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Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

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¿Cuáles eran los principales sitios <strong>de</strong> encuentro <strong>de</strong> los estudiantes?En los primeros años, el centro primordial <strong>de</strong> encuentro universitario y juvenil fue elPaseo <strong>de</strong>l Prado, que ya había sustituido a <strong>la</strong> antigua A<strong>la</strong>meda. Las que <strong>de</strong>spués seconocieron como <strong>la</strong>s esquinas <strong>de</strong>l pecado, Prado y Neptuno y San Rafael y Galiano,eran arterias comerciales muy concurridas. Más tar<strong>de</strong> esos espacios fueron sustituidospor sitios colindantes con el l<strong>la</strong>mado punto <strong>de</strong> ampliación <strong>de</strong>l Malecón habanero, sobretodo durante los meses <strong>de</strong> <strong>la</strong> canícu<strong>la</strong> ardiente. Luego se tras<strong>la</strong>daron a <strong>la</strong>s zonas <strong>de</strong>lVedado, fundamentalmente a lo que se l<strong>la</strong>mó «lengua asfaltada <strong>de</strong> piedras» —<strong>la</strong> calle23—, una arteria vital <strong>de</strong>s<strong>de</strong> L hasta Malecón. En el interior <strong>de</strong> <strong>la</strong> Universidad eran muyfrecuentada <strong>la</strong> P<strong>la</strong>za Ca<strong>de</strong>nas, y más aún el Patio <strong>de</strong> los <strong>la</strong>ureles, también <strong>la</strong> P<strong>la</strong>zaLídice, don<strong>de</strong> el doctor Fi<strong>de</strong>l Castro, siendo un joven estudiante, <strong>la</strong>nzó una arengamagnífica a favor <strong>de</strong> todos los oprimidos y perseguidos por el nazismo. Igualmentesolían reunirse en <strong>la</strong> intersección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s calles San Lázaro e Infanta —don<strong>de</strong> hoy seencuentra el Parque <strong>de</strong> los Mártires—, lugar que entonces estaba ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> pequeñosestablecimientos para <strong>la</strong> venta <strong>de</strong> alimentos fríos o ligeros. Las insta<strong>la</strong>ciones domésticasque ro<strong>de</strong>aban <strong>la</strong> Universidad fueron asimismo puntos importantes <strong>de</strong> concentración,como el bien añorado por mí Bo<strong>de</strong>gón <strong>de</strong> Teodoro, que en verdad fiaba a losestudiantes.¿Y los profesores más renombrados?Recuerdo <strong>de</strong> los primeros años al gran pedagogo Carlos Aguayo; parece que por sus<strong>libro</strong>s estudiaron todos, incluidos mis padres y mis tíos. Después puedo recordar a donCarlos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Torre y Huerta, el sabio naturalista; a los insignes médicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Facultad<strong>de</strong> Medicina, al gran Lan<strong>de</strong>ta, al magnífico Yarini, al gran<strong>de</strong> Núñez Portuondo, a losInclán, a don Pedro Castillo. Sobresalían, en el p<strong>la</strong>no <strong>de</strong> <strong>la</strong>s humanida<strong>de</strong>s, don ElíasEntralgo y Vallina, Jorge Mañach y Robato, Salvador Sa<strong>la</strong>zar, Bernal <strong>de</strong> Riesgo, quehabía sido un fuerte apoyo para Julio Antonio Mel<strong>la</strong>. En el p<strong>la</strong>no femenino estaban <strong>la</strong>silustres profesoras doña Vicentina Antuña y nuestra inmortal, <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mo así porque ha<strong>de</strong>jado escue<strong>la</strong>, Rosario Novoa Luis.¿Y los trabajadores y be<strong>de</strong>les?Recuerdo a los hermanos Armenteros, eran dos, uno en Ciencias Sociales y DerechoPúblico y otro en <strong>la</strong> Facultad <strong>de</strong> Derecho. Recuerdo con mucho cariño a RobertoHernán<strong>de</strong>z, que tiene una p<strong>la</strong>ca en el interior <strong>de</strong> <strong>la</strong> Facultad <strong>de</strong> Derecho; recuerdo aPablito, a Heriberto, en Pedagogía, a Sanjinés en Medicina, a «Or<strong>la</strong>ndo Furioso», aquien l<strong>la</strong>maban así por sus cóleras, en Filosofía y Letras. Recuerdo también, en <strong>la</strong>Facultad <strong>de</strong> Veterinaria, a uno que usaba gruesos lentes y le <strong>de</strong>cían «No pil<strong>la</strong>». Eranpseudónimos cariñosos. Al <strong>de</strong> Agronomía le <strong>de</strong>cían «El guajiro», un señor <strong>de</strong> apellidoFernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Ve<strong>la</strong>zco, si mal no recuerdo, que estaba siempre ve<strong>la</strong>ndo porque losmuchachos no se llevaran sus maticas y sus flores para rega<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s novias. Estaba unpersonaje un poco temible, be<strong>de</strong>l <strong>de</strong> <strong>la</strong> añeja Facultad <strong>de</strong> Ciencias Comerciales,«Cuentarrápido», quien, al repartir <strong>la</strong>s boletas, pronunciaba el nombre <strong>de</strong> uno y si ese nolo oía se quedaba sin nota. Había una mujer extraordinaria que limpiaba por <strong>la</strong> mañanaen <strong>la</strong> Guarnición —policía universitaria— y que más tar<strong>de</strong>, al igual que hoy Fillo, seencargaba <strong>de</strong> <strong>la</strong> antigua P<strong>la</strong>za Ca<strong>de</strong>nas. A el<strong>la</strong> <strong>la</strong> l<strong>la</strong>maban María <strong>la</strong> Gorda y se poníamuy brava por eso. Los estudiantes lo hacían para referirse, supuestamente, a <strong>la</strong> P<strong>la</strong>ya<strong>de</strong> Guanahacabibes, pero en realidad buscaban molestar<strong>la</strong>. Eran personas <strong>de</strong> irasapacibles, nunca provocaron escándalos ni problemas mayores.

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