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y necesidad de las personas; es un sector seguro, que les generan votos, los condicionan
mediante programas sociales estatales o federales, regalos de electrodomésticos,
tarjetas de descuentos, despensas o bien prometiéndoles algún beneficio
en la comunidad. A la mayoría de ciudadanos de escasos recursos, sin acceso a la
escolaridad, que vive en zonas marginadas o indígenas, lo que menos le importa son
las propuestas de los candidatos o partidos. En efecto, lo que siempre preguntan es
¿qué les van a dar? Sin importar las consecuencias que trae recibir esas dádivas a
cambio de su voto, de corromper su dignidad y derecho como ciudadana o ciudadano
a decidir libremente, y así muchas de ellas, de ellos, comentan que “más vale viejo por
conocido, que nuevo por conocer”, “aunque roben”, pero que cada proceso electoral
les regalen cosas y dinero. Se vuelven sus clientes en la compra-venta de votos aun
cuando saben que es un delito electoral.
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Los viejos partidos se volvieron insensibles y lejanos de la problemática social,
por eso la sociedad está dejando de creer en ellos y dejará de creer en ellos, porque
solamente se mueven por sus intereses.
Por otra parte y como efecto de lo anterior, hay ciudadanas y ciudadanos que
prefieren abstenerse de votar, siendo que es su derecho constitucional (Art. 35 Frac. I)
y su obligación (Art. 36 Frac. III) porque, comentan, “¡todos son igual de corruptos
y ladrones!”; que ninguno les satisface porque no les hacen caso cuando llegan al
poder, que se les olvida cómo y por quién llegaron. Finalmente, como no les satisface
cómo se ha gobernado, aún con los gobiernos de transición, deciden abstenerse.
Ello tampoco es una solución al problema y como no existe una sanción como tal a
los ciudadanos que no asisten a votar, se genera el círculo vicioso de la apatía, la
abstención y hasta las campañas a favor de la anulación. Todo eso se ve reflejado
en la poca participación e interés de muchas ciudadanas y ciudadanos en las elecciones
locales y federales.
Por todo lo aquí expuesto, resulta necesario que nuestro instituto político promueva
la cultura de la democracia y la forma de hacer política que sea congruente con su
misión, visión y objetivos; que pueda promover la participación a través de la