Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
AEVUM – ©Lena Blaupero no lo suficiente para que no pudiera distinguir <strong>una</strong> serie <strong>de</strong> números tatuados en su piel.Aquel trazo <strong>de</strong> tinta azul oscura me dio un escalofrío; me recordó a las espeluznantes marcas quesolían llevar en los brazos todos aquellos que habían pasado por los campos <strong>de</strong> concentraciónalemanes. Pero era imposible que aquel tipo hubiera pasado por aquella barbarie porque, ahora quese había girado y podía ver su rostro, aquellas magníficas y duras facciones no aparentabansobrepasar los treinta años.Cuando me divisó, aquellos intensos y profundos ojos <strong>de</strong> miel me miraron inquisitivos ycuriosos. Y aunque parezca imposible, ya que no me conocía absolutamente <strong>de</strong> nada, yo diría quetambién <strong>de</strong>sprendían un cierto odio. Me observó intensamente y sin disimulo durante unossegundos, con sus carnosos labios dibujando <strong>una</strong> tensa línea en su rostro, hasta que se <strong>de</strong>cidió aapartar sus ojos <strong>de</strong> mí y con paso <strong>de</strong>cidido y grácil se a<strong>de</strong>ntró en el Spotted Cat.“Fantástico” pensé. “Ya me he ganado mi primer enemigo y ni siquiera he hablado conél”.A pesar <strong>de</strong> que suelo ser <strong>una</strong> persona muy segura <strong>de</strong> mí misma, la forma en que aquel<strong>de</strong>sconocido me había mirado hizo que mis piernas temblaran ligeramente. Aquel tipo llamadoAxel me daba un poco <strong>de</strong> miedo, y entré en el local sintiendo <strong>una</strong> incómoda sensación <strong>de</strong><strong>de</strong>sconcierto. Hubiera preferido que aquel guapísimo <strong>de</strong>sconocido no hubiera hecho acto <strong>de</strong>presencia.Mi prima Jenna se encontraba ya sentada junto al piano y sus compañeros ultimaban lospreparativos antes <strong>de</strong> su actuación. En cuanto ella me vio, me <strong>de</strong>dicó <strong>una</strong> gran sonrisa y con ungesto <strong>de</strong> sus ojos me reveló silenciosamente quién <strong>de</strong> ellos era James. El chico en cuestión era muymono y afinaba las cuerdas <strong>de</strong> su guitarra completamente ajeno al cruce <strong>de</strong> miradas que se estabaproduciendo entre mi prima y yo. De forma muy discreta, le di a enten<strong>de</strong>r a Jenna que aquelmúsico <strong>de</strong> ojos negros y cara <strong>de</strong> ángel me parecía <strong>de</strong> lo más a<strong>de</strong>cuado para ella.Mientras ellos terminaban <strong>de</strong> prepararse, <strong>de</strong>cidí acercarme a la barra para pedir <strong>una</strong>cerveza. Al tiempo que esperaba a que alguno <strong>de</strong> los dos camareros me atendiera, recorrí con lamirada el interior <strong>de</strong> aquel local tan auténtico, con sus cálidas pare<strong>de</strong>s algo <strong>de</strong>sconchadas y lapreciosa ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong>scolorida y <strong>de</strong>sgastada. En <strong>una</strong> <strong>de</strong> sus esquinas distinguí a Anthony,que charlaba con unos amigos. En ese preciso momento Axel apareció, surgiendo como un regalodivino y temible <strong>de</strong>l pasillo que conducía a los aseos. Me miró <strong>de</strong> nuevo, pero esta vez fugazmente,y sentí cómo mi estómago se encogía cuando nuestras miradas se cruzaron. ¿Qué tenía aquelindividuo para ponerme tan nerviosa?31