Determinación y acoplamiento estructuralLa historia de cambio estructural de un ser vivo particular es su ontogenia. En esta historia, todoser vivo parte con una estructura inicial, que condiciona el curso de sus interacciones y acota los cambiosestructurales que éstas gatillan en él. Al mismo tiempo, nace en un lugar particular, en un medioque constituye el entorno en que se realiza, y en el cual interactúa, y que nosotros también vemos comodotado de una dinámica estructural propia, operacionalmente distinta <strong>del</strong> ser vivo. Esto es crucial.Como observadores, hemos distinguido la unidad que es el ser vivo de su trasfondo y lo hemos caracterizadocon una organización determinada. Con ello hemos optado por distinguir dos estructurasque van a ser consideradas operacionalmente independientes una de la otra, ser vivo y medio, yentre las cuales se da una congruencia estructural necesaria (o la unidad desaparece). En tal congruenciaestructural, una perturbación <strong>del</strong> medio no contiene en sí una especificación de sus efectos sobreel ser vivo, sino que es éste en su estructura el que determina su propio cambio ante ella. Tal interacciónno es instructiva porque no determina cuáles van a ser sus efectos. Por esto hemos usado nosotrosla expresión gatillar un efecto, con lo que hacemos referencia a que los cambios que resultan <strong>del</strong>a interacción entre ser vivo y medio son desencadenados por el agente perturbante y determinados porla estructura de lo perturbado. Lo propio vale para el medio: el ser vivo es una fuente de perturbacionesy no de instrucciones.Ahora bien, el lector, a esta altura, quizás está pensando que todo esto suena muy complicado yque es también muy propio de los seres vivos. Precisamente, como en el caso de la reproducción, setrata más bien de un fenómeno absolutamente corriente y cotidiano. Y el no verlo en toda suobviedad es fuente de complicaciones. Por esto vamos a detenernos un momento más en examinarqué ocurre toda vez que hemos distinguido una unidad y un medio en el cual interactúa.De hecho, la clave para entender todo esto es simple: como científicos, sólo podemos tratar conunidades determinadas estructuralmente. Esto es: sólo podemos tratar con sistemas en los cuales todos suscambios están determinados por su estructura, cualquiera que ésta sea, y en los cuales estos cambiosestructurales se dan como resultado de su propia dinámica o desencadenados por sus interacciones.En nuestra vida cotidiana, de hecho, actuamos como si todo lo que encontramos fuesen unidadesdeterminadas estructuralmente. <strong>El</strong> automóvil, la grabadora, la máquina de coser o el computador sonsistemas que tratamos como si tuviesen determinación estructural. Si no, ¿cómo se explicaría que,
V65cuando hay una falla, intentamos modificar la estructura y no otra cosa? Si al apretar el acelerador <strong>del</strong>auto nos encontramos con que no avanza, a nadie se le ocurre pensar que algo malo pasa con el pieque aprieta. Se supone que el problema está en el acoplamiento entre el acelerador y el sistema deinyección, o sea, en la estructura <strong>del</strong> auto. Así las fallas de las máquinas construidas por el hombre sonmás reveladoras de su operar efectivo que las descripciones que hacemos de ellas cuando no fallan. Enausencia de fallas, abreviamos nuestra descripción diciendo que hemos dado "instrucciones" al computadorpara que nos dé el balance de nuestra cuenta corriente.Esta actitud cotidiana (que sólo se hace más sistemática y explícita en la ciencia, en la aplicaciónrigurosa <strong>del</strong> criterio de validación de las afirmaciones científicas) no es sólo adecuada a los sistemasartificiales sino también a los seres vivos y los sistemas sociales. De no ser así, no acudiríamos nunca aun médico cuando sentimos malestar, o cambiaríamos de administrador en un servicio cuando ésteno funciona como se espera. Esto no contradice la posibilidad de que optemos por no dar una explicaciónde muchos fenómenos de nuestra experiencia humana. Pero, si es que optamos por proponeruna explicación científica, entonces las unidades que consideramos las suponemos determinadasestructuralmente.Todo esto queda explícito distinguiendo cuatro dominios (o ámbitos o rangos) en la estructura deuna unidad específica:a) Dominio de cambios de estado: esto es, todos aquellos cambios estructurales que una unidad puedesufrir sin que su organización cambie, es decir, manteniendo su identidad de clase.b) Dominio de cambios destructivos: todos aquellos cambios estructurales que resultan en que launidad pierde su organización y, por lo tanto, desaparece como unidad de una cierta clase.c) Dominio de perturbaciones: es decir, todas aquellas interacciones que gatillen cambios de estado.d) Dominio de interacciones destructivas: todas aquellas perturbaciones que resulten en un cambiodestructivo.Así, todos suponemos, con alguna razón, que las balas de plomos disparadas a corta distancia, engeneral, gatillan en el que las recibe cambios destructivos especificados por la estructura de los sereshumanos. Pero, como es bien sabido, las mismas balas son simples perturbaciones para la estructuraespecificada por los hombres-vampiros, que requieren estacas de madera en el corazón para sufrir uncambio destructivo. O bien, es obvio que un choque serio contra un poste es una interacción destructivapara una citroneta, pero es una simple pertuibación para un tanque, etc. (Fig. 26).
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