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Cuentos de azafatas Polo for export Cecilia Roth - Crítica

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En el aire. “Sos bombero, mozo, psicólogo...”, dice Luis García Escu<strong>de</strong>ro, comisario <strong>de</strong> a bordo.Der.: Sheila Lanktree, <strong>de</strong> 92 años, una <strong>de</strong> las <strong>azafatas</strong> más reconocidas. Cuando empezó, “volar era algo impensado”.ciudad con algún pasajero. Pero ahora, si te tengo que <strong>de</strong>cir,los qué están haciendo furor son los comandantes y pilotosnuevos que apenas llegan a los 30. Hay una guerra por ellos",se ríe y saluda a una amiga que llega al bar. También vuela.Dice que el mito sobre las <strong>azafatas</strong> no sabe si es verdad, peroque los hombres sí se lo creen. "Antes <strong>de</strong> volar, salía con unchico y le <strong>de</strong>cía que trabajaba en un call center y miraba paraotro lado. Ahora, vestida igual, toda igual, les digo que soyazafata y se vuelven locos. Algo hay", confiesa.Sin embargo, como siempre, la moneda tiene dos caras.Cada vez que vuelven a Argentina los reencuentrosy los problemas que se postergan yse retoman cada vez. Las fiestas <strong>de</strong> fin <strong>de</strong> año,los días <strong>de</strong> la madre, los cumpleaños que seviven en la ausencia. Las muertes.Pero también los nacimientos. La mayoría <strong>de</strong>las <strong>azafatas</strong> <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> volar internacional cuando<strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n tener hijos. Aún así, es difícil. "Lo quemás te cuesta es eso, <strong>de</strong>jarlos en tierra. Si tienenfiebre o lo que sea, tenés que volar igual. Pero escomo en cualquier trabajo. Y este te permitemás tiempo y podés pedir que te acomo<strong>de</strong>n loshorarios para volar <strong>de</strong> mañana o <strong>de</strong> tar<strong>de</strong>. Así lagente pue<strong>de</strong> estudiar y las madres tienen tiempopara sus hijos", dice Marisa Gallicet, que tuvocinco hijos y nunca <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> volar. Incluso ahora,Los pasajerossiempre se tiranalgún lance, teentregan unatarjeta. Siempre<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> una”.“28su hija mayor también vuela. A veces les toca juntas. "Y ella medice mamá; los pasajeros se matan <strong>de</strong> risa". Recién ahora estáesperando su oportunidad para pasar a internacional.De lo que nadie en el mundo <strong>de</strong> los aeronavegantes quierehablar es <strong>de</strong>l espinoso tema <strong>de</strong> los bagallos. Habitantes <strong>de</strong> losfree shop y viajantes con tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre se los vínculoa la industria in<strong>for</strong>mal <strong>de</strong>l importado. Aunque pue<strong>de</strong>n ingresaral país 300 dólares al año que se inscriben en lo que se llama"Libreta <strong>de</strong> Pacotilla", algunos aeronavegantes se traen unascosas más. En los tiempos <strong>de</strong> Mau Mau, para dar un ejemplo,José Lata Liste solía mandar a traer por aeronavegantesy pilotos <strong>de</strong> Aerolíneas las noveda<strong>de</strong>sdiscográficas que encendían la pista. Un arrepentidoreconoce que en los primeros 80, con elfuror <strong>de</strong> las vi<strong>de</strong>ocaseteras, se hicieron buenosnegocios. "Se traían las Panasonic, las primeras,esas que eran pesadísimas. Mientras en EstadosUnidos costaban 800 dólares, acá estaban 1700.También repuestos para máquinas complejas.Pero los años 90 y el 1 a 1 acabaron con todo.Habría que ver qué pasa ahora con las laptop. Yohago cabotaje".ServicioEn el centro <strong>de</strong> entrenamiento nadie habla <strong>de</strong>acci<strong>de</strong>ntes ni <strong>de</strong> esas cosas. Casi no pasan.22-29-Azafatas-261008.indd 28 23/10/2008 1:44:22

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