AÑO I NUMERO 5 Octubre de 2006 - Arba

Nuestra gente
S
POR FERNANDO MANRIQUE
Un sinónimo de arte llamado Stella Maris
i hay alguien en Roque Pérez que tiene vocación artística
es sin dudas, Stella Maris Torres, empleada
del distrito local, quien además de dedicarse a la poesía
desde los 17 años, también integra un coro de su ciudad.
Con respecto a la poesía, las escribe porque siempre tuvo
mucha facilidad para realizarlas. Participó de algunos libros
publicados por otros autores, e inclusive formó parte de la
Asociación de Literatos de Roque Pérez y eso le permitió intervenir
en actividades de la Dirección de Cultura local y de
la Biblioteca Esteban Echeverría.
Los temas que tratan los poemas de Torres son «la naturaleza,
mis seres cercanos y las diversas situaciones que me ocurren en la
vida, son sensaciones más que suficientes para inspirarme».
Luego de tantos años escribiendo poesías, no quiso publicar
un libro, y acerca de ello explicó el porqué de esa decisión, «si lo
hago, siento que dejarían de ser mías para ser de todos y eso no
me gusta, total el que me oyó alguna vez, ya las disfrutó».
La otra pasión de Stella es el canto, «ya desde chica me
gustaba cantar. Iba a ver distintos coros que se presentaban en
la ciudad y así empecé a engancharme. Además, como tenía
voz de soprano, me buscaban seguido».
Los capacitadores
Una glosa para compartir
Al verte
Si el verte me da vida
y el no verte me da muerte
prefiero morir y verte
que no verte y tener vida.
Actualmente forma parte del Coro Polifónico de Roque
Pérez, «que tiene sus complicaciones en su funcionamiento
debido a que la Dirección de Cultura de la Provincia no
consigue director para mandarnos», dijo Stella.
El coro que integra brindó espectáculos en distintos
lugares, y en una oportunidad en el Colegio Nacional local
cantó junto al grupo «Opus Cuatro».
Tanto su hija como otros familiares transitan distintas
vertientes artísticas, seguramente Stella se animará a
incursionar por una tercera actividad cultural. Ya hay dos
que practica con felicidad.
POR BÁRBARA MENA
Manuel Gómez Cejas comenzó a
trabajar como capacitador de las novedades
y los cambios impositivos en el
año 2003. Tuvo su primera experiencia
en este rol en una jornada realizada en
la Delegación de Rentas de Mercedes.
De aquella primera vez, recuerda la dificultad
que tuvo para pararse y hablar
delante de sus compañeros.
Gómez Cejas es el responsable del
área de Capacitación, dependiente de
la Subdirección de Coordinación Central
de la Dirección Adjunta de Gestión
Territorial. Pero no está solo en la
tarea de difundir la información acerca
de los cambios producidos en los
impuestos o las modificaciones en el
Código Fiscal a los empleados de Rentas
de toda la Provincia, realiza estas
tareas con un comprometido colaborador,
Mauricio Arcaro.
Manuel Gómez Cejas y Mauricio
Arcaro comparten un nutrido anecdotario.
En una ocasión, en el momento
que iban a dictar un curso descubrieron
que el proyector no funcionaba.
Mientras los participantes iban llegando
al lugar, ellos se dedicaron –al borde
de la desesperación- a recorrer casas
de computación, para tratar de reparar
el aparato. Luego de una rápida
recorrida entraron en una empresa de
filmación anunciándose, para sobresalto
de los propietarios, «somos de
Rentas».Quienes, resignados ante la presunta
«fiscalización», comenzaron a
sacar carpetas con documentación impositiva.
Apurados como estaban, los
capacitadores explicaron que no estaban
fiscalizando sino que estaban procurando
solucionar un problema técnico.
El alivio de los comerciantes fue tal
que ellos mismos se dedicaron a solucionar
el desperfecto. Y no querían cobrar
la reparación. «Qué les vamos a
cobrar si era una pavadita», decían.
Otras anécdotas
La mayoría de las anécdotas que
recuerdan tienen que ver con algún
desperfecto u olvido. Como el día que
se presentaron en Trenque Lauquen
para realizar una capacitación. Previamente
habían revisado concienzudamente
cada elemento: proyector, alargues,
notebook, zapatillas aptas para
electricidad y todos los elementos complementarios.
Pero a la hora de comenzar
la tarea, no encontraban en la computadora
el programa con los documentos
que habían preparado. Buscaron
febrilmente, pero pronto descubrieron
que la computadora había sido
descargada en un operativo previo.
Nuevamente la búsqueda de un comerciante
dispuesto que les solucionara el
Manuel Gómez Cejas y Mauricio Arcaro.
inconveniente. En el primer negocio del
ramo que ingresaron, nadie parecía en
condiciones de solucionar el problema,
hasta que un jovencito, de unos 13 o 14
años, pariente de uno de los dueños, se
ofreció y en pocos minutos les dio la
solución que buscaban.
«Este año –agrega Mauricio- mientras
estábamos desayunando en el hotel,
se presentaron unas personas que
querían hablar con nosotros. ¿Quién
querría saber cuestiones de capacitación?
Los atendimos y pronto advertimos el
error: eran contribuyentes que tenían
cuestiones impositivas pendientes y al enterarse
de que llegarían a la ciudad empleados
de Rentas de La Plata, presumieron
que podrían explicarnos sus problemas
y encontrar una solución. Pero habían
ido al lugar equivocado».
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EN BLANCO