UNIVERSIDAD DE CARABOBO

de edad, sufre unas quemaduras de tercer grado, a consecuencia de recibir un
fulminante baño de ácido sulfúrico al cien por cien, cuando procedía a descargar
una cisterna que transportaba el corrosivo líquido, sin percatarse, dado lo habitual
de su labor, que la tapa de seguridad del tanque no había sido sujetada conforme
a las reglas de seguridad. La situación fue intempestiva, Jesús sólo sentía como
su piel se corrugaba como un papel de seda, incluso sus órganos sexuales.
Los supervisores y demás compañeros de trabajo, tampoco estaban preparados
para atender esta emergencia, ni siquiera la empresa contaba con las duchas de
los neutralizantes requeridos por el reglamento de seguridad industrial en las
maniobras con este tipo de ácidos, razón por la cual Jesús, fue expuesto a una
ducha de agua que agravo su situación clínica. Fueron más de cuatro meses de
terapia intensiva en una clínica privada de esta ciudad, Jesús logra sobrevivir
milagrosamente; sin embargo, se convertía en un nuevo "Jorobado de
Notredame", nacía un nuevo ser de un físico desconocido y repulsivo, pero con
un espíritu sublime y angelical.
No-conforme con el milagro acaecido, la empresa rechazó de plano, los
requerimientos extrajudiciales que en un inicio sólo estaban limitados a los
gastos clínicos, razón por la cual Jesús, convaleciente y con un grave shock posttraumático,
inicia con denuncia penal en contra de los directivos de la empresa, el
proceso establecido en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo; no pasaron dos meses para que la empresa accediera a las
indemnizaciones solicitadas, todo en virtud que el nuevo proceso les
obstaculizaba las defensas opuestas en un proceso previo en contra de ellos
mismos.
La indemnización lograda satisfacía sus expectativas económicas, pero no así los
daños psíquicos que fueron finalmente, después de diez años la causa de su
suicidio. Jesús, luego de haber logrado ocupar un status económico considerable,
muere como un mendigo arruinado por su familia.
De este caso se puede deducir que la Ley cumplió su cometido indemnizatorio,
mas no prevencionistas, ya que se tuvo conocimiento de accidentes posteriores en
la misma empresa causados por la falta de supervisión necesaria y exigida por la
Ley.
Este caso llama a una reflexión que es la siguiente: no hay indemnización que
valga, lo justo y necesario es prevenir a los fines de no lamentar.
Otro caso importante de resaltar es el caso de: Felix Gómez, habida cuenta de ser
el único caso de accidente laboral casado por la Corte Suprema de Justicia a