Discurso de ingreso del Ilmo. Sr. D. Manuel de la Hera Oca, titulado

Bayona. Era preciso acudir a una revisión de las teorías constitucionales,dilucidando el dilema acerca de si el Rey cautivo podía sersustituido por otro órgano legal. Desgraciadamente, la solución dada enlas Cortes de Cádiz, solución integradora y aceptada de grado protodos, incluso los americanos que aquí concurrieron en defensa de losintereses españoles, no llegó a ser tenida en cuenta por todos en losterritorios americanos, pensándose que las Cortes así reunidas norepresentaban al Rey. El grito del Cura Hidalgo, en México, era el de lade la fidelidad al rey prisionero: «¡Viva Fernando! ¡Viva la Religión!».El Plan de Iguala, en su artículo cuarto, refiriéndose al Gobierno deMéjico, decía:«Su Emperador será el Señor don Fernando VII, y si él no sepresenta en los plazos fijados por las Cortes, serán llamadosen su lugar el Serenísimo Señor Infante don Francisco dePaula, el archiduque Carlos (de Austria) o cualquier otropríncipe de casa reinante que el Congreso eligiere»Las Juntas que se organizan gobiernan en nombre del Rey prisionero.La de Caracas se llama «Junta Conservadora de los Derechos deFernando VII», y sustituye al capitán general Emparán, creyéndolepartidario de José I. Buenos Aires quiere un rey Borbón, y Belgranopropone a la infanta Carlota Joaquina, hija de Carlos IV y Emperatrizdel Brasil por entonces. La independencia por eso se presenta concaracteres propiamente americanos.«La guerra hispanoamericana es guerra entre americanosque quieren los unos la continuación del régimen español, losotros la independencia con Fernando VII o uno de susparientes por Rey, o bajo un régimen republicano». 72En ese contexto de guerra americana entre americanos, los indiosestaban por el Rey como también los mestizos, zambos y mulatos. Y engeneral los mestizos estaban enfrentados a los criollos en razón a losprivilegios a los que podían acceder, antes exclusivos de los criollos y72 Marius ANDRÉ. “El fin del Imperio Español en América”. Editorial CulturaEspañola, Madrid..que les habían sido concedidos por las Autoridades españolas 73 . Estolos ponía de parte de la metrópoli y frente a los criollos. Un caso típicoes el de los famosos llaneros de Venezuela que, comandados porBoves, luchan por los realistas primero; pero luego, muerto aquél, sedejan capitanear por Páez y se pasan al bando bolivariano.Sin embargo, los pueblos indígenas, desde la emancipación de lasColonias hasta tiempos recientes, han carecido tanto de representaciónen los órganos de decisión política como de reconocimiento de suspeculiares formas de organización, más allá de las leyes que pudieranestar vigentes en las repúblicas americanas procedentes de la NovísimaRecopilación y las Leyes de Indias. 74Un recorrido por la historia y la legislación de las repúblicas meso ysudamericanas, deja a la vista el olvido tradicional de las necesidades,aspiraciones y demandas de la población indígena en cuanto tal, a la quesolo se protegía o contemplaba en cuanto se occidentalizaba o se integrabaen los procesos de producción, siendo frecuente su persecución eincluso su eliminación cuando existìa conflicto acerca de la propiedad o73 Marius ANDRÉ. “El fin del Imperio Español en América”. Editorial CulturaEspañola, Madrid: «Los mestizos, zambos, mulatos y otros americanos no difierenmucho de los indios en este punto. Al principio son, en su mayoría, partidarios delantiguo régimen, y bajo la bandera de éste se alistan sus soldados. Poco a poco sepasan al nuevo, porque es el que triunfa, porque se les embriaga con promesas yporque sufren diversas influencias, de las que son las principales las de los jefesaureolados por la victoria, de los párrocos y de los frailes patriotas».74 Ver en Roque ROLDAN: “Territorios colectivos de indígenas y afroamericanos enAmérica Central y del Sur. Su incidencia en el desarrollo”.Banco Interamericano deDesarrollo. Ponencia presentada en la Reunión Anual den Fortaleza (Brasil) Marzo de2.002, donde se contiene el siguiente párrafo: “La expoliación a los pueblos indígenasdurante la conquista y la Colonia continuó con el nacimiento de las nuevas Repúblicas.Al amparo de los principios filosóficos igualitarios que orientaron la nueva política, lasformas de autogobierno y dominio comunitario sobre la tierra fueron vistas como unobstáculo para la consolidación de los nuevos regímenes. De ahí que los procesos dereducción, sometimiento y a veces de exterminio, emprendidos contra los indígenas porlos Estados, o por particulares con la tolerancia de los estados, salvo casosexcepcionales como el de la explotación del caucho en la Amazonía, a costa de la vidade millares de indígenas, se mantuvieran durante los dos últimos siglos, ante laindiferencia de la comunidad internacional. El botín perseguido eran las tierras y lamano de obra de las comunidades.”3132