Fernando Ortega, el hombre esperado
Fernando Ortega, el hombre esperado
Fernando Ortega, el hombre esperado
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Palenque<br />
Para la gente, no para<br />
los bancos<br />
Julio Pomar<br />
Buena muestra de que intenta<br />
cumplir con sus ofrecimientos<br />
de campaña <strong>el</strong>ectoral, está dando <strong>el</strong><br />
presidente de Estados Unidos, Barack<br />
Obama, a un mes y días de haber accedido<br />
al poder. Se dice con realismo y<br />
sensatez que será muy difícil que asuma<br />
a plenitud <strong>el</strong> conjunto de sus ofrecimientos<br />
<strong>el</strong>ectorales, ni que satisfaga<br />
la inmensa expectativa que despertó<br />
su democrática llegada arrolladora a la<br />
Casa Blanca. Es hoy la cabeza política<br />
formal d<strong>el</strong> imperio y eso tiene mucho<br />
que decir de su futuro desempeño. Así<br />
que sin pecar de ingenuos, podemos<br />
decir que su intento tiene <strong>el</strong> mérito de<br />
plantear una línea de correcciones a la<br />
torpe, esquinada y parcial política de los<br />
ultra conservadores norteamericanos<br />
que durante 8 años, cuando menos,<br />
infligieron con su poder al mundo <strong>el</strong><br />
terror armado, y en lo interior, uno de<br />
los saqueos económicos más evidentes<br />
que haya sufrido <strong>el</strong> pueblo de Estados<br />
Unidos en toda su historia.<br />
Uno de sus lemas en campaña fue<br />
que «<strong>el</strong> rescate no es para los bancos,<br />
sino para la gente». Está por verse<br />
qué tanta eficacia tiene en <strong>el</strong> empeño.<br />
Pero no cabe duda que hasta en un<br />
análisis superficial, su insistencia en<br />
que su propósito no es salvar los mega<br />
negocios de unos cuantos privilegiados<br />
cresos ultra millonarios muy poderosos,<br />
sino proceder a tender una mano a los<br />
múltiples perjudicados de la política<br />
ultra conservadora, da una nueva certidumbre<br />
e imagen de que sus propósitos<br />
son serios, que no fueron frases de<br />
campaña —demagógicos, pues— sólo<br />
Expresa mi estilo<br />
para obtener <strong>el</strong> voto de los <strong>el</strong>ectores y<br />
después olvidarse de <strong>el</strong>los.<br />
Los intereses heridos ya empiezan<br />
incluso a intentar ridiculizarlo en caricaturas<br />
y sarcasmos. Lo acusaron y<br />
acusan de algo que en definitiva no es:<br />
de socialista. Piensan que irremisiblemente<br />
irá al fracaso. Pero todo indica<br />
que simplemente pretende reabrir <strong>el</strong><br />
camino keynesiano que aplicó <strong>el</strong> más<br />
grande presidente que ha tenido la superpotencia,<br />
Franklin D<strong>el</strong>ano Roosev<strong>el</strong>t.<br />
Y Keynes estuvo siempre muy ajeno a<br />
cualquier filiación socialista, sino que,<br />
más bien, su teorización económica<br />
fue producto de la inquietud capitalista<br />
ante <strong>el</strong> empuje socialista de las primeras<br />
décadas d<strong>el</strong> siglo 20. O sea, fue un<br />
corrector d<strong>el</strong> capitalismo como sistema,<br />
que acababa de pasar por la gran crisis<br />
d<strong>el</strong> año 29. Siempre él y otros pensando<br />
en <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro d<strong>el</strong> comunismo. Pero ya<br />
se ve que reabrir la experiencia keynesiana<br />
es en EU más difícil que llegar a<br />
la Luna.<br />
La experiencia obamista no está<br />
siendo debidamente percibida en muchas<br />
partes d<strong>el</strong> mundo. No se entiende<br />
acaso que cuando <strong>el</strong> imperio afloja las<br />
tensas riendas, que parece ser la tendencia<br />
de la nueva política de Obama,<br />
esa es una oportunidad de oro para las<br />
naciones pobres o semi-pobres d<strong>el</strong> mundo,<br />
y para amplias masas de la Humanidad,<br />
siempre y cuando sea entendida<br />
en sus términos reales. Menudean las<br />
voces escépticas, más que las de quienes<br />
ven <strong>el</strong> giro de la política presidencial<br />
de EU como un acicate para preparar<br />
y ejecutar cambios propios, que son<br />
necesarios después de tres décadas de<br />
neoliberalismo aplastante, depredador<br />
y excluyente.<br />
México no es la excepción. El actual<br />
Hop’ K’in • 16<br />
gobierno de Calderón parece andar<br />
en las antípodas de esta preocupación<br />
de real-politik, si acaso piensa en <strong>el</strong>lo.<br />
Su combate a la crisis parece y es una<br />
pálida respuesta a los apremios de una<br />
debacle de la política económica seguida<br />
fi<strong>el</strong>, servilmente, desde los mediados<br />
de los 80, con De la Madrid-Salinas<br />
al frente d<strong>el</strong> gobierno, que se suma a<br />
las graves crisis de crecimiento y desarrollo<br />
económico-social que México<br />
ya experimentaba desde antes, con su<br />
«desarrollo con miseria», que eso produjo<br />
<strong>el</strong> llamado mod<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> «desarrollo<br />
estabilizador». Los ricos pueden seguir<br />
siendo ricos, y los pobres se quedan en<br />
lo que han sido, con algunas reformas<br />
sociales que mantengan la estabilidad.<br />
Pero lo que nos deparó <strong>el</strong> destino con<br />
las contrarreformas salinistas-zedillistas<br />
neoliberales fue algo mucho peor. Fue<br />
<strong>el</strong> imperio brutal d<strong>el</strong> capitalismo salvaje<br />
dependiente.<br />
Una verdadera estrategia anti crisis<br />
debía estar determinada, desde las<br />
profundidades de la misma crisis, a<br />
salvar a las inmensas masas de mexicanos<br />
que en número de 60 millones<br />
de habitantes, no ven perspectivas de<br />
avance. Reducir la brutal brecha entre<br />
opulencia e indigencia debiera ser la<br />
palabra de orden d<strong>el</strong> momento. Frente<br />
a <strong>el</strong>lo, se apoya a los empleadores, pero<br />
no al empleo; a los voraces empresarios<br />
anti sociales, antes que a los sectores<br />
populares; a las concentraciones de<br />
poder monopólico privado, frente a las<br />
opciones de desarrollo social real.<br />
Les pasa de noche a los dirigentes<br />
nativos <strong>el</strong> enunciado de la política anunciada<br />
por Obama: «El rescate no es para<br />
los bancos, sino para la gente».<br />
pojulio2@gmail.com