02.05.2015 Views

EL PODER DE LA ESPOSA QUE ORA

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>ORA</strong>CIÓN<br />

Señor, oro para que mi esposo admita cualquier error en su vida. No permitas que haya “nada<br />

encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse” (Mateo<br />

10:26)<br />

Límpialo de cualquier pecado secreto y enséñale a ser una persona que esté dispuesta a<br />

confesar cuando está equivocado (Salmo 19:12) Ayúdale a reconocer sus errores. Dale ojos<br />

para que vea tu verdad y oídos para oír tu voz. Tráelo a un arrepentimiento total delante de ti.<br />

Si tiene que sufrir, permite que sea el sufrimiento de un corazón arrepentido y no porque la<br />

mano aplaste del enemigo ha encontrado una oportunidad en su vida por el pecado sin<br />

confesar. Señor, yo sé que la humildad tiene que venir antes del honor (Proverbios 15:33).<br />

Quita todo orgullo que puede hacerle negar sus faltas y obra en su alma una humildad de<br />

corazón para que él pueda recibir el honor que tú tienes para él.<br />

HERRAMIENTAS <strong>DE</strong> <strong>PO<strong>DE</strong>R</strong><br />

Queridos hermanos, si el corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios y<br />

recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le<br />

agrada. 1 Juan 3: 21-22<br />

Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón. Proverbios<br />

28: 13<br />

Examíname, oh Dios y sondea mi corazón, ponme a prueba y sondea mis pensamientos.<br />

Fíjate si voy por mal camino y guíame por el camino eterno. Salmo 139: 23-24<br />

Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi<br />

fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre<br />

mi. Pero te confesé mi pecado y no te oculté mi maldad. Me dije “Voy a confesar mis<br />

transgresiones al Señor” y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Salmo 32: 3-5<br />

Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien debe ser amable con todos, capaz de<br />

enseñar y no propenso a irritarse. Así humildemente, debe corregir a los adversarios, con la<br />

esperanza de que Dios le conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se<br />

despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su volunta. 2<br />

Timoteo 2: 24-26

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!