Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
142<br />
— No puedo decirte quién soy, pues aún no lo he<br />
averiguado. Solo pretendo conocerte —dije mientras me<br />
acercaba en posición conciliadora.<br />
— ¿Dónde vas? ¿Por qué estás aquí?<br />
— Solo puedo decirte que como he podido figurarme<br />
por tu aspecto físico, y al parecer psicológico, te encuentras<br />
perdido y posiblemente desorientado como yo.<br />
— ¿Te diriges a algún lugar conocido?<br />
— No exactamente, he tenido una corazonada y voy<br />
en aquella dirección —le dije señalando hacia el oeste.<br />
Al parecer nuestras dudas compartidas dotaron al<br />
joven de cierta confianza, o simplemente era la ausencia de<br />
opciones lo que le hizo salir y dirigirse hacia mí.<br />
— ¿Por qué hacia el oeste?<br />
— Sentí algo, y ciertas imágenes aparecieron en mi<br />
mente. Ellas se encuentran en esa dirección, ¿tienes alguna<br />
idea mejor?<br />
— No. Desperté ausente. Me encontraba dolorido y<br />
mareado, cubierto de una sustancia húmeda y pegajosa.<br />
— En mi caso desperté en el interior de una gruta,<br />
en aquella dirección —señalé hacia la dirección donde, me<br />
parecía una eternidad, había dejado atrás mi tumba protectora.<br />
— Sí, yo vengo de la misma zona. ¿Puedo confiar en ti?<br />
— No lo sabes, ni siquiera yo lo sé.<br />
— ¿Te importa que te acompañe?<br />
— En absoluto. Ambos agradeceremos la compañía<br />
del otro.<br />
Caminar con alguien al lado era algo nuevo para<br />
mí, extraño, y agradable a la vez. Caminamos en silencio,<br />
estudiando el uno cada movimiento del otro, observándonos<br />
al tiempo que avanzábamos. Tras un tiempo, la luz empezó<br />
a cambiar, a disminuir de intensidad apagando los colores