12.07.2015 Views

Cuentos de azafatas Polo for export Cecilia Roth - Crítica

Cuentos de azafatas Polo for export Cecilia Roth - Crítica

Cuentos de azafatas Polo for export Cecilia Roth - Crítica

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Joanna, subrayando su elección y refutando la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la trata.Lo mismo nos dice Chiara, sentada a su lado. Ambas reconocenque algunas chicas trabajan en condiciones casi esclavizantes,pero niegan que ellas sean parte <strong>de</strong> ese comercio.Chiara acusa 28 años, pero podría <strong>de</strong>cirnos 20 o 38 que nonos daríamos cuenta: el exceso <strong>de</strong> maquillaje nos aleja <strong>de</strong> sucuerpo, como si en lugar <strong>de</strong> embellecerse buscara refugiarse.Chiara nació en Perú y hace 20 años que vive en la Argentina.Es maestra jardinera y llegó a Ushuaia con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> juntarplata y abrir una guar<strong>de</strong>ría. Empezó trabajando en un jardín<strong>de</strong> infantes <strong>de</strong> la ciudad, don<strong>de</strong> ganaba 1800 pesos. Pero se diocuenta <strong>de</strong> que la prostitución era mejor negocio. Chiara, entonces,pasó <strong>de</strong> educar niños a entretener hombres. Dice queahora gana 6000 con dos o tres servicios por noche. "No más,sino el cuerpo se lastima". Cuando a Chiara le contamos queestamos escribiendo sobre las chicas <strong>de</strong> su gremio nos sorpren<strong>de</strong>:"Ah, como Pantaleón y las Visitadoras... Es un gran libro,pero <strong>de</strong> Vargas Llosa me gusta más La tía Julia y el Escribidor".que la montaña rusa. Lila es inquieta y no para <strong>de</strong> hablar.Parece químicamente alterada. Después <strong>de</strong> un buen rato –a latercera cerveza–, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que nos aclarase que ella esin<strong>de</strong>pendiente y que nadie la obligó a llegar hasta aquí, le preguntamossobre drogas. "Acá toman todos –sentencia–. Sobretodo los pen<strong>de</strong>jos. Hay mucha, mucha falopa". Sin saberlo, Lilaviene a ratificar una estadística <strong>de</strong>moledora que indica queTierra <strong>de</strong>l Fuego es, junto a Buenos Aires, la provincia másconsumidora <strong>de</strong> cocaína <strong>de</strong>l país (In<strong>de</strong>c). "¿Qué querés?¿Sabés lo jodido que es el invierno en Ushuaia siendo pen<strong>de</strong>jo?"Lila habla mucho, pero habla bien. Estará precipitada,pero <strong>de</strong>scribe con agu<strong>de</strong>za lo que ar<strong>de</strong> por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l asfalto<strong>de</strong> su ciudad. Dice que está cansada <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r pibitos <strong>de</strong> 20años que llegan con la cabeza partida, perseguidos por la i<strong>de</strong>a<strong>de</strong>l (no) futuro. Pibitos que temen quedarse encerrados parasiempre en esta isla ventosa que no tien<strong>de</strong> puentes con el continente.Conseguir trabajo aquí no es difícil. Lo difícil es conseguirun plan, un túnel hacia el futuro que esquive la angustiaComo buena peruana, a Chiara también le gusta BryceEchenique.Dejamos el Red & White y nos dirigimos al Candilejas. Losseparan unas pocas cuadras en las que comprobamos que elfrío, en Ushuaia, refuta el calendario. Un soplohelado llega <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el puerto –es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elabismo– y convierte a esta ciudad en un granfrigorífico. Los pingüinos están <strong>de</strong> parabienes.Aun en octubre, la hostilidad <strong>de</strong>l clima se palpaen la soledad nocturna <strong>de</strong> las calles. La insularidad<strong>de</strong> los habitantes no solo tiene que ver consu condición <strong>de</strong> isleños, sino también con elencierro <strong>de</strong> las noches.En Ushuaia el suelo es un espejo <strong>de</strong>l alma: unterreno arrasado por el clima.Noches blancasEntramos al Candi y nos topamos con Lila: uncorcho erótico con más curvas –y excitación–“Una or<strong>de</strong>nanzamunicipal permiteque los cabaretspuedan iniciar suactividad comercialal mediodía”.63<strong>de</strong> vivir en los tobillos <strong>de</strong>l mapa. No en vano aquí el índice <strong>de</strong>suicidios juveniles es uno <strong>de</strong> los más altos <strong>de</strong>l país. "Está lleno<strong>de</strong> empleados <strong>de</strong>l Estado. Ganan buena guita, pero imaginateque los pibes quieren otra cosa", completa Lila, a esta alturauna socióloga en tacos altos.En Ushuaia el cuarenta por ciento <strong>de</strong> la poblaciónvive <strong>de</strong>l Estado. El sueldo promedio <strong>de</strong> unempleado público es <strong>de</strong> 2.400 pesos. Un obrero<strong>de</strong> la construcción gana 3.000 al mes. Lo <strong>de</strong> laschicas como Lila es <strong>de</strong> primer mundo: cobran150 pesos el servicio <strong>de</strong> media hora, pero antes elcliente <strong>de</strong>be invitar un trago. El monto <strong>de</strong> esacopa –60 pesos– le pertenece al cabaret. Si luegoel cliente invita otra, divi<strong>de</strong>n en mita<strong>de</strong>s el lugary la puta.Volvemos al Tropicana. Llegamos en elhighlight <strong>de</strong> la noche, el momento <strong>de</strong>l strip tease.Al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l escenario, embriagados, feroces, losclientes aúllan con cada meneo <strong>de</strong> Patricia. Un60-64-Cabarulos-261008.indd 63 23/10/2008 0:47:46

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!