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Gaceta N° 162 - Comisión Nacional de los Derechos Humanos

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<strong>Gaceta</strong> <strong>de</strong> la CNDHtuna y suficiente a la <strong>de</strong>manda que propone el pueblo. Gobernar a la sociedad contemporánea, informada,exigente, <strong>de</strong>mocrática, es asunto <strong>de</strong> habilidad política, previsión clarivi<strong>de</strong>nte, siembra <strong>de</strong> concordia,rigor moral, cumplimiento esforzado y cotidiano. Es empatar el discurso con la existencia. Esreducir las distancias y suavizar las diferencias. Es conducir con espíritu elevado y aprecio genuinopor <strong>los</strong> que coinci<strong>de</strong>n y <strong>los</strong> que difieren. Es respetar el pasado y allanar el presente para no impedir elfuturo. Constituye la prueba <strong>de</strong> fuego sobre la viabilidad y eficacia <strong>de</strong> un sistema político: aquellacuya respuesta tiene la doble virtud <strong>de</strong> ser moralmente válida y políticamente útil.Creo que la gobernabilidad <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, esencialmente, <strong>de</strong> que el Estado acredite que en efecto cumplela finalidad para la que fue instituido, o por lo menos avanza, <strong>de</strong> veras y con acierto, en el camino <strong>de</strong>cumplirla. Es, en consecuencia, observancia creciente <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Derechos</strong> <strong>Humanos</strong>. En una sociedad<strong>de</strong>mocrática hay gobernabilidad cuando existe respeto a la vida y a la integridad <strong>de</strong> las personas,atención a las <strong>de</strong>mandas legítimas, seguridad para la vida y el patrimonio, protección <strong>de</strong> la salud,<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la educación, impulso a la cultura, pensamiento in<strong>de</strong>pendiente, información veraz yoportuna, pleno acceso a la justicia, oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> trabajo, salarios <strong>de</strong>corosos, vivienda digna,respeto a la discrepancia; en suma, goce y ejercicio <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Derechos</strong> <strong>Humanos</strong>. La eficacia <strong>de</strong> éstos esla condición <strong>de</strong> gobernabilidad en la <strong>de</strong>mocracia. Habrá que construir con estos ingredientes <strong>los</strong> programas,medir con esta vara a <strong>los</strong> gobiernos y compren<strong>de</strong>r bajo esta luz la función política —a<strong>de</strong>más<strong>de</strong> la moral y la jurídica— <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Derechos</strong> <strong>Humanos</strong>.Cuando un grupo <strong>de</strong> ciudadanos <strong>de</strong>libera sobre su conducta, su proyecto y su <strong>de</strong>stino, surge lanecesidad <strong>de</strong> preguntarse por el mo<strong>de</strong>lo que se quiere y el futuro que se aguarda. Una sociedad nopue<strong>de</strong> viajar al garete, sujeta al capricho <strong>de</strong> <strong>los</strong> vientos y las estaciones. Y menos aún pue<strong>de</strong> hacerlouna gran nación, compleja y <strong>de</strong>mandante, que preten<strong>de</strong> insertarse en el mundo mo<strong>de</strong>rno sin per<strong>de</strong>r sutradición, su herencia y su linaje.Es posible que una buena parte <strong>de</strong> nuestros problemas —y no hablo solamente <strong>de</strong> <strong>los</strong> problemas <strong>de</strong>México, pero tampoco soslayo que son éstos <strong>los</strong> que más nos preocupan— obe<strong>de</strong>zca a la ausencia<strong>de</strong> aquel mo<strong>de</strong>lo y a la incertidumbre sobre ese futuro. Hubo un tiempo, ya lejano, en el que construimosutopías y paradigmas. Enfilamos nuestra nave en el sentido que creímos conveniente. Es evi<strong>de</strong>nteque cada quien pue<strong>de</strong> tener su propio concepto sobre ese sentido, pero también lo es que la nación<strong>de</strong>be compartir ciertos <strong>de</strong>signios y empren<strong>de</strong>r unida <strong>de</strong>terminados <strong>de</strong>rroteros. Si no existen aquél<strong>los</strong> yse carece <strong>de</strong> éstos, el viaje común no tiene rumbo y el trabajo <strong>de</strong> todos carece <strong>de</strong> armonía. El resultadosería el fracaso, y sabemos bien que el fracaso conspira contra <strong>los</strong> <strong>de</strong>rechos y la <strong>de</strong>mocracia.Sigue siendo indispensable la hazaña cultural <strong>de</strong> <strong>los</strong> mexicanos en torno a una i<strong>de</strong>a, a un programa,a un <strong>de</strong>stino. Vale que nos preguntemos —es un requisito <strong>de</strong> previo y especial pronunciamiento, dirían<strong>los</strong> abogados— si tenemos claridad sobre todo esto: lo que somos, queremos y procuramos. No pareceexistir la i<strong>de</strong>a, por no <strong>de</strong>cir el i<strong>de</strong>al, <strong>de</strong> una república unida y po<strong>de</strong>rosa, construida a partir <strong>de</strong> lasdiferencias i<strong>de</strong>ológicas y <strong>de</strong> las coinci<strong>de</strong>ncias patrióticas. Faltan la reflexión profunda, la direccióngenerosa, el honrado avenimiento que atraigan a todos y disuadan las tentaciones centrífugas que nosenferman. Se requiere una formidable convocatoria —sincera, ilustrada y convincente— para cons­146 <strong>Gaceta</strong> <strong>162</strong>enero/2004

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