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Ver PDF - La Guerra Nacional 1854

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todo el territorio que los misquitos le "ceden" aNicaragua en el documento suscrito en Washington.<strong>La</strong> "declaración de derechos" y demás estipulacionesde la "ConstituciónIt municipal, hacen de San Juande Nicaragua un Estado autónomo, un Estadodentro del Estado con todos los cargos municipalesen manos de extranjeros -un inglés, un escocés yocho norteamericanos.El resultado conjunto de las transaccionessimultáneas en Washington y Greytown, es dejar ala Compañía norteamericana en posesión firme delos monopolios del Tránsito y Canal de Nicaragua,y a los ciud2danos noneamericanos de Greytownen posesión firme del puerto del Atlántico deNicaragua, de 110 kilómetros de su río San Juan yde 150 kilómetros cuadrados de su territorio.Inglaterra logra el reconocimiento de suProtectorado Mosquito y de las fabulosasconcesiones de tierras del rey mosco a los ingleses.Costa Rica queda de dueña incuestionable delGuanacaste y entra de socia de Nicaragua en el ríoy el lago. Nicaragua pierde 10 que los tres intrusosle quieren quitar por el momento. Pero laConvención acordada en Washington tambiénobliga a Costa Rica a ceder la porción de suterritorio que se necesite para el canal, y don FelipeMolina desea $100.000 de recompensa para su patriapor su firma. <strong>La</strong> Compañía canalera rehusapagarlos, por 10 que ¡Molina propone que dichasuma se tome de las futuras entradas de Nicaraguapor el canal! Webster considera leonina esapropuesta, pero el costarricense no cede. Por esemotivo, cuando el 30 de abril de 1852 se firma laConvención, es sólo bilateral, Crampton-Webster,en vez de tripartita. El documento estipula que serácuadripanita, pues "pronto y sin atrasos innecesarios,Nicaragua y Costa Rica deberán aceptar lasbases generales de este acuerdo y adoptar lasmedidas convenientes para que entre en efecto".21Lenguaje tan imperativo, de labios tan poderosos,está diseñado a intimidar a la impotente víctimapara que firme y "legalice" el despojo. En cuanto elministro de Nicaragua en Washington, el españoldon José Torcuato de Marcoleta, se da cuenta de laConvención, el 1 de mayo de 1852, corre para elDepartamento de Estado y subrepticiamente sustraeuna copia del documento para conocer sucontenido. Apenas lo lee, le envía una carta deprotesta a Mr. Webster y éste reacciona pidiendo elretiro de Marcoleta, declarándolo persona non gratapor haber leído sin autorización la documentación"confidencial" de Crampton-Webster-Molina. Losdespojadores de Nicaragua luego le dicen al público,sin pestañear, que a Marcoleta "lo echaron delDepartamento de Estado por haberse robado de susarchivos ciertos documentos".22Los Estados Unidos e Inglaterra envían aCentroamérica agentes diplomáticos especialesinvestidos de poderes para obligar a Nicaragua aaceptar el tratado. Con Palmerston fuera delministerio en Londres, los ingleses reemplazan alcónsul general Frederick Chatfield en la región. Susucesor, Me. Charles Lennox Wyke, viaja a sudestino vía Washington, y de ahí continúa haciaSan Juan de Nicaragua acompañado de Mr. RobertM. Walsh, el enviado norteamericano. De San Juan,el 28 de mayo, Walsh le escribe a Webster y lopone al tanto de cómo los vecinos de Greytown sehan apropiado del distrito entero ncedido It aNicaragua en Washington, (y de que declaran quetomarán toda Nicaragua cuando les dé la gana), yobserva: "Los sucesos venideros ya proyectansombras tan patentes aquí, que no se necesita tenerojos de profeta para discernirlos" .2lEl silencio subsiguiente de Webster al conocer tanflagrante violación del convenio que acaba defirmar, proyecta sobre él una sombra tan elocuenteque no se necesita tener ojo especial paradiscernirla. Su mudez en ese momento -suaprobación tácita de la autonomia de Greytowncalzaal dedillo con su oposición vehemente a laincorporación de Greytown a Nicaragua, cuando enesos días le informan que algunos residentesnorteamericanos intentan pedirla. 24 Todo enconjunto muestra la realidad desnuda -el despojode una nación impotente por diplomáticos intrusos,operando tras la mampara legalista de un tratado.<strong>La</strong> mano oculta de la Compañía del Tránsito en elasunto, deja sus huellas digitales en una carta deJoseph L. White a John B. Kerr, marcada"confidencial"; sin fecha, pero por su contenidoescrita en Washington justo al firmarse laConvención. 25Los agentes diplomáticos Wyke y Walsh siguen152

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