4Esa guerra causó otros perjuicios al desierto. Miles de búnkers, de escondrijos de armas y detrincheras rompieron <strong>el</strong> lecho de grava que permitía cont<strong>en</strong>er las dunas. Los tanques y loscamiones horadaron su<strong>el</strong>os frágiles y destruyeron la vegetación. Según <strong>el</strong> Instituto deInvestigación Ci<strong>en</strong>tífica de Kuwait, más 900 km2 de desierto fueron dañados por vehículosmilitares y movimi<strong>en</strong>tos de terr<strong>en</strong>o, como consecu<strong>en</strong>cia de lo cual avanzaron las dunas yrecrudecieron las tempestades de ar<strong>en</strong>a y la erosión.Según Arthur Westing, especialista <strong>en</strong> impacto de los conflictos, durante la guerra d<strong>el</strong>Golfo, Estados Unidos lanzó 60.000 bombas de fragm<strong>en</strong>tación, que cont<strong>en</strong>ían unos 30millones de minibombas. Estas tapizan <strong>el</strong> desierto, junto a unas 1,7 millones de minasantipersonales colocadas por los iraquíes. Aunque <strong>en</strong> su mayoría fueron destruidasulteriorm<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> ecosistema d<strong>el</strong> desierto ha quedado afectado.Se estima que <strong>en</strong> total hay 65 millones de minas antipersonales que sigu<strong>en</strong> am<strong>en</strong>azando a lapoblación y a la vida salvaje <strong>en</strong> 56 países, de Angola a Nicaragua, de Eritrea a Laos. Según <strong>el</strong>Comité Internacional de la Cruz Roja, a <strong>el</strong>las se deb<strong>en</strong> m<strong>en</strong>sualm<strong>en</strong>te unas 800 víctimasfatales y millares de heridos. Se estima que han provocado 36.000 amputaciones <strong>en</strong>Camboya y 23.000 <strong>en</strong> Somalia. Consecu<strong>en</strong>cia trágica de las inundaciones catastróficas <strong>en</strong> <strong>el</strong>sur de Mozambique <strong>en</strong> febrero de 2000 fue <strong>el</strong> que las minas antipersonales legadas por laguerra civil que asoló <strong>el</strong> país fueron arrastradas de los campos a las aldeas.También <strong>en</strong> esta guerra se utilizó uranio empobrecido y existe inquietud sobre susconsecu<strong>en</strong>cias a largo plazo. Este material es escasam<strong>en</strong>te radiactivo pero d<strong>en</strong>so y se utilizópara que los proyectiles pudieran perforar <strong>el</strong> revestimi<strong>en</strong>to de los tanques.Según Nick Nutall, portavoz d<strong>el</strong> PNUMA, las zonas que han sufrido una guerra deb<strong>en</strong>preocuparse de la restauración d<strong>el</strong> <strong>medio</strong> <strong>ambi<strong>en</strong>te</strong>. De lo contrario, sus habitantes sufriránlas consecu<strong>en</strong>cias durante años después d<strong>el</strong> conflicto.«Para que no se resi<strong>en</strong>ta la salud de la población y podamos llevar a cabo un desarrollosost<strong>en</strong>ible, creemos que es importante insistir <strong>en</strong> la necesidad no sólo de hacer fr<strong>en</strong>te a lascuestiones humanitarias sino a las d<strong>el</strong> <strong>medio</strong> <strong>ambi<strong>en</strong>te</strong> a corto y largo plazo», señaló Nutall.M.P.S.Fu<strong>en</strong>tes:1.-El Medio Ambi<strong>en</strong>te, otra víctima de la guerra.- http://www.ambi<strong>en</strong>tum.com/revista/2003_03/guerra.htm2.- Guerra y Medio Ambi<strong>en</strong>te: reacciones <strong>en</strong> cad<strong>en</strong>a-http://www.unesco.org/courier/2000_05/sp/planet.htm(*)NOTA: El lanzami<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> ag<strong>en</strong>te naranja sólo fue susp<strong>en</strong>dido tras la publicación devarios informes, <strong>en</strong> 1970 y 1971, que establecían una r<strong>el</strong>ación <strong>en</strong>tre las malformacionesde los recién nacidos y <strong>el</strong> ag<strong>en</strong>te naranja.Las investigaciones ulteriores demostraron que uno de sus principales compon<strong>en</strong>tes,<strong>el</strong> “2,4,5-T”, provocaba anomalías, y la muerte <strong>en</strong> fetos de rata: cont<strong>en</strong>ía dioxina, queresultó ser uno de los v<strong>en</strong><strong>en</strong>os más poderosos jamás conocidos. La dioxina perturbalas funciones hormonales, inmunitarias y reproductivas d<strong>el</strong> organismo, y altera lacalidad d<strong>el</strong> esperma <strong>en</strong> <strong>el</strong> hombre.La naturaleza ha <strong>el</strong>iminado ya <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida la dioxina de la vegetación y los su<strong>el</strong>osvietnamitas, pero esa sustancia sigue pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la sangre, <strong>en</strong> los tejidos adipososd<strong>el</strong> ser humano y <strong>en</strong> la leche materna.Según Le Cao Dai, director d<strong>el</strong> Fondo para las Víctimas d<strong>el</strong> Ag<strong>en</strong>te Naranja constituidopor la Cruz Roja vietnamita, la leche de las mujeres expuestas al ag<strong>en</strong>te naranja <strong>en</strong> <strong>el</strong>ex Viet Nam d<strong>el</strong> Sur, conti<strong>en</strong>e unas diez veces más dioxina que la de las mujeres d<strong>el</strong> exViet Nam d<strong>el</strong> Norte o de países como Estados Unidos.
5Se han observado malformaciones espantosas <strong>en</strong> los hijos de ex combati<strong>en</strong>tes expuestos alag<strong>en</strong>te naranja o a otros pesticidas. Según <strong>el</strong> profesor Hoang Dinh Cau, presid<strong>en</strong>te d<strong>el</strong>comité vietnamita <strong>en</strong>cargado de investigar sobre las consecu<strong>en</strong>cias d<strong>el</strong> empleo dearmas químicas durante la guerra, dec<strong>en</strong>as de miles de niños se vieron afectados.Nacieron con deformaciones de los miembros, con un miembro m<strong>en</strong>os o con ojos sinpupila. Se teme que la tercera g<strong>en</strong>eración también sufra sus efectos.-------------------------------------------------------------------------------------------GUERRA EN IRAK: EFECTOS AMBIENTALES EN HUMEDALESYa desapareció 93 por ci<strong>en</strong>to de los humedales de Mesopotamia, <strong>el</strong> gran oasis deOri<strong>en</strong>te Medio. Y ahora la guerra am<strong>en</strong>aza lo que queda de él. Iraq posee 1.600 pozospetroleros que son una bomba de tiempo para este ecosistema.Marc<strong>el</strong>a Val<strong>en</strong>te*Una pesadilla recurr<strong>en</strong>te asalta a los ambi<strong>en</strong>talistas: que <strong>el</strong> poder de fuego <strong>en</strong> lasegunda Guerra d<strong>el</strong> Golfo arrase con lo poco que queda de los humedales de Mesopotamiadonde, según cre<strong>en</strong> muchos, se as<strong>en</strong>tó <strong>el</strong> Jardín d<strong>el</strong> Edén bíblico.Santuario de millones de exóticas aves, los humedales son los más importantes de Ori<strong>en</strong>teMedio. Como un gran oasis de dim<strong>en</strong>sión regional, brindaron por siglos tierras fértiles y agua yaire seguros a millones de habitantes.“Espero que las imág<strong>en</strong>es de la catástrofe ambi<strong>en</strong>tal de la primera guerra d<strong>el</strong>Golfo no se repitan <strong>en</strong> 2003”, dijo a Tierramérica <strong>el</strong> ornitólogo Mike Evans,al evocar cómo atestiguó la muerte de miles de aves acuáticas después de que Iraq pr<strong>en</strong>diófuego a más de 600 pozos petroleros, tras su retirada de Kuwait, <strong>en</strong> 1991.Los humedales de Mesopotamia (Al Ahwar, <strong>en</strong> árabe), donde florecieron civilizaciones comola babilónica y la sumeria, son ahora extremadam<strong>en</strong>te frágiles y están <strong>en</strong> la línea de fuego. Elecosistema forma parte de la cu<strong>en</strong>ca de los ríos Tigris y Eufrates, que dan sust<strong>en</strong>to a Iraq,Turquía, Siria e Irán.Pero <strong>el</strong> corazón de los humedales está <strong>en</strong> <strong>el</strong> sur de Iraq, <strong>en</strong> la frontera con Irán y cerca degrandes ciudades como Basora, que sufre estos días su peor crisis humanitaria, tras laomnipot<strong>en</strong>te lluvia de fuego de Estados Unidos y Gran Bretaña desatada desde <strong>el</strong> 20 demarzo.Allí también ardieron los primeros pozos petroleros, casi una dec<strong>en</strong>a, ahora apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>tecontrolados.Los más de mil 600 pozos que posee Iraq son una bomba de tiempo para los humedales, juntocon la pot<strong>en</strong>cial contaminación por <strong>el</strong> uso de armas conv<strong>en</strong>cionales y de destrucción masiva,<strong>el</strong> paso de ci<strong>en</strong>tos vehículos de guerra por <strong>el</strong> desierto circundante y la movilización derefugiados.La mayor parte d<strong>el</strong> daño, sin embargo, ya está hecho. Castigados por la voraz mano d<strong>el</strong>hombre durante tres décadas, a los humedales sólo les queda siete por ci<strong>en</strong>to de su ext<strong>en</strong>siónoriginal, de alrededor de 20 mil kilómetros cuadrados.Cuando Hassan Partow visitó los humedales <strong>en</strong> 2002, <strong>en</strong> la frontera Irán-Iraq, quedódesolado. Donde hace poco se registraba uno de los más impresionantes espectáculosnaturales -millones de exóticas aves migratorias cubri<strong>en</strong>do <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. <strong>en</strong>contró un esc<strong>en</strong>ario