26La “CITES es necesaria, pero las autoridades guatemaltecas obstruy<strong>en</strong> la investigaciónci<strong>en</strong>tífica y la reproducción <strong>en</strong> cautiverio”, se quejó <strong>el</strong> técnico d<strong>el</strong> Museo de Historia Natural,Manu<strong>el</strong> Acevedo.Por falta de recursos, <strong>el</strong> CONAP no ha podido controlar <strong>el</strong> tráfico de fauna y la depredación queprovocan <strong>el</strong> consumo de carne y <strong>el</strong> uso de vegetales <strong>en</strong> la medicina tradicional, dijo aTierramérica la ex responsable de CITES <strong>en</strong> <strong>el</strong> organismo, Migdalia García.En noviembre, la CITES transfirió al loro de nuca amarilla (Amazona auro-palliata) d<strong>el</strong> ApéndiceII al I. Se abrió <strong>en</strong>tonces una dura polémica <strong>en</strong>tre los exportadores y <strong>el</strong> Ministerio de Ambi<strong>en</strong>tede Nicaragua, que apoyó la protección, propuesta por Costa Rica.La medida fue adoptada sin <strong>el</strong> requisito de informar a los sectores implicados con 330 días deant<strong>el</strong>ación, se quejó también la Asociación de Criadores y Exportadores de Fauna Silvestre deNicaragua.Además, “la decisión fue tomada sin una evaluación ci<strong>en</strong>tífica que la respalde”, dijo aTierramérica <strong>el</strong> presid<strong>en</strong>te de la asociación, Juan José Quezada Peralta.A juicio de José Morales, ex autoridad ci<strong>en</strong>tífica de CITES, había otras alternativas “lógicas ys<strong>en</strong>satas” para proteger al nuca amarilla, como un proyecto de reproducción <strong>en</strong> cautiverio.La experi<strong>en</strong>cia nicaragü<strong>en</strong>se e internacional con <strong>el</strong> Apéndice I arroja resultados negativos,pues “las prohibiciones más bi<strong>en</strong> promuev<strong>en</strong> <strong>el</strong> contrabando”, opinó Morales.De acuerdo a los exportadores, Nicaragua aún alberga más de 204 mil ejemplares de nucaamarilla.Si bi<strong>en</strong> estaba permitido exportar hasta cinco por ci<strong>en</strong>to de esa población, las trece empresasagrupadas d<strong>el</strong> sector alegan que sólo v<strong>en</strong>dían <strong>en</strong> <strong>el</strong> exterior un pro<strong>medio</strong> anual de 650ejemplares.Los exportadores presionan para evitar la prohibición al comercio de un producto que reportaimportantes ingresos, afirmó a Tierramérica <strong>el</strong> ci<strong>en</strong>tífico nicaragü<strong>en</strong>se Jean-Mich<strong>el</strong> Maes.Según Maes, <strong>el</strong> saqueo de nidos de loro nuca amarilla hizo mermar la población de estaespecie <strong>en</strong> 48 por ci<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre 1995 y 1999.Por cada loro exportado, <strong>en</strong>tre cinco y nueve individuos son extraídos de su hábitat, y <strong>en</strong>tre dosy cinco son objeto de contrabando, señaló <strong>el</strong> experto.Durante 110 millones de años, la tortuga baula (Dermoch<strong>el</strong>ys coriacea) logró sobrevivir acatástrofes como las glaciaciones, pero bastó un mod<strong>el</strong>o no sust<strong>en</strong>table de desarrollo, como <strong>el</strong>turismo no planificado, para empujar al borde de la extinción a una especie que convivió con <strong>el</strong>mamut.La inclusión de esa y otras tortugas marinas <strong>en</strong> <strong>el</strong> Apéndice I “at<strong>en</strong>úa, pero no resu<strong>el</strong>ve losproblemas que at<strong>en</strong>tan contra esa especie”, declaró a Tierramérica Jorge Gamboa, asesortécnico d<strong>el</strong> Ministerio de Ambi<strong>en</strong>te y Energía de Costa Rica.En 2001 sólo 65 ejemplares de baula desovaron <strong>en</strong> playa Grande, Costa Rica, <strong>el</strong> principal sitiode anidación de la especie <strong>en</strong> <strong>el</strong> océano Pacífico. En 1988, mil 362 individuos llegaron a lazona.La Conv<strong>en</strong>ción Internacional para la Conservación y Protección de la Tortuga Marina “ap<strong>en</strong>asestá <strong>en</strong> proceso de d<strong>el</strong>inear una política para abatir los estragos a la especie, ocasionadosademás por <strong>el</strong> saqueo de huevos y la matanza que repres<strong>en</strong>ta la industria pesquera”, explicóGamboa.“CITES da los lineami<strong>en</strong>tos, pero cada país es responsable de establecer y aplicar políticaspropias de protección a la vida silvestre”, dijo.
“Un turismo desord<strong>en</strong>ado causa efectos <strong>en</strong> las playas de anidación, donde aspectos como lailuminación artificial son nefastos para las crías que, atraídas por la luz, sufr<strong>en</strong> desori<strong>en</strong>tación<strong>en</strong> su camino al océano”, abundó Gamboa.27Hasta ahora, ninguna de las especies amparadas por la CITES se ha extinguido por prácticascomerciales.Fu<strong>en</strong>te: Noh<strong>el</strong>ia González y Edin Hernández ¿Salva la ley a las especies? -http://www.tierramerica.net/2003/0505/index.shtml* Los autores son colaboradores de Tierramérica.-------------------------------