02.12.2012 Views

relatos_2012_PDF

relatos_2012_PDF

relatos_2012_PDF

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cuando dijo que se pasaba el reglamento de la<br />

residencia por la ventanilla del culo, cuando Nicomedes tal<br />

dijo, golpeando las narices de Narciso con dedos morcilleros,<br />

sin respeto a los ruegos de la madre celadora, a nadie, a<br />

nada, yo comprendí claramente que un hormiguero de seres<br />

invisibles, perversos, agitaban la paleta en el caldero.<br />

Por eso estoy aquí, en traje de Eva, con la piel<br />

churretosa y los cabellos como panocha en remojo. Seguro<br />

que le parece una chaladura de Lola Candelas, seguro, pero<br />

se equivoca de parte a parte, sor María. Tendría que conocer<br />

mi vida, desde jovenzuela, cuando se me venían todos los<br />

niñatos detrás, emburrados —una ha sido, es, guapa, sobrada<br />

de tipo— para que comprendiera lo que ahora sus ojos<br />

rechazan. O cuando se me aparece en sueños Santa Teresa,<br />

mi santa favorita, la que me explica las malas artes del diablo.<br />

Que me gusta jugar con fuego, eso se rumorea, a<br />

podrido huele. Puñetera envidia, sor, ahora que estoy en los<br />

setenta y cuando no llegaba a los veinte. ¡Ah, si me hubieran<br />

conocido entonces estos carcamales, estos robaperas y<br />

cantamañanas! A más de uno se le salieran los ojos de las<br />

órbitas, a más de uno.<br />

Yo, Marujita Rodríguez, reina de la verbena del barrio,<br />

a codazos me alejaba a los fulanos: o luego, de bailarina en<br />

la revista, la que más regalos recibía, todos los capitostes con<br />

21

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!