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CAPÍTULO OCHO<br />
SUS TEMORES<br />
Hay muchas cosas en este mundo a las que temer, solo un necio diría lo contrario. Pero<br />
cuando el temor nos domina, atormenta y controla nuestras visas, nos hemos convertido en<br />
cautivos de él. Los hombres, a menudo, son susceptibles a esto porque sin ellos ni siquiera<br />
darse cuenta, son atacados por “qué ocurriría si” ¿Qué ocurriría si no puedo ganar suficiente<br />
dinero, si algo le sucede a mi esposa e hijos, si contraigo una enfermedad terrible, si mi<br />
negocio fracasa, si no puedo ser un buen padre, si me quedo lisiado y no puedo trabajar para<br />
sostener a mi familia; si soy vencido o amenazado; si no puedo funcionar sexualmente, si nadie<br />
me respeta; si me veo involucrado en un accidente, si muero?” El temor puede controlar a un<br />
hombre (Salmo 48:6) y causar que su vida se pierda (Salmo 78:33). Si él es “dominador por un<br />
gran temor” (Lucas 8:37) esto lo puede mantener alejado de todo lo que Dios tiene para él.<br />
Nuestro segundo año de casados, Michael y yo hicimos un viaje a Italia, Gracia e Israel con<br />
nuestro pastor Jack Hayford y su esposa Anna y algunas personas de nuestra iglesia. Michael<br />
siempre ha sido un viajero muy ansioso, así que para cuando llegamos a Crecia, él estaba con<br />
tensión. Una noche, después de unos días en que estábamos exhaustos, él dijo:<br />
- Esto para mi resulta terrible, yo no puedo quedarme en la gira.<br />
- ¿A qué le temes exactamente?- Le pregunté.<br />
- No estoy seguro – me respondió – Pero tal parece que todo en mi vida se va a<br />
desmoronar si no regreso a la casa de inmediato.<br />
Aunque era tarde en la noche, llamé a la habitación del pastor Jack para decirle que nos<br />
marchábamos en la mañana. Yo estoy segura de que él ya estaba acostado pero me dijo:<br />
- Voy para allá<br />
El vino a nuestra habitación de inmediato y Michael compartió con él lo que estaba<br />
experimentado. El pastor puso su brazo compasivo alrededor de sus hombros y le habló sobre<br />
el amor que le tenía el Padre celestial.<br />
- Dios te ha adoptado como su hijo – le dijo-. Cuando tú estás en la presencia de un<br />
Padre Fuerte y amoroso, no hay que tener temor.<br />
El pastor Jack oró por Michael para que pudiera percibir con claridad el amor de su Padre<br />
Celestial y él también le demostró el amor de un padre. Fue un simple acto inspirado por la<br />
bondad del Espíritu Santo pero una relación poderosa para Michael. A causa de esto, él pudo<br />
superar su temor y nos quedamos en la gira hasta el final. Y fue bueno que lo hiciéramos. Yo<br />
quedé encinta en Jerusalén y nueve meses más tarde nuestro hijo Christopher, nació el día del<br />
cumpleaños del pastor Jack. Cosas significativas suceden en nuestras vidas cuando no<br />
permitimos que el temor domine una situación.<br />
Hay una diferencia entre un pensamiento de temor que viene a la mente como un aviso para<br />
orar por una cosa en particular y el espíritu atormentado de temor que paraliza. Tu no deseas<br />
debilitar los avisos del Espíritu Santo al corazón de tu esposo, sino apoyarlo mientras él lucha<br />
contra el temor destructivo. Jesús dijo: “Les voy a enseñar más bien a quien deben tener:<br />
teman al que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí les aseguro que<br />
a él deben temerle (Lucas 12:5) El único tipo de temor que se supone que nosotros tengamos<br />
es el temor del Señor.<br />
Cuando tienes el temor al Señor, Dios promete librarte de tu enemigo (2 Reyes 17:39)<br />
protegerte del mal (Proverbios 16:6), mantenerte riquezas y honor (Proverbios 22:4), suplir todo