Sistemas de Pensiones en el Perú Sistemas de Pensiones ... - AELE

ANALISISAlternativas al Drama de losSistemas Pensionarios del PerúJORGE BERNEDO ALVARADOINGRATO ANIVERSARIOHace poco se han cumplido los diez añosde la creación del Sistema Privado de Pensiones(SPP) en el Perú. No hubo mayorescelebraciones. Las administradoras de pensionesdel país, mantuvieron un prudenteperfil bajo, en especial, porque son objetode críticas cada vez más extendidas, e inclusive,de iniciativas legales dirigidas a corregiralgunas ausencias y defectos.Así, por ejemplo está pendiente de discusiónen el Parlamento, una iniciativa parafacilitar el libre traslado –el retorno– de lostrabajadores del sistema hacia la administraciónde la Ley 19990 (la “nacional”, dereparto), y una queja ante INDECOPI por concertaciónde precios entre las administradorasde fondos de pensiones, AFP, referida alas comisiones, que históricamente han diferidosolamente por milésimos.También son variadas las iniciativas pararecortar estas comisiones y el aporte a la compañíade seguros, que es porcentual y calculadosobre las remuneraciones, y que en conjuntosupera más del 40 por ciento de la aportaciónal fondo pensionario, algo insólito enel mundo de la administración de capitales:un joven empleado de salario medio que aportedurante toda su vida laboral, 30-40 años,habrá abonado en comisiones el valor de unacasa aunque no tenga la seguridad de capitalizarun fondo que le proporcione una pensiónsatisfactoria.Un Informe, nada menos que del BancoCentral de Reserva, mostraba igualmente quela rentabilidad real de las AFP a lo largo deltiempo, era menor que la de la banca comercial,que ya es bastante decir. Algunosbancos, sin acciones o relaciones directas conlas administradoras, por otra parte, señalaronsu interés en intervenir como depositariosde fondos pensionarios, provocando unaesperada reacción adversa de las AFP.Curiosamente, no hay en cambio reaccionescontra la inseguridad del fondo. En1997 y 1998, principalmente, profundas modificacionesa la legislación, debilitaron enormementela protección del dinero de los afiliadosque se capitaliza, y cuyo sistema degarantías había sido copiado a grandes rasgosdel sistema chileno.Los principales cambios se dirigieron arelativizar el encaje (que es de apenas el 1por ciento del fondo y no se aprovisiona, sinoque es solamente un pasivo exigible retenidopor la AFP), eliminar parámetros a los excesosde inversión evitando la penalización; permitirel uso de activos del fondo como garantías;liberar –eliminando el control– la carterade entidades que podrían efectuar custodias;minimizar las exigencias de la rentabilidadmínima y sobre todo ampliar el plazode cálculo (¡de uno a cinco años!) de maneraque es casi inaplicable; eliminar la reservade fluctuaciones, flexibilizar y hasta liberarlas obligaciones sobre calificaciones deriesgo de las inversiones.No ha sido todo. En un siguiente paso,se eliminó la Superintendencia de Administradorasde Fondos de Pensiones, reduciéndolaa ser una dependencia de la Superintendenciade Banca y Seguros, y se redefinióel criterio de medición de la rentabilidad.Tampoco tiene el sistema una protección frentea las devaluaciones, pues solamente se capitalizaen moneda nacional, ni alguna representaciónde los afiliados o sus delegados enel control de los fondos, que pueda siquieraincrementar la transparencia.Para acabar de listar las críticas, es importanterecordar que los aportes mensualesdel trabajador son de 8 por ciento de su remuneración–insostenible por el más simplecálculo actuarial para alcanzar una pensiónadecuada– en un afán por hacer "más atractivoal fondo". También, que los traspasos entrelas AFP se cobran y son difíciles en términosburocráticos, impidiendo –en realidad elmayor impedimento es la casi absoluta inculturaprevisional peruana– un tránsito libre yrápido de los afiliados entre las AFP con mayoresrentabilidades coyunturales, lo cual elevaríasustancialmente su posible pensión.Hay que saber, además, que no todas laspersonas que cumplen los 65 años pasan aser jubilados en el sistema privado: si, comosucede con frecuencia pero no se informa,no tienen un fondo suficiente o no cumplenotros requisitos, se les otorga la pensión porRetiro Programado lo que en breve tiempoagota el Fondo Individual y pierden el beneficioesencial, el pensionario, aunque solamentefuera una pensión mínima, como laque se otorga en la ONP. Esta alternativapermite a la publicidad de las AFP decir quesus pensiones son más elevadas de lo querealmente son.LA DEFENSA DE LAS AFPLos partidarios del sistema privado y dela capitalización individual tienen sus propiosargumentos. Consideran que las condicionesen que operan son sumamente difíciles e inestables,que tienen elevados riesgos y que ellojustifica sus facilidades operativas así como lareducción y eliminación de controles. Afirmanque sí son rentables y que podrían serlo mássi se les facilita mayor libertad para invertir yse crean instrumentos para este fin: las AFPsson las mayores consumidoras de las emisionesde bonos públicos, que a su vez tienenrentabilidades sumamente atractivas. Tambiénque pueden reducir el porcentaje de las cotizaciones,pero en cantidades limitadas y siemprecomo porcentajes de las remuneraciones.Que la transparencia se puede mejorar. Quela Superintendencia de las AFP era un enteburocrático cuya eliminación se justificaba.Que dolarizar el fondo sería dolarizar la economía.También que se debería eliminar el sistemade la ONP –“como en Chile”– que resultauna competencia a su mercado.En suma, que las cosas deberían dejarsecasi como están, o cuando más facilitar másaún las condiciones en que operan las administradoras,permitiéndoles por ejemplo,colocar en mayores proporciones en el extranjero,captar bonos atractivos del Estado,desaparecer el sistema de reparto y transferirleslos afiliados.EL ESTADO, PEOR ADMINISTRADORPero posiblemente el mayor de los argumentosa favor del sistema privado, es que enlos sistemas públicos, los gobiernos siemprese gastan el dinero de los aportantes y no lesinteresa el destino de los pensionistas. En elPerú ha sido así: casi todo el pago de pensionesen el sistema de pensiones de empleadosestatales (la Ley 20530) –el 98 por ciento– secubre con dinero del erario. También sucedeasí con el régimen de la Ley 19990, donde almenos dos tercios de las pensiones tienen queser pagados por fondos públicos, además quetambién del erario provienen los fondos debonos de reconocimiento para quienes se trasladaronal sistema de las AFP.El fondo de pensiones fue consumido porlos gobiernos anteriores a la década del 90hasta literalmente extinguirlo a pesar de su con-10SETIEMBRE 2003