14espera, <strong>los</strong> pagos para el servicio de la deuda externa –cuando se <strong>los</strong> combina con reescalonamientosconvencionales de la deuda y mayor condonación de deudas bilaterales– en <strong>los</strong> próximos años sehabrán reducido en un tercio. Uganda, que ha incrementado su gasto en sus escue<strong>las</strong> primarias, hademostrado de qué manera la mitigación de la deuda puede redundar en beneficios inmediatos parala infancia y subraya la necesidad de ampliar y acelerar el proceso de mitigación de la deuda.Deuda y serviciossociales básicoscomo porcentajedel presupuestoPorcentaje del presupuesto50403020104Servicios socialesbásicos3611.435Pagos de ladeuda externa403320.412.615466.7400Camerún Côte d’lvoire Kenya Níger República Unidade TanzaníaFuente: UNICEF y PNUD, 1998.ZambiaSi la posibilidad de la mitigación de la deuda de algunos de <strong>los</strong> países más pobres del mundo esla buena noticia, la mala noticia es que en el decenio de 1990 la asistencia internacional se fuereduciendo hasta llegar en 1997 a un valor sin precedentes de sólo 0,22% del total del PNB de <strong>los</strong>países desarrollados, es decir, menos de un tercio de la meta de 0,7% fijada por la Asamblea Generalde <strong>las</strong> Naciones Unidas hace unos 30 años. Después de un aumento de poca monta en 1998 y 1999,en 2000 la asistencia internacional volvió a descender a <strong>los</strong> niveles de 1997. Sólo cuatro paísesAsistencia oficialpara el desarrollocomo porcentajedel PNB del paísdonante, 2000DinamarcaPaíses BajosSueciaNoruegaLuxemburgoBélgicaSuizaFranciaFinlandiaReino UnidoIrlandaJapónAlemaniaAustraliaNueva ZelandiaPortugalCanadáAustriaEspañaGreciaItaliaEstados UnidosPromedio0,360,340,330,310,310,300,270,270,270,260,260,250,250,240,190,130,100,220,70Objetivo del0,7% del PNB0,820,810,801,06Fuente: Boletín de prensa de la OCDE, 20 de abril de 2001.
donantes alcanzaron sostenidamente a lo largo del decenio de 1990 la meta del 0,7% del PNB en laasistencia internacional: Dinamarca, Noruega, <strong>los</strong> Países Bajos y Suecia. A lo largo del decenio, <strong>los</strong>miembros del grupo G-7, en su mayoría, redujeron pronunciadamente la cuantía de su asistencia.Además, a lo largo del decenio apenas mejoró la proporción de la asistencia asignada a <strong>los</strong> programasde educación y salud, que son importantes para alcanzar muchas de <strong>las</strong> metas y objetivospara <strong>los</strong> niños. La proporción destinada a servicios sociales básicos sigue siendo extremadamentebaja. Habida cuenta del consenso internacional acerca de <strong>los</strong> beneficios de efectuar inversiones en laniñez, ese fracaso fue sorprendente.Pese a la mayor preocupación internacional acerca de la reducción de la pobreza, tampoco hubouna aportación notable de asistencia a <strong>los</strong> países que más la necesitaban. Por el contrario, entre1992 y 1997 la disminución de la ayuda fue más pronunciada para <strong>los</strong> países más pobres, dondeson más altas <strong>las</strong> tasas de mortalidad infantil y más débiles <strong>los</strong> servicios de educación primaria,atención primaria de la salud y abastecimiento de agua potable. Si no se reaniman <strong>las</strong> corrientesde asistencia oficial para el desarrollo y si no se <strong>las</strong> encamina hacia <strong>los</strong> países que más necesitan dedicha asistencia, se desbaratarán muchos logros, incluso el reciente adelanto en cuanto a la reducciónde la deuda.Aumento de la gobernabilidad democrática – pero disminuye la atenciónprestada al medio ambienteLa responsabilidad de efectuar inversiones en la niñez incumbe, naturalmente, a <strong>los</strong> gobiernos de <strong>los</strong>países, tanto en desarrollo como industrializados. Pero la carga de la deuda no exime a <strong>los</strong> gobiernos depaíses en desarrollo de la necesidad de asignar la más alta prioridad a <strong>las</strong> inversiones en serviciosbásicos que beneficien a la infancia y asegurar que <strong>las</strong> consecuencias de estas magras asignaciones noquedan debilitadas por la ineficiencia y el despilfarro.Por otra parte, en varios países fue mejorando a lo largo del decenio la calidad de la administraciónpública y su respuesta a <strong>las</strong> necesidades a medida que se iba avanzando hacia la democratización política.El nuevo Gobierno de Sudáfrica pudo solventar algunas de <strong>las</strong> dolorosas consecuencias del apartheid;Eritrea y Namibia lograron su independencia y próximamente podría hacerlo Timor Oriental. Muchosotros países aplicaron reformas políticas y celebraron elecciones con participación de múltiples partidospolíticos. El número de democracias electorales oficiales aumentó desde 76 en 1990 hasta 120 en 2000;unos dos tercios de <strong>los</strong> habitantes del mundo viven ahora en democracias electorales.Muchos países, tratando de acercar el gobierno al pueblo, también iniciaron programas de descentralizacióne intentaron imprimir nuevo dinamismo a sus autoridades locales. Así se han creado oportunidadesy han comenzado a cosecharse dividendos en al menos algunos países, sobre todo aquel<strong>los</strong> dondesurgieron enérgicos líderes locales. En esos países, la mayor participación comunitaria, la mayortransparencia en la adopción de decisiones y <strong>los</strong> claros procedimientos de rendición de cuentas estánposibilitando que <strong>los</strong> gobiernos y <strong>las</strong> municipalidades locales presten servicios más eficazmente alpueblo. En muchos países, <strong>las</strong> autoridades locales han elaborado planes y adoptado metas que reflejanconcretamente sus responsabilidades para con la niñez. El reto es ahora respaldar estos nuevos compromisoscon suficientes recursos financieros y humanos.Este informe refleja en todos sus capítu<strong>los</strong> la importante función que desempeñan <strong>las</strong> ONG y otrosagentes de la sociedad civil en la promoción, concienciación y aplicación de <strong>los</strong> programas; en elseguimiento y el apoyo a la Convención sobre <strong>los</strong> Derechos del Niño; en su participación en el procesode preparación de <strong>los</strong> exámenes nacionales, regionales y mundiales de fin de decenio; y en <strong>los</strong> preparativosde la Sesión Especial en favor de la Infancia de la Asamblea General. Tanto en <strong>los</strong> planosnacional como internacional, <strong>las</strong> organizaciones de la sociedad civil probaron su eficacia como defensorasde <strong>los</strong> intereses de la infancia y haciendo aportaciones al seguimiento del progreso de la niñez y lavigilancia de <strong>las</strong> violaciones de sus derechos. Algunas organizaciones han alentado y propiciado15