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CAPÍTULO NUEVE<br />
SU PROPÓSITO<br />
Toda persona tiene un propósito. Esta es la razón por la cual existimos. Es la misión, el<br />
objetivo o plan de nuestra vida. Por lo general estamos aquí para glorificar a Dios y hacer su<br />
voluntad. Cómo esto se traduce específicamente en nuestras vidas es único en cada uno de<br />
nosotros. Tu esposo necesita saber la razón por la que él existe y estar seguro de que su vida<br />
no es solo un accidente, sino que está aquí por designio. Debe tener la certeza de que fue<br />
creado para un gran propósito. Cuando él descubre ese propósito y somete su vida a él,<br />
convirtiéndose en para lo que fue creado, encontrará satisfacción. Esto solo puede contribuir<br />
también a tu felicidad.<br />
Si he aprendido algo en más de dos décadas de casada, es que la esposa no puede poner<br />
presión sobre su esposo para que sea alguien, pero sí puede orar par que él se convierta en<br />
esa persona, y se moldeado de acuerdo al plan de Dios y no al de otra persona. Entonces, el<br />
resultado será determinado por si él escucha el llamado de Dios en su vida o no. Porque “Dios<br />
nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia<br />
determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del<br />
tiempo (2 Timoteo 1:9) Tu esposo “fue predestinado según el plan de aquel que hace todas las<br />
cosas conforme al designio de su voluntad” (Efesios 1:11). Pero tú aún necesitas orar para que<br />
él escuche el llamado de Dios, para que lo que él es y lo que haga esté alineado con el<br />
propósito de Dios para su vida.<br />
Siempre puedes saber cuándo un hombre no está viviendo de acuerdo al propósito para el cual<br />
Dios lo creó. Tú sientes su inquietud. Tienes la sensación de que algo no está bien del todo,<br />
incluso aunque no puedas intervenir en el asunto. Cuando estás al lado de un hombre que<br />
está cumpliendo su llamado y haciendo aquello para lo que fue creado, tú estás consciente de<br />
su dirección interna, confianza y gran seguridad. ¿Cómo te sientes acerca de lo que tu esposo<br />
está haciendo en su vida? ¿Sientes falta de paz porque él está en un camino que no le<br />
satisface, que le golpea y que no lo lleva a ninguna parte? Si es así, entonces ora: “Señor, saca<br />
a mi esposo de este lugar revélale lo que tú le has llamado a hacer y abre las puertas de lo que<br />
se supone que él esté haciendo”.<br />
Orar de esa manera no significa que tu esposo será sacado de lo que está haciendo y lanzado<br />
a otro lugar. Puede suceder de esa manera, pero a menudo lo que ocurre es un cambio en la<br />
perspectiva del hombre. Yo tengo un amigo llamado David, que ha trabajo por años en una<br />
fábrica haciendo aviones. Cuando él escuchó el llamado de Dios en su vida, sabía que iba a<br />
ayudar a adolescentes con problemas, de familias de bajos recursos. También sabía que no<br />
debía dejar su trabajo. Como resultado, su trabajo le proveía suficiente dinero para sostener a<br />
su familia y le ofrecía el tipo de horario que él necesitaba para poder llevar a cabo lo que tenía<br />
que hacer. Él ha organizado distribución de alimentos a familias necesitadas, conciertos gratis<br />
para jóvenes menos privilegiados, alcance cristiano para los no salvos, y conversaciones de<br />
paz entre pandillas rivales. Él ha hecho tanto para traer restauración a su dividida ciudad como<br />
cualquier hombre lo hubiera podido hacer. Su trabajo no es de ninguna manera fácil, pero llena<br />
de satisfacción. Y él tiene un sentido de propósito inconfundible cuando te acercas a él.<br />
Físicamente, no es un hombre grande, pero es un gigante espiritual y tú lo sabes cuando estás<br />
en su presencia. Su esposa Priscilla, también oyó el llamado de Dios en su vida y le apoya de<br />
toda manera posible.<br />
No importa lo que Dios ha llamado a tu esposo a ser o hacer, Él también te ha llamado a ti a<br />
poyarlo y ser parte de ello; al menos orando, animando y ayudando en la forma que sea<br />
posible. Para algunas mujeres eso significa edificar un buen hogar, criar los hijos, estar allí<br />
para él, y ofrecer oraciones de apoyo. Otras mujeres quizás tomen un papel activo<br />
convirtiéndose en la compañera o ayudante. En cualquier caso, Dios no te pide que renuncies