DE LA SIERRA A LA CAPITAL - La Casa de Panchita

LA SALUD: derecho violadogran pérdida. La palabra quechua Waqcha, que significa persona sin familia o huérfana,también significa persona pobre, haciendo una clara alusión al valor que tiene la familia.Es común que las niñas y las adolescentes, que quedaron huérfanas de padre o madre,sean llevadas a vivir con algún pariente que las acoge. Igualmente, cuando uno de lospadres queda solo, ya sea por viudez o por abandono, y forma otra familia, a los hijos delprimer matrimonio se les envía con los abuelos, tíos, madrinas, etc. Estas niñas, por logeneral, llegan a Lima a trabajar en casas, ya sea llevadas por familiares para que trabajenpara ellos o para ser colocadas en casas de personas extrañas, donde quedan prácticamenteabandonadas y a disposición de los empleadores.Algunas trabajadoras del hogar que salieron de su lugar de origen por decisión propia,pensaban que en Lima lograrían salir adelante, estudiando y trabajando dignamente.Durante los primeros años sufrieron mucho, vivieron maltrato, soledad y abusos. Muchasde ellas aprendieron a sobreponerse, a enfrentarse con valentía a los problemas, hastaconvertirse en mujeres. Ellas afirman que la vida les enseñó a defenderse y ahora sabenqué quieren y tienen la fuerza para conseguirlo.A Lima, yo migré cuando tenía 14 años. Cuando mi mamá falleció, estaba muy triste y nosabía qué hacer. Tenía hermanos en Lima, y siempre me hablaban de Lima: que es bonito,otro mundo, donde tiene que migrarse. Decidí que voy a Lima, pero no sabía qué buscaba,ni siquiera qué hacer. Me decía que «me voy tan lejos, ya no quiero ver a nadie». Queríaalejarme de mi familia. Me fui a un mercado (en otro pueblo) y conocí una señora queme preguntó: «¿qué buscas?» y yo dije: «estoy buscando trabajo». La señora me dijo:«pero, ¡eres muy chiquita para trabajar!». Yo le dije que «yo puedo hacer las cosas, séhacer muchas cosas y quiero trabajar». Y la señora me preguntó: «¿te gustaría ir a Lima,para que cuides una niña?». «Sí, claro». Me aceptó y me vine con esa señora a Lima.Lloraba mucho, porque recién falleció mi mamá. Casi un año entero lloraba. Pero no eraasí, como me había dicho la señora. Trabajaba tejiendo las chompas que hace la señora.Me levantaba a las 5.30am ó a las 6am y me acostaba a las 2 ó 1 de la mañana. Hacía eldesayuno para sus hijas, antes que se fueran a estudiar. Después hice el desayuno para sus5 ó 6 trabajadores. En total, hice el desayuno para como 10 personas. De allí, limpiabatoda la casa, después bordar, doblar las chompas, remallar, cortar, hilvanar etc. Mucho hesufrido, demasiado, era como una pesadilla para mí. De allí, después de un año detrabajar, de nuevo regresé a mi pueblo, pues lo que quería era estudiar. Yo le decía a laseñora que quería estudiar. Un día, me dijo una chica, la que trabajaba conmigo, me dijouna palabra que me llegó mucho: «eres una ignorante», entonces yo dije: «¿por qué medice eso?». Me puse a pensar. Desde niña quería descubrir más allá, algo nuevo, así.Siempre me llamaban la atención los estudios, desde muy niña. Nunca tenía notas bajas.Le propuse a la señora, aunque no me pagara mi sueldo, pero que me pusiera al colegio,y que me diera sólo mi comida. Entonces, ella me dijo: «no, yo no te puedo hacer estudiar,así yo no te pagara, no te puedo poner a estudiar». Entonces, después de dos meses, me36