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24 Por eso vale la pena puntualizar que los partidos, los políticos y los funcionarios
que no se transformen, que no se reinventen, que no rindan cuentas, que no sean
transparentes, que no entiendan la verdadera democracia, están condenados a ser
ignorados y poco atractivos para la ciudadanía; están condenados a ser rechazados,
principalmente por la población joven, más exigente e informada en la actualidad y
aún más en el futuro.
Para quienes hemos decidido participar en la política o en la función pública
debemos hacer un compromiso con la sociedad y estar conscientes que hoy la
sociedad demanda una clase política con formación, profesional, con ética, con una
preparación sistemática permanente, para contrarrestar la mala imagen y mala
reputación que tiene la mayoría de los políticos.
Es urgente que los ciudadanos se involucren en la política para construir una verdadera
democracia social; que conozcan, que investiguen, que se informen sobre
quiénes son los candidatos y candidatas que aspiran a gobernar. La nueva gobernanza
del siglo XXI requiere un nuevo perfil político, esto es, que quienes resulten
electas o electos a través del voto de los ciudadanos y tengan el privilegio
de representar esa voluntad, deben ser personas íntegras, sin compromisos ni
“compadrazgos”, sin nexos cuestionables. Es necesario que sean personas dispuestas
a servir, no a servirse de las personas, que cumplan sus funciones y hagan
honor a su salario.
Por otra parte, es preciso señalar que la democracia que tenemos en México es muy
costosa, con un árbitro —ahora denominado Instituto Nacional Electoral— que tiene muchas
deficiencias, que no se ha desempeñado con la neutralidad esperada en muchos
escenarios electorales, generando mala imagen e insatisfacción en la sociedad.
Así pues, resulta muy vergonzoso el comportamiento de los partidos de viejo registro
que desafortunadamente han mal entendido el quehacer de la democracia, han hecho
un gran negocio clientelar con la forma en que operan. La mayoría apuesta a que
continúe la pobreza y analfabetismo de la sociedad, aprovechándose de la ignorancia