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Fotos: Alfredo Cohen, Jorge Raventos, Rafael Pernia, Angy Avendaño y Melanie Wainberg
nos inspiramos en crear espacios ordenados
y confortables para el hombre, logrando un
ambiente que le permita desenvolverse más
plácidamente”, comenta la responsable del
proyecto.
Como punto de partida, Becker recuerda la
inspiración en el entorno natural: “la primera
vez que fuimos a Paraguaná investigamos
sobre la geografía, la geología y los vientos.
Uno de los fenómenos naturales de la
península son las tolvaneras, se trata de
remolinos cortos que empiezan en un lugar
y luego caen. A partir de ahí pensé que sería
interesante trabajar el fenómeno eólico”.
En cuanto a los insumos utilizados se pensó
en hacer sustentable la construcción desde
el punto de vista ecológico. Por consiguiente,
debido a las condiciones climáticas se usó la
menor cantidad de vidrio posible. Únicamente
se utilizó en la zona central, sobre la feria.
La mayoría de los materiales fueron
trasladados desde Barquisimeto, por la
cercanía. Asimismo, se ubicaron aberturas
estratégicas en los corredores para aprovechar
la iluminación natural y evitar la artificial, de
manera que la edificación encaje de la mejor
manera posible con su entorno.
Con respecto al impacto socio económico del
centro comercial en la zona, en opinión de
Becker, “en Paraguaná todavía todo está por
hacer y la presencia del Sambil aporta en la
generación de empleos directos e indirectos, a
la vez que incrementa el atractivo turístico de
la región. La permisología para llevar a cabo el
proyecto fue fácil de procesar y se contó con
total apoyo de las autoridades regionales.
Premio a un equipo triunfador
Al recibir el reconocimiento, la arquitecta
se declara feliz debido al duro trabajo
desempeñado por todo el equipo, “pero,
sobre todo, nos sentimos muy orgullosos por
haber logrado para Venezuela un galardón
internacional”.
“Por supuesto, es una emoción muy grande,
uno no se inscribe en los concursos pensando
en que vas a obtener el premio. Es importante
para apoyar un evento de esta categoría que
uno se coloque en la mira de cómo está la
arquitectura latinoamericana e internacional, y
eso es un aprendizaje para cualquier persona”.
Más adelante reflexiona: “Si hemos logrado
este galardón, debemos estar en un buen
puesto, pero a futuro creo que es algo difícil
de prever, ya que no solo tiene que ver con la
arquitectura sino con la economía del país.
Pienso que construir hoy en día es difícil no
sólo por el tema de la inversión y la seguridad
sino por todo lo que está ocurriendo, y sin
embargo considero que todos los esfuerzos
son sumamente loables e importantes”.
Asimismo, resalta que el arquitecto está en la
obligación de ser realista: “de nada nos sirve
a los arquitectos fantasear con algo imposible,
con el promotor al lado diciéndote eso no va,
tienes que buscar otra salida, negociar, llegar a
acuerdos factibles”.
En el Departamento de Arquitectura del
Grupo Sambil trabajan 14 profesionales
entre arquitectos y dibujantes. Algunos son
muy jóvenes y otros con más de 25 años de
trayectoria. Todos son entusiastas que aportan
muchísimo a las obras, “por eso nuestro
trabajo es un proceso colectivo”, acota.
Becker recuerda anteriores reconocimientos
recibidos por el Grupo Sambil como es el caso
de la arquitecta Elena Trotta con una mención
especial en 2007 por el Sambil San Cristóbal,
y posteriormente David Gabay, quien ganó un
premio del ICSC con Sambil Barquisimeto.
De este modo, su logro suma un eslabón a
la cadena de distinciones conseguidas por
el reconocido grupo promotor de centros
comerciales en Venezuela y el exteterior, que
seguirá luchando por alcanzar los mejores
estándares en su área.
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