17.03.2016 Views

Q60

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Henning Mankell<br />

Año 10 | Número 60<br />

OCTUBRE - NOVIEMBRE 2015<br />

CONSEJO EDITORIAL<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Jorge González<br />

Luz Henríquez<br />

Antonio Dalto<br />

DIRECCIÓN<br />

Jorge González<br />

EDICIÓN<br />

Carla Pandolfo<br />

COORDINACIÓN<br />

Hugo Cayssials<br />

Melina Dorfman<br />

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />

Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Silvana Sergio<br />

CORRECCIÓN<br />

Esteban Bertola<br />

COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />

Laura Berti, Juan Manuel Cibeira,<br />

Horacio de Dios, Marina García, Martín Garrido,<br />

Nancy Giampaolo, Silvia Hopenhayn,<br />

Nadia Koval, Roger Koza, Christian Kupchik,<br />

Martina Leunda, Gloria López Llovet de Rodrigué,<br />

Mauro López Oyanarte, Felipe Pigna,<br />

Gabriel Rolón, Lucila Rolón, Emilia Simison,<br />

Mónica Tracey, Maximiliano Tomas,<br />

Esteban Ulrich y Sergio Varela.<br />

PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />

Tel.: 4943-8219/22<br />

Patagones 2463 | c1282aca | CABA<br />

Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />

Web: yenny-elateneo.com / Sección Quid<br />

REVISTA QUID<br />

Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de Quid, publicación de<br />

Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />

del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />

la fuente.<br />

Los editores no son responsables por las opiniones<br />

vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />

firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />

Registro Nacional de la Propiedad Intelectual<br />

Nº 506670. ISSN 1669738-3.<br />

Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />

de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />

En lo más hondo de las montañas finlandesas, en Onkalo, 1 se están realizando trabajos<br />

para abrir túneles y cuevas. En lo profundo se almacenarán residuos nucleares<br />

por un tiempo prácticamente infinito. “Aunque los residuos radiactivos son más peligrosos<br />

–más mortíferos– los primeros mil años, debe garantizarse su conservación<br />

durante tres mil generaciones [cien mil años]”.<br />

“Los recuerdos son relatos. Puede que troceados y divididos en fragmentos, pero<br />

relatos al fin. Yo me imagino el olvido como una habitación vacía. Nuestro universo<br />

interior, vacío y helado como el otro universo. En el olvido, el hombre queda indiferente<br />

ante sí mismo, ante los demás, ante lo que ha sido y ante lo que vendrá”.<br />

“Para manipular los residuos nucleares hemos construido un palacio para el olvido.<br />

Lo que quedará después de nuestra civilización será, pues, olvido y silencio”. 2<br />

En nuestro décimo aniversario le rendimos homenaje a la memoria, aquella luz del<br />

palacio interior, como decía Mankell, que nos modifica a través del tiempo, si es<br />

que volvemos a ella para construir el propio relato. En esta edición, quisimos visitar<br />

nuestro palacio y por eso, en el dossier aniversario, recordamos algunas frases de los<br />

entrevistados más ilustres de nuestra propia historia. También, hemos añadido debajo<br />

una línea de tiempo acerca de hechos culturales o curiosos que sucedían, mientras<br />

tanto, aquí y en el mundo.<br />

Es el deseo de quienes hacemos Quid que el legado de nuestra civilización no solo<br />

sea silencio y olvido.<br />

Dedicamos esta edición a la memoria del gran escritor sueco, Henning Mankell.<br />

Disfruten este nuevo número de Quid.<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Director General<br />

Grupo Ilhsa<br />

1<br />

En finés “oquedad” y también “el trol que se esconde en la montaña”.<br />

2<br />

Los textuales son de Henning Mankell, extraídos de su brillante autobiografía Arenas movedizas.


Sumario 60<br />

o7<br />

Dossier aniversario. 16 páginas para festejar estos 10<br />

años de vida. Las mejores entrevistas y un repaso de<br />

los acontecimientos culturales más importantes de la<br />

década.<br />

64<br />

Tema de tapa 3. Ya no es un objeto de culto ni un simple<br />

instrumento de DJ. Cómo compite en preferencias actuales<br />

el Long Play, un veterano que vuelve con fuerzas<br />

renovadas a reclamar su lugar en el mundo.<br />

24<br />

Nota de tapa. Christian Kupchik recorre la memoria a<br />

través de la literatura y la filosofía.<br />

67<br />

Reseña 2. Cerati, la biografía, de Juan Morris.<br />

32<br />

Tema de tapa. Roger Koza habla de dos films que dan<br />

cuenta de la realidad política y social de esta década.<br />

76<br />

Tema de tapa 4. Silvia Hopenhayn nos sumerge en el<br />

género autobiográfico. Imperdible.<br />

38<br />

Ser editor. Nuestra invitada de lujo: Gloria López Llovet<br />

de Rodrigué.<br />

95<br />

Semblanza. Keri Smith: Destroza este diario y Destroza<br />

este diario en cualquier sitio, dos trabajos convertidos en<br />

éxito instantáneo.<br />

4o<br />

Tema de tapa 1. La poesía y la memoria. En esta brevísima<br />

selección, traemos algunos poemas que la recuerdan,<br />

la conminan, la increpan y la piensan.<br />

98<br />

Entrevista 10. Martín Redrado habla de su nuevo libro,<br />

Las cuentas pendientes.<br />

44<br />

Tema de tapa 2. Las letras de canciones que invocan el<br />

recuerdo, compilado por Juan Cibeira.<br />

1oo<br />

Tema de tapa 5. Las políticas de la memoria, aquí y en<br />

el mundo.<br />

56<br />

Reseña 1. Desembarca Chica de oficina, de Joe Meno.<br />

1o2<br />

Danza. Temporada en Buenos Aires.<br />

Dossier<br />

literatura<br />

Susan Sontag<br />

Batiendo las alas<br />

Fue autora de novelas y ensayos, además de escribir y dirigir cuatro largometrajes<br />

y obras de teatro, incluyendo Esperando a Godot, de Beckett en la Sarajevo sitiada.<br />

Su mirada crítica e incisiva le valió un lugar de privilegio dentro de la cultura occidental.<br />

Estuvo unida sentimentalmente con la fotógrafa Annie Leivobitz. En una de<br />

las últimas entrevistas que concedió, dijo: “Qué extraño es que redescubramos lo<br />

evidente. Qué extraño es que no nos hayamos convertido todavía en adultos morales<br />

o psicológicos. Lo siento: me siguen sorprendiendo las crueldades indescriptibles<br />

de los seres humanos”.


34<br />

48<br />

84<br />

92<br />

68<br />

52<br />

72<br />

8o<br />

112<br />

62<br />

34. John Connolly, policial blanco<br />

48. De Santis / Sáenz Valiente, la génesis de El hipnotizador<br />

52. Andrés Di Tella, Piglia íntimo<br />

62. José Serebriér, una leyenda<br />

68. Ana María Shua, relatos mínimos<br />

72. Samanta Schweblin. Lo no dicho<br />

8o. Jorge Aulicino, el poder de la traducción<br />

84. Jorge Consiglio, realidad dura<br />

92. Romina Russell, ficción en símbolos<br />

112. Turismo: Venecia inolvidable


MISCELÁNEAS<br />

Aniversario<br />

A cincuenta años de La Menesunda<br />

de Marta Minujín, el Museo<br />

de Arte Moderno recreará en el<br />

primer piso del edificio la mítica<br />

obra La Menesunda según Marta<br />

Minujín, a partir del 8 de octubre.<br />

Luces de neón, cables, pedazos de<br />

acrílicos y paneles, entre otros elementos,<br />

darán vida a una obra que<br />

fue un hito en la historia del arte<br />

argentino y ahora se exhibirá durante<br />

cinco meses en el Museo de<br />

Arte Moderno para luego itinerar<br />

por el país. Incluso, el Museo de<br />

Arte Moderno (MOMA) de Nueva<br />

York tiene interés en cobijarlo en<br />

una de sus salas.<br />

Exhibiciones<br />

La Fundación Proa presenta dos exhibiciones que permanecerán<br />

hasta el 1° de noviembre. La primera: Forensis, del equipo<br />

de investigación multidisciplinario Forensic Architecture, especializado<br />

en relevar e investigar las circunstancias políticas y<br />

sociales en donde transcurren los conflictos contemporáneos.<br />

Retomando el concepto de foro, Forensis remite a un espacio<br />

en donde las personas se reúnen para participar conjuntamente<br />

de la vida pública. La exhibición da cuenta de este concepto e<br />

intenta poner a disposición del visitante la posibilidad de participar,<br />

como en el foro, en diversos y variados proyectos. Las imágenes<br />

de dominio público son satelitales, en 3D, videos y fotografías<br />

profesionales o de ciudadanos anónimos subidas a la web.<br />

Es posible porque es posible es la segunda exhibición del colectivo<br />

Raqs Media Collective, formado por los artistas Jeebesh<br />

Bagchi (1966), Mónica Narula (1969) y Shuddhabrata<br />

Sengupta (1968). Raqs ha centrado su trabajo en los últimos<br />

años hacia una perspectiva multidisciplinaria, combinando elementos<br />

de investigación, instalación y producción multimedia.<br />

Sus “proyectos” exploran múltiples conceptos como la globalización,<br />

la economía, la política, la literatura o los autoritarismos.<br />

Fotos: Oliver Santana (Raqs) / Laura Fiorio - Haus der Kulturen der Welt (Forensic)


D O S S I E R A N I V E R S A R I O<br />

2005 • 2015<br />

En nuestro décimo aniversario,<br />

un recorrido con<br />

las entrevistas más sobresalientes<br />

de nuestra publicación y<br />

con los acontecimientos culturales<br />

más importantes.<br />

o7


QUID 1 QUID 2 QUID 3 QUID 4<br />

El principal problema es el<br />

tabú de la lentitud. Nues-<br />

Lo único que me cansa de<br />

la escritura es estar<br />

sentada tantas horas. Ojalá<br />

se pudiera escribir caminando.<br />

Tengo momentos de<br />

frustración cuando compruebo<br />

que después de ocho<br />

horas de trabajo, no hay<br />

una sola página digna de<br />

preservarse, todas deben ir<br />

a la basura. Hay que hacer<br />

mil borradores.<br />

La familia pesa siempre,<br />

y como un piano. Mi<br />

padre era vasco, mi madre<br />

es polaca y me siento un<br />

poco y un poco, con cosas<br />

marcadas de los dos. Tengo<br />

la cabeza más dura que una<br />

roca y también soy<br />

muy expresiva…<br />

¡y muy rubia!<br />

Maitena<br />

Lo que pasa es que yo<br />

nunca subestimo al<br />

lector, es una regla que me<br />

puse desde el principio,<br />

porque odio que pase eso<br />

cuando el espectador o el<br />

lector soy yo. En la televisión<br />

se ve todo el tiempo,<br />

que está diluido para que<br />

sea más fácil. Yo no soy la<br />

persona más inteligente<br />

tra sociedad capitalista cree<br />

que hay que hacer y hacer<br />

rápido. Hay codicia y<br />

voracidad, pero, en el<br />

fondo, si fuéramos más<br />

lentamente, percibiríamos<br />

la incertidumbre y el vacío.<br />

Pero la incertidumbre y el<br />

vacío nos sirven para dar<br />

espacio a lo creativo, para<br />

ver qué anda bien y qué<br />

anda mal.<br />

Carl Honoré<br />

del mundo, entonces si me<br />

o8<br />

Isabel Allende<br />

rebajo va a quedar algo<br />

espantoso y muy barato.<br />

Liniers<br />

2005<br />

Libros.<br />

El código Da Vinci, después de dos años desde su primera<br />

edición, es un éxito de ventas. 25 millones de ejemplares<br />

alrededor del mundo traducidos a 40 idiomas.<br />

Cine.<br />

Tim Burton estrena Charlie y la fábrica de chocolate, basada<br />

en la novela de Roald Dahl.<br />

Ciencia.<br />

Se descubre el gen que desencadena en el cerebro el<br />

inicio de la pubertad.


QUID 5 QUID 6 QUID 7 QUID 8<br />

No fui madre porque no<br />

Los vínculos son frágiles,<br />

quise convertirme en una<br />

madre como la mía.<br />

y en las condiciones de<br />

cambio constante no<br />

No porque ella fuera una<br />

pueden esperar a que al-<br />

persona mala, de hecho<br />

me ha inspirado para<br />

cancen su duración natural.<br />

(…) Hace solo diez años,<br />

escribir. Ocurre que era<br />

la duración promedio del<br />

una madre extremadamente<br />

matrimonio era de siete<br />

protectora, que se alarmaba<br />

años. Hace dos años, esa<br />

Creo mucho en la<br />

autodisciplina, que es<br />

lo que me lleva a estar en el<br />

estudio todos los días desde<br />

temprano. Y si bien puedo<br />

tener las diferentes emociones<br />

cuando llegan las<br />

llamadas ‘musas’, lo seguro<br />

es que me hallarán con las<br />

manos en la masa (…).<br />

En cuanto al tinte de lo<br />

creativo, diré que frente a<br />

las teorías del color nunca<br />

olvido una frase de<br />

Picasso: ‘Cuando me falta<br />

azul, pongo rojo’.<br />

permanentemente sobre<br />

nuestro cuidado, temía<br />

siempre que nos enfermáramos.<br />

Su afán protector me<br />

irritaba mucho cuando era<br />

joven, y temí que mi hija<br />

me odiara cuando cumpliera<br />

los 12 años.<br />

Amy Tan<br />

No hay nada peor que<br />

terminar una película. El<br />

día en que cierro la edición<br />

me sobreviene un vacío,<br />

una depresión que no sé con<br />

qué llenar. Recuerdo que<br />

en La película del rey seguí<br />

editando hasta en la copia<br />

final, con la película ya estrenada.<br />

Y aprendí que a<br />

las cosas hay que dejarlas ir.<br />

Que hace falta enfrentar<br />

el desafío de algo nuevo en<br />

lugar de obstinarse en continuar<br />

lo que está terminado.<br />

duración se había reducido<br />

a 18 meses. El amor parece<br />

ser la primera víctima<br />

de la modernidad líquida,<br />

pero al mismo tiempo todos<br />

lo necesitamos y buscamos<br />

más que nunca.<br />

Zygmunt Bauman<br />

o9<br />

Pérez Celis<br />

(Trivia: La creatividad<br />

y su manifestación)<br />

Carlos Sorín<br />

Harold Pinter<br />

recibe el<br />

Premio Nobel<br />

de Literatura.<br />

2006<br />

Libros.<br />

Matemática... ¿estás ahí?,<br />

de Adrián Paenza, resultó el libro<br />

más vendido del año.


QUID 9 QUID 10 QUID 11 QUID 12<br />

Las palabras son vehículos<br />

También en el presente,<br />

que reciben y transmiten<br />

en lo que se está viviendo,<br />

en varios sentidos. Cuando<br />

uno coloca una determinada<br />

palabra en el papel, esa<br />

palabra no solo está<br />

condicionada por su signi-<br />

hay una conciencia de<br />

nostalgia, o por lo menos<br />

puede haberla. Me refiero<br />

a la inmediatez de aquello<br />

que está ahí delante de los<br />

ficado, sino que cobra una<br />

ojos y que, al mismo tiempo<br />

1o<br />

Yo fui una adelantada al<br />

tiempo. Describí cómo se<br />

vive ahora, pero no cómo<br />

se vivía en aquel momento,<br />

con una gran represión, y<br />

bueno, creo que fue una<br />

educación muy apropiada.<br />

Me alegro de haber tenido<br />

la educación que tuve. Lo<br />

que en otros países tardaron<br />

diez años, veinte años<br />

en llegar a esto, nosotros lo<br />

hicimos a todo correr.<br />

Eso siempre es peligroso.<br />

Porque haces lo que no<br />

nueva vida en relación a<br />

las otras. Tiene algo que<br />

ver con el magnetismo:<br />

es una fuerza que atrae y<br />

repele a la vez, adquiere<br />

una calidad mucho mayor<br />

que supera el contenido del<br />

significado.<br />

Jean Le Clèzio<br />

La hija de Keops es la historia<br />

más feliz que escribí.<br />

A pesar de que era muy<br />

desdichado en ese momento,<br />

fíjese que era verano,<br />

hacía calor, y yo sufría.<br />

Me acababa de dejar una<br />

chica que adoraba. Pero son<br />

esas cosas de los escritores:<br />

dejamos de lado la desgracia<br />

y no arruinamos<br />

una historia<br />

feliz porque a nosotros nos<br />

vaya para la mierda.<br />

que se ofrece vivo y presente,<br />

ya revela su carácter<br />

fugitivo. También se<br />

escribe para detener algo<br />

en el tiempo, para rescatar<br />

algo de esa fuga.<br />

Antonio Dal Masetto<br />

tenéis que hacer.”<br />

Alberto Laiseca<br />

Corín Tellado<br />

Arte.<br />

El museo de Bellas Artes, daba a conocer<br />

la noticia: Kiss Alive, obra de Dino Bruzzone<br />

expuesta en ArteBA, inauguraba las adquisiciones<br />

de la institución en el siglo XXI.<br />

Muhammad Yunus<br />

obtiene el Premio<br />

Nobel de la Paz.


QUID 13 QUID 14 QUID 15 QUID 16<br />

Amaba las canciones de<br />

Habría que enfrentarnos<br />

Elton John. Tengo una<br />

foto sosteniendo un disco<br />

de él, que me regalaron<br />

para Navidad. Tocaba el<br />

con el pasado. Porque<br />

esta narrativa de<br />

rechazo constante es una<br />

negación hacia nuestras<br />

piano con sus discos, y al<br />

raíces. Creo que para mí,<br />

mismo tiempo descubría<br />

las sociedades que son<br />

que podía improvisar y<br />

más sabias frente a los<br />

escuchar el swing. Ahora<br />

que soy su amiga, el y su<br />

cambios son aquellas que<br />

conocen muy bien su<br />

pareja, David Frinch,<br />

pasado.<br />

En realidad todos somos<br />

raras avis y no me gusta<br />

hablar de cierta<br />

generación, pero lo que<br />

sí es cierto es que fue un<br />

me burlan porque practico<br />

en un órgano, dicen que es<br />

cursi, que soy de la década<br />

del long play pero a mí no<br />

me importa.<br />

Sin duda, nacer rico o<br />

pobre es un factor<br />

en gran parte determinante<br />

del curso de la vida de una<br />

persona. Sin embargo,<br />

Naomi Klein<br />

momento raro en el que<br />

creo que lo interesante,<br />

nacimos y crecimos, quedamos<br />

como suspendidos,<br />

Diana Krall<br />

tanto en la vida como en<br />

la ficción, es ver cómo<br />

teníamos la ilusión de que<br />

los individuos lidian de<br />

iba a suceder algo después<br />

manera diferente con<br />

de la Dictadura y no, fue<br />

el destino.<br />

todo mal.<br />

Somos hijos del<br />

desconcierto que no perdimos<br />

el humor.<br />

Ken Follet<br />

11<br />

Fito Páez<br />

2007<br />

Series.<br />

La segunda temporada de Lost es el DVD más vendido.<br />

Arte.<br />

Se celebró Pinta, primera feria de arte latinoamericano de Nueva York.<br />

A Pinta Eduardo Costantini, fundador del MALBA, le compró tres fotografías<br />

de Marta Minujin, que son el registro de una performance de 1985,<br />

cuando ella le propuso a Andy Warhol pagar la deuda externa con maíz.<br />

Ciencia.<br />

Las investigaciones acerca del genoma humano determinaron que hay<br />

más diferencias entre un individuo y otro de lo que la ciencia suponía.


QUID 17 QUID 18 QUID 19 QUID 20<br />

El ‘olfato’ mejora siempre y<br />

Yo no creo que la muerte<br />

uno incorpora otras<br />

percepciones, principalmente<br />

mientras se<br />

traiga la trascendencia,<br />

creo que la vida es algo más<br />

próximo y que la vida<br />

encuentre en una situación<br />

de voluntad creativa, ajena<br />

al tedio, y sin pretender<br />

eterna es algo que hay que<br />

ganarse. Ganárselo para<br />

uno, lo que uno hace, la<br />

que el ego desvíe su intui-<br />

memoria que uno va dejan-<br />

ción, y uno termine por<br />

do en los otros, aparte de la<br />

creerse trascendente. Esto<br />

memoria que se va con uno<br />

12<br />

Leí y escuché mil veces que<br />

la pobreza disminuye en<br />

el mundo, que la guerra<br />

contra la pobreza es todo<br />

un éxito. Pero el año pasado<br />

los expertos mejor pagados<br />

del mundo, del Banco Mundial<br />

y otros organismos filantrópicos,<br />

reconocieron<br />

que han sufrido un error de<br />

cálculo. Confesaron que los<br />

indigentes suman quinientos<br />

millones más que los<br />

registrados en los informes<br />

internacionales. Pavada de<br />

error.<br />

es el peor enemigo<br />

del músico.<br />

Luis Alberto Spinetta<br />

Tenemos que entender que<br />

la actual es una<br />

crisis que no tiene nada de<br />

nuevo ni de excepcional. Lo<br />

importante para los gobiernos<br />

es no cometer errores<br />

como los que se cometieron<br />

en 1930, por ejemplo. En<br />

aquel año hubo una crisis<br />

bursátil que se convirtió<br />

en depresión mundial<br />

porque los gobiernos<br />

cometieron errores que<br />

transformaron la crisis en<br />

depresión.<br />

mismo. La vida puede ser<br />

un purgatorio pero depende<br />

de las expectativas, tu<br />

vida puede no ser el purgatorio<br />

sino algo mucho<br />

más rico.<br />

Tomás Eloy Martínez<br />

Eduardo Galeano<br />

Guy Sorman<br />

Doris Lessing,<br />

Premio Nobel de<br />

Literatura.<br />

2008<br />

Música.<br />

El más vendido del año,<br />

Me verás volver - gira 2007,<br />

de Soda Stereo.


QUID 21 QUID 22 QUID 23 QUID 24<br />

La visión que el mundo<br />

Creo que lo único útil de<br />

occidental tiene de África<br />

ser conocido como actor<br />

me rebela. Por ejemplo,<br />

de cine es que asisten más<br />

los africanos pobres nada<br />

tienen que ver con la crisis<br />

global, aunque sufren las<br />

personas a los eventos en<br />

los que leo poesía.<br />

Aparte, creo que el mundo<br />

peores consecuencias. En<br />

de Hollywood (tanto el esta-<br />

buena medida esto también<br />

dounidense como el<br />

es responsabilidad de los<br />

medios, que manipulan<br />

‘Hollywood’ que uno encuentra<br />

en todas las indus-<br />

Me atraen más que nada<br />

las personas que ven lo<br />

que lo s rodea con una<br />

sensibilidad parecida a<br />

la mía, las personas que,<br />

las imágenes sobre África:<br />

siempre describen cómo<br />

la gente muere, pero nunca<br />

se dice nada acerca de<br />

cómo se come, se ama,<br />

se vive allí.<br />

El mal es el conjunto de las<br />

cosas mal hechas y el bien<br />

es el conjunto de las<br />

cosas bien hechas. Eso quiere<br />

decir que en el mundo<br />

humano, en la humanidad<br />

trias cinematográficas del<br />

mundo) no se mezcla bien<br />

con la verdadera poesía.<br />

Viggo Mortensen<br />

si bien pueden llevar una<br />

previa a estos siete mil años<br />

vida convencional, no son<br />

ciegas frente a los velamien-<br />

Henning Mankell<br />

de civilización urbana y<br />

mercantil lo siniestro ya<br />

tos culturales, sociales o<br />

existía. Yo creo que eco-<br />

políticos que se ejercen so-<br />

nómicamente y tecnológi-<br />

bre la realidad. Por decirlo<br />

camente vamos hacia una<br />

más poética o visualmente,<br />

forma rara del colapso. Yo<br />

me gustan los que miran alrededor<br />

entrecerrando<br />

los ojos para discernir.<br />

siempre digo que el proyecto<br />

no es el socialismo sino el<br />

neolítico.<br />

13<br />

Diego Capusotto<br />

Rodolfo Fogwill<br />

Cine.<br />

Se estrena El curioso caso de<br />

Benjamin Button, de David Fincher,<br />

basada en la novela de<br />

Scott Fitzgerald.<br />

Ciencia.<br />

Se crea el primer genoma artificial<br />

a partir de una bacteria.<br />

Jean-Marie Gustave Le Clézio<br />

es premiado con el Nobel<br />

de Literatura.


QUID 25 QUID 26 QUID 27 QUID 28<br />

Cuando improviso<br />

debo tener una gran<br />

conexión entre lo que<br />

escribí y los espacios que<br />

tengo como para volar.<br />

He trabajado durante años<br />

con todo tipo de músicos,<br />

pero ahora, cuando estoy<br />

en el estudio o en el escenario,<br />

rodeado de todos esos<br />

Si estuviera al borde de<br />

la muerte habría personas a<br />

las que me dolería dejar. Si<br />

no tuviera a esas personas<br />

sería para mí más difícil<br />

seguir viviendo. Es una<br />

razón, un impedimento<br />

para que le ponga fin a la<br />

vida, que estén ellos. Por lo<br />

demás también puedo<br />

14<br />

El libro en papel seguirá<br />

existiendo porque es<br />

un diseño que está muy<br />

aceptado. Cuando yo era<br />

joven decían que se había<br />

acabado el teatro porque la<br />

gente iba a ver todo en cine<br />

y fue así. Lo mismo pasa<br />

con la poesía, que se sigue<br />

editando. Seguirá habiendo<br />

libros tradicionales y<br />

las nuevas técnicas tienen<br />

también grandes ventajas.<br />

Es fantástico que un autor<br />

importante esté en<br />

instrumentos y aparatos,<br />

todo depende de mí,<br />

todo sale de mis dedos.<br />

Pat Metheny<br />

La emisión de la voz es<br />

un pensamiento no en términos<br />

lógicos sino que además<br />

interviene una especie<br />

de memoria geográfica,<br />

cultural o política. (…)<br />

En el canto, la sonrisa,<br />

la emoción y la boca, esa<br />

cavidad enigmática del<br />

rostro por donde transitan<br />

los sonidos, provocan esa<br />

sonoridad que va más<br />

allá de una técnica.<br />

llenar el tiempo vacío<br />

haciendo travesuras<br />

y cosas, escribiendo, por<br />

ejemplo, estos libros.<br />

Fernando Vallejo<br />

Internet.<br />

Liliana Herrero<br />

Esther Tusquets<br />

2009<br />

Libros.<br />

El Secreto, de Rhonda Byrne resultó el libro más vendido del año. En el mundo<br />

lleva vendidos 19 millones de ejemplares. En nuestro país, 400.000.<br />

Música.<br />

Cantora recibe el Premio Grammy Latino al Álbum Folclórico. Fue el último<br />

proyecto de Mercedes Sosa y fue la placa más vendida del año.<br />

Ciencia.<br />

Se da a conocer la edad del esqueleto hallado en África: Ardipithecus ramidus<br />

(apodado Ardi). Es mujer, etíope, medía 1,20 metros y vivió hace 4,4 millones de<br />

años.


QUID 29 QUID 30 QUID 31 QUID 32<br />

Mi papá era mecánico y<br />

Escribo para mí. Es así desde<br />

el comienzo. La literatura<br />

que tiene una tarea,<br />

un mandato y que se define<br />

por este, corre generalmente<br />

el peligro de caer en lo<br />

mi mamá ama de casa<br />

y tejedora. Mi vínculo<br />

con ellos fue maravilloso.<br />

Cuando escribo están presentes<br />

pero de una manera<br />

abstracta. Es muy ingenuo<br />

contarlo así pero imaginate<br />

a tu hijo: todo ese amor que<br />

te provoca y tu deseo de<br />

que sea feliz. Tu deseo como<br />

fuerza, tu amor hecho<br />

piel. De esta manera los<br />

tengo presentes.<br />

Cuando escribo trato de<br />

olvidarme de mi formación<br />

psicoanalítica. Llegué<br />

al psicoanálisis como un<br />

neurótico que no encontraba<br />

ninguna puerta en<br />

Los sueños son materia<br />

constitutiva de la narrativa<br />

a veces más inherente,<br />

a veces más explícita.<br />

Uno encuentra muchas piezas<br />

oníricas en una novela.<br />

Las percibe cuando,<br />

de pronto, se pregunta<br />

‘y esto ¿qué es? ¿por qué lo<br />

puse?’<br />

Federico Andahazi<br />

pedante, por consiguiente,<br />

en lo ideológico. Solo la<br />

Luis María Pescetti<br />

la vida. Llegué porque era<br />

mi última esperanza de<br />

sorpresa de lo urgente,<br />

supervivencia. Y me ha ido<br />

como una densa poética,<br />

bien. Sigo siendo un neuró-<br />

puede despertar al lector en<br />

tico pero soy un neurótico<br />

un texto. Y esto no se da de<br />

funcional (…). Mi interés<br />

manera directa como<br />

por la historia se ha dado<br />

un cumplimiento de<br />

deberes. Piense en<br />

Celan o en Lorca.<br />

como un historiador silvestre.<br />

Por eso, básicamente,<br />

soy un escritor.<br />

15<br />

Herta Müller<br />

Pacho O’Donnell<br />

Herta Muller<br />

es premiada con el<br />

Nobel de Literatura.<br />

2010<br />

Libros.<br />

Comer, rezar, amar,<br />

de Elizabeth Gilbert, se convierte<br />

en un suceso editorial<br />

con seis millones de ejemplares<br />

vendidos sólo en Estados<br />

Unidos y traducido a 30<br />

idiomas. Se estrena la versión<br />

cinematográfica, protagonizada<br />

por Julia Roberts,


QUID 33 QUID 34 QUID 35 QUID 36<br />

Veo que el vínculo con<br />

el afuera cada vez es más<br />

escueto, es como una<br />

góndola, y bueno, si vos<br />

entrás en este supermer-<br />

Me da vergüenza decir<br />

que no recuerdo dónde<br />

estaba yo cuando me enteré<br />

de que John Lennon<br />

había sido asesinado, pero<br />

sí recuerdo donde estaba<br />

cuando escuché que<br />

Muddy Waters<br />

había muerto. Estaba<br />

conduciendo mi auto y tuve<br />

esta reacción terriblemente<br />

egoísta, ya que pensé:<br />

‘Ahora no voy a poder escucharlo<br />

nunca más en vivo’.<br />

Cuando uno da un paso<br />

adelante en la conciencia,<br />

es difícil volver atrás,<br />

uno elige, además, porque<br />

Pienso que la percepción es<br />

creativa y activa, no pasiva.<br />

A las cosas que vemos<br />

les aportamos un mundo<br />

que hemos aprendido a<br />

percibir previamente (…).<br />

Pienso que el recuerdo<br />

y la imaginación están<br />

estrechamente ligados. Ninguno<br />

de los dos es parte del<br />

aquí y ahora, sino que están<br />

siempre en cualquier otra<br />

parte. Ambos son formas<br />

de ficción.<br />

cado elegís por el sabor o<br />

el examen de conciencia es<br />

la parafernalia que se ha<br />

armado. El llamado sentido<br />

Hugh Laurie<br />

con vos mismo. Luego eso<br />

lo llevás a la práctica y al<br />

Siri Hustvedt<br />

común es tan obvio, tan<br />

avasallador y tan estú-<br />

abrir los ojos percibís que<br />

todo está más cerca, que<br />

pido… La contracultura<br />

hay una conexión con<br />

también está dentro de ese<br />

la sociedad en su conjunto.<br />

supermercado, el discurso<br />

También como padre me<br />

la absorbió. El único que<br />

interesa lo que les damos a<br />

viene zafando y por eso<br />

nuestros hijos.<br />

16<br />

lo admiro y lo respeto es<br />

Capusotto.<br />

Martiniano Molina<br />

Joaquín Furriel<br />

Cine.<br />

El secreto de sus ojos,<br />

de José Luis Campanella, es<br />

premiada con el Oscar a<br />

la Mejor Película Extranjera.<br />

Mario Vargas Llosa<br />

recibe el Premio<br />

Nobel de Literatura.<br />

Tecnología.<br />

Se crea la televisión 3D.


QUID 37 QUID 38 QUID 39 QUID 40<br />

Para nada me considero<br />

una mujer fatal. Hice 33<br />

La melancolía es como la<br />

tristeza pero con encanto.<br />

Por eso es que siempre hay<br />

una cuestión de mercado,<br />

ideológica o política<br />

de llevar la tristeza a la<br />

melancolía, ya sea con<br />

medicación, con autoconvencimiento<br />

o con autoayuda<br />

que siempre viene de<br />

afuera, obviamente. No<br />

hay que tenerle miedo a la<br />

tristeza, ‘lo que te da terror<br />

te define mejor’.<br />

películas de mujer perseguida<br />

por los hombres, pero lo<br />

mío fue un rol (…). Gracias<br />

a Dios la gente me quiso,<br />

me quiere y todo aquello<br />

fue muy lindo. Pero hoy en<br />

día, la nueva generación<br />

de chicos me llama Coca,<br />

me conoce a través de sus<br />

padres, o porque ha visto<br />

alguna película, pero no<br />

como mito.<br />

Isabel Sarli<br />

Estamos en la etapa del yo.<br />

Y después de un siglo<br />

marcado por Freud,<br />

estamos en la etapa en la<br />

que se cree la descabellada<br />

hipótesis de que el yo puede<br />

ser mostrado de manera<br />

transparente. Cuando yo<br />

digo ‘yo’, digo yo y no sé<br />

(…). Mi yo está constituido<br />

en la desconfianza de<br />

sí mismo. No tengo un<br />

yo pleno.<br />

Uno ha visto pasar la<br />

prensa, la radio, el cine,<br />

la televisión y los medios<br />

nuevos, pero la novela<br />

pervive, ¿Por qué pervive?<br />

Pervive porque la<br />

novela dice lo que<br />

no puede decirse de otra<br />

manera.<br />

Carlos Fuentes<br />

17<br />

Beatriz Sarlo<br />

Gabo Ferro<br />

2011<br />

Libros.<br />

El cuaderno de Maya, de Isabel Allende, es el libro más vendido del año en<br />

Argentina.<br />

Danza.<br />

Se estrena Pina, de Wim Wenders, un documental alemán sobre la coreógrafa<br />

de danza contemporánea Pina Bausch.<br />

Arte.<br />

Por primera vez llegan a la Argentina las obras de la gran escultora<br />

Bourgeois. La muestra se llamó Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido<br />

y tuvo lugar en la Fundación Proa.


QUID 41 QUID 42 QUID 43 QUID 44<br />

Es entretenido pensar en<br />

distintos ángulos para<br />

analizar las cosas. La tarea<br />

de un docente y comunicador<br />

es sumar preguntas<br />

más que dar respuestas.<br />

Si logro pulsar la cuerda de<br />

la curiosidad me doy por<br />

satisfecho. Todo el tiempo<br />

La ficción ayuda a pensar.<br />

Ayuda a los escritores a<br />

muchas cosas, pero también<br />

a decir lo que no necesariamente<br />

uno comprende;<br />

cada personaje puede tener<br />

su visión del mundo, como<br />

sucede en la vida. La ficción<br />

permite experimentar con<br />

Vivo en una democracia que<br />

se fundó a sí misma desde la<br />

nada en 1977, sin reconocerse<br />

en ninguna tradición<br />

más allá de su propia<br />

soberbia, la autocomplacencia<br />

de quienes decidieron<br />

que no le debían nada a<br />

nadie. Y eso fue mentira, fue<br />

una injusticia, una estupi-<br />

estamos buscando estrategias,<br />

desde el momento<br />

en que esperamos para<br />

cruzar la calle y hacemos<br />

estrategias para ganar,<br />

porque si nos gana el vehículo<br />

que viene por la calle,<br />

nos va la vida en eso.<br />

Adrián Paenza<br />

A mí me resulta atractivo<br />

trabajar la tensión que se<br />

establece entre ciertas zonas<br />

marginales y el resto de la<br />

ciudad: lo urbano y<br />

lo suburbano, el lugar del<br />

que es uno y al que va uno<br />

sin pertenecer a ese lugar.<br />

Es una constante en la ma-<br />

esas diferencias. Borges<br />

hizo posible este trabajo en<br />

el que muchas ideas eran<br />

usadas ficcionalmente.<br />

La creación de ficciones a<br />

partir de ideas filosóficas.<br />

Ricardo Piglia<br />

dez y además, y sobre todo,<br />

yoría de mis libros, me gus-<br />

fue un error gravísimo.<br />

ta que eso se exprese como<br />

La democracia española<br />

un conflicto no explícito,<br />

18<br />

arrastra la debilidad que<br />

le otorga su deliberada<br />

desmemoria.<br />

no dicho.<br />

Sergio Olguín<br />

Almudena Grandes<br />

Tomas Tranströmer<br />

recibe el Premio<br />

Nobel de Literatura.<br />

2012<br />

Libros.<br />

Encuentros, de Gabriel Rolón,<br />

es el libro más vendido<br />

del año.


QUID 45 QUID 46 QUID 47 QUID 48<br />

El motivo por el que escribo<br />

No es tan importante lo que<br />

ficción hay que buscarlo<br />

en el tiempo en que<br />

vivimos. La novela se ha<br />

te suceda en la vida, sino<br />

la forma en que ves o<br />

enfocas esos aconteci-<br />

desarrollado de tal modo<br />

mientos. Lo que quieres<br />

que se ha hecho un género<br />

desarrollar no es un banco<br />

muy libre, proteico, que<br />

de experiencias, sino la<br />

permite jugar con toda<br />

clase de variantes y formas<br />

para apresar el presente.<br />

conciencia que te ayude a<br />

interpretar lo que te<br />

sucede a ti y al mundo,<br />

Creo haber tenido<br />

suerte: estuve en el lugar<br />

justo a la hora justa. Será<br />

porque no tengo hambre<br />

pero nunca me importó el<br />

dinero, sino que todo lo que<br />

hice fue por vocación.<br />

Y cuando me pudrí me<br />

puse una productora que<br />

Hoy en día, la novela es el<br />

único género literario que<br />

está visible, disponible<br />

al público. De haber vivido<br />

un siglo antes, probablemente<br />

habría escrito poesía.<br />

Jean-Philippe Toussaint<br />

Creo que la única razón por<br />

la que estamos en este<br />

maldito mundo tan difícil,<br />

tan feo, tan duro es que<br />

nos da oportunidades de<br />

practicar la gracia de la<br />

compasión. Esa magia.<br />

Y es muy difícil tener<br />

compasión cuando estás<br />

y explicarlo de una forma<br />

dramática y convincente<br />

a la vez. Lo que se desarrolla<br />

con las vivencias es la<br />

conciencia del escritor.<br />

Tobías Wolff<br />

vendí tres meses antes de<br />

pasando hambre, cuando<br />

que el mundo se cayera a<br />

la familia está medio loca,<br />

pedazos. Y cuando me fui<br />

cuando no te va bien en la<br />

de la tele no me quedé con<br />

vida. Pero, ¿sabes qué, mi<br />

dudas. Esto también va a<br />

ser finito. Y después haré<br />

otra cosa.<br />

negra? No hay otra opción.<br />

19<br />

Junot Díaz<br />

Mario Pergolini<br />

Arte.<br />

El artista plástico<br />

mendocino Luis Scafati<br />

gana el Premio Konex<br />

de Ilustración.<br />

Mo Yan<br />

es el flamante Premio<br />

Nobel de Literatura.<br />

Tecnología.<br />

Dos sistemas de control<br />

son lanzados al mercado: el radar que puede atravesar<br />

una pared (desarrollado por el MIT) y el escáner de<br />

retina portátil.


QUID 49 QUID 50 QUID 51 QUID 52<br />

Esperé bastante antes de<br />

atreverme con conceptos<br />

‘grandes’, como la libertad,<br />

Formo parte de la última<br />

generación de escritores<br />

creyentes literarios<br />

la prisión, la ausencia…<br />

porque la literatura nunca<br />

A veces embarcarse en una<br />

fue para nosotros un medio<br />

temporada de grabaciones<br />

sino un fin absorbente,<br />

es ir hacia la deriva; los<br />

exclusivo, que sobrevivió a<br />

músicos le damos la vida<br />

todo y que nos formó, nos<br />

a esto. Pasa el amor, pasa<br />

esculpió, nos permitió (mal)<br />

2o<br />

Nadie que pretenda ser<br />

editor puede estar exento de<br />

correr riesgos. Es inevitable.<br />

Hay muchísimos que<br />

me hubiese gustado publicar<br />

y no pude. Y no solo en<br />

la primera etapa, donde los<br />

recursos económicos eran<br />

limitados, sino también<br />

ahora. Hay subastas para<br />

comprar los derechos de<br />

determinados autores, pero<br />

no nos gusta entrar en ese<br />

tipo de competencias, y<br />

a veces por ello te quedas<br />

sin la posibilidad<br />

de publicar a un autor.<br />

la soledad, pasa la risa…<br />

Algunas veces, sentarme a<br />

componer es ir hacia el centro<br />

mismo de la tormenta,<br />

a veces buscamos en la profundidad<br />

de nosotros y ese<br />

es un abismo peligroso.<br />

Andrés Calamaro<br />

La paranoia empieza cuando<br />

perdemos el control de<br />

la defensa natural: todos<br />

se vuelven enemigos, todo<br />

es conspiración Ya sea en el<br />

inconsciente personal como<br />

en el colectivo, la función<br />

de la sospecha en sí misma<br />

resulta necesaria, como<br />

dio Woody Allen, hasta<br />

los paranoicos también<br />

tienen enemigos.<br />

Luigi Zoja<br />

entender el mundo, guió<br />

nuestras decisiones vitales.<br />

Sabemos que no hay garantías<br />

en el mundo, pero la<br />

literatura es quizás la que<br />

más se acerca.<br />

Alan Pauls<br />

Beatriz de Moura<br />

2013<br />

Libros.<br />

Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James, sobrepasa todas las<br />

expectativas de venta: 31 millones de ejemplares en todo el mundo.<br />

Arte.<br />

La muestra de Yayoi Kusama en el Museo de Arte Latinoamericano<br />

de Buenos Aires (MALBA), recibió 200.000 visitas en 73 días. Un<br />

promedio de 5.000 visitas diarias.<br />

Ciencia.<br />

La sonda Voyager abandona el Sistema Solar y se adentra en el<br />

inexplorado espacio exterior.


QUID 53 QUID 54 QUID 55 QUID 56<br />

No me doy cuenta cuándo<br />

Las desigualdades de hoy<br />

he captado a nadie, a me-<br />

son tanto de patrimonio,<br />

nos que alguien me lo diga.<br />

como culturales y simbóli-<br />

No lo sé. Solo sé que debo<br />

cas (…). Esto lleva a una<br />

atrapar al lector –sobre<br />

construcción de desigual-<br />

todo, al principio–, para<br />

dad que en algún sentido es<br />

conducirlo hasta un terri-<br />

más dura para el que pierde<br />

torio muy raro y extraño.<br />

que la anterior [la del siglo<br />

Si no logras atraparlo en la<br />

XIX], porque en general en<br />

El diario se escribe en voz<br />

baja, en tanto que las<br />

memorias se escriben en<br />

voz alta, casi que se gritan.<br />

En el diario figura algo que<br />

uno no se anima a revelar<br />

del todo, por eso faltan<br />

primera línea, lo más probable<br />

es que no te lean.<br />

Y si no te leen, no tiene<br />

ningún sentido haber<br />

dicho nada.<br />

Enrique Vila-Matas<br />

Mi paso por el Parlamento<br />

europeo me cambió<br />

la perspectiva hacia un<br />

ideal de una Europa más<br />

multipolar. La unificación,<br />

que siempre ha sido<br />

este nuevo mundo desigual<br />

los ganadores pretenden<br />

que es por sus propios<br />

méritos que son ganadores,<br />

un fenómeno que produce<br />

una fuerte presión sobre<br />

los perdedores.<br />

tantas cosas. Lo esencial<br />

no está en el diario por<br />

que no necesita ser escrito:<br />

un ideal porque la paz<br />

requiere que vivamos todos<br />

juntos, ya no es más algo<br />

Thomas Piketty<br />

lo que necesita ser escrito es<br />

en lo que crea, creo que si<br />

lo que suscitó ese hecho. En<br />

seguimos avanzando en esa<br />

la memoria se escribe para<br />

recordar; en tanto que<br />

en el diario se escribe para<br />

olvidar.<br />

dirección es porque ayuda<br />

a la dominación, al capital,<br />

porque desde la unificación<br />

es más fácil dominar.<br />

21<br />

Abelardo Castillo<br />

Gianni Vattimo<br />

Alice Munro<br />

recibe el Premio Nobel<br />

de Literatura.<br />

2014<br />

Música.<br />

Gira mi canción, de<br />

Violetta fue la quinta<br />

banda sonora de la serie<br />

de televisión de Disney<br />

Channel y se convirtió<br />

en la placa más vendida<br />

del año.


QUID 57 QUID 58 QUID 59<br />

22<br />

Yo empecé a ordenar,<br />

cuando empecé a escribir,<br />

cuando pude escribir<br />

desordenadamente lo que<br />

pensaba que era algo ordenado<br />

y pude ver que eso<br />

era un caos y que era el<br />

reflejo de mi vida. Entonces,<br />

cuando escribí el<br />

segundo borrador de ese<br />

caos y lo organicé, sin<br />

darme cuente, empecé a<br />

organizar mi vida.<br />

La vida es eso que transcurre<br />

a la deriva. Todas<br />

las decisiones las tomamos<br />

así, sin una certeza definitiva,<br />

resignados a dejarnos<br />

llevar por imprevistos o malas<br />

elecciones (…). Debemos<br />

agradecer que esto sea así:<br />

basta con imaginar lo que<br />

serían nuestros destinos si<br />

estuvieran por completo<br />

en nuestras manos. Ante el<br />

accidente que es la vida, andar<br />

a la deriva nos protege<br />

de estar decidiendo por<br />

nosotros mismos.<br />

John Banville<br />

Creo que es muy difícil<br />

amar lo desconocido.<br />

Es por eso que siendo muy<br />

chica, primero en mi pueblo<br />

y luego ya con las giras, el<br />

país entero me hizo entender<br />

que nuestra música no<br />

se escucha, no se analiza,<br />

simplemente se vive.<br />

Andando el río se siente el<br />

chamamé.<br />

Soledad Pastorutti<br />

Pablo Ramos<br />

Arte.<br />

Triple Elvis, de Andy Warhol, se subastó por<br />

81,9 millones de dólares en Christie’s de Nueva<br />

York.<br />

Patrick Modiano,<br />

Premio Nobel de<br />

Literatura.<br />

Ciencia.<br />

Se pudo manipular los recuerdos en ratones.<br />

La técnica se basa en la posibilidad de utilizar<br />

la luz para activar y desactivar genes específicos,<br />

a modo de interruptor.


2005<br />

23<br />

2015<br />

2015<br />

Arte.<br />

El 24 de enero Cai Guo-Qiang, uno<br />

de los artistas más creativos de<br />

la contemporaneidad y el máximo<br />

creador de fuegos artificiales a<br />

nivel mundial presentó La Vida es<br />

una Milonga: Tango en fuegos artificiales<br />

para Argentina, el primer<br />

evento y obra de arte efímera que<br />

el artista realizó en Sudamérica.<br />

Svetlana Alexievich<br />

es galardonada con el<br />

Premio Nobel de<br />

Literatura.


Nota<br />

de tapa<br />

24<br />

Somos nuestra memoria,<br />

somos ese quimérico museo de formas inconstantes,<br />

ese montón de espejos rotos.<br />

Jorge Luis Borges<br />

LARGO y SINUOSO<br />

POR Christian Kupchik*


Una de las obras más singulares del ya de por sí más que singular<br />

Georges Perec, fue una suerte de novela autobiográfica<br />

titulada W o recuerdos de la infancia, que se abría con la<br />

frase: “Yo no tuve recuerdos de infancia”. A partir de allí, Perec,<br />

que perdió a sus padres en Auschwitz, intenta reconstruir<br />

su pasado alternando los capítulos de su historia con otros<br />

dedicados a W., una isla fantástica de la antigüedad entregada<br />

por completo a la celebración de unos juegos que, como los<br />

olímpicos, tenían por fin destacar las destrezas físicas de los<br />

atletas. El contrapunto entre la memoria y los juegos no resulta<br />

ni tan ocioso ni tan arbitrario como se pretende: hay una<br />

dialéctica secreta que los recorre y los une, sin llegar a determinar<br />

si predomina una, en el intento por la recreación de las<br />

formas, o los otros, que animan la alteración del recuerdo en<br />

el laberíntico juego que implica la búsqueda de una salida a la<br />

llamada realidad.<br />

Friedrich Nietzsche se hizo cargo de esta energía dual<br />

cuando se detiene en la culpa y la expiación como actores<br />

de la materia de la moral sobre el “animal humano”. Para<br />

que funcione de acuerdo con los preceptos que indican que<br />

para que una moral pública y privada funcionen es necesario<br />

mantener a raya el olvido. Por eso, en palabras de Nietzsche,<br />

la cuestión fundamental de la moral está ligada a las deudas y<br />

las culpas.<br />

No es simplemente un juego de palabras (ojalá lo fuese).<br />

Vladimir Nabokov escribió Habla, memoria, un inusual<br />

libro de recuerdos autobiográficos –integrado por quince<br />

capítulos, la mayoría de los cuales fueron publicados como<br />

artículos en diferentes revistas estadounidenses– que abarcan<br />

el período de tiempo comprendido entre su nacimiento en<br />

1899 y su salida de Europa hacia Estados Unidos en 1940.<br />

Pero Nabokov no escribe unas memorias lineales, cronológicas,<br />

sino que en cada capítulo se demora en la descripción<br />

de diferentes episodios o personajes que todavía viven en su<br />

recuerdo pero a partir de pequeños detalles. Está escrito en<br />

primera persona, alternando descripciones, reflexiones y referencias<br />

al lector, en una búsqueda del tiempo perdido que,<br />

como él dice, puede ser estimulada aunque, en ocasiones, no<br />

coincidan la propia memoria y la ajena. El imperativo que<br />

determina al verbo que acompaña la memoria (“¡Habla!”) se<br />

impone sobre la voluntad de quien recuerda:<br />

“A medida que transcurría el tiempo y que la sombra<br />

de la historia, obra de locos, viciaba incluso la exactitud<br />

de los relojes de sol, anduvimos inquietamente<br />

de un lado a otro de Europa, y nos pareció que no éramos<br />

nosotros, sino aquellos jardines, los que estaban<br />

viajando.”<br />

“Se marca algo a fuego para que permanezca en la<br />

memoria: solo lo que no deja de hacer daño permanecerá.”<br />

En todo caso, no se ha resuelto la cuestión de si esa estricta<br />

mnemotecnia moral es tan exitosa en el “animal humano”<br />

como el autor exige. Para la misma época, en su escrito Más<br />

allá del bien y el mal, Nietzsche anota el siguiente aforismo:<br />

“‘Lo he hecho yo’, dice mi memoria. ‘No puedo haberlo<br />

hecho’, dice mi orgullo, y se mantiene implacable. Por<br />

fin, la memoria cede.”<br />

Con nostalgia por lo que en su momento no supo apreciar<br />

–tampoco sabía que lo iba a perder así, tan rápida y definitivamente–,<br />

Nabokov intenta recuperar colores, paisajes, olores,<br />

la propia lengua. Va sacando así el pasado a la luz, indudablemente,<br />

en un intento, si no de fijarlo, al menos de recuperarlo.<br />

Dice haber estado acariciando a lo largo de los años el<br />

dolor por “una hipertrofiada conciencia de infancia perdida”.<br />

Lo que la nostalgia hace con ella es otro asunto: posiblemente<br />

no retorna como un tiempo calcado de otro, sino maquillada<br />

por la experiencia y el deseo, falsificada si se quiere en su<br />

voluntad de ser. Pero no por ello queda invalidada. Todo lo<br />

contrario. Así lo entiende también Nabokov:<br />

25<br />

Como se puede comprobar, hay dos Nietzsches que operan<br />

sobre la cuestión: uno fomenta el arte del olvido, el otro pone<br />

límites a esa exigencia por razones morales. Los dos Nietzsches<br />

plantean la cuestión de la memoria y el olvido como una<br />

cuestión moral. De modo que no solo se trata de lo que podamos<br />

recordar sino también de lo que tenemos que recordar a<br />

toda costa y quizá, pero quizá no, debamos olvidar. Con arte<br />

o sin él. A esto se une la cuestión de si ejercemos algún poder<br />

sobre la memoria y el olvido, y en qué medida si aquello que<br />

con nuestra mejor voluntad queremos recordar u olvidar es<br />

algo que podemos de hecho recordar u olvidar.<br />

“Soy feliz testigo del supremo logro de la memoria,<br />

que es el de la magistral utilización que hace de las<br />

armonías innatas cuando recoge en sus repliegues las<br />

tonalidades suspendidas y errantes del pasado.”<br />

La memoria constituye así un elemento central de la identidad<br />

humana. Como afirma Samanta Schweblin en la entrevista<br />

publicada en este número: “Una persona que pierde<br />

la memoria ha perdido su ser”.<br />

No es que tengamos memoria, es que somos nuestra memoria.<br />

A veces adulterada por saludables saltos, pero también


26<br />

allí es posible encontrar una memoria personal y común. Con<br />

frecuencia, se atribuyen hechos, frases o recuerdos a determinadas<br />

personas que no son sus legítimos autores, pero en ellos<br />

tienen más consistencia “real” que en los auténticos creadores<br />

o protagonistas. El discurso ficcional, inevitablemente, está<br />

hecho también con esos retazos que superan las fronteras del<br />

autor y a la vez lo involucran. Samuel Taylor Coleridge<br />

afirmaba que “la fantasía no es otra cosa que un modo de memoria<br />

emancipado del orden del tiempo”.<br />

Tiempo y espacio literarios, así como muchos personajes,<br />

constituyen verdaderos universos que reconstruyen una memoria<br />

perdida. No obstante, la relación entre realidad, memoria<br />

y literatura es siempre conflictiva y dialéctica. Lo que<br />

recordamos nunca es exactamente la realidad y la literatura<br />

no es simplemente la transcripción de nuestros recuerdos,<br />

sino una recreación libre de ellos que construye una realidad<br />

nueva. En un pasaje de la gran novela Yo, el Supremo, de<br />

Augusto Roa Bastos, el dictador Francia le dicta a Patiño,<br />

el amanuense, sus memorias. En un momento se detiene y le<br />

pide a Patiño que le lea lo escrito. Cuando lo hace, Francia se<br />

da cuenta de que no es lo mismo: no hay coincidencias entre<br />

lo dictado y lo anotado. En un primer momento se enoja.<br />

Luego recapacita: “No te preocupes, Patiño. Lo copiado nunca<br />

es igual a lo que copia”. Así también opera la memoria.<br />

En cuanto a la memoria histórica, se ve cargada por la significación<br />

ética y política, y está relacionada además con las voces<br />

alternativas de los vencidos. Se trata, además, de un movimiento<br />

social cuyo empeño es recordar aquello que la historia<br />

oficial de los vencedores había condenado al olvido.<br />

Entre los múltiples canales que sirven para transmitir la memoria,<br />

los lugares y las marcas territoriales cumplen un rol<br />

fundamental. No solo tienen la función de evocar pasados<br />

y anudar sentidos, sino también de representar historias y<br />

activar luchas memoriales y políticas. Entre lo inconstante y<br />

lo perdurable, entre lo cotidiano y lo sagrado, los lugares en<br />

donde han ocurrido hechos de violencia extrema nos interpelan<br />

desde una materialidad que parece desafiar la voluntad<br />

represiva de borrar las huellas.<br />

De allí la necesidad de “hacer hablar” a los lugares. Uno<br />

de los más emblemáticos en este sentido ha sido el antiguo<br />

campo de concentración de Auschwitz. Aun habiendo sido el<br />

epicentro del horror, un lugar no habla por sí mismo. No es<br />

solo el peso de su historia el que hace de él un emblema, sino<br />

fundamentalmente las acciones específicas de emplazamiento<br />

de marcas que le dan al lugar su identidad y su posibilidad<br />

de transmitir la memoria. Ahora bien, tales acciones no se<br />

emprenden única ni necesariamente en el sitio mismo. En el<br />

caso de Auschwitz-Birkenau los testimonios que han circulado,<br />

el trabajo de los historiadores, la difusión de imágenes a<br />

través de los medios masivos de comunicación o la publicación<br />

de guías de turismo, han servido para “calificar” el lugar<br />

más allá de los relatos y objetos que alberga el museo instalado<br />

allí. A partir de todas esas narrativas y sus procesos de<br />

creación, circulación y recepción, el sitio se incorpora a una<br />

trama memorial, que es a la vez social, territorial, política e<br />

incluso –en el caso de Auschwitz– mediática y mercantil.<br />

En el film Llegaron los turistas (Robert Talheim, 2007),<br />

Sven, un joven alemán llega a Auschwitz para realizar trabajo<br />

voluntario a cambio de evitar el servicio militar. Una de sus<br />

tareas es cuidar a un viejo sobreviviente, Stanislaw Krzeminski,<br />

que a modo sintomático se la pasa arreglando las valijas<br />

de las víctimas de aquel período que aún restan en el museo.<br />

Este personaje, además de eso, daba su testimonio a los turistas<br />

que visitaban el museo. Una de las escenas más destacadas<br />

de la película está dada cuando este habla frente a los visitantes<br />

y la directora del museo lo interrumpe y no lo deja seguir.<br />

Las razones que ella da (no directamente a Krzeminski, sino<br />

al protagonista, Sven) es que su testimonio se hace demasiado<br />

largo y ello hace que pierda impacto. A su vez, los turistas<br />

cumplen con el rol que les encomienda la historia, esto es,<br />

mostrarse turbados por el dolor, antes de comprar los souvenirs<br />

y seguir con lo que resta de la excursión. La memoria, en<br />

este caso, es licuada por la “espectacularización” de la misma.<br />

Krzeminski restaura las valijas porque siente que es ese el lugar<br />

que tiene en el museo, como una especie de promesa y de<br />

reparo a las víctimas del holocausto. La empresa que maneja<br />

el centro turístico prefiere las valijas rotas, tal cual estaban y<br />

como han quedado desde el momento que tuvo lugar la tragedia.<br />

Reparar las valijas se transforma, como negra paradoja, en<br />

un daño al recuerdo del holocausto. Sin embargo Krzeminski<br />

es el único que realmente pertenece al lugar, único testigo de<br />

esa historia, el único que puede continuar la vida a partir de<br />

Auschwitz. La empresa prefiere conservar, no restaurar, puesto<br />

que es lo que permite que el espectáculo persista.<br />

Preservar la historia como espectáculo, o repararla al precio<br />

del olvido. Esa es la cuestión<br />

*<br />

ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía y<br />

editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron los<br />

títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay y Las huellas<br />

del río, todos en Editorial Planeta. También la antología En la vía - Relatos<br />

desde un tren y Relatos de París.


28<br />

El<br />

señalador<br />

LA REESCRITURA DE<br />

LOS RECUERDOS<br />

POR Maximiliano Tomas*<br />

Podrían producirse no una sino miles de<br />

columnas sobre la íntima relación que<br />

existe entre literatura y memoria, por<br />

la sencilla razón de que la memoria es,<br />

junto a su reverso vivo, la experiencia, la<br />

materia sustancial de la escritura. Vida y<br />

recuerdos. Vivir para contarla, como le<br />

gustaba a Gabriel García Márquez.<br />

Podría escribirse incluso, sin dificultad,<br />

una columna entera mencionando solo<br />

los títulos, uno al lado del otro, de los<br />

libros que se han concebido echando<br />

mano a la memoria, a su extravío, a su<br />

búsqueda. Sin necesidad de abrir la computadora<br />

vienen a la memoria (perdón:<br />

era una broma difícil de evitar) los siete<br />

tomos de En busca del tiempo perdido de<br />

Proust; el relato “Funes, el memorioso”<br />

de Jorge Luis Borges (o el apenas<br />

menos conocido “El puente sobre el<br />

Río del Búho”, de Ambrose Bierce);<br />

las Memorias de Adriano de Marguerite<br />

Yourcenar (la memoria como<br />

carta, legado, epístola); los casos clínicos<br />

de Oliver Sacks en El hombre que<br />

confundió a su mujer con un sombrero,<br />

donde a los protagonistas se les escurre<br />

el don de recordar; incluso las memorias<br />

de Vladimir Nabokov, tituladas,<br />

por supuesto, Habla, memoria. Sumen<br />

los libros que llevan la palabra que nos<br />

convoca en el título, agreguen si quieren<br />

todas las autobiografías, que no son otra<br />

cosa que un ejercicio extremo, engañoso<br />

y literario de la memoria: el listado sería<br />

interminable.<br />

Es por eso que en esta ocasión la dificultad<br />

radica en elegir un solo nombre, una<br />

sola obra o autor. Quedémonos entonces<br />

con una escritora cuyo nombre, por el<br />

momento, al menos en la Argentina, no<br />

resuena en el lector común, en parte porque<br />

sus relatos (porque la autora es cuentista)<br />

no llegan al país sino con cuentagotas,<br />

a pesar de que unos cuantos autores<br />

jóvenes la pongan en su radar de influencias<br />

a la hora de trazar historias breves.<br />

Nos referimos a Amy Hempel (Chicago,<br />

1951), de quien en español se pueden<br />

conseguir sus Cuentos completos editados<br />

en un solo volumen. Y nos quedamos con<br />

ella no solo porque nos cae bien (se sabe<br />

poco de su vida más allá de que trabajó<br />

como veterinaria, ama los perros, estudió<br />

periodismo y medicina forense, estuvo<br />

casada, tuvo algunos accidentes automovilísticos,<br />

fue alumna del taller del editor<br />

Gordon Lish y actualmente da clases<br />

de escritura en la Universidad de Nueva<br />

York y en Princeton) sino por el uso poco<br />

corriente que hace de los recuerdos (en<br />

fin, de la memoria) en dos de sus relatos<br />

más conocidos: “En el cementerio donde<br />

está enterrado Al Jonson” y “La cosecha”.<br />

El primero de los dos fue, valga la<br />

redundancia, el primero que escribió en<br />

su vida. La narradora visita a su mejor<br />

amiga en el hospital donde convalece<br />

por una enfermedad terminal. Pero esto<br />

no lo sabremos hasta el final del relato.<br />

“Cuéntame cosas que no me importe<br />

olvidar. Que sean banalidades. De lo<br />

contrario, déjalo”, le pide su amiga en la<br />

primera línea del cuento, y ella cumple<br />

con el pedido. La narración de esa visita,<br />

que se nos dice que probablemente sea<br />

la única o la última, avanza a través del<br />

relato de las experiencias vividas de a<br />

dos, de la memoria compartida. Cuando<br />

la amiga finalmente muere, el dolor se<br />

hace tan intenso que aquella frase del<br />

comienzo reverbera en su pensamiento:<br />

la conmoción no la deja recordar más que<br />

trivialidades.<br />

En “La cosecha” el ambiente donde<br />

transcurre la historia también es un<br />

hospital. Solo que esta vez es la protagonista<br />

la que está internada, y a través de<br />

los fragmentos de información que ella va<br />

soltando el lector se entera de que tuvo<br />

un accidente de autos muy grave, que<br />

salvó la pierna al costo de que le dieran<br />

cuatrocientos puntos, que jamás podrá<br />

volver a arrodillarse. Sí, conviene decir<br />

a esta altura que la obra de Hempel es<br />

de todo menos<br />

colorida, bulliciosa,<br />

optimista. No<br />

es que se regodee<br />

en la tristeza o la<br />

miseria: sencillamente<br />

las cosas<br />

están rotas, y los<br />

protagonistas asisten<br />

a ese caos de<br />

astillas y pequeños<br />

pedazos dispersos<br />

con la impasibilidad<br />

de un portero, sin decir mucho,<br />

dispuestos a recoger los fragmentos con<br />

una escoba y una pala.<br />

La lección magistral de “La cosecha” reside<br />

en que en la exacta mitad del relato la<br />

narradora se detiene y nos confiesa que<br />

en verdad nos está mintiendo. Que ella<br />

siempre adultera su memoria, para que<br />

las cosas sean más interesantes, o más<br />

verosímiles. “Cuando cuento la verdad<br />

omito muchos detalles. Me pasa lo mismo<br />

cuando escribo una historia”, dice, y<br />

vuelve sobre sus pasos y revisa cada uno<br />

de los datos que los crédulos lectores habíamos<br />

incorporado desde el comienzo.<br />

“La cosecha” es un relato sobre la pérdida<br />

y sobre la memoria, y al mismo tiempo<br />

una contundente clase sobre cómo se<br />

escriben y reescriben los recuerdos. Y de<br />

las razones para hacerlo<br />

* Editor literario, crítico y periodista cultural.


Curiosidades en<br />

INTERNET<br />

POR Lucila Rolón |<br />

@lupittar<br />

La única entrevista que dio Clarice<br />

Lispector, San Pablo, 1977.<br />

¿Cuántas versiones están buenas de<br />

“Salgan al sol”, la canción emblema del<br />

grupo Billy Bond y la Pesada? Todas<br />

están aquí.<br />

https://www.youtube.com/<br />

playlist?list=PLh3On5_YDz4Noh_<br />

aJbbP8YFQzCO94x7Es<br />

Seis películas de Alfred Hitchcock<br />

para ver online.<br />

Cientos de géneros musicales y sus sonidos<br />

en un mapa interactivo, que además<br />

presenta una playlist de Spotify.<br />

http://everynoise.com/engenremap.html<br />

#audio<br />

https://www.youtube.com/<br />

watch?v=w1zwGLBpULs<br />

Cómo preparar un perfecto guacamole<br />

en 30 segundos (video).<br />

https://www.youtube.com/<br />

watch?v=dRCoRKCQ0Tc<br />

30 palabras imposibles de traducir, ilustradas<br />

por la artista Anjana Iyer.<br />

Una conferencia de J. L. Borges acerca<br />

del budismo (audio).<br />

http://radiobuap.com/2015/04/<br />

recordamos-a-alfred-hitchckok/?utm_<br />

content=buffer8301a&utm_<br />

medium=social&utm_source=twitter.<br />

com&utm_campaign=buffer<br />

Un cuento online del poeta, periodista y<br />

ensayista Fabián Casas.<br />

http://laagenda.buenosaires.gob.ar/<br />

post/128358747280/la-estrategia-delba%C3%B1ero<br />

Mirá a Picasso pintando, en un video<br />

time lapse de 1975, dirigido por Henri-Georges<br />

Clouzot.<br />

http://prodavinci.com/2015/09/02/<br />

actualidad/audio-una-conferencia-dejorge-luis-borges-sobre-el-budismo/<br />

29<br />

La lista de libros favoritos de Patti<br />

Smith.<br />

http://onemorepost.com/untranslatablewords/<br />

http://www.openculture.com/2015/04/<br />

patti-smiths-list-of-favorite-books.html<br />

https://www.youtube.com/<br />

watch?v=gHlTvE-AI3Q


UNA MANERA DE OLVIDAR<br />

Opinión<br />

POR Lic. Gabriel Rolón<br />

3o<br />

Más recuerdos tengo yo solo<br />

que los que habrán tenido<br />

todos los hombres desde que<br />

el mundo es mundo.<br />

J. L. Borges<br />

Recordó haber sido una buena persona.<br />

Había nacido en la República Oriental<br />

del Uruguay, tenía diecinueve años y<br />

llevaba el apellido materno. Algunos<br />

decían que su padre era el médico inglés<br />

O’Connor; otros un domador de caballos<br />

de Salto. Ya se sabe que en los pueblos la<br />

gente siempre habla. No se comunicaba<br />

con nadie y tenía un extraño don: podía<br />

medir el tiempo sin ayuda de ningún elemento.<br />

Era común que corriera por las<br />

calles ante la burla de quienes, al verlo<br />

pasar, le preguntaban la hora. Sin embargo,<br />

luego del accidente todo cambió.<br />

Aquél caballo indómito modificó para<br />

siempre su destino. Ahora es incapaz de<br />

moverse y ni si siquiera agradece cuando<br />

lo acercan a la ventana por la que pasa<br />

el mundo; simplemente fija sus ojos en<br />

la higuera mientras percibe cada detalle<br />

de lo que ocurre a su alrededor. Ireneo<br />

ya no es el mismo: ha perdido la capacidad<br />

del olvido. Lo recuerda todo: sus<br />

pensamientos, sus sueños, cada gesto y<br />

toda circunstancia. Intentando ocupar su<br />

mente ha desarrollado un ridículo sistema<br />

de numeración basado en palabras.<br />

Ferrocarril es, por ejemplo, siete mil catorce.<br />

Aunque, al poco tiempo, abandonó<br />

el proyecto al comprender que era un<br />

trabajo infinito. Aprendió latín, francés,<br />

inglés y portugués sin esfuerzo alguno.<br />

Quien decida visitarlo deberá saber<br />

que el joven recordará cada uno de sus<br />

palabras, movimientos y ademanes para<br />

siempre. Para su alivio, una congestión<br />

pulmonar pondrá fin a esta tortura cuando<br />

llegue el año 1989. Tendrá, entonces,<br />

apenas veintiún años.<br />

“Funes, el memorioso” fue publicado en<br />

el año 1944 y formó parte de una maravillosa<br />

colección de cuentos y relatos de<br />

Jorge Luis Borges: Ficciones.<br />

Se suele ligar a la memoria con imágenes<br />

y pensamientos conscientes. Sin embargo<br />

hay otra forma del recuerdo mucho<br />

más potente: el inconsciente. Un modo<br />

particular que no aparece en la mente<br />

Funes el memorioso,<br />

ilustración de<br />

Mauricio Nizzero<br />

sino en actitudes, elecciones amorosas o<br />

repetición de vínculos afectivos. Se trata<br />

de una memoria tan intensa que marca el<br />

sendero por el que transita nuestra existencia;<br />

la casa en la que vivimos, aquello<br />

en lo que trabajamos o la persona que<br />

va a enamorarnos. El psicoanálisis busca<br />

que alguien recuerde en palabras para<br />

poner fin a eso que repite en actos.<br />

Desde siempre, el olvido y el recuerdo<br />

afrontan una encarnizada lucha ante la<br />

cual es difícil tomar partido. Es claro que<br />

nadie podría transitar la vida recordándolo<br />

todo como Ireneo Funes, no obstante<br />

sospechamos que hay en la amnesia un<br />

enemigo. Después de todo, el olvido es<br />

otro de los nombres de la muerte.<br />

Quizás la respuesta a esta encrucijada<br />

se encuentre en la paradójica sentencia<br />

freudiana: recordar es la mejor manera<br />

de olvidar


Escena de El movimiento, de Benjamín Naishtat (2015)<br />

Tema de tapa<br />

cine<br />

Una visión<br />

DESDE ALGÚN LUGAR<br />

POR Roger Koza*<br />

32<br />

5 de marzo de 2076. En la Tierra ya no hay seres humanos. Las<br />

fantasías hollywoodenses del ocaso vital de nuestra especie en<br />

la Tierra, que a tantas películas dieron, se han cumplido, finalmente.<br />

¿Quién iba a decirlo? Se había visto una y otra vez. El<br />

apocalipsis había sido una pesadilla dominante de la ficción, un<br />

género económicamente rentable, acaso una pulsión de muerte<br />

sublimada en ficción que daba buenos dividendos. Los que se hicieron<br />

millonarios con esos productos, no exentos de perversión,<br />

tampoco pudieron siquiera huir a otros rincones del cosmos. Lo<br />

intentaron. Había un plan de evacuación para pudientes, pero<br />

falló. Definitivamente, la humanidad pereció.<br />

Para fines de marzo de ese año, una civilización alienígena,<br />

bastante parecida a la que habían formado los Homo sapiens<br />

sapiens, visitaba nuestra biósfera, ahora liberada de esa especie<br />

dominante que se había (auto)impuesto un sistema económico<br />

delirante llamado capitalismo. No eran exactamente iguales a<br />

nosotros, pero no viene al caso detenerse en las diferencias. El<br />

sistema nervioso central y el funcionamiento del cerebro eran<br />

casi idénticos. Tal vez debido a los paisajes del lugar del que procedían,<br />

que carecía de horizontes, no habían pasado por una fase<br />

teológica en la evolución de su cultura. Se trataba sorprendentemente<br />

de una civilización materialista a secas. De nuestra historia,<br />

les llamaba la atención cierta tendencia regular al enfrentamiento.<br />

No conseguían profundizar en cuáles constituían las<br />

creencias que empujaban y condicionaban las conductas bélicas.<br />

También les fascinaba el cine, en general, porque encontraban<br />

en él una vía casi directa al corazón de la interacción humana sin<br />

tener que trabajar sobre las distintas lenguas que habían existido.<br />

Había una comunidad de investigadores –dividían los estudios<br />

por países– que se dedicaba exclusivamente a Argentina. Una<br />

curiosidad: los científicos de las estrellas no habían separado las<br />

ciencias por su presunta falibilidad; si se trataba de átomos, electrones<br />

y moléculas, la confiabilidad de los enunciados era democráticamente<br />

similar a los efectos de verdad que tenían signos y<br />

símbolos que describían las conductas de entidades parlantes.<br />

Habían llegado al conocimiento por otros senderos evolutivos.<br />

Argentina era un capítulo entre otros, pero ellos tenían especial<br />

interés en comprender el nacimiento y la evolución de las naciones<br />

jóvenes, en particular aquellas que habían pasado por alguna<br />

instancia de colonialismo en su genealogía. Lo que había sucedido<br />

en países como India o Alemania tenían que rastrearlo en<br />

textos y evidencia arqueológica. Por eso mostraron tanto interés<br />

en países jóvenes. En las imágenes del siglo XX se podía leer la<br />

mitad de su Historia.<br />

Al llegar al cambio del siglo XX al XXI se encontraron con una<br />

época de fuego y de estertores. Las imágenes era recurrentes:


el espacio público era vital en esos días; los hombres y mujeres<br />

expresaban bronca y desesperación. El siglo XXI había nacido<br />

agitado en la tierra de los gauchos.<br />

El archivo televisivo no admitía dudas sobre lo ocurrido. Los<br />

estudiosos del cosmos habían distinguido que este sistema de colección<br />

de imágenes sonoras tenía una peculiar importancia en la<br />

representación y diversión en la vida de los grupos sociales, aunque<br />

podían divisar cierta ineficacia epistemológica. La manipulación<br />

y las contradicciones se pronunciaban de forma ostensible.<br />

Se dieron cuenta de que a fines de la primera década del siglo,<br />

una batalla de signos enloquecía a la población. Se preguntaban<br />

cómo habían hecho los protagonistas de la nación para sostener<br />

una coherencia mínima frente a una batalla incesante de signos<br />

opuestos que impedía una noción de verdad mínima.<br />

Uno de los investigadores encontró una sola película argentina<br />

que anticipaba ese malestar que se veía en las calles a comienzo<br />

de siglo. El documento clasificado se denominaba Nueve reinas.<br />

Era una película extraña, y trataron entonces de dar con alguna<br />

similar perteneciente al período posterior, el que va de 2006 en<br />

adelante. Prácticamente no había ningún indicio de lo que se<br />

veía en los programas de televisión de la época, las revistas de<br />

actualidad y los diarios. Las ficciones cinematográficas poco decían<br />

del presente.<br />

Identificaron, no obstante, dos patrones llamativos en las ficciones:<br />

al primero lo denominaron “fuga de intimidad o repliegue<br />

interior”. Aplicaban esta vía hermenéutica a películas en las que<br />

los personajes se entregaban a cuestiones personales y obsesiones<br />

privadas, siempre alejadas de todo contexto histórico y<br />

social. Eran películas que solían reunir a personas de una misma<br />

generación y, en la mayoría de los casos, la edad dominante rondaba<br />

entre los 20 y los 35 años. Se llegaron a preguntar por qué<br />

la juventud era tan importante en las ficciones de ese momento.<br />

El otro camino de la ficción que se repetía y era sintomático<br />

tenía características distintas: muchas películas transcurrían en<br />

el pasado: la mayoría entre 1968 y 1980; había, además, una variante<br />

tardía, que de 2010 en adelante se repetía: muchos títulos<br />

retomaban el siglo XIX como escenario de las ficciones. En estos<br />

casos, la Historia estaba presente, pero siempre remitiendo a un<br />

tiempo lejano que no necesariamente decía algo del presente; y<br />

se evitaban la alusión, la confrontación y las referencias directas.<br />

La hipótesis lúdica podría seguir. Hasta aquí es suficiente.<br />

En otras palabras: el problema acuciante del cine de ficción<br />

argentino que arranca en 2001 y llega hasta nuestros días se circunscribe<br />

a una evasión del presente social: las ficciones no dicen<br />

absolutamente nada del presente; las tensiones permanentes<br />

del discurso público están eludidas. En síntesis: el kirchnerismo,<br />

el signo excluyente y organizador conceptual del orden simbólico<br />

de nuestro tiempo, permanece en un total fuera de campo, es<br />

el inconsciente de la ficción que se llega a decir. ¿Cómo puede<br />

ser que el evento simbólico por excelencia que atraviesa campos<br />

tan diversos como el orden afectivo, laboral, estético y cultural<br />

haya permanecido borrado en las ficciones cinematográficas? La<br />

paradoja absoluta se puede constatar en dos películas claves del<br />

período, ambas de Santiago Mitre, en ambos casos programáticamente<br />

políticas en principio, pero que eluden nombrar la<br />

historia, referenciar en tiempo presente y dar nombres propios.<br />

Ni El estudiante, una película sobre la traición política en el<br />

contexto universitario, ni La patota, un relato sobre la militancia<br />

en plena actualidad, dan cuenta de su tiempo. En ambos casos,<br />

opera una principio de abstracción por el que se priorizan los<br />

rasgos universales de la conducta de los personajes pero sin alusiones<br />

directas a su tiempo. Lucha de clases, asimetría del poder,<br />

justicia social, pero sin referencias. ¿Es posible?<br />

La película de ficción más política hasta la fecha, que recurre a<br />

un período histórico lejano como coartada para interrogar el presente,<br />

todavía no se ha estrenado comercialmente. Se vio primero<br />

en Jeonju, Corea del Sur, y recientemente en Locarno, Suiza.<br />

Se llama Se llama El movimiento, es de Benjamín Naishtat y<br />

ya su título implica una inscripción en el presente que alude a un<br />

pasado no tan lejano, el de la segunda presidencia de Juan Manuel<br />

de Rosas, una figura que, como pasó primero con Perón<br />

y después con el kirchnerismo, divide a la sociedad argentina.<br />

Paradójicamente, en el segundo film de Naishtat tampoco se refieren<br />

las cosas enteramente por su nombre: algo similar a lo que<br />

ocurre en El estudiante. Si en la película de Mitre las paredes<br />

pintadas de la universidad contaban que Néstor Kirchner había<br />

muerto, pero ningún estudiante discutía sobre la muerte del<br />

ex presidente, un cuadro de Rosas se divisa en una escena en la<br />

que los personajes están en una pulpería. Pero las coordenadas<br />

del pasado son las del presente.<br />

En El movimiento, un grupo liderado por Jorge Cedrón recorre<br />

el país en busca de apoyo económico y civil. Los discursos<br />

del personaje interpretado por Cedrón no son tímidos, como<br />

tampoco lo es la película. El “movimiento” exige entrega y el<br />

destino de la patria pide sacrificios. Las escenas suman situaciones<br />

dispares: una extorsión, un fusilamiento, un momento de<br />

esparcimiento del batallón, viajes en la noche, una arenga final.<br />

El film no solo se sostiene en su relato sino también en la forma<br />

elegida, que parece sintonizar por momentos con los estados<br />

psíquicos alterados de Cedrón. Su trabajo es magnífico y la física<br />

del film lo acompaña en su intensidad.<br />

El movimiento es la única película que, a punto de clausurarse<br />

una etapa del “movimiento”, dice algo directo sobre la Argentina<br />

de la segunda década del siglo XXI. Indirectamente, Francia<br />

de Adrián Caetano también enunciaba una discreta utopía<br />

doméstica en clave peronista que estaba en consonancia con<br />

este tiempo difícil de ser pensado con justeza y claridad. A los<br />

estudiosos alienígenas, como a nosotros, no nos sobrarán documentos<br />

de estudio de este período, si quisiéramos entender un<br />

fragmento de nuestra historia a través de las ficciones cinematográficas.<br />

La ficción en la era kirchnerista ha sido siempre el gran<br />

fuera de campo de su relato, aquello que se resistía a ser leído en<br />

clave de ficción, acaso porque se trataba de un relato complejo<br />

que pedía una lucidez sociológica ausente en la generación de<br />

cineastas formada en la última década del siglo pasado<br />

* CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba. Publicó El inconsciente de las<br />

películas, ed. Brujas. Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />

33


34<br />

Entrevista<br />

uno


Policial<br />

BLANCO<br />

JOHN CONNOLLY, escritor irlandés de policiales extraños, cuyo héroe es Charlie Parker,<br />

un detective privado de buen corazón, que se hunde en los sórdidos rincones de un Estados Unidos<br />

decadente y pervertido acompañado por los fantasmas de su hija y esposa asesinadas,<br />

visitó Argentina invitado a participar del festival literario Buenos Aires Negra<br />

POR Esteban Ulrich<br />

–¿Cómo pasa de su trabajo como periodista a escribir<br />

novelas policiales? Pensé que el periodismo sería una buena<br />

manera de recibir dinero por escribir. Más tarde comprendí<br />

que hay gente que nació para ser periodista y que yo no era<br />

uno de ellos, el diario apenas recibió una denuncia legal por<br />

mi culpa, eso no es el récord de un gran periodista... Sobre<br />

todo, me gustaba escribir semblanzas, piezas más largas sobre<br />

personalidades.<br />

–¿Ya en esa época se había acercado al mundo del<br />

crimen? No, no mucho. Pero hubo en Irlanda un caso importante<br />

que me influyó mucho, fue el asesinato de Belinda<br />

Pereira, en el 96... Es algo sobre lo que voy a hablar en esta<br />

oportunidad en el BAN (Buenos Aires Negra). Pero como<br />

periodista yo era básicamente un redactor, lo que me pedían<br />

lo escribía y lo entregaba a tiempo. Fue una buena base para<br />

devenir escritor después, porque en primer lugar te enseña a<br />

no ser muy preciosista, a que no te importe ser editado y, en<br />

segundo, te hace muy consciente del oficio, ya que no puedes<br />

estar esperando que llegue la inspiración para ponerte a escribir,<br />

tienes que sentarte y escribir hasta que salga.<br />

–¿Cómo llega a la primera novela? Fue porque me rechazaron<br />

para un puesto de trabajo... Nunca subestimes el poder<br />

de la amargura y el enojo a la hora de llevar las cosas a cabo.<br />

Nadie que esté contento y satisfecho logra llegar hasta las<br />

últimas consecuencias... Realmente quise demostrarles que<br />

se habían equivocado. La primera noticia que apareció con<br />

respecto a mi libro fue en un diario inglés que publicó un artículo.<br />

Y cuando la crítica en jefe del diario en que trabajaba<br />

se enteró, literalmente tuvo que ser ayudada a tomar asiento<br />

y le trajeron un vaso de agua y sus inmortales palabras fueron:<br />

“¡¿Pero si ni siquiera era un buen periodista?!” (risas). Creo<br />

que obtuve más satisfacción de eso que de cualquier otra<br />

cosa.<br />

–¿Esa primera novela ya fue pensada en términos de<br />

género? Cuando me senté por primera vez, empecé a escribir<br />

libros de misterio con algo sobrenatural. Fue natural.<br />

Creo que todo escritor es primero un lector y eso es lo que<br />

leía en ese momento. Los dos géneros que me gustaban eran<br />

los de misterio y las ficciones sobrenaturales. Leía a Ross<br />

MacDonald y Raymond Chandler, Robert P. Arthur,<br />

35


36<br />

Conan Doyle, H. Rider Haggard y estaba fascinado con<br />

la tradición de novelas góticas del siglo XIX, y por las ficciones<br />

de horror inglesas de los años 40. Digamos que cuando<br />

me puse a escribir no lo hice pensando en hacer algo distinto,<br />

simplemente combiné cosas que me gustaban.<br />

–Según tengo entendido, la literatura irlandesa no<br />

tiene mucha tradición de novela policial... No, no la<br />

teníamos. No escribíamos en realidad casi ningún género de<br />

ficción, salvo por algunas excepciones. Creo que porque eran<br />

percibidos como algo no muy serio. Éramos un país joven y<br />

estábamos metidos en un proceso de autoanálisis desde la<br />

independencia y eso requiere que la gente sea muy seria. Y<br />

la literatura de fantasía y de misterio no era percibida como<br />

tal. Por lo que puedes contar con una mano los escritores que<br />

hacen a la excepción.<br />

–Sin embargo hay algo muy propio de la cultura irlandesa<br />

en ese fondo místico o sobrenatural... Sí, ¡absolutamente!<br />

¡Es que antes era nuestro género! Bram Stoker,<br />

C. R. Maturin, Oscar Wilde... pero 1922 se dio un golpe<br />

de hacha y esa tradición se dio por terminada, era hora de<br />

escribir sobre la opresión que habíamos sufrido, y no sobre<br />

crímenes o cuentos de hadas, ¡porque eso no contribuía con<br />

la causa!<br />

–Algo que llama la atención es como logra encarnar<br />

perfectamente una voz estadounidense... Sí, no es solo<br />

con respecto a las palabras que se usan, tiene que ver sobre<br />

todo con un ritmo con el que escriben los estadounidenses,<br />

que no es como el de los irlandeses, al principio cometí muchos<br />

errores... Pero me pasé mucho tiempo escuchando...<br />

–¿Ahora vive en Estados Unidos? No, tengo una casa en<br />

Maine y voy a escribir allí, pero mi familia está en Dublín, y<br />

mis perros están en Dublín. Puedes trasladar a los niños, pero<br />

los perros quedan donde están, así que en donde están tus<br />

perros es tu hogar (risas)...<br />

–¿Y por qué Maine? El reinado de un tal Stephen<br />

King... Sí... Fue accidental. Estaba trabajando en Delaware,<br />

que es un agujero... Básicamente el hogar de dos de las mayores<br />

corporaciones químicas de Estados Unidos... Y esto es<br />

raro, pero básicamente la primera vez que fui a ese país pensé<br />

que iba a encontrar mujeres con buenos dientes, gente que<br />

come bien, todos los días, o sea, aquello que no teníamos en<br />

Irlanda en ese momento... y llegué a Delaware y no vi a ninguna<br />

mujer, ¡pero ninguna! Me encontraba en un lugar llamado<br />

Rehoboth Beach, que resultó ser la capital de veraneo gay<br />

de Estados Unidos, o sea, conseguí trabajo en el único lugar<br />

del país ¡en el que no había mujeres! (risas). Sobreviví y al<br />

tiempo un amigo que estaba en un hotel en Maine me invitó<br />

a ir para allá. King es el gran elefante en el cuarto allá, John<br />

Irving y Richard Ford también viven allí.<br />

–¿En sus novelas hay varias líneas comunes, una de<br />

ellas es el interés en las pequeñas comunidades, es por<br />

alguna razón en particular? Es parte del género. Necesitas<br />

lugares contenidos, necesitas aislamiento, el gran ejemplo<br />

en ese sentido es Asesinato en el Orient Express, de Agatha<br />

Christie, estás en un tren, nadie puede bajarse... O cuando<br />

Raymond Chandler toma Los Ángeles, lo hace como si le<br />

pusiera un domo encima y todo sucede en los límites de ese<br />

espacio, por lo que el lector no puede escapar a la tensión<br />

de la narración. Las novelas de misterio necesitan de esas<br />

pequeñas comunidades, si tienes los personajes moviéndose


por grandes espacios, eso es un thriller, y estos dependen de<br />

la velocidad, del movimiento, las novelas de crimen necesitan<br />

constricción.<br />

–¿Cómo surgió el universo de sus novelas, fue Maine,<br />

la idea del género o a partir de Charlie Parker? Lo<br />

primero fue Charlie Parker... Ni siquiera necesitas un<br />

plot para ponerte a escribir. Cuando comienzo un libro sé<br />

cuál es la escena inicial, escribo las primeras mil palabras, y<br />

luego tengo una buena idea de cuáles serán las siguientes mil<br />

palabras, pero no tengo prefijada la acción por capítulos, mi<br />

experiencia de escribir un libro es similar a la que tiene el<br />

lector al leerla, durante las primeras ocho mil palabras no sé<br />

hacia dónde voy... Con respecto a Charlie Parker, me gustó<br />

la asociación del vuelo con lo espiritual que tenía Bird como<br />

músico, la gente pensó que era como un logo, pensaron que<br />

intentaba hacerme el inteligente, pero en realidad no era así.<br />

Y Ross Macdonald, que fue una gran influencia para mí, solía<br />

remarcar que la novela policial era muy parecida al jazz, como<br />

si cada historia fuera una gran improvisación sobre un mismo<br />

tema. Me pareció que era una analogía muy interesante.<br />

–Otro tema importante en sus novelas es el catolicismo...<br />

Sí, tomo ciertos elementos del catolicismo, sobre todo<br />

la idea de redención, la reparación, de pagar por los pecados,<br />

la culpa. La culpa de Parker es la culpa de los sobrevivientes<br />

y es algo que lo mantiene haciendo lo que hace. Si te sientes<br />

culpable, tratas de reparar esa culpa.<br />

–En ese sentido hay algo idealista en Parker, que no es<br />

necesariamente algo que se corresponda con el género<br />

de novela negra… No. En Estados Unidos usan el término<br />

noir, hay muy poca esperanza en el concepto de noir, en una<br />

verdadera novela negra todos terminan o en la cárcel con<br />

pena de muerte o simplemente muertos... En cambio, en mis<br />

libros hay esperanza. Es por eso que siento que en ese sentido<br />

no escribo “novelas negras” (lo dice en español)...<br />

–También en sus novelas suele utilizar mucho material<br />

histórico, sobre todo medieval europeo… Siempre que<br />

sea posible intento encontrar para cada libro algo que sea<br />

real, algo de lo cual agarrarme, un pedazo de historia. Quiero<br />

que la gente suspenda su creencia, que se sientan cómodos<br />

con los elementos sobrenaturales,<br />

que crean por un momento<br />

que pueden ser parte de este<br />

mundo, y eso creo que se logra<br />

haciendo un mix que consiga borronear<br />

los límites entre lo verdadero<br />

y lo no verdadero.<br />

–Pienso en el uso de la narrativa<br />

del policial como un<br />

modo de hablar del pensamiento<br />

lógico en oposición<br />

al místico, como lo plantea<br />

Sherlock Holmes o el mismo<br />

Poe... Bueno, es interesante que<br />

nombres a Poe, porque es un escritor que escribió algunas<br />

historias de crimen y otros relatos de misterio e imaginación,<br />

es la persona menos racional que haya puesto un pie en este<br />

planeta. Cuando lees Los crímenes de la calle morgue, la<br />

solución es tan absurda, que hasta Poe parece divertirse con<br />

ese absurdo, por lo que para mí está diciendo que lo racional<br />

no funciona realmente todo el tiempo. El mismo Arthur<br />

Conan Doyle nunca fue un racionalista. Escribió historias<br />

de horror, creía apasionadamente en el espiritismo, creía que<br />

podía hablar con su hijo muerto, el creador de Sherlock Holmes<br />

no creía en el racionalismo. O sea que desde sus inicios<br />

el género contiene esa tensión fundamental.<br />

–En El invierno del lobo hay algo muy particular y es<br />

que el héroe, no solo de la novela sino de toda la serie,<br />

no es quien termina de contar la historia. ¿Por qué?<br />

Creo que me di cuenta de que quería que los libros cambiaran.<br />

Porque después de este libro Charlie Parker ya no va a<br />

ser el mismo, es como si hubiera decidido tirar una granada<br />

en mi propio trabajo para reconstruirlo. Ahora estoy trabajando<br />

en el libro siguiente y será todo en tercera persona. No<br />

se podrá habitar más la cabeza de Parker. Por primera vez se<br />

lo verá a Parker a través de la mirada de los demás. Es una<br />

forma de alienar al lector, de que descubra que este tipo no<br />

es quien pensó que era. Creo que, en un punto, sentí que la<br />

gente se volvió demasiado familiar con el personaje, y me interesó<br />

generar esa sensación extraña, como cuando te cruzas<br />

a alguien por la calle a quien conoces y de golpe no te saluda,<br />

¡¿qué pasó?!<br />

–¿Ha tenido que negociar con su editor un cambio de<br />

estilo? No, no quise convertirme en ese tipo de escritor.<br />

Desde el principio, cada año, me aparto y escribo otras cosas:<br />

ciencia ficción, relatos cortos, etc., para poder volver con<br />

nuevas ideas y energía. Porque incluso la de Parker es una<br />

conciencia difícil de habitar, es una conciencia demasiado<br />

atormentada. En cuanto a mis editores, no firmo contratos<br />

por más de uno o dos libros, y si lo hago por dos es porque ya<br />

les estoy entregando el primero, eso me permite trabajar con<br />

mucha libertad.<br />

–¿Algún consejo para un escritor primerizo? Que sepa<br />

que las ideas no son la moneda de un escritor, uno siempre<br />

tendrá más ideas de las que va a usar, lo que hace la diferencia<br />

es el compromiso, que de una idea, un año y medio<br />

después, logre sacar algo adelante. Nunca abandono las cosas.<br />

Los escritores terminan las cosas. Creo que fue Ray Bradbury,<br />

quien dijo que los profesionales son amateurs que<br />

terminan las cosas, solo los amateurs abandonan. Todo lo que<br />

escribas debes terminarlo. Primero, porque no aprendes nada<br />

del abandono, y segundo, porque solo obtienes una cantidad<br />

de confianza cuando logras terminar, cada vez que abandonas<br />

algo, parte de esa confianza se pierde, y cuando se termina,<br />

nunca la vuelves a recuperar. No importa cómo lo hagas, pero<br />

debes terminar... Si hubiera algo como una escuela de escritores,<br />

deberían darte una tarjeta que diga: “termina todo”<br />

37


Ser<br />

editor<br />

38<br />

De<br />

PURA CEPA<br />

Nuestra invitada tiene su lugar privilegiado en la industria editorial vernácula. Aquí, su trayectoria y<br />

el desarrollo del oficio<br />

POR Gloria López Llovet de Rodrigué<br />

Di mi primeros pasos en la editorial<br />

Sudamericana trabajando al lado de mi<br />

abuelo, Don Antonio López Llausas.<br />

Con él aprendí los primeros rudimentos<br />

de este oficio que en general se aprende<br />

gracias a buenos maestros y a base de<br />

errores y éxitos. Diría que más se aprende<br />

de los errores que de los éxitos.<br />

Tuve, además de él, a dos grandes editores<br />

por maestros, uno fue Francisco<br />

Porrúa, y otro fue Enrique Pezzoni.<br />

Los dos no podían ser más diferentes<br />

entre sí. Paco era un solitario, casi diría<br />

hosco y escondido en su cueva pero<br />

con un talento increíble para descubrir<br />

autores y libros. Enrique era todo lo contrario,<br />

mundano, brillante conversador,<br />

seductor y divertido, pero también con<br />

un gran talento para saber lo que era<br />

interesante y valía la pena contratar. A<br />

los dos los quise muchísimo y con los dos<br />

aprendí muchas cosas de este oficio. Los<br />

dos fueron también excelentes traductores,<br />

obsesivos con la perfección.<br />

Me tocó comenzar en épocas maravillosas<br />

para la edición argentina. Empecé<br />

en 1965 y dos años después Sudamericana<br />

publicó seguramente su libro<br />

más emblemático que fue Cien años<br />

de soledad de Gabriel García Márquez.<br />

En mayo de 1967 y por consejo<br />

de Francisco Porrúa, mi abuelo publicó<br />

la novela de Gabo y fue esa la única vez


que García Márquez visitó la Argentina,<br />

con motivo de un concurso literario y<br />

para apoyar la salida de su libro. Haber<br />

tenido la vivencia de un éxito tan grande<br />

para una editorial –como es que un libro<br />

se empiece a vender y se convierta en el<br />

fenómeno que se convirtió, no solo este<br />

libro sino su autor– es algo que no se<br />

olvida. Lo malo es que uno piensa que se<br />

podría replicar con otros autores y libros<br />

y no hay fórmula para ello. Seguramente<br />

pasa una sola vez en la historia de una<br />

editorial.<br />

La salida de García Márquez coincidió<br />

con el “boom de la literatura latinoamericana”<br />

y fueron muchos los autores que se<br />

difundieron fuertemente en aquélla época.<br />

Julio Cortázar ya había publicado<br />

Rayuela, unos años antes, pero este junto<br />

con Bestiario y Todos los fuegos, el fuego<br />

se potenciaron muchísimo en esos años.<br />

Otro de los autores emblemáticos de<br />

esa época fue Ernesto Sábato con El<br />

túnel y Sobre héroes y tumbas. Aunque<br />

eran libros anteriores, encontraron sus<br />

lectores fuertemente en los años 70.<br />

Otro de los grandes éxitos de esa época<br />

fue Boquitas pintadas de Manuel<br />

Puig, a quien veíamos a diario porque<br />

fue un gran promotor de su obra. Quizás<br />

me atrevería a decir que fueron junto<br />

con Manuel Mujica Láinez los que<br />

mejor comprendieron el tema del marketing<br />

que luego se popularizó tanto<br />

como una herramienta de difusión de los<br />

libros y los autores.<br />

Mujica Láinez fue, con Bomarzo y Misteriosa<br />

Buenos Aires, otro ícono del éxito<br />

de esos años y sus firmas en la Feria<br />

del Libro, sus apariciones públicas con<br />

su sombrero y monóculo fueron lo que<br />

decidía si la presentación había sido un<br />

éxito o no.<br />

Sudamericana tenía una colección emblemática<br />

de novelas que era “Horizonte”<br />

y en un momento dado decidimos<br />

rejuvenecer y revitalizar la colección, no<br />

solo desde el contenido de sus libros y<br />

autores sino también desde su presentación.<br />

Recuerdo que encargamos su nuevo<br />

diseño a Ronald Shakespeare que<br />

nos presentó un proyecto muy impactante<br />

con letras negras que cambió totalmente<br />

la estética de la colección y funcionó<br />

muy bien hasta que se empezaron<br />

a repetir las letras porque se trataba de<br />

destacar la primera letra del título. Hubo<br />

un momento que los libreros confundían<br />

los títulos porque se repetía la misma letra<br />

y tuvimos que volver a cambiar.<br />

Entre los ensayos también contamos con<br />

grandes éxitos, por ejemplo los libros de<br />

Félix Luna que con Soy Roca, Perón y<br />

su tiempo y El 45 marcaron fuertemente<br />

otra época e incentivaron a la gente a<br />

animarse a leer historia.<br />

Los tres libros del historiador estadounidense<br />

Robert Potash, que tan bien<br />

conoció a la Argentina y dedicó tantos<br />

años a estudiar la relación entre los militares<br />

y el poder en nuestro país, fueron<br />

otro hito en Sudamericana.<br />

No siempre los libros que uno publica<br />

son éxitos de ventas, muchas veces son<br />

éxitos de crítica o ayudan a conformar un<br />

catálogo con obras destacadas que hacen<br />

a la cultura de la sociedad en la que<br />

vivimos. Lo importante es lograr armar<br />

un catálogo coherente y consistente que<br />

pueda balancear y sostener colecciones<br />

que en el tiempo se solidifican.<br />

Cuando digo esto recuerdo la colección<br />

de “Historia” dirigida por Luis Alberto<br />

Romero o la “Nueva Historia Argentina”<br />

de diez tomos dirigida por Juan<br />

Suriano que logramos publicar completa<br />

y que fue un trabajo arduo y duradero,<br />

que congregó a más de cien historiadores,<br />

hoy muchos de ellos notables, que<br />

escribieron en sus tomos.<br />

También hubo importantes fracasos de<br />

libros o autores que luego fueron reconocidos<br />

y exitosos y que seguramente<br />

publicamos demasiado anticipadamente.<br />

Pienso en G de John Berger o en El<br />

arca de Schindler que luego fue un éxito<br />

notable con la película o En la Patagonia<br />

de Bruce Chatwin. Todos libros importantes<br />

donde su primera traducción<br />

no funcionó como esperábamos.<br />

Si me voy a otro género de libros puedo<br />

mencionar a María Elena Walsh con<br />

todos sus libros para niños que durante<br />

años hicieron las delicias de sus pequeños<br />

lectores. Ella fue una de las precursoras<br />

del cambio en la literatura infantil<br />

de Argentina y fue durante años la única<br />

autora infantil que publicábamos hasta<br />

que decidimos incursionar en el género<br />

y con la colaboración activísima de Canela<br />

creamos la colección “Pan Flauta”<br />

que fue otro hito en las publicaciones<br />

para niños.<br />

Este tema siempre me apasionó y me<br />

llevó a crear hace pocos años, la editorial<br />

infantil La Brujita de Papel donde trato<br />

junto con mis hijas de hacer libros con<br />

textos e ilustraciones de calidad y que<br />

sean muy atractivos para los lectores que<br />

empiezan a formarse. Nuestro ilustrador<br />

más emblemático es Pablo Bernasconi<br />

cuyos libros para los más pequeños<br />

y también para los adultos van saliendo<br />

indistintamente en la editorial infantil o<br />

en Edhasa, donde sigo desarrollando mi<br />

trabajo en la actualidad.<br />

Una de las consignas de mi labor en<br />

Edhasa es encontrar ensayos que representen<br />

el pensamiento y la diversidad de<br />

opiniones de las nuevas generaciones de<br />

historiadores y ensayistas que van a dejar<br />

un rastro en nuestra cultura. También<br />

encontrar temas curiosos que por su tratamiento<br />

moderno e inteligente llamen la<br />

atención de los lectores desde cualquier<br />

punto de vista de los intereses humanos.<br />

Al mismo tiempo, mi tarea consiste en<br />

armar una colección de ficción con voces<br />

fuertes de la Argentina actual que<br />

alternen con autores traducidos, y vamos<br />

haciendo camino en este sentido. Voces<br />

de autores como Mempo Giardinelli,<br />

Perla Suez, Laura Alcoba, Eugenia<br />

Almeida, Luis Gusmán, Federico<br />

Jeanmaire o Carlos Gamerro se<br />

entrelazan con autores consagrados<br />

como J. D. Salinger, Thomas Mann o<br />

Céline y van configurando un mosaico<br />

interesante.<br />

Mi labor como editora nunca fue en<br />

solitario. Siempre trabajé con excelentes<br />

colaboradores, editores, directores de<br />

colección, lectores que me ayudaron a<br />

armar equipos para llevar adelante los<br />

distintos programas editoriales. Con<br />

todos ellos trabajé cuerpo a cuerpo y disfrutamos<br />

juntos de los éxitos y tratamos<br />

de aprender de los fracasos. Nombro<br />

solo a algunos porque mi labor sin ellos<br />

hubiera sido imposible. Luis Chitarroni<br />

y Paula Viale en Sudamericana<br />

y Fernando Fagnani ahora en Edhasa,<br />

con quienes me une una fuerte amistad y<br />

con quienes he pasado muchas horas de<br />

trabajo apasionante<br />

39


Tema de tapa<br />

uno<br />

4o<br />

Alquimia<br />

dePOETAS<br />

¿Un mundo antiguo y quieto al que acudimos en busca de archivos del pasado? ¿Una presencia<br />

activa que nos acompaña con sus recuerdos hechos a la medida del tiempo y de lo que<br />

somos en el tiempo? ¿Qué es la memoria? En ella juega el tiempo, ese inatrapable transformador<br />

que solo vislumbramos en sus estados de fijación haciéndose tan cuesta arriba<br />

pensarlo en su duración. Pasto de poetas, pensadores, filósofos, psicólogos, neurólogos,<br />

es fascinante el mundo de acercamientos que ha generado. La memoria y su compañero de<br />

fórmula, el olvido, construyen el pasado y el presente, y entre sus luces y sombras, en ese<br />

devenir, somos, o mejor, andamos.<br />

En esta brevísima selección, traemos algunos poemas que recuerdan a la memoria, la conminan,<br />

la increpan, la piensan.<br />

POR Mónica Tracey


Cambridge<br />

Nueva Inglaterra y la mañana.<br />

Doblo por Craigie.<br />

Pienso (ya lo he pensado)<br />

que el nombre Craigie es escocés<br />

y que la palabra crag es de origen celta.<br />

Pienso (ya lo he pensado)<br />

que en este invierno están los antiguos inviernos<br />

de quienes dejaron escrito<br />

que el camino está prefijado<br />

y que ya somos del Amor o del Fuego.<br />

La nieve y la mañana y los muros rojos<br />

pueden ser formas de la dicha,<br />

pero yo vengo de otras ciudades<br />

donde los colores son pálidos<br />

y en las que una mujer, al caer la tarde,<br />

regará las plantas del patio.<br />

Alzo los ojos y los pierdo en el ubicuo azul.<br />

Más allá están los árboles de Longfellow<br />

y el dormido río incesante.<br />

Nadie en las calles, pero no es un domingo.<br />

No es un lunes,<br />

el día que nos depara la ilusión de empezar.<br />

No es un martes,<br />

el día que preside el planeta rojo.<br />

No es un miércoles,<br />

el día de aquel dios de los laberintos<br />

que en el Norte fue Odín.<br />

No es jueves,<br />

el día que ya se resigna al domingo.<br />

No es un viernes,<br />

el día regido por la divinidad que en las selvas<br />

entreteje los cuerpos de los amantes.<br />

No es un sábado.<br />

No está en el tiempo sucesivo<br />

sino en los reinos espectrales de la memoria.<br />

Como en los sueños<br />

detrás de las altas puertas no hay nada,<br />

ni siquiera el vacío.<br />

Como en los sueños,<br />

detrás del rostro que nos mira no hay nadie.<br />

Anverso sin reverso,<br />

moneda de una sola cara, las cosas.<br />

Esas miserias son los bienes<br />

que el precipitado tiempo nos deja.<br />

Somos nuestra memoria,<br />

somos ese quimérico museo de formas inconstantes,<br />

ese montón de espejos rotos.<br />

Jorge Luis Borges<br />

De Elogio de la sombra<br />

I<br />

el temblor de mis labios<br />

quiero decir: el temblor de mis besos<br />

se oirá en tu pasado<br />

conmigo en tu vino<br />

abriendo la puerta del tiempo<br />

tu sueño<br />

deja caer lluvia dormida<br />

dame tu lluvia<br />

me detendré<br />

quieto<br />

en tu lluvia de sueño<br />

lejos en el pensar<br />

sin temor<br />

sin olvido<br />

en la casa del tiempo<br />

está el pasado<br />

debajo de tu pie<br />

que baila<br />

Como un violín en su musgosa caparazón, así he<br />

vivido adentro de mi bata de seda: cuerpo enfundado<br />

en el lujoso estuche de un disfraz. Envuelto en<br />

el paisaje del kimono, niño perdido en su propio<br />

refugio, obedecí el impulso del regreso, grabado en<br />

el tapiz de la memoria. Pero ahora, por puro deseo<br />

de metamorfosis, me desprendo de la espumosa<br />

máscara de hierba, mariposa excesiva en su teatro<br />

de ausencia.<br />

“Papá, papá”, sopla la voz en mis oídos, la voz lejana<br />

de mis hijas, cuando el vals del viento enamora mis<br />

alas. Vuelvo a la melodía de mi tierra, como una<br />

esencia me evaporo. Y asciendo.<br />

En el cielo enrojecido se apaga la gran estrella natal.<br />

La luz fría de la luna me cubre con su lágrima.<br />

Juan Gelman<br />

De Dibaxu<br />

María del Carmen Colombo<br />

De La familia china<br />

41


El sol, el poema<br />

Barcos sobre el agua natal.<br />

Agua negra, animal de olvido. Agua lila, única vigilia.<br />

El misterio soleado de las voces en el parque. Oh<br />

tan antiguo.<br />

Alejandra Pizarnik<br />

De Extracción de la piedra de locura<br />

El puente de hierro<br />

Siempre hay, al final de una calle larga<br />

por la que yo iba de pequeño, un estanque de aceite,<br />

un rectángulo de pesada muerte bajo el cielo negro.<br />

Desde entonces la poesía<br />

ha separado sus aguas de las otras aguas,<br />

ninguna belleza ningún color la retienen,<br />

se angustia por el hierro y por la oscuridad.<br />

Alimenta un dolor<br />

largo de orilla muerta, un puente de hierro<br />

tendido hacia la otra orilla aún más nocturna<br />

es su única memoria y su único amor verdadero.<br />

Vuelve<br />

Vuelve a menudo y tómame,<br />

sensación amada, vuelve y tómame,<br />

cuando despierta del cuerpo la memoria<br />

y un ansia antigua por la sangre pasa;<br />

cuando los labios y la piel se acuerdan<br />

y sienten las manos como si otra vez tocaran.<br />

Yves Bonnefoy<br />

De Desierto ayer reinante<br />

Traducción: Enrique Moreno Castillo<br />

Vuelve a menudo y tómame, de noche,<br />

cuando los labios y la piel se acuerdan…<br />

Constantin Cavafis<br />

Traducción: Juan Ferraté<br />

42<br />

Saber olvidar, más es dicha que arte. Las cosas que son más<br />

para olvidadas son las más acordadas; no solo es villana la<br />

memoria para faltar cuando más fue menester, sino necia para<br />

acudir cuando no convendría.<br />

Baltasar Gracián<br />

De Oráculo manual y arte de prudencia<br />

9<br />

¿de dónde sopla el viento que abre<br />

las pequeñas jaulas<br />

de la memoria?<br />

el mar está prohibido dijo una voz<br />

que salía del mar<br />

el mar de las desapariciones<br />

vivíamos allí<br />

¿se puede?<br />

a ciegas tanteo esa sustancia oscura<br />

que atraviesa mi cuerpo día tras día<br />

¿dónde estoy?<br />

ahora levanto uno de sus miles de brazos<br />

y para esa mano más fría que el mar<br />

que me tienden desde la costa<br />

solo tengo la mascarilla<br />

de la Madonna de los gritos.<br />

Dolores Etchecopar<br />

De El comienzo


Dossier<br />

literatura<br />

o1<br />

Susan Sontag<br />

Batiendo las alas<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

“Vivo la escritura como algo que se me da –a veces, casi, como un dictado. Dejo que sobrevenga,<br />

trato de no interferir con ella. La respeto, porque soy yo y sin embargo es más que<br />

yo. Es personal y transpersonal, ambas. (…) Creo que estoy preparada para escribir. Pensar<br />

con palabras, no con ideas”, dijo Susan Rosenblatt, conocida como Susan Sontag, sobre<br />

la actividad a la que dedicó más de treinta años, y que la llevó a ser un referente cultural


o2<br />

destacadísimo dentro y fuera de Estados Unidos (está traducida a casi cuarenta idiomas).<br />

Unos cuantos mojones destacan cada vez que se repasa su vida: infancia difícil, un matrimonio<br />

precoz y fallido, la postura crítica que hizo que la juzgaran como “la voz de la buena conciencia<br />

estadounidense”, el blanqueo de su bisexualidad y el combate contra el cáncer.<br />

Produjo su obra en forma sostenida y su pensamiento se puede entender también a través de<br />

entrevistas, notas periodísticas y conferencias. Su bibliografía abarca las novelas El benefactor<br />

(1963), El amante del volcán (1995) y En América (2000). “La novela como libertad: las únicas<br />

reglas que puede romper son las internas, las que ella misma dicta.” Y los ensayos y textos<br />

Contra la interpretación (1964), Estilos radicales (1969), Sobre la fotografía (1975), La enfermedad<br />

y su metáforas, Yo, etcétera (ambos de 1978), Bajo el signo de Saturno (1980) y Ante el<br />

dolor de los demás (2003). También escribió y dirigió cuatro largometrajes: Dúo para caníbales<br />

(1969), El Hermano Carl (1971), Tierras prometidas (hecha en Israel durante la guerra<br />

de octubre de 1973) y Unguided Tour (1983); y dirigió obras de teatro en los Estados Unidos<br />

y Europa, incluyendo una puesta en escena de Esperando a Godot de Beckett el verano de<br />

1993, en la Sarajevo sitiada, ciudad en la que residió y de la que fue nombrada Ciudadana Honoraria.<br />

Escribió crónicas y ensayos breves que aparecieron en diarios, revistas y publicaciones<br />

literarias de todo el mundo. Su figura es una de aquellas que resultan conocidas incluso a la<br />

gente que no ha leído sus libros, gracias a haber resultado siempre atractiva para la prensa.<br />

Nació en la ciudad de Nueva York el 16 de enero de 1933, creció en Tucson, Arizona, y cursó<br />

la escuela secundaria en Los Ángeles. Asistió a la Universidad de Chicago e hizo posgrados en<br />

filosofía, literatura y teología en Harvard y Oxford. Sus padres fueron Mildred Jacobson y<br />

Jack Rosenblatt, ambos judíos de Lituania y de ascendencia polaca. No eran practicantes;<br />

Sontag dijo haber ido por primera vez a una sinagoga a los 24 años. Jack era comerciante y<br />

poco después del nacimiento de su hija viajó a China para vender pieles. Allí murió de tuberculosis<br />

en 1939. Susan y su hermana Judith crecieron con Mildred, una mujer inmadura<br />

y desamorada que reincidió en el matrimonio cuando las chicas eran adolescentes. Se casó<br />

con un capitán del ejército estadounidense, Nathan Sontag, quien legó el apellido a sus<br />

hijas, aunque nunca las adoptó formalmente. Sontag hizo foco en la personalidad de su madre<br />

muchas veces: “Mi madre no respondía cuando yo era niña. El peor castigo y la mayor frustración.<br />

Siempre estaba distante, aunque no estuviera enfadada. La bebida era síntoma de ello.<br />

Pero yo seguía intentándolo, seguía buscando su atención. (…) Mi ansiedad era muy aguda<br />

más por temor a su envejecimiento, en algún momento hasta deseé morir primero porque no<br />

sería capaz de soportar ver aquello, habría sido algo obsceno. (…) De niña me dije, voy a ser<br />

extremadamente buena y mereceré (atraeré) el amor, y procuraré la responsabilidad, la autoridad,<br />

el dominio, la fama, el poder”.<br />

Hay un amplio registro fotográfico que abarca buena parte de su vida, como si hubiese ido<br />

madurando frente a las cámaras. Así como la típica rubia californiana es un fetiche erótico estadunidense,<br />

una judía de largo pelo negro, neoyorkina, bisexual y de izquierda, se puede jactar<br />

de seductora, aunque lo suyo no pase por lo carnal. Puede llenar páginas y páginas del New<br />

Yorker, el New York Times, New York Review of Books, The Times Literary Supplementy Art<br />

Izq. Susan trabajando en su<br />

escritorio.<br />

Der. Portada de una edición de<br />

Estilos radicales (1969).


Izq. Portada de una edición de<br />

Sobre la fotografía (1975).<br />

Der. Una fotografía incluida en el<br />

libro Gente de circo,<br />

de August Sander (1930).<br />

in America, medios de comunicación que parecen haber tomado a Sontag como a una especie<br />

de arquetipo. Fue una mujer singular y al mismo tiempo representativa de un perfil que se<br />

repite en serie. El “combo” que representa satisface, antes que nada, a aquellos compatriotas<br />

suyos que la juzgan como alguien con quien identificar el propio costado crítico. Resulta fascinante<br />

que pueda apuntar contra distintos blancos, que reflexione sobre distintos temas, que se<br />

acople al sentido fragmentado del presente. “La lealtad al pasado: mi rasgo más peligroso, el<br />

que más me ha costado”, se quejó. “La política que implica desacuerdo –sentenció otra vez–,<br />

que promueve la sinceridad, ha sido sustituida por la psicoterapia”. Lo “psi” siempre estuvo<br />

presente en su discurso, como lo estuvo en la mayor parte de sus pares generacionales: “Todos<br />

los sueños son modelo del propio análisis. Los sueños burdos son las declaraciones ingenuas o<br />

análisis del ‘problema’ propio. El sueño útil es el más complejo, la declaración o dramatización<br />

menos reductiva. La parte importante del sueño es la declaración analítica, no la resolución<br />

narrativa”. Lógicamente, innumerables veces se requirió su opinión sobre “la situación de la<br />

mujer”, que evaluó sin caer en algunas exageraciones propias de cierto tipo de feminismo que<br />

hace la vista gorda con la cuestión de las diferencias biológicas: “La liberación de la mujer<br />

debe ser la abolición de las convenciones sexuales específicas en todas las actividades –salvo la<br />

procreación y, quizá, algunos trabajos que requieren mucha fuerza física”.<br />

Esta capacidad de especular sobre la base de generalidades (algo especialmente atractivo para<br />

el pensamiento progresista estadounidense, en su intento permanente de conciliar cierta actitud<br />

de valerosa denuncia militante con la garantía implícita de no afectar en última instancia<br />

la solidez de las instituciones) no se contradice con la indagación profunda en personalidades<br />

que le interesaban particularmente, como Roland Barthes, Jean Luc Godard, autores<br />

que quiso rescatar del olvido como Robert Walser o disciplinas que la interpelaron desde<br />

cero y hasta el final, como la fotografía.<br />

“La humanidad persiste irredimiblemente en la caverna platónica, aún deleitada, por costumbre<br />

ancestral, con meras imágenes de la verdad. Pero educarse mediante fotografías no es lo<br />

mismo que educarse mediante imágenes más antiguas, más artesanales. En primer lugar, son<br />

muchas más las imágenes del entorno que reclaman nuestra atención. El inventario comenzó<br />

en 1839 y desde entonces se ha fotografiado casi todo, o eso parece. Esta misma avidez de la<br />

mirada fotográfica cambia las condiciones del confinamiento en la caverna, nuestro mundo. Al<br />

enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo<br />

que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar. Son una gramática y, sobre<br />

todo, una ética de la visión. Por último, el resultado más imponente del empeño fotográfico<br />

es darnos la impresión de que podemos contener el mundo entero en la cabeza, como una<br />

antología de imágenes”. Escribió haciendo pensar en la relación entre la idea de una realidad<br />

segmentada que genera símbolos que son parte de un lenguaje y ella misma, como una autora<br />

que es interlocutora de otros autores, generando juntos una fuerza más grande, abarcadora.<br />

Sontag comparte circunstancias y vocaciones con otras personas, no está aislada en esto de<br />

ejercer la crítica social desde adentro, y eso ayuda a cruzar fronteras. El éxito, tanto individual<br />

como colectivamente, se mide con los ojos del público. Cuanto más, mejor.<br />

o3


o4<br />

Su mechón de pelo blanco la hacía reconocible para el público general aun en países muy<br />

lejanos, gracias al cine y la televisión. Aparece, por ejemplo, en Zelig, la película de Woody<br />

Allen, con quien tuvo en común el judaísmo y el lugar de nacimiento, pero también decisiones,<br />

arengas y hasta carencias: “Ser famosa para ser querida”, dijo alguna vez ella, pero la frase<br />

puede atribuirse al cineasta perfectamente, y no solo a él. Sontag y Allen usaban el mismo<br />

tipo de ironías. Sontag lanzaba frases que podrían haber sido líneas destinadas a los célebres<br />

monólogos cinematográficos del director de Bananas: “La inteligencia no es necesariamente<br />

algo bueno, algo que se haya de valorar o cultivar. Es más como una rueda de recambio necesaria<br />

o deseable cuando las cosas se averían. Cuando todo va bien, es mejor ser estúpido… La<br />

estupidez tiene tanto valor como la inteligencia”.<br />

El hecho de haber nacido en Nueva York coloca a Sontag dentro de una nómina de artistas e<br />

intelectuales que, sin ser de vanguardia, impusieron (a lo largo de un cierto tiempo y variando<br />

de acuerdo con la agenda geopolítica, la moda y otros caprichos) nuevos giros (más o menos<br />

aparentes o concretos, de mayor o menor calidad, pero siempre con gran aceptación) dentro<br />

del pensamiento y el arte. Hay otros rasgos comunes fundamentales como no ser republicano<br />

y tender a ser crítico sin ser un outsider. Lou Reed o Patti Smith, en la música, o Jean-Michel<br />

Basquiat, en la plástica, funcionan como ejemplos. Como en los negocios, el objetivo<br />

es el éxito, aunque la definición de éxito dependa en ella de una reformulación personal. En<br />

los mejores casos, se relacionará al honor, al que Sontag definió como “Dar lo mejor de sí<br />

misma siempre”; pero más allá de las buenas intenciones, llegar a la mayor cantidad de gente<br />

resulta vital. Para eso, hace falta carisma y ella lo tenía. Era intelectual pero accesible y capaz<br />

de hablar del amor y su falta desde la experiencia interior: “Nunca voy a sobreponerme meramente<br />

a este dolor del desamor. Estoy helada, paralizada, con los engranajes atascados. Solo<br />

se aliviará, disminuirá si de alguna manera puedo trasponer la emoción – como del dolor a la<br />

ira, de la desesperación a la conformidad. Tengo que activarme. Mientras me siga sintiendo<br />

como paciente este dolor insoportable no me abandonará. Quiero ‘prometerme’. Una razón<br />

es la ansiedad, quiero encontrar un puerto seguro, librarme del debilitante temor del abandono.<br />

(…) El amor es volar planeando, flotar. Pensar es volar en solitario, batiendo las alas. (…)<br />

Renuncié en primer lugar a mi sexualidad. Renuncié a mi capacidad de comprenderme a mí<br />

misma como una persona ‘común’; renuncié a la mayor parte de las vías normales de acceso<br />

a mí, a mis sentimientos. Renuncié a la confianza en mí misma en las relaciones personales.<br />

Renuncié a tratar de ser atractiva”.<br />

En 1975 dijo que era la prosa “de goys como Elizabeth Hardwick y Wifred Sheed,<br />

entre otros, la que me excita hoy. Ninguna idea, pero qué música”. Pese a no autodefinirse<br />

como creyente ni mucho menos, la idiosincrasia de Sontag estaba ligada inexorablemente a su<br />

judaísmo, al punto de hablar de “escritores no judíos” como un colectivo con entidad propia.<br />

La idea de un judaísmo que opera como una forma de distinción social, cultural, ideológica y<br />

de raza, pero que prescinde al mismo tiempo de la fe religiosa como factor aglutinante, estaba<br />

a tono con la intelectualidad secular que tan bien representó. No obstante, se permitió dudar<br />

en varias oportunidades de sus sentencias, muchas veces, tajantes: “Tengo que renunciar a la<br />

Izq. Escena de la película Dúo para<br />

caníbales (1969).<br />

Der. Afiche promocional de la<br />

misma película.


Imagen promocional del documental<br />

Regarding Susan Sontag, de<br />

Nancy Kates (2014).<br />

redacción de ensayos –escribió en 1980–. Me he convertido en el portador de certezas que no<br />

poseo”.<br />

El tema sobre el que probablemente más haya hablado en público, sin embargo, es Estados<br />

Unidos, por algo la llamaron la voz de la conciencia: “Siento un poco de vergüenza de ser<br />

estadounidense. Siempre me ha molestado la vanidad de querer ser los primeros, la cultura<br />

popular, las películas de Hollywood... Quizá por eso me gusta tanto sentirme extranjera. Me<br />

interesan más los derrotados que los vencedores”, dijo sobre Estados Unidos, uno de los<br />

temas más recurrentes de su discurso público, un objeto de análisis sociopolíticos, filosóficos,<br />

artísticos y religiosos: “La base calvinista de la ideología estadounidense: la naturaleza humana<br />

es en lo fundamental oscura, malévola, pecaminosa, egoísta y solo responde a motivos egoístas<br />

o materiales o competitivos (…). En Estados Unidos, la religión equivale al comportamiento.<br />

Se deja de ir a la iglesia o a la sinagoga por las prohibiciones o el excesivo peso del ritual, no<br />

(como en Europa) por una crisis de fe o de creencias”. Y tuvo lecturas que para algunos de sus<br />

compatriotas resultaban polémicas, como cuando pocos días después de los ataques del 11-S,<br />

dijo en televisión: “En temas de coraje, se puede decir lo que sea de los culpables de la masacre,<br />

pero no que fueran cobardes. (…) ¿Dónde está el reconocimiento de que esto no fue<br />

un ataque cobarde a la civilización o a la libertad o a la humanidad o al ‘mundo libre’, sino un<br />

ataque al autoproclamado superpoder; ejecutado como consecuencia de las alianzas específicas<br />

y acciones de América? (…) La desconexión entre lo que sucedió y cómo podría entenderse<br />

y las tonterías farisaicas y abiertos engaños difundidos por todas las figuras públicas<br />

estadounidenses y analistas de televisión son asombrosos, deprimentes. (…) No hay ninguna<br />

razón para centrarse en la simplista retórica de cowboy de Bush que, durante aquellos días<br />

inmediatamente posteriores al 11-S, pasó de la cretinez más absoluta a la siniestralidad más<br />

lúgubre. (…) Estados Unidos se ha comportado de una manera brutal e imperialista, pero no<br />

está involucrado en ninguna operación general contra lo que denominamos mundo islámico”.<br />

Sontag ya tenía la experiencia de Vietnam entre sus antecedentes más importantes a la hora<br />

de hacer honor a su rol de activista por los derechos humanos, llegando incluso a un grado de<br />

enojo tan visible como para decir que la raza blanca era “un cáncer de la humanidad”.<br />

En 2001, también obtuvo el Premio Jerusalén a la literatura, el más prestigioso de Israel<br />

para escritores extranjeros. Lo aceptó pese a las presiones para que lo rechazara, y no dejó<br />

de aludir a la política de ocupación israelí en los territorios palestinos. Dos años más tarde la<br />

honraron con el Premio Paz de los Libreros de Alemania y el Premio Príncipe de Asturias.<br />

Antes había recibido Premio Nacional del Libro de América (2000) y el National Book Critics<br />

Circle Award por La fotografía (1978). Fue candidata constante al Premio Nobel, por haberse<br />

involucrado en casi todos los problemas del siglo: “Vietnam es la primera guerra televisada.<br />

Un happening continuo. Estás allí. Los estadounidenses no pueden decir, como pudieron los<br />

alemanes: pero es que no nos enteramos”.<br />

Sontag daba la sensación de considerarse una persona interesante, a diferencia de muchos de<br />

sus pares, más reservados, pero no aprovechó su fama para defender sus causas personales.<br />

Autoproclamada moralista y “fanática de la seriedad”, no tuvo banderas como la causa gay, no<br />

o5


o6<br />

se definía desde la preferencia sexual. “Su inteligencia era aun mayor que su talento”, dijo a<br />

propósito Gore Vidal.<br />

Como Virginia Woolf o Katherine Mansfield, tuvo diarios íntimos, publicados post<br />

mórtem por su hijo, David Rieff, quien además rememoró el final de la vida de su madre<br />

en su libro Un mar de muerte. La autora defendía la escritura de diarios íntimos por varios<br />

motivos. Ya había escrito en su ensayo sobre Barthes que el diario íntimo es un “instrumento<br />

ejemplar en la carrera de la conciencia, (…) que nos permite encontrar el ego detrás de las<br />

máscaras del ego en las obras de un autor”. Sus propios diarios reflejan, según la crítica, a<br />

una Sontag completamente distinta de la de los ensayos, novelas y apariciones en televisión.<br />

Mientras en público manejaba un tono vehemente, en su diario se retrata a sí misma como<br />

un ser temeroso y contrito. Enfatiza sus perfiles de “hija dañada” y “madre devota” de su<br />

hijo. Corresponsal de guerra, periodista e historiador, Rieff (que visitó Buenos Aires hace dos<br />

años, invitado por la Maestría en Periodismo del diario La Nación y la Universidad Torcuato<br />

Di Tella) ha hablado de Sontag en innumerables entrevistas, dando cuenta de la cercanía que<br />

tenían: “Su corazón se rompió a menudo, y buena parte de este tomo es la elaboración de la<br />

pérdida amorosa. En cierto sentido ello implica que se tenga una impresión falsa de su vida,<br />

pues propendía a escribir más en sus diarios cuando era infeliz, mucho más cuando lo era<br />

amargamente, y menos cuando se encontraba bien”. Sontag, por su parte, mostraba fascinación<br />

por la maternidad: “Estoy demasiado cerca de David en el sentido de que me identifico<br />

con él. Cuando paso mucho tiempo con él pierdo la noción de mi edad; acepto los límites de<br />

su mundo. Apacigua mis fantasías de ser un chico. Me identifico con David, es el niño que habría<br />

querido ser; no necesito ser un chico porque él existe. (…) Debo aprender a estar sola…<br />

y lo que he descubierto es que con David no es estar sola (a pesar de mi profunda soledad).<br />

Es todo un universo propio, al que me adapto. Con David soy una persona diferente a cuando<br />

estoy sola. La soledad pesa porque es interminable. Todo un mundo nuevo. El desierto”.<br />

Rieff no se dedicó exclusivamente a hablar de cuestiones familiares, hubiese sido estúpido<br />

omitir la política en el caso de su madre: “Nunca se retractó de su oposición a la guerra. Pero<br />

sí llegó a arrepentirse y, a diferencia de muchos de sus pares, a retractarse públicamente de<br />

su fe en las posibilidades de emancipación del comunismo, no solo en sus encarnaciones<br />

soviética, china o cubana, sino en tanto sistema”. Entre 1987 y 1989 sirvió como presidente<br />

del Centro Estadounidense de PEN, la organización internacional de escritores dedicada a la<br />

libertad de expresión y la promoción de la literatura, que fomentó varias campañas a favor de<br />

los escritores perseguidos y encarcelados.<br />

Cuando se ponía más personal, Sontag se servía de una estructura de pensamiento similar a<br />

la que usaba al escribir ensayos; le gustaban las listas y las jerarquías: “Las cualidades que me<br />

atraen (alguien a quien amo debe tener al menos dos o tres): 1- Inteligencia. 2- Belleza; elegancia.<br />

3- Douceur (delicadeza, dulzura). 4- Glamour; celebridad. 5- Fuerza. 6- Vitalidad; entusiasmo<br />

sexual; alegría; encanto. 7- Expresividad emocional, ternura (verbal, física), afecto”.<br />

La fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, famosa por fotografiar a un John Lennon<br />

desnudo abrazado a Yoko Ono para la revista Rolling Stone, solo unas horas antes de que<br />

Izq. David Rieff, el único hijo de<br />

Sontag.<br />

Der. Portada de una edición del libro<br />

Un mar de muerte, en el que Rieff<br />

rememora el final de la vida de su<br />

madre.


Fotografías de Susan Sontag<br />

tomadas por Annie Leibovitz en<br />

diferentes momentos de<br />

su vida.<br />

fuera asesinado, estuvo sentimentalmente unida a Sontag durante dieciséis años, aunque la<br />

escritora nunca habló públicamente del tema. Vivían en pisos separados en el mismo edificio<br />

de Chelsea, en Manhattan. Leibovitz había conocido a Sontag en 1988, cuando la fotografió<br />

para su libro La enfermedad y sus metáforas. No es casual que de allí haya surgido una<br />

relación importante. Desde siempre Sontag había mostrado interés por la fotografía y las<br />

reflexiones en torno al tema del que quizás sea su ensayo más difundido y que se leen aún hoy,<br />

pese a haber quedado algo desactualizadas frente al avance de las imágenes que circulan por<br />

Internet en medios que ella no llegó a conocer como Instagram, Tumblr, etc.: “Fotografiar es<br />

esencialmente un acto de no intervención. Parte del horror de las proezas del fotoperiodismo<br />

contemporáneo tan memorables como las de un bonzo vietnamita que coge el bidón de<br />

gasolina y un guerrillero bengalí que atraviesa con la bayoneta a un colaboracionista maniatado<br />

proviene de advertir cómo se ha vuelto verosímil, en situaciones en las cuales el fotógrafo<br />

debe optar entre una fotografía y una vida, optar por la fotografía. (…) El acto fotográfico, un<br />

modo de certificar la experiencia, es también un modo de rechazarla: cuando se confina a la<br />

búsqueda de lo fotogénico, cuando se convierte la experiencia en una imagen, un recuerdo”.<br />

Lógicamente, no se cernía a la imagen fija y tuvo reflexiones para la pantalla de televisión: “Es<br />

el factor más insensibilizador de la sensibilidad moderna. La TV altera todo el ritmo de la vida,<br />

las relaciones personales, el tejido social, la ética, todo ello apenas comienza a ser evidente.<br />

Nos obliga a pensar: ¿Qué es una imagen?”.<br />

Generosamente, la escritora apuntaló la carrera de la fotógrafa con quien tenían en común<br />

rasgos de larguísima data como el judaísmo y el haber sido criadas por figuras paternas militares.<br />

Cuando Leibovitz hizo aquella famosísima foto (por aquel entonces bastante controvertida)<br />

de la actriz Demi Moore desnuda y embarazada, fue Sontag quien persuadió a la editora<br />

de Vanity Fair, Tina Brown para que la publicara. Aunque en vida de Sontag ninguna de<br />

las dos entró en detalles sobre la naturaleza de su unión, cuando Leibovitz fue entrevistada<br />

a propósito de su libro del año 2006, A Photographer’s life: 1990-2005, declaró: “Con Susan,<br />

vivimos una historia de amor. Podría decirse que fuimos amantes”. También contó que ambas<br />

estaban preparando un libro, ya que había disfrutado de trabajar juntas en el pasado como en<br />

Women, el libro editado en 1999, con retratos que Leibovitz realizó de diversas mujeres, más<br />

que nada situadas en sus ambientes de trabajo, y prologado con un ensayo de Sontag.<br />

Un año antes de morir, fue entrevistada por su colega español Arcadi Espada, a propósito de<br />

su ensayo Ante el dolor de los demás, sobre la violencia y su representación, en el que contradice<br />

algunas de las tesis de un ensayo anterior, Contra la interpretación. “La objetividad no es<br />

un término que yo tenga en gran estima. No creo que explique demasiado. En parte porque<br />

es un elemento polarizado, parte de una dicotomía –expresó al ser interpelada por Arcadi–.<br />

En el momento en que dices objetivo, obligas a hablar de subjetivo. Y no es eficaz. Es, como<br />

si dijéramos, una alternativa demasiado cruda. Y no creo que sea la forma correcta de hablar<br />

de fotografía. Lo que hay que buscar en las fotografías es que sean capaces de darnos la mayor<br />

cantidad de información posible sobre una situación cualquiera que se ha producido, que ha<br />

sido real. Entendiendo siempre, claro está, que sobre una situación real, la información será<br />

o7


o8<br />

siempre incompleta. Yo creo que la tensión entre objetividad y subjetividad crea muchos<br />

problemas falsos y que la primera obligación de cualquier análisis es evitar la posibilidad de<br />

que aparezcan problemas falsos”. El diálogo entre los dos autores resulta muy interesante a<br />

la hora de saber cómo pensaba Sontag al final de su vida. Hay discrepancias en cuanto a las<br />

convicciones que había sostenido durante las primeras décadas de su carrera, cuando defendía<br />

con mayor vehemencia la especulación intelectual: “Hoy yo parto de la realidad. Ni me<br />

interesa Hazlitt, ni Burke, ni Bataille, ni Baudelaire, ni el malditismo, ni lo demoníaco,<br />

ni nada de eso. ¿Sabe lo que a mí me interesa? Ruanda. (…) El genocidio a cuchillo de<br />

Ruanda. La literatura es totalmente secundaria. A mí me interesa la realidad. En seis semanas,<br />

ochocientas mil personas, ¡ochocientas mil personas!, fueron asesinadas en Ruanda. Por sus<br />

vecinos. ¡Por sus vecinos! Cada una de esas personas murió de una manera individualizada,<br />

pasada a cuchillo. Mire la historia de la humanidad. Mírela fijamente: ¡le importa un rábano lo<br />

que dicen los escritores! Ruanda. ¿Sabe usted lo que es Ruanda? (…) Ruanda es un pequeño<br />

país. Un pequeñísimo país. Más pequeño que Cataluña. Y con un noventa y cinco por ciento<br />

de sus habitantes que son católicos. ¿Para qué tengo que leer a Baudelaire? (…) Yo no apelo a<br />

la autoridad del intelectual. Insisto en que nadie ha escuchado al intelectual. Tenemos que redescubrir<br />

el retorcimiento de los seres humanos. Yo cito a estos escritores no para refugiarme<br />

en su autoridad, sino sobre todo para decir qué extraño es que sigamos redescubriendo a cada<br />

paso lo mismo. Qué extraño es que redescubramos lo evidente. Qué extraño es que no nos<br />

hayamos convertido todavía en adultos morales o psicológicos. Lo siento: me siguen sorprendiendo<br />

estas crueldades indescriptibles de los seres humanos”.<br />

El 28 de diciembre de 2004, poco después de esa entrevista en la que se mostró más preocupada<br />

que nunca por los dramas sociales del mundo (en inversa proporción a su descrédito por<br />

la actividad intelectual a la que paradójicamente había consagrado la mayor parte de su vida),<br />

Sontag murió en el hospital Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, a los 71<br />

años. Había padecido cáncer de pecho cuando tenía 43, y también le diagnosticaron leucemia,<br />

por la que llegó a recibir un trasplante de médula. Aunque se le adjudicaron romances con<br />

distintas celebridades culturales como la dramaturga cubana María Inés Fornés, la actriz<br />

francesa Nicole Stéphane y el pintor y escultor Jasper Johns, su vida terminó junto a la<br />

fotógrafa con la que había compartido, discretamente, los últimos tres lustros.<br />

“Las imágenes que idealizan (como casi todas las fotografías de modas y animales) no son<br />

menos agresivas que la obra que hace de la llaneza una virtud (como las fotografías clasistas, las<br />

naturalezas muertas del tipo más desolado y los retratos criminales). Todo uso de la cámara implica<br />

una agresión”, había dicho Sontag quien también había hecho foco en el espíritu morboso<br />

del ser humano, tan seducido por los cementerios, las momias, las catacumbas y otros templos<br />

dedicados a la muerte. Pero nunca se conocerá su opinión acerca de la famosa foto que<br />

Leibovitz le hizo cuando ya estaba muerta. Fue polémico, la acusaron de utilizar su relación<br />

con Sontag para ganar notoriedad. La fotógrafa justificó el hecho como parte de una “profunda<br />

convicción personal” y el “cierre de un ciclo”. La fotografía fue exhibida en una muestra de sus<br />

obras y publicada en su libro A Photographer’s life: 1990-2005. David Reiff, el hijo de la escritora,<br />

etiquetó esa fotografía como “un carnaval visual sobre la muerte de una celebridad”<br />

FUENTES<br />

• http://www.susansontag.com/<br />

• http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/<br />

• sontag.htm<br />

• http://cultura.elpais.com/<br />

• http://www.abc.es/<br />

• http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/<br />

• radar/9-4632-2008-05-28.html<br />

• http://www.telegraph.co.uk/<br />

• Revista Ñ<br />

• Revista ADN


Mick Jagger & Annie Leibovitz<br />

Tema de tapa<br />

dos<br />

44<br />

Canciones<br />

de<br />

BUENA<br />

LA<br />

MEMORIA<br />

POR Juan Cibeira*


La memoria es un valioso patrimonio, un privilegio de los<br />

individuos que construye su identidad y establece las condiciones<br />

históricas y culturales de una sociedad. La memoria y los<br />

recuerdos conservan aquello que cada persona ha experimentado<br />

o vivido a través de su existencia. Es el soporte donde<br />

quedan impresas las marcas del pasado, la información que<br />

estas contienen, elaborada y actualizada en forma de imágenes<br />

mentales presentes.<br />

Todo sujeto puede conservar aquello que ha experimentado o<br />

vivido, y tiene la capacidad de definir en cada caso el significado<br />

que quiere que tengan sus recuerdos: objetos, lugares, personas<br />

o emociones. Así, adjudicándoles determinados valores,<br />

podrá luego reconocerlos.<br />

En una sociedad, la memoria y la historia forman parte de una<br />

memoria colectiva en la cual quedan impresos los recuerdos<br />

del pasado. Esa es la memoria histórica, que se constituye en<br />

base a costumbres, música, danzas, festividades, tradiciones y<br />

elementos de la cultura popular surgidos del devenir histórico<br />

de una sociedad.<br />

La música, ciertas canciones, se convierten en un recuerdo<br />

imborrable, sonidos que nos evocan situaciones de placer o<br />

de dolor. Son momentos atesorados en el inconsciente que<br />

afloran radiantes en nuestra mente, evocados por sonidos que<br />

vuelven una y otra vez. Tenemos canciones guardadas en la<br />

memoria, melodías que marcaron momentos y conforman la<br />

banda de sonido de las diferentes etapas de nuestra vida. Y tenemos<br />

canciones sobre la memoria, aquellos temas que son un<br />

recuerdo colectivo, una evocación en el presente de historias<br />

vividas que preservan la identidad y el futuro de la sociedad.<br />

Un ejemplo de ese tipo de canciones que remiten a la memoria<br />

y el olvido es precisamente “La memoria” de León Gieco,<br />

incluida en el álbum Bandidos rurales, editado en 2001. Con<br />

el lirismo llano que caracteriza a Gieco, la canción aborda<br />

una amplia gama de situaciones conflictivas, en algunos casos<br />

como reflexión y en otros como denuncia.<br />

Los viejos amores que no están,<br />

la ilusión de los que perdieron,<br />

todas las promesas que se van,<br />

y los que en cualquier guerra se cayeron.<br />

Todo está guardado en la memoria,<br />

sueño de la vida y de la historia.<br />

Otros versos aluden al atentado a la AMIA, por lo que<br />

aparecen reproducidos en las paredes de la estación Pasteur-AMIA.<br />

León Gieco ha sido uno de los artistas más prolíficos<br />

en este tipo de temática dedicada a la memoria histórica.<br />

En cambio, para la megaestrella estadounidense Taylor<br />

Swift la memoria significa su primer éxito discográfico. En<br />

2006, con apenas 16 años, Taylor compuso junto a Liz Rose<br />

la canción “Tim McGraw”. El tema habla de un amor de<br />

verano evocado por el recuerdo de una canción del cantante<br />

country Tim McGraw, que dio el título al tema. Es una historia<br />

real sobre Taylor y un novio de aquella época, y fue el<br />

primer éxito discográfico de su naciente carrera.<br />

También el recuerdo de un desamor pudo transformarse en<br />

un himno como “Crímenes perfectos” de Andrés Calamaro,<br />

canción que integra el clásico álbum Alta suciedad de<br />

1997. Balada de intenso lirismo, aborda tanto el dolor del recuerdo<br />

de un amor como la memoria de los años del mundial<br />

de fútbol de 1978 y la dictadura militar.<br />

¿Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto?<br />

¿(Sentiste) a los asuntos pendientes volver hasta volverte<br />

(muy) loco?<br />

Si resulta que sí, si podrás entender lo que me pasa a mí esta<br />

noche.<br />

Ella no va a volver y la pena me empieza a crecer (adentro)<br />

la moneda cayó por el lado de la soledad y el dolor.<br />

Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial 78,<br />

me tocó crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor,<br />

la moneda cayó por el lado de la soledad, otra vez...<br />

45


fue la fotógrafa oficial de la gira.<br />

“Memory Motel” se terminó de componer en medio del tour,<br />

la letra menciona una partida hacia Baton Rouge, Lousiana,<br />

donde los Stones dieron dos shows muy recordados en esa<br />

ciudad. La historia cuenta los recuerdos de una noche de pasión<br />

en el hotel, precisamente llamado “Memoria”.<br />

Hannah cariño era una divina clase de mujer,<br />

sus ojos eran pardos<br />

y su nariz era suavemente curvada,<br />

pasamos una solitaria noche en el Motel Memoria.<br />

Está en el océano, creo que lo conoces bien,<br />

me tomó una noche estrellada para quitarme la respiración<br />

ahí en la orilla<br />

su pelo todo empapado en aerosol.<br />

Grabado en Nueva York con un seleccionado de varios de los<br />

más brillantes sesionistas estadounidenses, Alta suciedad arrasó<br />

con los ránkings y gran parte de las catorce canciones que<br />

lo componen fueron singles de gran éxito, convirtiéndolo en<br />

uno de los álbumes más vendidos de la historia en Argentina.<br />

Otro ejemplo es “Memorias del olvido”, del grupo uruguayo<br />

No Te Va a Gustar (NTVG). Perteneciente al álbum Por lo<br />

menos hoy, editado en 2010, el tema está inspirado en el<br />

film El lector, historia conmovedora protagonizada por Kate<br />

Winslet y Ralph Fiennes. La canción habla de la discriminación<br />

y la exclusión de la sociedad en la que vivimos.<br />

Otro enfoque diferente de la memoria y los recuerdos es<br />

el que Bon Jovi le dio a su tema “(You Want To) Make A<br />

Memory”. Tema perteneciente al décimo álbum de estudio,<br />

Lost Highway, según el cantante es una historia contada por<br />

alguien que en realidad es un espíritu porque está muerto. Él<br />

declaró que la compuso influenciado por el film Sexto sentido,<br />

protagonizado por Bruce Willis. “(You Want To) Make A<br />

Memory” fue lanzada en 2007 y recibió una nominación a los<br />

premios Grammy.<br />

46<br />

Me pasaron tantas cosas<br />

y no me acuerdo de nada<br />

solo del viento y tus ojos<br />

de llorar a carcajadas.<br />

No sé cuánto habrá pasado<br />

desde cuando te leía<br />

nunca quise darme cuenta<br />

que no era idea mía.<br />

Si te vas ahora yo lo entenderé,<br />

si te quedas, ya tengo un plan,<br />

¿quieres hacer memoria...?<br />

¿Quieres robar un pedazo de tiempo...?<br />

Puedes cantarme una melodía,<br />

Yo escribiré un par de líneas,<br />

¿quieres hacer memoria...?<br />

Las historias, los recuerdos de los amores fugaces en la ruta<br />

son parte indisoluble del rockanroll. Y quién mejor que los<br />

Rolling Stones para ofrecer uno de esos relatos como “Memory<br />

Motel”. La canción, una típica balada Stone, compuesta<br />

por Jagger y Richards, pertenece al álbum Black and Blue<br />

editado en 1976. Jagger comenzó a escribirla mientras paraba<br />

con Richards en la casa de Andy Warhol en Nueva York,<br />

antes de que los Stones comenzaran el histórico “Tour de las<br />

Américas ‘75”. El motel al que hace alusión el título existe en<br />

Long Island y la mujer protagonista de la historia, nombrada<br />

como Hannah, sería la reconocida Annie Leibovitz, que


Más real y cercano a la memoria colectiva, el conflicto bélico<br />

por Malvinas dejó un acontecimiento histórico inevitable<br />

que se reflejó en canciones de la época que permanecen<br />

imborrables en el inconsciente colectivo. Abrevando en la<br />

cultura musical de la época, profundamente influenciada<br />

por una actitud de resistencia al régimen, fueron muchas las<br />

canciones que surgieron retratando el momento sangriento<br />

o luego como reflexión de posguerra. Temas como “Reina<br />

Madre” de Raúl Porchetto, “No bombardeen Buenos Aires”<br />

de Charly García y “La isla de la buena memoria” de<br />

Alejandro Lerner fueron la respuesta inmediata del rock<br />

nacional al conflicto.<br />

La canción de Alejandro Lerner fue uno de esos temas que<br />

terminó convirtiéndose en un himno de resistencia a la dictadura<br />

militar, infaltable en aquellos conciertos que ya se habían<br />

convertido en reuniones de protesta contra el régimen.<br />

Lerner era en aquellos años de plomo un juvenil compositor<br />

e intérprete que, luego de participar en varias bandas, había<br />

sorprendido gratamente con su álbum debut solista Alejandro<br />

Lerner y La Magia, lanzado en 1982. Ese mismo año, fue una<br />

de las grandes atracciones del festival B.A. Rock y en 1983 se<br />

consagraría definitivamente con el disco Todo a pulmón, donde<br />

incluiría “La isla de la buena memoria”.<br />

Desde que llegué a la isla no tengo con quién hablar.<br />

Somos miles los unidos por la misma soledad.<br />

Creo que hace mucho frío por acá;<br />

hay más miedos como el mío en la ciudad.<br />

Ya se escuchan los disparos entre muerte y libertad,<br />

cae mi cuerpo agujereado, ya no podré cantar más.<br />

La guerra de Malvinas continuó siendo inspiración para muchos<br />

artistas locales e internacionales, especialmente en los<br />

años de posguerra. Con el tiempo surgieron otros enfoques<br />

del conflicto como el del grupo Attaque 77, que en 1994 reivindica<br />

a los ex combatientes como héroes y también como<br />

víctimas del régimen militar con su tema “2 de abril”, incluido<br />

en su quinto disco de estudio titulado Amén!<br />

Los músicos británicos también hicieron escuchar su voz sobre<br />

la guerra. La legendaria banda The Clash editó en 1982<br />

su álbum Combat Rock, cuyo título aludía al conflicto. También<br />

Pink Floyd dio su particular visión de la guerra en el álbum<br />

The Final Cut, el último con Roger Waters. Grabado<br />

en 1983, el álbum es una corrosiva crítica antibélica en la que<br />

también se mencionan las secuelas económicas del conflicto y<br />

el suicidio de los ex combatientes británicos<br />

47<br />

* Periodista. Fue integrante del staff de la mítica revista Pelo. Actualmente forma<br />

parte del Departamento de Promoción de Warner Music.


Entrevista<br />

dos<br />

48<br />

En un<br />

HOTEL<br />

llamado<br />

LAS VIOLETAS<br />

El hipnotizador, la nueva serie de HBO, se basó en una historieta escrita por PABLO DE SANTIS<br />

y dibujada por JUAN SÁENZ VALIENTE. Quid se reunió con los dos autores para hablar del paso del papel a<br />

la pantalla chica<br />

POR Nancy Giampaolo


Pablo de Santis<br />

–¿Fue usted a quien primero se le ocurrió que El hipnotizador<br />

era una historia viable para llevar a la tele?<br />

No tuve nada que ver en eso: apenas salió la edición francesa<br />

de la historieta, un crítico y escritor brasileño, Joca Reiners<br />

Terron, recomendó el álbum a la productora RT de San<br />

Pablo. Ellos se entusiasmaron con la idea y propusieron el<br />

proyecto a HBO.<br />

–¿Cómo fue la génesis de la historieta, mucho antes de<br />

la serie televisiva? Juan Sasturain nos propuso trabajar<br />

juntos para la revista Fierro. Hicimos con Juan Sáenz Valiente<br />

un par de historietas unitarias y después empezamos<br />

a trabajar en El hipnotizador. Primero escribí un plot argumental,<br />

para que Juan fuera viendo el mundo del personaje, y<br />

después ya empezamos a trabajar en las historias. Para mí era<br />

muy importante la relación del hotel con la historieta y, sobre<br />

todo, la voz de Salinero, el dueño del hotel, que en cierta forma<br />

recibe a los lectores y les muestra los personajes.<br />

–¿Qué le parece el resultado final de la serie de HBO?<br />

La serie es impresionante, está hecha con un cuidado preciosista<br />

y consigue un clima de alucinación. Leonardo Sbaraglia<br />

hizo un gran trabajo en el rol de Arenas. Hay también<br />

otros argentinos –Marilú Marini, Chino Darín, Alejandro<br />

Awada–, junto a actores brasileños y uruguayos. Además<br />

de escribir la historieta, participé en el guión, junto a tres<br />

guionistas brasileños: Leonardo Levis, Thiago Teixeira y<br />

Tiago Brito.<br />

–Usted es mayormente conocido como escritor, pero<br />

sus primeros textos fueron, justamente, guiones de<br />

historieta. ¿Cuándo una historia es más apta para la<br />

historieta que para la literatura? En toda historia hay<br />

elementos visuales, pero en una historieta estos deben ser especialmente<br />

intensos, para que el dibujante pueda presentar<br />

acciones, escenarios, personajes. Y la historieta, en general, le<br />

viene muy bien a la narrativa audiovisual. De hecho, en muchas<br />

películas trabajan dibujantes de historietas, para poner<br />

en imágenes el guión antes de filmarlo. El dibujo de historieta<br />

trabaja con distintos planos y encuadres, igual que el cine o<br />

la televisión.<br />

–En sus primeras obras historietísticas hizo dupla con<br />

Max Cachimba, un dibujante que se encuentra en las<br />

antípodas de Sáenz Valiente. ¿Varía su escritura de<br />

acuerdo al dibujante? Los dos son dibujantes geniales,<br />

pero tienen rasgos muy distintos. En el dibujo de Juan Sáenz<br />

Valiente uno entra en una ilusión, es como si paseara por esos<br />

ambientes de techos altos, como si explorara esas casas un<br />

poco ruinosas. En cambio, los dibujos de Max Cachimba<br />

tienen conciencia de que son algo que está sobre la página.<br />

Hay una interacción entre los personajes y los signos gráficos<br />

que los sustenta. Juan y Max son dos casos extremos de invención<br />

constante. Yo no veo en los dibujantes europeos este<br />

gusto por emprender siempre un nuevo camino. Los guiones,<br />

por supuesto, cambian: cuando trabajo para Juan Sáenz Valiente<br />

hago historias que se acercan más a la literatura fantástica,<br />

mientras que con Max Cachimba, con quien hicimos<br />

La cazadora de libros, el mundo imaginativo siempre está<br />

cerca del absurdo. También trabajé en los últimos años con el<br />

dibujante cubano Frank Arbelo, con quien hicimos Justicia<br />

poética, que apareció en Fierro. Arbelo tiene un estilo duro,<br />

sintético y fuerte, ideal para el policial.<br />

–¿Cuál es su relación con la televisión? ¿Cayó en el<br />

furor de las series? Me gustaron mucho algunas series,<br />

sobre todo las dos primeras temporadas de Homeland. Y me<br />

encantan las series policiales clásicas: Poirot y La señora Marple.<br />

Creo que el encanto de series como Lost, Breaking Bad o<br />

Homeland está en que mientras el cine trabaja con estructuras<br />

más rígidas, las series, al no tener una duración definida,<br />

se permiten innovar una y otra vez. Sin embargo, la duración<br />

indefinida es también el principal enemigo: toda historia que<br />

se prolonga en exceso termina por parecer un teleteatro absurdo,<br />

donde los personajes son encarnaciones de la contradicción.<br />

La idea de final es fundamental para definir lo que es<br />

una narración: lo que no tiene final no tiene sentido.<br />

49<br />

Juan Sáenz Valiente<br />

El mundo que propone el guión de El hipnotizador es<br />

tan fantástico y vago como la evocación de un sueño<br />

(precisamente el tema de la historia), pero su dibujo es


5o<br />

preciso y construido en torno a singularidades: nada<br />

es genérico, todo es específico. ¿Ese contraste fue<br />

consciente o simplemente trabaja así? Cuando se me dio<br />

la oportunidad de colaborar con De Santis, cargaba con la<br />

herencia cultural de sus colaboraciones junto a Cachimba<br />

a las que yo no podía esquivar. Entonces, para no repetir la<br />

fórmula, decidí hacer lo contrario; un dibujo completamente<br />

realista y racional que no busque dispararse desde el guión,<br />

sino estar al servicio absoluto de este. Si De Santis hablaba,<br />

por ejemplo, de una máquina llena de engranajes, yo me proponía<br />

dibujar una máquina que teóricamente funcionara, que<br />

pudiera haber existido en nuestro mundo. Como los robots<br />

de Robotech, que teóricamente era verdad que se podían<br />

transformar de nave a robot. Igual es mentira, respecto de<br />

las máquinas y autómatas que dibujé nunca me preocupé<br />

porque funcionaran teóricamente, estoy exagerando. Pero por<br />

ejemplo, al Hotel Las Violetas, donde transcurre la historia,<br />

lo diseñé con mi madre, que es arquitecta, y los dibujos de<br />

los fondos siempre respetan los planos que hicimos. Pero en<br />

síntesis, llegué a ese recurso del realismo para escapar de ser<br />

una variación de Cachimba. Por sorpresa, descubrí que el<br />

contraste que se generaba entre un guión tan fantástico y un<br />

dibujo tan racional generaba un equilibrio muy interesante,<br />

también. Era otra manera muy diferente de interpretar los<br />

guiones de Pablo De Santis.<br />

–¿Hubo un trabajo conjunto con el guionista para definir<br />

aspectos visuales de la historieta que no estuviesen<br />

implícitos ya en el diálogo o la descripción de las acciones<br />

que te daba el mismo guión? De Santis da una total libertad<br />

cuando entrega el guión. Tampoco el guión mismo impone<br />

muchas condiciones, describe lo mínimo indispensable.<br />

Dice qué dicen los personajes pero no cómo lo dicen. Está<br />

separado en cuadritos, pero ni siquiera aclara dónde terminan<br />

las páginas. Pero, al mismo tiempo, sus guiones son completamente<br />

herméticos, en cierto sentido. Desde los diálogos y<br />

las elipsis temporales que logra, si uno intenta toquetearlo, lo<br />

tergiversa. Es muy difícil encontrarle tuercas flojas o huecos<br />

donde meter mano. Eso que a mí me gusta intentar meter<br />

mano y ver si puedo potenciar en algo la historia modificando<br />

algo. Pero los guiones de De Santis tienen un manejo perfecto<br />

de los tiempos y los diálogos. No hay nada de más. Y si hay<br />

una frase que parece descolgada, más adelante seguro cobrará<br />

sentido. El resto (fondos, características físicas, actuación,<br />

encuadres) los deja absolutamente a criterio del dibujante.<br />

Pero siempre encuentro una sola forma de contarlos; creo<br />

que nunca pude sacarle un cuadrito, ni agregarle una frase.<br />

Siempre que leo sus guiones, ya sé desde la primera vez cómo<br />

serán los aspectos físicos de los personajes, cómo actuarán<br />

y cómo serán los fondos por los que se moverán. Después,<br />

quizás, me cuesta dibujarlos y lograr plasmar lo que tengo en<br />

la cabeza. Pero lo que él escribió me apunta la imaginación a<br />

un lugar muy preciso; poco vago. No tengo que hacer parvas<br />

de bocetos hasta lograr dar con algo que lo represente; ya lo<br />

vi desde la primera vez que leí el guión. De todos modos antes<br />

de dibujar las páginas muestro un storyboard a De Santis<br />

a ver si le parece que está todo bien. Salvo alguna que otra<br />

vez que me comí un globito o algún error técnico similar, él<br />

siempre encuentra todo bien y nunca corrige nada. Tampoco<br />

cuando le muestro las páginas ya terminadas. No sé si él será<br />

así con todos sus colaboradores o conmigo se siente cómodo y<br />

por eso es así. Pero yo me siento de lo más cómodo trabajando<br />

con él, obviamente.<br />

–¿Se basó en documentación de algún tipo para construir<br />

ese mundo? Sí, muchas fotos, principalmente. En la<br />

época en la que dibujé la historieta vivía por Montserrat, por<br />

lo que salía a sacar muchas fotos por el barrio, que tiene una<br />

arquitectura muy compatible con los fondos que yo quería<br />

dibujar. En realidad creo que era prácticamente el mismo<br />

lugar, salvo que hace mucho, sin los maxikioskos ni algún que<br />

otro edificio setentoso que se construyó, ni los carteles con<br />

backlight, ni los aires acondicionados incrustados en las fachadas<br />

que hay ahora. También me compré un diario El mundo<br />

y una revista El hogar, ambos del 30, en una librería de antigüedades<br />

del barrio. Además, tenía muchos libros de fotos<br />

antiguas de Buenos Aires y revistas viejas de mi familia. De<br />

las revistas y los libros no solo rescataba los fondos y los vestuarios.<br />

También las caras de esa época eran muy interesantes.<br />

Como si fueran más intensas que las de ahora. Me animo<br />

a teorizar que al estar recién llegados los grupos migratorios,<br />

allá por el 1900, no estaban tan mezclados como ahora, y los<br />

rasgos estaban menos integrados. Pero quizás es un prejuicio


idículo. Encuentro las caras de principio de siglo pasado muy<br />

interesantes, incluso abstrayéndolas de los peinados que nos<br />

pueden parecer exóticos hoy en día. De todos modos en esa<br />

época no tenía Internet en mi casa, no sabía googlear ni existía<br />

el streetview. Creo que hoy en día lo podría haber resuelto<br />

sin salir de mi escritorio. Al menos las nuevas historietas las<br />

hago prácticamente así.<br />

–Uno de los personajes se parece a Domingo Cavallo.<br />

¿Se basó en personas reales en todos los casos? Eso me<br />

quedó un poco desprolijo, justamente. Algunos personajes<br />

eran inventados y otros los sacaba de fotos. A Cavallo lo usé<br />

porque tenía que hacer otro personaje, también hipnotizador.<br />

Daba ideal como physique-du-rol, porque tenía ese aspecto<br />

de gordito tierno y dulzón pero a su vez esa mirada muy terrible<br />

y siniestra. Esos aspectos me venían muy bien para el<br />

hipnotizador que necesitaba dibujar. Una vez, viendo a Cavallo,<br />

mi padre me dijo: “Fijate que controla el pestañeo, por<br />

eso es tan intensa su mirada”. Tenía razón. Me gusta mucho<br />

esto de agarrar personajes de público conocimiento y usarlos<br />

fuera de contexto, pero aprovechando sus características, que<br />

todos conservamos en el inconsciente colectivo. Si bien no<br />

todos repararon de manera consciente en el control del pestañeo<br />

de Cavallo, todos tenemos cierto respeto por la mirada<br />

tan penetrante del ex ministro, sin darnos cuenta. Entonces,<br />

por más que sea un dibujo y el tipo esté fuera de contexto,<br />

con un péndulo, vestido de época, arriba de un escenario, el<br />

shock influye y el inconsciente colectivo nos aporta una carga<br />

cultural que hace que tengamos un respeto particular por ese<br />

personaje. Eso me ahorra un montón de trabajo como autor.<br />

La cuestión es que me quedó un poco desparejo el diseño<br />

de los personajes en la historieta, porque, al haber algunos<br />

personajes basados en personas reales y otros inventados,<br />

no quedaron bien integrados y se nota el salto de uno a otro.<br />

Como en Los Simpson, cuando hacen convivir a la caricatura<br />

de Keith Richards con Homero, que no queda bien, se<br />

nota en el primero el esfuerzo por adaptarlo a ese mundo y<br />

en el segundo cómo fue hecho con total naturalidad. Tomé en<br />

cuenta el error para futuras creaciones<br />

51


Entrevista<br />

tres<br />

327<br />

CUADERNOS<br />

UNA CÁPSULA<br />

DEL TIEMPO<br />

Hijo de Torcuato Di Tella y referencia incontestable a la hora de hablar de documental en Argentina,<br />

ANDRÉS DI TELLA recurre al Found Foutage y a una puesta metafórica para llevar a la pantalla grande el<br />

último intento de Ricardo Piglia por abordar sus diarios personales, el resultado: 327 cuadernos.<br />

Un diario cinematográfico sobre la lectura de un diario literario<br />

POR Esteban Ulrich<br />

52<br />

–¿Cómo surge la idea de la película? El proyecto surge a<br />

partir de Ricardo Piglia... Yo lo conozco hace treinta años,<br />

hicimos otra película en el 85, sobre Macedonio Fernández,<br />

y hace un tiempo veníamos con la idea de hacer algo.<br />

Charlando con él, cuando estaba en Estados Unidos pero ya<br />

por volver a la Argentina definitivamente, me contó que tenía<br />

eso pendiente, revisar sus diarios. Era algo que venía postergando,<br />

cosa de la que habla un poco en la película... Entonces<br />

surgió la idea de hacer algo sobre el diario como género. Le<br />

propuse filmar la lectura del diario y me dijo que le gustaba la<br />

idea porque le venía bien, siempre que lo había intentado antes,<br />

no había podido continuar, le resultó demasiado difícil...<br />

–Sí, usted lo define como “el diario de la lectura de un<br />

diario”... Esa era la idea. Entonces yo hacía un poco las dos<br />

cosas, de alguna manera hacía el diario que quería hacer pero<br />

lo hacía un poco por interpósita persona. En el fondo, los<br />

documentales son un poco así, las personas que se convierten<br />

en un personaje en un documental, en una película, son ellos<br />

mismos y, al mismo tiempo, se convierten en un símbolo de<br />

otra cosa, en una metáfora. Creo que si uno hace una película<br />

sobre alguien como Ricardo Piglia, que tiene su imaginario<br />

bien definido, también le agrega algo a los propios intereses.<br />

Quizás tanto o más que los del propio Ricardo, porque estoy<br />

seguro de que esta no es la película que él hubiera hecho a<br />

partir de los diarios.<br />

–Técnicamente resulta interesante la utilización de<br />

ciertos recursos y materiales que no tienen que ver<br />

necesariamente con el sujeto, con Ricardo y su historia,<br />

sino más bien con el género del Found Footage, el uso<br />

de materiales audiovisuales encontrados de diversos<br />

orígenes que se ven resignificados por su incorporación<br />

en el montaje... A mí me pareció que los diarios, entre otras<br />

cosas, eran un poco como una cápsula de tiempo, en el sentido<br />

de que aparecían ahí cosas que el propio Ricardo había


olvidado, tanto cosas escritas como papelitos, documentos, fotos;<br />

en la película aparece apenas la punta del iceberg de todo<br />

ese universo de los cuadernos. Una cantidad de cuadernos<br />

que en realidad ni siquiera Ricardo contó, 327 es un número<br />

que dijo en un momento, pero ahora, por ejemplo, que se<br />

publica el primer volumen de los diarios, en el prólogo habla<br />

de 120 cuadernos. Es que también Ricardo es de dar detalles<br />

muy precisos para hablar de algo que no es del todo real y al<br />

mismo tiempo todo lo que escribe es autobiográfico, siempre<br />

con máscaras y con transformaciones, pero todo tiene algún<br />

vínculo bastante directo con cosas reales que le pasaron a él o<br />

a personas de su entorno... Hace esa pirueta extraña, creo que<br />

es una suerte de confesión de que nunca es posible contar<br />

las cosas tal cual son, que con el hecho de contarlas ya se está<br />

deformando y contando una fábula. Además, no buscaba tanto<br />

la faceta del Piglia teórico o del profesor que dio las clases<br />

magistrales sobre Borges en la TV Pública, que es tal vez su<br />

faz pública más conocida, porque Ricardo es un gran ensayista.<br />

Yo buscaba otra cosa, justamente la sensación de vida, de<br />

intimidad que podía aparecer a través del diario. La lectura<br />

revela su vida privada, pero en relación con acontecimientos<br />

públicos, con una cierta época. Ricardo comienza a escribir<br />

los diarios en el año 1957, cuando sale su padre después de<br />

haber estado preso por defender a Perón en el 55, y llegan<br />

hasta la actualidad, entonces aparece ese medio siglo de vida<br />

argentina todo el tiempo, no podía tratarse de cualquier otro<br />

lugar. Entonces, se trata de algo muy personal, pero a la vez<br />

aparecen sucesos compartidos con muchísimas personas que<br />

vivieron esos mismos años. La búsqueda del material de archivo<br />

tenía que ver con eso, con encontrar películas familiares<br />

anónimas que tuvieran algo que ver con los lugares y los momentos<br />

que él vivió: Adrogué, Mar del Plata, algo de La Plata,<br />

Buenos Aires, y los años 50, 60, 70 y algo de los 80. Es muy<br />

curioso que una película familiar ajena completamente, que<br />

no tiene nada que ver con él, logre encarnar esos recuerdos,<br />

la mudanza por ejemplo... Y también se corresponde con una<br />

idea: usar cosas ajenas. Como escritor, Piglia, a veces, toma<br />

una historia de un cuento o novela escrito por un autor ruso<br />

y dice que está escrito por Roberto Arlt. Eso lo hace en<br />

un cuento famoso suyo. Usa las vidas ajenas y se apropia de la<br />

literatura ajena.<br />

–Hay algo en el uso de esos materiales encontrados,<br />

que tiene que ver con el arte concreto, con utilizar una<br />

materia prima determinada... Sí, el material tiene su elocuencia<br />

propia... Yo siento que mis ideas son muy limitadas y<br />

que me encuentro con cosas, personas, objetos, documentos<br />

que hablan con una elocuencia que yo no tengo... Entonces,<br />

volviendo al Found Footage, estas películas familiares que<br />

elegí después de un largo proceso de búsqueda, inclusive los<br />

fragmentos de noticieros que incluí, son descartes, y eso es<br />

muy interesante, porque se nota eso, que son un poco raras...<br />

–La entrevista al hermano del Che, en la que no puede<br />

responder las preguntas del periodista, es significativa<br />

en este sentido... Sí, eso es algo que seguramente no emitieron<br />

porque desde el punto de vista de la televisión es un fracaso,<br />

ahora, desde el punto de vista cinematográfico tiene una<br />

gran tensión... En este sentido, me gusta pensar que a la hora<br />

de hacer un documental tomo mucho de la literatura más<br />

que del cine, hago películas como si estuviera escribiendo un<br />

libro. No solo por el uso de la voz en off, que suelo hacer, u<br />

otros recursos narrativos, sino que mis proyectos tienen cierta<br />

ambición propia de la literatura...<br />

53


54<br />

–¿Cómo la definiría? Básicamente, con mayor complejidad,<br />

basada en el hecho de cruzar historias. Me parece que en la<br />

literatura siempre se trata de esto, en el cine es más difícil<br />

porque la ley del espectáculo te obliga a hacer una evolución<br />

un poco más lineal. En mis películas se pelean un poco la ley<br />

del espectáculo con esa vocación literaria... Nos reíamos con<br />

Ricardo porque yo le decía: “Leo más libros de lo que veo películas”;<br />

y él me decía: “¡Y yo al revés!, ¡veo más películas de<br />

lo que leo libros!” (risas)...<br />

–De esa manera se puede definir el documental, como<br />

ocupando ese lugar entre el espectáculo y la literatura...<br />

Quizás... No suele ser lo usual, muchas veces se lo ubica<br />

más entre el espectáculo y la política... Pero sí, yo me siento<br />

muy identificado con la literatura y me gusta imaginarme haciendo<br />

películas como si estuviera escribiendo novelas...<br />

–Me preguntaba cómo pudo haber influido en su formación<br />

la historia de su familia, para que haya elegido<br />

el documental como medio de expresión... No fui marcado<br />

tanto por la época del Instituto Di Tella, por mi edad,<br />

pero sí posteriormente. Mi mamá, que se llamaba Kamala,<br />

era hindú, ella murió hace veinte años, era psiquiatra y estaba<br />

muy vinculada con toda la movida de esa época, su mejor<br />

amiga era Marta Minujín, por ejemplo, y en Londres, en<br />

donde vivimos mucho, estaba muy vinculada con el movimiento<br />

llamado de antipsiquiatría. Trabajaba con Ronald<br />

Laing, que era el pope de ese movimiento, y en ese sentido,<br />

desde temprano estuve expuesto a muchas cosas nuevas, a un<br />

montón de gente especial, a la que aprendí a valorar con el<br />

tiempo. Mi papá es Torcuato Di Tella, que ahora es embajador<br />

en Italia y fue Secretario de Cultura y fundador del<br />

Instituto Torcuato Di Tella, que es el nombre de mi abuelo<br />

en realidad, que fue a su vez el fundador de Siam Di Tella,<br />

de ahí viene todo el resto, el Instituto y luego la Universidad.<br />

Eso fue algo que hicieron mi viejo y mi tío Guido. Niños ricos<br />

con tristeza que decidieron hacer esa locura (risas)... Es otra<br />

historia, pero fue una apuesta por un país con el que soñaron<br />

en esa época.... También hice un par de películas autobiográfica<br />

familiares, Fotografías, sobre mi mamá; La televisión<br />

y yo, más sobre la historia de mi papá y de mi abuelo, que<br />

también se vuelven historias universales. En Fotografías, sobre<br />

todo, me tomé el trabajo de quitar información sobre mi<br />

madre, si bien está lo esencial, por ejemplo Marta Minujín<br />

me señaló que no había puesto tal cosa y tal otra, como que<br />

no le hacía justicia a mi madre... Pero yo lo entiendo como<br />

el efecto iceberg, muestro la punta del iceberg que era mi<br />

mamá, el resto, lo que está bajo el agua, invisible, es lo que<br />

el espectador tiene que imaginar. ¿Cómo lo hace?, a partir<br />

de sus propias emociones, de su propia madre. Entonces es<br />

increíble, he recibido cientos de mensajes, de mails, cartas,<br />

gente que me manda fotos de sus familias... Un efecto muy<br />

raro en donde algo muy específico puede tener una repercusión<br />

en muchas personas que no tienen nada que ver con esa<br />

historia. Me parece que con Ricardo pasa lo mismo o espero<br />

que suceda... Mi esperanza es que uno pueda ver la película<br />

sin saber quién es Ricardo Piglia, porque también es eso, es la<br />

fábula de un hombre que tiene 327 cuadernos...<br />

–¿El documental le permite resolver cuestiones personales?<br />

Lo que permite, que me parece increíble, es entrar en


la vida de gente que no te conoce. Es increíble, vas con una<br />

cámara y la gente abre su vida... ¿Por qué lo hace? Bueno, hay<br />

mucha fantasía, o tal vez la idea de que por fin alguien se fijó<br />

en ellos... Yo creo que todos tenemos un instinto de dar testimonio<br />

de nuestra vida, puede sonar un poco pretencioso, pero<br />

creo que es así, lo compruebo todo el tiempo. Me encuentro<br />

con gente que me parece que no me va a hablar y finalmente<br />

es más poderosa la necesidad de que se sepa lo que se ha vivido<br />

que todo lo demás. Además, en cuanto a lo personal, en los<br />

demás empezás a encontrar reflejos, metáforas o resonancias<br />

de tu propia experiencia, creo que eso es lo que uno busca,<br />

hago documentales pero cuento fábulas. Ricardo, en el film,<br />

se refiere a la idea de la “ficción imperceptible” del diario; un<br />

documental también es real, pero hay una historia que estás<br />

contando y no es que no sea real, pero el hecho de que sea<br />

una historia lo convierte en una fábula...<br />

–¿Cómo pensó el problema del estreno? Hoy en día<br />

hay mucha oferta y mucho ruido publicitario para todo<br />

lo que es espectáculo y este tipo de films suele quedar<br />

más relegado... Para esta película vamos a ensayar un estreno<br />

particular. La estrenaremos en el cine en simultáneo<br />

con una emisión televisiva, que es algo que no se ha hecho<br />

porque se cree que automáticamente le quita público al cine,<br />

pero no creo que sea así, y además van a salir al mismo tiempo<br />

los propios diarios publicados, así que creo que todo eso<br />

va a producir un fenómeno que espero llame la atención...<br />

Por ejemplo, para la última película que estrené, Hachazos,<br />

también escribí un libro sobre el mismo tema y lo lanzamos<br />

con el film, después hicimos con Claudio Caldini una serie<br />

de performances teatrales, como una manera de otorgarle<br />

distintas formas de vida a la obra, porque suelo juntar mucho<br />

material que después queda afuera del film, que vale la pena<br />

hacer algo extra, algo que la gente quiera ir a ver y que sea un<br />

evento único... Hoy es necesario buscar distintas formas de<br />

exposición. No sirve quedarse con el estreno cinematográfico<br />

de los jueves


56<br />

Reseña<br />

uno<br />

La<br />

insustancial<br />

LEVEDAD<br />

DE LA<br />

NIEVE<br />

POR Christian Kupchik<br />

A comienzos de los años 80 del pasado siglo irrumpieron<br />

por sorpresa una serie de escritores estadounidenses que<br />

narraban historias que aparentemente no guardaban ningún<br />

espíritu épico: historias cotidianas que pasaban por pequeñas<br />

tragedias triviales, desengaños, abandonos, adicciones.<br />

El tono era seco, sin estridencias ni adjetivaciones. Entre<br />

sus autores paradigmáticos se encontraban nombres que<br />

hoy ya suenan a referentes, como Raymond Carver (quizá,<br />

en primer término), Tobias Wolf, Richard Ford y<br />

otros. Al estilo que promovían los cultores de esta propuesta,<br />

se dio en llamarlo dirty realism (realismo sucio), o más<br />

directamente, minimalismo. Por supuesto, demás está decir<br />

que a comienzos de los 80 las nuevas tecnologías ni las redes<br />

sociales habían llegado y lejos se estaba de intuir su influencia,<br />

ya no solo sobre la comunicación sino, incluso, sobre la<br />

percepción de lo real.<br />

Más de tres décadas después, nos llega Chica de oficina, novela<br />

de Joe Meno (Chicago, 1974), nueva esperanza blanca<br />

de la narrativa estadounidense. Esta novela de Meno, sexta<br />

de su producción personal, se sitúa en Chicago durante el<br />

último año del siglo XX, y los protagonistas tienen la misma<br />

edad que su autor (bueno, al menos el masculino, la chica<br />

dos menos) ese mismo año. Tampoco en 1999 las redes<br />

tenían el poder de hoy, pero sí en 2012, cuando se publicó<br />

la novela. También, en la ocasión, los medios de su país<br />

sindicaron el estilo de Meno como “minimalista”, aunque<br />

quizá, jugando con su apellido, sería más correcto catalogarlo<br />

de menomalista, que es lo mismo, pero en ningún<br />

sentido es igual a lo que propugnaban sus predecesores. Se<br />

trata de una narración directa, rápida, sincopada, asociada a<br />

las claves de muchas de las sitcom actuales (comedias sobre<br />

todo, y cuanto más negras mejor), al post del Face, incluso<br />

por momentos tiene el perfume de la dieta de caracteres<br />

de Twitter. A lo largo del relato se suceden ilustraciones –a<br />

cargo de Cody Hudson– y también fotografías –de Todd<br />

Baxter. Unas y otras son simples, casi infantiles los dibujos,<br />

algo naif las fotos, desprovistas de cualquier intencionalidad<br />

“artística”. Lo mismo ocurre con la tipografía que abre los<br />

capítulos, en imprenta manuscrita, y hasta los títulos de los<br />

mismos, que parecen haberse jurado no ir más allá de la<br />

acción concreta: “Al abrir la puerta de su departamento”, “Y<br />

mientras va en bicicleta”, “El martes hacen esto”, etc.<br />

Todo parece deliberado por Meno para la puesta a punto de<br />

su historia, pero no obstante sorprende con los tres epígrafes<br />

que abren el libro, los tres de autores franceses. Y no<br />

franceses cualquiera: el existencialista Camus (“el arte no<br />

tolera la razón”, más que gráfica), el simbolista Baudelaire<br />

y el filósofo situacionista Guy Debord, teórico de la “sociedad<br />

del espectáculo”. Pero los franceses también juegan a la


Joe Meno<br />

estrategia de Meno. Incluso su protagonista tiene nombre<br />

francés: Odile. Y en un momento hay cierta fascinación por<br />

Serge Gainsbourg, quien anima desde las paredes.<br />

A partir de allí se acaba “lo francés” –o lo que se entiende<br />

como tal– y se abre Chicago. Para colmo, Chicago en enero,<br />

que es muy fría y nieva siempre, pero a pesar de eso los<br />

protagonistas se empeñan en recorrerla en bicicleta. Veamos.<br />

Odile es una chica de Minneapolis que fue a Chicago<br />

a estudiar arte, pero se queja de la incomprensión de sus<br />

profesores que no entienden su propuesta. Propuesta que,<br />

hasta donde se sabe, no pasa de garabatear grandes genitales<br />

a anuncios publicitarios callejeros o de ómnibus. Por lo<br />

demás, Odile comparte un cuarto con una chica a la que no<br />

soporta, mantiene relaciones ocasionales con hombres que<br />

le repugnan –o por lo menos no le importan demasiado–,<br />

sueña con irse una temporada a lo de un amigo en Brooklyn<br />

y cambia de trabajos insustanciales de telemarketing con<br />

horarios nocturnos.<br />

Por otro lado está Jack, quien tampoco goza de una realidad<br />

muy feliz. Su aparición coincide con el abandono de su<br />

esposa, quien se marchó a Berlín al cabo de unos meses de<br />

casados. También Jack participó en la escuela de arte y se<br />

sintió incomprendido aunque tiene un proyecto que lo obsesiona:<br />

registrar en una pequeña grabadora de cintas todos<br />

los sonidos urbanos. Todos: un auto que frena, fragmentos<br />

de una conversación, un globo que se eleva (¿cómo suena<br />

un globo?). Después, durante horas, puede aliviar su melancolía<br />

escuchando los sonidos. Y tiene una banda, pero poco<br />

importa. Cuando no escandaliza mostrando los testículos en<br />

una fiesta, vende algo también por teléfono.<br />

Y así es como se encuentran Odile y Jack: vendiendo suministros<br />

de ortopedia por teléfono. Así tejen su historia de<br />

amor bajo la nieve, con su carga de vacío y desencanto, de<br />

ironía y tristeza. Meno dibuja a través de ese estilo directo,<br />

sin afectaciones, el desabrido mundo posadolescente que se<br />

les abre a dos jóvenes en medio de sus veintipico cuando el<br />

siglo agoniza. Hay una visión satírica, no exenta de cinismo,<br />

en cuanto a aquello que los rodea. Los grandes sueños<br />

descansan en otra parte, lejos de Odile y Jack. Incluso los<br />

diálogos y acciones que los unen parecen tener la trascendencia<br />

de lo volátil: “Escribí mi número de teléfono en tu<br />

espalda”. “¿Qué?”. “Escribí mi número de teléfono en tu<br />

espalda”. “¿De verdad? ¿Por qué lo hiciste?”. “No lo sé.<br />

Pensé que sería divertido”. “No lo vi. Y luego me duché”. Y<br />

así sucesivamente.<br />

Esa ingravidez existencial que envuelve a Odile y Jack, la<br />

manera casi insustancial con que Meno va diluyendo su<br />

historia, acaso es un intento por adelantarse al umbral de<br />

los tiempos donde se cosechan amigos virtuales y la comunicación<br />

se profundiza a ciento veinte caracteres. Chica de<br />

oficina resulta así un fresco en donde el arte, el amor, la<br />

amistad, se volatilizan con la misma facilidad que la nieve<br />

en el suelo. No es sencillo pedalear en la nieve, ni escuchar<br />

los sonidos de un globo que se pierde en el aire. Pero Meno<br />

lo intenta.<br />

Asimismo, es de agradecer que aparezcan intrépidos como<br />

los responsables del sello Páprika para presentarnos nuevos<br />

autores y estéticas, en traducciones fluidas y comprensibles<br />

como la llevada a cabo por Virginia Higa en Chica de<br />

oficina<br />

Chica de oficina,<br />

de Joe Meno.<br />

Trad. de Virginia Higa<br />

Páprika, 2015.<br />

57


RECOMENDADOS<br />

LO QUE NO TE MATA TE HACE MÁS FUERTE<br />

David Lagercrantz<br />

Destino<br />

Es la cuarta entrega de la serie Millenium,<br />

iniciada con Los hombres que no amaban<br />

a las mujeres, La chica que soñaba con una<br />

cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el<br />

palacio de las corrientes de aire. Fue publicada<br />

en cincuenta países y leída por más de 80<br />

millones de personas. “Debería ser un buen<br />

partido para quien fuera, pero por culpa de<br />

alguna faceta demasiado sensible e implorante<br />

en su carácter siempre lo acababan abandonando,<br />

y eso lo afectaba profundamente.<br />

Andrei era un romántico empedernido”.<br />

GRACIAS POR LA COMPAÑÍA<br />

Lorrie Moore<br />

Seix Barral<br />

Es el regreso de Moore al género del relato<br />

luego de dieciséis años de ausencia en los<br />

que se dedicó a escribir novelas. Gracias<br />

por la compañía es una obra multipremiada,<br />

considerada uno de los mejores libros del<br />

año. “Engendraban y criaban su odio juntos,<br />

cardiovascular, espiritual, orgánicamente. En<br />

tándem, como un sistema, como un conjunto<br />

de baile de malos sentimientos, habían colocado<br />

su odio en el centro del escenario y<br />

habían puesto una luz para destacarlo”.<br />

EL BRUJO<br />

Matías Bragagnolo<br />

Extremo negro<br />

Del autor de la ultraviolenta Petite Mort,<br />

este es un nuevo catálogo de atrocidades<br />

que se acelera página a página en busca del<br />

colapso final. Una historia que transcurre en<br />

una cárcel de máxima seguridad construida<br />

junto a la cordillera de los Andes. “Ahí muchos<br />

narcos se comunican y todos los pedófilos<br />

chatean e intercambian material, pero<br />

también la CIA, el FBI y la DEA e Interpol<br />

hacen de las suyas (…). Es, para decirlo de<br />

manera simple, un territorio virtual repleto<br />

de gente peligrosa y enferma”.<br />

58<br />

TITANES DEL COCO<br />

Fabián Casas<br />

Emecé<br />

Luego de diez años de no escribir ficción,<br />

Casas se lanza con Titanes del coco, algo<br />

que puede tomarse como una novela electrizante,<br />

una serie de relatos conectados<br />

o un ensayo delirante. “El hostigamiento<br />

sobre Nina duraba casi toda la noche y los<br />

tipos al final desistían y Adela y Nina volvían<br />

cansadas de hablar, hablar y bailar y algunas<br />

noches, antes de acostarse, fumaban un cigarrillo<br />

en la terraza, a la luz de la luna, viendo<br />

las sábanas viejas, colgadas, pegándose golpes<br />

secos, según el viento”.<br />

VE Y PON UN CENTINELA<br />

Harper Lee<br />

Harper Collins Español<br />

De la misma autora de Matar un ruiseñor,<br />

Ve y pon un centinela es la novela más<br />

esperada del año. Fue escrita en los años<br />

50, pero no había sido publicada porque la<br />

editorial quería una historia con el personaje<br />

principal, Scout, siendo una niña. Aquí Scout<br />

regresa a Nueva York para visitar a su padre.<br />

“Pero cuando te falla un hombre que ha<br />

vivido siguiendo la verdad, y has creído en lo<br />

que él ha vivido, no te deja únicamente recelosa,<br />

te deja sin nada. Creo que por eso estoy<br />

a punto de volverme loca…”<br />

DEMOCRACIA Y ELECCIONES<br />

Alfredo Rafael Busmail y Juan Andrés Miño<br />

El Ateneo<br />

El objetivo principal de este libro es presentar<br />

una hipótesis que invita a discutir los<br />

resultados de las democracias subnacionales<br />

durante los últimos treinta años. Para fundamentarla,<br />

se analizaron las setenta constituciones<br />

provinciales y la legislación electoral<br />

vigente desde el regreso de la democracia,<br />

junto a las 190 elecciones ejecutivas y legislativas<br />

del mismo período. Esta obra fue galardonada<br />

con el Premio de Ensayo Academia<br />

Nacional de Ciencias Morales y Políticas.


RANKING<br />

FICCIÓN NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />

1. LO QUE NO TE MATA TE HACE<br />

MÁS FUERTE<br />

David Lagercrantz<br />

Destino<br />

1. ES EL PERONISMO, ESTÚPIDO<br />

Fernando Iglesias<br />

Galerna<br />

1. LUNA DE PLUTÓN<br />

Dross<br />

Temas de hoy<br />

1. VIRTUAL HERO<br />

El Rubius<br />

Planeta<br />

2. GREY<br />

E. L. James<br />

Grijalbo<br />

3. LA CHICA DEL TREN<br />

Paula Hawkins<br />

Planeta<br />

4. EL AMANTE JAPONÉS<br />

Isabel Allende<br />

Sudamericana<br />

5. EL SECRETO DE JANE AUSTEN<br />

Gabriela Margall<br />

Javier Vergara Editor<br />

2. LA PIÑATA<br />

Hugo Alconada Mon<br />

Planeta<br />

3. EL CLAN PUCCIO<br />

Rodolfo Palacios<br />

Planeta<br />

4. BORN<br />

María O’Donnell<br />

Sudamericana<br />

5. USAR EL CEREBRO<br />

Facundo Manes<br />

Planeta<br />

2. EL PRINCIPITO<br />

Antoine de Saint-Exupéry<br />

Catapulta<br />

3. EL PRINCIPITO<br />

Antoine de Saint-Exupéry<br />

Atlántida<br />

4. GATURRO 24<br />

Nik<br />

De la Flor<br />

5. INTENSAMENTE<br />

Disney<br />

Guadal<br />

2. WIGETTA<br />

Samuel Luque Batuecas<br />

Temas de hoy<br />

3. EL LIBRO TROLL<br />

El Rubius<br />

Temas de hoy<br />

4. DESTROZA ESTE DIARIO<br />

Keri Smith<br />

Paidós<br />

5. AFTER<br />

Anna Todd<br />

Planeta<br />

59<br />

MÚSICA<br />

1. DESCENDIENTES<br />

Soundtrack<br />

Disney<br />

2. THE BOOK OF SOULS (2 CDs)<br />

Iron Maiden<br />

Warner<br />

3. TU MANO<br />

Luciano Pereyra<br />

Universal<br />

4. QUÉ PLACER VERTE OTRA VEZ (2 CDs + 2 DVDs)<br />

Ciro<br />

DBN<br />

5. ESPERANZA MÍA<br />

Lali Espósito<br />

Sony<br />

PELÍCULAS<br />

1. TEEN BEACH MOVIE 2<br />

Jeffrey Hornaday<br />

Walt Disney<br />

2. HOME<br />

Tim Johnson<br />

20th Century Fox<br />

3. ¡CHIST!<br />

Les Luthiers<br />

Lino Patalano<br />

4. JUNIOR EXPRESS EL TEATRO<br />

N/D<br />

Walt Disney<br />

5. STARS WARS: LA TRILOGÍA<br />

George Lucas<br />

20th Century Fox<br />

Esta información comprende los libros (ficción/no ficción/infantiles/juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA entre el 14/9/15 y el 20/9/15.


NOVEDADES<br />

www.dbndiscos.com<br />

FB: Distribuidora Belgrano Norte<br />

@DBNArg


Música<br />

jazz<br />

Hay otros mundos,<br />

Y ESTÁN<br />

EN ÉSTE<br />

Con un disco de homenaje a las mejores canciones de Billie Holiday,<br />

el trágico y pionero ángel del Harlem, una de las voces femeninas más<br />

influyentes del jazz, la talentosa CASSANDRA WILSON aporta su impronta<br />

contemporánea para deleitar con una música inmortal en su belleza<br />

POR Sergio Varela<br />

“Todo de mí/ por qué no tomas todo de mí/ es que no lo ves/ no<br />

soy bueno sin ti/ toma mis labios/ quiero perderlos/ toma mis<br />

brazos/ nunca los he usado”, dice ese entrañable y dulce standard<br />

llamado “All of me”, que conoció una deliciosa versión de<br />

Louis Armstrong en los años 50. Pero en 2015, esa bellísima<br />

canción encontró un destino aun más virtuoso en la voz profética<br />

de Cassandra Wilson, con una versión cuya mejor definición<br />

sería “convincente” o “persuasiva”; la voz de la Wilson baila en los<br />

oídos con un tono hipnótico que surge de un arreglo que le aporta<br />

un ritmo más acompasado, lento, casi que se diría tranquilo,<br />

como quien procura convencer al objeto de su amor para que lo<br />

corresponda, pero sin urgencias ni demandas, sino con una invitación<br />

amable a la felicidad.<br />

Eso es precisamente Comming forth by day, la nueva placa de la<br />

cantante afroamericana de voz envolvente y seductora, una intérprete<br />

versátil que transforma en magia cualquier género y estilo.<br />

Una invitación a ser feliz, como lo es siempre el jazz en sus mejores<br />

expresiones. Y este disco es un homenaje de una cantante<br />

excepcional a una de las pioneras en ese espiritual convite a hacer<br />

de este mundo un lugar mejor a través de la música: Billie<br />

Holiday, “el ángel del Harlem”. El título del disco es una traducción<br />

al inglés del antiguo Libro de los Muertos de los egipcios,<br />

una serie de encantamientos mágicos destinados a ayudar a los<br />

difuntos a atravesar su viaje hacia la otra vida.<br />

Es un disco absolutamente mágico desde el mismo instante en<br />

que una cantante con nombre de adivina mítica griega revive<br />

el alma (soul) de otra de las cantantes de vida más trágica de la<br />

historia de la música del siglo XX, en una recreación de un ritual<br />

egipcio de contacto entre dimensiones humanas y divinas. Pero si<br />

además el productor del disco es Nick Launay, conocido por sus<br />

trabajos junto al oscuro, profundo y grave Nick Cave, la nueva<br />

producción de la Wilson excede el terreno simplemente performático<br />

del arte para alcanzar el rango de sortilegio.<br />

Decir que se trata de un disco divino y encantador sería absolutamente<br />

riguroso, pero obligaría a replantear el uso que le ha dado<br />

la lengua popular posmoderna a esas dos palabras, que merecen<br />

un poco más de circunspección al mencionarlas que contagiosos<br />

gritos de euforia excitada en un colectivo superpoblado de boletos<br />

secundarios. Revivir los encantos de una deidad de la música,<br />

y que la sacerdotisa de ese ritual sea una de esas cantantes cuya<br />

voz, definitivamente, no es de este mundo –por lo extraordinariamente<br />

bella e irrepetible–, invita a sumergirse en una experiencia<br />

trascendente, reveladora. Que modifica al oyente como la contemplación<br />

de un paisaje, sonoro en este caso. “El disco es un homenaje<br />

a la belleza, a la fuerza y genialidad de Billie Holiday. Una<br />

colección de encantamientos musicales y una guía para navegar<br />

a través de los oscuros mitos que rodean su vida y su época, con<br />

este álbum sus canciones resurgirán en el siglo XXI”, dijo Cassandra<br />

Wilson al presentar la placa en coincidencia con los cien años<br />

del nacimiento de Billie Holiday. A quien debemos algunos de<br />

estos magníficos standards como “All of me”. Pero limitar a una<br />

simple cuestión de buen gusto musical toda esta poesía sobrenatural<br />

que navega por la voz de Cassandra, poseída por la memoria<br />

de la sensualidad y emoción de la Holiday sería como resumir en<br />

un comentario de panadería, del tipo, “lo escuché en las noticias”,<br />

un eclipse o un alineamiento planetario<br />

61


Música<br />

clásica<br />

José Serebriér, TODO TERRENO<br />

POR Nadia Koval<br />

62<br />

Esta vez me encontré con José Serebriér en las oficinas de<br />

Warner Music Argentina por el lanzamiento de los CD de su<br />

último trabajo: la grabación de las Sinfonías Completas de Antonin<br />

Dvorák. Nuestro primer encuentro tuvo lugar hace tres<br />

años atrás cuando el maestro vino a Buenos Aires. Yo estaba<br />

preparada para hacer que se acuerde de mí, pero fue el mismo<br />

músico quien comenzó a hablar sobre la última entrevista que él<br />

me había dado después del concierto con la Orquesta Nacional<br />

Rusa. De nuevo me sentía feliz de poder charlar con este legendario<br />

músico todo terreno, cuya cordialidad y simpatía están a la<br />

altura de su gran talento.<br />

José Serebriér nació en Montevideo, Uruguay, de ascendientes<br />

rusos y polacos. Sus padres no eran músicos, solo su tío abuelo<br />

Pavel Serebriakov, que era pianista y profesor en el Conservatorio<br />

de San Petersburgo. El apellido original de la familia fue<br />

cambiado cuando el padre de José llegó a América. Con tan solo<br />

8 años, José escuchó por la radio la Obertura 1812 de Tchaikovski<br />

y quedó fascinado con la música, los cañones y las<br />

campanas. Entonces les pidió a sus padres que le compraran<br />

un violín y que lo llevaran a clases particulares. Los profesores<br />

de su país natal lo prepararon para desafíos más grandes, que<br />

se fueron concretando a partir de obtener en Estados Unidos<br />

una beca especial del Departamento de Estado, que le abrió las<br />

puertas para estudiar en el Instituto Curtis con compositores de<br />

tal talla como Bohuslav Martinu y Aaron Copland. También<br />

estudió, en sus años de formación, dirección orquestal con<br />

Pierre Monteux y Antal Dorati.<br />

En mi conversación con el músico, comencé preguntándole sobre<br />

la Sinfonía N°1 de Dvorák.<br />

–¿Cómo surgió la necesidad de hacer cambios en esta<br />

sinfonía? La Sinfonía N°1: Las campanas de Zlonice fue compuesta<br />

para un concurso a principios de 1865. Pero la partitura<br />

nunca fue devuelta al compositor, y él nunca la pudo escuchar.<br />

La obra fue redescubierta después de la muerte de Dvorák y<br />

tuvo su estreno en 1936. Yo estaba convencido de que existían<br />

algunos errores armónicos en el último movimiento. Tenía que<br />

consultar con editores, musicólogos e historiadores antes de hacer<br />

correcciones en la música. Creo que Dvorák habría hecho lo<br />

mismo si hubiera escuchado la obra.<br />

–En su trabajo como director de orquesta hay una obra<br />

que ha dejado una importante huella. Me refiero a la<br />

Cuarta Sinfonía de Charles Ives, que fue estrenada por<br />

Leopold Stokowski junto con usted. Tengo muy buenos<br />

recuerdos sobre aquel estreno de la Cuarta de Ives. Tuvimos


mucho tiempo de trabajo con la orquesta en Houston ya que la<br />

Fundación Rockefeller financió tres meses de ensayos en vista<br />

de su gran complejidad. Yo nunca estudié con Stokowski, porque<br />

él nunca enseñó a nadie, pero he aprendido mucho de él,<br />

viéndolo trabajar con la orquesta.<br />

–Es interesante que a pesar de su dificultad hoy en día,<br />

la mencionada obra de Ives tiene varias grabaciones. Sí,<br />

exacto. Pasó lo mismo con La consagración de la primavera de<br />

Stravinski, que al principio era una obra imposible y ahora se<br />

monta en tres o cuatro ensayos.<br />

Resulta muy difícil resumir el impresionante currículum de<br />

Serebriér, como conductor pero también como compositor. En<br />

su primera faceta ha dirigido a las más importantes orquestas<br />

del mundo, con las que ha colaborado en la grabación de más<br />

de trescientos discos para los principales sellos discográficos<br />

internacionales como Decca, Emi, Naxos y Warner Classics,<br />

entre otros. Vale mencionar la grabación de todas las sinfonías y<br />

conciertos de Alexander Glazunov.<br />

–¿Qué significa para usted recibir un Grammy? He ganado<br />

ocho Grammy y un Grammy Latino también, además he<br />

tenido 43 nominaciones. Pienso que las nominaciones son tan<br />

importantes o todavía más que un premio porque todos los años<br />

se presentan unos tres mil discos de música clásica y solo cinco<br />

son nominados. Se nominan por votos secretos de muchísimos<br />

miembros de la Academia, no hay forma de influir sobre eso.<br />

Como compositor, José Serebriér tuvo el honor de que su Sinfonía<br />

Nº1 fuera estrenada por Leopold Stokowski, cuando solo<br />

tenía 17 años de edad. Actualmente su catálogo supera el centenar<br />

de obras. También organizó el Festival de Miami en 1985<br />

y durante varias temporadas, dirigió el Festival de Worcester<br />

(Massachusetts), el más antiguo de Estados Unidos.<br />

–Usted siempre prefería ser director invitado en lugar<br />

del director titular de la orquesta. ¿Por qué? Tenía varias<br />

propuestas para llevar el cargo de ser titular. Pero siempre me<br />

gustó trabajar con diferentes orquestas, sentir las particularidades<br />

de cada una y ver cómo nace cada obra a través de los<br />

ensayos.<br />

–¿En su opinión, existen malas orquestas? Estoy totalmente<br />

convencido que no. La orquesta no puede ser mala, los malos<br />

pueden ser los directores.<br />

–¿Qué tiene que tener un buen director de orquesta?<br />

Para mí, un buen director, en primer lugar, tiene que tener<br />

experiencia en la vida. Después tiene que trabajar duro para<br />

elaborar su propio estilo, sin olvidar las tradiciones.<br />

–Cuando grandes artistas visitaban la casa de Sergei<br />

Prokofiev, él les pedía contestar a la pregunta: “¿Qué significa<br />

el sol para usted?”. ¿Cómo respondería usted a tal<br />

pregunta? Respondería con una sola palabra: vida.<br />

La gran carrera musical de José Serebriér ha sido compendiada<br />

en el libro Jose Serebriér; un chef d’orchestre et compositeur a<br />

l’aube du XXI siecle, escrito por el crítico musical francés Michel<br />

Faure y lanzado por la editorial L’Harmattan de París.<br />

Pienso que sería muy importante y necesario editar este libro<br />

también en español para hacer llegar a los lectores la increíble<br />

historia del músico más transcendental de nuestros tiempos<br />

RECOMENDADOS<br />

RECOMENDADO DE NOTA PRINCIPAL<br />

José Serebriér, Antonin Dvorák: Sinfonías completas<br />

En este box de CD, José Serebriér luce todas las sinfonías<br />

de Dvorák –añadiendo las Nº 1, 4 y la 5 a la<br />

serie de grabaciones con la Orquesta Sinfónica de<br />

Bournemouth– que han sido elogiadas por su gran<br />

expresividad, notable manejo de detalles y equilibrio<br />

orquestal supremo. Las sinfonías están acompañadas<br />

de una variedad de otras piezas de concierto, entre<br />

las cuales se encuentran la selección de las Danzas<br />

eslavas, así como las Leyendas que revelan la maestría<br />

del gran compositor checo en el género de los poemas<br />

sinfónicos.<br />

NOVEDAD<br />

Daniel Barenboim / Gustavo Dudamel, Johannes<br />

Brahms: Conciertos para piano Nº 1 y 2<br />

Daniel Barenboim hizo sus primeras grabaciones de<br />

estudio de los dos conciertos de Brahms en los años<br />

60, con John Barbirolli dirigiendo la New Philarmonia<br />

Orchestra, y luego en los años 80 con Zubin Mehta y la<br />

Filarmónica de Nueva York. Ambas grabaciones siguen<br />

siendo una importante referencia. El día de hoy los<br />

amantes de la música clásica tienen la oportunidad<br />

de valorar la nueva grabación realizada con Gustavo<br />

Dudamel y la Orquesta Staatskapelle de Berlín. Es interesante<br />

mencionar que el mismo Brahms, en el transcurso<br />

de su vida, tocó su Primer concierto para piano<br />

35 veces y el Segundo concierto unas 40 veces.<br />

PARA ARMAR SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA<br />

Ghiaurov, Bergonzi, Bumbry, Tebaldi. Director: Solti,<br />

Verdi: Don Carlo.<br />

Don Carlo es una ópera de cinco actos con música de<br />

Verdi y libreto en francés de François Joseph Méry y<br />

Camille du Locle, basado en el drama de Schiller. Tuvo<br />

su primera presentación en París el 11 de marzo de<br />

1867. Los hechos históricos rodean y dirigen gran parte<br />

del drama. Para Verdi, esta ópera expresaba la lucha<br />

de la libertad contra la opresión política y religiosa,<br />

representadas en los personajes de Felipe II y el Gran<br />

Inquisidor. La historia se basa en conflictos en la vida<br />

del príncipe Carlos (1545-1568) después de que su prometida,<br />

Isabel de Valois, se casara con su padre, el rey<br />

Felipe II, en lugar de hacerlo con él, como parte del<br />

trato de paz que puso fin a la guerra italiana entre las<br />

Casas de Habsburgo y Valois.<br />

LIBRO RECOMENDADO<br />

Esteban Buch, El caso Schönberg<br />

En su libro, Esteban Buch establece cómo se forjó y se<br />

integró al sentido común la idea de ver en el compositor<br />

al representante por excelencia de la vanguardia<br />

musical, fundándose en un análisis exhaustivo de la<br />

abundante prensa de la época. Este análisis le permite<br />

presentar una nueva mirada sobre las vanguardias históricas<br />

del siglo XX. Como sostiene Federico Monjeau<br />

en su prólogo, “su despliegue teórico y metodológico<br />

constituye un capítulo fundamental no solo en la historia<br />

de la recepción schönbergiana, sino en la estética<br />

de la recepción de los lectores en general”.<br />

63


Tema de tapa<br />

tres<br />

BOOM<br />

MUNDIAL<br />

DEL<br />

VINILO<br />

64<br />

Alta<br />

FIDELIDAD<br />

El auge de los discos de vinilo revitaliza géneros musicales que requieren de su mayor<br />

fidelidad. Ya no es un objeto de culto ni simple instrumento de DJ. Cómo compite en<br />

preferencias actuales el Long Play, un veterano que vuelve con fuerzas renovadas a reclamar<br />

su lugar en el mundo<br />

POR Sergio Varela<br />

El vinilo recorre el mundo como un fetiche<br />

inagotable. Desde los tiempos en<br />

que renació en las bandejas de los DJ,<br />

que en vez de pasar música los usaban<br />

para mezclar nuevos sonidos, componiendo<br />

a su manera temas musicales al<br />

estilo de los productores en las grabadoras,<br />

la nueva tendencia mundial es<br />

el retorno al vinilo como soporte que<br />

garantiza una calidad musical apta para<br />

exigencias de melómanos expertos.<br />

En nuestro país, Charly García, una<br />

leyenda del rock argentino, eligió ese<br />

formato para su reciente producción 60<br />

x 60, y lo fundamentó, al presentarlo, en<br />

los postulados de otra leyenda inmortal<br />

de la música alternativa de todos<br />

los tiempos: “La tecnología digital le


está sacando pasión a la música porque<br />

poner un disco compacto es como<br />

escuchar una milanesa napolitana. El<br />

principio es muy simple: cuando tocás<br />

una nota, transmitís una vibración y eso<br />

llega en estado puro desde un vinilo.<br />

Como dijo Jimi Hendrix, la música no<br />

son las notas, sino lo que hay entre ellas,<br />

y eso no lo puede leer el CD”.<br />

Hasta ahora, los discos de vinilo estaban<br />

confinados a costosas colecciones como<br />

objetos de culto, pero según la BBC,<br />

en Gran Bretaña las ventas de LP en<br />

2014 alcanzaron el récord de los últimos<br />

dieciocho años, llegando a 1.300.000<br />

ejemplares. Y se prevé un aumento del<br />

70% en los próximos meses, acercándose<br />

a los dos millones en 2015.<br />

Este año, el disco más vendido en vinilo<br />

es Chasing Yesterday, de la banda del<br />

ex Oasis Noel Gallagher’s High Flying<br />

Birds, pero en los listados de ventas (de<br />

hecho, se creó un nuevo chart dedicado<br />

exclusivamente al vinilo), aparecen glorias<br />

imperecederas como Bob Dylan,<br />

Pink Floyd y Led Zeppelin.<br />

¿Qué es lo que sostiene esa vigencia?<br />

Indudablemente, un contenido que requiere<br />

–o al menos admite con alegría–<br />

el formato adecuado para su disfrute,<br />

aquel para el que fue concebido al<br />

momento de su elaboración.<br />

En la escena local, la grabación en vinilo<br />

era un toque de excentricidad elegante,<br />

en el que incurrieron con arte grupos<br />

alternativos como Pablo Krantz y los<br />

Chicos Búfalo, y luego fueron imitados<br />

por Miranda (con Miranda es imposible!)<br />

y el lanzamiento en LP de Fuerza<br />

natural, de Gustavo Cerati.<br />

Desde las primeras grabaciones eléctricas<br />

en la década de 1920, el disco, como<br />

mensajero del sonido, fue evolucionando<br />

a la par que el arte musical se expandía<br />

y ramificaba en nuevos géneros,<br />

intérpretes y creaciones. Los primeros<br />

discos de pasta eran de goma dura y debían<br />

ser escuchados en fonógrafos a 78<br />

rpm. Esos objetos fueron los guardianes<br />

de arias de ópera, conciertos barrocos y<br />

el primer jazz melancólico y taciturno,<br />

casi una banda de sonido de la euforia<br />

de los “años locos” y la posterior “gran<br />

depresión”, con su pasaje sonoro del<br />

Charleston al blues.<br />

En los años 40, cobijaron a las grandes<br />

bandas (valga la polisemia) en tiempos<br />

de la Segunda Guerra Mundial,<br />

especialmente con Benny Goodman<br />

y Glenn Miller. Más adelante en el<br />

tiempo, el bebop de Dizzy Gillespie,<br />

las giras europeas de Louis Armstrong<br />

o los gorjeos sincopados del saxo<br />

de Charlie Parker, tuvieron su aliado<br />

en estos duros discos.<br />

En los años 60, irrumpe en disco más<br />

flexible, similar al actual, con la llegada<br />

del rock and roll, Beatles + Stones, el<br />

sonido Costa Oeste, Woodstock, Monterrey<br />

Pop y la Era de Acuario. También<br />

aparece la alta fidelidad para disfrutar<br />

de las recreaciones bachtianas del rock<br />

sinfónico, ese exitoso experimento de<br />

grupos como Yes, Genesis o el ya mencionado<br />

Pink Floyd.<br />

La década del 80 y la aparición del<br />

walk-man, ese primer momento de<br />

ensimismamiento colectivo, valga el<br />

oxímoron, revitalizaron el casete como<br />

sostén de las creaciones musicales.<br />

Como sucedería más tarde con el teléfono,<br />

la radio y la televisión, la música<br />

dejaba de ser un fuego de reunión tribal<br />

y comenzaba a ser un insumo portable.<br />

El ser humano posmoderno abandonaba<br />

la cueva del estado de bienestar y salía<br />

a cazar la vida en el afuera, munido de<br />

su música y su equipo de supervivencia<br />

para el cuerpo y el alma. Esto dio lugar<br />

a la aparición del CD, una especie de<br />

eslabón perdido que procuraba compactar,<br />

valga la palabra, un término medio<br />

entre la fidelidad del disco y la promiscuidad<br />

sonora del casete. Además de<br />

evitar los múltiples inconvenientes que<br />

provocaban las cintas y sus enredos.<br />

La simplificación absoluta llegó de la<br />

mano de la globalización y el mundo<br />

digital. La música ya ni siquiera necesitaba<br />

de un soporte material. Viajaba por<br />

la nube de la Matrix, pura idea platónica<br />

y budista que se mandaba en un archivo<br />

adjunto de MP3. Pero esa música se<br />

había convertido en un robot sustituto<br />

de aquel sonido con el que Bob Dylan<br />

espantaba a los burgueses, The Who<br />

experimentaban sus ácidos mensajes,<br />

o hasta Frank Sinatra o Charles<br />

Aznavour emitían sus serenatas para<br />

todas las generaciones.<br />

No parece un fenómeno tan sorprendente<br />

este giro hegeliano en la historia<br />

de la música, con el retorno al vinilo, al<br />

detalle, la sutileza, la exquisitez. Algo es<br />

cierto: a diferencia de los estereotipos<br />

de aquella película, Alta fidelidad, en<br />

donde quienes trabajaban o compraban<br />

en una tienda de vinilos eran nerds, ajenos<br />

al mundo real, en estos días, quienes<br />

se acercan a estos objetos de culto (y a<br />

estos sonidos también incunables), son<br />

portadores de un “dandismo” que cotiza<br />

entre los gestos de elegancia sociológica.<br />

Pero más allá de modas y tendencias,<br />

la que se impone es la obra de arte. Se<br />

puede comer milanesa napolitana todos<br />

los días, tanto como es celebrable darse<br />

cada tanto el gusto de un canapé de jazz<br />

del bueno. En bandeja, por supuesto<br />

65


Reseña<br />

dos<br />

Sueño<br />

ETERNO<br />

Con la prolija y detallada Cerati, la biografía, Juan Morris,<br />

asume la delicada tarea de poner en papel la historia de<br />

la última gran estrella del rock latino: Gustavo Cerati.<br />

Para ello opta por una escritura que fluye rápida, como<br />

para que tocar la reciente herida resulte menos doloroso.<br />

Una crónica de las mieles y los barros del estrellato, que<br />

nos lleva a enfrentar nuestra historia más reciente y<br />

lo duro y necesario que es a veces ponerse a contabilizar<br />

las pérdidas<br />

POR Esteban Ulrich<br />

Leo la historia de Gustavo con una suerte de contracción permanente<br />

en el estómago, hasta me cuesta sostenerle esa mirada<br />

que lanza de costado y con media sonrisa desde la tapa. Es una<br />

sensación extraña que no logro definir, el punto de vista que<br />

adopta el joven Juan Morris es pudoroso hasta un tanto en demasía,<br />

pero de todas formas esta sensación agria está relacionada<br />

con algo que tiene que ver con la violación de lo íntimo. Al comienzo<br />

nos sentimos como intrusos en la vida de un artista como<br />

Gustavo Cerati, al que se quiere y respeta, y que además siempre<br />

presentó una máscara perfecta detrás de la que se desarrollaba<br />

una vida, sino necesariamente secreta, por lo menos bastante<br />

resguardada, y ahora, de repente, nos estamos metiendo de prepo<br />

en esa habitación inexpugnable en donde pasó sus últimos meses;<br />

todo eso se combina al mismo tiempo con lo contrario, con la más<br />

llamativa sensación de que, como si fuera una toma de aikido, el<br />

libro se vuelve espejo y nos estamos mirando a nosotros mismos<br />

en nuestra propia intimidad.<br />

Morris escribe en su libro que con la muerte de Moura en el 89,<br />

se cerraba la todavía salvaje, pero recientemente festiva, década<br />

del 80; parece que con la partida de Gustavo, lo que nos golpea<br />

a los que estamos aún aquí es que los 90 se hayan ido definitivamente,<br />

y más sorpresivamente aún, que todo continuara después,<br />

que el mundo no se acabara, esta forma de la sorpresa, creo, se<br />

materializa en que tuvimos que adentrarnos bastante en los 2000<br />

para darnos cuenta, nos aferramos a aquellos años como con una<br />

suerte de obstinación por no querer abandonar ese vuelo trascendental,<br />

como cuando no se quiere abrir los ojos por querer<br />

prolongar el sueño. Pero siempre hay que aterrizar, tarde o temprano.<br />

Como aceptar que un ser amado ya no nos ama o que ya<br />

no está con nosotros.<br />

En algún sentido lo traumático de su partida es que perdimos<br />

a esa suerte de hermano bello y superpoderoso, pero también<br />

al mascarón de proa de la bella fragata en la que navegan unas<br />

cuantas generaciones que aún buscan afirmarse en el mar agitado.<br />

Y lo más duro es que todos creímos, como él por un momento,<br />

que esto nunca pasaría. Difícil era de imaginar. Entonces, otra<br />

vez, la tensión está entre esa cercanía y esa enorme distancia. Una<br />

tensión estática que remite al amor, a ese cuerpo que tenemos<br />

al alcance de la mano y ese corazón, al que deseamos aún más, y<br />

que se nos escapa como sombrero al viento.<br />

Si el tono del relato puede resultar algo impersonal en su narración,<br />

Morris logra una lectura ligera, que en la velocidad con la<br />

que devoramos sus páginas, nos hace tomar dimensión al mismo<br />

tiempo de la velocidad con la que ocurrió todo. Esa es quizás<br />

una de las primeras cosas que nos llaman la atención a la hora<br />

de ver toda la historia plasmada en un libro. También se destaca<br />

la puesta en valor de todos los músicos, desde los otros espíritus<br />

que componían Soda Stereo, hasta el grupo más amplio que los<br />

rodeaba y del que luego muchos de ellos fueron apareciendo en<br />

sus discos solistas, y también el de sus familiares, amigos, novias<br />

y productores, todas personas que aportaron a su obra y que se<br />

vieron trastocados por él. Porque si Gustavo era la estrella más<br />

brillante e inalcanzable, es sano dimensionar el valor de todos y<br />

cada uno de los que trabajaron a su lado, al tiempo que además<br />

de reencontrarnos con su proverbial ego, también descubrimos<br />

su costado frágil y generoso. De su célebre profesionalismo y<br />

obsesión por la perfección no quedan dudas, pero sobre todo nos<br />

queda un legado aún más rico, el mismo que dejaron los Beatles,<br />

con John Lennon a la cabeza, para unas generaciones anteriores<br />

y a nivel planetario: el rock es sobre todo algo que avanza.<br />

Tal vez con el tiempo surjan revisiones más profundas de lo que<br />

fue Gustavo Cerati y lo que nos ha legado, algo que puede ser difícil<br />

de dimensionar estando aún tan cerca; pero ahora, mientras<br />

muchos siguen llevando el luto en sus corazones, bien vale pasar<br />

por este temblor: comprender que la única forma de aferrarse al<br />

amor es no darlo nunca por sentado y reconocer que toda furia<br />

tiene un origen, que ya sabemos cuál es y que es tiempo de no escaparle<br />

más al bulto. Como escribió su hijo Benito, cuando aún<br />

era un niño: “Poder decir adiós es crecer”<br />

Cerati, la biografía,<br />

de Juan Morris.<br />

Sudamericana, 2015.<br />

67


68<br />

Entrevista<br />

cuatro


El don<br />

SÍNTESIS<br />

DE LA<br />

Publicado primero en España, Temporada de fantasmas, el libro de microrrelatos de ANA MARÍA SHUA<br />

desembarcó en nuestro país<br />

POR Nancy Giampaolo<br />

–¿Cuándo, cómo y en qué circunstancias apareció su<br />

afición por el microrrelato? Calculo que habrá sido<br />

como lectora en primera instancia... Claro, antes de empezar<br />

a escribir en el género, como lectora me fascinaban los<br />

cuentos brevísimos. Así se los llamaba entonces. Todos nuestros<br />

maestros del cuento los trabajaban: Borges, Cortázar,<br />

Bioy, Silvina Ocampo, Denevi, Blaisten… Y estaban<br />

además los relatos de Kafka y en particular de un autor que<br />

tuvo mucha influencia sobre mí: Henri Michaux. Un belga<br />

al que los franceses consideran poeta pero que ahora se<br />

puede reconocer como autor de microrrelatos. Un día, en los<br />

primeros 70, descubrí la revista mexicana El Cuento: allí se<br />

publicaban muchos cuentos brevísimos de autores latinoamericanos<br />

contemporáneos. Y tenía, además, un concurso permanente.<br />

Para presentarme a ese concurso empecé a escribir<br />

mis primeros micros, que después fueron parte de mi primer<br />

libro en el género, La sueñera.<br />

–¿Cómo compiló los microrrelatos que conforman Temporada<br />

de fantasmas? ¿Los fue escribiendo a lo largo<br />

de mucho o poco tiempo? Temporada… tiene su historia.<br />

Yo lo había presentado a una editorial española a la que<br />

le gustó el libro pero no estaban interesados en el género,<br />

entonces se lo pasaron a otra pequeña editorial que estaba<br />

empezando: Páginas de Espuma. Un gran editor es sobre<br />

todo un gran lector, y ese es el caso de Juan Casamayor,<br />

el dueño de Páginas. Juan conocía bien mis otros libros de<br />

microrrelatos y cuando leyó lo que yo había presentado, me<br />

mandó una larguísima lista de comentarios y propuestas para<br />

mejorar los textos. Como primera reacción, me indigné: ¿a mí<br />

me iban a enseñar a escribir microrrelatos? Pero después volví<br />

a releer los comentarios y me di cuenta de que tenía razón.<br />

Yo había armado esa “selección” a los apurones, con restos y<br />

sobras que me quedaban de otros libros. Y lo descartado, por<br />

algo lo descarté. Los consejos de Juan no me servían, pero sí<br />

su visión general: ese libro no estaba a la altura de lo que yo<br />

quería para presentarme por primera vez en España. Entonces<br />

me quedé solo con los mejores, pedí permiso para agregar<br />

algunos de Botánica del caos, un libro que estaba fuera de<br />

catálogo y lo sigue estando (no más del 20%, me dijo Juan,<br />

para que el libro siga considerándose inédito) y me puse a<br />

escribir furiosamente, 24 horas dedicada a pensar microrrelatos<br />

porque necesitaba unos cincuenta textos de alta calidad<br />

en unos pocos meses. ¡Y creo que lo conseguí! Temporada de<br />

fantasmas tuvo una excelente recepción en España y también<br />

la está obteniendo aquí. El ordenamiento en secciones es tan<br />

arbitrario como cualquier clasificación y surgió después de<br />

que los textos estaban escritos.<br />

–¿Quiénes son sus favoritos entre los autores de microrrelatos?<br />

Bueno, fueron los que me formaron. Los clásicos<br />

argentinos, que ya mencioné, Michaux… El más grande<br />

microrrelatista del siglo XX, que fue Kafka… Todos los<br />

franceses a los que llamo “los clásicos de la rebeldía”, como<br />

69


7o<br />

Lautreamont, Schwob, Breton, Jarry, Artaud, Apollinaire…<br />

Y años después, Cocteau, con un libro hermoso<br />

que se llama Opium, y que escribió en una clínica de rehabilitación.<br />

En Argentina tenemos a Luisa Valenzuela y a<br />

Raúl Brasca.<br />

–¿Cuáles serían las condiciones para escribir uno? ¿Las<br />

condiciones? Cualquiera puede escribir un mal microrrelato.<br />

Cualquiera puede escribir uno bueno por casualidad. Pero un<br />

buen libro de microrrelatos ya es una rara avis y exige lo mismo<br />

que cualquier otro género: hay que ser un gran lector, un<br />

gran escritor, y tener una particular capacidad de síntesis.<br />

–¿Por qué el libro se publicó inicialmente en España<br />

y llega recién ahora a nuestro país? Mi editorial en Argentina<br />

es el Grupo Planeta a través del sello Emecé. Estoy<br />

muy agradecida a Emecé y feliz porque me reeditaron toda<br />

la obra de ficción después que salí de Sudamericana. Tengo<br />

mucha suerte con mis editores: Alberto Díaz, Mercedes<br />

Güiraldes y Adriana Fernández son de primerísima.<br />

No me parecía correcto publicar literatura para adultos con<br />

otra editorial. Pero finalmente este año todos nos pusimos de<br />

acuerdo, obtuve una dispensa y pudo salir Temporada.<br />

–En la edición española se la relaciona con Borges,<br />

Bioy y Cortázar. ¿Se siente emparentada con Rodolfo<br />

Wilcock? Sí, por supuesto, y me siento muy orgullosa de que<br />

me lo preguntes, porque Wilcock es un genio. Pero para mí,<br />

en mi etapa de formación, era un poeta, lo conocí como autor<br />

de textos breves hace relativamente poco, cuando empezaron<br />

a publicarlos aquí, gracias a Luis Chitarroni (otro gran<br />

editor que me ayudó a publicar microrrelatos, siempre poco<br />

comerciales).<br />

–Buena parte de los textos breves de este libro tiene un<br />

gran sentido del humor, como en el caso de Filtro de<br />

amor, por mencionar solo un ejemplo. ¿Qué conexiones<br />

se puede hacer entre el microrrelato y el chiste? El microrrelato<br />

es, como dice la crítica venezolana Violeta Rojo,<br />

un género des generado. Es como un pequeño país que limita<br />

con la poesía, con el aforismo, los pensamientos, con el cuento<br />

largo, con el chiste. Y a sus habitantes les gusta pivotear<br />

en los límites. Es fácil distinguirlo, sin embargo: si parece un<br />

chiste, es un chiste. Si parece un aforismo, es un aforismo. Si<br />

uno no sabe bien lo que es, ¡probablemente sea un microrrelato!<br />

Pero es muy peligroso cruzar la frontera y que de verdad<br />

el micro sea solamente un chiste, debería tener algo más,<br />

aparte del humor, un núcleo de reflexión que vaya más allá.<br />

–Se hace inevitable hablar sobre el humor como método<br />

de enseñanza. Me viene a la cabeza Nasrudín…<br />

El humor es como una puerta que se abre donde creíamos<br />

que solamente había una pared y se ha utilizado como método<br />

de enseñanza en las tradiciones más antiguas. Los cuentos<br />

sufíes, como los de Nasrudín, apelan mucho al humor. No así<br />

los cuentos zen, que juegan más con la perplejidad. Yo me<br />

sentiría muy limitada si solo pudiera usar el humor, es más,<br />

creo que hay una cierta facilidad en apelar a la risa o incluso<br />

a la sonrisa, y valoro especialmente los textos que juegan en<br />

otros sentidos. Aunque por supuesto, prefiero los de humor<br />

para leer en público, porque la risa es un maravilloso feedback<br />

para el que está en el escenario.<br />

–Estamos ante un parentesco con las tradiciones jasídicas<br />

judías y los hadices de la cultura islámica… Sí. Hay<br />

muchísimos tipos de cuentos brevísimos que vienen de la antigüedad.<br />

El origen del microrrelato está, por supuesto, en la<br />

literatura oral. Después de todo, cuando no había escritura, lo<br />

más fácil de recordar era la poesía, por el “cantito”, es decir,<br />

la métrica y la rima, y lo muy breve. En Las mil y una noches<br />

hay una gran colección de cuentos tan breves que Scherezada<br />

necesita muchos para completar una sola noche. Son sobre<br />

todo anécdotas de personajes famosos. También los cuentos<br />

jasídicos (que releo con fascinación siempre que estoy escribiendo<br />

microrrelatos) tienen esa característica: la brevedad, la<br />

contundencia y el hecho de que sirven para definir la personalidad<br />

de algún famoso tzadik, un sabio jasid.<br />

–La consecuencia es que en muchos de sus textos se<br />

hable de temas que en la literatura contemporánea no<br />

son tan recurrentes como el origen de la creación, la<br />

divinidad en sí misma, etc... Claro, muchos de esos textos<br />

sufíes, zen y jasídicos se relatan con un fin concreto, que no<br />

es solamente el placer o la reflexión, sino que cumplen una<br />

función de catequesis, se trata de persuadir a los oyentes (es<br />

literatura oral) y atraerlos a la comprensión y la reverencia<br />

de una forma particular de la pasión religiosa. Son corrientes<br />

dentro de cada una de estas grandes religiones que utilizan el<br />

relato como Jesús utilizó las parábolas, para atraer, enseñar y<br />

ayudar a la comprensión de los grandes misterios teológicos.<br />

–Por último, para ir de lo metafísico a lo meramente<br />

biológico: el acto de desovar aparece bastante en su<br />

libro ¿Por qué cree que es? Me parece que me gusta la<br />

palabra desovar. ¡Es tan linda, con esas vocales abiertas! Dan<br />

ganas de alargar la a: desovaaaaaar… (Risas)<br />

Temporada de fantasmas,<br />

de Ana María Shua.<br />

Páginas de espuma, 2015.


72<br />

Entrevista<br />

cinco


LA<br />

IMPORTANCIA<br />

de LO<br />

NO DICHO<br />

La realidad de SAMANTA SCHWEBLIN (Buenos Aires, 1978) la descubre como la última joya<br />

de la literatura argentina. Un caso extraño, si se atiende que publica casi en exclusividad cuentos<br />

–género bellísimo y con probados méritos propios, pero a contrapelo de los tiempos, según<br />

“los que saben”– y además adhiere a la línea de lo fantástico, en días donde lo que prima es<br />

el realismo extremo<br />

POR Christian Kupchik<br />

73<br />

Ya con su primer volumen de relatos, El núcleo del disturbio<br />

(2002), no solo ganó el Premio del Fondo Nacional de<br />

las Artes sino también la atención de la crítica. En 2009 se<br />

llevó el Casa de las Américas por Pájaros en la boca, traducido<br />

a trece idiomas, y un año más tarde la prestigiosa<br />

revista británica Granta la escogió como una de los veintidós<br />

mejores escritores en español menores de 35 años.<br />

En 2012 ganó en París el Premio Juan Rulfo por su relato<br />

“Un hombre sin suerte”, que está siendo llevado al teatro.<br />

La novela breve Distancia de rescate (2014), poderosa e<br />

hipnótica, no solo fue elegida “Libro del Año” sino que<br />

agotó dos ediciones en poco tiempo. Y por si faltara algo,<br />

Siete casas vacías viene de obtener el Premio Ribera del<br />

Duero en España. Todo esto con un estilo cuidado, tramas<br />

inquietantes, perturbadoras, que en ningún caso consienten<br />

en guiños o concesiones al lector.<br />

Schweblin, que desde hace dos años vive en Berlín (también<br />

estuvo becada en México, Roma y China, pero dice<br />

“amar Buenos Aires”), confiesa ser la primer sorprendida<br />

con el desarrollo que tuvo su carrera como escritora.<br />

–¿O sea que no se proyectaba con este éxito al comenzar<br />

a escribir? No, para nada. Lo único que me<br />

interesaba cuando comencé era contar historias y, por eso,<br />

juzgué más apropiado estudiar cine, no literatura. Para<br />

mí un escritor era un tipo color sepia, cuya foto estaba en<br />

la solapa de un libro. Pertenezco a una generación que<br />

tuvo una relación muy distinta a la que los jóvenes de hoy<br />

tienen con un escritor, alguien vivo a quien se le puede en-


74<br />

viar un mensaje por Facebook o sacarse una foto en la presentación<br />

de un libro. A mí me resultaba impensable imaginarme<br />

como escritora, aun cuando desde muy chica sentí<br />

esa devoción por contar historias. Comencé a hacer talleres,<br />

a tomar contacto con otros escritores y terminé enamorándome<br />

del mundo literario. Cuando acabé mi carrera,<br />

me divorcié del cine definitivamente. De todos modos me<br />

resultó muy útil haber estudiado cine, ya que entiendo la<br />

literatura como acción que no deja afuera el pensar, un<br />

trabajo de taller. En cambio la carrera de Letras es mucho<br />

más teórica, más de formación académica, crítica.<br />

–Recién mencionaste la importancia de la praxis de<br />

taller. ¿En qué medida los talleres literarios colaboraron<br />

con tu obra? Me cuesta un poco generalizar y<br />

supongo que no todos reciben lo mismo, pero lo que me<br />

dio el taller a mí es fundamentalmente control sobre lo<br />

que quiero decir. No solo en la escritura, sino también en<br />

la lectura de aquello que escribí. Me parece que una de<br />

las mejores virtudes que tiene un taller es enseñar a leer<br />

lo que uno realmente está diciendo y no lo que cree que<br />

dice. En la cabeza siempre hay mucha claridad respecto<br />

a lo que uno quiere contar (un clima, un personaje, etc.),<br />

pero hay un ruido enorme entre eso y lo que finalmente<br />

queda en el papel. Lo que proporciona el taller, básicamente,<br />

creo que es el dominio del oficio más allá de lo<br />

que uno cuenta. La experiencia de taller me parece muy<br />

importante y, al mismo, tiempo es una herramienta muy<br />

peligrosa porque cuando uno llega a ese espacio, por lo general,<br />

está muy verde y abierto a todo tipo de influencias.<br />

Por eso considero importante ver en qué tradición se inscribe<br />

uno y tener muy leído al tallerista al que acude.<br />

–Tu obra parece inscribirse en la tradición de lo<br />

fantástico, que en la literatura argentina tiene un<br />

gran peso (basta pensar en Borges y Bioy), aunque<br />

hoy parece haber sido dejada de lado, hasta ser visto<br />

como un anacronismo. De hecho, es una de las<br />

pocas representantes del género. Más allá de las<br />

etiquetas, ¿cómo evalúa esta elección? Es cierto lo del<br />

prejuicio que marcás, pero este año he descubierto a unas<br />

autoras estadounidenses de los 50 que trabajan lo fantástico<br />

desde la óptica hiperrealista que les es tan propia a su<br />

cultura. El resultado es increíble: no solo sorprendente,<br />

maravilloso desde lo visual, sino también muy actual. Creo<br />

que la literatura fantástica ha dado una nueva vuelta de<br />

tuerca y es muy interesante lo que se hace. A mí me fascina<br />

el género.<br />

–Estos nuevos paradigmas impuestos en parte por<br />

el desarrollo tecnológico, como la aceleración de los<br />

tiempos y la necesidad de mensajes concretos. ¿Tiene<br />

que ver con este prejuicio del que hablábamos?<br />

Es posible. Lo fantástico se asocia a lo innombrable, lo<br />

desconocido, y al no ocupar un espacio demasiado concreto<br />

en el texto, se produce un hiato por el cual es el lector<br />

quien debe decidir. A veces, no puede hacerlo. Trabajar en<br />

esos límites a me fascina.<br />

–En su única y exitosa novela, Distancia de rescate,<br />

hay una lectura posible que también es política, a<br />

partir de la presencia de los agroquímicos determinando<br />

la historia. Ese dato de la realidad concreta al<br />

servicio de una trama que tiene mucho de fantástico,<br />

¿fue manejado de manera consciente? Sí, y de hecho<br />

me creó un gran dilema: qué tanto meterme con ese<br />

tema. Como ciudadana siento una gran preocupación, y<br />

para mí todo el asunto de los agroquímicos tiene nombres<br />

propios, tiene culpables y encierra una cuestión política<br />

muy profunda. Estuve leyendo mucho sobre el tema, contaba<br />

con una gran cantidad de datos, pero al mismo tiempo<br />

me daba cuenta de que, de acuerdo a lo que yo quería<br />

narrar, al libro no le entraban. Me pregunté entonces hasta<br />

qué punto era útil colocar toda esa información en el texto.<br />

Y decidí finalmente que eso no iba. En todo caso, si quería<br />

hablar del tema podía hacerlo en las entrevistas, en la contratapa,<br />

pero no en el texto. Y esto es así porque yo creo<br />

que la literatura no tiene por función enseñar, sino que en<br />

todo caso acompaña determinados descubrimientos anímicos<br />

o sentimentales, ayuda a entender cosas nuevas, y<br />

en consecuencia me pareció que lo mejor que podía hacer<br />

ese libro, con esa trama a nivel político, era angustiar. Mi<br />

ilusión era que esa angustia movilizara al lector a buscar<br />

después información para enterarse acerca de lo que está<br />

pasando.<br />

–¿Cómo fue la escritura de “La respiración cavernaria”,<br />

el cuento más largo y quizá el más terrible<br />

de Siete casas vacías, que reproduce a la perfección<br />

los síntomas de una enferma de Alzheimer? Terrible,<br />

muy difícil… Tuve una tía y una tía abuela que fallecieron<br />

con Alzheimer, en un momento donde no existía la medicación<br />

de hoy y por lo tanto mostraban síntomas mucho<br />

más agresivos. Todo proceso que conduce a la muerte implica<br />

la pérdida de algo orgánico (el hígado, la vista, etc.),<br />

pero al perder la memoria un ser humano se pierde por<br />

entero. Te perdiste de verdad. Es alguien que está muerto<br />

y todavía sigue circulando. No entiendo lo que debe significar<br />

despertar cada día sin saber quién sos ni por qué<br />

estás ahí. Creo que es lo peor que le puede ocurrir a una<br />

persona. En lo que tiene que ver con la escritura, fue muy<br />

difícil porque más allá de la patología me enfrentó a un<br />

montón de cosas a las que no estaba acostumbrada. Pri-


mero, enfrentarme a un personaje que no me caía bien. Yo<br />

quiero mucho a mis personajes y Lola me cae muy mal, es<br />

una mala mujer. Creo que uno conecta porque es tan cruel<br />

lo que le ocurre que al final termina encontrando cierta<br />

empatía con ella, pero no se puede negar que es desagradable.<br />

También fue difícil por la longitud y una cuestión<br />

con el tiempo. A mí me gusta trabajar mucho con la tensión<br />

y en este caso necesitaba un texto muy moroso, porque<br />

de eso se trata la espera de la muerte. Necesitaba esa<br />

sensación de lentitud, que el texto resultara en un punto<br />

opresivo. Hubo mucho trabajo de corrección, en particular<br />

para cuidar el equilibrio entre la tensión y la morosidad.<br />

–En muchos de sus relatos los escenarios están muy<br />

poblados de cosas, pero la acción se circunscribe a<br />

pocos elementos. Hay como una evolución espiralada<br />

en las tramas, donde las repeticiones de ciertos<br />

elementos ayudan a crear un ritmo y atmósfera particular<br />

a los relatos… Es verdad, aunque me parece que<br />

es algo más intuitivo. Creo que tiene que ver con cierta<br />

austeridad en el escenario. En el teatro solo se ven los<br />

objetos que se tocan. Si alguien no se levanta y toma una<br />

azucarera, esa azucarera no existe. Allí se define la acción<br />

descriptiva: no es lo mismo decir “hay una azucarera” que<br />

“agarró la azucarera”. En realidad se nombran las cosas en<br />

la acción, se ilumina lo que se toca.<br />

–La única novela por el momento es Distancia de<br />

rescate, a la que le fue muy bien. ¿Volvería a insistir<br />

en el género? No lo sé, en un punto me es indiferente,<br />

porque en principio soy muy obediente a las ideas. Distancia…<br />

ganó esa longitud (que tampoco es tanta) casi por<br />

prepotencia. Empezó como cuento y me dije: “Necesito<br />

ciento veinte páginas más”. No me quedó otra. Me pareció<br />

muy interesante todo el proceso, ya que la novela provoca<br />

una inmersión mucho más profunda durante un tiempo<br />

más largo, mientras que el cuento obliga a una sentada,<br />

aunque después uno esté cuatro o cinco meses ajustando<br />

o reescribiendo. Esta fue una experiencia muy distinta.<br />

Envidié a los novelistas esa sensación de ser escritor todos<br />

los días, de estar trabajando permanentemente en algo,<br />

mientras que en el cuentista es esporádico, insistente pero<br />

esporádico. Yo, al principio, me resisto mucho a una idea,<br />

debo tenerla bien madura en mi cabeza. Después viene<br />

la escritura, que es un proceso breve, no mayor a una semana<br />

o diez días. Por último, vienen tres o cuatro meses<br />

de trabajo hacia atrás, es decir, retomar esa idea, esa luz o<br />

vislumbre inicial, y retomar, corregir, pero siempre hacia<br />

atrás. En cambio, la novela propone avanzar cada día durante<br />

cuatro o seis meses y eso me pareció una aventura<br />

maravillosa. De todas formas, solo volvería allí si el texto<br />

me lo pide<br />

75


Tema de tapa<br />

cuatro<br />

76<br />

El<br />

NOMBRE<br />

DE<br />

mi vida<br />

POR Silvia Hopenhayn


La autobiografía es un género desafiante. Es vérselas con la propia vida, darle una escritura posible y ofrecerla a los lectores<br />

como una confesión. No llega al epitafio, pero tiene la fórmula de lo ya vivido. Anthony Burgess, el exquisito y brutal escritor<br />

inglés, autor de La naranja mecánica y Poderes terrenales, entre otras novelas geniales, tituló sus memorias: Ya viviste lo tuyo<br />

(You’ve have your time, 1990). El título, puesto como una mirada retrospectiva, también es una declaración de principios… A la<br />

vida también hay que ponerle un punto, al menos por escrito. Liberarla para los demás.<br />

Anthony Burgess<br />

No todas las autobiografías llevan un título, la mayoría de los autores prefiere escudar el relato de su vida bajo el rótulo del género<br />

o ligeras variaciones como “La historia de mi vida” o simplemente “Mi vida”. Sin embargo, hay algunos que eligen nombrar la<br />

propia vida. Al nacer, recibimos un nombre, sin posibilidad de elección y con la dura tarea de encarnarlo. No deja de ser interesante<br />

que al final, o en el medio, o cuando al escritor le den ganas de contar su historia, le otorgue un nombre como si fuera el<br />

título de su vida. En este sentido, la autobiografía se parece al relato de los sueños. No se trata de la vida misma –ni de lo soñado–,<br />

sino del modo en que aparece contada; recuerdos escogidos, exageraciones, creencias, fotografías… Quizá por ello, Nabokov<br />

tituló la suya: Habla, memoria. Son casi fórmulas de vida. Como la del escritor noruego Karl Ove Knausgaard, que eligió<br />

un título muy provocador para su flamante autobiografía, Mi lucha, y que consta de seis tomos, de los cuales ya aparecieron en<br />

español: La muerte del padre, Un hombre enamorado y La isla de la infancia.<br />

77<br />

Vladimir Nabokov<br />

Karl Ove Knausgaard


Nina Berberova, escritora rusa exiliada en París, autora de novelas preciosas como La acompañante o El lacayo y la puta, tituló<br />

su autobiografía: El subrayado es mío (1969). ¡Qué manera concisa de escoger los fragmentos significativos de su vida! El subrayado<br />

es mío es una fórmula que admite la arbitrariedad y, al mismo tiempo, una decisión. Escribe Berberova: “En comparación<br />

con los libros de memorias, una autobiografía es una empresa francamente egocéntrica. En una autobiografía se habla de uno<br />

mismo, en las memorias se habla de los demás”. Esta diferencia, si bien parece evidente, no lo es tanto. El egocentrismo de la<br />

autobiografía es meramente accidental; el que escribe, casualmente, es el propio sujeto de la historia que está contando… Algo<br />

parecido sucede entre el escritor y el lector. El primero se regodea con sus propias palabras, y el segundo atiende a la palabra<br />

de los otros. Sin embargo, y a partir de la fórmula de Berberova, el lector también subraya lo que quiere en lo que lee y, por lo<br />

tanto, imprime en alguna parte su propia lectura. Su subrayado es autorreferencial.<br />

Según la autora rusa, bajo esa raya se esconden los secretos. “Cada cual posee sus secretos. Algunas personas los arrastran a lo<br />

largo de su vida como si de una carga se tratara; otras, los miman y cuidan con esmero, como si fueran un manantial de vida del<br />

que extraen sus energías hasta el final. Para mí, los secretos forman el vínculo de unión entre mi pasado y mi presente. No soy<br />

de los que arrastran un lastre que los abruma”.<br />

Nina Berberova<br />

78<br />

En las autobiografías, los escritores se convierten en lectores de sus vidas; de ella extraen unas cuantas verdades que muchas<br />

veces solo aparecen en el momento de la escritura. Quizá por eso, Goethe eligió un título preciso y vital: De mi vida: poesía<br />

y verdad (1811, a veces traducido como Poesía y verdad, extraídas de mi vida). A diferencia de Berberova, ya no se trata del<br />

subrayado, es decir, de lo que uno traza sobre el texto secreto de sus días, sino de lo que se puede extraer de poesía y verdad a<br />

través del tiempo.<br />

Johann Wolfgang von Goethe


Por suerte, el género autobiográfico es uno de los más generosos: no hay pautas narrativas, ni obligaciones cronológicas. Puede<br />

realizarse al final de la vida o al empezar la “carrera” de escritor (es el caso de Luis Gusmán y su autobiografía precoz, La rueda<br />

de Virgilio, 1989). Tampoco exige contarlo todo, ni comprobar nada.<br />

Luis Gusmán<br />

Una de mis preferidas, justamente en la elección de la forma, es la de Roland Barthes. Su título ya es bastante elocuente:<br />

Barthes por Barthes (1975). Se compone de impresiones o fragmentos que van dando cuenta de su vida a través de lo visto o<br />

escuchado, sus gustos (por una manzana o por los algoritmos), sensaciones (un perfume o la exclusión), el sabor de los nombres<br />

propios, descubrimientos vitales (el dinero, la coincidencia, Flaubert), giros semánticos, imágenes, tendencias, sueños, etc. Son<br />

casi ciento cincuenta fragmentos, bellos y confesionales, íntimos y culturales, donde lo propio y lo mundano se mezclan en una<br />

paleta de vida profusa. Va de muestra un fragmento:<br />

“De niño me aburría mucho. Comenzó visiblemente muy pronto<br />

y continuó toda mi vida y siempre se notó. Es un aburrimiento-pánico,<br />

que llega hasta el desamparo. Es el mismo que experimento<br />

en los coloquios, las conferencias, las veladas con extranjeros,<br />

las reuniones de amigos: donde sea que se pueda notar el<br />

aburrimiento… ¿El aburrimiento será acaso mi histeria?”.<br />

79<br />

Roland Barthes<br />

Su autobiografía es un intento de exponer lo propio en relación con los demás, lo que se imprime de los demás en lo propio. Una<br />

exploración de las huellas del lenguaje en su cuerpo. Es un relato preciosista y a la vez austero. En pequeñas dosis, da cuenta de<br />

lo importante, aunque no lo parezca, como una charla que tuvo con el panadero sobre el clima de París. En ese mínimo intercambio,<br />

se encuentra Barthes y la humanidad”. Quizá lo más verdadero y personal de las autobiografías es lo que no se puede<br />

contar: el propio estilo


Entrevista<br />

seis<br />

Jorge Aulicino y el Dante<br />

Una traducción<br />

siempre es<br />

una versión cultural<br />

POR Christian Kupchik<br />

8o<br />

Un viejo mito literario cuenta que, una tarde, Lucio V.<br />

Mansilla fumaba un puro repantigado en uno de los cómodos<br />

sillones del Jockey Club cuando apareció Bartolomé<br />

Mitre, visiblemente feliz, y le dijo: “Felicitame, Lucio, acabo<br />

de terminar de traducir La Divina Comedia”, a lo que<br />

Mansilla respondió: “¡Muy bien, Bartolomé, a estos gringos<br />

hay que embromarlos!”. Otra versión reproduce el mismo<br />

diálogo pero en los campos de batalla de la Guerra del Paraguay,<br />

con el general Mitre absorto entre diccionarios y<br />

papeles desparramados, hasta que un oficial le preguntó el<br />

motivo de su ensimismamiento. “Aquí me ve, traduciendo<br />

al Dante”.<br />

Como fuere, la traducción de uno de los mayores clásicos<br />

de la literatura universal siempre ha significado un acontecimiento<br />

especial. Hay muchas traducciones al español (la<br />

primera es del siglo XV) y concretamente en nuestro país


cuatro: además de la de Mitre (1889), está la de Ángel Battistessa<br />

(1965) y la de Antonio J. Milano (2003). De<br />

una cuarta hubo un anticipo del Infierno (2011) publicada por<br />

Edhasa y este año apareció bajo el mismo sello la obra completa<br />

a cargo de un descomunal trabajo de Jorge Aulicino.<br />

Lo descomunal viene dado por la dificultad común que presenta<br />

atravesar las barreras del tiempo y del espacio a partir de<br />

un texto tan genial como complejo, escrito en versos rimados<br />

hace más de seis siglos. No obstante, Aulicino, que además es<br />

uno de los mejores poetas actuales –basta con leer Estación<br />

Finlandia, que recoge sus poemas entre 1974 y 2011– asumió<br />

el desafío y nos plantea al Dante en los mismos términos que<br />

lo asume él: sin alardes eruditos ni pretenciosos, con respeto<br />

a la esencia y la música del original a la vez que acorde a los<br />

designios de nuestro tiempo. Un clásico vivo.<br />

–¿Recuerda cuál fue su primer contacto con la Comedia?<br />

Sí, era chico, diría un preadolescente y descubrí la<br />

versión de Mitre que mi papá tenía en su biblioteca. Era una<br />

edición barata, de la editorial Tor, con tapa de papel y bastante<br />

maltratada. Mi padre era un anarquista autodidacta, pero que<br />

tenía a la cultura en una especie de altar, como era frecuente<br />

entre los anarcos. Y recuerdo que un amigo varios años<br />

mayor que yo me pidió prestado el libro y mi padre accedió<br />

bajo amenaza que debía devolverla en quince días. Mi amigo<br />

cumplió, y es ahí donde yo me detengo a mirarla. Pero yo no<br />

tenía la edad adecuada, no era mi momento, de modo que la<br />

pasé por alto. Años más tarde volví a intentarlo y descubrí,<br />

también en la biblioteca paterna, una edición en prosa de un<br />

señor español llamado Cuyás de la Vega. Era también una<br />

edición barata de los años 30, pero allí entendí el argumento<br />

y me metí en la Comedia. Después, con la segunda mujer de<br />

papá que era profesora, empecé a estudiar italiano. A mí me<br />

llamaba mucho la atención la influencia que Dante había tenido<br />

en muchos poetas anglosajones que me interesaban, como<br />

Pound o Eliot, y eso también sirvió de estímulo.<br />

–¿Allí te planteaste la posibilidad de una traducción?<br />

No, traduje dos o tres Cantos en aquel momento para ver qué<br />

pasaba. Me llamaba mucho la atención en esas primeras lecturas<br />

la preocupación de Dante por detalles técnicos, o científicos,<br />

por llamarlos de algún modo. Por ejemplo, cuando él sube<br />

a la segunda barca que cruza la laguna Estigia (la primera es la<br />

de Caronte) dice que la barca se hunde un poco porque él es<br />

el único cuerpo físico, el otro es un espíritu. Me llamó la atención<br />

que le diera importancia a esos detalles. O también cuando<br />

pasa el centro de la Tierra aferrado a la pelambre de Lucifer<br />

y Virgilio va delante, en un momento dice Lucifer: “Ahora<br />

debo darme vuelta”. Y en un principio uno piensa que están<br />

volviendo, pero no, es que cruzaron el centro de la Tierra y<br />

pasaron al otro hemisferio. Estos detalles técnicos o científicos<br />

me llamaron mucho la atención. Claro, después pude comprobar<br />

que la Comedia no solo tiene un valor literario, sino que<br />

determina también muchas cosas de la ciencia de su época.<br />

Por ejemplo, ya maneja la idea de los dos hemisferios, lo que<br />

81


82<br />

implica también pensar en la redondez de la Tierra, solo que<br />

creían que el hemisferio sur no había más que agua.<br />

–¿Hiciste un trabajo comparativo con las otras cuatro<br />

traducciones existentes en el país? Sí, claro, de manera<br />

permanente. Además de las conocidas, existe una quinta, de<br />

la década del 40 llevada adelante por un señor Soto y Calvo<br />

que es muy risueña, por lo ridícula. Borges decía que “entre<br />

los dos no hacen uno”. Utiliza un lenguaje no solo pretencioso<br />

hasta el absurdo, sino también arbitrario: se siente obligado a<br />

traducir con rima y dice lo que se le ocurre, completamente<br />

alejado del original. De todos modos, es una edición inhallable.<br />

–Milano dice que es imposible traducirlo en verso… No,<br />

no es imposible. Por supuesto, si pensamos en una versión<br />

rimada, que respete la respiración, el ritmo, etc., es irreproducible,<br />

porque debe ser ese y no puede ser otro. De todas<br />

maneras se puede encontrar un sustituto, como hizo Mitre o<br />

Ángel Crespo en una de las versiones españolas. Battistessa<br />

no usa rima, pero utiliza el endecasílabo casi todo el tiempo,<br />

o sea que respeta el metro. Y después están las traducciones<br />

clásicas, como la del Conde de Cheste, de la primera mitad<br />

del siglo XIX, que también es en verso rimado y Mitre critica<br />

mucho. Y aun la más clásica de Enrique de Villena, del<br />

siglo XVI, que también responde a la lengua de su tiempo.<br />

Creo que en cada caso el traductor elige otra respiración, otra<br />

cadencia respecto al original, porque eso no se puede reproducir.<br />

–Mitre decía que su intención era buscar una reproducción<br />

lo más fiel posible. Sí, él rimaba con métrica regular,<br />

pero en realidad no lo puede hacer. No puede ser tan literal<br />

cuando se ve obligado a elegir entre la palabra que mejor calce<br />

con la métrica y la rima. Y aunque no traicione al sentido<br />

general, tampoco es literal. La de Crespo, de la que hablaba<br />

antes, que tuvo el Premio de la Crítica, es buena pero también<br />

se aparta mucho de la literalidad. El léxico que uno elige, dejando<br />

de lado la cuestión de la rima, también se vincula con<br />

la época en la que uno vive. La del Conde de Cheste, la de<br />

Mitre, la de Battistesa o la de Crespo son distintas no solo por<br />

el tiempo, sino también por la geografía, el marco cultural, etc.<br />

El lenguaje es una entidad viva que se mueve en el espacio y<br />

en el tiempo. Una traducción siempre es una versión cultural.<br />

–¿Es legítimo actualizar estas versiones de clásicos<br />

respetando su esencia? Es legítimo porque creo que el<br />

equivalente exacto al lenguaje que utilizó Dante tendría que<br />

ser en un castellano del siglo XIV. Tampoco abogo por los<br />

localismos: una versión hecha de argentinismos sería insoportable.<br />

Desde ese punto de vista, la literalidad es una condena.<br />

¿Qué entendemos por literal? ¿Qué significa ser literal hoy?<br />

No lo sé. Creo que uno puede ser más o menos literal con un<br />

contemporáneo, Eliot, pongamos por caso, que perteneció al<br />

siglo XX. ¿Pero cómo ser literal con Dante? O pensemos en el<br />

Marqués de Santillana traducido al ruso, incluso al italiano.<br />

En el caso de Dante, uno percibe que se expresa en un<br />

italiano utilizado con cierta dispersión, y es difícil saber si eso<br />

se debe al paso del tiempo o a la manera que el propio Dante<br />

decidió usar la lengua. Porque lo que está claro es que hizo lo<br />

que quiso: hay palabras inventadas, que nunca se usaron o las<br />

usó él solo. Hay términos y expresiones que ya no son discutidas<br />

por los traductores, sino por los propios investigadores<br />

italianos. Los representantes del “Dolce still nuovo” son los<br />

primeros en utilizar la lengua romance como lengua literaria.<br />

–¿La versión en prosa podría ser vista como una traición<br />

innecesaria? Y, se pierde un poco el encanto del verso.<br />

Yo intento crear una cadencia y eso tiene que ver con el poder<br />

vocativo, que se pierde con la prosa. Cuando Dante cuenta en<br />

verso, lo hace como si estuviera invocando. No olvidemos que<br />

él habla de “Cantos”, y el canto tiene que ver con el despertar<br />

de esa cadencia rítmica, un modo de encantamiento que está<br />

ligado a la invocación. La repetición, el ritmo, provocan la<br />

aparición de esa surrealidad que Dante nos cuenta como si<br />

fuera real.<br />

–En su versión solo utiliza notas cuando es estrictamente<br />

necesario y no son interpretativas, a diferencia de la<br />

de Battistessa, que es muy profusa en ese sentido. Sí, la<br />

de Mitre es anotada pero discreta, en cambio Battistessa trata<br />

de interpretar, es un paratexto que da interpretación permanente.<br />

Yo traté de explicar en algún momento oscuro que allí<br />

hay una discusión sobre el tema. Después todo lo demás es<br />

informativo, fulano de tal es tal. Uno puede suponer que el<br />

lector sabe quién es Júpiter, pero si nombra a alguien desconocido<br />

pero que fue un líder político de su tiempo, es necesario<br />

aclarar quién fue. El trabajo de traducción de Battistessa hay<br />

que reconocer que es bueno, pero su interpretación es muy<br />

cerrada, porque está al servicio del canon católico ortodoxo de<br />

punta a punta. Es cierto que Dante utiliza alegorías, pero hay<br />

momentos en que no se sabe si algo es alegoría o no, porque<br />

su relato es realista, al menos en el Infierno y el Purgatorio,<br />

descriptos a partir de paralelismos con la Tierra.<br />

–¿Y en el Paraíso no? En el Paraíso es menos realista, porque<br />

hay menos comparaciones terrenales y privilegia una<br />

descripción muy abstracta, más espiritual. Está hablando de<br />

gente muy virtuosa y todos son presentados en términos muy<br />

evanescentes. Son voces, son reflejos… Lo más concreto del<br />

Paraíso es Beatriz; Dante no se cansa de hablar de la belleza y<br />

la sabiduría de Beatriz.<br />

–¿Cómo explica la vigencia de la Divina Comedia? Creo<br />

que debido a que muestra diversos niveles. Por un lado, es<br />

un compendio de historia y filosofía de la Antigüedad hasta el<br />

momento en que vivió Dante. Allí está todo. Está todo lo que<br />

los latinos sabían de la mitología, todo lo que es la escolástica,<br />

el tomismo, todo lo que es ciencia o lo que se entendía por<br />

ciencia entonces, está ahí. Por otro lado es ese recorrido que<br />

está en la Comedia, ese ida y vuelta entre una realidad inventada,<br />

inverosímil, que no está en ningún libro (ni siquiera en<br />

los sagrados, ya que las descripciones que hace no está en la<br />

Biblia ni en ningún otro libro), y una realidad que por algún<br />

motivo nos sigue resultando cercana, palpable


Entrevista<br />

siete<br />

Quizá debido a que durante mucho tiempo de su vida Jorge<br />

Consiglio (Buenos Aires, 1962) se ganó la vida como<br />

visitador médico de productos oftalmológicos, es que ha<br />

desarrollado una capacidad de observación notable: su escritura<br />

se parece a un panóptico al que no se le escapa el<br />

menor detalle. Pero nada tiene que ver su profesión anterior<br />

con el hecho de ser un omnívoro talento narrativo: Consiglio<br />

es una verdadera máquina de contar historias.<br />

En Hospital Posadas (Eterna Cadencia, 2015) parte de un<br />

personaje oscuro, Cardozo, a quien conoció en la vida real.<br />

Casi todos los personajes que intervienen en esta novela que<br />

se lee a un ritmo trepidante son reales, aunque como suele<br />

suceder con la realidad cuando se sabe contar, muchos parecen<br />

inverosímiles. A partir de la mirada lacónica del narrador,<br />

se van tejiendo una cantidad de historias alternadamen-


POR Christian Kupchik<br />

Jorge Consiglio<br />

LA<br />

MÁQUINA<br />

de NARRAR<br />

85<br />

te que dibujan con precisión tres momentos de la historia<br />

argentina reciente. Novela profunda y espléndida a la vez, su<br />

lectura se transforma en una experiencia única a partir de la<br />

preciosidad de los detalles que desnudan las aristas más incomprensibles<br />

de la sociedad. Con Hospital Posadas, Jorge<br />

Consiglio se consolida como uno de los autores más sólidos<br />

de la literatura argentina actual.<br />

–¿Cuál fue su intención al comenzar a trabajar con<br />

Hospital Posadas? Como tenía la historia tan presente, y<br />

la literatura es representación, lo primero que busqué fue<br />

separarme un poco de ella. Cuando se da esa trasposición<br />

de “historia vivida” a “literatura”, por lo general el producto<br />

literario es el que termina sufriendo. En consecuencia, intenté<br />

buscar un tono que no fuera producto de la mímesis<br />

absoluta, sino de la representación. Y para ello, busqué un<br />

punto de vista donde el protagonista viviera una suerte de<br />

extrañeza poética, que mirara la realidad algo corrida de su<br />

eje. Por otra parte, busqué también atomizar la narración,<br />

crear cinco o seis líneas narrativas para que la historia no se<br />

pegara tanto a la crónica.<br />

–De esa manera, con la alternancia de las distintas<br />

historias, se va tejiendo también la intriga. No obstante,<br />

los personajes centrales son el narrador y Cardozo…<br />

Sí, el narrador porque es quien coordina los distintos<br />

núcleos narrativos y Cardozo porque su historia es la que<br />

subyace como integradora. Pero agregaría también como<br />

protagonista al Posadas, que es una suerte de narrador en<br />

sordina. En las entradas del Hospital, que están fechadas en<br />

los años más duros, intenté ubicar su historia como la de un<br />

personaje más. Pero también aquí no quería circunscribirme


86<br />

a una crónica y para ello redoblé la apuesta de lo lírico en<br />

el intento por eludir la prosa informativa. En particular, me<br />

interesaba astillar la cronología, hacer una especie de salpicado<br />

con la historia.<br />

–De hecho hay un juego con el tiempo interesante a<br />

partir de los saltos constantes. El relato no progresa<br />

linealmente, sino que hay retrocesos y avances continuos.<br />

Lo único que respeta cierta temporalidad es<br />

el Posadas… Sí, pero solo cierta temporalidad, porque<br />

busqué que alternara entre el 76 y el 77. La dictadura es una<br />

temática que tiene ya un anclaje propio en la literatura, y a<br />

mí me atraía la idea de entrarle por otro lado, porque la veo<br />

como una materia porosa. Quería que excediera el rótulo de<br />

“novela de la dictadura” sin dejar de ser una novela política,<br />

porque ese fue mi intento, aunque desde otro tono.<br />

–¿La idea de trabajar lo político pasaba también por<br />

un intento de reconstruir la memoria? Exacto, es así.<br />

En verdad, trabajo con los 70, los 80 y una tercera instancia<br />

ubicada aproximadamente entre 2010 y 2011. Estas tres<br />

fechas mantienen un diálogo entre sí, pero no quería que<br />

esa relación dialógica tuviera un sentido, sino que funcionara<br />

como lo hace la memoria, es decir, a merced de un<br />

ida y vuelta arbitrario, caprichoso. Una vez finalizada, me<br />

di cuenta de que lo que ronda la novela es la sensación de<br />

impunidad. Cardozo –una figura clásica que representa al<br />

represor–, al ser el dueño de la verdad, hace lo que quiere<br />

y comete las peores atrocidades sin inmutarse, porque por<br />

su praxis está acostumbrado en los años de plomo a que sus<br />

actos no tuviesen consecuencias. No se cubre para delinquir.<br />

En cambio, al modificarse la situación en el 83, debe enfrentarse<br />

a una nueva realidad que no termina de aceptar. Cardozo<br />

existe, de hecho lo conocí aunque su nombre aparece<br />

cambiado, y representa una dinámica incomprensible para<br />

cualquiera que no pertenezca a ese mundo. Esa sensación<br />

de impunidad hace que no haya conciencia del crimen. Ni<br />

siquiera se trata de una amoralidad, sino de la ausencia por<br />

completo de un sentido moral.<br />

–Ese es un dato que marca la contemporaneidad<br />

de la trama. Otro puede estar dado por la forma en<br />

que tanto el narrador como Cardozo, e incluso otros<br />

personajes, parecen atados a una suerte de presente<br />

continuo… Es interesante esto que marcás. En verdad lo<br />

noté después de escribir la novela, pero noté en el caso del<br />

narrador algo que posiblemente lo ata a esa sensación de<br />

puro presente. En general, cuando uno atraviesa hechos<br />

traumáticos, una depresión profunda, un accidente difícil, o<br />

incluso un tiempo tan duro como lo fue el de la dictadura,<br />

sobreviene una especie de enajenación que lleva a quien<br />

pasó por ese episodio a que no tenga proyección posible, a<br />

vivir el día a día. En el caso de otros personajes, como la chica<br />

punk, esa sensación de puro presente se da más que nada<br />

por un condicionamiento de la época: es una superviviente.<br />

La inmediatez creo que también es un rasgo constitutivo de<br />

la supervivencia. Las huellas de la dictadura están presentes<br />

en la impunidad de Cardozo o en la inercia del narrador,<br />

pero todos deben trazar estrategias de supervivencia para<br />

ser felices. Ese instante de felicidad no tiene que ver con la<br />

ortodoxia, nadie es feliz como te dicen que debés ser feliz.<br />

Los personajes de mis libros no viajan a Miami para ser felices,<br />

sino que establecen caminos laterales y hacen que esa<br />

construcción sea efímera tal vez, pero cotidiana, sin demasiada<br />

proyección de futuro.<br />

–¿Cómo fue la escritura y el armado de las distintas<br />

historias? Porque la novela está estructurada como<br />

esas mamushkas rusas que encierran una muñeca<br />

dentro de otra. Totalmente. La escritura fue bastante arbitraria,<br />

me muevo con mucha libertad, pero la reescritura y<br />

el armado, sumamente laboriosos. Ocurre que me fascina el<br />

poder de esas microhistorias. Creo que a las novelas por lo<br />

general las recorren una intriga vertical que van del primer<br />

capítulo al final. Esa intriga se tensa con los episodios más<br />

pesados, con los nodos de la novela, pero también hay pequeños<br />

episodios que sostienen su propia intriga y funcionan<br />

como pasadizos que el lector debe ir sorteando. Son chispas,<br />

historias que empiezan y terminan, pero que a la vez sirven<br />

como oxígeno al eje central. Lo que busco con esa polifonía<br />

es una visión poliédrica, abierta e incierta de ese mundo<br />

narrativo en construcción.<br />

–La novela revela una capacidad de observación maravillosa,<br />

es increíble cómo se reproducen aquellas<br />

cosas que nadie ve. Al trabajar con hechos y personajes<br />

reales, ¿hubo algún temor de la devolución? La<br />

literatura tiene algo increíble. Todas las personas de las que<br />

hablo en este libro están vivas –incluido Cardozo–, pero lo<br />

asombroso es que con solo cambiarles el nombre e ir adelante<br />

con sus historias en la ficción, hace que lo real quede<br />

borroneado. Pensé que iba a tener problemas en un primer<br />

momento, pero no, no va a pasar nunca. Al contrario, me<br />

pasaron cosas lindas. El Posadas es una gran institución. Se<br />

comunicó conmigo la gente de un grupo de teatro interno<br />

del hospital y estuve hablando con ellos en una experiencia<br />

que me resultó muy emocionante. Hay que pensar que en<br />

un momento el hospital funcionó también como campo de<br />

concentración.<br />

–De algún modo, el Posadas está tratado también<br />

como una metáfora del país… Exactamente. También la<br />

destrucción de ese petit hotel que el narrador observa desde<br />

su ventana habla asimismo de una fisura. Hay algo que cae,<br />

que se demuele, ya sea en la salud o en lo que sea. También<br />

me parece clave el tipo que mira por la ventana. Esa mirada<br />

para mí tiene dos lecturas. Por un lado, ver qué hace el otro<br />

cuando está solo; y después está la tensión erótica que se


produce al penetrar en el espacio del otro sin ser visto.<br />

–En cierta forma, ese voyeurismo también define al<br />

novelista… Es cierto. En realidad, quien mira piensa que<br />

ese otro mundo no lo va a tocar, pero resulta inevitable<br />

que toque o modifique al que observa. La mirada nunca es<br />

unidireccional, sino que se establece una relación entre el<br />

objeto y quien observa.<br />

–La aceleración del tiempo que vivimos también contribuye<br />

a una percepción fragmentaria de lo real. Por<br />

supuesto, vivimos bajo la estética del parpadeo, todo aparece<br />

atomizado. Y hay un ejemplo concreto en los modelos narrativos<br />

que se van imponiendo: basta con mirar lo que ocurre<br />

con las series. En la mayoría de ellas se proponen quiebres<br />

a los modelos narrativos, muchos de ellos muy hermosos,<br />

que rescatan la ansiedad, un rasgo que marca nuestro tiempo.<br />

Yo me preguntaba qué es lo que genera esa adicción<br />

que provocan muchas series, y creo que la respuesta es una<br />

estética basada en una historia pero astillada, con muchas<br />

intermitencias. Las partículas de ese relato connotan y el<br />

espectador se va agarrando de esos fragmentos. En ese sentido<br />

está alejado de la narración decimonónica, tan bella por<br />

otro lado, donde la narración avanza como una lava que el<br />

lector va acompañando. Con las series es distinto: uno camina<br />

sobre ese cristal astillado a medida que va decodificando<br />

el relato.<br />

–Ahora que señala el tema de las series, intuyo un paralelo<br />

entre Hospital Posadas y True Detective. ¿Puede<br />

ser? Sí, totalmente, en cuanto a atmósfera y en cuanto<br />

al quiebre de la estructura cronológica. En True Detective<br />

tenemos narradores contemporáneos cuyos raccontos se<br />

dirigen al pasado, pero ese pasado no está pautado por una<br />

cronología, sino que son fragmentos. Y es así como también<br />

nosotros recomponemos el pasado: con fragmentos. El relato<br />

siempre será aleatorio y confuso. Como en un cóctel, lo<br />

que nos llega son las salpicaduras<br />

Hospital Posadas,<br />

de Jorge Consiglio.<br />

Eterna Cadencia, 2015.


INFANTIL y<br />

JUVENIL<br />

Para los más chiquitos, una propuesta de Liliana Cinetto,<br />

con ilustraciones de Cynthia Orensztajn, son dos<br />

libros con Coco como protagonista: Coco no comparte y<br />

Coco va al jardín.<br />

Uranito presentó dos trabajos. El primero, una versión de<br />

Caperucita roja pero con una madre sobreprotectora, Para<br />

cuidarte mejor, escrito e ilustrado por Ximena García. El<br />

segundo trabajo es Canato Patejo y el caso de la elefanta<br />

de muchas patas, un policial para los primeros lectores,<br />

de Graciela Repún, e ilustrado por Laura Michell.<br />

Ambos muy recomendables.<br />

Planeta Junior presentó dos cuadernos de actividades para<br />

copiar y colorear. Mi diario de arte. Calca Peace & Love y<br />

Mi diario de arte. Calca bailarinas y rosas.


INFANTIL y<br />

JUVENIL<br />

Los<br />

mejores<br />

libros<br />

De la saga de Elfos de Pok, de Fabián Sevilla, dos<br />

nuevos títulos: Sangre de arenas y Manzanas de fuego. En<br />

el primero, la desaparición de las septillizas reales; en el<br />

segundo, el rey Lilios está siendo intoxicado. Para ambas<br />

tareas, se solicitan los servicios de los elfos de Pok.<br />

disney de película<br />

Originales libros de las mejores<br />

películas de Disney para revivir la<br />

magia de los personajes favoritos<br />

de los chicos.<br />

101 bilingüe<br />

Libros ideales para que los chicos<br />

jueguen, se diviertan y aprendan<br />

sus primeras palabras en español<br />

e inglés.<br />

101 cuentos<br />

de animales<br />

Relatos originales escritos por<br />

Patricia Suárez, Lisa Porcelli Piussi<br />

y otros talentosos autores. Cada<br />

cuento está ilustrado con simpáticas<br />

imágenes que acompañan la fantasía<br />

de cada historia.<br />

El Ateneo presentó Dark Stark. Audrey Whitticomb tiene<br />

16 años y descubrirá superpoderes para enfrentar al mal<br />

encarnado por “los atormentadores”.<br />

círculos mágicos<br />

Tres nuevos títulos de mandalas para<br />

alcanzar concentración y permitirnos<br />

entrar en un estado meditativo que nos<br />

llena de paz, calma y claridad.<br />

Av. Lacroze 1865 | C1426CPD | CABA<br />

Tel.: (54-11) 4899-0646 líneas rotativas<br />

www.editorialguadal.com.ar<br />

Hacete fan y enterate de nuestras novedades


Planeta presentó Witches. Lazos de magia, de la joven<br />

porteña Tiffany Lis Calligaris. Una historia de amor y<br />

de suspenso.<br />

18 de octubre<br />

Día de la<br />

Madre<br />

Maldita (Literatura Random House), de Chuck Palahniuk,<br />

es la segunda parte de Condenada –un éxito<br />

editorial de lectores jóvenes– que se trata de una visita al<br />

Purgatorio de la mano de Madison, una fantasma de trece<br />

años con sobrepeso.<br />

www.catapulta.net


Entrevista<br />

ocho<br />

92<br />

La<br />

FICCIÓN EN<br />

ROMINA RUSSELL es la autora de la trilogía Zodíaco.<br />

En un registro de ciencia ficción, millones de adolescentes de todo<br />

el mundo se identifican con su heroína, Rhoma Grace<br />

POR M. L.<br />

En plena adolescencia, Romina Russell, una chica de<br />

Buenos Aires radicada en Los Ángeles, consiguió un trabajo<br />

como escritora en el Miami Herald, haciendo la columna dominical<br />

College She Wrote que enseguida fue elegida para la<br />

distribución nacional. Hoy, a sus 30 años, ya tiene publicaba<br />

su primera novela, Zodíaco, el primer libro de una trilogía.<br />

Zodíaco cuenta la historia de Rhoma Grace, una joven de 16<br />

años proveniente de la casa de Cáncer que no es exactamente<br />

el tipo de heroína que todos esperan. Pero lo termina siendo<br />

cuando una explosión desalinea la luna de Cáncer y mata a<br />

miles de ciudadanos, incluyendo a la Guardiana de la Casa.<br />

Rho, aunque se sorprende al ser nombrada la nueva líder, va<br />

a proteger a sus seres queridos como sea. Pero las tragedias<br />

no cuentan solo para Cáncer y la protagonista empieza a sospechar<br />

que hay algo oscuro detrás de estas desgracias.<br />

Si fuera por Russell escribiría cien libros sobre esta serie,<br />

pero como la adolescente de la historia aceptó la misión de<br />

explorar e investigar a fondo este mundo de estrellas y signos,<br />

para contextualizar una historia que si bien tiene que ver con<br />

el plano de la fantasía y la ciencia ficción también tiene muchos<br />

puntos de contacto con la realidad de todo adolescente.<br />

–¿Cómo fue el proceso creativo de Zodíaco? Para crear<br />

la serie Zodíaco, lo primero que hice, antes de todo, fue desarrollar<br />

las trece Casas del universo. Para cada una, tuve que<br />

decidir cómo iban a ser los planetas y la gente, cómo funcionaría<br />

el gobierno y los sistemas de transporte, la religión y la


cultura, etc. Siempre empiezo mis textos así, estableciendo<br />

el mundo donde transcurre el relato primero y luego desarrollando<br />

los personajes –porque pienso que el filósofo Alan<br />

Watts tuvo razón cuando dijo que no nacemos a la Tierra,<br />

nacemos de la Tierra–. En otras palabras, el mundo en que<br />

nacemos existe antes que nosotros. Tardé un par de semanas<br />

en diseñar todos los planetas y a fines de 2013 empecé a<br />

escribir el primer libro de la serie. En diciembre de 2014 se<br />

publicó la versión americana y unos meses después salió la<br />

versión en español en Argentina.<br />

–¿Por qué eligió ese mundo conceptual? De chica me<br />

fascinaba el espacio exterior y soñaba con explorarlo; desgraciadamente,<br />

las estrellas no me dotaron con talento de científica<br />

ni de matemática –y eso que mi padre es cardiólogo y mi<br />

mamá es licenciada en Estadística–. Lo único que siempre me<br />

gustó fue escribir, y un día me di cuenta de que la mejor manera<br />

de navegar el universo sería a través de mi imaginación.<br />

Las Casas que visitamos en Zodíaco, aunque sean fantasiosas,<br />

presentan muchos paralelos con el mundo actual. Más allá<br />

de la astrología, Zodíaco es una exploración<br />

sociológica sobre una colección de culturas<br />

que comparten la misma galaxia y deberían ser<br />

unidas, pero que se encuentran divididas por<br />

sus diferencias. Si suena familiar es porque lo<br />

es: las diferentes comunidades de nuestro propio<br />

planeta suelen olvidarse que todos somos<br />

parte de algo mayor.<br />

–¿Cómo construyó a Rhoma Grace? Para<br />

mí, fue muy importante escribir sobre un<br />

personaje distinto, nada que ver conmigo.<br />

Siendo de Virgo, yo soy muy perfeccionista,<br />

analítica, obsesiva, práctica y suelo analizar<br />

cada decisión por mucho tiempo antes de<br />

actuar. En este caso, yo buscaba una heroína<br />

más impulsiva, alguien que se guiara más por su instinto que<br />

su intelecto. Creo que la razón que hizo que me atrajera<br />

alguien de la Casa Cáncer es que ellos valoran más que todo<br />

a sus familiares y amigos, algo que yo asocio mucho con la<br />

cultura argentina. Pensé que el tipo de líder que necesitaría<br />

el Zodíaco para unirse y sobrevivir el peligro de Ocus no sería<br />

un ser poderoso físicamente ni intelectualmente: músculos y<br />

estrategias ganan guerras, pero para cambiar corazones se necesita<br />

un arma más poderosa. Se necesita un líder que pueda<br />

inspirar la esperanza de un mañana mejor. Rho no sabe cómo<br />

usar una espada, ni tiene habilidades mágicas: ella tiene un<br />

solo poder, y es el mismo poder que tenemos vos y yo, su voz.<br />

–¿Cómo se siente escribiendo para un público adolescente?<br />

A los treinta años, mis cuentos favoritos siguen siendo<br />

los libros infanto-juveniles. Muchas veces pienso que hay más<br />

honestidad en la literatura de adolescentes que en cualquier<br />

otra. Espero que lectores de todas edades lean la serie, pero<br />

mi enfoque es la audiencia adolescente. Me encanta escribir<br />

para lectores jóvenes porque todavía no se cerraron en la<br />

noción de que el mundo puede no ser distinto de lo que es y<br />

que todo es posible. En ellos es donde encuentro la esperanza<br />

para nuestro universo.<br />

–¿Qué es la literatura honesta? En mi opinión, la literatura<br />

honesta nace en el desarrollo de un protagonista honesto.<br />

Hay que diseñar un ser humano real, alguien con debilidades<br />

e inseguridades y el conflicto del relato debería ser resultado<br />

de las acciones que toma el personaje y no de las decisiones<br />

que toma el autor. Hay que centrarse en la mentalidad del<br />

protagonista y ser honesto con cada pensamiento, decisión y<br />

acción.<br />

–¿Por qué decidió hacer una trilogía y escribir originalmente<br />

en inglés? En realidad, yo creo que la serie podría<br />

extenderse por cien libros. Hay tanto para explorar en un<br />

universo con trece sistemas planetarios, imaginate nuestro<br />

mundo multiplicado por 35, que es el número de planetas<br />

habitados de la galaxia Zodíaco. Tres libros apenas alcanzan<br />

para conocerla. Me siento cómoda escribiendo en los dos<br />

idiomas, pero el contrato que firmé fue para escribirlo en<br />

inglés. El libro se tradujo no solo al español,<br />

sino al holandés, alemán, polaco, vietnamés,<br />

francés, turco y ruso, y está por traducirse a<br />

otros idiomas.<br />

Tardó casi diez años en lograr que alguien<br />

aceptara publicarlo pero lo hizo y Zodíaco<br />

se terminó convirtiendo en un objeto de<br />

admiración para muchísimos lectores tanto<br />

en Estados Unidos como acá en Argentina,<br />

donde fue lanzado unos meses después que<br />

en su idioma original y en muchas partes del<br />

mundo. A Russell le encanta el contacto con<br />

sus lectores, sobre todo argentinos, con los<br />

que mantiene diálogos a través de videoconferencias<br />

o alguna red social y siempre está<br />

dispuesta a escuchar todas las preguntas de aquellos que ya se<br />

devoraron Zodíaco y esperan con ansias que su continuación,<br />

Estrella errante, llegue a las librerías.<br />

–En la Feria del Libro, Zodíaco fue el primero en ventas<br />

en el stand de Del Nuevo Extremo, ¿qué siente al<br />

ver que su primera novela es premiada de esa manera<br />

por la gente cuando estuvo casi diez años esperando<br />

que alguien quisiera publicarla? No sé cómo describir lo<br />

que sentí viendo el éxito de Zodíaco en Argentina, más que<br />

nada, viendo a mis amigos, tíos, primos, todos poniendo fotos<br />

en Facebook con sus propias copias del libro. Mi corazón<br />

se llenó con una felicidad tan profunda que llegó a tocar la<br />

tristeza: mi abuelo, un hombre incomparable que compartió<br />

conmigo su amor por todo tipo de literatura, no llegó a leer<br />

mi primer libro. Pero doy gracias todos los días de que por<br />

lo menos pude celebrar con él las noticias de que Zodíaco<br />

sería publicado y que él supo que mi sueño al fin se realizaba.<br />

Mi abuelo fue una gran inspiración para Estrella errante, el<br />

segundo libro de la serie, y por eso se lo dediqué a él<br />

93


Semblanza<br />

El boom<br />

DEL DESTROZO<br />

KERI SMITH es la autora de Destroza este diario y<br />

Destroza este diario en cualquier sitio, dos trabajos convertidos<br />

en éxito instantáneo<br />

este año– supere las ventas y Keri Smith<br />

nos vuelva a dejar con la boca abierta.<br />

De todos modos estas obras no causan<br />

furor solamente en las librerías y en su<br />

formato de libros en papel. YouTube<br />

ya es un mundo aparte y allí se pueden<br />

encontrar miles y miles de videos de<br />

personas destruyendo el diario o acabando<br />

el libro. Tanto adolescentes –para<br />

los que se supone que estas piezas fueron<br />

pensadas– como adultos que pintan<br />

algunas páginas y rompen otras junto<br />

a sus hijos. Cualquier usuario que ha<br />

decidido destruir el diario frente a una<br />

cámara tiene como mínimo alrededor<br />

de 20 mil visitas y<br />

POR Martina Leunda<br />

En medio del auge de los “youtubers”<br />

y los adolescentes –y adultos– que<br />

recomiendan lecturas a través de un<br />

video, transformando YouTube en un<br />

importante espacio de difusión de libros,<br />

quienes optan por reseñar Destroza este<br />

diario o cualquier otra creación de la<br />

escritora canadiense Keri Smith tienen<br />

popularidad y visitas aseguradas.<br />

La autora e ilustradora de gran cantidad<br />

de libros con récords de ventas y aplicaciones<br />

vinculadas a la creatividad, además<br />

de participar en exposiciones tales<br />

como el Urban Play en Copenhague, es<br />

consultora en el Center of Artistic Activism<br />

basando su misión en transformar<br />

la vida cotidiana con el fin de hacerla<br />

más divertida e interesante. Todos sus<br />

descubrimientos y observaciones tienen<br />

como resultado libros y obras de arte<br />

que atraen a lectores, o nuevos creadores,<br />

en todo el mundo.<br />

La famosa autora del blog Wish Jar<br />

Journal, que recibe más de 8 mil visitas<br />

diarias, tiene como foco principal y<br />

como guía de todas sus obras un concepto<br />

muy claro: “Crear es destruir”. Esta<br />

frase, que en los tiempos que corren se<br />

convirtió fácilmente en un hashtag muy<br />

usado por los usuarios de las redes sociales,<br />

encuentra su ejemplo más literal en<br />

los libros Destroza este diario (Paidós,<br />

2014) y Destroza este diario en cualquier<br />

sitio (Paidós, 2015) –que no<br />

es el mismo libro en otro<br />

formato, es otro libro con<br />

otras actividades–. “Frota<br />

esta página con suciedad” es<br />

una de las instrucciones que<br />

da Keri Smith en Destroza<br />

este diario, porque destruir<br />

un libro, explica, no implica su<br />

desaparición sino únicamente<br />

su transformación. Y a partir<br />

de estos actos destructivos, que<br />

todos en algún momento tuvimos<br />

el impulso de cometer, se puede<br />

experimentar un verdadero proceso<br />

creativo.<br />

En Argentina ya se han publicado cuatro<br />

de los siete libros creados por la escritora<br />

canadiense que hicieron revolucionar<br />

a gran cantidad de niños, adolescentes y<br />

hasta adultos en todo el mundo. Destroza<br />

este diario fue el más vendido hasta<br />

ahora con un total de 70 mil ejemplares<br />

desde que salió al mercado en agosto<br />

de 2014. Como Destroza este diario en<br />

cualquier sitio y la Antiagenda, dos de<br />

los otros títulos que se consiguen en las<br />

librerías de todo el país, no se quedan<br />

atrás y lograron vender 15 mil –desde su<br />

publicación en abril de este año– y 10<br />

mil –desde diciembre del 2014– ejemplares<br />

respectivamente, esperan que<br />

Acaba este libro –publicado en agosto de<br />

los que demostraron<br />

mayor creatividad y<br />

esfuerzo en completar esta obra superan<br />

las 100 mil en pocos meses.<br />

No hace falta que las páginas salgan<br />

completamente escritas de la imprenta<br />

para que un libro esté lleno de ideas y<br />

un ejemplo muy claro de ello es, precisamente,<br />

Destroza este diario. ¿Alguna<br />

vez pensaste después de comer una<br />

manzana en qué hacer con el sticker que<br />

viene pegado en ella en vez de tirarlo?<br />

En este cuaderno tan particular hay una<br />

sección para eso, un sector dedicado a<br />

los stickers de la fruta. 224 páginas de<br />

ideas y actividades que hasta al ser más<br />

creativo le hubiese costado pensar. Y<br />

cuando uno no entiende el para qué de<br />

autoenviarse un libro por correo, Keri<br />

Smith te alienta a confiar en que es por<br />

pura creatividad<br />

95


Historia<br />

y política<br />

PEQUEÑAS CRÓNICAS,<br />

Carlo M. Cipolla<br />

Ediciones Crítica<br />

El notable historiador Carlo Cipolla,<br />

uno de los más importante del siglo XX,<br />

fallecido en el año 2000, nos acerca estas<br />

pequeñas crónicas que, como el lector<br />

se podrá imaginar, de pequeñas no tienen<br />

nada con excepción de la brevedad,<br />

pensadas originalmente como notas<br />

periodísticas para el Corriere della Sera<br />

y Sole-24 Ore. Cipolla nos propone un<br />

mágico viaje histórico por los negocios<br />

de Giotto, quien le alquiló a un tejedor<br />

un telar francés con una ganancia del 120<br />

por ciento anual; la curiosidad incrédula<br />

de los europeos por la extraordinaria medicina<br />

china; del veloz enriquecimiento<br />

de los banqueros genoveses a costa de<br />

Felipe II de España; un imperdible artículo<br />

sobre el origen de la deuda pública.<br />

Uno de los más notables escritos de este<br />

pequeño gran libro, versa sobre el origen<br />

de la palabra dólar. Como se sabe, la palabra<br />

lira, deriva de libra, término usado<br />

desde la época romana para designar un<br />

peso. Durante más de un siglo, libra y lira<br />

fueron equivalentes, ya que una lira de<br />

plata siguió pesando una libra. El origen<br />

de la palabra dólar no es tan sencillo. A<br />

mediados del siglo XIV se descubrieron<br />

LA FUERZA DE LAS<br />

PALABRAS<br />

POR Felipe Pigna<br />

yacimientos de plata en Sajonia-Bohemia<br />

y en el Tirol, particularmente rica resultó<br />

la zona de St. Joachimstahl. Allí se acuñaban<br />

moneda de plata de un peso de unos<br />

treinta gramos a las que se las comenzó a<br />

llamar taleros. Por la deformación anglosajona,<br />

los taleros se convirtieron en los<br />

primeros dólares de la historia. Un libro<br />

fascinante e imperdible.<br />

HISTORICIDADES<br />

Cristian Delacroix, Francois<br />

Dosse y Patrick García<br />

Waldhuter editions<br />

El concepto de historicidad se ha vuelto<br />

clave para entender el vínculo existente<br />

entre una sociedad determinada, su pasado,<br />

su presente y su futuro. Este trabajo<br />

colectivo del historiador y profesor Cristian<br />

Delacroix de la Universidad de<br />

París-Este, Marne-La-Vallée; el historiador<br />

de la Universidad París XII Francois<br />

Dosse y el historiador de la Universidad<br />

de Cergy-Pontoise, Patrick García,<br />

pone el empeño en descubrir al lector la<br />

genealogía del concepto de historicidad<br />

y su puesta en práctica que atraviesa<br />

las fronteras nacionales y académicas e<br />

interrogarse, en consecuencia, sobre sus<br />

diversos usos. Indudablemente, desde los<br />

años 80 del siglo XX, los trabajos emblemáticos<br />

de Paul Ricoeur y Reinhart<br />

Koselleck se fueron imponiendo como<br />

referencias clave para los historiadores y,<br />

de hecho, este libro incluye textos inéditos<br />

de estos dos grandes referentes de la<br />

historia de finales del siglo XX. Además<br />

de la historia, otras disciplinas, como la<br />

filosofía, la antropología, el psicoanálisis,<br />

la lingüística y la geografía ayudan a analizar<br />

las múltiples formas de la historicidad.<br />

Koselleck recuerda la sentencia de Epicteto<br />

según la cual “no son las acciones<br />

las que agitan a los hombres, sino lo que<br />

se dice a propósito de esas acciones. Esto<br />

deja en claro que la fuerza inherente<br />

de las palabras no flota en la superficie<br />

de las cosas solamente. Esto lleva a una<br />

especie de obligación metodológica del<br />

historiador que consiste en restituir los<br />

conflictos sociales y políticos del pasado<br />

utilizando lo que Lucien Fevre llamaba<br />

el “instrumental mental” de la época. En<br />

historia uno debía lidiar casi siempre con<br />

los muertos del pasado. Pero la historia<br />

del tiempo presente hace comparecer a<br />

seres vivos. Pero lo hace sobre todo por<br />

su carácter de testigos, de sobrevivientes<br />

de acontecimientos en vías de deslizarse<br />

en la ausencia caduca y muy a menudo<br />

de testigos inaudibles, porque los acontecimientos<br />

extraordinarios sobre los que<br />

testimonian parecen inadmisibles desde<br />

la visión ordinaria de los contemporáneos.<br />

Un libro muy interesante, no solo para los<br />

especialistas en la materia<br />

OTROS RECOMENDADOS<br />

Fuerzas armadas en democracia, de Sabina<br />

Fréderic, Laura Mason, Germán Soprano. Prohistoria<br />

ediciones.<br />

Envar “Cacho” El Kadri. El guerrillero que<br />

dejó las armas, de Alejandro Tarruella. Editorial<br />

Sudamericana.<br />

Historia de la provincia de Buenos Aires. El<br />

gran Buenos Aires. Tomo VI, de Gabriel Kessler<br />

(dir.). Editorial Edhasa.<br />

Una juventud en los años sesenta, de Juan Carlos<br />

Garavaglia. Prometeo ediciones.<br />

El peronismo en La Pampa. Conformación<br />

partidaria y construcción estatal, 1945-1955, de<br />

Aldo Fabio Alonso. Prohistoria ediciones.<br />

Severino Di Giovanni, de Osvaldo Bayer. Editorial<br />

Planeta.<br />

97


Entrevista<br />

diez<br />

Una<br />

VISIÓN<br />

ESTRATÉGICA<br />

MARTÍN REDRADO adelanta las propuestas y<br />

jugosas anécdotas de su nuevo libro:<br />

Las cuentas pendientes. Un economista que<br />

expresa sus teorías económicas con un lenguaje<br />

casi confidencial<br />

POR Sergio Varela<br />

98<br />

Martín Redrado es uno de los personajes de la política<br />

argentina a quienes la palabra “protagonista” lo acompaña en<br />

muchos momentos clave –y por momentos controversiales– de<br />

su amplia carrera. Fue presidente de la Comisión Nacional de<br />

Valores en 1991 y vicecanciller en 2004. Como presidente del<br />

Banco Central participó del proceso de desendeudamiento y<br />

luego fue notoria su posición respecto del uso de las reservas,<br />

en rebeldía hacia el Gobierno Nacional. Uno de los méritos de<br />

Las cuentas pendientes es que transmite sólidas nociones de<br />

ciencia social económica en un lenguaje accesible, con manejo<br />

de una especie de “narración” que vuelve entretenido a un<br />

libro de tesis. Y que comunica sus ideas de tal manera que<br />

resultan material de lectura más que interesante no solo para<br />

quienes están de acuerdo con su postura política.<br />

–¿En qué se diferencia Las cuentas pendientes de los<br />

anteriores cuatro libros de su autoría? ¿Qué elementos<br />

de cada uno de ellos convergen en su más reciente<br />

propuesta? Es un libro que tuvo un objetivo específico desde<br />

su génesis. Está escrito para un ciudadano común e interesado<br />

en entender que es lo que le ocurre a su país ahora y hacia delante.<br />

Desde que volví al sector privado retomé contacto con<br />

las empresas, pero sobre todo con la gente de a pie. Recorrí el


país como nunca lo había hecho en el pasado y pude observar<br />

claramente que hay un grupo de población minoritaria que<br />

está sobreinformada que debate cosas que para la mayoría son<br />

muy lejanas y/o inentendibles. Es por eso que puse especial<br />

énfasis en que tenga un tono ameno y didáctico, para explicar<br />

porque llegamos a determinadas situaciones y porque tenemos<br />

que cambiar otras. Mis libros anteriores se dedicaron a<br />

temas de gestión y estuvieron mayormente relacionados con la<br />

experiencia personal, los desafíos y enseñanzas que obtuve al<br />

pasar por distintos puestos de la función pública. En cambio,<br />

a este libro lo atraviesa la idea de que debemos salir de la enfermedad<br />

de cortoplacismo y que para eso debemos tener una<br />

visión estratégica y compartida de país. Es decir, acordar cómo<br />

miramos hacia el futuro, cómo miramos el mundo y cómo<br />

nos miramos a nosotros mismos. Es la única manera de poder<br />

construir un futuro previsible.<br />

–El libro tiene un tono propositivo, además de enunciar<br />

los problemas plantea las soluciones. ¿Cuáles son los<br />

problemas más importantes a resolver y cuáles las propuestas<br />

que podrían solucionarlos? Bueno, hay muchos.<br />

Pero en síntesis te diría que dentro de los económicos, la falta<br />

de empleo de calidad es un tema fundamental. Esto ocurre<br />

en una economía que está estancada, tiene elevada inflación,<br />

gasta más de sus ingresos y está escasa de dólares. Además,<br />

hay un abanico de temas institucionales, jurídicos y sociales<br />

que hay que atacar. Para cada uno de ellos hay un diagnóstico<br />

y una propuesta específica. En términos de la agenda económica<br />

hay varias soluciones puntuales planteadas, pero, en<br />

general, el gran mensaje que atraviesa las páginas es que la<br />

solución a los problemas actuales viene de la implementación<br />

de un plan estratégico integral que ataque todos los síntomas<br />

de forma abarcativa y sistemática pero que esto debe ocurrir<br />

dentro de un esquema más amplio para generar políticas permanentes<br />

en el país, que superen a los gobiernos.<br />

–Ha estado en lugares y momentos clave de la política<br />

pública: ¿Cuánto de esa trastienda del poder aparece<br />

en este libro? Mucha. Es un libro repleto de anécdotas<br />

esclarecedoras de la forma en que se toman decisiones en el<br />

sector público, de la confusión que esto provoca en el sector<br />

privado y en el exterior, de cómo se entendió el poder político<br />

en el kirchnerismo. En definitiva, relatos sobre la forma de<br />

gestionar lo público y sus consecuencias. Por ejemplo, detallo<br />

un encuentro con Néstor Kirchner muy explicativo de esto<br />

que te estoy diciendo. Faltaban apenas algunas horas para que<br />

finalizara su mandato, cuando ingresé en su despacho, se acercó<br />

hasta la puerta (cosa que no hacía habitualmente ya que<br />

esperaba en su mesa de trabajo), abrió sus brazos y me sorprendió<br />

con una frase exultante: “Se viene una gran etapa para<br />

la Argentina”. Sonreí y le respondí: “Néstor, ya salimos del<br />

infierno, Argentina está de pie, pero vivimos en un país donde<br />

todavía se toman decisiones día a día. Es preciso dejar de<br />

pensar más allá de mañana y tener una mirada de largo plazo.<br />

Necesitamos una visión estratégica”, concluí. Ya nos habíamos<br />

sentado, hizo una pausa y me contestó: “Martín, un buen día<br />

a día hace un buen largo plazo”. La verdad es que pretender<br />

que la suma de buenos días haga un buen largo plazo es dejar<br />

casi todo dispuesto al azar. Gobernar un país es gestionar y<br />

administrar intereses, instrumentos y políticas. Es ocuparse de<br />

lo urgente, pero también de lo irresuelto, de lo estructural, de<br />

todo en simultáneo. Para eso necesitamos una visión integral<br />

de país. Es la idea central que trato de promover en el libro.<br />

–¿Cómo se hace desde el manejo de las grandes decisiones<br />

a escala nacional e internacional para conservar<br />

la perspectiva de la economía como una ciencia social<br />

que afecta a personas concretas detrás de los números?<br />

Argentina es un país que vive buscando atajos, y está claro que<br />

el camino más fácil no resulta siempre el mejor, por lo cual<br />

muchas veces se termina con un resultado deficiente en las<br />

políticas públicas. Recuerdo siempre una historia que impactó<br />

en mi forma de resolver los problemas. El Mullah Nasruddin<br />

es un conocido personaje imaginario inmerso en la cultura de<br />

Oriente Medio. El Mullah vivía del intercambio de mercaderías<br />

y transportaba sus productos hasta la ciudad una vez<br />

por semana sobre el lomo de una vieja mula. Durante uno de<br />

esos viajes, el animal, abrumado por una pesada carga de sal,<br />

perdió pie al cruzar un río. Al disolverse la sal, la mula pudo<br />

hacer el trayecto de manera mucho más descansada. En el<br />

viaje siguiente, y queriendo hacer el menor esfuerzo posible,<br />

la mula decidió repetir la experiencia pese a que no iba tan<br />

cargada como en la primera oportunidad. Así, cuando llegó al<br />

río se tiró deliberadamente al agua. Sin embargo, esta vez no<br />

llevaba sal sobre su lomo, sino lana. Esta no solo no se disolvió,<br />

sino que absorbió tanta agua que a la pobre mula le costó<br />

llegar a la otra orilla y tuvo que regresar arrastrándose hasta la<br />

ciudad. De manera análoga al Mullah, la búsqueda del atajo y<br />

la solución fácil, hace que términos otro mandato de gobierno<br />

con grandes dificultades para llegar a la otra orilla. En el<br />

proceso de diseño e implementación de las políticas públicas<br />

suele reinar el conflicto de intereses que es administrable,<br />

pero en ese juego a veces se pierde de vista que un objetivo<br />

importante de cualquier gobierno debe ser mejorar la calidad<br />

de vida de la gente de carne y hueso. Es por eso que le puse<br />

especial atención, en este libro,<br />

en sumar una reflexión sobre<br />

temas con profundo impacto<br />

social como la educación, la<br />

vivienda, la salud y la seguridad.<br />

Vos me preguntas cómo hacer<br />

para conservar la perspectiva.<br />

Fundamentalmente, dejando<br />

de buscar atajos y no olvidando<br />

que el individuo, y la sociedad<br />

en su conjunto, debe ser el beneficiario<br />

último de la actividad<br />

que ejerce cualquier funcionario<br />

público<br />

99


Señal en el distrito Schoeneberg de Berlín que recuerda una de las regulaciones antijudías del nazismo<br />

Tema de tapa<br />

cinco<br />

Políticas de la memoria:<br />

CONMEMORACIONES<br />

e IDENTIDAD<br />

POR Emilia Simison*<br />

Es un tipo muy pobre de memoria la<br />

que solo funciona hacia atrás.<br />

Lewis Carroll,<br />

A través del espejo y lo que Alicia encontró allí<br />

1oo<br />

Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial,<br />

pero aun con más fuerza a partir de<br />

las décadas del 80 y 90, se han multiplicado<br />

las políticas y espacios que buscan<br />

dar cuenta de la historia colectiva. Sin<br />

embargo, ¿por qué recordamos?, ¿para<br />

qué?, ¿qué rol cumplen los Estados en el<br />

proceso de construcción de una memoria<br />

colectiva?<br />

Ya hace unos cuantos años Jacques<br />

Derrida afirmaba que los eventos de<br />

la historia reciente trajeron consigo una<br />

“urgencia universal por la memoria”. Sin<br />

embargo, a veces nos es difícil comprender<br />

el porqué de dicha urgencia. En su<br />

colaboración al dossier sobre políticas de<br />

la memoria publicado en 2002 por la revista<br />

Sociohistórica de la Universidad de<br />

La Plata, el historiador europeo Bruno<br />

Groppo propone dos posibles respuestas<br />

que resultan interesantes como punto de<br />

partida. La primera tiene que ver con la<br />

identidad. En relación con esto afirma que<br />

la memoria es el principal fundamento de<br />

la identidad, tanto individual como colectiva<br />

y que, retomando a Umberto Eco,<br />

es ella la que “nos dice por qué somos lo<br />

que somos”. De esta manera, historia e<br />

identidad se vuelven indisociables ya que<br />

es solo por medio de la primera que la segunda<br />

se construye, transmite y modifica<br />

continuamente.<br />

Junto con esta, otra función de la memoria,<br />

que se relaciona especialmente<br />

con la memoria de eventos dolorosos del<br />

pasado reciente, puede explicarse porque<br />

el hecho de haber “consumado un salto<br />

cualitativo en el horror permanece presente<br />

en la sociedad y se acompaña de la<br />

idea de que semejante experiencia, por el<br />

solo hecho de haberse producido una vez,<br />

podría repetirse”. En semejante contexto,<br />

la memoria tiene, entonces, la función<br />

de “exorcizar una posible repetición”. El<br />

Premio Nobel de la Paz y sobreviviente<br />

de los campos de concentración nazis,<br />

Elie Wiesel ilustró claramente esta<br />

función en su intervención en All Things<br />

Considered. Allí dijo que cuando terminó<br />

la guerra supo, al igual que el resto de los<br />

sobrevivientes, que todos los que habían<br />

permanecido con vida deberían ahora resistir<br />

ser testigos. Además, por su tradición<br />

judía, estaba convencido de que todo lo<br />

que se recibe debe ser compartido y que,<br />

por lo tanto, era su deber informar sobre<br />

lo sucedido. Sin embargo, creía que dicha<br />

información debía ser convertida en conocimiento<br />

que a su vez fuera convertido en<br />

sensibilidad y, a su vez, en compromiso.<br />

De esta manera, a través de las palabras<br />

proféticas “yo estuve allí”, los sobrevivientes<br />

tenían el deber de hablar para evitar<br />

que su pasado se convirtiera en el futuro<br />

de otra persona. Así, y tal como concluyó<br />

en su emotivo discurso de aceptación<br />

del Premio Nobel, si algo puede salvar<br />

a la humanidad, será la memoria. Y esta<br />

parece haber sido la convicción de varios<br />

sobrevivientes. Entre ellos, la antropóloga<br />

Germaine Tillion que se involucró<br />

en los conflictos por la independencia de


Algeria y afirmó “salvé deliberadamente a<br />

todos los que pude, argelinos y franceses<br />

de todas las opiniones”, convirtiéndose,<br />

según el filósofo húngaro Tzvetan Todorov,<br />

en un caso paradigmático de la<br />

memoria utilizada a favor de lo que se<br />

considera justo y verdadero. En ambos<br />

casos, lo importante es que la memoria<br />

no funciona solo hacia atrás ni se vive<br />

meramente como una carga sino que, de<br />

acuerdo con Jacques Le Goff, historiador<br />

medievalista y escritor francés, es vista<br />

como un trampolín hacia el futuro.<br />

Entonces, si tenemos en cuenta que la<br />

historia permite conformar identidades y<br />

articular pasado y futuro, no puede resultarnos<br />

extraño que haya sido, y continúe<br />

siendo, foco de la política. De hecho, la<br />

idea de una historia oficial se encuentra<br />

incluso en Hamlet cuando, antes de morir,<br />

el príncipe pide que la historia sea contada<br />

y designa quién será el encargado de<br />

hacerlo. Lejos de desaparecer, esa preocupación<br />

por la construcción de la historia<br />

pública ha continuado vigente hasta nuestros<br />

días. Ya Walter Benjamin en sus<br />

Tesis de Filosofía de la Historia afirmaba<br />

que “articular históricamente lo pasado<br />

no significa conocerlo ‘tal y como verdaderamente<br />

ha sido’. Significa adueñarse<br />

de un recuerdo tal y como relumbra en<br />

un instante de peligro”. ¿Pero quién decide<br />

de qué recuerdo adueñarse y cómo?,<br />

¿quién decide qué debe recordarse y qué<br />

olvidarse en la elaboración de una historia<br />

colectiva?<br />

La respuesta estatal a estas preguntas han<br />

sido las políticas de la memoria, definidas<br />

por Groppo como una acción deliberada,<br />

establecida por los gobiernos o por otros<br />

actores políticos o sociales con el objetivo<br />

de conservar, transmitir y valorizar el<br />

recuerdo de determinados aspectos del<br />

pasado considerados particularmente<br />

significativos o importantes y que, por la<br />

representación que propone del pasado<br />

apunta a modelar la memoria pública y a<br />

construir, así, un cierto tipo de identidad<br />

colectiva. No casualmente las políticas<br />

de la memoria han jugado un rol fundamental<br />

en la construcción de los Estados<br />

Nación. En particular, se trató en estos casos,<br />

como señala Markus J. Prutsch del<br />

Departamento del Parlamento Europeo<br />

dedicado a las políticas estructurales y de<br />

cohesión de la Unión Europea, de aquellos<br />

momentos percibidos como exitosos<br />

como, por ejemplo, la promulgación de la<br />

Carta Magna y la Carta de los Derechos<br />

para Inglaterra o la victoria soviética sobre<br />

Alemania para Rusia. Quizás lo más interesante<br />

sea que, al ser la identidad colectiva<br />

algo en continua evolución, la historia,<br />

y con ella, las políticas de la memoria no<br />

terminan cuando se conforma dicho Estado<br />

sino que continúan siempre jugando<br />

un rol fundamental. De hecho, Prutsch y<br />

su departamento trabajan activamente en<br />

la promoción de políticas de la memoria<br />

que puedan dar lugar a una “cultura de la<br />

conmemoración” que no solo ayude a que<br />

los países miembros de la Unión a reconciliarse<br />

con su pasado sino que también<br />

fomente “principios y valores europeos”<br />

que puedan afianzar su pasado y aumenten<br />

la confianza en su “presente y futuro”.<br />

También en América Latina las políticas<br />

de la memoria tuvieron un rol clave en<br />

la conformación de los Estados Nación y<br />

ocupan todavía hoy un lugar fundamental<br />

en las agendas de gobierno. Una de<br />

estas políticas que ha cobrado particular<br />

relevancia en las últimas décadas fue la<br />

promoción de dos formas distintas pero<br />

relacionadas de memoria: los espacios de<br />

la memoria y los memoriales.<br />

La importancia de recuperar y mantener<br />

los espacios relacionados con el pasado<br />

se deriva, como afirma Paul Ricoeur,<br />

de que estos son “los guardianes de la<br />

memoria personal y colectiva” ya que al<br />

volver la historia tangible hacen más difícil<br />

el olvido. De esta manera, en las últimas<br />

décadas hemos visto en América Latina<br />

el surgimiento de museos y espacios de la<br />

memoria que se han agregado al listado<br />

compuesto por los quizás más célebres<br />

Topografía del Terror de Berlín, ex campos<br />

de concentración como Auschwitz,<br />

Constitution Hill en Sudáfrica, el Museo<br />

Tuol Sleng del Genocidio en Camboya<br />

o el museo del Genocidio Armenio en<br />

Yereva. Casos paradigmáticos han sido la<br />

fundación del Museo de la Memoria en la<br />

ex ESMA en Argentina y, en Chile, de un<br />

Museo de la memoria y un Centro Cultural<br />

en el edificio que la dictadura militar<br />

utilizó como edifico de operaciones.<br />

Por otro lado, y siguiendo la tradición<br />

inaugurada por lugares como el Parque<br />

Memorial por la Paz de Hiroshima, han<br />

cobrado gran relevancia en la región las<br />

políticas de conmemoración que, como<br />

afirma la doctora en Ciencia Política Katherine<br />

Hite exceden el mero ejercicio<br />

simbólico de reconocimiento del pasado<br />

y pueden transformar sus significados y<br />

movilizar el presente. En su libro Política<br />

y Arte de la conmemoración, de hecho,<br />

Hite hace referencia a varios memoriales<br />

latinoamericanos que permitieron y<br />

permiten incorporar a sobrevivientes y<br />

familiares de víctimas en la construcción<br />

de la historia colectiva pero que, al mismo<br />

tiempo, los trascienden. Algunos de estos<br />

son el Ojo que llora de Lima, las Mujeres<br />

por la Memoria en Santiago de Chile o<br />

el Monumento a las Víctimas del Terrorismo<br />

de Estado en Buenos Aires. Otro<br />

ejemplo interesante, y tal vez deudor de la<br />

iniciativa Lugares de Conmemoración de<br />

Renata Stih y Frieder Schnock, que<br />

distribuyó ochenta señales por el distrito<br />

Schoeneberg de Berlín que recuerdan las<br />

regulaciones antijudías del nazismo y a varios<br />

de los ex habitantes del distrito como<br />

Albert Einstein y Hannah Arendt,<br />

es la iniciativa Baldosas por la Memoria<br />

que llenó en los últimos años la ciudad de<br />

Buenos Aires con baldosas que conmemoran<br />

a los militantes populares secuestrados<br />

y asesinados por el terrorismo de Estado<br />

en el lugar donde vivieron, trabajaron,<br />

estudiaron, militaron, fueron secuestrados<br />

y/o asesinados.<br />

Entonces, y retomando los dichos de la<br />

Reina Blanca en A través del espejo y lo<br />

que Alicia encontró allí, “es un tipo muy<br />

pobre de memoria la que solo funciona<br />

hacia atrás” ya que el rol de la memoria<br />

y el móvil para recordar deberían ser la<br />

construcción presente de una identidad<br />

colectiva y la posibilidad de aprender de<br />

nuestra propia historia. En esa tarea las<br />

políticas estatales cumplen un rol fundamental<br />

pero también las historias personales<br />

y la interacción entre ambas. Por eso,<br />

tal vez sea pertinente tener en mente unas<br />

sabias palabras de Todorov: “El recuerdo<br />

público del pasado nos educa solo si nos<br />

cuestiona personalmente y nos muestra<br />

que nosotros mismos no siempre fuimos la<br />

encarnación del bien o la fuerza”<br />

* Magister en Ciencia Política, UBA-UTDT.<br />

1o1


Danza<br />

Movimiento<br />

EN<br />

En los últimos meses los teatros nacionales rebosaron de danza,<br />

y así continuarán hasta fin de año, con grandes bailarines nacionales e internacionales<br />

que pudimos y podremos disfrutar no solo en Buenos Aires<br />

sino a lo largo y ancho del país<br />

1o2<br />

POR Emilia Simison


Imposible empezar a hablar de danza en Argentina si no es<br />

por dos grandes teatros: el Teatro Colón y el Argentino de la<br />

Plata. La intensa temporada de ballet del primero comenzó<br />

con Trilogía Neoclásica IV y El lago de los cisnes y continuó<br />

en agosto con la presentación de Sylvia y una gran Gala Internacional<br />

de la que participaron, junto con los miembros de la<br />

compañía local, Marianela Núñez, bailarina argentina que<br />

forma parte desde 1998 del ballet de la Royal Opera House<br />

(y que también anduvo dando vueltas por el país como, por si<br />

no se enteraron, les cuento más abajo), Helene Bouchet y<br />

Carsten Jung del Ballet de Hamburgo, Maria Ricetto y<br />

Ciro Tamayo del Ballet del Sodre y Sofia Menteguiaga y<br />

Alain Honorez del Royal Ballet de Flandes. Y, por suerte, la<br />

temporada no termina ahí: ahora en octubre podremos disfrutar<br />

la puesta de Onieguin y, en diciembre, del clásico navideño<br />

por excelencia: Cascanueces. Además, para aquellos que prefieran<br />

algo no tan clásico, en octubre Luis Garay presentará<br />

en el Centro de Experimentación del teatro su nueva creación<br />

en torno a la imagen digital y las posibilidades de ficcionalizar<br />

su presente y futuro, Still Life. Por su parte, el Teatro Argentino<br />

arrancó el año con funciones de Don Quijote, en que se lució<br />

Julieta Paul, y de La Cenicienta. Además, en noviembre<br />

nos dan una segunda oportunidad para disfrutar de El lago de<br />

los cisnes, esta vez en la versión de Víctor Filimonov. Una<br />

buena nueva extra: ambos teatros cuentan ahora con propuestas<br />

de streaming que permiten que las funciones sean vistas en<br />

simultáneo en ciertos lugares públicos e, incluso, en nuestras<br />

casas.<br />

Aprovechando el descanso en el Viejo Continente, y para<br />

deleite de los espectadores argentinos, Marianela Núñez regresó<br />

al país, luego de haber participado como invitada con<br />

el American Ballet Theatre, y no solo para la Gala del Colón.<br />

Por el contrario, realizó una gira solidaria por distintos teatros<br />

del país que arrancó el 16 de julio en el Teatro El Círculo<br />

de Rosario con una gala denominada Marianela Núñez y sus<br />

invitados, en la que la acompañaron figuras notables de la escena<br />

local como Karina Olmedo, Julieta Paul, Nahuel<br />

Prozzi, Bautista Parada, Rodrigo Colomba y Cecilia<br />

Figaredo, programa que repitieron el 26 en el Teatro 25 de<br />

Mayo de Santiago del Estero. Como parte de la misma gira,<br />

el 18 de julio Marianela se presentó en el Club Alemán de<br />

Gimnasia de Villa Ballester, en su partido natal de San Martín,<br />

en un evento organizado con el fin de recaudar fondos para el<br />

tratamiento de Paul Quiroga, quien padece escoliosis neurológica<br />

progresiva. Además, el 21 bailó en el Teatro Municipal de<br />

Bahía Blanca junto al Ballet del Sur, mientras que el 23 de julio<br />

presentó el segundo acto de Giselle y el tercer acto de Don<br />

Quijote con el Ballet del Centro de Conocimiento en el Teatro<br />

Lírico de Posadas.<br />

Tanto la gira, como la actividad de estas compañías provinciales,<br />

son muestras de que ya no hace falta estar en Buenos<br />

Aires para ver lo mejor de la danza. El joven Ballet del Centro<br />

de Conocimiento, dirigido por Laura de Aira quien fuera<br />

allá por 2005 también coreógrafa de la obra debut del mismo,<br />

Danzas Sagradas y Profanas, aprovechó las vacaciones de<br />

invierno presentando funciones gratuitas de Pedro y El Lobo<br />

y El lago de los cisnes. Además, fueron sede de un seminario<br />

de danza coorganizado con la Asociación Cooperadora de la<br />

Academia de Ballet de Moscú, de una muestra de invierno de<br />

alumnos de dicha academia, y, por si fuera poco, de la semifinal<br />

latinoamericana de la competencia internacional de ballet<br />

Valentina Kozlova (VKIBC).<br />

Otra joven y activa compañía provincial es el Ballet Provincial<br />

de Salta que, integrada por bailarines de entre 19 y 32 años,<br />

cumplió ocho años en septiembre. Luego de un impasse producido<br />

en 2014 al quedarse sin dirección, este 2015 tomó nuevo<br />

impulso de la mano de su nueva directora Paula Argüelles.<br />

En mayo, junto con el Ballet Folklórico de la Provincia,<br />

la Coral de las Américas y una banda de sikuris presentaron<br />

Puente al sol, un espectáculo de Ballet Ópera Andina, mientras<br />

que en julio presentaron la versión de Argüelles de Carmen<br />

y repitieron en septiembre su tributo a Cerati. Ahora, en<br />

octubre, van a presentar el clásico Romeo y Julieta a la espera<br />

de lo que traerán con ellos, en noviembre, los coreógrafos<br />

contemporáneos invitados.<br />

Y cuando de esfuerzos por ampliar el público del ballet se<br />

habla, una palabra merece el programa Danza por la Inclusión<br />

que, bajo dirección de Iñaki Urlezaga y con bailarines de<br />

primer nivel, ofrece hace un par de años cursos y funciones<br />

gratuitas en todo el país. Además, no solo sus presentaciones<br />

tienen alcance nacional sino que también las audiciones para<br />

ingresar a la compañía se realizan a lo ancho y largo del país,<br />

permitiendo la incorporación de talentos de todo el territorio.<br />

Este 2015 se lucieron en las presentaciones de La Traviata,<br />

Giselle y, recientemente, El lago de los cisnes y todavía les<br />

queda Cascanueces para cerrar el año. En sus funciones, además<br />

de los bailarines y músicos, se lucieron los espectaculares<br />

vestuarios diseñados por Verónica de la Canal que, dando<br />

otro paso hacia la inclusión, son confeccionados por cooperativas<br />

textiles. Por lo menos a mí, que tengo cierta debilidad por<br />

los ampulosos vestidos de fiesta que difícilmente tenga ocasión<br />

de usar, los que más me impresionan en cada función son los<br />

elaborados por “Estilo Diversa” Cooperativa LGBTTI cuyos<br />

miembros, además del arduo trabajo de confección y bordado<br />

de los elaborados vestidos, se capacitan con vestuaristas del<br />

Teatro Argentino de La Plata en la confección de ropa de escena.<br />

Por otro lado, Buenos Aires fue en agosto sede de la preselección<br />

latinoamericana del Young America Grand Prix (YAGP)<br />

donde, además de competir, los participantes pudieron aprender<br />

y entrar en contacto con otros estudiantes y grandes maestros<br />

y bailarines. De hecho, se sumaron al jurado varios bailarines<br />

de renombre internacional que vinieron a formar parte de<br />

otra edición de las ya clásicas Galas de Ballet de Buenos Aires.<br />

En su quinta edición, realizada el 21 y 22 de agosto, contó por<br />

primera vez con las participaciones de Friedemann Voguel,<br />

1o3


1o4<br />

bailarín del Stuttgart Ballet y Cory Stearns, principal del ABT.<br />

También se lucieron en la gala Nadia Batoeva y Kimin Kim,<br />

bailarines del Teatro Mariinsky, Matthew Golding, principal<br />

del Royal Ballet de Londres, Anna Tsyganova, bailarina<br />

principal en el Dutch National Ballet, los bailarines del San<br />

Francisco Ballet, Doris Andre y Joseph Walsh y artistas<br />

de São Paulo Companhia de Dança. Además, el público pudo<br />

ver en una misma noche a estrellas nacionales como Nadia<br />

Muzyca, primera bailarina del Teatro Colón, Paula Ferraris<br />

y Gerardo Marturano, del Ballet Contemporáneo del<br />

Teatro San Martín, y Luciana Paris, argentina y miembro<br />

del ABT desde 2001 que en junio de este año fue promovida a<br />

solista en un resonante anuncio de promociones que significó,<br />

además del merecido ascenso de la argentina, la primera vez<br />

en la historia de la compañía que una afroamericana, la bella y<br />

carismática Misty Copeland, llegó a ser bailarina principal.<br />

Asimismo, para agregar una dosis de humor no exenta de virtuosismo<br />

a la velada, el bailarín Raffaele Morra presentó<br />

un número de “Les Ballets Trockadero de Montecarlo”. Para<br />

quienes se lo perdieron, vayan agendando para el próximo<br />

agosto la gala número 6 y estén atentos porque en noviembre<br />

vuelve Daniil Simkin con Intensio. En este espectáculo, producido<br />

por Daniil y su familia de bailarines y también traído<br />

a Argentina por el Grupo Ars, se presentarán cuatro trabajos<br />

realizados especialmente por los coreógrafos contemporáneos<br />

Alexander Ekman, Jorma Elo, Annabelle López-<br />

Ochoa y Gegory Dolbashian. En cuanto a los bailarines,<br />

a Daniil, quien ya es un favorito en la escena local, lo acompañarán<br />

otros cinco bailarines del ABT, Isabella Boylston,<br />

Alexandre Hammoudi, Blaine Hoven, Calvin Royal<br />

III, Hee Seo y James Whiteside y la primera bailarina de<br />

Les Ballets Jazz de Montréal, Céline Cassone.<br />

Y hablando de grandes galas, el 28 de octubre en el Teatro<br />

Cervantes se presenta Danzar por la Paz 2015, a total beneficio<br />

de UNICEF. Entre los invitados están Hernán Piquín,<br />

Cecilia Figaredo y la carismática primera bailarina y<br />

reciente Directora del Ballet Municipal de Río de Janeiro,<br />

Cecilia Kerche.<br />

Para aquellos menos fanáticos del clásico, además de las presentaciones<br />

neoclásicas y contemporáneas ya mencionadas, les<br />

sugiero mantenerse atentos a las novedades de la Compañía<br />

Castadiva. La misma, arrancó el año con funciones de dos<br />

obras de su directora Mónica Fracchia, Ramos generales y<br />

Nazareno. Además, presentaron su espectáculo Castadiva 3<br />

Coreógrafos + Venecia sin ti y repusieron Caetanos y Mozartiana.<br />

Por su parte, el Ballet Folklórico Nacional, que este año celebra<br />

sus 25 años, festejó con su espectáculo Cuatro miradas<br />

y con presentaciones gratuitas de Bodas de plata, programa<br />

formado por obras de Santiago Ayala, Norma Viola,<br />

Héctor Aricó, Oscar Araiz, Rodolfo Lastra y Carlos<br />

Rivarola y la reposición de la obra Aquí me pongo a cantar,<br />

versión coreográfica del Martín Fierro


La recomendación<br />

DEL LIBRERO<br />

POR Mauro López Oyanarte<br />

Con motivo de este número recomiendo Las pequeñas memorias,<br />

de José Saramago, editado en el año 2007 por Alfaguara.<br />

A diferencia de sus trabajos anteriores este libro es completamente<br />

autobiográfico y en él evoca su infancia y primera adolescencia,<br />

narrando un registro de acontecimientos personales que<br />

solo el propio autor conoce y puede contar, organizados más o<br />

menos cronológicamente, según el fluir de su memoria.<br />

Saramago creció bajo un régimen de gobierno autoritario y se<br />

describe a sí mismo como un niño melancólico<br />

y un adolescente contemplativo,<br />

muy frecuentemente triste. En la<br />

narración de las experiencias iniciáticas<br />

que marcaron su obra, se lo observa<br />

aventurándose en la naturaleza frondosa<br />

y agreste de Lisboa en los años 20, quizás<br />

en búsqueda de una referencia desde la<br />

cual preguntarse libremente sobre sus<br />

intereses, explorando un espacio diferente<br />

al de la educación rígida y distante de<br />

aquella época, buscando evitar el trato<br />

desconsiderado que vivían los niños de<br />

entonces por parte de maestros, familiares<br />

o vecinos. En este libro Saramago narra sus encuentros consigo<br />

mismo y en él subyacen las claves para leer su obra.<br />

Es un libro de lectura agradable, entretenida y potente. Tiene<br />

menos de doscientas páginas. A los habituales lectores del autor,<br />

acostumbrados a la ficción, seguramente no los decepcione esta<br />

incursión en la autobiografía. También es un libro apropiado<br />

para lectores de historia o filosofía. Valga la advertencia: quien<br />

no haya leído aún a Saramago, necesita saber que su estilo se<br />

caracteriza por el ejercicio de la retórica y por las descripciones<br />

ornamentadas. Compartamos por ejemplo, esta oración en que<br />

describe a sus vecinos y también, de modo poético, a cierto ejercicio<br />

de la memoria: “Creo que la mujer se llamaba Emídia y él,<br />

si no me equivoco, él se llamaba José: estos nombres, así como<br />

el de la presunta liviana Concepción, soterrados durante años y<br />

años bajo aluviones de olvido, ascendieron obedientes desde las<br />

profundidades de la memoria cuando la necesidad los convocó,<br />

como una boya de corcho retenida en el fondo del agua que de<br />

repente se hubiera desprendido de la amalgama del lodo” (p. 47).<br />

Y esta otra, deteniéndose en los objetos de un paisaje de su infancia:<br />

“Esta pérdida, sin embargo, hace mucho tiempo que dejó<br />

de causarme sufrimiento porque, por el poder reconstructor de<br />

la memoria, puedo levantar en cualquier momento sus paredes<br />

blancas, plantar el olivo que daba sombra a la entrada, abrir y<br />

cerrar el postigo de la puerta y la verja del huerto donde un día<br />

vi una pequeña culebra enroscada, entrar en las pocilgas para ver<br />

mamar a los lechones, ir a la cocina y echar del cántaro a la jícara<br />

de latón esmaltado el agua que por milésima vez me matará la<br />

sed de aquel verano” (p. 20).<br />

Diremos que Las pequeñas memorias provoca un tipo de lectura<br />

particular, ya que al rememorar, por ejemplo, la impresión que<br />

causó en la niñez del autor la actitud de un vecino, evoca también<br />

el impactante descubrimiento de la crueldad, la impunidad,<br />

el amor, la justicia o el paso del tiempo. Este contenido filosófico<br />

genera a su vez un ejercicio reflexivo en el lector e invita a recorrer<br />

la propia historia. Así, Saramago, Premio Nobel de Literatura,<br />

apela una vez más al reconocimiento de nuestra propia<br />

humanidad como sostén del correlato entre pasado, presente y<br />

futuro


VIDA GOURMET<br />

Pequeños detalles que hacen la diferencia<br />

Por MÓNICA TRACEY<br />

Asado argentino: ¿el mejor o el peor del mundo?<br />

1o6<br />

En muy poco tiempo, Kevin Gillespie pasó de ser uno de los<br />

finalistas de la sexta temporada del Top Chef estadounidense a<br />

convertirse en uno de los referentes de la cocina sureña de los<br />

Estados Unidos. Intrigado por la técnica argentina de hacer el<br />

“asado” –siempre que se refiere a él lo dice en castellano–, vino<br />

a desentrañar sus secretos en un capítulo de su programa de<br />

televisión, Culinary Journeys. También allí quedó grabado un<br />

almuerzo íntimo que tuvo con Francis Mallman, en el que<br />

ambos dieron sus puntos de vista sobre lo que se necesita para<br />

hacer el perfecto asado a llama abierta<br />

(http://edition.cnn.com/specials/travel/journeys).<br />

Fue justo cuando un grupo de asadores argentinos salieron últimos<br />

en el World Barbecue Championship en Suecia, algo que a<br />

Gillespie le pareció increíble.<br />

–Usted vino a la Argentina para ver la forma en que se hace<br />

aquí el asado. ¿Por qué estaba interesado en eso? Quería ver<br />

cómo era la técnica del asado porque es bastante parecida a la<br />

tradicional barbecue de mi región.<br />

–¿Le gusta nuestro asado? Sí, ¡me gusta mucho! Lo que más<br />

me gusta es el foco en la pureza del sabor de la carne, que no lo<br />

enmascaran cubriéndolo de otros sabores.<br />

–¿Pudo descubrir los secretos del “asado argentino”? No sé<br />

si hay un secreto pero lo que pude ver es que es muy simple. Y<br />

como muchas cosas que son muy simples, lleva un tiempo largo<br />

dominarlas. Creo que un secreto podría ser que hay que mantener<br />

una temperatura uniforme en todo momento.<br />

–¿Francis Mallman aceptó mostrarle sus secretos? No realmente.<br />

–¿Cuáles diría que son las diferencias principales en la forma<br />

en que ustedes asan la carne en los Estados Unidos y como<br />

se hace en la Argentina? En los Estados Unidos cocinamos a<br />

una temperatura mucho más alta, gran diferencia. Cocinamos<br />

con calor alto por un período menor de tiempo y servimos<br />

nuestra carne más cruda.<br />

–¿Diría que tenemos que aprender de ustedes o ustedes de<br />

nosotros? Creo que ambos tenemos que aprender del otro.<br />

Ningún modo es el único modo. Creo que somos primos culinarios.<br />

Hemos aprendido de los mismos ancestros y tenemos un<br />

acercamiento similar. Ambos métodos son aplicables y tienen<br />

beneficios.<br />

–¿Qué opina acerca de que Argentina obtuvo el último puesto<br />

en el World Barbecue Championship en Suecia? ¿Podemos<br />

ser tan malos en hacer un asado? ¡No! Realmente no lo<br />

puedo entender, me parece muy raro.


Más sabor, distintos saberes, sentir<br />

más, gustar mejor, tradición, novedad,<br />

catas, un camino para conocerse en<br />

las propias elecciones<br />

–¿Qué platos disfrutó más en la Argentina? Me encantó el<br />

asado. Creo que el chorizo fue el mejor que comí en mi vida y<br />

me enamoré de la provoleta.<br />

–¿Cuáles son los platos preferidos de los que usted prepara?<br />

Disfruto haciendo barbacoa de un cerdo entero, al estilo del<br />

sur.<br />

–¿Cree que está habiendo una recuperación de la cocina<br />

tradicional y familiar? ¡Absolutamente! La gente está retomando<br />

sus tradiciones familiares. Y eso es muy bueno porque nos<br />

conecta en más de un sentido.<br />

Vino por copa en casa<br />

Una modalidad que ya se instauró en bares y restaurantes<br />

ahora viene a traer una solución genial para quienes dudan<br />

de abrir una botella de un vino rico cuando piensan tomar<br />

solo una o dos copas. Ya se sabe que el vino que queda en la<br />

botella abierta resiste poco y es un pecado estropear uno de<br />

calidad. Ese conflicto se acabó gracias a las cajas de vino con<br />

canilla incorporada. ¿Vino en cajas? ¿Tetra? ¡Qué horror!<br />

Nada de eso. No es un regreso al tetrabrick sino un salto<br />

hacia adelante. Dentro de la caja hay una bolsa de alta tecnología<br />

que contiene el vino y se va contrayendo a medida que<br />

se vacía, haciendo que no tenga casi contacto con el oxígeno y<br />

dure alrededor de seis semanas en perfectas condiciones.<br />

Acaba de salir Las Perdices Malbec By The Glass: tres litros<br />

al precio de tres botellas de<br />

750 ml. También hay esta<br />

opción de caja Premium de<br />

tres litros de Casarena 505<br />

Malbec, en caja de cuatro<br />

litros el Lorca Fantasía<br />

Malbec y de cinco litros, el<br />

CarinaE Malbec. Todos un<br />

poco más baratos que en<br />

botella y sin desperdicio de<br />

su buen contenido.<br />

La cocina de los bodegones: sabores recuperados<br />

El regreso a lo más propio, lo familiar, lo tradicional, que<br />

recupera recetas y modos de acercarse a la comida recorre la<br />

gastronomía del mundo y aquí nos trae excelentes momentos.<br />

Ahora, la posibilidad de entrar en los secretos de las recetas<br />

de los bodegones.<br />

Hace tiempo que Pietro Sorba comenzó a poner en valor<br />

estos establecimientos que fueron parte de la historia de<br />

nuestra gastronomía y de su identidad. Su guía Bodegones de<br />

Buenos Aires sacó del olvido a muchos de estos particularísimos<br />

restaurantes y llamó a prestarles atención, a volver a<br />

su cocina simple, abundante, de sabores conocidos que hay<br />

quienes recuerdan de su juventud, de su infancia o de los<br />

cuentos familiares. Esta vez, con Recetas de Bodegones, los<br />

recorre en otro sentido, acercando la posibilidad de preparar<br />

esos platos que fueron emblemáticos de la cocina porteña:<br />

191 preparaciones entre las que por supuesto están “Pollo al<br />

ajillo”, “Puchero”, “Lomo a la pimienta”, “Rabas a la provenzal”<br />

o “Milanesas a la napolitana”.<br />

1o7


Mad Men<br />

Es una serie de televisión estadounidense,<br />

drama de época, que se estrenó en julio<br />

de 2007 y termino con la séptima temporada<br />

en 2015.<br />

Está situada en los años 60, en la ficticia<br />

agencia de publicidad Sterling Cooper<br />

en la Avenida Madison, Nueva York, en<br />

el edificio Time-Life. La expresión “Mad<br />

Men” era un término del argot acuñado<br />

en la década de 1950 por los publicistas<br />

que trabajan en Madison Avenue para<br />

referirse a sí mismos. El punto central<br />

de la serie es Don Draper (Jon Hamm)<br />

(inspirado en Draper Daniels pionero de<br />

la publicidad en NY de los años 60) y la<br />

gente que forma parte de su vida, tanto<br />

dentro como fuera de la oficina. La trama<br />

se centra en el negocio de las agencias, así<br />

como en la vida privada de los personajes,<br />

representando regularmente los cambios<br />

de humor y las costumbres sociales de los<br />

Estados Unidos en la década de 1960.<br />

Don Draper es muy seguro de sí mismo,<br />

es uno de los profesionales de más prestigio<br />

de su compañía pero, a su vez, es<br />

un personaje manipulador y misterioso,<br />

avergonzado de su pasado marcado por<br />

la miseria. La serie muestra un reflejo de<br />

la sociedad neoyorquina de esta década<br />

y aborda temas tan controvertidos como<br />

las relaciones adúlteras, el alcoholismo,<br />

el racismo o el tabaco en la atmósfera de<br />

misterio creada por el protagonista.<br />

La tira fue aclamada por la crítica por su<br />

autenticidad histórica, estilo visual, diseño<br />

de vestuario, actuación, guión y dirección,<br />

y ha ganado numerosos premios, entre<br />

ellos quince premios Emmy y cuatro Globos<br />

de Oro. Es la primera serie de cable<br />

básico en obtener el premio Emmy a la<br />

mejor serie dramática, ganando en cada<br />

una de sus primeras cuatro temporadas<br />

en 2008, 2009, 2010 y 2011. Qué más se<br />

puede pedir para conocer una época que<br />

marca un punto de inflexión histórico.<br />

Outlander<br />

Outlander está basada en las novelas de<br />

Diana Gabaldón y con la participación<br />

de famosos actores invitados.<br />

Outlander mezcla fantasía, historia y<br />

romance en los parajes de la Escocia del<br />

siglo XVIII. Durante la Segunda Guerra<br />

Mundial, Claire, una enfermera inglesa,<br />

casada, durante un viaje a Escocia, visita<br />

un misterioso círculo de piedras antiguas y<br />

afectada por un misterioso poder, entra en<br />

trance para despertar lejos de su marido,<br />

su época y la vida que ha conocido hasta<br />

ahora, en la Escocia de 1734. Así, Claire<br />

se verá inmersa en un país poblado de<br />

clanes, de gente supersticiosa y violenta.<br />

En un primer momento se cruzará en el<br />

camino de Jack Randall, un sádico oficial<br />

inglés que resultará ser un antepasado de<br />

su marido y del que se verá forzada a huir.<br />

En ese mundo radicalmente distinto al<br />

que siempre ha vivido, Claire llegará ante<br />

un clan escocés, donde se verá obligada a<br />

casarse con Jamie McTavish, un hombre<br />

beligerante por el que empezará a sentir<br />

una atracción desmedida. Deslumbrada<br />

por su nueva vida plagada de aventuras y<br />

por la pasión de Jamie, Claire tendrá que<br />

decidir si regresa a la seguridad y estabilidad<br />

del futuro o permanece en una época<br />

que no es la suya y en la que siempre se<br />

sentirá fuera de lugar.<br />

Entre las críticas, destacamos la de The<br />

Washington Post: “Outlander engancha al<br />

instante. Sin haber leído el libro, la serie<br />

tiene una especie de encanto y resulta<br />

suficientemente emocionante”.<br />

Por lo anterior recomendamos disfrutar<br />

de esta serie con la excusa de “aprender<br />

historia escocesa”, considerando que ya se<br />

está filmando una segunda temporada<br />

Ambas series se encuentran disponibles en<br />

Tematika, Yenny y El Ateneo<br />

1o9


Museos<br />

del mundo<br />

De<br />

ANTOLOGÍA<br />

POR Martín Garrido<br />

El placer en continuado comienza al caminar entre el laberinto<br />

que se abre a corta distancia de la iglesia de Santa Maria della<br />

Salute. Al trasponer la puerta está el jardín de esculturas con la<br />

antología exquisita de Peggy Guggenheim (1898-1979) con<br />

obras de Henry Moore, Calder y, entre otros, Giacometti,<br />

bajo cuya base reposa por el especial privilegio que le otorgó<br />

Venecia a su ciudadana honoraria. Anticipando las salas de exposiciones<br />

y un delicioso restaurante, está L’Angelo della Cittá,<br />

el caballero desnudo a caballo de Marino Marini la escultura<br />

que domina la terraza que mira al Canal Grande. La foto de recuerdo,<br />

con selfist incluido, es de rigor turístico.<br />

El palazzo del siglo XIII, cuya leyenda dice que el primer dueño<br />

tenía un león, de donde proviene su nombre, y que en 1948<br />

remodeló a su estilo. No es grande pero cada rincón confirma su<br />

aureola como el museo más notable de Italia en el arte moderno<br />

de la primera mitad del siglo XX, reuniendo artistas europeos y<br />

americanos. Es la memoria de un coleccionista, de obras, amigos<br />

y amantes. Por eso, al cederlo todo a la Fundación Solomon<br />

Guggenheim, su exigencia fue que todo quedara igual, que nada<br />

se fuera de Venecia.<br />

Por eso, aunque lleve el mismo apellido, poco tiene que ver con<br />

el museo de Nueva York, el de Bilbao o el de Abu Dhabi.<br />

No es monumental sino íntimo y por este motivo, antes de recorrerlo<br />

sin ningún apuro, es conveniente saber algo más sobre<br />

lo que fue la vida de Marguerite antes de convertirse en Peggy.<br />

Mecenas del arte y los artistas, cuyo estilo de vida fue más que<br />

singular y dio lugar a muchos libros como el de Mary Deaborn,<br />

Mistress of Modernism, que se inspiran en el personaje<br />

reiterado de las herederas “Poor Little Rich Girl” que se convirtió<br />

en una telenovela mexicana de éxito.<br />

No es un chimento recordar que la heredera fue la tercera<br />

esposa del alemán Max Ernst, dadaísta y descubridora, quizás<br />

amante del pintor Jackson Pollock (1912-1956). En la<br />

película que protagonizó y dirigió Ed Harris, la representó su<br />

propia esposa (Amy Madigan).<br />

El catálogo de su colección, aunque protagonizado por el<br />

“Quién es Quién en el Arte del siglo XX”, es una digna compañía<br />

de Venecia donde la memoria nos recuerda a todo. En sus<br />

salas están Picasso, Braque, Kandinsky o Mark Rothko<br />

junto a un nutrido conjunto del futurismo italiano lo mismo que<br />

Sironi, Morandi y hasta un retrato de Modigliani.<br />

Es buena la idea de usar un audioguía en varios idiomas (también<br />

español) y visitar las dos tiendas por su amplio surtido de<br />

libros y reproducciones.<br />

Por último, y no menos importante, recomiendo comer en la terraza<br />

con vista al jardín, con el servicio de primera pero accesible<br />

como en cualquier cafetería de los grandes museos. Aunque<br />

su vista no tiene precio<br />

111


Inolvidable VENECIA<br />

POR Horacio de Dios<br />

112<br />

En Venecia no hay horas perdidas, pero lo ideal es la mañana<br />

temprano cuando la vida se pone en movimiento, y el crepúsculo<br />

antes de sumergirse en la oscuridad. Lo único que se<br />

mantiene, como el ritmo cardíaco, es el vaporetto al compás de<br />

las mareas con su presencia constante porque el servicio nunca<br />

se detiene.<br />

Por eso, la mejor ayuda existencial para aprovechar los días<br />

(siempre resultan pocos) es aceptar de compañero de ruta a<br />

la Marca de agua el pequeño gran libro de Joseph Brodsky<br />

(1940-1987), enterrado por su voluntad en Venecia.<br />

Desembarco en Giudecca<br />

Gracias a una amiga experta, acerté al no reservar un hotel en<br />

uno de los sestieres (barrios) que están al lado del Gran Canal y<br />

hacerlo enfrente, en Giudecca.<br />

Es una franja larga y angosta que está a unos 300 metros frente<br />

a Dorsoduro, a tres minutos de lancha. En un viejo molino,<br />

transformado en hotel (parecido a lo que ocurre en Puerto Madero)<br />

podía pasear en veinte cuadras de largo y apenas tres de<br />

ancho, con la familiaridad de la vida entre vecinos. Por ejemplo,<br />

aguardar con ellos en el muelle, tomando un espresso de máquina<br />

con los cornetti recién salidos del horno de la panadería<br />

y a un paso de un cibercafé y una fonda para comer a la noche,<br />

a pasos de mi cama. Luego aprendí a armarme mis sándwiches<br />

con ciabatta, focaccia y panini para mi vianda de caminante.<br />

Peaje de turista<br />

Nunca había estado en Venecia, aunque a través de amigos y<br />

lecturas, la conociera de memoria, incluso en el otoño, con neblina<br />

y las inundaciones del acqua alta. La salud es lo primero<br />

y por eso comencé por la Basílica de Santa Maria della Salutte,<br />

construida en 1631, que es impresionante por sus dimensiones<br />

y los frescos de Tiziano y Tintoretto.<br />

Luego fui hasta San Marcos, tomé un café en Florian, de 1720<br />

(aseguran que es el más antiguo del mundo), y pensé cómo<br />

seguir conociendo las principales 364 atracciones y cosas para<br />

hacer que figuran en la lista de Trip Advisor.<br />

Era un propósito inabarcable, una misión imposible y me entregué<br />

a mi destino peatonal con zapatillas y camarita. Respeté<br />

el recorrido tradicional junto a las caravanas incesantes. No me


acerqué a ningún vendedor ambulante de máscaras de carnaval<br />

(made in China o por ahí) ni mucho menos a vasos de una supuesta<br />

antigüedad. Eso sí, me metí en todos los negocios para<br />

mirar sin comprar nada. Para mi mujer fue una verdadera delicia,<br />

hasta probó telas recamadas de terciopelo, igual que Florinda<br />

Bolkan en Anónimo veneciano, película imprescindible.<br />

Almorzamos en una calleja con góndolas al pie y seguimos<br />

cruzando puentes hasta quedar exhaustos de tanta maravilla<br />

que veía por primera vez, aunque las tenía preprogramadas sin<br />

darme cuenta. Antes del atardecer subimos al vaporetto para el<br />

recorrido por el Canal Grande que pasa por todos los palacios y<br />

el Puente de Rialto durante 45 minutos.<br />

Mientras la luz se desvanecía intentaba reconocer algunos palazzos<br />

que recordaba por las imágenes que se iban fundiendo<br />

en las sombras. Como turista novato había cumplido. Volvimos<br />

a Giudecca, mi cable a tierra del barrio, comimos lo mismo que<br />

los vecinos y nos fuimos a dormir soñando que estábamos en<br />

Venecia brindando con Prosecco, vino blanco inolvidable sin ser<br />

champagne.<br />

en Cannaregio y parece más tranquilo que los sestieres más<br />

populares, con bares y fondas accesibles. Entre sus límites se<br />

mantienen los restos del gueto judío.<br />

En el mismo barrio está el Museo de Corto Maltés, el marino<br />

creado por Hugo Pratt (1927-1949) que nació en el Lido<br />

(Cannaregio 30121).<br />

Y, lo mismo que el comisario inventado por Donna Leon,<br />

también sus colaboradores durante treinta años, Guido Fuga y<br />

Lele Vianello, describen itinerarios no turísticos aunque los<br />

extranjeros sean mayoría entre lo que viven la ciudad que solo<br />

tiene 52 mil habitantes reales, y en descenso año tras año.<br />

Este vivir de prestado lo disfrutamos en su gastronomía que<br />

viene desde Oriente con sus especias y del mar que es la base<br />

de sus platos típicos para acompañarlos con una copa de vino<br />

ombra y un cicheto (equivalente a las tapas locales). Mientras<br />

recordamos este corto paseo con el aporte continuo de la memoria<br />

de libros y películas que vamos a seguir “descubriendo” a<br />

11.600 kilómetros de Venecia, nos tomamos un spritz a la salud<br />

de Marco Polo y Casanova<br />

La otra Venecia<br />

En mi segundo día, y hasta que tomé el tren para seguir a<br />

Roma, quise encontrar la Venecia no habitual, sin rumbo fijo.<br />

Al azar “le gusta lo desparejo y no va por la vereda”. En una<br />

plazoleta lastimada por el tiempo encontré el Palazzo Pesaro<br />

degli Orfei, una reliquia del gótico veneciano del Ottocento<br />

que el genial Mariano Fortuny y Madrazo, hijo del pintor<br />

Mariano Fortuny, convirtió en su atelier y hoy es Museo<br />

Fortuny. Fortuny (Granada 1871-Venecia 1949) fue un creador<br />

múltiple, un fuera de serie incluso aquí: pintor, grabador, fotógrafo,<br />

diseñador de moda e iluminación, inventor, admirador<br />

de Richard Wagner (que murió en Venecia) y escenógrafo<br />

de sus obras. Inventó máquinas que mantienen su secreto lo<br />

mismo que sus lámparas de iluminación indirecta nacidas para<br />

el teatro y usadas en la vida cotidiana. Esta visita al mundo que<br />

lo rodeaba en el palacio que su viuda donó a la ciudad por sí<br />

solo valdría el viaje. Su página, http://fortuny.visitmuve.it/, está<br />

en italiano.<br />

Guía de detectives y aventureros<br />

Luego seguí la pista de las novelas del comisario Guido Brunetti,<br />

como me gusta rastrear las de Pepe Carvalho en Barcelona<br />

o las de Salvo Montalvano en Sicilia. Son guías, de hecho, con<br />

el ingrediente del suspenso policial. En la ficción tiene su casa<br />

TESTIMONIO PERSONAL<br />

Horacio de Dios<br />

LLEGAR EN BARCO<br />

Amanecía cuando el crucero pasaba frente a la playa del Lido y al rato<br />

estaba frente a la plaza de San Marcos. Éramos muchos apiñados en<br />

cubierta para no perdernos nada. Llegaba después de un viaje de 23<br />

días con escalas desde Brasil a Croacia, un viaje para la memoria.<br />

Los barcos siguen el calor y cuando termina el verano en el hemisferio<br />

Sur enfilan al Norte. Pasa dos veces por año, ida y vuelta. No viajan en<br />

lastre pero el pasaje no es total, suele haber alguna vacante incluso<br />

en camarotes con balcón que son una maravilla.<br />

Con una notable ventaja de precio si reservamos con mucha anticipación<br />

porque es una “noticia” que se conoce pero nadie la comparte<br />

demasiado, igual que un tip utilitario. Uno va pagando a cuenta y casi<br />

sin darse cuenta tiene que embarcarse. En ese caso viajan dos pero<br />

paga solamente uno, una ganga.<br />

Venecia, para mí, era una “asignatura pendiente”, siempre postergada<br />

y no me alcanzaban los ojos para disfrutar.<br />

Por fin, como tantas veces lo había deseado al verla en películas,<br />

viendo sus infinitas fotografías, escuchar su música en Las cuatro estaciones<br />

y tener en mi biblioteca tantos libros sobre “La Sereníssima”.<br />

Era el momento de hacer pie en el agua y volver para recordarlo en<br />

primera persona.<br />

113


114<br />

Cocina<br />

Porciones<br />

MÁGICAS<br />

La memoria es una compañera inseparable en la<br />

cocina y en los sabores, desde recordar técnicas hasta<br />

evocar aromas, su presencia transforma los alimentos<br />

en bocados de amor para atesorar toda la vida<br />

POR Marina García<br />

Dicen que el olfato y el gusto son los primeros sentidos que se<br />

desarrollan porque nos enlazan a nuestra fuente de alimento,<br />

que con un poco de suerte será al mismo tiempo nuestra madre.<br />

Debe ser por eso que lo afectivo y lo comestible están tan unidos,<br />

y muchas veces usamos ciertos alimentos como refugio, cuando la<br />

vida se pone un poco complicada.<br />

Las recetas y los platos de la infancia son recuerdos preciados que<br />

superan por mucho las cuestiones culinarias y encuentran su valor<br />

justamente en lo simbólico, en ese acto casi divino de cuidar y<br />

alimentar al otro.<br />

El summum de estas delicias de la vida recae sin dudas en las<br />

tortas o galletitas que hacían de cualquier tarde un momento<br />

especial, un simple bizcochuelo con dulce de leche al volver del<br />

colegio transformaba toda la jornada en una fiesta, pastafrola<br />

para los pic-nics, tortas fritas en las tardes de lluvia, scones para<br />

compartir el té en hebras o, quizás, buñuelos de manzana, que se<br />

comían soplando para no quemarse.<br />

Muchos recordarán con nostalgia sus primeros pasos en la cocina<br />

junto a mamá o la abuela, espiando la mesada en puntas de pie y<br />

pidiendo un poquito de masa para intentar algún bizcochito. El<br />

aroma de las placas en el horno... manteca, limón, vainilla, tal vez<br />

chocolate, llenaban toda la casa con ese inconfundible perfume<br />

del amor hecho masa.<br />

Algunos guardarán en su memoria alguna receta de tiempos poco<br />

afortunados, galletitas finitas que rendían mucho, tortas con aceite,<br />

panqueques de harina y soda; secretos que solo sabía quien<br />

cocinaba porque con eso disimulaba que los tiempos no eran<br />

prósperos, pero “que no se note” para que los chicos tengan algo<br />

dulce que los haga sonreír.<br />

También está el recuerdo de los éxitos rotundos (esos en los que<br />

la suegra recelosa pide la receta) esa torta de cumpleaños de<br />

tres pisos, el panqueque flambeado, los merengues, los alfajores<br />

“como los que traía el abuelo de Mar del Plata” o un épico hojaldre<br />

casero.<br />

Cómo olvidar la emoción de probar por primera vez una receta, la<br />

aventura de cocinar “con lo que hay”, la confianza de cocinar con<br />

el consejo de “abuelas postizas” como Blanca Cotta o Choly<br />

Berreteaga; o la suspicacia de intuir que lo que dice la revista<br />

nunca va a quedar como en la foto.<br />

Igualmente hay algo que solo quienes aman cocinar sabrán<br />

valorar en toda su profundidad: ese momento en que la magia<br />

se extiende a una nueva generación y uno se da cuenta que “me<br />

quedó igual que a la abuela”, ese momento es indescriptible y al<br />

mejor estilo de la narrativa latinoamericana, todas las mujeres de<br />

la familia se sientan a tu lado para tomar ese mate, ese tecito que<br />

acompaña la porción de budín, la galleta o el pancito, ese bocado<br />

íntimo que se prueba antes que nadie, para saber que todo salió<br />

bien, que se puede servir y dará felicidad como lo hizo siempre<br />

100 X 100 NUCHA<br />

Javier Ickowicz<br />

Todo un emblema de la pastelería<br />

argentina, de la tradición y<br />

la pasión en forma de pequeñas<br />

delicias que llenan el alma. Este<br />

libro retrata la esencia de Regina<br />

Vaena con la calidez exquisita<br />

de cada una de sus recetas y sus<br />

historias.<br />

EL ABC DE LA PASTELERÍA<br />

Osvaldo Gross<br />

Sin dudas uno de los maestros más<br />

reconocidos de la pastelería local<br />

por su calidad y dedicación. El<br />

lujoso detalle de sus explicaciones<br />

transforma a este libro en un imprescindible<br />

para quienes hacen de<br />

“lo dulce” una de las bellas artes.<br />

POSTRES ARGENTINOS<br />

Pia Fendrik<br />

Irresistibles y emotivos, esta deliciosa<br />

selección de postres cautivará<br />

las mesas y los corazones.<br />

Ideal para principiantes, este libro<br />

invita a disfrutar recetas simples<br />

con un toque fashion que no<br />

excluye altas dosis de amor.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!