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Las Dos Babilonias - Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica - Inicio

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Lo Que Usted Debe Saber<br />

Evangelio hubiera entrado con fuerza en la masa popular, el culto<br />

<strong>de</strong> esta madre-diosa se habría extinguido. Al común <strong>de</strong> la<br />

gente, el Evangelio sólo les llegó <strong>de</strong> nombre. Por tanto, en lugar<br />

<strong>de</strong> que la diosa babilónica fuese echada fuera, en muchísimos<br />

casos sólo se le cambió el nombre. Así fue llamada la Virgen<br />

María que, con su Hijo, fue adorada con el mismo sentimiento<br />

idólatra por los cristianos confesos, como lo fue anteriormente<br />

por los paganos <strong>de</strong>clarados y reconocidos. La consecuencia <strong>de</strong><br />

esto fue que, cuando en el año 325 D.C., el Concilio <strong>de</strong> Nicea se<br />

congregó para con<strong>de</strong>nar la herejía <strong>de</strong> Arrio, que negaba la verda<strong>de</strong>ra<br />

divinidad <strong>de</strong> Cristo, herejía que fue con<strong>de</strong>nada ciertamente,<br />

pero no sin la ayuda <strong>de</strong> los hombres, que dieron claras<br />

muestras <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> elevar a la criatura al nivel <strong>de</strong>l Creador, al<br />

poner a la madre-Virgen hombro a hombro con su Hijo. En el<br />

Concilio <strong>de</strong> Nicea, dice el autor <strong>de</strong> “Nimrod,” “Los <strong>de</strong> la sección<br />

melchita,” es <strong>de</strong>cir, los representantes <strong>de</strong>l así llamado cristianismo<br />

egipcio, “sostuvieron que había tres personas en la Trinidad:<br />

El Padre, la Virgen María, y el Mesías, el Hijo <strong>de</strong> ellos.” 269<br />

Con respecto a este hecho asombroso, producido por el Concilio<br />

niceo, el padre Newman habla exultantemente <strong>de</strong> estas <strong>de</strong>cisiones<br />

que propendían a la glorificación <strong>de</strong> María. “Así,” dice él,<br />

“la controversia dio comienzo a un <strong>de</strong>bate que no estaba previsto.<br />

Se <strong>de</strong>scubrió una nueva esfera, si así po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, en los<br />

reinos <strong>de</strong> la luz para la cual la <strong>Iglesia</strong> no había <strong>de</strong>signado todavía<br />

su ocupante.” Así, hubo un prodigio en el Cielo; se vio elevarse<br />

un trono muy por encima <strong>de</strong> todos los po<strong>de</strong>res creados,<br />

mediador, intercesorio, un título arquetípico, una corona que<br />

brillaba como la estrella <strong>de</strong> la mañana, una gloria proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />

trono eterno que se vestía <strong>de</strong> pureza como los cielos, y un cetro<br />

que se elevaba por encima <strong>de</strong> todo. ¿Y quién era el here<strong>de</strong>ro<br />

pre<strong>de</strong>stinado <strong>de</strong> esa mejestad? ¿Quién era ese portento y cuál<br />

era su nombre? La madre <strong>de</strong>l amor perfecto, y la veneración y<br />

la esperanza santa, enaltecida como una palma <strong>de</strong> Engadi, y como<br />

un rosal <strong>de</strong> Jericó, creada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio, antes que el mundo,<br />

en los <strong>de</strong>signios <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, y en Jerusalén estaba su po<strong>de</strong>r. La<br />

269<br />

Nimrod, III. p. 329, citado en La Revista Trimestral <strong>de</strong> la Profecía, julio, 1852, p.<br />

244.<br />

126

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