DVIAJESPor ARTURO ESCARDADecenas de ciudades rusas se cobijan al abrigo del Volga que, muchoantes de desembocar en el Caspio, se adentra en tierras que fueronhogar de la Horda de Oro, el imperio mongol, que tantas veces arrasópoblaciones rusas. La milenaria Yaroslavl fue el primer asentamientoruso en el Volga.Esta ciudad nunca se ha conformadocon su destino provinciano y así lo hademostrado siglo tras siglo, hasta convertirseen la joya más preciada del llamadoAnillo de Oro ruso, formado poralgunas de las urbes más bellas del país.Corazón del comercio por el Volga,puerta del norte ruso, escala en la conquistade Siberia. Olvidada por Europa,siempre ha resurgido con renovada fuerza.Orgullosa como pocas, mucho más de loque dice aprimera vista su quieta ydócilapariencia.“Yaroslavl siempre tuvo afán de capitalidad,desde la Edad Media”, relataElena Fedórocheva, historiadora yespecialistaen arte antiguo ruso.Situada a 300 kilómetros al noreste de lacapital, su protagonismo está muy lejos de la asfixiante Moscú o la imperial SanPetersburgo. Mil años después de ser fundada por el Gran Príncipe ruso Yaroslavl,que le dio su nombre, la población no llega al millón de personas.Muy pocas familias adineradas viven en el centro histórico, declaradoPatrimonio de la Humanidad por la Unesco, que conserva todo el encanto y saborde tiempos pasados, sin huellas de la devastadora arquitectura socialista.La ciudad rusa de Yaroslavlconserva todo el encanto ysabor de tiempos pasados.MONUMENTOAL OSO, elanimal mássimbólico deRusia.Cúpulas de oroCon pasión y fervor, incluso algo derabia, defienden las gentes de Yaroslavlsu lugar en los mapas de Rusia yEuropa. “Nunca dejó de ser un núcleode primer nivel. En el siglo XVII seconvirtió en la segunda ciudad deRusia en riqueza después de Moscú”,cuenta la historiadora yguía del Museode Historia de Yaroslavl, NataliaObnórskaya.Cien años antes de la fundación deSan Petersburgo, Yaroslavl es la “Puer-El almadel VolgaD-30 :25de noviembre de 2012
ta del norte ruso, vía de comunicaciónentre Rusia y Europa”, añade Fedórocheva.Desde Persia y las tierras otomanas,hasta el puerto de Arjanguelsk, en elMar del Norte, todas las comunicacionesentre Moscú y Europa pasanpor Yaroslavl, que se convierte enciudad de nobles y ricos.Es tal la riqueza que acumula, quesus oligarcas levantan medio centenarde iglesias en aquel siglo XVII y seconvierte en la ciudad de las cúpulasde oro.“No creas que toda Rusia es comoMoscú o San Petersburgo. Al poco quesales de ellas te encuentras con lamiseria”. Este comentario es habitualen las dos capitales de Rusia, donde laopulencia es hoy similar a la de aquelYaroslavl. Aunque puede ser el distorsionadoreflejo de la realidad enmuchas partes de un país desgarradopor los contrastes, no sucede en laciudad del alto Volga.El recuerdo de su siglo de ororeluce en las cúpulas de sus iglesias,mientras gentes mucho más amablesque en Moscú pasean, con lento caminar,mirada serena y amistosa, porlas calles de una ciudad neoclásica quenada tiene que envidiar a otras clásicaseuropeas.Yaroslavl se mira en el espejo delViejo Continente desde mediados delsiglo XVIII porque, como recalca Fedórocheva,“sigue siendo una ciudadcon dinero” que se sube a la locomotorade la tardía revolución industrialrusa.EFE ReportajesUNA DE LAS calles peatonales de la ciudad delas cúpulas de oro, Yaroslavl.25 de noviembre de 2012 : D-31