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172 Rompiendo las cadenas<br />
El peligro del engaño 173<br />
Pedro pasa a revelar dos maneras por las cuales podemos<br />
identificar a los falsos profetas y falsos maestros que obran dentro<br />
de la iglesia.Primero, llega el momento en que ellos revelan su inmoralidad,<br />
«...siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia...»<br />
(v, 10). Pretenden que Dios es todo amor y gracia, de<br />
modo que no podemos regimos por absolutos morales. Quizás no<br />
sea fácildetectar su inmoralidad, pero en algún momento aflorará<br />
en sus vidas (2 Corintios 11:13-15).<br />
Segundo, los falsos profetas y falsos maestros «desprecian el<br />
señorío» y son atrevidos y contumaces (2 Pedro 2:10). Estas personas<br />
tienen un espíritu independiente. No se someten a la autoridad<br />
de una denominación o cobertura espiritual, pero establecen<br />
su propio comité que aprobará todo cuanto ellos quieran hacer.<br />
Hay tres posicionesde liderazgo del Antiguo Testamento que<br />
tienen un equivalente funcional dentro de la iglesia: profeta (predicacion<br />
y enseñanza), sacerdote (cuidado y seguimiento pastoral)<br />
y rey (administración). Solo Jesús, en su perfección puede ocupar<br />
los tres roles simultáneamente. Creo que necesitamos el control y<br />
equilibrio de una pluralidad de ancianos en la iglesia,distribuyendo<br />
los tres roles con más de una persona. La autoridad absoluta<br />
corrompe absolutamente. Los cristianos comprometidos en funciones<br />
de liderazgo necesitan someterse ellos y sus ideas a otros<br />
cristianos maduros que los tengan por responsables. Necesitas<br />
buscar otra iglesiasi tu pastor no está bajo autoridad o sino muestra<br />
el corazón de un pastor y de un siervo.<br />
Cuidado con los espíritus engañadores<br />
Además de engañarnos a nosotros mismos y de ser engañados<br />
por profetas y maestros falsos, podemos estar siendo engañados por<br />
espíritus engañadores. «Pero el Espíritu dice claramente que en los<br />
postreros tiempos algunos apostotaTán de lafe, escuchando a espíritus<br />
engañadores y a doctrinasde demonios» (1 Timoteo 4:1). Juan también<br />
nos advierte que probemos los espíritus para desenmascarar a<br />
losanticristos(1Juan 2:18) y para distinguir elespíritu de verdad del<br />
espíritu de error (4:1-6). Las fuerzas demoníacas de Satanás están en<br />
accióntratando de contaminar tu mente con mentiras a fin de evitar<br />
que camines en la verdad. Hannah Whitehall Smith escribió:<br />
«Existen las voces del mal y de los espíritus engañadores<br />
que mienten, a la espera de enlazar a todo<br />
viajero que entre en las regiones más elevadas de la<br />
vida espiritual. La misma epístola que nos dice que<br />
estamos sentados en los lugares celestialescon Cristo,<br />
también nos dice que tendremos que luchar contra<br />
enemigos espirituales. Estos enemigos espirituales,<br />
deben comunicarse necesariamente con nosotros por<br />
medio de nuestras facultades espirituales y sus voces,<br />
como la voz de Dios sobre nuestro espíritu. En consecuencia,<br />
así como el Espíritu Santo puede decirnos<br />
cuál es la voluntad de Dios para nosotros, así también<br />
estos enemigos espirituales nos dicen por medio<br />
de impresiones lo que es la voluntad de ellos para<br />
nosotros, aunque no nos dan su nombre».'<br />
Debido a la naturaleza engañosa de sus impresiones, la voz de<br />
Satanás no siempre se puede detectar en forma objetiva. La siguiente<br />
oración expresa la actitud que debiéramos tener cuando<br />
sospechamos de un falso profeta, un falso maestro o un espíritu de<br />
engaño:<br />
«Padre celestial, me someto sin reservas a tu voluntad.<br />
Te ruego me muestres la verdadera naturaleza<br />
de esta persona o espíritu. Sihe sido engañado de<br />
alguna manera, te ruego que abras mis ojos al engaño.<br />
Ordeno, en el nombre de Jesucristo, que todos<br />
losespíritus engañadores se aparten de mí y renuncio<br />
a todos los dones falsificados y los rechazo (o cualquier<br />
otro fenómeno espiritual). Señor, si viene de ti,<br />
bendícelo y que crezca, para que tu cuerpo sea bendecido<br />
y edificado por su intermedio. Amén»