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El Mundo Clásico. La Epopeya de Grecia y Roma.

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7 / 495manifestaciones <strong>de</strong> la literatura griega que se conservan. A partir <strong>de</strong> esemomento, estudiaré cómo evolucionó y qué representó la <strong>Grecia</strong> clásica <strong>de</strong> lossiglos V y IV a.C. unos cuatrocientos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la fecha (probable) enque vivió Homero (ca. 730 a. C). Luego pasaré a <strong>Roma</strong> y al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> supropio mundo clásico, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> César hasta Augusto (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ca. 50 a.C. hasta 14d. C). Mi historia termina con el reinado <strong>de</strong> Adriano, emperador romano <strong>de</strong> 117a 138 d. C, justo la época inmediatamente anterior al primer testimonio que senos ha conservado <strong>de</strong>l empleo <strong>de</strong>l término «clásico» para calificar a losmejores autores: lo encontramos en la conversación <strong>de</strong> Frontón, tutor <strong>de</strong> loshijos <strong>de</strong>l sucesor <strong>de</strong> Adriano en <strong>Roma</strong>. 1 Pero ¿por qué la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><strong>de</strong>tenerme en Adriano? Un motivo es que la «literatura clásica» termina con sureinado, <strong>de</strong>l mismo modo que comienza con Homero: en latín, el poeta satíricoJuvenal es su último representante reconocido por todo el mundo. Pero estemotivo es más bien arbitrario, <strong>de</strong>terminado por un canon que cuesta trabajoadmitir a los aficionados a leer a autores posteriores y a cuantos abordan a losautores <strong>de</strong> los siglos IV y V d. C. con mentalidad abierta. Un motivo másrelevante es que el propio Adriano fue el emperador con unos gustosclasicizantes más evi<strong>de</strong>ntes. Dichos gustos pue<strong>de</strong>n apreciarse en los planesque <strong>de</strong>sarrolló para la ciudad <strong>de</strong> Atenas y en muchos <strong>de</strong> los edificios cuyaconstrucción patrocinó, así como en ciertos aspectos <strong>de</strong> su carácter personal.Él mismo se inspiraba conscientemente en un mundo clásico, aunque en sustiempos lo que llamamos el «mundo romano» ya había sido pacificado y suextensión era enorme. Adriano constituye a<strong>de</strong>más un hito porque fue el únicoemperador que llegó a tener una visión <strong>de</strong> primera mano <strong>de</strong> todo ese mundo,una visión que nos habría encantado compartir. Durante la década <strong>de</strong> 120 y losprimeros años <strong>de</strong> la <strong>de</strong> 130 emprendió varios gran<strong>de</strong>s viajes por un imperio quese extendía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Gran Bretaña hasta el mar Rojo. Pasó algún tiempo enAtenas, el centro clásico <strong>de</strong> ese imperio. Viajó en barco y a caballo, pues a suscuarenta y tantos años era un jinete experimentado que aprovechaba cualquierocasión que se le presentara <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> caza. Llegó hasta territorios muylejanos <strong>de</strong>l Imperio <strong>Roma</strong>no que ningún ateniense «clásico» había visitadonunca. Tenemos la posibilidad verda<strong>de</strong>ramente única <strong>de</strong> seguir su itinerarioporque poseemos las monedas especialmente encargadas para la ocasión quese acuñaron para conmemorar sus viajes. Incluso en lugares que no tienennada <strong>de</strong> clásicos estas piezas constituyen un testimonio vivo <strong>de</strong>l sentido quetenían Adriano y sus contemporáneos <strong>de</strong> su admirado pasado clásico. 2Esas monedas muestran una imagen personificada <strong>de</strong> cada provincia <strong>de</strong>lImperio <strong>Roma</strong>no <strong>de</strong> Adriano, al margen <strong>de</strong> que la región en cuestión hubieratenido o no una época clásica. Muestran a Germania, que <strong>de</strong> clásica no tuvonunca nada, como una guerrera con los pechos <strong>de</strong>snudos y a Hispania,también carente <strong>de</strong> pasado clásico, como una dama recostada en el suelo:lleva en sus manos una gran rama <strong>de</strong> olivo, símbolo <strong>de</strong>l excelente aceite <strong>de</strong>oliva español, y un conejo a su lado, pues <strong>de</strong> todos era sabido lo prolíficos queeran los conejos españoles. Buena parte <strong>de</strong> España y la totalidad <strong>de</strong> Germaniahabían sido <strong>de</strong>sconocidas para los griegos <strong>de</strong> la primera época clásica, perolas hermosas efigies representadas en estas monedas las ponen en relacióncon el gusto clásico al mostrarlas con elegantes rasgos clasicizantes. Detrás<strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong> Adriano y <strong>de</strong> los artistas <strong>de</strong> la «Escuela Adrianea» que diseñaronesas imágenes se oculta un mundo clásico cuya existencia ellos mismosreconocían. Dicho mundo se basaba en el arte clásico <strong>de</strong> los griegos <strong>de</strong>

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