fueran muy importantes para <strong>la</strong> coyuntura doméstica. ¿Cómo marcó <strong>la</strong> circunstanciainternacional, entre 1935 y 1940, a Cuba?Antes hablé <strong>de</strong> <strong>la</strong> Internacional Comunista, <strong>la</strong>s guerras mundiales y <strong>la</strong> crisiseconómica. La Guerra Civil españo<strong>la</strong> es otro evento muy interesante; una suerte <strong>de</strong>prolongación <strong>de</strong> <strong>la</strong> Revolución <strong>de</strong>l 30 y anticipación a su vez <strong>de</strong> <strong>la</strong> Segunda GuerraMundial. Si bien sustrajo <strong>de</strong>l escenario cubano parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s posiciones radicales —<strong>Pablo</strong><strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Torriente</strong> <strong>Brau</strong> se fue a España, en Cuba no tenía cabida—, <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong>República españo<strong>la</strong> en<strong>la</strong>zó el movimiento <strong>de</strong>l 30 con el conflicto <strong>de</strong>l fascismo. Elvínculo entre Cuba y España es solo un botón <strong>de</strong> muestra <strong>de</strong> <strong>la</strong> articu<strong>la</strong>ción que estabateniendo lugar entre <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as y <strong>la</strong>s prácticas políticas en el mundo entero. LaRevolución se convirtió en un problema internacional. Un proceso <strong>de</strong> globalización, concaracterísticas muy diferentes a <strong>la</strong> etapa previa a los años 20, interre<strong>la</strong>cionaba a <strong>la</strong>snaciones <strong>de</strong>l p<strong>la</strong>neta y producía negociaciones muy complejas y pactos controvertidos.Es el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> alianza con los Estados Unidos en <strong>la</strong> Segunda Guerra Mundial, pactadaaun a costa <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilitar <strong>la</strong> línea antimperialista <strong>de</strong> muchos partidos, como fue el caso <strong>de</strong>lPC en Cuba.Una lección histórica¿Por qué, en algún instante, se dijo que este período no <strong>de</strong>bía ser estudiado?La Revolución <strong>de</strong>l 30 y su período posterior ameritan una profunda reflexión. Esetranscurso no se propuso so<strong>la</strong>mente cambiar el po<strong>de</strong>r, el po<strong>de</strong>r entendido en términospersonales, sino hacer un cambio en <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. La sociedad civilcubana <strong>de</strong> entonces se expresó c<strong>la</strong>ramente en <strong>la</strong> Revolución, <strong>la</strong>tió al ritmo <strong>de</strong> esta, ymantuvo un equilibrio respecto al po<strong>de</strong>r. Aun <strong>de</strong>rrotado el po<strong>de</strong>r, hubo correspon<strong>de</strong>nciaentre <strong>la</strong> sociedad civil y el régimen establecido a partir <strong>de</strong> 1934.Durante <strong>la</strong> etapa posrevolucionaria, gestada tras 1935, todas <strong>la</strong>s figuras políticassostuvieron actitu<strong>de</strong>s abiertas frente a <strong>la</strong> negociación. (Quizás sea poco conocido, pero<strong>la</strong> figura más cerrada al acuerdo fue Grau San Martín, seguido <strong>de</strong> Menocal. Él seausentó <strong>de</strong> <strong>la</strong> política, no quería participar en <strong>la</strong>s elecciones, hubo que hacer reunionespara llevarlo a una candidatura.)La aptitud <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s partes para negociar fue <strong>de</strong>terminante. Es una lecciónhistórica que <strong>de</strong>bemos pon<strong>de</strong>rar en sus aciertos, errores y en su medio específico. En esemomento no triunfó <strong>la</strong> Revolución, sino el reformismo aliado a fuerzas másconservadoras, pero Cuba tuvo <strong>la</strong> suficiente apertura para abrir una etapa negociadora.Si es cierto que factores como el fascismo, <strong>la</strong> alianza con los Estados Unidos y <strong>la</strong>política <strong>de</strong> frentes popu<strong>la</strong>res sostenida por <strong>la</strong> Internacional Comunista fueron <strong>de</strong>cisivosen <strong>la</strong> situación interna <strong>de</strong>l país (por lo cual es imposible comparar esa etapa con otrosperíodos <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia nacional), también es verdad que los cubanos hicieron cátedra <strong>de</strong>negociación en el período que llevó a <strong>la</strong> Constitución <strong>de</strong>l 40. La Revolución <strong>de</strong> 1959radicalizó, en un nuevo contexto, <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as y el curso <strong>de</strong> <strong>la</strong> Revolución <strong>de</strong>l 30, pero nopor ello po<strong>de</strong>mos subestimar <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> llevar a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte reformas que permitanascen<strong>de</strong>r hacia nuevas etapas. Aunque limitadas e incompletas unas, y frustradas otras,varias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s medidas tomadas con <strong>la</strong>s reformas fueron consonantes con <strong>la</strong>s intenciones<strong>de</strong>l 30. Por eso me pareció acertada <strong>la</strong> distinción <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong>l Partido Comunista <strong>de</strong>Cuba cuando precisa que, en 1933, tuvimos un gobierno reformista con un a<strong>la</strong>revolucionaria. La sociedad civil cubana buscaba una sociabilidad nueva, y eso loconseguiría promoviendo condiciones constructivas y no con <strong>la</strong> alteración subversiva <strong>de</strong><strong>la</strong> realidad. La posibilidad <strong>de</strong> dialogar en esas condiciones no se había dado entre
nosotros hasta esa fecha, y se pudo lograr antes y durante <strong>la</strong> Constituyente <strong>de</strong> 1940. Allílos cubanos ejercitaron, como nunca en <strong>la</strong> historia que los precedió, <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong>escuchar al otro, <strong>de</strong> representar i<strong>de</strong>as diferentes y <strong>de</strong> negociar los resultados <strong>de</strong> unproceso <strong>de</strong>terminado. Esa es una capacidad <strong>de</strong> madurez, una prueba <strong>de</strong> maduraciónnacional y ciudadana.La continuidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura cubana.Nacionalismo, literatura y vanguardiaEntrevista con Ricardo Luis Hernán<strong>de</strong>z OteroA <strong>la</strong> altura <strong>de</strong> los años 20, cualquier jovencito, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escribir dos o tres poemasvanguardistas, podía <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rar solemnemente que toda <strong>la</strong> literatura cubana anterior notenía <strong>la</strong> menor importancia. Y aunque algunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> los L<strong>la</strong>mados A SalvarDe La Crisis A Nuestra Cultura no tuvieron jamás segundas ediciones, a todos se lesveía muy convencidos en su discurso sobre el «patético ambiente literario nacional».No obstante, varios llevaban razón. Cuba arribó al siglo XX con dos <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong>retraso, conducida por <strong>la</strong> más joven hornada <strong>de</strong> <strong>la</strong> primera generación republicana. Enesa década, <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> los intelectuales nacidos en el siglo XIX quedó sin nada que<strong>de</strong>cir. La cultura precisaba una renovación fundamental si quería perfi<strong>la</strong>r el trazo <strong>de</strong>algo que se pudiese l<strong>la</strong>mar «cubano» y fuese al menos <strong>de</strong>cente en términos estéticos.La «generosa aventura juvenil» que fue en sus inicios el Minorismo, vendría a sentar <strong>la</strong>re<strong>la</strong>ción entre los intelectuales y <strong>la</strong> política en <strong>la</strong> incómoda sil<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> res pública. Lacontestación cívica, el <strong>de</strong>bate cultural y el rechazo rotundo a <strong>la</strong> mediocridad <strong>de</strong> losLiteratos <strong>de</strong> Salón alentaron <strong>la</strong> madurez <strong>de</strong> un cuerpo <strong>de</strong> pensamiento nacional, aptopara dilucidar su espacio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s circunstancias abiertas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> primeragran guerra, <strong>la</strong> primera gran crisis y <strong>la</strong>s primeras gran<strong>de</strong>s revoluciones que conoció elsiglo XX. En esa «década crítica» se sucedieron en Cuba eventos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayorsignificación. La diversidad caló en <strong>la</strong>s estructuras <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura, aparecieron en elmapa <strong>de</strong> lo social <strong>la</strong>s mujeres, los obreros, los estudiantes. La economía inició un giro,aunque tímido, hacia <strong>la</strong> protección <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados intereses <strong>de</strong>l país. Se fundaronrevistas que pasaron a <strong>la</strong> posteridad, se mo<strong>de</strong>rnizaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> literatura hasta losestudios históricos, pasando por el periodismo y los sistemas <strong>de</strong> impresión; <strong>la</strong> pinturaexperimentó un vuelco sustancial en sus contenidos temáticos, y el son, al llegar albarrio <strong>la</strong>tino <strong>de</strong> Nueva York ya se había insta<strong>la</strong>do en el espíritu <strong>de</strong>l pueblo cubano paraconvertirse en género nacional. Durante los 20 —y <strong>de</strong>spués— José Martí sería elmayor convocado, y si quedó entonces inaugurada <strong>la</strong> ya <strong>la</strong>rga tradición <strong>de</strong> a<strong>de</strong>cuar supensamiento a los intereses propios <strong>de</strong> los bandos en disputa, también se abrió paso suestablecimiento <strong>de</strong>finitivo en <strong>la</strong> conciencia cubana. Al mismo tiempo, <strong>la</strong>s estructuraspolíticas acentuaron su dinámica corrupta y puntualmente <strong>de</strong>mocrática, y se arrojaronluego en el abismo sin fondo <strong>de</strong> <strong>la</strong> dictadura. De <strong>la</strong> tensión resultante entre <strong>la</strong>mo<strong>de</strong>rnización cultural y social y <strong>la</strong> <strong>de</strong>slegitimación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r no podía estal<strong>la</strong>r menosque una Revolución, como efectivamente sucedió <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l 30.
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Teté Casuso le diría a Pablo que
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