Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros. El que es sabio tiene gran poder y el que es entendido aumenta su fuerza. Proverbio 24:3-4 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Gálatas 6:9
CAPITULO DOS SU TRABAJO Bernardo pocas veces trabaja. Él está dispuesto a dejar que su esposa Rebeca, sostenga a la familia mientas él está en la búsqueda de su sueño. El problema es que Rebeca no está contenta con llevar toda la carga del sostén familiar sobre sus hombres de forma indefinida y Bernardo ha estado tratando de realizar su sueño durante diecisiete años sin resultados. Creo que la raíz de la inactividad de Bernardo es el temor. Él teme que si no consigue el trabajo de sus sueños, terminará en uno que odia y quedará atrapado en él para siempre. Esteban se está matando con tanto trabajo; nunca puede descansar y disfrutar del éxito de su labor. Pocas veces pasa tiempo con su familia y sus hijos adolescentes están llegando a la edad de adultos. Él no trabaja tan duro porque tenga necesidad, sino porque tiene temor. Él teme que si descansa, no valdrá nada a los ojos de los demás incluyendo los suyos propios. Estos son ejemplos extremos de cómo un hombre puede relacionarse con su trabajo. Por un lado es holgazanería, evitando salir del egoísmo, temor, falta de confianza, depresión o aprensión en cuanto al futuro. Del holgazán, Dios dice:”sobre sus goznes gira la puerta; sobre la cama, el perezoso” (Proverbios 26:14). “Pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza” (Proverbios 23:21). El camino del perezoso está plagado de espinas, pero la senda del justo es como una calzada” (Proverbios 15:19) La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar” (Proverbios 21:25). En otras palabras, un hombre holgazán nunca llegará a ninguna parte, nunca tendrá nada, solo un camino difícil por delante y al final lo destruirá. El extremo opuesto es el adicto al trabajo; obsesión por el trabajo, excluye todo lo demás, perdiendo la vida de uno en el proceso. Del adicto al trabajo, Dios dice “así terminan lo que van tras ganancias mal habidas, por éstas perderán la vida” (Proverbios 1:19) Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizar y ví que todo era absurdo, un correr tras el viento y que ningún provecho se saca en esta vida” (Eclesiastés 2:11). En otras palabras, el ser adicto al trabajo es agotador y no tiene sentido. Ninguno de los dos extremos promueven felicidad y satisfacción. Solo un equilibrio perfecto entre ambos, el cual Dios puede ayudar a un hombre a encontrar, podrá traer esa calidad de vida. Lo que causa que un hombre vaya a cualquiera de los dos extremos, cosa rara, es la misma razón: Temor. Esto es debido a que la identidad del hombre está a menudo muy unidad con su trabajo. Él necesita sentirse apreciado y ganar, y su trabajo es a menudo un medio por el cual ve que ambas cosas suceden. Le atemoriza pensar que nunca experimente ninguna de las dos. Si él está haciendo un trabajo que es degradante para él siente que no tiene valor como persona. Si no tiene éxito en su trabajo, se siente fracasado. Dios reconoce que el trabajo de un hombre es una fuente de satisfacción para él. Dice que no hay nada mejor para un hombre, que “es un don de Dios que el hombre… disfrute de todos sus afanes” (Eleciastés 3:13). El hecho de que muchos hombres no se sientan satisfechos con sus trabajos tienen menos que ver con lo que es su trabajo que si tiene o no un sentido de propósito. Un hombre que no tenga eso, con el tiempo puede llegar al lugar donde ha trabajado duro y por bastante tiempo y sentir que la recompensa es tan poca que siente que no tiene futuro para él, al menos no uno que el que valga la pena vivir. Si también se suma el detalle de la edad, puede que piense en cosas como: “Tú no tienes lo que hace falta”. “No tienes propósito”. Este es un lugar peligroso para un hombre estar.
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de la clave para desatar todo esto
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hable de una visión de su propio c