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Globalización, procesos migratorios y estado en Chile - Choike

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CHILE<br />

Globalización, <strong>procesos</strong> <strong>migratorios</strong> y <strong>estado</strong> <strong>en</strong> <strong>Chile</strong><br />

Estado vehicula respecto de si mismo. Así, más complejo será si la repres<strong>en</strong>tación de<br />

si mismo es la de una sociedad homogénea. De este modo, las repres<strong>en</strong>taciones<br />

sociales que transmit<strong>en</strong> los Estado y las sociedades van a facilitar u obstaculizar la<br />

integración de trabajadores migrantes y la reivindicación del principio de igualdad.<br />

En definitiva, para el caso de <strong>Chile</strong>, una política de igualdad de derechos correspondería<br />

para el Estado a una revolución simbólica pues le impondría otra repres<strong>en</strong>tación<br />

social a un Estado que se pi<strong>en</strong>sa homogéneo y que a m<strong>en</strong>udo niega su propia<br />

diversidad y que rechaza p<strong>en</strong>sarse como un Estado de inmigración.<br />

Un Estado que no se reconoce como receptor de inmigración, int<strong>en</strong>ta ignorar la pres<strong>en</strong>cia<br />

de nuevos actores sociales, deslegitimando así cualquier reivindicación de<br />

derechos civiles, políticos y sociales, esos tres pilares de los que T. Marshall19 establece<br />

como constituy<strong>en</strong>tes de la ciudadanía. Una ciudadanía concebida no sólo<br />

como un derecho sino también como un estatus que implica, necesariam<strong>en</strong>te, un<br />

reconocimi<strong>en</strong>to público de aquel que lo posee.<br />

Por esto afirmamos que la igualdad de derechos es un discurso político y que <strong>en</strong> las<br />

sociedades modernas es ella la que define el carácter democrático del Estado.<br />

POLITICAS GUBERNAMENTALES DE INMIGRACION<br />

Es indudable el papel c<strong>en</strong>tral que ha jugado el Derecho como hacedor de<br />

hegemonía y moldeador de subjetividades, a partir de la imposición de conceptos, y<br />

distintos tipos de roles. Por este motivo, nos hemos propuesto examinar la legislación<br />

y reglam<strong>en</strong>tación migratoria <strong>en</strong> <strong>Chile</strong>.<br />

La política inmigratoria del naci<strong>en</strong>te Estado chil<strong>en</strong>o cumplió dos objetivos c<strong>en</strong>trales<br />

de ord<strong>en</strong> político-económico:<br />

1) Repoblami<strong>en</strong>to y control territorial,<br />

2) Desarrollo agrícola e industrial, para los cuales el gobierno seleccionó a<br />

población europea y creó una fuerte institucionalidad que perdura hasta<br />

hoy <strong>en</strong> día.<br />

1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS POLÍTICAS MIGRATORIAS<br />

La naci<strong>en</strong>te República chil<strong>en</strong>a —principios del siglo XIX— al repoblar bastas<br />

zonas deshabitadas del territorio nacional pret<strong>en</strong>dió consolidar la soberanía estatal a<br />

través del control espacial y contribuir al desarrollo de los sectores agrícolas —a<br />

mediados del siglo XIX— e industriales —al finalizar la misma c<strong>en</strong>turia—, para adap-<br />

tarse al modelo económico internacional. El Estado no podía consolidarse <strong>en</strong> el<br />

marco de una sociedad fragm<strong>en</strong>tada, con un conflicto territorial por amplias ext<strong>en</strong>siones,<br />

de lo que hoy corresponde a la IX región de la Araucanía, propiedad ancestral<br />

del pueblo mapuche, y que este def<strong>en</strong>dió <strong>en</strong> una larga lucha de tresci<strong>en</strong>tos cincu<strong>en</strong>ta<br />

años contra los conquistadores españoles primero: de 1541 a 1810, y luego<br />

contra los chil<strong>en</strong>os: <strong>en</strong>tre 1810 y 1881, y que finalizó con su definitiva integración al<br />

territorio nacional <strong>en</strong> 1883 con la llamada “pacificación de la Araucanía”: la sangri<strong>en</strong>ta<br />

<strong>en</strong>trada del ejercito chil<strong>en</strong>o. El pueblo mapuche y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, la imag<strong>en</strong> del<br />

indíg<strong>en</strong>a repres<strong>en</strong>taba la barbarie a la cual se debía desterrar. De este modo la inmigración<br />

europea v<strong>en</strong>ia a aportar las características del chil<strong>en</strong>o deseable, objetivo que<br />

se conseguiría mediante una selectiva política de inmigración exclusivam<strong>en</strong>te europea<br />

que fue promovida por el Estado. Así el conting<strong>en</strong>te europeo —visto <strong>en</strong> aquel<br />

<strong>en</strong>tonces como el instrum<strong>en</strong>to de progreso y desarrollo social— seria el único capaz<br />

de integrar y reactivar económicam<strong>en</strong>te la Araucanía, otras zonas despobladas y otros<br />

c<strong>en</strong>tros urbanos, contribuy<strong>en</strong>do a su vez al mejorami<strong>en</strong>to de la “raza chil<strong>en</strong>a”, como<br />

quedaba señalado <strong>en</strong> las premisas de la Ley del año 1954.<br />

La “dialéctica de la negación del otro” se desarrolló y sobrevivió a lo largo de nuestra<br />

historia bajo la consigna de la homog<strong>en</strong>ización nacional. En <strong>Chile</strong> la negación del<br />

otro primero se plasmó <strong>en</strong> el sometimi<strong>en</strong>to de los pueblos indíg<strong>en</strong>as a las formas culturales<br />

de la norma blanca europea y más tarde se transfirió tanto al otro-extranjero,<br />

visto como am<strong>en</strong>aza a la id<strong>en</strong>tidad nacional, como al otro de ad<strong>en</strong>tro, el indíg<strong>en</strong>a o<br />

el mestizo20, junto a una definición del éthos nacional a partir de un ideal europeo o<br />

ilustrado, re-significado y legitimado a través de disposiciones jurídicas t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes a<br />

demarcar los rasgos culturales deseados.<br />

Para cumplir con estos dos objetivos, se creó una fuerte institucionalidad que se fue<br />

modificando al ritmo de las necesidades del Estado y del éxito y/o fracaso de la implem<strong>en</strong>tación<br />

de la política inmigratoria. Algunas de esas instituciones aún perduran. De<br />

esta manera, la alta regulación del proceso migratorio permitió al Estado decidir y<br />

controlar qui<strong>en</strong>es ingresan, dónde debían instalarse, qué labores estaban facultados<br />

para ejercer. Se trata de un firme control que se ord<strong>en</strong>ó gracias a una creci<strong>en</strong>te institucionalidad;<br />

consignemos que, tanto la Sociedad Nacional de Agricultura como la<br />

Sociedad de Fom<strong>en</strong>to Fabril, creadas <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to, son dos instituciones que subsist<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> la actualidad y det<strong>en</strong>tan un importante poder económico rural y urbano.<br />

Otro gran hito d<strong>en</strong>tro de la creci<strong>en</strong>te regulación y la obsesión por la fuerte institucionalidad<br />

son los llamados Consejos de Migración.<br />

Nos parece importante hacer el alcance respecto del recorrido que ha seguido el control<br />

del proceso migratorio; el cual transitó del Ministerio de Relaciones Exteriores,<br />

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