soportabilidad social y los dispositivos <strong>de</strong> regulación<br />
<strong>de</strong> las sensaciones, al tiempo que es un gran aparato represivo internacional.<br />
1<br />
b) La vía privilegiada <strong>de</strong> conexión entre acciones colectivas, fantasmas<br />
y fantasías sociales la constituye la aceptación <strong>de</strong> que el cuerpo es el<br />
locus <strong>de</strong> la conflictividad y el or<strong>de</strong>n. Es el lugar y topos <strong>de</strong> la conflictividad<br />
por don<strong>de</strong> pasan (buena parte <strong>de</strong>) las lógicas <strong>de</strong> los antagonismos<br />
contemporáneos. Des<strong>de</strong> aquí es posible observar la constitución <strong>de</strong><br />
una economía política <strong>de</strong> la moral, es <strong>de</strong>cir, unos modos <strong>de</strong> sensibilida<strong>de</strong>s,<br />
prácticas y representaciones que ponen en palabras la dominación.<br />
c) En la actualidad se pue<strong>de</strong> observar el surgimiento <strong>de</strong> una religión <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>samparo neo<strong>colonial</strong>. Así, la política (institucional) <strong>de</strong>be crear la<br />
nueva religión <strong>de</strong> los países neo<strong>colonial</strong>es <strong>de</strong>pendientes que reemplace<br />
la –ya antigua– trinidad <strong>de</strong> la “religión industrial” 2 basada en: producción<br />
ilimitada, absoluta libertad y felicidad sin restricciones, por la trinidad <strong>de</strong><br />
los expulsados compuesta por el consumo mimético, el solidarismo 3 y<br />
la resignación. Religión cuya liturgia es la construcción <strong>de</strong> las fantasías<br />
sociales, don<strong>de</strong> los sueños cumplen una función central en tanto reino<br />
<strong>de</strong> los cielos en la tierra, y la sociodicea <strong>de</strong> la frustración el papel <strong>de</strong><br />
narrar y hacer presentes-aceptables los fantasmáticos infiernos <strong>de</strong>l pasado<br />
vuelto presente continuo.<br />
La ocupación y expropiación a las que se somete a poblaciones enteras<br />
<strong>de</strong>l planeta por parte <strong>de</strong>l capitalismo global es una agresión imperial<br />
que si bien toma diversas formas y <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s, se manifiesta en relaciones<br />
<strong>de</strong> coloniaje.<br />
Agredir a una sociedad es <strong>de</strong>jar a sus futuras generaciones sin las energías<br />
individuales y sociales para reconocerse y ser reconocido. Es en este<br />
sentido que <strong>de</strong>velar lo que oculta una política <strong>de</strong> los cuerpos significa entrever<br />
la política <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad que se está aplicando. Las políticas alimentarias<br />
1 Para una aproximación más <strong>de</strong>tallada a estas i<strong>de</strong>as ver Scribano (2008a).<br />
2 Nos aproximamos aquí, con varias diferencias, a E. Fromm en su exposición <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> religión industrial. Cfr. Erich Fromm (1977).<br />
3 Para una explicación exhaustiva <strong>de</strong>l solidarismo, ver Boito (2005).
son parte <strong>de</strong> la política <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad, por lo cual –<strong>como</strong> en la construcción<br />
<strong>de</strong> toda política– la “asistencia alimentaria” se basa en un hacer estructurador.<br />
Así, la política <strong>de</strong> los cuerpos, es <strong>de</strong>cir, las estrategias que una sociedad<br />
acepta para dar respuesta a la disponibilidad social <strong>de</strong> los individuos<br />
es un capítulo, y no el menor, <strong>de</strong> la estructuración <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.<br />
Todos los imperios han tenido una política sobre los cuerpos en tanto<br />
estrategia para mantener a los individuos al servicio <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n. <strong>El</strong> riesgo<br />
<strong>de</strong> la no-reproducción biológica comienza en el riesgo <strong>de</strong> la inanición. La<br />
línea que divi<strong>de</strong> la vida y la muerte está pintada con los colores <strong>de</strong> la alimentación.<br />
La forma más agresiva <strong>de</strong> intervenir a las socieda<strong>de</strong>s es cortando<br />
dicha línea, <strong>de</strong>sdibujándola u ocultando su existencia. 4 Mantener<br />
débiles o fuertes a los cuerpos es una <strong>de</strong> las facetas más importantes <strong>de</strong><br />
la disponibilidad social <strong>de</strong> los mismos.<br />
La alimentación permite compren<strong>de</strong>r no sólo el sistema cultural <strong>de</strong> una<br />
sociedad, sino también las relaciones sociales que se <strong>de</strong>sarrollan en ella:<br />
lo cual pone en evi<strong>de</strong>ncia la estrecha relación existente entre alimentación,<br />
comida 5 y política. En relación a ello, Letamendia (2000) señala que la comida<br />
es un medio <strong>de</strong> lectura: <strong>de</strong> los conflictos <strong>de</strong> clases, <strong>de</strong> las luchas por<br />
el po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> la división <strong>de</strong> los trabajos por sexo, <strong>de</strong> los antagonismos entre<br />
la comensalidad en espacios públicos y privados, <strong>de</strong> los choques culturales<br />
entre civilizaciones, <strong>de</strong> las transiciones <strong>de</strong> un sistema político a otro.<br />
Es preciso remarcar que retomamos las voces <strong>de</strong> los sujetos que han<br />
participado en las investigaciones aludidas <strong>como</strong> testimonios que permiten<br />
reconstruir la estructura <strong>colonial</strong> <strong>de</strong> la sociedad a través <strong>de</strong> las consecuencias<br />
<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> en las políticas <strong>de</strong> los cuerpos y las emociones.<br />
2.2- Hambre, Colonialidad, Energías y disponibilidad corporal<br />
Tomamos aquí el concepto <strong>de</strong> <strong>hambre</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una visión sociológica don<strong>de</strong><br />
se enfatiza su carácter relacional, funcionando en tanto espacio <strong>de</strong> observabilidad<br />
abierto y sensibilizador. 6<br />
Comencemos indicando que: a) el <strong>hambre</strong> es un fenómeno complejo,<br />
que implica no sólo una diversidad <strong>de</strong> “tipos” <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>, sino también diferentes<br />
intensida<strong>de</strong>s. Es <strong>de</strong>cir, trae consigo una variabilidad en cuanto a su<br />
4 No es casual que las imágenes científicas <strong>de</strong> la pobreza encuentren en la “línea” un mecanismo<br />
analógico para dividir la sociedad entre pobres y no pobres. Para una lectura más<br />
<strong>de</strong>tenida sobre las consecuencias <strong>de</strong> dicha división Cfr. Scribano (2008b).<br />
5 Si bien es cierto que existen diferencias entre comer, alimentarse y la captación <strong>de</strong> nutrientes<br />
básicos, la no explicitación <strong>de</strong> dichas diferencias en su uso en este artículo obe<strong>de</strong>ce a<br />
la intención <strong>de</strong> potenciar justamente sus respectivos impactos en la economía política <strong>de</strong> la<br />
moral.<br />
6 Para profundizar esta caracterización “metodológica” <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> concepto pue<strong>de</strong>n<br />
verse, por ser muy similares a las que usamos aquí, las realizadas por Gid<strong>de</strong>ns, (1995)<br />
(conceptos sensibilizadores), y Bourdieu y Wacquant, (1995) (conceptos abiertos). Para ver<br />
otra perspectiva sobre “conceptos sensibilizadores”, ver Denzin, (1971).<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
25
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
26<br />
extensión e intensidad; b) a<strong>de</strong>más, y en relación con lo anterior, el “<strong>hambre</strong><br />
oculta” 7 significa que existen otros tipos <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la inanición, 8<br />
que pue<strong>de</strong>n no tener marcas inmediatamente visibles a nuestra percepción<br />
cotidiana; asimismo, c) el <strong>hambre</strong> oculta es un fenómeno que se instala<br />
<strong>como</strong> un síntoma <strong>de</strong> que el <strong>hambre</strong> es un hecho primariamente social.<br />
En este contexto se pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r mejor cómo se conectan en<br />
la situación actual la <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes comunes y los impactos<br />
sobre los nutrientes en el capitalismo neo<strong>colonial</strong>.<br />
La <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes comunes es un nodo central que permite<br />
reconstruir la situación neo<strong>colonial</strong> <strong>de</strong> nuestros países y que se cruza con<br />
las políticas <strong>de</strong> los cuerpos y las emociones que estructuran el estado <strong>de</strong><br />
las sensibilida<strong>de</strong>s y energías sociales en la actualidad.<br />
La <strong>de</strong>tección, explotación y mercantilización <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong> energía,<br />
cualquiera sea su origen, es la base <strong>de</strong> las acciones expropiatorias<br />
que el capital ejecuta <strong>como</strong> condición <strong>de</strong> posibilidad <strong>de</strong> su reproducción.<br />
Dichas acciones no tienen ningún límite e incluyen en sí mismas la posibilidad<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción total <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong> energía aludidas. Salta a la<br />
vista que el capitalismo es un sistema que para lograr su reproducción<br />
no duda en auto<strong>de</strong>struirse. Estas acciones son las que se pue<strong>de</strong>n caracterizar<br />
<strong>como</strong> <strong>de</strong>predatorias.<br />
<strong>El</strong> aire, el agua y la tierra tomados <strong>como</strong> campos sistémicos <strong>de</strong> localización<br />
<strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> energías necesarias para la reproducción <strong>de</strong> los<br />
hombres y el planeta están siendo usados y apropiados diferencialmente<br />
<strong>de</strong> modo tal que la expropiación por parte <strong>de</strong> unos pocos in-viabiliza el mínimo<br />
disfrute <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s mayorías planetarias; disfrute <strong>de</strong> unos pocos,<br />
bajo la fantasía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> todos. La expropiación <strong>de</strong> energía tiene, entre<br />
otras, las siguientes consecuencias: a) la <strong>de</strong>predación involucra una sistemática<br />
apropiación <strong>de</strong> las condiciones materiales <strong>de</strong> vida que coagulan y<br />
disminuyen los rangos <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> cuerpos en el planeta; y b)<br />
la planetarización e inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la apropiación <strong>de</strong> los exce<strong>de</strong>ntes<br />
energéticos constituyen una renovada manera <strong>de</strong> explotación.<br />
Por lo antes expuesto consi<strong>de</strong>ramos que si bien se pue<strong>de</strong> mantener <strong>como</strong><br />
horizonte operacional el umbral mínimo <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s nutricionales que<br />
el individuo necesita para garantizar su perdurabilidad en conexión/tensión<br />
con: a) la disponibilidad <strong>de</strong> macro y micro nutrientes 9 vs. las necesida<strong>de</strong>s<br />
7 También llamada “<strong>de</strong>snutrición oculta”, es <strong>de</strong>cir, la carencia específica <strong>de</strong> algún micronutriente<br />
que dificulta las funciones corporales.<br />
8 La inanición es una grave <strong>de</strong>snutrición o malnutrición. Es una condición patológica en la<br />
que la falta <strong>de</strong> consumo <strong>de</strong> alimentos amenaza o causa la muerte. Es una consecuencia directa<br />
<strong>de</strong> la hambruna, carencia grave <strong>de</strong> alimentos que afecta a un área geográfica gran<strong>de</strong><br />
o un grupo significativo <strong>de</strong> personas (Latham, 2002).<br />
9 Los macronutrientes están representados por las proteínas, los hidratos <strong>de</strong> carbono y las<br />
grasas. Estos dos últimos, son la fuente <strong>de</strong> energía corporal por excelencia. Las proteínas,<br />
presentan a la función plástica <strong>como</strong> primaria, es <strong>de</strong>cir, son formadoras y reparadoras <strong>de</strong><br />
tejidos corporales, y sólo en ausencia <strong>de</strong> los anteriores cubren la función energética. Los<br />
micronutrientes, abarcan los minerales y las vitaminas, cuya función es vital para mantener<br />
en estado <strong>de</strong> equilibrio el funcionamiento corporal.
corporales <strong>de</strong> energía y nutrientes, b) estas últimas vs. el consumo promedio<br />
real <strong>de</strong> energías alimentarías, d) la producción local <strong>de</strong> energías vs. la<br />
exportación y la importación <strong>de</strong> las mismas; para enten<strong>de</strong>r el <strong>hambre</strong>, hay<br />
que incorporar a<strong>de</strong>más otros factores. Más aún si lo que se preten<strong>de</strong> es<br />
–<strong>como</strong> en el caso <strong>de</strong>l presente artículo– mostrar las conexiones entre el<br />
fenómeno <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> y la expansión imperial neo<strong>colonial</strong> <strong>de</strong>l capitalismo.<br />
Las clases sociales viven y perviven por medio <strong>de</strong> apropiaciones diferenciales<br />
<strong>de</strong> la flui<strong>de</strong>z (potenciales y actuantes) <strong>de</strong> los cuerpos en movimiento.<br />
Patricia Aguirre (2004), i<strong>de</strong>ntifica la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> “ricos flacos y<br />
gordos pobres” basada en tres representaciones sociales <strong>de</strong>l cuerpo en<br />
su relación con la alimentación y la comensalidad: a) Cuerpos fuertes, alimentos<br />
rendidores, compañerismo (sectores <strong>de</strong> bajos ingresos y pobres<br />
estructurales); b) Cuerpos lindos, alimentos ricos, comensalidad familiar<br />
(sectores <strong>de</strong> ingresos medios, empobrecidos o no) y c) Cuerpos sanos,<br />
alimentos light, comensalidad individual (sectores altos).<br />
<strong>El</strong> amarillismo mediático suele exhibir casos aislados <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>: villas<br />
periféricas, asentamientos en el norte <strong>de</strong>l país, sin mostrar la cruel<br />
relación proporcionalmente inversa <strong>de</strong> que a más riqueza –para algunos–<br />
le correspon<strong>de</strong> más pobreza –para muchos–. Esta lógica <strong>de</strong> la<br />
estructuración <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> los cuerpos se vincula con las políticas<br />
alimentarias estatales, a las cuales les resta todavía recorrer mucho camino<br />
para respon<strong>de</strong>r a otros escándalos: la anemia por <strong>de</strong>ficiencia <strong>de</strong><br />
hierro, la <strong>de</strong>snutrición crónica y la obesidad. Fenómenos íntimamente<br />
relacionados al nivel socioeconómico <strong>de</strong> la población y que han persistido<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los últimos 25 años <strong>de</strong> intervenciones en materia alimentaria<br />
(Maceira y Stechina, 2008).<br />
<strong>El</strong> anterior contexto crítico impacta <strong>de</strong> manera más profunda sobre la<br />
infancia, es <strong>de</strong>cir, sobre el presente y futuro. Según los nuevos patrones <strong>de</strong><br />
crecimiento infantil <strong>de</strong> la Organización Mundial <strong>de</strong> la Salud (OMS, 2006),<br />
los 5 primeros años <strong>de</strong> vida son cruciales para lograr un crecimiento y un<br />
<strong>de</strong>sarrollo óptimos, lo cual <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> más <strong>de</strong> la nutrición, <strong>de</strong> las prácticas<br />
<strong>de</strong> alimentación, <strong>de</strong>l ambiente, <strong>de</strong> los cuidados recibidos y <strong>de</strong> la atención<br />
sanitaria que <strong>de</strong> los factores genéticos o étnicos.<br />
En Argentina, la Encuesta Nacional <strong>de</strong> Salud y Nutrición 10 (ENNyS,<br />
2007) <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Salud <strong>de</strong> la Nación, en lo que respecta a los niños<br />
y las niñas <strong>de</strong> 6 meses a 5 años, da cuenta <strong>de</strong>:<br />
a) una baja prevalencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>snutrición aguda: aproximadamente, uno <strong>de</strong><br />
cada 100 niños presenta bajo peso para su talla.<br />
b) una marcada prevalencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>snutrición crónica: aproximadamente,<br />
uno <strong>de</strong> cada 10 niños presenta baja talla para su edad. La frecuencia<br />
<strong>de</strong> baja talla es mayor en niños pertenecientes a hogares en condición<br />
<strong>de</strong> privación socioeconómica.<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
27<br />
10 Los valores que se <strong>de</strong>tallan correspon<strong>de</strong>n a la media nacional, es preciso aclarar que<br />
existen marcadas diferencias regionales.
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
28<br />
c) crecientes niveles <strong>de</strong> sobrepeso y obesidad (exceso <strong>de</strong> peso para su<br />
talla): uno <strong>de</strong> cada 10 niños presenta obesidad. La prevalencia <strong>de</strong> esta<br />
última tien<strong>de</strong> a ser más elevada en niños pertenecientes a hogares<br />
con privación socioeconómica, sin necesida<strong>de</strong>s básicas insatisfechas;<br />
situación particularmente observada en las regiones <strong>de</strong>l Noreste,<br />
Noroeste y Pampeana (esta última contiene a Córdoba). Por otra parte,<br />
el sobrepeso y/o la obesidad, y la <strong>de</strong>snutrición crónica suelen presentarse<br />
<strong>como</strong> una doble carga en un mismo niño.<br />
d) crecientes niveles <strong>de</strong> <strong>de</strong>snutrición oculta (<strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong> micronutrientes<br />
específicos): principalmente anemia por déficit <strong>de</strong> hierro. Su prevalencia<br />
en los niños <strong>de</strong> 6 a 23 meses es <strong>de</strong> un 34.1%, valor que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong><br />
a 8.9% en los niños <strong>de</strong> 2 a 5 años. De manera similar a lo que se mencionaba<br />
anteriormente, las condiciones socioeconómicas en que viven<br />
los niños se encuentran íntimamente asociadas a esta patología.<br />
En relación a la ciudad <strong>de</strong> Córdoba, datos <strong>de</strong>l <strong>Programa</strong> <strong>de</strong> Salud Escolar<br />
(2007) en cuanto al estado nutricional <strong>de</strong> niños <strong>de</strong> 5 años pertenecientes a<br />
38 escuelas municipales, reflejan que en sólo 5 escuelas municipales <strong>de</strong> las<br />
38 relevadas, los niños y las niñas no presentaron ningún tipo <strong>de</strong> malnutrición<br />
por déficit (<strong>de</strong>snutrición aguda, crónica o ambas). <strong>El</strong> cuadro epi<strong>de</strong>miológico<br />
nutricional que subyace al dato anterior, evi<strong>de</strong>ncia que los mayores<br />
porcentajes <strong>de</strong>: a) <strong>de</strong>snutrición crónica, van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 7.7 a 20%, con una prevalencia<br />
similar a la registrada el año anterior; b) <strong>de</strong>snutrición aguda, entre<br />
25.6 y 31.2 %, la cual supera los valores encontrados en el año 2006; c)<br />
<strong>de</strong>snutrición global o bajo peso para la edad, entre 25 y 43%, y d) sobrepeso<br />
y obesidad, entre 18 y 33%, y entre 14.3 y 18.2 %, respectivamente.<br />
La conexión directa entre <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes comunes y la<br />
elaboración <strong>de</strong> los dispositivos <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> las sensaciones a ella<br />
asociada se pue<strong>de</strong> ver claramente si se repara en las proximida<strong>de</strong>s y distancias<br />
entre energías corporales y energías sociales.<br />
La ausencia o disminución progresiva <strong>de</strong> la energía corporal pone en<br />
riesgo las condiciones <strong>de</strong> existencia corpóreas, en tanto altera las cantida<strong>de</strong>s<br />
y calida<strong>de</strong>s energéticas que cada individuo tiene a su disposición.<br />
Por el otro lado, la energía social, que se presenta a través <strong>de</strong>l cuerpo<br />
social, se basa en la energía corporal y es la potencia para planear, ejecutar<br />
y resolver las consecuencias <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> los agentes. En consecuencia,<br />
sin alimentos no hay cuerpos y sin cuerpos no hay agentes,<br />
ni biografías, ni posibilidad <strong>de</strong> presentación social. La <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los<br />
cuerpos y su proximidad a la muerte por inanición afecta la disponibilidad<br />
social <strong>de</strong> los mismos.<br />
Es por <strong>de</strong>más obvio que ni los sujetos ni nosotros mismos experienciamos<br />
y narramos nuestras situaciones <strong>de</strong> interrelación económica, política<br />
y social bajo la cobertura explicativa <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> colonia. Justamente<br />
la invisibilidad, oclusión y efectividad <strong>de</strong> las “actuales” formas <strong>de</strong> la estructura<br />
<strong>colonial</strong> son parte <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> soportabilidad<br />
social y dispositivos <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> las sensaciones.
3- Segunda parte: Análisis <strong>de</strong> narraciones sobre el <strong>hambre</strong>.<br />
Cartografías <strong>de</strong> lo <strong>colonial</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pasado y <strong>de</strong>l presente-futuro<br />
En los trabajos <strong>de</strong> indagación que venimos haciendo sobre la elaboración<br />
<strong>de</strong> Fantasmas y Fantasías Sociales post-crisis 2001 a través <strong>de</strong> la voz <strong>de</strong> los<br />
sujetos (que participaron <strong>de</strong> alguna forma en acciones colectivas en Córdoba<br />
en esos meses) aparece con fuerza el <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> nodo cognitivo-emocional.<br />
Unas veces asociado a los “motivos” <strong>de</strong> la crisis, otras perfomando el<br />
presente y el futuro, el <strong>hambre</strong> es “traída-a-narración” por los sujetos ya sea<br />
en las entrevistas individuales o grupales que hemos tenido con ellos.<br />
Entre los nodos aludidos se revelan <strong>como</strong> recurrentes cuatro formas<br />
distintas <strong>de</strong> estructurar las emociones y sensibilida<strong>de</strong>s: las metáforas <strong>de</strong>l<br />
<strong>hambre</strong>, las marcas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>, la geopolítica <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> y las políticas<br />
<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>. Formas que a su vez dan cuenta <strong>de</strong> las prácticas naturalizadas<br />
y naturalizantes que elaboran los mecanismos <strong>de</strong> soportabilidad<br />
y dispositivos <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> las sensaciones expresados que hacen<br />
posible la observación <strong>de</strong> los fantasmas y fantasías a ellas asociadas.<br />
En una primera aproximación y advirtiendo sobre su estructura relacional,<br />
superpuesta y moebiana, po<strong>de</strong>mos reconstruir dichos nodos<br />
cognitivos-afectivos <strong>de</strong> la siguiente manera:<br />
Los usos metafóricos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> indican cómo su experienciación<br />
sirve para mapear y significar prácticas asociadas a ella <strong>de</strong> modo tal que<br />
se <strong>de</strong>sempeña <strong>como</strong> una capacidad para hablar sobre terrenos no conocidos<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las experiencias concretas conocidas. La metáfora aquí es<br />
usada para abrir caminos <strong>de</strong> expresión a prácticas que <strong>de</strong> otra manera<br />
pasarían <strong>de</strong>sapercibidas y <strong>de</strong>svinculadas <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> la acción.<br />
Las marcas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> hacen evi<strong>de</strong>nte los lugares-momentos don<strong>de</strong><br />
dicha experiencia queda “grabada” en el cuerpo formando parte <strong>de</strong> los<br />
equilibrios y <strong>de</strong>sequilibrios entre cuerpo individuo, subjetivo y social <strong>de</strong><br />
modo tal que constituyen “mojones vivenciales”.<br />
La geopolítica <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> muestra cómo el <strong>hambre</strong> está inscripta en la<br />
instanciación tiempo-espacio, indica cómo los sujetos “territorializan” las<br />
experiencias <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> y cómo su vivencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su “localización”.<br />
Los usos políticos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> instancian dos tipos <strong>de</strong> prácticas: por un<br />
lado las <strong>de</strong> auto-organización y auto-responsabilización por parte <strong>de</strong> los<br />
que “sufren” el <strong>hambre</strong>, y por otro lado, aparecen fuertemente asociados<br />
a prácticas instrumentales <strong>de</strong> los actores sociales vinculados a la gestión<br />
<strong>de</strong> los programas alimentarios. Dichos usos no se limitan a los funcionarios<br />
y/o punteros 11 y señalan claramente en dirección a tecnologías <strong>de</strong> los<br />
usos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>.<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
29<br />
11 Sintéticamente, un “puntero” político podría <strong>de</strong>scribirse <strong>como</strong> un gestor-dirigente político<br />
que maneja una estructura <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r partidaria <strong>de</strong> escala pequeña o gran<strong>de</strong>, con un fuerte<br />
anclaje territorial, por lo general barrial, y con criterios clientelares. La tarea central <strong>de</strong> los<br />
“punteros” implica la recolección <strong>de</strong> votos para <strong>de</strong>terminado candidato y/o partido en las<br />
épocas electorales, a cambio <strong>de</strong>l otorgamiento <strong>de</strong> planes sociales u otros beneficios a la<br />
población local. También la movilización <strong>de</strong> los beneficiarios en apoyo a los candidatos y/o
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
30<br />
Estos cuatro nodos que hemos podido i<strong>de</strong>ntificar y reconstruir <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
las expresiones <strong>de</strong> los sujetos no agotan las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> interpretación<br />
y son usados aquí <strong>como</strong> una estructura reticular que permite profundizar<br />
nuestra capacidad <strong>de</strong> escucha e interpretación <strong>de</strong> las narraciones.<br />
Como estrategia <strong>de</strong> presentación hemos <strong>de</strong>cidido exponer el conjunto<br />
<strong>de</strong> las narraciones divididas en pasado y presente-futuro atentos a que las<br />
distancias y proximida<strong>de</strong>s entre el 2001 y el 2008 han sido un eje central<br />
<strong>de</strong> nuestras indagaciones. Lo que sigue es una primera “apuesta” interpretativa<br />
ligada a la estructura reticular aludida y bajo los tres conjuntos<br />
<strong>de</strong> supuestos expuestos al comienzo <strong>de</strong>l trabajo. 12<br />
3.1- Narraciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> y <strong>de</strong>l pasado<br />
3.1.1- Marcas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es literalmente un límite con <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s diferenciales que separa<br />
la vida <strong>de</strong> la muerte. La muerte es una presencia que ausenta, es<br />
la ausencia fantasmal que no respeta límites, que hace caso omiso a los<br />
muros mentales, a las “barricadas espaciales” llamadas barrios, <strong>de</strong>jando<br />
intactas las murallas <strong>de</strong> separación, <strong>de</strong> su segregación clasista. 13<br />
[A partir <strong>de</strong> pregunta <strong>de</strong> la coordinadora sobre qué recordaba <strong>de</strong> la<br />
crisis]<br />
D: …<strong>de</strong> bajo peso, <strong>de</strong>snutrición. En todos los barrios pasó lo mismo.<br />
L: …<strong>de</strong>snutrición, sí. Gente que se enfermó <strong>de</strong> tuberculosis por la<br />
falta <strong>de</strong> alimentación [silencio] Muertos... (G<strong>de</strong>D1, Córdoba: 2009.<br />
Expresiones <strong>de</strong> pobladora <strong>de</strong> barrio-ciudad y cartonera [<strong>de</strong> aquí en<br />
más el resaltado es nuestro])<br />
Las narraciones traen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo más elemental la asociación entre pobreza,<br />
salud-enfermedad, <strong>hambre</strong> y muerte. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> no sólo es un tatuaje<br />
in<strong>de</strong>seado: es la escritura estructural y corporal <strong>de</strong> la dialéctica entre<br />
la vida y la muerte.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es una marca en los cuerpos, se soporta con la espalda y<br />
opera hasta el intestino. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es una experiencia que no pasa sin<br />
<strong>de</strong>jar marcas y sin marcar las estructuras experienciales posibles.<br />
partidos en marchas y manifestaciones. A cambio, a los “punteros” se los suele retribuir con<br />
cargos en la estructura estatal.<br />
12 En varias ocasiones hemos cambiado intencionalmente las expresiones hambriento,<br />
pobre, <strong>de</strong>snutrido, oprimido por la <strong>de</strong> colonizado: dicho cambio obe<strong>de</strong>ce a los argumentos<br />
que se presentan al final <strong>de</strong>l trabajo y también a nuestra intención <strong>de</strong> mostrar claramente<br />
al fenómeno <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>. Lo mismo ha sucedido con los términos<br />
político, puntero, empresario, que hemos reemplazado por colono.<br />
13 Para una explicitación <strong>de</strong> las políticas habitacionales <strong>como</strong> segregación clasista Cfr.<br />
Levstein y Boito (2009).
…porque <strong>como</strong> ellos no vivieron lo nuestro, por ahí no se bancan que<br />
haya compañeros… yo no pienso en el pasado, para mí hay que ir para<br />
a<strong>de</strong>lante, y hay que ir todos juntos y remar. Pero hay compañeros que<br />
le dan mucha bola a la historia, te dicen: “nosotros nos cagamos <strong>de</strong><br />
<strong>hambre</strong>, nosotros pusimos el lomo para hacer esto, nosotros peleamos,<br />
estuvimos en la calle, no teníamos qué comer… y ahora vienen<br />
Uds., tienen todo en ban<strong>de</strong>ja y dicen que nosotros” [en tono <strong>de</strong> protesta]…<br />
porque también te cuestionan, obviamente. Viene el chico joven<br />
con otro ímpetu, con otras… con otras cosas, y por ahí a veces los viejos<br />
no quieren <strong>de</strong>cir: “yo me equivoqué”, o le parece que hizo todo bien.<br />
Bueno, algo <strong>de</strong>bemos haber hecho bien porque estamos bien y sacamos<br />
a<strong>de</strong>lante algo sin ninguno haber gestionado, o sea, haber sido<br />
empresario. (Entrevista a trabajadora <strong>de</strong> <strong>El</strong> Diario, Villa María, 2009)<br />
Una <strong>de</strong> las aristas <strong>de</strong> la potencia performativa <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> se hace evi<strong>de</strong>nte<br />
cuando se usa <strong>como</strong> una “señal” <strong>de</strong> un tiempo-espacio particular<br />
convertido en un “kit” interpretativo <strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong> los sujetos. <strong>El</strong> pasado<br />
juega a favor y en contra: <strong>como</strong> garantía explicativa y <strong>como</strong> justificación<br />
<strong>de</strong>l presente. <strong>El</strong> par “cagamos <strong>de</strong> <strong>hambre</strong> // tienen todo en ban<strong>de</strong>ja” explica<br />
sin explicar que hay que sufrir <strong>hambre</strong> para hablar y/o hacer, el <strong>hambre</strong> es<br />
un dispositivo <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> las sensaciones que atrapa la acción entre<br />
la mierda y la riqueza. Eso fue el <strong>hambre</strong>: una forma <strong>de</strong> introyección <strong>de</strong><br />
la moralidad <strong>de</strong>l sacrificio; y eso es el <strong>hambre</strong>: un pilar fundamental <strong>de</strong> la<br />
religión neo<strong>colonial</strong> en tanto base material <strong>de</strong> la resignación.<br />
Es en este contexto que se entien<strong>de</strong> mejor la banda moesiana que<br />
se <strong>de</strong>spliega en torno a la espacialización <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>: es una cuestión<br />
<strong>de</strong> zonas.<br />
3.1.2- Geopolítica <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
La intensidad, extensión y duración <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong>l 2001 construyó una representación<br />
fallida <strong>de</strong> la misma <strong>como</strong> un fenómeno idéntico para todo el<br />
país. Dicha representación es un acto <strong>de</strong> elusión <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los aspectos<br />
centrales <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>: si bien es para la mayoría, no es para todos, algunos<br />
justamente no tienen <strong>hambre</strong>.<br />
Mirá, Villa María siempre fue muy especial en esto. Siempre, siempre,<br />
absolutamente, todo esto vino atenuado, no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir <strong>de</strong><br />
que acá hubo gente que se moría por <strong>de</strong>snutrición, jamás pasó…<br />
Villa María nunca tuvo “villas miserias”. Cuando hizo falta, salíamos<br />
junto con la Municipalidad y llevábamos comida a los barrios que<br />
podían estar en crisis antes <strong>de</strong> que salieran… Acá no nos tomaron<br />
un supermercado nunca, la gente no salió a pedir porque tenía <strong>hambre</strong>…<br />
cosas que se vieron <strong>de</strong>l… <strong>de</strong>l chino… todo eso no se vio ¿Por<br />
qué, porque Villa María tiene… esta siempre en una sintonía un poquito<br />
diferente <strong>de</strong> lo que nos trata <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r CNN o las televisoras <strong>de</strong><br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
31
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
32<br />
Buenos Aires. A nosotros no nos pue<strong>de</strong>n comparar con “La Matanza”,<br />
pero no porque seamos mejores o peores, somos diferentes. Somos<br />
diferentes porque acá tenemos comercio, industria, agro, cría <strong>de</strong><br />
ganado, siembra <strong>de</strong> maní, <strong>de</strong> soja, <strong>de</strong> trigo, <strong>de</strong> girasol, hay una diversidad<br />
<strong>de</strong> cosas. Estamos en el centro geográfico <strong>de</strong>l país, acá<br />
convergen 5 rutas, nuestra población es <strong>de</strong> 80mil habitantes, pero<br />
tenemos 300mil habitantes que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> nosotros. La zona <strong>de</strong><br />
influencia <strong>de</strong> Villa María es importantísima, ocupa 72 poblaciones,<br />
entonces, bueno, fue distinto… no fue tan cruel… (Entrevista a miembro<br />
<strong>de</strong> la Asociación Civil <strong>de</strong> Comerciantes <strong>de</strong> Villa María, ACOVIM,<br />
Villa María, 2009)<br />
Es cierto, hambrientos no hay en todos lados. La reproducción <strong>de</strong>pendiente<br />
y <strong>colonial</strong> <strong>de</strong>l capital los localiza, los “territorializa”. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> hace<br />
evi<strong>de</strong>nte la estructura <strong>de</strong>l <strong>colonial</strong>ismo interno en la actualidad: hay unos<br />
pocos que administran la riqueza. <strong>El</strong> ocupante <strong>de</strong> esas plazas cumple<br />
la función <strong>de</strong> colono <strong>de</strong> una tierra diferente, <strong>de</strong> espacios diferenciales y<br />
diferenciados. Los colonos no se sientan a ver el <strong>hambre</strong>, la manipulan,<br />
la trabajan tecnológicamente, no quieren que se vea, no quieren que el<br />
conflicto sea visible. Como en la vieja estructura <strong>colonial</strong>, la gratitud <strong>de</strong>l<br />
colono sólo opera <strong>como</strong> centro <strong>de</strong> multiplicación <strong>de</strong> la expropiación a través<br />
<strong>de</strong> la filantropía.<br />
Otra arista <strong>de</strong>l fantasma <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>, espacializado en tanto componente<br />
fundamental <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> las sensaciones, es la conexión<br />
<strong>hambre</strong>-miedo:<br />
No, no. Nosotros no compartíamos ese criterio porque nosotros estábamos…<br />
te podés imaginar: pagábamos alquiler, empleados, impuestos.<br />
Eso no pagaba nada, ¡nos moríamos más muertos! Es una cosa<br />
<strong>de</strong> no creer [se ríe]. De no creer. <strong>El</strong> temor que teníamos porque no<br />
sabíamos a dón<strong>de</strong> íbamos porque nadie… encima no se elegía presi<strong>de</strong>nte,<br />
porque entraba uno y salía uno, entraba otro y salía otro, o sea,<br />
el que entraba salía, duraban horas. Y prendías la televisión y la gente<br />
que andaba por las calles, atacaban… agarraban el local <strong>de</strong> los chinos,<br />
creo que fue… y el tipo llorando y la gente que le arrebataba la comida…<br />
la comida, los televisores, la caja, o sea, lo que había. Entonces<br />
eso era temerario, temerario. (Entrevista a miembro <strong>de</strong> ACOVIM, Villa<br />
María, 2009)<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> da miedo cuando el colonizado “arrebata” y “ataca” no<br />
sólo la comida sino “lo que había”. Así, unos re-accionan con <strong>hambre</strong><br />
y el colono acciona por el <strong>hambre</strong> ante la sensación <strong>de</strong> parálisis <strong>de</strong>l<br />
intercambio mercantil, sin mercado <strong>colonial</strong> no se sabe adón<strong>de</strong> se va, la<br />
incertidumbre <strong>de</strong>l hambriento avanza y capta la sensación <strong>de</strong>l colono,<br />
y es “temerario”, es <strong>de</strong>cir, impru<strong>de</strong>nte, irreflexivo… la pax <strong>colonial</strong> se ha<br />
roto, el mercado no funciona.
Por otro lado, pero muy intensamente conectado con lo anterior, el<br />
<strong>hambre</strong> tiene cualida<strong>de</strong>s performativas: el <strong>hambre</strong> <strong>de</strong>limita campos, es<br />
una práctica que vuelta narración hace que las cosas pasen cuando es<br />
enunciada. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es colonizadora <strong>de</strong> cuerpos y territorios:<br />
Eh, no sé, eh, era algo, que vos tenías... te ponías <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la gente<br />
y lo entendías porque… tal vez estaban con <strong>hambre</strong>, y <strong>de</strong>spués te venías<br />
y te ponías <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l chofer <strong>de</strong>l camión y también <strong>de</strong>cía “pobre<br />
tipo” porque cuando llegue a la empresa y lo van a tratar <strong>de</strong>: “<strong>de</strong> cómo<br />
frenaste”, “cómo te <strong>de</strong>jaste saquear”, pero [se ríe] se te viene un malón<br />
<strong>de</strong> gente, ¿vos qué vas a hacer, no vas a correr riesgos innecesarios.<br />
Yo creo que es el pensamiento <strong>de</strong> cualquiera que aprecie la vida ¿no<br />
Este, y no sé, yo lo viví con un manto <strong>de</strong> asombro porque nunca había<br />
visto algo <strong>de</strong> esa magnitud, viste. (Entrevista a trabajador <strong>de</strong> <strong>El</strong> Diario,<br />
Villa María, 2008)<br />
Cuando el <strong>hambre</strong> se inscribe <strong>como</strong> un mecanismo <strong>de</strong> soportabilidad,<br />
se transforma en un dispositivo clasificatorio: en una manera <strong>de</strong> construir<br />
disposiciones pues es un límite, es la división entre los territorios, es el<br />
espectro que colorea la comarca y los bor<strong>de</strong>s que no hay que traspasar.<br />
3.1.3- Uso metafórico <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
Una <strong>de</strong> las modalida<strong>de</strong>s en las que se presenta el <strong>hambre</strong> en las narraciones<br />
<strong>de</strong> los sujetos es cuando es usada con una intención metafórica, es<br />
<strong>de</strong>cir, cuando es colocada <strong>como</strong> marca discursiva que implica la relación<br />
con otras prácticas para aclarar, <strong>de</strong>limitar y enfatizar la inscripción <strong>de</strong> las<br />
mismas en superficies <strong>de</strong> acción específicas:<br />
Entonces, <strong>como</strong> me comentaba el chico ese <strong>de</strong>l frigorífico, que dice<br />
que tenían un presi<strong>de</strong>nte que ellos se encargaron <strong>de</strong> echarlo, cuando<br />
se dieron cuenta lo echaron. Él ganaba 30,000 pesos por mes y le<br />
pagaba… a los “empleados”… 600 pesos, entonces ¿Qué clase <strong>de</strong><br />
cooperativa era esa, o sea, vos 600; y <strong>de</strong>spués se enteraron… claro,<br />
veían que el presi<strong>de</strong>nte se había comprado un auto nuevo; los otros<br />
estaban muertos <strong>de</strong> <strong>hambre</strong> [se ríe], un campo, criaba las vacas y se<br />
las vendía al frigorífico, o sea, ¿viste, el tipo… y ahí se avivaron y lo<br />
echaron. Entonces, hubo <strong>de</strong> todo… y ahora están igual digamos, ahora<br />
están ganando todos iguales, parejo. (Entrevista a trabajadora <strong>de</strong> <strong>El</strong><br />
Diario, Villa María, 2009)<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
33<br />
<strong>El</strong> crimen, en este caso el robo, es una superficie <strong>de</strong> acción que es<br />
puesta en evi<strong>de</strong>ncia a través <strong>de</strong>l señalamiento <strong>de</strong> un límite: el estar muertos<br />
<strong>de</strong> <strong>hambre</strong>. La <strong>de</strong>sposesión convierte a los trabajadores en muertos<br />
vivos, la acción <strong>de</strong> los “hambrientos” adviene <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l robo. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong><br />
y la muerte se entrelazan, no solamente porque la primera pue<strong>de</strong> causarla
efectivamente sino porque estar vivo con <strong>hambre</strong> borra al sujeto viviente<br />
<strong>de</strong>viniendo objeto <strong>de</strong> la criminalidad, y con ese “tachado” <strong>de</strong>s-estructura<br />
la acción posible, siendo siempre ésta posterior.<br />
Sí, <strong>de</strong>scubrimos algunas <strong>de</strong>fraudaciones digamos: gente que vos <strong>de</strong>cías<br />
“puta, mientras nosotros nos estábamos re-cagando <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>,<br />
sacando 20 pesos, estos tipos agarraban y se quedaban… choreaban<br />
[remarca].” O sea, vendían todos los canutos <strong>de</strong> papel. (Entrevista a<br />
trabajadora <strong>de</strong> <strong>El</strong> Diario, Villa María, 2009)<br />
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
34<br />
Nuevamente el <strong>hambre</strong> marca el reverso constitutivo y solidario <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>lito, una posición <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se re-arman las superficies <strong>de</strong> inscripción<br />
<strong>de</strong> las prácticas <strong>de</strong> expropiación. En la “lógica” <strong>de</strong> las múltiples reformulaciones<br />
<strong>de</strong>l <strong>colonial</strong>ismo interno, el <strong>hambre</strong> cumple la función <strong>de</strong><br />
traer a narración el robo que ella implica y su metodología: lo que unos<br />
NO tienen se lo roban los otros. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> continúa siendo un acto <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sposesión criminal.<br />
En relación directa con el límite muerte-vida-inacción, el <strong>hambre</strong> es<br />
traída a narración <strong>como</strong> “punto <strong>de</strong> quiebre” <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se hacen entendibles<br />
o no algunas prácticas a ella asociadas. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> experiencia<br />
y <strong>como</strong> práctica i<strong>de</strong>ológica di-vi<strong>de</strong> las visiones <strong>de</strong>l mundo.<br />
D: …y se unieron con otros barrios y así se hizo un montón <strong>de</strong> gente<br />
que rompió y <strong>de</strong>struyó.<br />
L: Pero todos jóvenes eran porque nosotros los mirábamos <strong>de</strong> lejos.<br />
D: Casi toda la mayoría era gente joven, <strong>de</strong> ver un papá, mamá que<br />
peleaba, que hablaba… y que entrevistaba la cámara… sí, blablabla…<br />
y sacaban, eso era lo único que hacían.<br />
C: Aparte toda la gente tenía <strong>hambre</strong> y toda la gente quería agarrar<br />
algo. Hubo muchos también que se llevaron… en vez <strong>de</strong> llevar la comida<br />
se llevaron hasta las máquinas <strong>de</strong> licuadora, ¡era una avivada!,<br />
eso fue en todos lados… [L: siempre está el vivo, siempre se mezclan]<br />
eso ya era robo. Claro. (G<strong>de</strong>D1, Córdoba: 2009. Expresiones <strong>de</strong><br />
pobladoras <strong>de</strong> ciudad-barrio y carrera)<br />
Por un lado, el <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> movilizadora <strong>de</strong> la acción, <strong>como</strong> punto<br />
límite, o línea divisoria. Por otro lado, junto a la “avivada”, ambas constituyen<br />
campos <strong>de</strong> acción asociados: criminalidad, robo, pretexto. Una<br />
avivada es la oportunidad <strong>de</strong> re-mapear la acción en beneficio propio,<br />
es aprovecharse <strong>de</strong> esa situación. Más allá <strong>de</strong> la aparente contradicción,<br />
el <strong>hambre</strong> es también un dispositivo <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> las emociones, en<br />
tanto estructura una mirada privatizadora e “individualizante” <strong>de</strong> una acción<br />
enfáticamente autocentrada: “sacar provecho <strong>de</strong> lo que se pueda”.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> no es un “<strong>de</strong>sastre natural” y por lo tanto es consecuencia<br />
<strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong> los hombres. En ella confluyen un sinnúmero <strong>de</strong> “avivadas”<br />
que la estructura <strong>colonial</strong> performa.
G: Un odio, una amargura, porque tanta plata que se entierra ahí y<br />
muchas veces me he cagado <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>. (Entrevista a G, cartonero,<br />
Villa María, 2009)<br />
La pornografía es total. La basura, es <strong>de</strong>cir, lo que queda <strong>de</strong> los que<br />
comen y consumen convoca al par “plata-<strong>hambre</strong>”, pero a<strong>de</strong>más se inscribe<br />
en la superficie <strong>de</strong>l odio y la amargura: todas afecciones que regulan<br />
percepciones.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es una cuestión <strong>de</strong> clase y <strong>como</strong> tal reproduce (y produce) los<br />
habitus <strong>de</strong> clase. Incluida en una narración, pue<strong>de</strong> ser marca <strong>de</strong> <strong>de</strong>shonra<br />
y por lo tanto es directamente eludida pero señalada indirectamente.<br />
A: Particularmente en nuestro barrio no porque ahí nadie te va admitir<br />
que no tiene para comer, eso sería una mancha. No había forma, se va<br />
a hablar <strong>de</strong> las drogas, <strong>de</strong> hablar a la policía, pero no... somos sólo 4,<br />
5 o 6 que la vamos peleando ahí. (Entrevista a militante <strong>de</strong> la lucha por<br />
el Agua, Córdoba, 2008)<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> vergüenza, <strong>como</strong> una presencia <strong>de</strong> la que no se<br />
habla, sólo pue<strong>de</strong> ser eufemizada. Sólo es posible hacerla ver en su negación,<br />
en su inexistencia discursiva. De ella sólo se habla por medio <strong>de</strong><br />
otras prácticas: la droga, la seguridad, la policía; llevan al <strong>hambre</strong>, pero<br />
la evitan, la esquivan. Los mecanismos <strong>de</strong> soportabilidad social elu<strong>de</strong>n<br />
sistemáticamente el conflicto incluso haciendo alusión a los conflictos.<br />
3.1.4- Los usos políticos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
En una sociedad <strong>colonial</strong> y <strong>de</strong>pendiente el <strong>hambre</strong> es un acontecimiento<br />
político, es conjuntamente el punto <strong>de</strong> articulación don<strong>de</strong> <strong>de</strong>sposeído y<br />
expropiador se ven literalmente la cara en la interacción cotidiana.<br />
Las personas con <strong>hambre</strong> se organizan y se disciplinan para po<strong>de</strong>r<br />
hacer(se) y asistir(se). La persona con <strong>hambre</strong> en su status <strong>de</strong> colonizada<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> ella misma para sobrevivir, <strong>de</strong> la burocracia <strong>colonial</strong> o <strong>de</strong>l<br />
solidarismo <strong>de</strong>l colono.<br />
La auto-organización y culpabilización son el primer eslabón <strong>de</strong>l espacio<br />
<strong>de</strong> sobrevivencia, son la condición <strong>de</strong> <strong>de</strong>s-vergüenza en la que el<br />
asistido se beneficia <strong>de</strong> la asistencia.<br />
Coor: Y por ejemplo, ¿Uds. ya tenían la cooperativa ¿Qué recordás<br />
<strong>de</strong> lo que hacías<br />
L: Sí, sí. Y en ese momento nosotros reclamábamos todo, porque en<br />
ese momento se nos cayó todo <strong>como</strong> dije en un principio. Nosotros le<br />
dábamos <strong>de</strong> comer a 598 personas, teníamos la copa <strong>de</strong> leche que<br />
le dábamos a 230 chicos la leche, teníamos abuelos que también le<br />
dábamos una cena y cuando llegó ese tiempo, esa crisis… ehhh…<br />
nos quitaron todo. Y había muchos chicos que hasta el día <strong>de</strong> hoy<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
35
quedaron con <strong>problema</strong>s <strong>de</strong>… (G<strong>de</strong>D1, Córdoba: 2009. Expresiones<br />
<strong>de</strong> una carrera).<br />
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
36<br />
En los territorios con <strong>hambre</strong> la crisis es un caer que todo lo agiganta,<br />
es un <strong>problema</strong> que trae otros <strong>problema</strong>s, por eso hay que reclamar<br />
todo, literalmente no hay por dón<strong>de</strong> empezar. La situación fantasmática<br />
está cargada <strong>de</strong> sensación <strong>de</strong> totalidad. La intervención <strong>de</strong> los fantasmas<br />
traen a flor <strong>de</strong> piel las mediaciones invisibles <strong>de</strong> una totalidad siempre<br />
precaria, en la crisis todas las eda<strong>de</strong>s y comidas son pocas, todas las<br />
previsiones y divisiones se diluyen.<br />
Sorteos y turnos son las formas más sencillas <strong>de</strong> elegir entre los que<br />
sufren <strong>hambre</strong>: justamente esta entrevistada sostiene la lógica <strong>de</strong>l turno <strong>de</strong><br />
trabajo (en tanto forma <strong>de</strong> auto-responsabilización) para evitar el sorteo.<br />
C: ¡Sí! Éramos 10, 12, que nos turneábamos por ahí, por los horarios.<br />
Aparte, te digo, haciendo la comida, porque nos turneamos porque<br />
había unas que tenían que salir a buscar las donaciones, las otras que<br />
tenían que anotar todo lo que habían recaudado, y a ver cuántos chicos<br />
más se podía ir agregando por día, porque tampoco a todos no se<br />
podía llegar. Entonces estas otras que hacían la comida, las otras que<br />
se fijaba a cuántos chicos se podía, y a quién podíamos poner primero,<br />
no hacíamos sorteo sino veíamos la necesidad más rápida que había<br />
<strong>de</strong> las familias que seguían, que estaban anotadas. Se iban anotando<br />
porque no iban teniendo trabajo, cada vez se anotaban más. (Entrevista<br />
a CP, pobladora <strong>de</strong> Ciudad <strong>de</strong> Mis Sueños, Córdoba, 2008)<br />
Es evi<strong>de</strong>nte cómo opera la racionalización <strong>de</strong> la acción en términos <strong>de</strong><br />
una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> montaje en el salvataje <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>. <strong>El</strong> dividir las activida<strong>de</strong>s,<br />
mesurar los tiempos y atribuir jerarquías a las metas –otrora características<br />
<strong>de</strong> la gestión <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo asalariado– se aplican a las<br />
formas <strong>de</strong> sutura que los salvatajes <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> adquieren. Dos <strong>de</strong>talles<br />
<strong>de</strong> la narración muestran la operatividad <strong>de</strong>l solidarismo: las donaciones y<br />
la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> los “sin-trabajo” anotándose para que sus hijos coman.<br />
<strong>El</strong> colono da en el mismo lugar que quita.<br />
Si los estados <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia se construyesen directamente <strong>de</strong> la<br />
mano <strong>de</strong>l donante-colono a la boca <strong>de</strong>l <strong>de</strong>socupado-colonizado, obviamente<br />
el riesgo aumentaría. Sin las mediaciones necesarias y constituyentes<br />
<strong>de</strong> los objetos <strong>de</strong> las donaciones, es <strong>de</strong>cir, los propios “asistidos”,<br />
no habría colonia.<br />
Yo pienso que sí. Sí, algunos casos toman conciencia. Y porque te<br />
paran a la salida y te dicen “ohhh”; te sentís contenta cuando te dicen<br />
ese comentario <strong>de</strong> “gracias a ella mi hija tuvo un plato <strong>de</strong> comida”,<br />
“gracias a ella, porque fue a pedir allá, mi hijo para navidad uso un<br />
par <strong>de</strong> zapatillas nuevas”, o “ella vino me hablo, me dijo que si yo<br />
le podía comprar al mío, por qué no se lo daba al <strong>de</strong> ella”, o “me
consiguió un remedio”, es lindo escuchar eso pero ya no. Pienso que<br />
si tuviera tiempo lo volvería a hacer pero con gente más responsable.<br />
Porque vos a la gente le tenés que enseñar, le tenés que enseñar a<br />
vivir, hay gente no sabe lo que es vida. Digo, ojo, no sabe <strong>de</strong> lo que<br />
es prohibirse <strong>de</strong> cosas para darle a tus hijos. Hay gente que no quiere<br />
lo que es criar a los hijos y todavía les falta… son <strong>como</strong> muchas<br />
cosas para apren<strong>de</strong>r y lleva tiempo. (Entrevista a CP, pobladora <strong>de</strong><br />
Ciudad <strong>de</strong> Mis Sueños, Córdoba, 2008)<br />
Las emulaciones <strong>de</strong> las burocracias institucionales instaladas, reproducidas<br />
y ampliadas en la crisis se sustentan, entre otras cosas, en tres<br />
partes <strong>de</strong>l catecismo <strong>de</strong> la religión neo<strong>colonial</strong>: el agra<strong>de</strong>cimiento al que<br />
da, la responsabilidad frente al regalo y el reconocimiento <strong>de</strong> la ignorancia.<br />
Por estas vías es posible enten<strong>de</strong>r cómo la economía política <strong>de</strong> la<br />
moral es una manera <strong>de</strong> narrar las acciones necesarias para exorcizar<br />
las pestilencias <strong>de</strong>l fantasma <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>. Es en este contexto que se entien<strong>de</strong><br />
mejor la marca <strong>de</strong>l discurso político <strong>de</strong> la Argentina <strong>de</strong> la presente<br />
década: estamos en el purgatorio, pero hemos salido <strong>de</strong>l infierno.<br />
Los mecanismos <strong>de</strong> soportabilidad social asociados a los fantasmas<br />
se ligan directamente con la represión sistemática <strong>como</strong> práctica <strong>de</strong> penitencia<br />
merecida por no obe<strong>de</strong>cer el catecismo neo<strong>colonial</strong>.<br />
J: Por ejemplo, sin ir más lejos: el que vio las imágenes <strong>de</strong> anoche<br />
cuando se aprobó la ley, eso para los superpo<strong>de</strong>res por un año más,<br />
estuvo la gente <strong>de</strong>l campo, y protestó, le tiró las vallas abajo a la policía<br />
y la policía no les tocó un pelo [C: no les toco nada [se ríe], L: sí,<br />
sí]. Si hubiéramos sido nosotros que vamos a pedir porque estamos<br />
cagados <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>, los muelen a palos, los muelen a palos, porque<br />
es así, es así. (G<strong>de</strong>D1, Córdoba: 2009. Expresiones <strong>de</strong> un militante <strong>de</strong><br />
la lucha por el agua. Asimismo, aparecen en el relato comentarios <strong>de</strong><br />
dos carreros).<br />
La estructura <strong>de</strong>l <strong>colonial</strong>ismo interno es siempre plural y esquiva,<br />
las clases y fracciones <strong>de</strong> clase se modifican con facilidad y constantemente,<br />
ahora bien, en el mundo <strong>de</strong>l NO el colonizado siempre es objeto<br />
<strong>de</strong> represión “por su comportamiento”, cuando no observa las reglas <strong>de</strong><br />
la moral neo<strong>colonial</strong>. Tres elementos se <strong>de</strong>stacan en la narración que<br />
hacen pensar en cómo se articulan represión y reproducción <strong>de</strong> fantasmas:<br />
el ver la TV para saber lo que acontece en la política institucional,<br />
el pedir <strong>como</strong> ruptura <strong>de</strong>l pacto <strong>de</strong> fe en el colonizador y el moler los<br />
cuerpos <strong>como</strong> práctica punitiva. Un hambriento no pue<strong>de</strong> pedir, menos<br />
exigir: <strong>de</strong>be esperar a que le <strong>de</strong>n, o <strong>de</strong>be auto-organizarse buscando<br />
donaciones. Un colonizado no es más que un “objeto natural” pasible <strong>de</strong><br />
tratamientos y pedagogías propias <strong>de</strong> su “naturalidad”. Se muele a palos<br />
a los animales, se muele el trigo, el moler es ablandar la dureza y rusticidad<br />
<strong>de</strong> la impertinencia <strong>de</strong> animarse a pedir. Como es obvio, aparece la<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
37
TV <strong>como</strong> espacio <strong>de</strong> articulación y co-producción <strong>de</strong> las clases y enclasamientos<br />
<strong>de</strong> las estructuras fantasmales y fantaseos diurnos. 14<br />
Hay que enten<strong>de</strong>r “el saqueo” <strong>como</strong> una <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> irracionalidad<br />
e irresponsabilidad más graves <strong>de</strong> la sociedad <strong>colonial</strong>: es uno <strong>de</strong> los<br />
mecanismos <strong>de</strong> soportabilidad social más importantes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n moral.<br />
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
38<br />
M: no, yo en esa época yo trabajaba, yo, por ejemplo salía <strong>de</strong> mi casa<br />
a las 7 y volvía a las 7 a la tar<strong>de</strong> a mi casa, y fue todo lo que vi por tele<br />
y vi en diarios. Yo lo que recuerdo <strong>de</strong> esa época, no sé si fue ese día<br />
o el día posterior a eso, que nosotros en el barrio Villa La Maternidad<br />
don<strong>de</strong> vivíamos había un Cordiez en la Agustín Garzón. Al hablar <strong>de</strong><br />
saqueo, fueron, mucha gente fue, se acercó y bueno pidió, fue y dijo “si<br />
no nos dan alimento <strong>como</strong> que nos hace falta, le saqueamos el lugar”<br />
y le dieron un tipo bolsón, una caja a la gente que estaba en ese lugar.<br />
Eso es lo que recuerdo yo y lo que vimos, o sea, todo por tele y en<br />
informes, porque mucho no estaba en casa. (G<strong>de</strong>D2, Córdoba: 2009.<br />
Expresiones <strong>de</strong> un poblador <strong>de</strong> Ciudad <strong>de</strong> Mis Sueños)<br />
Cuando el colonizado se encoleriza es peligroso, ante la falta <strong>de</strong> mediación<br />
<strong>de</strong> la política institucional, las fuerzas <strong>de</strong>l mercado instanciadas en<br />
las múltiples máscaras sin rostros <strong>de</strong> los supermercados juegan el juego<br />
<strong>de</strong>l saqueo. Ante esa amenaza <strong>como</strong> última ratio <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>, el pedir y el<br />
dar se reorganizan en el bolsón: conjunto <strong>de</strong> alimentos básicos. En el territorio<br />
inalcanzable <strong>de</strong> las góndolas los colonos imponen la racionalidad:<br />
dan y así reproducen el pedir <strong>como</strong> límite prohibido. Por eso el entrevistado<br />
<strong>de</strong>be acudir al auxilio <strong>de</strong>l gran mediador: los medios <strong>de</strong> comunicación.<br />
<strong>El</strong>los son testigos <strong>de</strong> su fe, trabaja disciplinadamente, mira para saber y<br />
narra tal <strong>como</strong> se lo contaron. Eso es lo que <strong>de</strong>be recordar, que un saqueo<br />
es un acto límite don<strong>de</strong> el colono siempre enten<strong>de</strong>rá la lógica por él portada<br />
y transmitida al colonizado: la amenaza <strong>de</strong>l fantasma.<br />
Una vez cartografiadas las prácticas i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong> una geografía <strong>de</strong>l<br />
<strong>hambre</strong> <strong>como</strong> fantasma que se aferra a los vivos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pasado para<br />
reproducir su efectividad, en el próximo apartado escuchamos la voz <strong>de</strong><br />
los sujetos señalando cómo la fantasía <strong>colonial</strong> hace pie en el <strong>hambre</strong><br />
para marcar el presente-futuro.<br />
3.2- Narraciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> y <strong>de</strong>l presente-futuro<br />
Cuando retomamos las narraciones <strong>como</strong> plataforma <strong>de</strong> lectura <strong>de</strong>l presente-futuro<br />
estamos operando bajo tres supuestos: a) que hacer la distinción<br />
analítica entre pasado, presente y futuro sólo pue<strong>de</strong> sostenerse en una intención<br />
hermenéutica, b) que a estas maneras <strong>de</strong> instanciar el tiempo-espacio<br />
hay que “sumar” la presentificación o experiencia vivida <strong>de</strong> pasado-<br />
14 Para la explicitación <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as Cfr. Scribano en el epílogo <strong>de</strong>l presente libro.
presente-futuro; y c) que en este contexto el futuro es ahora. Justamente si<br />
el <strong>hambre</strong> es marca, es por su capacidad estructurante, es <strong>de</strong>cir, su capacidad<br />
performativa <strong>de</strong> hacer tensionalmente el futuro <strong>como</strong> vivencia <strong>de</strong>l hoy.<br />
3.2.1- Marcas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
Una <strong>de</strong> las características más fuertes <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> cuando marca es que<br />
hace evi<strong>de</strong>nte el carácter estructural y procesual <strong>de</strong>l capitalismo. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong><br />
no se genera ahora, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l ayer, continúa en el hoy y se hace<br />
presente en el mañana. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es la marca <strong>de</strong> un contradictorio (y<br />
múltiple) producto-en-proceso, y <strong>de</strong> un proceso-en-producción, llamado<br />
estructura <strong>colonial</strong>.<br />
B: No importa con quién nos juntamos con tal <strong>de</strong> ganar y con tal <strong>de</strong><br />
acumular riqueza. Entonces ¿qué pasó En el 2001 <strong>de</strong>spedimos una<br />
década negra, una década oscura, una década que nos costó mucho,<br />
muchos compañeros en la calle, nos costó muchos pibes que se murieron<br />
<strong>de</strong> <strong>hambre</strong>, nos costó per<strong>de</strong>r riqueza... natural, nos perdió, es <strong>de</strong>cir,<br />
fue una década para el olvido, la peor década creo que hemos tenido<br />
en la Argentina. Y por supuesto, lo que vino <strong>de</strong>spués no tuvo <strong>de</strong>finición<br />
política. Lo que vino <strong>de</strong>spués no supo dar y pensó que existía un capitalismo<br />
con rostro humano. <strong>El</strong> capitalismo con rostro humano no existe,<br />
el capitalismo es capitalismo. (G<strong>de</strong>D2, Villa María: 2009. Expresiones<br />
<strong>de</strong> un miembro <strong>de</strong> la Central <strong>de</strong> los Trabajadores Argentinos, CTA)<br />
La monocromía <strong>de</strong> una década habla a las claras <strong>de</strong> cuál es la pintura<br />
<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los que perdieron: el <strong>hambre</strong> es la persistencia más<br />
virulenta <strong>de</strong> la política <strong>de</strong>l colono. La máxima <strong>de</strong> dicha política es hacer<br />
cualquier cosa “con tal <strong>de</strong> acumular riqueza”, las máscaras caen, el rostro<br />
es insoportable y no hay cara en los sin rostro <strong>de</strong>l capital.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> se hace futuro cuando se naturaliza la pobreza y la <strong>de</strong>snutrición<br />
se consolida <strong>como</strong> presente. Para la siguiente entrevistada, es<br />
menos dañina la muerte por <strong>de</strong>snutrición que por intoxicación.<br />
N: Sí. Yo voy al mercado todos los días, bueno ahora por mi actividad<br />
personal. Pero yo a lo que voy es que más allá <strong>de</strong> que se tire la comida,<br />
o que… no me parece bien… más o menos porque sino ¿sabés qué va a<br />
pasar si se pue<strong>de</strong> dar Todas las empresas van a dar las cosas vencidas<br />
y vamos a terminar no con un chico muerto cada 5 segundos, sino con<br />
10 chicos muertos. O sea, va a ser peor la situación ¿me entendés Es<br />
<strong>como</strong> que no hay una… un compromiso con esas cosas. Pero yo creo<br />
que … me parece que <strong>como</strong>… si se pudiese rescatar la acción <strong>de</strong> <strong>El</strong><br />
Diario que se formaron en cooperativa, a lo mejor a mucha más gente que<br />
se… más allá que sea <strong>de</strong> la misma empresa o no, que puedan… <strong>como</strong> el<br />
Mercado, por ejemplo a lo mejor con una cooperativa, puedan… (G<strong>de</strong>D1,<br />
Villa María: 2009. Expresiones <strong>de</strong> una fundadora <strong>de</strong>l Club <strong>de</strong>l Trueque)<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
39
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
40<br />
En una trama significativamente productora <strong>de</strong> naturalizaciones, las<br />
<strong>de</strong>sarticulaciones entre cuerpo individuo, subjetivo y social son expuestas<br />
<strong>como</strong> un continuo entre cantidad <strong>de</strong> muertos y mundo <strong>de</strong> la vida. En el<br />
marco <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sconfianza frente a las acciones <strong>de</strong> los colonos y la certeza<br />
<strong>de</strong> un futuro que <strong>de</strong>scansa en prácticas anteriores, es preferible muerte<br />
conocida que <strong>de</strong>sgracia por conocer.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> marca <strong>de</strong> manera tal que, al hacerse carne, se convierte en<br />
un saber práctico que <strong>de</strong>manda consi<strong>de</strong>ración para <strong>de</strong>finir las situaciones<br />
<strong>de</strong> interacción. <strong>El</strong> quemarse y el dolerse son huellas perceptuales <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
y a través <strong>de</strong> las cuales se conoce el mundo.<br />
J: Des<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista. Como yo le explicaba: muchas veces lo que<br />
hay que hacer es articular el conocimiento teórico que se adquiere en la<br />
universidad con el conocimiento <strong>de</strong> la práctica que tenemos nosotros.<br />
Nosotros somos los que sabemos que el frío quema y el <strong>hambre</strong> duele,<br />
no lo sabe el profesional, nosotros tenemos mucho conocimiento, y no<br />
tenemos el conocimiento teórico. (G<strong>de</strong>D1, Córdoba, 2009. Expresiones<br />
<strong>de</strong> un militante <strong>de</strong> la lucha por el agua)<br />
Como todo componente <strong>de</strong> una economía política <strong>de</strong> la moral, el <strong>hambre</strong><br />
en sus momentos cognitivos y emocionales elabora (y se elabora en)<br />
una división social <strong>de</strong>l conocimiento y las emociones. <strong>El</strong> secreto <strong>de</strong> la<br />
trinidad neo<strong>colonial</strong> es mantener separadas la teoría –administrada por<br />
unos– <strong>de</strong> la práctica –vivenciada por muchos–; en distanciar los cuerpos<br />
dolientes <strong>de</strong> la resignación <strong>de</strong>l no se pue<strong>de</strong> hacer nada. <strong>El</strong> futuro adviene<br />
<strong>como</strong> una reproducción <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> voluntad cuando es el resultado <strong>de</strong>l<br />
<strong>hambre</strong> hecho carne hoy.<br />
3.2.2- Geopolítica <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
Cuando las políticas <strong>de</strong> los cuerpos han armado, a través <strong>de</strong> la agresión<br />
<strong>colonial</strong>, lo que significa el <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> una geografía, se perpetúa una<br />
modalidad <strong>de</strong> relación entre política, territorio y geografía, que <strong>de</strong>viene<br />
geopolítica <strong>colonial</strong>. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> que fue es el <strong>hambre</strong> vivida <strong>como</strong> fantasma<br />
y eludida en la fantasía <strong>de</strong> la riqueza <strong>colonial</strong>.<br />
C: Es <strong>de</strong>cir, uno cree que porque uno milita en algún lugar tiene contactos<br />
<strong>como</strong> para conseguirle… conseguirle un trabajo. Es la <strong>de</strong>sesperación<br />
<strong>de</strong> pensar que… este, <strong>de</strong> que alguien les pue<strong>de</strong> solucionar<br />
el <strong>problema</strong> que tiene. Y lamentablemente en los últimos tiempos, fundamentalmente<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong>l campo, ha vuelto otra vez a…<br />
no digo <strong>como</strong> la gravedad <strong>de</strong>l 2001, pero… pero se ha profundizado <strong>de</strong><br />
vuelta otra vez la <strong>de</strong>socupación. Hay chicos que en un país que produce<br />
millones <strong>de</strong> toneladas <strong>de</strong> cómo es…<br />
I: De alimentos.<br />
C: …<strong>de</strong> alimentos para todo el mundo, se mueran la cantidad <strong>de</strong> chicos
<strong>de</strong> <strong>hambre</strong>, que se mueren <strong>de</strong> <strong>hambre</strong> por día en este país. Entonces<br />
esto, nos <strong>de</strong>ja un sabor amargo porque quiere <strong>de</strong>cir que todas las luchas,<br />
todo lo que peleaste…<br />
R: No vale <strong>de</strong> nada. Pero si dividimos las aguas…<br />
C: …vale muy poco para po<strong>de</strong>r, para po<strong>de</strong>r revertir. Porque todos los que<br />
peleamos en aquella época era fundamentalmente para que los hijos<br />
estuvieran un poco mejor. (G<strong>de</strong>D1, Villa María: 2009. Expresiones <strong>de</strong>:<br />
C, un dirigente sindical; I, un miembro <strong>de</strong> los Vecinos Autoconvocados<br />
contra los Abusos Policiales –VACCAP–; y R, un changarín <strong>de</strong>l Mercado<br />
<strong>de</strong> Abasto).<br />
Como hemos afirmado arriba, hace tiempo ya que se ha advertido sobre<br />
la estructura <strong>de</strong> la fantasía <strong>colonial</strong> argentina y su estrecha vinculación<br />
con la enunciación fantasiosa “la argentina es un país tan rico” (Scribano,<br />
2005a). Aquí eso se actualiza y complejiza pues se pue<strong>de</strong> observar claramente<br />
cómo opera el peso reproductivo <strong>de</strong> una expropiación <strong>colonial</strong> por<br />
y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>hambre</strong>. Se vuelve acto <strong>de</strong>l habla con toda la “transparencia”<br />
<strong>de</strong> los que, viviendo en el mundo <strong>de</strong>l NO naturalizan, aún en la narración<br />
<strong>de</strong> la indignación, la pornografía <strong>de</strong> un país rico con habitantes pobres. <strong>El</strong><br />
<strong>hambre</strong> es territorio permanente <strong>de</strong> los cuerpos colonizados.<br />
O: Bueno, yo la hago cortita, es esto: para mí, y hablo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<br />
estrictamente personal, lo aclaro: no hablo en nombre <strong>de</strong> <strong>El</strong> Diario. A<br />
mí me dio mucho miedo, pero muchísimo miedo cuando fue el conflicto<br />
sojero hace pocos meses atrás, ¿por qué Porque habiendo alimentos,<br />
habiendo combustible, habiendo prácticamente <strong>de</strong> todo, por lo menos<br />
en los sectores que tenían o que tienen todo; no hablemos <strong>de</strong>… yo he<br />
estado en Bermejito, en Chaco, llevando con otra gente ayuda y eso es<br />
patético porque parece que no fuera el país nuestro. Es <strong>de</strong>cir, conozco<br />
más o menos los lugares y puedo hablar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
otro. Pero cuando fue el conflicto <strong>de</strong>l campo a mí me dio mucho miedo<br />
porque se paralizó el país; tuvieron muchísimo que ver los medios <strong>de</strong><br />
prensa, muchísimo los medios <strong>de</strong> prensa, y creo que ahí quedó expuesto<br />
que no se trata <strong>de</strong> si se es radical o se es peronista, o se es<br />
juecista. Yo creo que ahí quedó expuesto un sector <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r que le<br />
interesa tres pepinos a qué filiación política pertenece cada cual, pero<br />
que no le toquen la quinta. (G<strong>de</strong>D1, Villa María: 2009. Expresiones <strong>de</strong><br />
un trabajador <strong>de</strong> la cooperativa Comunicar Ltda.).<br />
Es “…patético porque parece que no fuera el país nuestro”. <strong>El</strong> pathos <strong>de</strong>l<br />
<strong>hambre</strong> mapea la geografía <strong>de</strong> un modo irreconocible, convierte a los territorios<br />
en otros lugares habitados por diferentes, rompe con el nos-otros y<br />
<strong>de</strong>sarma la apropiación posible <strong>como</strong> “nuestro”. Al mirar a uno similar, el colonizado,<br />
en el acto <strong>de</strong> negación <strong>de</strong> su condición <strong>de</strong> par, lo <strong>de</strong>sconoce. Pero<br />
lo que adviene es el miedo <strong>de</strong> tener que aceptar esa situación patética y<br />
señala a la mentira <strong>de</strong>l colono <strong>como</strong> centro <strong>de</strong> la operación <strong>de</strong> la ocupación<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
41
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
42<br />
y reconstrucción <strong>de</strong> esas geografías. <strong>El</strong> miedo y la mentira son dos <strong>de</strong> los<br />
componentes centrales <strong>de</strong> la impotencia, por eso Chaco le parece a nuestro<br />
narrador otro país. Se hace evi<strong>de</strong>nte que el conflicto entre fracciones <strong>de</strong><br />
clase sólo tiene <strong>como</strong> objetivo la reproducción <strong>de</strong>l capital a gran escala, y<br />
en dicho proceso el fantasma <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> es el reverso solidario y complementario<br />
<strong>de</strong> la fantasía <strong>de</strong>l país rico.<br />
La fantasía <strong>de</strong> un país rico obviamente se diluye, se <strong>de</strong>construye, se<br />
<strong>de</strong>svanece en el aire cuando al menos uno <strong>de</strong> los “mitologemas” 15 <strong>de</strong> la<br />
ensoñación que la acompaña quiere ser experienciado. En los barrios,<br />
en los espacios <strong>de</strong>l colonizado, se reparte miseria a través <strong>de</strong>l símbolo<br />
<strong>de</strong> la riqueza.<br />
D: De la iglesia San Marcos ahí en barrio Rosedal que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> a su<br />
vez <strong>de</strong> iglesia (…) Entonces, esta cuestión <strong>de</strong>l comedor y soja, soja,<br />
soja; que puré <strong>de</strong> soja, que milanesa <strong>de</strong> soja, que bife <strong>de</strong> soja. Y digamos,<br />
esa fue la disputa porque tener que darle <strong>de</strong> comer a la gente la<br />
miseria, la porquería que en realidad acá se hace, se empezó a hacer<br />
soja transgénica que es soja para los animales, no para la gente. Y<br />
entonces por qué darles <strong>de</strong> comer eso, y entonces “antes <strong>de</strong> que se<br />
mueran <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>”, planteaban algunos, “más vale soja”. Aparte hay<br />
otra cuestión: la soja vos no podés comer más <strong>de</strong> 50gr diarios y ya te<br />
hace bolsa la salud. (G<strong>de</strong>D2, Córdoba: 2009. Expresiones <strong>de</strong> una militante<br />
<strong>de</strong> la lucha por el agua)<br />
La soja es EL mitologema <strong>de</strong> la narración <strong>colonial</strong> <strong>de</strong>l siglo XXI en<br />
Argentina. Es el resultado <strong>de</strong> la combinación <strong>de</strong> las industrias extractivas<br />
en varios <strong>de</strong> los componentes <strong>de</strong> su ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> valor (petrolera, petroquímica,<br />
insecticida) y las industrias agro-exportadoras (industria metalmecánica,<br />
siembra directa, fumigación). Todas esas fracciones <strong>de</strong> clase<br />
tienen un acuerdo: la soja es fuente <strong>de</strong> riqueza. Por eso <strong>como</strong> afirma<br />
la narradora anterior, al colono “…le interesa tres pepinos…” qué pueda<br />
pasar con los que sufren <strong>hambre</strong>.<br />
Ahora bien, lo que se expone con claridad es que la soja no es compartida<br />
en lo que tiene <strong>de</strong> riqueza sino en lo que reparte <strong>de</strong> miseria: cuando<br />
el sujeto se quiso incluir en la fantasía para apropiársela, se disolvió.<br />
A<strong>de</strong>más, hay tres elementos que <strong>de</strong>notan la <strong>de</strong>construcción fantasiosa en<br />
tanto irrupción narrativa <strong>de</strong> lo evi<strong>de</strong>nte: las políticas alimentarias ligadas a<br />
la <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes comunes (Plan Soja Solidaria 16 ), los come-<br />
15 Para la relación entre fantasía, sueño y mitologema Cfr. Scribano (2009).<br />
16 <strong>El</strong> “Plan Soja Solidaria” fue una iniciativa <strong>de</strong> la Asociación Argentina <strong>de</strong> Productores<br />
<strong>de</strong> Siembra Directa (AAPRESID) y contó con el asesoramiento técnico <strong>de</strong> la Sociedad<br />
Argentina para el Desarrollo y el Uso <strong>de</strong> la Soja (SADESO). Quienes integran estas ONG’s<br />
asociadas son los gran<strong>de</strong>s productores <strong>de</strong> trigo y soja transgénica. Se instaló a principios <strong>de</strong><br />
2002. Ver el artículo “<strong>El</strong> año <strong>de</strong> Soja Solidaria” <strong>de</strong> Víctor Trucco, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> AAPRESID,<br />
en diario Clarín <strong>de</strong>l 11/01/03. http://www.clarin.com/suplementos/rural/2003/01/11/r-00801.<br />
htm (visitado el 28 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2010).
dores <strong>como</strong> burocracias territoriales <strong>de</strong> la colonización y la equiparación<br />
entre animales y seres humanos. La geopolítica <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> es una cartografía<br />
<strong>de</strong> las políticas <strong>colonial</strong>es <strong>como</strong> formas <strong>de</strong> territorialización <strong>de</strong> las<br />
expropiaciones <strong>de</strong> energías.<br />
3.2.3- Usos metafóricos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
Una <strong>de</strong> las astucias <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> es producir <strong>de</strong>splazamientos<br />
y concentraciones elusivas hacia estereotipos <strong>de</strong>l hombre pobre<br />
y hambriento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> no se visualiza su carácter estructural. De ahí<br />
que la fantasía <strong>colonial</strong> incluya expresiones cognitivas que sirven <strong>de</strong> explicaciones<br />
ad hoc <strong>de</strong> los casos particulares. En esta narración se pue<strong>de</strong><br />
observar claramente cómo opera una <strong>de</strong> ellas: la situación <strong>de</strong> riesgo.<br />
No veíamos cómo crecer; <strong>como</strong> había una mejoría no había necesidad<br />
<strong>de</strong> lucha. Haber bajado la guardia en ese momento, eso nos<br />
hizo retroce<strong>de</strong>r un montón <strong>de</strong> tiempo porque ahora estamos sin organización,<br />
estamos empezando <strong>de</strong> nuevo. Le hemos dado tiempo al<br />
gobierno y a todos los socios a que avancen y a que avasallen todos<br />
nuestros <strong>de</strong>rechos, que expropien y que se hagan dueños <strong>de</strong> nuestras<br />
riquezas, que son <strong>de</strong> todos los argentinos… producimos para<br />
300 mil personas y hay chicos que se mueren <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>. A veces no<br />
lo vemos porque creemos que el pobre es el barbudo que anda en la<br />
plaza pidiendo limosna. Hoy con el capitalismo no lo vemos. <strong>El</strong> pobre<br />
pue<strong>de</strong> estar en nuestra familia, un vecino que no tiene para comer,<br />
pero por la vergüenza no sale a pedir limosna pero está en situación<br />
<strong>de</strong> riesgo. Mucho <strong>de</strong> nosotros estamos en situación <strong>de</strong> riesgo. <strong>El</strong> trabajador<br />
lo han empobrecido tanto, y a la clase media a niveles que tenemos<br />
familiares y parientes que están en esa situación. (Entrevista a<br />
un miembro <strong>de</strong> VACCAP, Villa María, 2009).<br />
En la narración existen, entre otros, dos conjuntos <strong>de</strong> expresiones que<br />
dan cuenta <strong>de</strong> cómo “en-el-<strong>hambre</strong>” el futuro es ahora: a) la <strong>de</strong>l pobre con<br />
barba que pi<strong>de</strong> limosna en la plaza y b) la relación entre <strong>hambre</strong> y expropiación.<br />
Ambos conjuntos <strong>de</strong> expresiones se articulan por la “situación <strong>de</strong><br />
riesgo” <strong>como</strong> referencia a la experiencia personal o próxima. En la primera,<br />
la barba trae a la pintura <strong>de</strong>l mundo los colores <strong>de</strong>l tiempo transcurrido, <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>sprolijidad; la plaza pinta el vagabun<strong>de</strong>o y el nomadismo; y la limosna<br />
refiere al pedir políticamente correcto <strong>de</strong> la religión neo<strong>colonial</strong>. Por eso la<br />
vergüenza <strong>de</strong> sentirse pobre y con <strong>hambre</strong>, el escarnio <strong>de</strong> andar pidiendo<br />
<strong>de</strong> algunos es la situación vicaria que exorciza y ocluye la posibilidad<br />
<strong>de</strong> vivir eso en primera persona. <strong>El</strong> pobre pidiendo es la metáfora <strong>de</strong> un<br />
hambriento viviendo la impotencia <strong>de</strong> la inacción. En la segunda, la expropiación<br />
<strong>de</strong> riquezas se liga a las “postales <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> <strong>de</strong> un país rico”; las<br />
energías apropiadas en la <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes comunes <strong>de</strong> ayer se<br />
“ven” en el <strong>hambre</strong> <strong>de</strong> ahora y constituyen el <strong>de</strong>l mañana.<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
43
Si bien hasta ahora hemos podido ver las maneras en que los usos<br />
metafóricos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> señalan visiblemente cómo las políticas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
marcan el presente-futuro, la próxima narración termina <strong>de</strong> esclarecer<br />
la continuidad estructural <strong>de</strong> la expropiación <strong>colonial</strong>. Usando <strong>como</strong> nodo<br />
narrativo al <strong>hambre</strong>, se pue<strong>de</strong> visualizar la “suerte” <strong>de</strong>l colonizado.<br />
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
44<br />
E: Porque las necesida<strong>de</strong>s que se discutían en las asambleas no fueron<br />
solucionadas. Hoy estamos hablando, inclusive sin cifras, porque<br />
si nos movemos con las cifras ya ni siquiera tenemos un organismo<br />
confiable, al contrario, se ha avanzado en la experiencia porque esto<br />
que han planteado los compañeros ya se tomó en un montón <strong>de</strong> lados<br />
y pasan a ser ejemplos. Por eso los llaman <strong>de</strong>l gráfico, por la experiencia<br />
que viven; <strong>como</strong> llamaron a los compañeros <strong>de</strong> Zanón para<br />
otro lado, ellos mismos se han juntado; los compañeros se juntan y<br />
se discute <strong>como</strong> estamos haciendo ahora. Los <strong>problema</strong>s que ellos<br />
tienen en el Mercado Central se hubieran resuelto si evi<strong>de</strong>ntemente la<br />
Municipalidad estaría formada por los trabajadores, por la gente responsable<br />
<strong>de</strong>l Mercado Central o encontrar el organismo, porque eso<br />
es motivo <strong>de</strong> discusión permanente. Yo creo que lo que faltó es que<br />
los trabajadores hagamos y no que <strong>de</strong>leguemos responsabilida<strong>de</strong>s.<br />
Porque vino Rodríguez Saá, que tomó las consignas <strong>de</strong> las asambleas<br />
pero no las llevó a cabo hasta un <strong>de</strong>terminado tiempo; <strong>de</strong>spués fue<br />
reemplazado por cinco presi<strong>de</strong>ntes hasta que llegó Kirchner. Y el plan<br />
económico que se aplica es igual que antes, y sí, sin duda no vamos a<br />
tener salida a esto, por más que formemos cooperativas si no hay un<br />
plan económico generalizado que satisfaga las necesida<strong>de</strong>s; porque<br />
hoy se siguen muriendo los mismos cien pibes por día <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>.<br />
(G<strong>de</strong>D1, Villa María: 2009. Expresiones <strong>de</strong> un miembro <strong>de</strong>l Movimiento<br />
Socialista <strong>de</strong> los Trabajadores, MST)<br />
En una narración corta se <strong>de</strong>scriben, muy claramente, varios <strong>de</strong> los<br />
componentes <strong>de</strong> las mutaciones y contingencias <strong>de</strong> la fantasía <strong>colonial</strong><br />
argentina en los últimos 9 años: abre con las necesida<strong>de</strong>s y cierra con el<br />
<strong>hambre</strong>. Nosotros <strong>como</strong> anotadores hermenéuticos <strong>de</strong> las voces <strong>de</strong> los<br />
sujetos no tenemos más que <strong>de</strong>cir, solamente apuntar la inmoralidad <strong>de</strong><br />
la economía política <strong>de</strong> la moral <strong>colonial</strong>.<br />
3.2.4- Usos políticos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
<strong>El</strong> colono es un empresario que gasta poco y gana mucho. Las “nuevas”<br />
tierras y los cuerpos colonizados son mercancías <strong>de</strong>l emprendimiento político<br />
que implican el esfuerzo <strong>de</strong> diseñar unas políticas alimentarias, educacionales<br />
y <strong>de</strong> salud que <strong>de</strong>jan todo <strong>como</strong> está, <strong>como</strong> “un-siempre-así”.<br />
A: Particularmente yo coincido con M., no hubo ningún cambio estructural<br />
y es más, lo que disiento con ella es que en cuanto a educación,
no es que no se dan cuenta, sí se dan cuenta, está hecho a propósito,<br />
las escuelas urbano marginales y la escuela pública, para ellos es un<br />
gasto, no una inversión, igual que la salud. <strong>El</strong>los son empresarios <strong>de</strong><br />
la política.<br />
J: <strong>de</strong>l 2001 hasta ahora, la gente ¿sabés el único cambio que hubo,<br />
que la gente tomó más conciencia, psicológicamente…<br />
M: Pero está más muerta <strong>de</strong> <strong>hambre</strong><br />
J: salió más al frente. (G<strong>de</strong>D2, Villa María: 2009. Expresiones <strong>de</strong>: A, un<br />
miembro <strong>de</strong>l MST; J, un changarín <strong>de</strong>l Mercado <strong>de</strong>l Abasto; y M, una<br />
participante <strong>de</strong> VACCAP)<br />
La realidad <strong>de</strong> la empresa <strong>colonial</strong> interrumpe el sueño <strong>de</strong>l colonizado<br />
que se inscribe en la aceptación <strong>de</strong>sapercibida <strong>de</strong> lo políticamente correcto<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> la religión neo<strong>colonial</strong>. La irrupción <strong>de</strong>l morirse<br />
<strong>de</strong> <strong>hambre</strong> <strong>de</strong>stituye el carácter salvífico <strong>de</strong> lo psicológicamente posible:<br />
pedir, no merecer.<br />
La <strong>de</strong>mocracia <strong>colonial</strong> es una fantasía recurrente y reproducida pero<br />
también un contenedor, una esclusa que organiza y divi<strong>de</strong> aguas, un<br />
acto empresarial don<strong>de</strong> el <strong>hambre</strong> permite re-<strong>de</strong>finir el status <strong>de</strong> ciudadano<br />
<strong>de</strong> segunda.<br />
R: ¿cómo po<strong>de</strong>mos educar a los niños cuando no tenemos dinero para<br />
darle <strong>de</strong> comer<br />
N: está bien, pero yo creo que <strong>de</strong> no invertir $500 millones en el fútbol,<br />
tenemos que invertir $500 millones en educación. Para que <strong>de</strong>spués<br />
esos mismos chicos no sean comprados por una bolsa <strong>de</strong> alimentos<br />
para que vayan a votar.<br />
R: o a los 12 años salen a <strong>de</strong>linquir.<br />
N: sí, o salen a <strong>de</strong>linquir. Pero peor, pero peor, no estoy <strong>de</strong> acuerdo<br />
con el robo ni nada que se parezca ¿no, pero peor es que alguien<br />
vaya por una bolsita <strong>de</strong> alimentos, que lleve un paquete <strong>de</strong> azúcar,<br />
un paquete <strong>de</strong> yerba y una botellita <strong>de</strong> aceite <strong>de</strong> última calidad, y<br />
tengamos <strong>de</strong> esa forma electo un inten<strong>de</strong>nte, no se pue<strong>de</strong> creer, no<br />
lo puedo creer, no me cabe en la cabeza. Yo digo “¿por qué no nos<br />
po<strong>de</strong>mos educar”. Y es más, yo creo que el trabajo <strong>de</strong> los partidos…<br />
que yo pensaba que ya para el 2010, siempre pensé que la gente<br />
iba a estar votando <strong>de</strong>mocráticamente... (G<strong>de</strong>D1, Villa María: 2009.<br />
Expresiones <strong>de</strong>: R, un changarín <strong>de</strong>l Mercado central y <strong>de</strong> N, fundadora<br />
<strong>de</strong>l Club <strong>de</strong>l Trueque)<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
45<br />
Se hace evi<strong>de</strong>nte cómo el <strong>hambre</strong> profundiza y visibiliza la “batalla<br />
<strong>de</strong> los cuerpos”. 17 Unas bio-grafías <strong>de</strong> niños sin comida y sin educación,<br />
sin nutrientes básicos, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l solidarismo, encerrados en la<br />
17 Para una explicación <strong>de</strong> los rasgos <strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong> los cuerpos y la <strong>colonial</strong>idad Cfr.<br />
Scribano (2005b).
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
46<br />
resignación y ocupados en el consumo mimético. Es <strong>de</strong>cir, no hay religión<br />
neo<strong>colonial</strong> sin la inscripción <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> en el cuerpo y por lo tanto la<br />
política <strong>colonial</strong> <strong>de</strong>be marcar in<strong>de</strong>leblemente a esos niños para garantizar<br />
un mañana igual al presente.<br />
Los cuerpos son comprados y se ven<strong>de</strong> la disponibilidad <strong>de</strong> los cuerpos<br />
por alimentos. La economía política <strong>de</strong> la colonia es un verda<strong>de</strong>ro<br />
mercado <strong>de</strong> intercambio <strong>de</strong>sigual <strong>de</strong> sacrificios: el colono da lo que le<br />
sobra <strong>de</strong> energías a cambio <strong>de</strong> la aceptación inmovilizante <strong>de</strong> la asistencia<br />
permanente. <strong>El</strong> colono busca solamente “re-armar” cotidianamente<br />
esa práctica i<strong>de</strong>ológica que se llama <strong>de</strong>mocracia <strong>colonial</strong>.<br />
La fantasía <strong>de</strong>l hombre que sale <strong>de</strong>l “mercado <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” a través <strong>de</strong> la<br />
educación aparece <strong>como</strong> posible “ruptura” <strong>de</strong>l círculo vicioso <strong>de</strong> la pobreza,<br />
<strong>como</strong> una oportunidad <strong>de</strong> movilidad social vinculada a la autonomía <strong>de</strong> los<br />
sujetos. <strong>El</strong> sueño no “dura” tanto: repica el <strong>de</strong>spertador <strong>de</strong>l tener que robar<br />
para comer, lo real vuelve siempre <strong>como</strong> horroroso en la lógica <strong>colonial</strong>.<br />
La política <strong>como</strong> empresa <strong>colonial</strong> necesita <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra política y<br />
la oferta es construida en el mercado <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>, en el uso teleológico <strong>de</strong><br />
la necesidad <strong>de</strong>l colonizado.<br />
La <strong>de</strong>mocracia <strong>colonial</strong> alberga dos momentos expropiatorios –diferentes<br />
pero complementarios– la gestión <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> obra política: uno<br />
fordista y el otro posfordista. Por eso es necesaria la multiplicación <strong>de</strong><br />
“cuerpos superfluos” que pugnen por sobrevivir.<br />
En el contexto expresado se pue<strong>de</strong> inscribir la próxima narración: las<br />
hormigas no sueñan. Décadas <strong>de</strong> represión, tortura y “colonización-<strong>de</strong>lfuturo”<br />
dan sus frutos. 18 Al colonizado no le quedan muchas opciones:<br />
muere aplastado, mata para que no lo aplasten o acepta el aplastamiento<br />
continuo <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>.<br />
R: Claro, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 2001 en a<strong>de</strong>lante cambió todo, hasta la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
los niños, hasta el pensar <strong>de</strong> los niños. Nos han quitado el sueño, no<br />
solamente nuestro, los hijos; yo soy abuelo… nos han quitado el sueño,<br />
verda<strong>de</strong>ramente. O sea, nos hacen el trabajito <strong>de</strong> hormiga, ¿qué es el<br />
trabajito <strong>de</strong> hormiga La hormiga la pisan, pero no la matan, se levanta<br />
<strong>como</strong> pue<strong>de</strong>, cuando se quiso escapar le vuelven a meter el pie…<br />
estamos en ese proceso, ¿A dón<strong>de</strong> vamos a llegar No sabemos. No<br />
quiero que algún día corra sangre, que no tengamos que salir a la calle a<br />
pelear el alimento… no, a matar, ¡ojo! a matar gente o a matarnos entre<br />
nosotros para po<strong>de</strong>r comer en el país más rico <strong>de</strong>l mundo. (G<strong>de</strong>D1, Villa<br />
María: 2009. Expresiones <strong>de</strong> un changarín <strong>de</strong>l Mercado <strong>de</strong> Abasto).<br />
Negrito y trabajador <strong>como</strong> las hormigas, al colonizado incluso le han<br />
sacado los sueños en el mismo acto <strong>de</strong> un intento final por incluirse en<br />
la fantasía <strong>de</strong>l país más rico. Los niños son los testigos <strong>de</strong> un futuro que<br />
se teje ahora con la impotencia <strong>de</strong> sus padres. Cuando caen los sueños<br />
18 Cfr. Scribano (2008c).
la fantasía <strong>colonial</strong> literalmente se <strong>de</strong>sangra, se vuelve escarnio <strong>de</strong> una<br />
aceptación vuelta cuerpo y hecha callo en el dolor social que la estructura<br />
<strong>colonial</strong> genera.<br />
Es tan potente el lugar <strong>de</strong>l colono que su hacer performativo atraviesa<br />
a militantes y “progresistas”, para algunos <strong>de</strong> ellos, la política parte <strong>de</strong> la<br />
necesidad. Muchas <strong>de</strong> las “intenciones organizativas” son un salvavidas<br />
<strong>de</strong> plomo y el mejor ejemplo <strong>de</strong> los usos políticos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>. No hay sólo<br />
empresarios <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>, también hay capataces. La próxima narración es<br />
<strong>de</strong> un militante gremial:<br />
Bueno, siempre ha sido así, no es que te organizás <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate<br />
político o una postura i<strong>de</strong>ológica, te organizás <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una necesidad. Y<br />
<strong>de</strong> ahí le vas buscando la rosca a ver cuál es la arista más política <strong>de</strong><br />
esa necesidad. Para dar el salto. Si querés que la gente <strong>de</strong> el salto, sino<br />
podés tener gente organizada por la necesidad en comedores y yendo<br />
al súper a buscar comida y volvés a comer y nada más. Y eso pue<strong>de</strong><br />
ser gran<strong>de</strong>. Cuando no tenés <strong>de</strong>socupación, suponete a los clubes <strong>de</strong><br />
amigos hoy la gente no va. Va muy ligado también a la comprensión.<br />
Es un dato que se va viendo cada vez más hoy en día. Yo creo que va<br />
a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r en eso, porque hay organizaciones que apuntan a construir<br />
en base a esa necesidad y a buscar la forma <strong>de</strong> solventar esa necesidad,<br />
suponete <strong>como</strong> los comedores. Hay algunos que hacen así, hay<br />
una necesidad y bueno hay una propuesta para bancar esta necesidad,<br />
que es el comedor. Y digo, es para que nos organicemos para que<br />
los chicos tengan para comer. (Entrevista a un miembro <strong>de</strong>l Sindicato<br />
<strong>de</strong> Teleoperadores, Córdoba: 2009).<br />
La religión neo<strong>colonial</strong> no sólo tiene sus sacerdotes, tiene también sus<br />
monaguillos. Se hace lo que se pue<strong>de</strong> y se termina aceptando que lo que<br />
se <strong>de</strong>be hacer es lo único que se pue<strong>de</strong> hacer. Los usos políticos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong><br />
son un rasgo estructural <strong>de</strong> la colonia y por lo tanto se transversaliza<br />
en la pluralidad <strong>de</strong> sus componentes.<br />
Hasta aquí hemos intentados “hacer comentarios” sobre las voces que<br />
aparecen en las narraciones <strong>de</strong> los sujetos que han participado <strong>de</strong> la investigaciones<br />
a las cuales ya hemos hecho alusión.<br />
4- Tercera parte. A modo <strong>de</strong> cierre. Si esto no es Colonia, ¿¡La Colonia<br />
dón<strong>de</strong> está!<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
47<br />
Dadas las estrategias <strong>de</strong> registro y lectura <strong>de</strong> las entrevistas y grupos<br />
focales que se han utilizado, conjuntamente con los nodos construidos y<br />
la manera <strong>de</strong> presentación seleccionada en tanto cartografías <strong>de</strong> lo <strong>colonial</strong><br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pasado y <strong>de</strong>l presente-futuro, sintetizamos a continuación<br />
algunos <strong>de</strong> los rasgos que consi<strong>de</strong>ramos más relevantes a la hora <strong>de</strong><br />
compren<strong>de</strong>r al <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>.
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
48<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> ha sido y será parte <strong>de</strong> las “formas <strong>de</strong> ocupación” <strong>de</strong> los<br />
bienes comunes, los cuerpos y las sensibilida<strong>de</strong>s que se vuelven necesarias<br />
para la expropiación capitalista global.<br />
En el contexto <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>sarrollado hasta aquí, es posible enten<strong>de</strong>r<br />
cómo hay un “mercado <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” don<strong>de</strong> las agencias <strong>de</strong> la política<br />
institucional y las diversas fracciones <strong>de</strong> las clases dominantes se apropian<br />
<strong>de</strong> los exce<strong>de</strong>ntes.<br />
<strong>El</strong> entramado básico <strong>de</strong> la religión neo<strong>colonial</strong> encuentra en dos <strong>de</strong><br />
las características <strong>de</strong> las “políticas <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” algunos <strong>de</strong> sus pilares<br />
fundamentales. Una la constituye la auto-organización, auto-responsabilización<br />
y auto-culpabilización que dan forma a las emulaciones <strong>de</strong> las<br />
burocracias institucionales. La otra, las actitu<strong>de</strong>s recomendadas por la<br />
experiencia <strong>de</strong> <strong>hambre</strong>: el agra<strong>de</strong>cimiento al que da, la responsabilidad<br />
frente al regalo y el reconocimiento <strong>de</strong> la ignorancia.<br />
Las personas con <strong>hambre</strong> son así “ciudadanos <strong>de</strong> segunda” <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo<br />
cual se hace visible cómo la política en tanto empresa <strong>colonial</strong> necesita <strong>de</strong><br />
mano <strong>de</strong> obra política y la oferta es construida en el mercado <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>,<br />
en el uso teleológico y tecnológico <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong>l colonizado.<br />
Los fantasmas y fantasías <strong>de</strong>s<strong>de</strong> y sobre el <strong>hambre</strong> son prácticas<br />
i<strong>de</strong>ológicas, que <strong>como</strong> todo componente <strong>de</strong> una economía política <strong>de</strong> la<br />
moral, en sus momentos cognitivos y emocionales elaboran (y se elaboran<br />
en) una división social <strong>de</strong>l conocimiento y las sensibilida<strong>de</strong>s.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> constituye y conforma unas especiales relaciones entre territorios<br />
y sensibilida<strong>de</strong>s, es una señal <strong>de</strong> la geografía <strong>de</strong> la <strong>de</strong>predación y<br />
la expropiación. Siguiendo los hilos <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> se elabora una geopolítica<br />
<strong>colonial</strong>. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> tiene cualida<strong>de</strong>s performativas respecto al tiempoespacio,<br />
es una manera <strong>de</strong> construir disposiciones elaborando límites,<br />
produciendo la división entre territorios, es un espectro que colorea la<br />
comarca y los bor<strong>de</strong>s que no hay que traspasar sin estar en peligro.<br />
Si se pue<strong>de</strong> elaborar una geopolítica <strong>colonial</strong> constatando la existencia<br />
<strong>de</strong> “ciudadanos <strong>de</strong> segunda”, cuyos <strong>de</strong>rechos se vinculan a “políticas<br />
<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>” (elaboradas y gerenciadas por la política institucional) que a<br />
su vez se vinculan a las incertidumbres y persistencias <strong>de</strong> un “mercado<br />
<strong>de</strong>l <strong>hambre</strong>”, que se basa en múltiples “formas <strong>de</strong> ocupación” <strong>de</strong> cuerpos<br />
y territorios, la conclusión –al menos provisoria– es clara: estamos<br />
frente a una sociedad <strong>colonial</strong>.<br />
<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> es el territorio permanente <strong>de</strong> los cuerpos colonizados, se<br />
hace evi<strong>de</strong>nte que el conflicto entre fracciones <strong>de</strong> clase sólo tiene <strong>como</strong><br />
objetivo la reproducción <strong>de</strong>l capital a gran escala y en dicho proceso el<br />
fantasma <strong>de</strong>l <strong>hambre</strong> es el reverso solidario y complementario <strong>de</strong><br />
la fantasía <strong>de</strong>l país rico.<br />
Más allá que no haya sido nuestro objetivo en este trabajo, es necesario<br />
remarcar que el colono ocupado en la <strong>de</strong>predación <strong>de</strong> los bienes<br />
comunes, en la expropiación exce<strong>de</strong>ntaria <strong>de</strong> energías, en la elaboración<br />
cambiante e iterativa <strong>de</strong>l catecismo <strong>colonial</strong> y en los conocimientos<br />
científicos que lo acompañan, no ha reparado (aún) en un sinnúmero <strong>de</strong>
prácticas intersticiales e interdicciones colectivas que cotidianamente<br />
los habitantes <strong>de</strong> los países <strong>colonial</strong>es les interponen <strong>de</strong>safiantemente,<br />
con un carácter <strong>de</strong>stituyente <strong>de</strong> la vida <strong>colonial</strong>.<br />
Adrián Scribano y Eugenia Boito (Compiladores) <strong>El</strong> purgatorio que no fue<br />
49
Adrián Scribano, Juliana Huergo y Martín Eynard <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> <strong>como</strong> <strong>problema</strong> <strong>colonial</strong>...<br />
50<br />
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