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que el Señor nos tenga que disciplinar como sea necesario cuando piensen que Él se ha dado<br />
por vencido! Ora para que el Señor haga de su matrimonio una fuente de gozo y de vida para<br />
ambos y no que sea una carga, una espina, un terror, una irritación o una condición temporal.<br />
<strong>ORA</strong>CIÓN<br />
Señor, oro para que protejas nuestro matrimonio de cualquier cosa que pudiera dañarlo o<br />
destruirlo. Protégelo de nuestro egoísmo y descuido, de los planes y deseos malos de otras<br />
personas y de situaciones feas o peligrosas. Que no haya pensamiento alguno de divorcio o<br />
infidelidad dentro de nuestros corazones, y ninguno en nuestro futuro. Líbranos de heridas,<br />
recuerdos o ataduras de relaciones del pasado y de expectativas no reales en ninguno de<br />
nosotros, o la baja autoestima que lo precede. Que no entre nada en nuestros corazones y<br />
costumbres que pueda amenazar de cualquier manera el matrimonio, en especial los vicios<br />
tales como el alcohol, las drogas, las apuestas, la pornografía, la lujuria o las obsesiones.<br />
Únenos en un vínculo de amistad, compromiso, generosidad y entendimiento. Elimina nuestra<br />
inmadurez, hostilidad o sentimientos de ineptitud. Ayúdanos a sacar tiempo para el otro, para<br />
estar solos para cultivar y renovar el matrimonio y para recordarnos las razones pro las cuales<br />
nos casamos. Oro para que (nombre del esposo) se comprometa contigo, Señor, que su<br />
compromiso contigo no sea movido, no importa qué tormentas vengan. Oro para que el amor<br />
del uno al otro crezca cada día más fuerte, para que jamás dejemos una herencia de divorcio a<br />
nuestros hijos.<br />
HERRAMIENTAS <strong>DE</strong> <strong>PO<strong>DE</strong>R</strong><br />
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al<br />
otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Eclesiastés 4:9-10<br />
Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la esposa de su juventud. “Yo<br />
aborrezco el divorcio, dice el Señor, Dios de Israel, “y al que cubre de violencia sus vestiduras”<br />
dice el Señor Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu y no sean traicioneros.<br />
Malaquías 2:15-16<br />
Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyuga, porque Dios juzgará a los<br />
adúlteros y a todos los que comenten inmoralidad sexual. Hebreos 13:4<br />
Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿Cómo va calentarse? Eclesiastés 4:11<br />
A los casados les doy la siguiente orden (no yo sino el Señor): que la mujer no se separe de su<br />
esposo. Sin embargo, si se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario que se reconcilie<br />
con su esposo. Así mismo, que el hombre no se divorcie de su esposa. 1 Corintios 7:10-11