Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
68<br />
— Al sostener la puerta para dejarme pasar ha<br />
habido un momento en que sus ojos han brillado de<br />
reconocimiento… —se masajea las sienes con la mano libre,<br />
con la otra sigue sujetando la pistola que ahora apunta a un<br />
lugar indeterminado entre las patas de las sillas—. Esfuércese,<br />
míreme, ¿de verdad no se acuerda de mí?, ¿es posible después<br />
de tantas mañanas?<br />
Le obedezco. Solo veo a un pirado con un arma.<br />
— Y veinticinco —dice y gira la cabeza para mirar<br />
por la ventana justo en el momento en que un canario llega<br />
volando. Ha debido de escaparse de alguna jaula, quizá es del<br />
niño rubio del sexto, y se posa dando saltitos en el repecho<br />
de la ventana. El hombre sonríe—. Es lo único alentador que<br />
sucede en esta hora. Hasta le he puesto nombre: Silvestre.<br />
Suspira hastiado. Saca otro cigarrillo. Esta vez ya no<br />
me pide permiso ni me ofrece.<br />
— ¿Sabe? El tiempo es muy curioso, el tiempo real<br />
puede dilatarse o desmenuzarse, los minutos y las horas<br />
confundirse…<br />
Cabeceo para que continúe.<br />
— ¿Dónde cree que está el tiempo, dónde vive? —<br />
lo miro sin comprender—. Pues resulta que el tiempo debe<br />
transcurrir en un gran reloj cósmico y ahora la aguja se le ha<br />
quedado atascada. Se ha quedado atascada exactamente en la<br />
una. No puedo explicarlo mejor. No sé desde cuándo, pero la<br />
humanidad está repitiendo en un círculo vicioso la hora que<br />
va desde las doce y un minuto hasta la una. Es imposible pasar.<br />
Señala mi enorme reloj. Falta media hora para la una.<br />
— ¿Qué cree que sucederá?, ¿una especie de fin del<br />
mundo? —inquiero—. Los delirios apocalípticos son muy<br />
comunes. Siento un ligero alivio al saber, ¡por fin!, a qué<br />
me enfrento.<br />
Ríe amargamente con la risa de cueva de los fumadores.