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Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

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nosotros hasta esa fecha, y se pudo lograr antes y durante <strong>la</strong> Constituyente <strong>de</strong> 1940. Allílos cubanos ejercitaron, como nunca en <strong>la</strong> historia que los precedió, <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong>escuchar al otro, <strong>de</strong> representar i<strong>de</strong>as diferentes y <strong>de</strong> negociar los resultados <strong>de</strong> unproceso <strong>de</strong>terminado. Esa es una capacidad <strong>de</strong> madurez, una prueba <strong>de</strong> maduraciónnacional y ciudadana.La continuidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura cubana.Nacionalismo, literatura y vanguardiaEntrevista con Ricardo Luis Hernán<strong>de</strong>z OteroA <strong>la</strong> altura <strong>de</strong> los años 20, cualquier jovencito, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escribir dos o tres poemasvanguardistas, podía <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rar solemnemente que toda <strong>la</strong> literatura cubana anterior notenía <strong>la</strong> menor importancia. Y aunque algunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> los L<strong>la</strong>mados A SalvarDe La Crisis A Nuestra Cultura no tuvieron jamás segundas ediciones, a todos se lesveía muy convencidos en su discurso sobre el «patético ambiente literario nacional».No obstante, varios llevaban razón. Cuba arribó al siglo XX con dos <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong>retraso, conducida por <strong>la</strong> más joven hornada <strong>de</strong> <strong>la</strong> primera generación republicana. Enesa década, <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> los intelectuales nacidos en el siglo XIX quedó sin nada que<strong>de</strong>cir. La cultura precisaba una renovación fundamental si quería perfi<strong>la</strong>r el trazo <strong>de</strong>algo que se pudiese l<strong>la</strong>mar «cubano» y fuese al menos <strong>de</strong>cente en términos estéticos.La «generosa aventura juvenil» que fue en sus inicios el Minorismo, vendría a sentar <strong>la</strong>re<strong>la</strong>ción entre los intelectuales y <strong>la</strong> política en <strong>la</strong> incómoda sil<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> res pública. Lacontestación cívica, el <strong>de</strong>bate cultural y el rechazo rotundo a <strong>la</strong> mediocridad <strong>de</strong> losLiteratos <strong>de</strong> Salón alentaron <strong>la</strong> madurez <strong>de</strong> un cuerpo <strong>de</strong> pensamiento nacional, aptopara dilucidar su espacio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s circunstancias abiertas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> primeragran guerra, <strong>la</strong> primera gran crisis y <strong>la</strong>s primeras gran<strong>de</strong>s revoluciones que conoció elsiglo XX. En esa «década crítica» se sucedieron en Cuba eventos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayorsignificación. La diversidad caló en <strong>la</strong>s estructuras <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura, aparecieron en elmapa <strong>de</strong> lo social <strong>la</strong>s mujeres, los obreros, los estudiantes. La economía inició un giro,aunque tímido, hacia <strong>la</strong> protección <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados intereses <strong>de</strong>l país. Se fundaronrevistas que pasaron a <strong>la</strong> posteridad, se mo<strong>de</strong>rnizaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> literatura hasta losestudios históricos, pasando por el periodismo y los sistemas <strong>de</strong> impresión; <strong>la</strong> pinturaexperimentó un vuelco sustancial en sus contenidos temáticos, y el son, al llegar albarrio <strong>la</strong>tino <strong>de</strong> Nueva York ya se había insta<strong>la</strong>do en el espíritu <strong>de</strong>l pueblo cubano paraconvertirse en género nacional. Durante los 20 —y <strong>de</strong>spués— José Martí sería elmayor convocado, y si quedó entonces inaugurada <strong>la</strong> ya <strong>la</strong>rga tradición <strong>de</strong> a<strong>de</strong>cuar supensamiento a los intereses propios <strong>de</strong> los bandos en disputa, también se abrió paso suestablecimiento <strong>de</strong>finitivo en <strong>la</strong> conciencia cubana. Al mismo tiempo, <strong>la</strong>s estructuraspolíticas acentuaron su dinámica corrupta y puntualmente <strong>de</strong>mocrática, y se arrojaronluego en el abismo sin fondo <strong>de</strong> <strong>la</strong> dictadura. De <strong>la</strong> tensión resultante entre <strong>la</strong>mo<strong>de</strong>rnización cultural y social y <strong>la</strong> <strong>de</strong>slegitimación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r no podía estal<strong>la</strong>r menosque una Revolución, como efectivamente sucedió <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 30.

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