Discurso de ingreso del Ilmo. Sr. D. Manuel de la Hera Oca, titulado

Ese Don Manuel, hijo de ferrones de Oiartzun y minero en elemporio de la plata zacatecana, puso casa en Cádiz, llegando a tener suapellido verdadero acento gaditano además de entronque en las máshondas raíces vascongadas. Puso casa en Cádiz con un marcado gustocriollo y una sincera devoción mariana; el primero se manifiesta alexterior en los aleros y adornos de la fachada, la segunda se entronizaen piedra en el corazón de la casa, en la soberbia escalera de acceso alos pisos superiores. En fin, el cuadro de la Inmaculada Concepción deestilo sevillano, pero con la cara y gesto de la Virgen de Guadalupe,que presidió la casa mexicana de Don Manuel de Retegui preside micasa hoy. Mariano de Retegui dedicó a su antepasado su discurso deingreso, y es justo que yo les recuerde hoy a ambos, en su mismo amora México, a esta ciudad, y a la Virgen Madre mexicana que les acogióen sus últimos momentos.Y paso a hacerles relación del asunto que hoy nos ocupa, que no essino el protagonismo de España y de América, de los europeos yamericanos, criollos y aborígenes en:“LA EXPERIENCIA DE LA CREACIÓNDEL ESTADO PLURICULTURALEN LA REALIDAD ACTUALHISPANOAMERICANA”(Esbozo de lo que pudo haber sido y no fue de inmediato.Entre el Descubrimiento y los Pactosde San Andrés Larrainzar.)1.- Los días del Descubrimiento.Quiero iniciar esta relación desde el recuerdo del relato delAlmirante acerca del primer contacto entre la expedición reciéndesembarcada en la nueva San Salvador y los habitantes de la viejaGuanahaní. Ocurrió, es sabido, un Doce de Octubre del año de graciade Nuestro Señor de mil cuatrocientos noventa y dos. Y era Viernes 1 debuena mañana, a la que había precedido una larga noche de tensavigilancia 2 durante la cual la marinería había permanecido despierta,1 Sabido es que el texto del “Libro de la primera navegación y descubrimiento de lasIndias” de Colón, copiado por DE LAS CASAS no tiene un capítulo específico para eldía del descubrimiento, sino que éste aparece sin solución de continuidad con el díaanterior, Jueves 11 de Octubre, narrándose los acontecimientos del avistamiento deseñales de tierra y de la tierra misma como el resultado de una larga noche devigilancia; quizá los acontecimientos del día anterior obligaron a Colón a mantenerseentre la tripulación sin tiempo para dedicarse a la escritura del diario.2 No puede olvidarse que, al menos desde el día 5 de Octubre anterior, Colón veníaapremiado por los demás capitanes, que no veían resultado a su ya prolongadanavegación hacia el Oeste, como consecuencia de las murmuraciones, conjuras deseosde amotinarse la gente del 3 de Octubre. Véase HERNANDO COLÓN, “Historia delAlmirante”, C. XXI: “Queriendo ellos ir de uno a otro lado para buscar aquellas5 6