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Henning Mankell<br />
Año 10 | Número 60<br />
OCTUBRE - NOVIEMBRE 2015<br />
CONSEJO EDITORIAL<br />
Adolfo de Vincenzi<br />
Jorge González<br />
Luz Henríquez<br />
Antonio Dalto<br />
DIRECCIÓN<br />
Jorge González<br />
EDICIÓN<br />
Carla Pandolfo<br />
COORDINACIÓN<br />
Hugo Cayssials<br />
Melina Dorfman<br />
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />
Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />
FOTOGRAFÍA<br />
Silvana Sergio<br />
CORRECCIÓN<br />
Esteban Bertola<br />
COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />
Laura Berti, Juan Manuel Cibeira,<br />
Horacio de Dios, Marina García, Martín Garrido,<br />
Nancy Giampaolo, Silvia Hopenhayn,<br />
Nadia Koval, Roger Koza, Christian Kupchik,<br />
Martina Leunda, Gloria López Llovet de Rodrigué,<br />
Mauro López Oyanarte, Felipe Pigna,<br />
Gabriel Rolón, Lucila Rolón, Emilia Simison,<br />
Mónica Tracey, Maximiliano Tomas,<br />
Esteban Ulrich y Sergio Varela.<br />
PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />
Tel.: 4943-8219/22<br />
Patagones 2463 | c1282aca | CABA<br />
Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />
Web: yenny-elateneo.com / Sección Quid<br />
REVISTA QUID<br />
Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de Quid, publicación de<br />
Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />
del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />
la fuente.<br />
Los editores no son responsables por las opiniones<br />
vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />
firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />
Registro Nacional de la Propiedad Intelectual<br />
Nº 506670. ISSN 1669738-3.<br />
Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />
de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />
En lo más hondo de las montañas finlandesas, en Onkalo, 1 se están realizando trabajos<br />
para abrir túneles y cuevas. En lo profundo se almacenarán residuos nucleares<br />
por un tiempo prácticamente infinito. “Aunque los residuos radiactivos son más peligrosos<br />
–más mortíferos– los primeros mil años, debe garantizarse su conservación<br />
durante tres mil generaciones [cien mil años]”.<br />
“Los recuerdos son relatos. Puede que troceados y divididos en fragmentos, pero<br />
relatos al fin. Yo me imagino el olvido como una habitación vacía. Nuestro universo<br />
interior, vacío y helado como el otro universo. En el olvido, el hombre queda indiferente<br />
ante sí mismo, ante los demás, ante lo que ha sido y ante lo que vendrá”.<br />
“Para manipular los residuos nucleares hemos construido un palacio para el olvido.<br />
Lo que quedará después de nuestra civilización será, pues, olvido y silencio”. 2<br />
En nuestro décimo aniversario le rendimos homenaje a la memoria, aquella luz del<br />
palacio interior, como decía Mankell, que nos modifica a través del tiempo, si es<br />
que volvemos a ella para construir el propio relato. En esta edición, quisimos visitar<br />
nuestro palacio y por eso, en el dossier aniversario, recordamos algunas frases de los<br />
entrevistados más ilustres de nuestra propia historia. También, hemos añadido debajo<br />
una línea de tiempo acerca de hechos culturales o curiosos que sucedían, mientras<br />
tanto, aquí y en el mundo.<br />
Es el deseo de quienes hacemos Quid que el legado de nuestra civilización no solo<br />
sea silencio y olvido.<br />
Dedicamos esta edición a la memoria del gran escritor sueco, Henning Mankell.<br />
Disfruten este nuevo número de Quid.<br />
Adolfo de Vincenzi<br />
Director General<br />
Grupo Ilhsa<br />
1<br />
En finés “oquedad” y también “el trol que se esconde en la montaña”.<br />
2<br />
Los textuales son de Henning Mankell, extraídos de su brillante autobiografía Arenas movedizas.
Sumario 60<br />
o7<br />
Dossier aniversario. 16 páginas para festejar estos 10<br />
años de vida. Las mejores entrevistas y un repaso de<br />
los acontecimientos culturales más importantes de la<br />
década.<br />
64<br />
Tema de tapa 3. Ya no es un objeto de culto ni un simple<br />
instrumento de DJ. Cómo compite en preferencias actuales<br />
el Long Play, un veterano que vuelve con fuerzas<br />
renovadas a reclamar su lugar en el mundo.<br />
24<br />
Nota de tapa. Christian Kupchik recorre la memoria a<br />
través de la literatura y la filosofía.<br />
67<br />
Reseña 2. Cerati, la biografía, de Juan Morris.<br />
32<br />
Tema de tapa. Roger Koza habla de dos films que dan<br />
cuenta de la realidad política y social de esta década.<br />
76<br />
Tema de tapa 4. Silvia Hopenhayn nos sumerge en el<br />
género autobiográfico. Imperdible.<br />
38<br />
Ser editor. Nuestra invitada de lujo: Gloria López Llovet<br />
de Rodrigué.<br />
95<br />
Semblanza. Keri Smith: Destroza este diario y Destroza<br />
este diario en cualquier sitio, dos trabajos convertidos en<br />
éxito instantáneo.<br />
4o<br />
Tema de tapa 1. La poesía y la memoria. En esta brevísima<br />
selección, traemos algunos poemas que la recuerdan,<br />
la conminan, la increpan y la piensan.<br />
98<br />
Entrevista 10. Martín Redrado habla de su nuevo libro,<br />
Las cuentas pendientes.<br />
44<br />
Tema de tapa 2. Las letras de canciones que invocan el<br />
recuerdo, compilado por Juan Cibeira.<br />
1oo<br />
Tema de tapa 5. Las políticas de la memoria, aquí y en<br />
el mundo.<br />
56<br />
Reseña 1. Desembarca Chica de oficina, de Joe Meno.<br />
1o2<br />
Danza. Temporada en Buenos Aires.<br />
Dossier<br />
literatura<br />
Susan Sontag<br />
Batiendo las alas<br />
Fue autora de novelas y ensayos, además de escribir y dirigir cuatro largometrajes<br />
y obras de teatro, incluyendo Esperando a Godot, de Beckett en la Sarajevo sitiada.<br />
Su mirada crítica e incisiva le valió un lugar de privilegio dentro de la cultura occidental.<br />
Estuvo unida sentimentalmente con la fotógrafa Annie Leivobitz. En una de<br />
las últimas entrevistas que concedió, dijo: “Qué extraño es que redescubramos lo<br />
evidente. Qué extraño es que no nos hayamos convertido todavía en adultos morales<br />
o psicológicos. Lo siento: me siguen sorprendiendo las crueldades indescriptibles<br />
de los seres humanos”.
34<br />
48<br />
84<br />
92<br />
68<br />
52<br />
72<br />
8o<br />
112<br />
62<br />
34. John Connolly, policial blanco<br />
48. De Santis / Sáenz Valiente, la génesis de El hipnotizador<br />
52. Andrés Di Tella, Piglia íntimo<br />
62. José Serebriér, una leyenda<br />
68. Ana María Shua, relatos mínimos<br />
72. Samanta Schweblin. Lo no dicho<br />
8o. Jorge Aulicino, el poder de la traducción<br />
84. Jorge Consiglio, realidad dura<br />
92. Romina Russell, ficción en símbolos<br />
112. Turismo: Venecia inolvidable
MISCELÁNEAS<br />
Aniversario<br />
A cincuenta años de La Menesunda<br />
de Marta Minujín, el Museo<br />
de Arte Moderno recreará en el<br />
primer piso del edificio la mítica<br />
obra La Menesunda según Marta<br />
Minujín, a partir del 8 de octubre.<br />
Luces de neón, cables, pedazos de<br />
acrílicos y paneles, entre otros elementos,<br />
darán vida a una obra que<br />
fue un hito en la historia del arte<br />
argentino y ahora se exhibirá durante<br />
cinco meses en el Museo de<br />
Arte Moderno para luego itinerar<br />
por el país. Incluso, el Museo de<br />
Arte Moderno (MOMA) de Nueva<br />
York tiene interés en cobijarlo en<br />
una de sus salas.<br />
Exhibiciones<br />
La Fundación Proa presenta dos exhibiciones que permanecerán<br />
hasta el 1° de noviembre. La primera: Forensis, del equipo<br />
de investigación multidisciplinario Forensic Architecture, especializado<br />
en relevar e investigar las circunstancias políticas y<br />
sociales en donde transcurren los conflictos contemporáneos.<br />
Retomando el concepto de foro, Forensis remite a un espacio<br />
en donde las personas se reúnen para participar conjuntamente<br />
de la vida pública. La exhibición da cuenta de este concepto e<br />
intenta poner a disposición del visitante la posibilidad de participar,<br />
como en el foro, en diversos y variados proyectos. Las imágenes<br />
de dominio público son satelitales, en 3D, videos y fotografías<br />
profesionales o de ciudadanos anónimos subidas a la web.<br />
Es posible porque es posible es la segunda exhibición del colectivo<br />
Raqs Media Collective, formado por los artistas Jeebesh<br />
Bagchi (1966), Mónica Narula (1969) y Shuddhabrata<br />
Sengupta (1968). Raqs ha centrado su trabajo en los últimos<br />
años hacia una perspectiva multidisciplinaria, combinando elementos<br />
de investigación, instalación y producción multimedia.<br />
Sus “proyectos” exploran múltiples conceptos como la globalización,<br />
la economía, la política, la literatura o los autoritarismos.<br />
Fotos: Oliver Santana (Raqs) / Laura Fiorio - Haus der Kulturen der Welt (Forensic)
D O S S I E R A N I V E R S A R I O<br />
2005 • 2015<br />
En nuestro décimo aniversario,<br />
un recorrido con<br />
las entrevistas más sobresalientes<br />
de nuestra publicación y<br />
con los acontecimientos culturales<br />
más importantes.<br />
o7
QUID 1 QUID 2 QUID 3 QUID 4<br />
El principal problema es el<br />
tabú de la lentitud. Nues-<br />
Lo único que me cansa de<br />
la escritura es estar<br />
sentada tantas horas. Ojalá<br />
se pudiera escribir caminando.<br />
Tengo momentos de<br />
frustración cuando compruebo<br />
que después de ocho<br />
horas de trabajo, no hay<br />
una sola página digna de<br />
preservarse, todas deben ir<br />
a la basura. Hay que hacer<br />
mil borradores.<br />
La familia pesa siempre,<br />
y como un piano. Mi<br />
padre era vasco, mi madre<br />
es polaca y me siento un<br />
poco y un poco, con cosas<br />
marcadas de los dos. Tengo<br />
la cabeza más dura que una<br />
roca y también soy<br />
muy expresiva…<br />
¡y muy rubia!<br />
Maitena<br />
Lo que pasa es que yo<br />
nunca subestimo al<br />
lector, es una regla que me<br />
puse desde el principio,<br />
porque odio que pase eso<br />
cuando el espectador o el<br />
lector soy yo. En la televisión<br />
se ve todo el tiempo,<br />
que está diluido para que<br />
sea más fácil. Yo no soy la<br />
persona más inteligente<br />
tra sociedad capitalista cree<br />
que hay que hacer y hacer<br />
rápido. Hay codicia y<br />
voracidad, pero, en el<br />
fondo, si fuéramos más<br />
lentamente, percibiríamos<br />
la incertidumbre y el vacío.<br />
Pero la incertidumbre y el<br />
vacío nos sirven para dar<br />
espacio a lo creativo, para<br />
ver qué anda bien y qué<br />
anda mal.<br />
Carl Honoré<br />
del mundo, entonces si me<br />
o8<br />
Isabel Allende<br />
rebajo va a quedar algo<br />
espantoso y muy barato.<br />
Liniers<br />
2005<br />
Libros.<br />
El código Da Vinci, después de dos años desde su primera<br />
edición, es un éxito de ventas. 25 millones de ejemplares<br />
alrededor del mundo traducidos a 40 idiomas.<br />
Cine.<br />
Tim Burton estrena Charlie y la fábrica de chocolate, basada<br />
en la novela de Roald Dahl.<br />
Ciencia.<br />
Se descubre el gen que desencadena en el cerebro el<br />
inicio de la pubertad.
QUID 5 QUID 6 QUID 7 QUID 8<br />
No fui madre porque no<br />
Los vínculos son frágiles,<br />
quise convertirme en una<br />
madre como la mía.<br />
y en las condiciones de<br />
cambio constante no<br />
No porque ella fuera una<br />
pueden esperar a que al-<br />
persona mala, de hecho<br />
me ha inspirado para<br />
cancen su duración natural.<br />
(…) Hace solo diez años,<br />
escribir. Ocurre que era<br />
la duración promedio del<br />
una madre extremadamente<br />
matrimonio era de siete<br />
protectora, que se alarmaba<br />
años. Hace dos años, esa<br />
Creo mucho en la<br />
autodisciplina, que es<br />
lo que me lleva a estar en el<br />
estudio todos los días desde<br />
temprano. Y si bien puedo<br />
tener las diferentes emociones<br />
cuando llegan las<br />
llamadas ‘musas’, lo seguro<br />
es que me hallarán con las<br />
manos en la masa (…).<br />
En cuanto al tinte de lo<br />
creativo, diré que frente a<br />
las teorías del color nunca<br />
olvido una frase de<br />
Picasso: ‘Cuando me falta<br />
azul, pongo rojo’.<br />
permanentemente sobre<br />
nuestro cuidado, temía<br />
siempre que nos enfermáramos.<br />
Su afán protector me<br />
irritaba mucho cuando era<br />
joven, y temí que mi hija<br />
me odiara cuando cumpliera<br />
los 12 años.<br />
Amy Tan<br />
No hay nada peor que<br />
terminar una película. El<br />
día en que cierro la edición<br />
me sobreviene un vacío,<br />
una depresión que no sé con<br />
qué llenar. Recuerdo que<br />
en La película del rey seguí<br />
editando hasta en la copia<br />
final, con la película ya estrenada.<br />
Y aprendí que a<br />
las cosas hay que dejarlas ir.<br />
Que hace falta enfrentar<br />
el desafío de algo nuevo en<br />
lugar de obstinarse en continuar<br />
lo que está terminado.<br />
duración se había reducido<br />
a 18 meses. El amor parece<br />
ser la primera víctima<br />
de la modernidad líquida,<br />
pero al mismo tiempo todos<br />
lo necesitamos y buscamos<br />
más que nunca.<br />
Zygmunt Bauman<br />
o9<br />
Pérez Celis<br />
(Trivia: La creatividad<br />
y su manifestación)<br />
Carlos Sorín<br />
Harold Pinter<br />
recibe el<br />
Premio Nobel<br />
de Literatura.<br />
2006<br />
Libros.<br />
Matemática... ¿estás ahí?,<br />
de Adrián Paenza, resultó el libro<br />
más vendido del año.
QUID 9 QUID 10 QUID 11 QUID 12<br />
Las palabras son vehículos<br />
También en el presente,<br />
que reciben y transmiten<br />
en lo que se está viviendo,<br />
en varios sentidos. Cuando<br />
uno coloca una determinada<br />
palabra en el papel, esa<br />
palabra no solo está<br />
condicionada por su signi-<br />
hay una conciencia de<br />
nostalgia, o por lo menos<br />
puede haberla. Me refiero<br />
a la inmediatez de aquello<br />
que está ahí delante de los<br />
ficado, sino que cobra una<br />
ojos y que, al mismo tiempo<br />
1o<br />
Yo fui una adelantada al<br />
tiempo. Describí cómo se<br />
vive ahora, pero no cómo<br />
se vivía en aquel momento,<br />
con una gran represión, y<br />
bueno, creo que fue una<br />
educación muy apropiada.<br />
Me alegro de haber tenido<br />
la educación que tuve. Lo<br />
que en otros países tardaron<br />
diez años, veinte años<br />
en llegar a esto, nosotros lo<br />
hicimos a todo correr.<br />
Eso siempre es peligroso.<br />
Porque haces lo que no<br />
nueva vida en relación a<br />
las otras. Tiene algo que<br />
ver con el magnetismo:<br />
es una fuerza que atrae y<br />
repele a la vez, adquiere<br />
una calidad mucho mayor<br />
que supera el contenido del<br />
significado.<br />
Jean Le Clèzio<br />
La hija de Keops es la historia<br />
más feliz que escribí.<br />
A pesar de que era muy<br />
desdichado en ese momento,<br />
fíjese que era verano,<br />
hacía calor, y yo sufría.<br />
Me acababa de dejar una<br />
chica que adoraba. Pero son<br />
esas cosas de los escritores:<br />
dejamos de lado la desgracia<br />
y no arruinamos<br />
una historia<br />
feliz porque a nosotros nos<br />
vaya para la mierda.<br />
que se ofrece vivo y presente,<br />
ya revela su carácter<br />
fugitivo. También se<br />
escribe para detener algo<br />
en el tiempo, para rescatar<br />
algo de esa fuga.<br />
Antonio Dal Masetto<br />
tenéis que hacer.”<br />
Alberto Laiseca<br />
Corín Tellado<br />
Arte.<br />
El museo de Bellas Artes, daba a conocer<br />
la noticia: Kiss Alive, obra de Dino Bruzzone<br />
expuesta en ArteBA, inauguraba las adquisiciones<br />
de la institución en el siglo XXI.<br />
Muhammad Yunus<br />
obtiene el Premio<br />
Nobel de la Paz.
QUID 13 QUID 14 QUID 15 QUID 16<br />
Amaba las canciones de<br />
Habría que enfrentarnos<br />
Elton John. Tengo una<br />
foto sosteniendo un disco<br />
de él, que me regalaron<br />
para Navidad. Tocaba el<br />
con el pasado. Porque<br />
esta narrativa de<br />
rechazo constante es una<br />
negación hacia nuestras<br />
piano con sus discos, y al<br />
raíces. Creo que para mí,<br />
mismo tiempo descubría<br />
las sociedades que son<br />
que podía improvisar y<br />
más sabias frente a los<br />
escuchar el swing. Ahora<br />
que soy su amiga, el y su<br />
cambios son aquellas que<br />
conocen muy bien su<br />
pareja, David Frinch,<br />
pasado.<br />
En realidad todos somos<br />
raras avis y no me gusta<br />
hablar de cierta<br />
generación, pero lo que<br />
sí es cierto es que fue un<br />
me burlan porque practico<br />
en un órgano, dicen que es<br />
cursi, que soy de la década<br />
del long play pero a mí no<br />
me importa.<br />
Sin duda, nacer rico o<br />
pobre es un factor<br />
en gran parte determinante<br />
del curso de la vida de una<br />
persona. Sin embargo,<br />
Naomi Klein<br />
momento raro en el que<br />
creo que lo interesante,<br />
nacimos y crecimos, quedamos<br />
como suspendidos,<br />
Diana Krall<br />
tanto en la vida como en<br />
la ficción, es ver cómo<br />
teníamos la ilusión de que<br />
los individuos lidian de<br />
iba a suceder algo después<br />
manera diferente con<br />
de la Dictadura y no, fue<br />
el destino.<br />
todo mal.<br />
Somos hijos del<br />
desconcierto que no perdimos<br />
el humor.<br />
Ken Follet<br />
11<br />
Fito Páez<br />
2007<br />
Series.<br />
La segunda temporada de Lost es el DVD más vendido.<br />
Arte.<br />
Se celebró Pinta, primera feria de arte latinoamericano de Nueva York.<br />
A Pinta Eduardo Costantini, fundador del MALBA, le compró tres fotografías<br />
de Marta Minujin, que son el registro de una performance de 1985,<br />
cuando ella le propuso a Andy Warhol pagar la deuda externa con maíz.<br />
Ciencia.<br />
Las investigaciones acerca del genoma humano determinaron que hay<br />
más diferencias entre un individuo y otro de lo que la ciencia suponía.
QUID 17 QUID 18 QUID 19 QUID 20<br />
El ‘olfato’ mejora siempre y<br />
Yo no creo que la muerte<br />
uno incorpora otras<br />
percepciones, principalmente<br />
mientras se<br />
traiga la trascendencia,<br />
creo que la vida es algo más<br />
próximo y que la vida<br />
encuentre en una situación<br />
de voluntad creativa, ajena<br />
al tedio, y sin pretender<br />
eterna es algo que hay que<br />
ganarse. Ganárselo para<br />
uno, lo que uno hace, la<br />
que el ego desvíe su intui-<br />
memoria que uno va dejan-<br />
ción, y uno termine por<br />
do en los otros, aparte de la<br />
creerse trascendente. Esto<br />
memoria que se va con uno<br />
12<br />
Leí y escuché mil veces que<br />
la pobreza disminuye en<br />
el mundo, que la guerra<br />
contra la pobreza es todo<br />
un éxito. Pero el año pasado<br />
los expertos mejor pagados<br />
del mundo, del Banco Mundial<br />
y otros organismos filantrópicos,<br />
reconocieron<br />
que han sufrido un error de<br />
cálculo. Confesaron que los<br />
indigentes suman quinientos<br />
millones más que los<br />
registrados en los informes<br />
internacionales. Pavada de<br />
error.<br />
es el peor enemigo<br />
del músico.<br />
Luis Alberto Spinetta<br />
Tenemos que entender que<br />
la actual es una<br />
crisis que no tiene nada de<br />
nuevo ni de excepcional. Lo<br />
importante para los gobiernos<br />
es no cometer errores<br />
como los que se cometieron<br />
en 1930, por ejemplo. En<br />
aquel año hubo una crisis<br />
bursátil que se convirtió<br />
en depresión mundial<br />
porque los gobiernos<br />
cometieron errores que<br />
transformaron la crisis en<br />
depresión.<br />
mismo. La vida puede ser<br />
un purgatorio pero depende<br />
de las expectativas, tu<br />
vida puede no ser el purgatorio<br />
sino algo mucho<br />
más rico.<br />
Tomás Eloy Martínez<br />
Eduardo Galeano<br />
Guy Sorman<br />
Doris Lessing,<br />
Premio Nobel de<br />
Literatura.<br />
2008<br />
Música.<br />
El más vendido del año,<br />
Me verás volver - gira 2007,<br />
de Soda Stereo.
QUID 21 QUID 22 QUID 23 QUID 24<br />
La visión que el mundo<br />
Creo que lo único útil de<br />
occidental tiene de África<br />
ser conocido como actor<br />
me rebela. Por ejemplo,<br />
de cine es que asisten más<br />
los africanos pobres nada<br />
tienen que ver con la crisis<br />
global, aunque sufren las<br />
personas a los eventos en<br />
los que leo poesía.<br />
Aparte, creo que el mundo<br />
peores consecuencias. En<br />
de Hollywood (tanto el esta-<br />
buena medida esto también<br />
dounidense como el<br />
es responsabilidad de los<br />
medios, que manipulan<br />
‘Hollywood’ que uno encuentra<br />
en todas las indus-<br />
Me atraen más que nada<br />
las personas que ven lo<br />
que lo s rodea con una<br />
sensibilidad parecida a<br />
la mía, las personas que,<br />
las imágenes sobre África:<br />
siempre describen cómo<br />
la gente muere, pero nunca<br />
se dice nada acerca de<br />
cómo se come, se ama,<br />
se vive allí.<br />
El mal es el conjunto de las<br />
cosas mal hechas y el bien<br />
es el conjunto de las<br />
cosas bien hechas. Eso quiere<br />
decir que en el mundo<br />
humano, en la humanidad<br />
trias cinematográficas del<br />
mundo) no se mezcla bien<br />
con la verdadera poesía.<br />
Viggo Mortensen<br />
si bien pueden llevar una<br />
previa a estos siete mil años<br />
vida convencional, no son<br />
ciegas frente a los velamien-<br />
Henning Mankell<br />
de civilización urbana y<br />
mercantil lo siniestro ya<br />
tos culturales, sociales o<br />
existía. Yo creo que eco-<br />
políticos que se ejercen so-<br />
nómicamente y tecnológi-<br />
bre la realidad. Por decirlo<br />
camente vamos hacia una<br />
más poética o visualmente,<br />
forma rara del colapso. Yo<br />
me gustan los que miran alrededor<br />
entrecerrando<br />
los ojos para discernir.<br />
siempre digo que el proyecto<br />
no es el socialismo sino el<br />
neolítico.<br />
13<br />
Diego Capusotto<br />
Rodolfo Fogwill<br />
Cine.<br />
Se estrena El curioso caso de<br />
Benjamin Button, de David Fincher,<br />
basada en la novela de<br />
Scott Fitzgerald.<br />
Ciencia.<br />
Se crea el primer genoma artificial<br />
a partir de una bacteria.<br />
Jean-Marie Gustave Le Clézio<br />
es premiado con el Nobel<br />
de Literatura.
QUID 25 QUID 26 QUID 27 QUID 28<br />
Cuando improviso<br />
debo tener una gran<br />
conexión entre lo que<br />
escribí y los espacios que<br />
tengo como para volar.<br />
He trabajado durante años<br />
con todo tipo de músicos,<br />
pero ahora, cuando estoy<br />
en el estudio o en el escenario,<br />
rodeado de todos esos<br />
Si estuviera al borde de<br />
la muerte habría personas a<br />
las que me dolería dejar. Si<br />
no tuviera a esas personas<br />
sería para mí más difícil<br />
seguir viviendo. Es una<br />
razón, un impedimento<br />
para que le ponga fin a la<br />
vida, que estén ellos. Por lo<br />
demás también puedo<br />
14<br />
El libro en papel seguirá<br />
existiendo porque es<br />
un diseño que está muy<br />
aceptado. Cuando yo era<br />
joven decían que se había<br />
acabado el teatro porque la<br />
gente iba a ver todo en cine<br />
y fue así. Lo mismo pasa<br />
con la poesía, que se sigue<br />
editando. Seguirá habiendo<br />
libros tradicionales y<br />
las nuevas técnicas tienen<br />
también grandes ventajas.<br />
Es fantástico que un autor<br />
importante esté en<br />
instrumentos y aparatos,<br />
todo depende de mí,<br />
todo sale de mis dedos.<br />
Pat Metheny<br />
La emisión de la voz es<br />
un pensamiento no en términos<br />
lógicos sino que además<br />
interviene una especie<br />
de memoria geográfica,<br />
cultural o política. (…)<br />
En el canto, la sonrisa,<br />
la emoción y la boca, esa<br />
cavidad enigmática del<br />
rostro por donde transitan<br />
los sonidos, provocan esa<br />
sonoridad que va más<br />
allá de una técnica.<br />
llenar el tiempo vacío<br />
haciendo travesuras<br />
y cosas, escribiendo, por<br />
ejemplo, estos libros.<br />
Fernando Vallejo<br />
Internet.<br />
Liliana Herrero<br />
Esther Tusquets<br />
2009<br />
Libros.<br />
El Secreto, de Rhonda Byrne resultó el libro más vendido del año. En el mundo<br />
lleva vendidos 19 millones de ejemplares. En nuestro país, 400.000.<br />
Música.<br />
Cantora recibe el Premio Grammy Latino al Álbum Folclórico. Fue el último<br />
proyecto de Mercedes Sosa y fue la placa más vendida del año.<br />
Ciencia.<br />
Se da a conocer la edad del esqueleto hallado en África: Ardipithecus ramidus<br />
(apodado Ardi). Es mujer, etíope, medía 1,20 metros y vivió hace 4,4 millones de<br />
años.
QUID 29 QUID 30 QUID 31 QUID 32<br />
Mi papá era mecánico y<br />
Escribo para mí. Es así desde<br />
el comienzo. La literatura<br />
que tiene una tarea,<br />
un mandato y que se define<br />
por este, corre generalmente<br />
el peligro de caer en lo<br />
mi mamá ama de casa<br />
y tejedora. Mi vínculo<br />
con ellos fue maravilloso.<br />
Cuando escribo están presentes<br />
pero de una manera<br />
abstracta. Es muy ingenuo<br />
contarlo así pero imaginate<br />
a tu hijo: todo ese amor que<br />
te provoca y tu deseo de<br />
que sea feliz. Tu deseo como<br />
fuerza, tu amor hecho<br />
piel. De esta manera los<br />
tengo presentes.<br />
Cuando escribo trato de<br />
olvidarme de mi formación<br />
psicoanalítica. Llegué<br />
al psicoanálisis como un<br />
neurótico que no encontraba<br />
ninguna puerta en<br />
Los sueños son materia<br />
constitutiva de la narrativa<br />
a veces más inherente,<br />
a veces más explícita.<br />
Uno encuentra muchas piezas<br />
oníricas en una novela.<br />
Las percibe cuando,<br />
de pronto, se pregunta<br />
‘y esto ¿qué es? ¿por qué lo<br />
puse?’<br />
Federico Andahazi<br />
pedante, por consiguiente,<br />
en lo ideológico. Solo la<br />
Luis María Pescetti<br />
la vida. Llegué porque era<br />
mi última esperanza de<br />
sorpresa de lo urgente,<br />
supervivencia. Y me ha ido<br />
como una densa poética,<br />
bien. Sigo siendo un neuró-<br />
puede despertar al lector en<br />
tico pero soy un neurótico<br />
un texto. Y esto no se da de<br />
funcional (…). Mi interés<br />
manera directa como<br />
por la historia se ha dado<br />
un cumplimiento de<br />
deberes. Piense en<br />
Celan o en Lorca.<br />
como un historiador silvestre.<br />
Por eso, básicamente,<br />
soy un escritor.<br />
15<br />
Herta Müller<br />
Pacho O’Donnell<br />
Herta Muller<br />
es premiada con el<br />
Nobel de Literatura.<br />
2010<br />
Libros.<br />
Comer, rezar, amar,<br />
de Elizabeth Gilbert, se convierte<br />
en un suceso editorial<br />
con seis millones de ejemplares<br />
vendidos sólo en Estados<br />
Unidos y traducido a 30<br />
idiomas. Se estrena la versión<br />
cinematográfica, protagonizada<br />
por Julia Roberts,
QUID 33 QUID 34 QUID 35 QUID 36<br />
Veo que el vínculo con<br />
el afuera cada vez es más<br />
escueto, es como una<br />
góndola, y bueno, si vos<br />
entrás en este supermer-<br />
Me da vergüenza decir<br />
que no recuerdo dónde<br />
estaba yo cuando me enteré<br />
de que John Lennon<br />
había sido asesinado, pero<br />
sí recuerdo donde estaba<br />
cuando escuché que<br />
Muddy Waters<br />
había muerto. Estaba<br />
conduciendo mi auto y tuve<br />
esta reacción terriblemente<br />
egoísta, ya que pensé:<br />
‘Ahora no voy a poder escucharlo<br />
nunca más en vivo’.<br />
Cuando uno da un paso<br />
adelante en la conciencia,<br />
es difícil volver atrás,<br />
uno elige, además, porque<br />
Pienso que la percepción es<br />
creativa y activa, no pasiva.<br />
A las cosas que vemos<br />
les aportamos un mundo<br />
que hemos aprendido a<br />
percibir previamente (…).<br />
Pienso que el recuerdo<br />
y la imaginación están<br />
estrechamente ligados. Ninguno<br />
de los dos es parte del<br />
aquí y ahora, sino que están<br />
siempre en cualquier otra<br />
parte. Ambos son formas<br />
de ficción.<br />
cado elegís por el sabor o<br />
el examen de conciencia es<br />
la parafernalia que se ha<br />
armado. El llamado sentido<br />
Hugh Laurie<br />
con vos mismo. Luego eso<br />
lo llevás a la práctica y al<br />
Siri Hustvedt<br />
común es tan obvio, tan<br />
avasallador y tan estú-<br />
abrir los ojos percibís que<br />
todo está más cerca, que<br />
pido… La contracultura<br />
hay una conexión con<br />
también está dentro de ese<br />
la sociedad en su conjunto.<br />
supermercado, el discurso<br />
También como padre me<br />
la absorbió. El único que<br />
interesa lo que les damos a<br />
viene zafando y por eso<br />
nuestros hijos.<br />
16<br />
lo admiro y lo respeto es<br />
Capusotto.<br />
Martiniano Molina<br />
Joaquín Furriel<br />
Cine.<br />
El secreto de sus ojos,<br />
de José Luis Campanella, es<br />
premiada con el Oscar a<br />
la Mejor Película Extranjera.<br />
Mario Vargas Llosa<br />
recibe el Premio<br />
Nobel de Literatura.<br />
Tecnología.<br />
Se crea la televisión 3D.
QUID 37 QUID 38 QUID 39 QUID 40<br />
Para nada me considero<br />
una mujer fatal. Hice 33<br />
La melancolía es como la<br />
tristeza pero con encanto.<br />
Por eso es que siempre hay<br />
una cuestión de mercado,<br />
ideológica o política<br />
de llevar la tristeza a la<br />
melancolía, ya sea con<br />
medicación, con autoconvencimiento<br />
o con autoayuda<br />
que siempre viene de<br />
afuera, obviamente. No<br />
hay que tenerle miedo a la<br />
tristeza, ‘lo que te da terror<br />
te define mejor’.<br />
películas de mujer perseguida<br />
por los hombres, pero lo<br />
mío fue un rol (…). Gracias<br />
a Dios la gente me quiso,<br />
me quiere y todo aquello<br />
fue muy lindo. Pero hoy en<br />
día, la nueva generación<br />
de chicos me llama Coca,<br />
me conoce a través de sus<br />
padres, o porque ha visto<br />
alguna película, pero no<br />
como mito.<br />
Isabel Sarli<br />
Estamos en la etapa del yo.<br />
Y después de un siglo<br />
marcado por Freud,<br />
estamos en la etapa en la<br />
que se cree la descabellada<br />
hipótesis de que el yo puede<br />
ser mostrado de manera<br />
transparente. Cuando yo<br />
digo ‘yo’, digo yo y no sé<br />
(…). Mi yo está constituido<br />
en la desconfianza de<br />
sí mismo. No tengo un<br />
yo pleno.<br />
Uno ha visto pasar la<br />
prensa, la radio, el cine,<br />
la televisión y los medios<br />
nuevos, pero la novela<br />
pervive, ¿Por qué pervive?<br />
Pervive porque la<br />
novela dice lo que<br />
no puede decirse de otra<br />
manera.<br />
Carlos Fuentes<br />
17<br />
Beatriz Sarlo<br />
Gabo Ferro<br />
2011<br />
Libros.<br />
El cuaderno de Maya, de Isabel Allende, es el libro más vendido del año en<br />
Argentina.<br />
Danza.<br />
Se estrena Pina, de Wim Wenders, un documental alemán sobre la coreógrafa<br />
de danza contemporánea Pina Bausch.<br />
Arte.<br />
Por primera vez llegan a la Argentina las obras de la gran escultora<br />
Bourgeois. La muestra se llamó Louise Bourgeois, el retorno de lo reprimido<br />
y tuvo lugar en la Fundación Proa.
QUID 41 QUID 42 QUID 43 QUID 44<br />
Es entretenido pensar en<br />
distintos ángulos para<br />
analizar las cosas. La tarea<br />
de un docente y comunicador<br />
es sumar preguntas<br />
más que dar respuestas.<br />
Si logro pulsar la cuerda de<br />
la curiosidad me doy por<br />
satisfecho. Todo el tiempo<br />
La ficción ayuda a pensar.<br />
Ayuda a los escritores a<br />
muchas cosas, pero también<br />
a decir lo que no necesariamente<br />
uno comprende;<br />
cada personaje puede tener<br />
su visión del mundo, como<br />
sucede en la vida. La ficción<br />
permite experimentar con<br />
Vivo en una democracia que<br />
se fundó a sí misma desde la<br />
nada en 1977, sin reconocerse<br />
en ninguna tradición<br />
más allá de su propia<br />
soberbia, la autocomplacencia<br />
de quienes decidieron<br />
que no le debían nada a<br />
nadie. Y eso fue mentira, fue<br />
una injusticia, una estupi-<br />
estamos buscando estrategias,<br />
desde el momento<br />
en que esperamos para<br />
cruzar la calle y hacemos<br />
estrategias para ganar,<br />
porque si nos gana el vehículo<br />
que viene por la calle,<br />
nos va la vida en eso.<br />
Adrián Paenza<br />
A mí me resulta atractivo<br />
trabajar la tensión que se<br />
establece entre ciertas zonas<br />
marginales y el resto de la<br />
ciudad: lo urbano y<br />
lo suburbano, el lugar del<br />
que es uno y al que va uno<br />
sin pertenecer a ese lugar.<br />
Es una constante en la ma-<br />
esas diferencias. Borges<br />
hizo posible este trabajo en<br />
el que muchas ideas eran<br />
usadas ficcionalmente.<br />
La creación de ficciones a<br />
partir de ideas filosóficas.<br />
Ricardo Piglia<br />
dez y además, y sobre todo,<br />
yoría de mis libros, me gus-<br />
fue un error gravísimo.<br />
ta que eso se exprese como<br />
La democracia española<br />
un conflicto no explícito,<br />
18<br />
arrastra la debilidad que<br />
le otorga su deliberada<br />
desmemoria.<br />
no dicho.<br />
Sergio Olguín<br />
Almudena Grandes<br />
Tomas Tranströmer<br />
recibe el Premio<br />
Nobel de Literatura.<br />
2012<br />
Libros.<br />
Encuentros, de Gabriel Rolón,<br />
es el libro más vendido<br />
del año.
QUID 45 QUID 46 QUID 47 QUID 48<br />
El motivo por el que escribo<br />
No es tan importante lo que<br />
ficción hay que buscarlo<br />
en el tiempo en que<br />
vivimos. La novela se ha<br />
te suceda en la vida, sino<br />
la forma en que ves o<br />
enfocas esos aconteci-<br />
desarrollado de tal modo<br />
mientos. Lo que quieres<br />
que se ha hecho un género<br />
desarrollar no es un banco<br />
muy libre, proteico, que<br />
de experiencias, sino la<br />
permite jugar con toda<br />
clase de variantes y formas<br />
para apresar el presente.<br />
conciencia que te ayude a<br />
interpretar lo que te<br />
sucede a ti y al mundo,<br />
Creo haber tenido<br />
suerte: estuve en el lugar<br />
justo a la hora justa. Será<br />
porque no tengo hambre<br />
pero nunca me importó el<br />
dinero, sino que todo lo que<br />
hice fue por vocación.<br />
Y cuando me pudrí me<br />
puse una productora que<br />
Hoy en día, la novela es el<br />
único género literario que<br />
está visible, disponible<br />
al público. De haber vivido<br />
un siglo antes, probablemente<br />
habría escrito poesía.<br />
Jean-Philippe Toussaint<br />
Creo que la única razón por<br />
la que estamos en este<br />
maldito mundo tan difícil,<br />
tan feo, tan duro es que<br />
nos da oportunidades de<br />
practicar la gracia de la<br />
compasión. Esa magia.<br />
Y es muy difícil tener<br />
compasión cuando estás<br />
y explicarlo de una forma<br />
dramática y convincente<br />
a la vez. Lo que se desarrolla<br />
con las vivencias es la<br />
conciencia del escritor.<br />
Tobías Wolff<br />
vendí tres meses antes de<br />
pasando hambre, cuando<br />
que el mundo se cayera a<br />
la familia está medio loca,<br />
pedazos. Y cuando me fui<br />
cuando no te va bien en la<br />
de la tele no me quedé con<br />
vida. Pero, ¿sabes qué, mi<br />
dudas. Esto también va a<br />
ser finito. Y después haré<br />
otra cosa.<br />
negra? No hay otra opción.<br />
19<br />
Junot Díaz<br />
Mario Pergolini<br />
Arte.<br />
El artista plástico<br />
mendocino Luis Scafati<br />
gana el Premio Konex<br />
de Ilustración.<br />
Mo Yan<br />
es el flamante Premio<br />
Nobel de Literatura.<br />
Tecnología.<br />
Dos sistemas de control<br />
son lanzados al mercado: el radar que puede atravesar<br />
una pared (desarrollado por el MIT) y el escáner de<br />
retina portátil.
QUID 49 QUID 50 QUID 51 QUID 52<br />
Esperé bastante antes de<br />
atreverme con conceptos<br />
‘grandes’, como la libertad,<br />
Formo parte de la última<br />
generación de escritores<br />
creyentes literarios<br />
la prisión, la ausencia…<br />
porque la literatura nunca<br />
A veces embarcarse en una<br />
fue para nosotros un medio<br />
temporada de grabaciones<br />
sino un fin absorbente,<br />
es ir hacia la deriva; los<br />
exclusivo, que sobrevivió a<br />
músicos le damos la vida<br />
todo y que nos formó, nos<br />
a esto. Pasa el amor, pasa<br />
esculpió, nos permitió (mal)<br />
2o<br />
Nadie que pretenda ser<br />
editor puede estar exento de<br />
correr riesgos. Es inevitable.<br />
Hay muchísimos que<br />
me hubiese gustado publicar<br />
y no pude. Y no solo en<br />
la primera etapa, donde los<br />
recursos económicos eran<br />
limitados, sino también<br />
ahora. Hay subastas para<br />
comprar los derechos de<br />
determinados autores, pero<br />
no nos gusta entrar en ese<br />
tipo de competencias, y<br />
a veces por ello te quedas<br />
sin la posibilidad<br />
de publicar a un autor.<br />
la soledad, pasa la risa…<br />
Algunas veces, sentarme a<br />
componer es ir hacia el centro<br />
mismo de la tormenta,<br />
a veces buscamos en la profundidad<br />
de nosotros y ese<br />
es un abismo peligroso.<br />
Andrés Calamaro<br />
La paranoia empieza cuando<br />
perdemos el control de<br />
la defensa natural: todos<br />
se vuelven enemigos, todo<br />
es conspiración Ya sea en el<br />
inconsciente personal como<br />
en el colectivo, la función<br />
de la sospecha en sí misma<br />
resulta necesaria, como<br />
dio Woody Allen, hasta<br />
los paranoicos también<br />
tienen enemigos.<br />
Luigi Zoja<br />
entender el mundo, guió<br />
nuestras decisiones vitales.<br />
Sabemos que no hay garantías<br />
en el mundo, pero la<br />
literatura es quizás la que<br />
más se acerca.<br />
Alan Pauls<br />
Beatriz de Moura<br />
2013<br />
Libros.<br />
Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James, sobrepasa todas las<br />
expectativas de venta: 31 millones de ejemplares en todo el mundo.<br />
Arte.<br />
La muestra de Yayoi Kusama en el Museo de Arte Latinoamericano<br />
de Buenos Aires (MALBA), recibió 200.000 visitas en 73 días. Un<br />
promedio de 5.000 visitas diarias.<br />
Ciencia.<br />
La sonda Voyager abandona el Sistema Solar y se adentra en el<br />
inexplorado espacio exterior.
QUID 53 QUID 54 QUID 55 QUID 56<br />
No me doy cuenta cuándo<br />
Las desigualdades de hoy<br />
he captado a nadie, a me-<br />
son tanto de patrimonio,<br />
nos que alguien me lo diga.<br />
como culturales y simbóli-<br />
No lo sé. Solo sé que debo<br />
cas (…). Esto lleva a una<br />
atrapar al lector –sobre<br />
construcción de desigual-<br />
todo, al principio–, para<br />
dad que en algún sentido es<br />
conducirlo hasta un terri-<br />
más dura para el que pierde<br />
torio muy raro y extraño.<br />
que la anterior [la del siglo<br />
Si no logras atraparlo en la<br />
XIX], porque en general en<br />
El diario se escribe en voz<br />
baja, en tanto que las<br />
memorias se escriben en<br />
voz alta, casi que se gritan.<br />
En el diario figura algo que<br />
uno no se anima a revelar<br />
del todo, por eso faltan<br />
primera línea, lo más probable<br />
es que no te lean.<br />
Y si no te leen, no tiene<br />
ningún sentido haber<br />
dicho nada.<br />
Enrique Vila-Matas<br />
Mi paso por el Parlamento<br />
europeo me cambió<br />
la perspectiva hacia un<br />
ideal de una Europa más<br />
multipolar. La unificación,<br />
que siempre ha sido<br />
este nuevo mundo desigual<br />
los ganadores pretenden<br />
que es por sus propios<br />
méritos que son ganadores,<br />
un fenómeno que produce<br />
una fuerte presión sobre<br />
los perdedores.<br />
tantas cosas. Lo esencial<br />
no está en el diario por<br />
que no necesita ser escrito:<br />
un ideal porque la paz<br />
requiere que vivamos todos<br />
juntos, ya no es más algo<br />
Thomas Piketty<br />
lo que necesita ser escrito es<br />
en lo que crea, creo que si<br />
lo que suscitó ese hecho. En<br />
seguimos avanzando en esa<br />
la memoria se escribe para<br />
recordar; en tanto que<br />
en el diario se escribe para<br />
olvidar.<br />
dirección es porque ayuda<br />
a la dominación, al capital,<br />
porque desde la unificación<br />
es más fácil dominar.<br />
21<br />
Abelardo Castillo<br />
Gianni Vattimo<br />
Alice Munro<br />
recibe el Premio Nobel<br />
de Literatura.<br />
2014<br />
Música.<br />
Gira mi canción, de<br />
Violetta fue la quinta<br />
banda sonora de la serie<br />
de televisión de Disney<br />
Channel y se convirtió<br />
en la placa más vendida<br />
del año.
QUID 57 QUID 58 QUID 59<br />
22<br />
Yo empecé a ordenar,<br />
cuando empecé a escribir,<br />
cuando pude escribir<br />
desordenadamente lo que<br />
pensaba que era algo ordenado<br />
y pude ver que eso<br />
era un caos y que era el<br />
reflejo de mi vida. Entonces,<br />
cuando escribí el<br />
segundo borrador de ese<br />
caos y lo organicé, sin<br />
darme cuente, empecé a<br />
organizar mi vida.<br />
La vida es eso que transcurre<br />
a la deriva. Todas<br />
las decisiones las tomamos<br />
así, sin una certeza definitiva,<br />
resignados a dejarnos<br />
llevar por imprevistos o malas<br />
elecciones (…). Debemos<br />
agradecer que esto sea así:<br />
basta con imaginar lo que<br />
serían nuestros destinos si<br />
estuvieran por completo<br />
en nuestras manos. Ante el<br />
accidente que es la vida, andar<br />
a la deriva nos protege<br />
de estar decidiendo por<br />
nosotros mismos.<br />
John Banville<br />
Creo que es muy difícil<br />
amar lo desconocido.<br />
Es por eso que siendo muy<br />
chica, primero en mi pueblo<br />
y luego ya con las giras, el<br />
país entero me hizo entender<br />
que nuestra música no<br />
se escucha, no se analiza,<br />
simplemente se vive.<br />
Andando el río se siente el<br />
chamamé.<br />
Soledad Pastorutti<br />
Pablo Ramos<br />
Arte.<br />
Triple Elvis, de Andy Warhol, se subastó por<br />
81,9 millones de dólares en Christie’s de Nueva<br />
York.<br />
Patrick Modiano,<br />
Premio Nobel de<br />
Literatura.<br />
Ciencia.<br />
Se pudo manipular los recuerdos en ratones.<br />
La técnica se basa en la posibilidad de utilizar<br />
la luz para activar y desactivar genes específicos,<br />
a modo de interruptor.
2005<br />
23<br />
2015<br />
2015<br />
Arte.<br />
El 24 de enero Cai Guo-Qiang, uno<br />
de los artistas más creativos de<br />
la contemporaneidad y el máximo<br />
creador de fuegos artificiales a<br />
nivel mundial presentó La Vida es<br />
una Milonga: Tango en fuegos artificiales<br />
para Argentina, el primer<br />
evento y obra de arte efímera que<br />
el artista realizó en Sudamérica.<br />
Svetlana Alexievich<br />
es galardonada con el<br />
Premio Nobel de<br />
Literatura.
Nota<br />
de tapa<br />
24<br />
Somos nuestra memoria,<br />
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,<br />
ese montón de espejos rotos.<br />
Jorge Luis Borges<br />
LARGO y SINUOSO<br />
POR Christian Kupchik*
Una de las obras más singulares del ya de por sí más que singular<br />
Georges Perec, fue una suerte de novela autobiográfica<br />
titulada W o recuerdos de la infancia, que se abría con la<br />
frase: “Yo no tuve recuerdos de infancia”. A partir de allí, Perec,<br />
que perdió a sus padres en Auschwitz, intenta reconstruir<br />
su pasado alternando los capítulos de su historia con otros<br />
dedicados a W., una isla fantástica de la antigüedad entregada<br />
por completo a la celebración de unos juegos que, como los<br />
olímpicos, tenían por fin destacar las destrezas físicas de los<br />
atletas. El contrapunto entre la memoria y los juegos no resulta<br />
ni tan ocioso ni tan arbitrario como se pretende: hay una<br />
dialéctica secreta que los recorre y los une, sin llegar a determinar<br />
si predomina una, en el intento por la recreación de las<br />
formas, o los otros, que animan la alteración del recuerdo en<br />
el laberíntico juego que implica la búsqueda de una salida a la<br />
llamada realidad.<br />
Friedrich Nietzsche se hizo cargo de esta energía dual<br />
cuando se detiene en la culpa y la expiación como actores<br />
de la materia de la moral sobre el “animal humano”. Para<br />
que funcione de acuerdo con los preceptos que indican que<br />
para que una moral pública y privada funcionen es necesario<br />
mantener a raya el olvido. Por eso, en palabras de Nietzsche,<br />
la cuestión fundamental de la moral está ligada a las deudas y<br />
las culpas.<br />
No es simplemente un juego de palabras (ojalá lo fuese).<br />
Vladimir Nabokov escribió Habla, memoria, un inusual<br />
libro de recuerdos autobiográficos –integrado por quince<br />
capítulos, la mayoría de los cuales fueron publicados como<br />
artículos en diferentes revistas estadounidenses– que abarcan<br />
el período de tiempo comprendido entre su nacimiento en<br />
1899 y su salida de Europa hacia Estados Unidos en 1940.<br />
Pero Nabokov no escribe unas memorias lineales, cronológicas,<br />
sino que en cada capítulo se demora en la descripción<br />
de diferentes episodios o personajes que todavía viven en su<br />
recuerdo pero a partir de pequeños detalles. Está escrito en<br />
primera persona, alternando descripciones, reflexiones y referencias<br />
al lector, en una búsqueda del tiempo perdido que,<br />
como él dice, puede ser estimulada aunque, en ocasiones, no<br />
coincidan la propia memoria y la ajena. El imperativo que<br />
determina al verbo que acompaña la memoria (“¡Habla!”) se<br />
impone sobre la voluntad de quien recuerda:<br />
“A medida que transcurría el tiempo y que la sombra<br />
de la historia, obra de locos, viciaba incluso la exactitud<br />
de los relojes de sol, anduvimos inquietamente<br />
de un lado a otro de Europa, y nos pareció que no éramos<br />
nosotros, sino aquellos jardines, los que estaban<br />
viajando.”<br />
“Se marca algo a fuego para que permanezca en la<br />
memoria: solo lo que no deja de hacer daño permanecerá.”<br />
En todo caso, no se ha resuelto la cuestión de si esa estricta<br />
mnemotecnia moral es tan exitosa en el “animal humano”<br />
como el autor exige. Para la misma época, en su escrito Más<br />
allá del bien y el mal, Nietzsche anota el siguiente aforismo:<br />
“‘Lo he hecho yo’, dice mi memoria. ‘No puedo haberlo<br />
hecho’, dice mi orgullo, y se mantiene implacable. Por<br />
fin, la memoria cede.”<br />
Con nostalgia por lo que en su momento no supo apreciar<br />
–tampoco sabía que lo iba a perder así, tan rápida y definitivamente–,<br />
Nabokov intenta recuperar colores, paisajes, olores,<br />
la propia lengua. Va sacando así el pasado a la luz, indudablemente,<br />
en un intento, si no de fijarlo, al menos de recuperarlo.<br />
Dice haber estado acariciando a lo largo de los años el<br />
dolor por “una hipertrofiada conciencia de infancia perdida”.<br />
Lo que la nostalgia hace con ella es otro asunto: posiblemente<br />
no retorna como un tiempo calcado de otro, sino maquillada<br />
por la experiencia y el deseo, falsificada si se quiere en su<br />
voluntad de ser. Pero no por ello queda invalidada. Todo lo<br />
contrario. Así lo entiende también Nabokov:<br />
25<br />
Como se puede comprobar, hay dos Nietzsches que operan<br />
sobre la cuestión: uno fomenta el arte del olvido, el otro pone<br />
límites a esa exigencia por razones morales. Los dos Nietzsches<br />
plantean la cuestión de la memoria y el olvido como una<br />
cuestión moral. De modo que no solo se trata de lo que podamos<br />
recordar sino también de lo que tenemos que recordar a<br />
toda costa y quizá, pero quizá no, debamos olvidar. Con arte<br />
o sin él. A esto se une la cuestión de si ejercemos algún poder<br />
sobre la memoria y el olvido, y en qué medida si aquello que<br />
con nuestra mejor voluntad queremos recordar u olvidar es<br />
algo que podemos de hecho recordar u olvidar.<br />
“Soy feliz testigo del supremo logro de la memoria,<br />
que es el de la magistral utilización que hace de las<br />
armonías innatas cuando recoge en sus repliegues las<br />
tonalidades suspendidas y errantes del pasado.”<br />
La memoria constituye así un elemento central de la identidad<br />
humana. Como afirma Samanta Schweblin en la entrevista<br />
publicada en este número: “Una persona que pierde<br />
la memoria ha perdido su ser”.<br />
No es que tengamos memoria, es que somos nuestra memoria.<br />
A veces adulterada por saludables saltos, pero también
26<br />
allí es posible encontrar una memoria personal y común. Con<br />
frecuencia, se atribuyen hechos, frases o recuerdos a determinadas<br />
personas que no son sus legítimos autores, pero en ellos<br />
tienen más consistencia “real” que en los auténticos creadores<br />
o protagonistas. El discurso ficcional, inevitablemente, está<br />
hecho también con esos retazos que superan las fronteras del<br />
autor y a la vez lo involucran. Samuel Taylor Coleridge<br />
afirmaba que “la fantasía no es otra cosa que un modo de memoria<br />
emancipado del orden del tiempo”.<br />
Tiempo y espacio literarios, así como muchos personajes,<br />
constituyen verdaderos universos que reconstruyen una memoria<br />
perdida. No obstante, la relación entre realidad, memoria<br />
y literatura es siempre conflictiva y dialéctica. Lo que<br />
recordamos nunca es exactamente la realidad y la literatura<br />
no es simplemente la transcripción de nuestros recuerdos,<br />
sino una recreación libre de ellos que construye una realidad<br />
nueva. En un pasaje de la gran novela Yo, el Supremo, de<br />
Augusto Roa Bastos, el dictador Francia le dicta a Patiño,<br />
el amanuense, sus memorias. En un momento se detiene y le<br />
pide a Patiño que le lea lo escrito. Cuando lo hace, Francia se<br />
da cuenta de que no es lo mismo: no hay coincidencias entre<br />
lo dictado y lo anotado. En un primer momento se enoja.<br />
Luego recapacita: “No te preocupes, Patiño. Lo copiado nunca<br />
es igual a lo que copia”. Así también opera la memoria.<br />
En cuanto a la memoria histórica, se ve cargada por la significación<br />
ética y política, y está relacionada además con las voces<br />
alternativas de los vencidos. Se trata, además, de un movimiento<br />
social cuyo empeño es recordar aquello que la historia<br />
oficial de los vencedores había condenado al olvido.<br />
Entre los múltiples canales que sirven para transmitir la memoria,<br />
los lugares y las marcas territoriales cumplen un rol<br />
fundamental. No solo tienen la función de evocar pasados<br />
y anudar sentidos, sino también de representar historias y<br />
activar luchas memoriales y políticas. Entre lo inconstante y<br />
lo perdurable, entre lo cotidiano y lo sagrado, los lugares en<br />
donde han ocurrido hechos de violencia extrema nos interpelan<br />
desde una materialidad que parece desafiar la voluntad<br />
represiva de borrar las huellas.<br />
De allí la necesidad de “hacer hablar” a los lugares. Uno<br />
de los más emblemáticos en este sentido ha sido el antiguo<br />
campo de concentración de Auschwitz. Aun habiendo sido el<br />
epicentro del horror, un lugar no habla por sí mismo. No es<br />
solo el peso de su historia el que hace de él un emblema, sino<br />
fundamentalmente las acciones específicas de emplazamiento<br />
de marcas que le dan al lugar su identidad y su posibilidad<br />
de transmitir la memoria. Ahora bien, tales acciones no se<br />
emprenden única ni necesariamente en el sitio mismo. En el<br />
caso de Auschwitz-Birkenau los testimonios que han circulado,<br />
el trabajo de los historiadores, la difusión de imágenes a<br />
través de los medios masivos de comunicación o la publicación<br />
de guías de turismo, han servido para “calificar” el lugar<br />
más allá de los relatos y objetos que alberga el museo instalado<br />
allí. A partir de todas esas narrativas y sus procesos de<br />
creación, circulación y recepción, el sitio se incorpora a una<br />
trama memorial, que es a la vez social, territorial, política e<br />
incluso –en el caso de Auschwitz– mediática y mercantil.<br />
En el film Llegaron los turistas (Robert Talheim, 2007),<br />
Sven, un joven alemán llega a Auschwitz para realizar trabajo<br />
voluntario a cambio de evitar el servicio militar. Una de sus<br />
tareas es cuidar a un viejo sobreviviente, Stanislaw Krzeminski,<br />
que a modo sintomático se la pasa arreglando las valijas<br />
de las víctimas de aquel período que aún restan en el museo.<br />
Este personaje, además de eso, daba su testimonio a los turistas<br />
que visitaban el museo. Una de las escenas más destacadas<br />
de la película está dada cuando este habla frente a los visitantes<br />
y la directora del museo lo interrumpe y no lo deja seguir.<br />
Las razones que ella da (no directamente a Krzeminski, sino<br />
al protagonista, Sven) es que su testimonio se hace demasiado<br />
largo y ello hace que pierda impacto. A su vez, los turistas<br />
cumplen con el rol que les encomienda la historia, esto es,<br />
mostrarse turbados por el dolor, antes de comprar los souvenirs<br />
y seguir con lo que resta de la excursión. La memoria, en<br />
este caso, es licuada por la “espectacularización” de la misma.<br />
Krzeminski restaura las valijas porque siente que es ese el lugar<br />
que tiene en el museo, como una especie de promesa y de<br />
reparo a las víctimas del holocausto. La empresa que maneja<br />
el centro turístico prefiere las valijas rotas, tal cual estaban y<br />
como han quedado desde el momento que tuvo lugar la tragedia.<br />
Reparar las valijas se transforma, como negra paradoja, en<br />
un daño al recuerdo del holocausto. Sin embargo Krzeminski<br />
es el único que realmente pertenece al lugar, único testigo de<br />
esa historia, el único que puede continuar la vida a partir de<br />
Auschwitz. La empresa prefiere conservar, no restaurar, puesto<br />
que es lo que permite que el espectáculo persista.<br />
Preservar la historia como espectáculo, o repararla al precio<br />
del olvido. Esa es la cuestión<br />
*<br />
ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía y<br />
editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron los<br />
títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay y Las huellas<br />
del río, todos en Editorial Planeta. También la antología En la vía - Relatos<br />
desde un tren y Relatos de París.
28<br />
El<br />
señalador<br />
LA REESCRITURA DE<br />
LOS RECUERDOS<br />
POR Maximiliano Tomas*<br />
Podrían producirse no una sino miles de<br />
columnas sobre la íntima relación que<br />
existe entre literatura y memoria, por<br />
la sencilla razón de que la memoria es,<br />
junto a su reverso vivo, la experiencia, la<br />
materia sustancial de la escritura. Vida y<br />
recuerdos. Vivir para contarla, como le<br />
gustaba a Gabriel García Márquez.<br />
Podría escribirse incluso, sin dificultad,<br />
una columna entera mencionando solo<br />
los títulos, uno al lado del otro, de los<br />
libros que se han concebido echando<br />
mano a la memoria, a su extravío, a su<br />
búsqueda. Sin necesidad de abrir la computadora<br />
vienen a la memoria (perdón:<br />
era una broma difícil de evitar) los siete<br />
tomos de En busca del tiempo perdido de<br />
Proust; el relato “Funes, el memorioso”<br />
de Jorge Luis Borges (o el apenas<br />
menos conocido “El puente sobre el<br />
Río del Búho”, de Ambrose Bierce);<br />
las Memorias de Adriano de Marguerite<br />
Yourcenar (la memoria como<br />
carta, legado, epístola); los casos clínicos<br />
de Oliver Sacks en El hombre que<br />
confundió a su mujer con un sombrero,<br />
donde a los protagonistas se les escurre<br />
el don de recordar; incluso las memorias<br />
de Vladimir Nabokov, tituladas,<br />
por supuesto, Habla, memoria. Sumen<br />
los libros que llevan la palabra que nos<br />
convoca en el título, agreguen si quieren<br />
todas las autobiografías, que no son otra<br />
cosa que un ejercicio extremo, engañoso<br />
y literario de la memoria: el listado sería<br />
interminable.<br />
Es por eso que en esta ocasión la dificultad<br />
radica en elegir un solo nombre, una<br />
sola obra o autor. Quedémonos entonces<br />
con una escritora cuyo nombre, por el<br />
momento, al menos en la Argentina, no<br />
resuena en el lector común, en parte porque<br />
sus relatos (porque la autora es cuentista)<br />
no llegan al país sino con cuentagotas,<br />
a pesar de que unos cuantos autores<br />
jóvenes la pongan en su radar de influencias<br />
a la hora de trazar historias breves.<br />
Nos referimos a Amy Hempel (Chicago,<br />
1951), de quien en español se pueden<br />
conseguir sus Cuentos completos editados<br />
en un solo volumen. Y nos quedamos con<br />
ella no solo porque nos cae bien (se sabe<br />
poco de su vida más allá de que trabajó<br />
como veterinaria, ama los perros, estudió<br />
periodismo y medicina forense, estuvo<br />
casada, tuvo algunos accidentes automovilísticos,<br />
fue alumna del taller del editor<br />
Gordon Lish y actualmente da clases<br />
de escritura en la Universidad de Nueva<br />
York y en Princeton) sino por el uso poco<br />
corriente que hace de los recuerdos (en<br />
fin, de la memoria) en dos de sus relatos<br />
más conocidos: “En el cementerio donde<br />
está enterrado Al Jonson” y “La cosecha”.<br />
El primero de los dos fue, valga la<br />
redundancia, el primero que escribió en<br />
su vida. La narradora visita a su mejor<br />
amiga en el hospital donde convalece<br />
por una enfermedad terminal. Pero esto<br />
no lo sabremos hasta el final del relato.<br />
“Cuéntame cosas que no me importe<br />
olvidar. Que sean banalidades. De lo<br />
contrario, déjalo”, le pide su amiga en la<br />
primera línea del cuento, y ella cumple<br />
con el pedido. La narración de esa visita,<br />
que se nos dice que probablemente sea<br />
la única o la última, avanza a través del<br />
relato de las experiencias vividas de a<br />
dos, de la memoria compartida. Cuando<br />
la amiga finalmente muere, el dolor se<br />
hace tan intenso que aquella frase del<br />
comienzo reverbera en su pensamiento:<br />
la conmoción no la deja recordar más que<br />
trivialidades.<br />
En “La cosecha” el ambiente donde<br />
transcurre la historia también es un<br />
hospital. Solo que esta vez es la protagonista<br />
la que está internada, y a través de<br />
los fragmentos de información que ella va<br />
soltando el lector se entera de que tuvo<br />
un accidente de autos muy grave, que<br />
salvó la pierna al costo de que le dieran<br />
cuatrocientos puntos, que jamás podrá<br />
volver a arrodillarse. Sí, conviene decir<br />
a esta altura que la obra de Hempel es<br />
de todo menos<br />
colorida, bulliciosa,<br />
optimista. No<br />
es que se regodee<br />
en la tristeza o la<br />
miseria: sencillamente<br />
las cosas<br />
están rotas, y los<br />
protagonistas asisten<br />
a ese caos de<br />
astillas y pequeños<br />
pedazos dispersos<br />
con la impasibilidad<br />
de un portero, sin decir mucho,<br />
dispuestos a recoger los fragmentos con<br />
una escoba y una pala.<br />
La lección magistral de “La cosecha” reside<br />
en que en la exacta mitad del relato la<br />
narradora se detiene y nos confiesa que<br />
en verdad nos está mintiendo. Que ella<br />
siempre adultera su memoria, para que<br />
las cosas sean más interesantes, o más<br />
verosímiles. “Cuando cuento la verdad<br />
omito muchos detalles. Me pasa lo mismo<br />
cuando escribo una historia”, dice, y<br />
vuelve sobre sus pasos y revisa cada uno<br />
de los datos que los crédulos lectores habíamos<br />
incorporado desde el comienzo.<br />
“La cosecha” es un relato sobre la pérdida<br />
y sobre la memoria, y al mismo tiempo<br />
una contundente clase sobre cómo se<br />
escriben y reescriben los recuerdos. Y de<br />
las razones para hacerlo<br />
* Editor literario, crítico y periodista cultural.
Curiosidades en<br />
INTERNET<br />
POR Lucila Rolón |<br />
@lupittar<br />
La única entrevista que dio Clarice<br />
Lispector, San Pablo, 1977.<br />
¿Cuántas versiones están buenas de<br />
“Salgan al sol”, la canción emblema del<br />
grupo Billy Bond y la Pesada? Todas<br />
están aquí.<br />
https://www.youtube.com/<br />
playlist?list=PLh3On5_YDz4Noh_<br />
aJbbP8YFQzCO94x7Es<br />
Seis películas de Alfred Hitchcock<br />
para ver online.<br />
Cientos de géneros musicales y sus sonidos<br />
en un mapa interactivo, que además<br />
presenta una playlist de Spotify.<br />
http://everynoise.com/engenremap.html<br />
#audio<br />
https://www.youtube.com/<br />
watch?v=w1zwGLBpULs<br />
Cómo preparar un perfecto guacamole<br />
en 30 segundos (video).<br />
https://www.youtube.com/<br />
watch?v=dRCoRKCQ0Tc<br />
30 palabras imposibles de traducir, ilustradas<br />
por la artista Anjana Iyer.<br />
Una conferencia de J. L. Borges acerca<br />
del budismo (audio).<br />
http://radiobuap.com/2015/04/<br />
recordamos-a-alfred-hitchckok/?utm_<br />
content=buffer8301a&utm_<br />
medium=social&utm_source=twitter.<br />
com&utm_campaign=buffer<br />
Un cuento online del poeta, periodista y<br />
ensayista Fabián Casas.<br />
http://laagenda.buenosaires.gob.ar/<br />
post/128358747280/la-estrategia-delba%C3%B1ero<br />
Mirá a Picasso pintando, en un video<br />
time lapse de 1975, dirigido por Henri-Georges<br />
Clouzot.<br />
http://prodavinci.com/2015/09/02/<br />
actualidad/audio-una-conferencia-dejorge-luis-borges-sobre-el-budismo/<br />
29<br />
La lista de libros favoritos de Patti<br />
Smith.<br />
http://onemorepost.com/untranslatablewords/<br />
http://www.openculture.com/2015/04/<br />
patti-smiths-list-of-favorite-books.html<br />
https://www.youtube.com/<br />
watch?v=gHlTvE-AI3Q
UNA MANERA DE OLVIDAR<br />
Opinión<br />
POR Lic. Gabriel Rolón<br />
3o<br />
Más recuerdos tengo yo solo<br />
que los que habrán tenido<br />
todos los hombres desde que<br />
el mundo es mundo.<br />
J. L. Borges<br />
Recordó haber sido una buena persona.<br />
Había nacido en la República Oriental<br />
del Uruguay, tenía diecinueve años y<br />
llevaba el apellido materno. Algunos<br />
decían que su padre era el médico inglés<br />
O’Connor; otros un domador de caballos<br />
de Salto. Ya se sabe que en los pueblos la<br />
gente siempre habla. No se comunicaba<br />
con nadie y tenía un extraño don: podía<br />
medir el tiempo sin ayuda de ningún elemento.<br />
Era común que corriera por las<br />
calles ante la burla de quienes, al verlo<br />
pasar, le preguntaban la hora. Sin embargo,<br />
luego del accidente todo cambió.<br />
Aquél caballo indómito modificó para<br />
siempre su destino. Ahora es incapaz de<br />
moverse y ni si siquiera agradece cuando<br />
lo acercan a la ventana por la que pasa<br />
el mundo; simplemente fija sus ojos en<br />
la higuera mientras percibe cada detalle<br />
de lo que ocurre a su alrededor. Ireneo<br />
ya no es el mismo: ha perdido la capacidad<br />
del olvido. Lo recuerda todo: sus<br />
pensamientos, sus sueños, cada gesto y<br />
toda circunstancia. Intentando ocupar su<br />
mente ha desarrollado un ridículo sistema<br />
de numeración basado en palabras.<br />
Ferrocarril es, por ejemplo, siete mil catorce.<br />
Aunque, al poco tiempo, abandonó<br />
el proyecto al comprender que era un<br />
trabajo infinito. Aprendió latín, francés,<br />
inglés y portugués sin esfuerzo alguno.<br />
Quien decida visitarlo deberá saber<br />
que el joven recordará cada uno de sus<br />
palabras, movimientos y ademanes para<br />
siempre. Para su alivio, una congestión<br />
pulmonar pondrá fin a esta tortura cuando<br />
llegue el año 1989. Tendrá, entonces,<br />
apenas veintiún años.<br />
“Funes, el memorioso” fue publicado en<br />
el año 1944 y formó parte de una maravillosa<br />
colección de cuentos y relatos de<br />
Jorge Luis Borges: Ficciones.<br />
Se suele ligar a la memoria con imágenes<br />
y pensamientos conscientes. Sin embargo<br />
hay otra forma del recuerdo mucho<br />
más potente: el inconsciente. Un modo<br />
particular que no aparece en la mente<br />
Funes el memorioso,<br />
ilustración de<br />
Mauricio Nizzero<br />
sino en actitudes, elecciones amorosas o<br />
repetición de vínculos afectivos. Se trata<br />
de una memoria tan intensa que marca el<br />
sendero por el que transita nuestra existencia;<br />
la casa en la que vivimos, aquello<br />
en lo que trabajamos o la persona que<br />
va a enamorarnos. El psicoanálisis busca<br />
que alguien recuerde en palabras para<br />
poner fin a eso que repite en actos.<br />
Desde siempre, el olvido y el recuerdo<br />
afrontan una encarnizada lucha ante la<br />
cual es difícil tomar partido. Es claro que<br />
nadie podría transitar la vida recordándolo<br />
todo como Ireneo Funes, no obstante<br />
sospechamos que hay en la amnesia un<br />
enemigo. Después de todo, el olvido es<br />
otro de los nombres de la muerte.<br />
Quizás la respuesta a esta encrucijada<br />
se encuentre en la paradójica sentencia<br />
freudiana: recordar es la mejor manera<br />
de olvidar
Escena de El movimiento, de Benjamín Naishtat (2015)<br />
Tema de tapa<br />
cine<br />
Una visión<br />
DESDE ALGÚN LUGAR<br />
POR Roger Koza*<br />
32<br />
5 de marzo de 2076. En la Tierra ya no hay seres humanos. Las<br />
fantasías hollywoodenses del ocaso vital de nuestra especie en<br />
la Tierra, que a tantas películas dieron, se han cumplido, finalmente.<br />
¿Quién iba a decirlo? Se había visto una y otra vez. El<br />
apocalipsis había sido una pesadilla dominante de la ficción, un<br />
género económicamente rentable, acaso una pulsión de muerte<br />
sublimada en ficción que daba buenos dividendos. Los que se hicieron<br />
millonarios con esos productos, no exentos de perversión,<br />
tampoco pudieron siquiera huir a otros rincones del cosmos. Lo<br />
intentaron. Había un plan de evacuación para pudientes, pero<br />
falló. Definitivamente, la humanidad pereció.<br />
Para fines de marzo de ese año, una civilización alienígena,<br />
bastante parecida a la que habían formado los Homo sapiens<br />
sapiens, visitaba nuestra biósfera, ahora liberada de esa especie<br />
dominante que se había (auto)impuesto un sistema económico<br />
delirante llamado capitalismo. No eran exactamente iguales a<br />
nosotros, pero no viene al caso detenerse en las diferencias. El<br />
sistema nervioso central y el funcionamiento del cerebro eran<br />
casi idénticos. Tal vez debido a los paisajes del lugar del que procedían,<br />
que carecía de horizontes, no habían pasado por una fase<br />
teológica en la evolución de su cultura. Se trataba sorprendentemente<br />
de una civilización materialista a secas. De nuestra historia,<br />
les llamaba la atención cierta tendencia regular al enfrentamiento.<br />
No conseguían profundizar en cuáles constituían las<br />
creencias que empujaban y condicionaban las conductas bélicas.<br />
También les fascinaba el cine, en general, porque encontraban<br />
en él una vía casi directa al corazón de la interacción humana sin<br />
tener que trabajar sobre las distintas lenguas que habían existido.<br />
Había una comunidad de investigadores –dividían los estudios<br />
por países– que se dedicaba exclusivamente a Argentina. Una<br />
curiosidad: los científicos de las estrellas no habían separado las<br />
ciencias por su presunta falibilidad; si se trataba de átomos, electrones<br />
y moléculas, la confiabilidad de los enunciados era democráticamente<br />
similar a los efectos de verdad que tenían signos y<br />
símbolos que describían las conductas de entidades parlantes.<br />
Habían llegado al conocimiento por otros senderos evolutivos.<br />
Argentina era un capítulo entre otros, pero ellos tenían especial<br />
interés en comprender el nacimiento y la evolución de las naciones<br />
jóvenes, en particular aquellas que habían pasado por alguna<br />
instancia de colonialismo en su genealogía. Lo que había sucedido<br />
en países como India o Alemania tenían que rastrearlo en<br />
textos y evidencia arqueológica. Por eso mostraron tanto interés<br />
en países jóvenes. En las imágenes del siglo XX se podía leer la<br />
mitad de su Historia.<br />
Al llegar al cambio del siglo XX al XXI se encontraron con una<br />
época de fuego y de estertores. Las imágenes era recurrentes:
el espacio público era vital en esos días; los hombres y mujeres<br />
expresaban bronca y desesperación. El siglo XXI había nacido<br />
agitado en la tierra de los gauchos.<br />
El archivo televisivo no admitía dudas sobre lo ocurrido. Los<br />
estudiosos del cosmos habían distinguido que este sistema de colección<br />
de imágenes sonoras tenía una peculiar importancia en la<br />
representación y diversión en la vida de los grupos sociales, aunque<br />
podían divisar cierta ineficacia epistemológica. La manipulación<br />
y las contradicciones se pronunciaban de forma ostensible.<br />
Se dieron cuenta de que a fines de la primera década del siglo,<br />
una batalla de signos enloquecía a la población. Se preguntaban<br />
cómo habían hecho los protagonistas de la nación para sostener<br />
una coherencia mínima frente a una batalla incesante de signos<br />
opuestos que impedía una noción de verdad mínima.<br />
Uno de los investigadores encontró una sola película argentina<br />
que anticipaba ese malestar que se veía en las calles a comienzo<br />
de siglo. El documento clasificado se denominaba Nueve reinas.<br />
Era una película extraña, y trataron entonces de dar con alguna<br />
similar perteneciente al período posterior, el que va de 2006 en<br />
adelante. Prácticamente no había ningún indicio de lo que se<br />
veía en los programas de televisión de la época, las revistas de<br />
actualidad y los diarios. Las ficciones cinematográficas poco decían<br />
del presente.<br />
Identificaron, no obstante, dos patrones llamativos en las ficciones:<br />
al primero lo denominaron “fuga de intimidad o repliegue<br />
interior”. Aplicaban esta vía hermenéutica a películas en las que<br />
los personajes se entregaban a cuestiones personales y obsesiones<br />
privadas, siempre alejadas de todo contexto histórico y<br />
social. Eran películas que solían reunir a personas de una misma<br />
generación y, en la mayoría de los casos, la edad dominante rondaba<br />
entre los 20 y los 35 años. Se llegaron a preguntar por qué<br />
la juventud era tan importante en las ficciones de ese momento.<br />
El otro camino de la ficción que se repetía y era sintomático<br />
tenía características distintas: muchas películas transcurrían en<br />
el pasado: la mayoría entre 1968 y 1980; había, además, una variante<br />
tardía, que de 2010 en adelante se repetía: muchos títulos<br />
retomaban el siglo XIX como escenario de las ficciones. En estos<br />
casos, la Historia estaba presente, pero siempre remitiendo a un<br />
tiempo lejano que no necesariamente decía algo del presente; y<br />
se evitaban la alusión, la confrontación y las referencias directas.<br />
La hipótesis lúdica podría seguir. Hasta aquí es suficiente.<br />
En otras palabras: el problema acuciante del cine de ficción<br />
argentino que arranca en 2001 y llega hasta nuestros días se circunscribe<br />
a una evasión del presente social: las ficciones no dicen<br />
absolutamente nada del presente; las tensiones permanentes<br />
del discurso público están eludidas. En síntesis: el kirchnerismo,<br />
el signo excluyente y organizador conceptual del orden simbólico<br />
de nuestro tiempo, permanece en un total fuera de campo, es<br />
el inconsciente de la ficción que se llega a decir. ¿Cómo puede<br />
ser que el evento simbólico por excelencia que atraviesa campos<br />
tan diversos como el orden afectivo, laboral, estético y cultural<br />
haya permanecido borrado en las ficciones cinematográficas? La<br />
paradoja absoluta se puede constatar en dos películas claves del<br />
período, ambas de Santiago Mitre, en ambos casos programáticamente<br />
políticas en principio, pero que eluden nombrar la<br />
historia, referenciar en tiempo presente y dar nombres propios.<br />
Ni El estudiante, una película sobre la traición política en el<br />
contexto universitario, ni La patota, un relato sobre la militancia<br />
en plena actualidad, dan cuenta de su tiempo. En ambos casos,<br />
opera una principio de abstracción por el que se priorizan los<br />
rasgos universales de la conducta de los personajes pero sin alusiones<br />
directas a su tiempo. Lucha de clases, asimetría del poder,<br />
justicia social, pero sin referencias. ¿Es posible?<br />
La película de ficción más política hasta la fecha, que recurre a<br />
un período histórico lejano como coartada para interrogar el presente,<br />
todavía no se ha estrenado comercialmente. Se vio primero<br />
en Jeonju, Corea del Sur, y recientemente en Locarno, Suiza.<br />
Se llama Se llama El movimiento, es de Benjamín Naishtat y<br />
ya su título implica una inscripción en el presente que alude a un<br />
pasado no tan lejano, el de la segunda presidencia de Juan Manuel<br />
de Rosas, una figura que, como pasó primero con Perón<br />
y después con el kirchnerismo, divide a la sociedad argentina.<br />
Paradójicamente, en el segundo film de Naishtat tampoco se refieren<br />
las cosas enteramente por su nombre: algo similar a lo que<br />
ocurre en El estudiante. Si en la película de Mitre las paredes<br />
pintadas de la universidad contaban que Néstor Kirchner había<br />
muerto, pero ningún estudiante discutía sobre la muerte del<br />
ex presidente, un cuadro de Rosas se divisa en una escena en la<br />
que los personajes están en una pulpería. Pero las coordenadas<br />
del pasado son las del presente.<br />
En El movimiento, un grupo liderado por Jorge Cedrón recorre<br />
el país en busca de apoyo económico y civil. Los discursos<br />
del personaje interpretado por Cedrón no son tímidos, como<br />
tampoco lo es la película. El “movimiento” exige entrega y el<br />
destino de la patria pide sacrificios. Las escenas suman situaciones<br />
dispares: una extorsión, un fusilamiento, un momento de<br />
esparcimiento del batallón, viajes en la noche, una arenga final.<br />
El film no solo se sostiene en su relato sino también en la forma<br />
elegida, que parece sintonizar por momentos con los estados<br />
psíquicos alterados de Cedrón. Su trabajo es magnífico y la física<br />
del film lo acompaña en su intensidad.<br />
El movimiento es la única película que, a punto de clausurarse<br />
una etapa del “movimiento”, dice algo directo sobre la Argentina<br />
de la segunda década del siglo XXI. Indirectamente, Francia<br />
de Adrián Caetano también enunciaba una discreta utopía<br />
doméstica en clave peronista que estaba en consonancia con<br />
este tiempo difícil de ser pensado con justeza y claridad. A los<br />
estudiosos alienígenas, como a nosotros, no nos sobrarán documentos<br />
de estudio de este período, si quisiéramos entender un<br />
fragmento de nuestra historia a través de las ficciones cinematográficas.<br />
La ficción en la era kirchnerista ha sido siempre el gran<br />
fuera de campo de su relato, aquello que se resistía a ser leído en<br />
clave de ficción, acaso porque se trataba de un relato complejo<br />
que pedía una lucidez sociológica ausente en la generación de<br />
cineastas formada en la última década del siglo pasado<br />
* CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba. Publicó El inconsciente de las<br />
películas, ed. Brujas. Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />
33
34<br />
Entrevista<br />
uno
Policial<br />
BLANCO<br />
JOHN CONNOLLY, escritor irlandés de policiales extraños, cuyo héroe es Charlie Parker,<br />
un detective privado de buen corazón, que se hunde en los sórdidos rincones de un Estados Unidos<br />
decadente y pervertido acompañado por los fantasmas de su hija y esposa asesinadas,<br />
visitó Argentina invitado a participar del festival literario Buenos Aires Negra<br />
POR Esteban Ulrich<br />
–¿Cómo pasa de su trabajo como periodista a escribir<br />
novelas policiales? Pensé que el periodismo sería una buena<br />
manera de recibir dinero por escribir. Más tarde comprendí<br />
que hay gente que nació para ser periodista y que yo no era<br />
uno de ellos, el diario apenas recibió una denuncia legal por<br />
mi culpa, eso no es el récord de un gran periodista... Sobre<br />
todo, me gustaba escribir semblanzas, piezas más largas sobre<br />
personalidades.<br />
–¿Ya en esa época se había acercado al mundo del<br />
crimen? No, no mucho. Pero hubo en Irlanda un caso importante<br />
que me influyó mucho, fue el asesinato de Belinda<br />
Pereira, en el 96... Es algo sobre lo que voy a hablar en esta<br />
oportunidad en el BAN (Buenos Aires Negra). Pero como<br />
periodista yo era básicamente un redactor, lo que me pedían<br />
lo escribía y lo entregaba a tiempo. Fue una buena base para<br />
devenir escritor después, porque en primer lugar te enseña a<br />
no ser muy preciosista, a que no te importe ser editado y, en<br />
segundo, te hace muy consciente del oficio, ya que no puedes<br />
estar esperando que llegue la inspiración para ponerte a escribir,<br />
tienes que sentarte y escribir hasta que salga.<br />
–¿Cómo llega a la primera novela? Fue porque me rechazaron<br />
para un puesto de trabajo... Nunca subestimes el poder<br />
de la amargura y el enojo a la hora de llevar las cosas a cabo.<br />
Nadie que esté contento y satisfecho logra llegar hasta las<br />
últimas consecuencias... Realmente quise demostrarles que<br />
se habían equivocado. La primera noticia que apareció con<br />
respecto a mi libro fue en un diario inglés que publicó un artículo.<br />
Y cuando la crítica en jefe del diario en que trabajaba<br />
se enteró, literalmente tuvo que ser ayudada a tomar asiento<br />
y le trajeron un vaso de agua y sus inmortales palabras fueron:<br />
“¡¿Pero si ni siquiera era un buen periodista?!” (risas). Creo<br />
que obtuve más satisfacción de eso que de cualquier otra<br />
cosa.<br />
–¿Esa primera novela ya fue pensada en términos de<br />
género? Cuando me senté por primera vez, empecé a escribir<br />
libros de misterio con algo sobrenatural. Fue natural.<br />
Creo que todo escritor es primero un lector y eso es lo que<br />
leía en ese momento. Los dos géneros que me gustaban eran<br />
los de misterio y las ficciones sobrenaturales. Leía a Ross<br />
MacDonald y Raymond Chandler, Robert P. Arthur,<br />
35
36<br />
Conan Doyle, H. Rider Haggard y estaba fascinado con<br />
la tradición de novelas góticas del siglo XIX, y por las ficciones<br />
de horror inglesas de los años 40. Digamos que cuando<br />
me puse a escribir no lo hice pensando en hacer algo distinto,<br />
simplemente combiné cosas que me gustaban.<br />
–Según tengo entendido, la literatura irlandesa no<br />
tiene mucha tradición de novela policial... No, no la<br />
teníamos. No escribíamos en realidad casi ningún género de<br />
ficción, salvo por algunas excepciones. Creo que porque eran<br />
percibidos como algo no muy serio. Éramos un país joven y<br />
estábamos metidos en un proceso de autoanálisis desde la<br />
independencia y eso requiere que la gente sea muy seria. Y<br />
la literatura de fantasía y de misterio no era percibida como<br />
tal. Por lo que puedes contar con una mano los escritores que<br />
hacen a la excepción.<br />
–Sin embargo hay algo muy propio de la cultura irlandesa<br />
en ese fondo místico o sobrenatural... Sí, ¡absolutamente!<br />
¡Es que antes era nuestro género! Bram Stoker,<br />
C. R. Maturin, Oscar Wilde... pero 1922 se dio un golpe<br />
de hacha y esa tradición se dio por terminada, era hora de<br />
escribir sobre la opresión que habíamos sufrido, y no sobre<br />
crímenes o cuentos de hadas, ¡porque eso no contribuía con<br />
la causa!<br />
–Algo que llama la atención es como logra encarnar<br />
perfectamente una voz estadounidense... Sí, no es solo<br />
con respecto a las palabras que se usan, tiene que ver sobre<br />
todo con un ritmo con el que escriben los estadounidenses,<br />
que no es como el de los irlandeses, al principio cometí muchos<br />
errores... Pero me pasé mucho tiempo escuchando...<br />
–¿Ahora vive en Estados Unidos? No, tengo una casa en<br />
Maine y voy a escribir allí, pero mi familia está en Dublín, y<br />
mis perros están en Dublín. Puedes trasladar a los niños, pero<br />
los perros quedan donde están, así que en donde están tus<br />
perros es tu hogar (risas)...<br />
–¿Y por qué Maine? El reinado de un tal Stephen<br />
King... Sí... Fue accidental. Estaba trabajando en Delaware,<br />
que es un agujero... Básicamente el hogar de dos de las mayores<br />
corporaciones químicas de Estados Unidos... Y esto es<br />
raro, pero básicamente la primera vez que fui a ese país pensé<br />
que iba a encontrar mujeres con buenos dientes, gente que<br />
come bien, todos los días, o sea, aquello que no teníamos en<br />
Irlanda en ese momento... y llegué a Delaware y no vi a ninguna<br />
mujer, ¡pero ninguna! Me encontraba en un lugar llamado<br />
Rehoboth Beach, que resultó ser la capital de veraneo gay<br />
de Estados Unidos, o sea, conseguí trabajo en el único lugar<br />
del país ¡en el que no había mujeres! (risas). Sobreviví y al<br />
tiempo un amigo que estaba en un hotel en Maine me invitó<br />
a ir para allá. King es el gran elefante en el cuarto allá, John<br />
Irving y Richard Ford también viven allí.<br />
–¿En sus novelas hay varias líneas comunes, una de<br />
ellas es el interés en las pequeñas comunidades, es por<br />
alguna razón en particular? Es parte del género. Necesitas<br />
lugares contenidos, necesitas aislamiento, el gran ejemplo<br />
en ese sentido es Asesinato en el Orient Express, de Agatha<br />
Christie, estás en un tren, nadie puede bajarse... O cuando<br />
Raymond Chandler toma Los Ángeles, lo hace como si le<br />
pusiera un domo encima y todo sucede en los límites de ese<br />
espacio, por lo que el lector no puede escapar a la tensión<br />
de la narración. Las novelas de misterio necesitan de esas<br />
pequeñas comunidades, si tienes los personajes moviéndose
por grandes espacios, eso es un thriller, y estos dependen de<br />
la velocidad, del movimiento, las novelas de crimen necesitan<br />
constricción.<br />
–¿Cómo surgió el universo de sus novelas, fue Maine,<br />
la idea del género o a partir de Charlie Parker? Lo<br />
primero fue Charlie Parker... Ni siquiera necesitas un<br />
plot para ponerte a escribir. Cuando comienzo un libro sé<br />
cuál es la escena inicial, escribo las primeras mil palabras, y<br />
luego tengo una buena idea de cuáles serán las siguientes mil<br />
palabras, pero no tengo prefijada la acción por capítulos, mi<br />
experiencia de escribir un libro es similar a la que tiene el<br />
lector al leerla, durante las primeras ocho mil palabras no sé<br />
hacia dónde voy... Con respecto a Charlie Parker, me gustó<br />
la asociación del vuelo con lo espiritual que tenía Bird como<br />
músico, la gente pensó que era como un logo, pensaron que<br />
intentaba hacerme el inteligente, pero en realidad no era así.<br />
Y Ross Macdonald, que fue una gran influencia para mí, solía<br />
remarcar que la novela policial era muy parecida al jazz, como<br />
si cada historia fuera una gran improvisación sobre un mismo<br />
tema. Me pareció que era una analogía muy interesante.<br />
–Otro tema importante en sus novelas es el catolicismo...<br />
Sí, tomo ciertos elementos del catolicismo, sobre todo<br />
la idea de redención, la reparación, de pagar por los pecados,<br />
la culpa. La culpa de Parker es la culpa de los sobrevivientes<br />
y es algo que lo mantiene haciendo lo que hace. Si te sientes<br />
culpable, tratas de reparar esa culpa.<br />
–En ese sentido hay algo idealista en Parker, que no es<br />
necesariamente algo que se corresponda con el género<br />
de novela negra… No. En Estados Unidos usan el término<br />
noir, hay muy poca esperanza en el concepto de noir, en una<br />
verdadera novela negra todos terminan o en la cárcel con<br />
pena de muerte o simplemente muertos... En cambio, en mis<br />
libros hay esperanza. Es por eso que siento que en ese sentido<br />
no escribo “novelas negras” (lo dice en español)...<br />
–También en sus novelas suele utilizar mucho material<br />
histórico, sobre todo medieval europeo… Siempre que<br />
sea posible intento encontrar para cada libro algo que sea<br />
real, algo de lo cual agarrarme, un pedazo de historia. Quiero<br />
que la gente suspenda su creencia, que se sientan cómodos<br />
con los elementos sobrenaturales,<br />
que crean por un momento<br />
que pueden ser parte de este<br />
mundo, y eso creo que se logra<br />
haciendo un mix que consiga borronear<br />
los límites entre lo verdadero<br />
y lo no verdadero.<br />
–Pienso en el uso de la narrativa<br />
del policial como un<br />
modo de hablar del pensamiento<br />
lógico en oposición<br />
al místico, como lo plantea<br />
Sherlock Holmes o el mismo<br />
Poe... Bueno, es interesante que<br />
nombres a Poe, porque es un escritor que escribió algunas<br />
historias de crimen y otros relatos de misterio e imaginación,<br />
es la persona menos racional que haya puesto un pie en este<br />
planeta. Cuando lees Los crímenes de la calle morgue, la<br />
solución es tan absurda, que hasta Poe parece divertirse con<br />
ese absurdo, por lo que para mí está diciendo que lo racional<br />
no funciona realmente todo el tiempo. El mismo Arthur<br />
Conan Doyle nunca fue un racionalista. Escribió historias<br />
de horror, creía apasionadamente en el espiritismo, creía que<br />
podía hablar con su hijo muerto, el creador de Sherlock Holmes<br />
no creía en el racionalismo. O sea que desde sus inicios<br />
el género contiene esa tensión fundamental.<br />
–En El invierno del lobo hay algo muy particular y es<br />
que el héroe, no solo de la novela sino de toda la serie,<br />
no es quien termina de contar la historia. ¿Por qué?<br />
Creo que me di cuenta de que quería que los libros cambiaran.<br />
Porque después de este libro Charlie Parker ya no va a<br />
ser el mismo, es como si hubiera decidido tirar una granada<br />
en mi propio trabajo para reconstruirlo. Ahora estoy trabajando<br />
en el libro siguiente y será todo en tercera persona. No<br />
se podrá habitar más la cabeza de Parker. Por primera vez se<br />
lo verá a Parker a través de la mirada de los demás. Es una<br />
forma de alienar al lector, de que descubra que este tipo no<br />
es quien pensó que era. Creo que, en un punto, sentí que la<br />
gente se volvió demasiado familiar con el personaje, y me interesó<br />
generar esa sensación extraña, como cuando te cruzas<br />
a alguien por la calle a quien conoces y de golpe no te saluda,<br />
¡¿qué pasó?!<br />
–¿Ha tenido que negociar con su editor un cambio de<br />
estilo? No, no quise convertirme en ese tipo de escritor.<br />
Desde el principio, cada año, me aparto y escribo otras cosas:<br />
ciencia ficción, relatos cortos, etc., para poder volver con<br />
nuevas ideas y energía. Porque incluso la de Parker es una<br />
conciencia difícil de habitar, es una conciencia demasiado<br />
atormentada. En cuanto a mis editores, no firmo contratos<br />
por más de uno o dos libros, y si lo hago por dos es porque ya<br />
les estoy entregando el primero, eso me permite trabajar con<br />
mucha libertad.<br />
–¿Algún consejo para un escritor primerizo? Que sepa<br />
que las ideas no son la moneda de un escritor, uno siempre<br />
tendrá más ideas de las que va a usar, lo que hace la diferencia<br />
es el compromiso, que de una idea, un año y medio<br />
después, logre sacar algo adelante. Nunca abandono las cosas.<br />
Los escritores terminan las cosas. Creo que fue Ray Bradbury,<br />
quien dijo que los profesionales son amateurs que<br />
terminan las cosas, solo los amateurs abandonan. Todo lo que<br />
escribas debes terminarlo. Primero, porque no aprendes nada<br />
del abandono, y segundo, porque solo obtienes una cantidad<br />
de confianza cuando logras terminar, cada vez que abandonas<br />
algo, parte de esa confianza se pierde, y cuando se termina,<br />
nunca la vuelves a recuperar. No importa cómo lo hagas, pero<br />
debes terminar... Si hubiera algo como una escuela de escritores,<br />
deberían darte una tarjeta que diga: “termina todo”<br />
37
Ser<br />
editor<br />
38<br />
De<br />
PURA CEPA<br />
Nuestra invitada tiene su lugar privilegiado en la industria editorial vernácula. Aquí, su trayectoria y<br />
el desarrollo del oficio<br />
POR Gloria López Llovet de Rodrigué<br />
Di mi primeros pasos en la editorial<br />
Sudamericana trabajando al lado de mi<br />
abuelo, Don Antonio López Llausas.<br />
Con él aprendí los primeros rudimentos<br />
de este oficio que en general se aprende<br />
gracias a buenos maestros y a base de<br />
errores y éxitos. Diría que más se aprende<br />
de los errores que de los éxitos.<br />
Tuve, además de él, a dos grandes editores<br />
por maestros, uno fue Francisco<br />
Porrúa, y otro fue Enrique Pezzoni.<br />
Los dos no podían ser más diferentes<br />
entre sí. Paco era un solitario, casi diría<br />
hosco y escondido en su cueva pero<br />
con un talento increíble para descubrir<br />
autores y libros. Enrique era todo lo contrario,<br />
mundano, brillante conversador,<br />
seductor y divertido, pero también con<br />
un gran talento para saber lo que era<br />
interesante y valía la pena contratar. A<br />
los dos los quise muchísimo y con los dos<br />
aprendí muchas cosas de este oficio. Los<br />
dos fueron también excelentes traductores,<br />
obsesivos con la perfección.<br />
Me tocó comenzar en épocas maravillosas<br />
para la edición argentina. Empecé<br />
en 1965 y dos años después Sudamericana<br />
publicó seguramente su libro<br />
más emblemático que fue Cien años<br />
de soledad de Gabriel García Márquez.<br />
En mayo de 1967 y por consejo<br />
de Francisco Porrúa, mi abuelo publicó<br />
la novela de Gabo y fue esa la única vez
que García Márquez visitó la Argentina,<br />
con motivo de un concurso literario y<br />
para apoyar la salida de su libro. Haber<br />
tenido la vivencia de un éxito tan grande<br />
para una editorial –como es que un libro<br />
se empiece a vender y se convierta en el<br />
fenómeno que se convirtió, no solo este<br />
libro sino su autor– es algo que no se<br />
olvida. Lo malo es que uno piensa que se<br />
podría replicar con otros autores y libros<br />
y no hay fórmula para ello. Seguramente<br />
pasa una sola vez en la historia de una<br />
editorial.<br />
La salida de García Márquez coincidió<br />
con el “boom de la literatura latinoamericana”<br />
y fueron muchos los autores que se<br />
difundieron fuertemente en aquélla época.<br />
Julio Cortázar ya había publicado<br />
Rayuela, unos años antes, pero este junto<br />
con Bestiario y Todos los fuegos, el fuego<br />
se potenciaron muchísimo en esos años.<br />
Otro de los autores emblemáticos de<br />
esa época fue Ernesto Sábato con El<br />
túnel y Sobre héroes y tumbas. Aunque<br />
eran libros anteriores, encontraron sus<br />
lectores fuertemente en los años 70.<br />
Otro de los grandes éxitos de esa época<br />
fue Boquitas pintadas de Manuel<br />
Puig, a quien veíamos a diario porque<br />
fue un gran promotor de su obra. Quizás<br />
me atrevería a decir que fueron junto<br />
con Manuel Mujica Láinez los que<br />
mejor comprendieron el tema del marketing<br />
que luego se popularizó tanto<br />
como una herramienta de difusión de los<br />
libros y los autores.<br />
Mujica Láinez fue, con Bomarzo y Misteriosa<br />
Buenos Aires, otro ícono del éxito<br />
de esos años y sus firmas en la Feria<br />
del Libro, sus apariciones públicas con<br />
su sombrero y monóculo fueron lo que<br />
decidía si la presentación había sido un<br />
éxito o no.<br />
Sudamericana tenía una colección emblemática<br />
de novelas que era “Horizonte”<br />
y en un momento dado decidimos<br />
rejuvenecer y revitalizar la colección, no<br />
solo desde el contenido de sus libros y<br />
autores sino también desde su presentación.<br />
Recuerdo que encargamos su nuevo<br />
diseño a Ronald Shakespeare que<br />
nos presentó un proyecto muy impactante<br />
con letras negras que cambió totalmente<br />
la estética de la colección y funcionó<br />
muy bien hasta que se empezaron<br />
a repetir las letras porque se trataba de<br />
destacar la primera letra del título. Hubo<br />
un momento que los libreros confundían<br />
los títulos porque se repetía la misma letra<br />
y tuvimos que volver a cambiar.<br />
Entre los ensayos también contamos con<br />
grandes éxitos, por ejemplo los libros de<br />
Félix Luna que con Soy Roca, Perón y<br />
su tiempo y El 45 marcaron fuertemente<br />
otra época e incentivaron a la gente a<br />
animarse a leer historia.<br />
Los tres libros del historiador estadounidense<br />
Robert Potash, que tan bien<br />
conoció a la Argentina y dedicó tantos<br />
años a estudiar la relación entre los militares<br />
y el poder en nuestro país, fueron<br />
otro hito en Sudamericana.<br />
No siempre los libros que uno publica<br />
son éxitos de ventas, muchas veces son<br />
éxitos de crítica o ayudan a conformar un<br />
catálogo con obras destacadas que hacen<br />
a la cultura de la sociedad en la que<br />
vivimos. Lo importante es lograr armar<br />
un catálogo coherente y consistente que<br />
pueda balancear y sostener colecciones<br />
que en el tiempo se solidifican.<br />
Cuando digo esto recuerdo la colección<br />
de “Historia” dirigida por Luis Alberto<br />
Romero o la “Nueva Historia Argentina”<br />
de diez tomos dirigida por Juan<br />
Suriano que logramos publicar completa<br />
y que fue un trabajo arduo y duradero,<br />
que congregó a más de cien historiadores,<br />
hoy muchos de ellos notables, que<br />
escribieron en sus tomos.<br />
También hubo importantes fracasos de<br />
libros o autores que luego fueron reconocidos<br />
y exitosos y que seguramente<br />
publicamos demasiado anticipadamente.<br />
Pienso en G de John Berger o en El<br />
arca de Schindler que luego fue un éxito<br />
notable con la película o En la Patagonia<br />
de Bruce Chatwin. Todos libros importantes<br />
donde su primera traducción<br />
no funcionó como esperábamos.<br />
Si me voy a otro género de libros puedo<br />
mencionar a María Elena Walsh con<br />
todos sus libros para niños que durante<br />
años hicieron las delicias de sus pequeños<br />
lectores. Ella fue una de las precursoras<br />
del cambio en la literatura infantil<br />
de Argentina y fue durante años la única<br />
autora infantil que publicábamos hasta<br />
que decidimos incursionar en el género<br />
y con la colaboración activísima de Canela<br />
creamos la colección “Pan Flauta”<br />
que fue otro hito en las publicaciones<br />
para niños.<br />
Este tema siempre me apasionó y me<br />
llevó a crear hace pocos años, la editorial<br />
infantil La Brujita de Papel donde trato<br />
junto con mis hijas de hacer libros con<br />
textos e ilustraciones de calidad y que<br />
sean muy atractivos para los lectores que<br />
empiezan a formarse. Nuestro ilustrador<br />
más emblemático es Pablo Bernasconi<br />
cuyos libros para los más pequeños<br />
y también para los adultos van saliendo<br />
indistintamente en la editorial infantil o<br />
en Edhasa, donde sigo desarrollando mi<br />
trabajo en la actualidad.<br />
Una de las consignas de mi labor en<br />
Edhasa es encontrar ensayos que representen<br />
el pensamiento y la diversidad de<br />
opiniones de las nuevas generaciones de<br />
historiadores y ensayistas que van a dejar<br />
un rastro en nuestra cultura. También<br />
encontrar temas curiosos que por su tratamiento<br />
moderno e inteligente llamen la<br />
atención de los lectores desde cualquier<br />
punto de vista de los intereses humanos.<br />
Al mismo tiempo, mi tarea consiste en<br />
armar una colección de ficción con voces<br />
fuertes de la Argentina actual que<br />
alternen con autores traducidos, y vamos<br />
haciendo camino en este sentido. Voces<br />
de autores como Mempo Giardinelli,<br />
Perla Suez, Laura Alcoba, Eugenia<br />
Almeida, Luis Gusmán, Federico<br />
Jeanmaire o Carlos Gamerro se<br />
entrelazan con autores consagrados<br />
como J. D. Salinger, Thomas Mann o<br />
Céline y van configurando un mosaico<br />
interesante.<br />
Mi labor como editora nunca fue en<br />
solitario. Siempre trabajé con excelentes<br />
colaboradores, editores, directores de<br />
colección, lectores que me ayudaron a<br />
armar equipos para llevar adelante los<br />
distintos programas editoriales. Con<br />
todos ellos trabajé cuerpo a cuerpo y disfrutamos<br />
juntos de los éxitos y tratamos<br />
de aprender de los fracasos. Nombro<br />
solo a algunos porque mi labor sin ellos<br />
hubiera sido imposible. Luis Chitarroni<br />
y Paula Viale en Sudamericana<br />
y Fernando Fagnani ahora en Edhasa,<br />
con quienes me une una fuerte amistad y<br />
con quienes he pasado muchas horas de<br />
trabajo apasionante<br />
39
Tema de tapa<br />
uno<br />
4o<br />
Alquimia<br />
dePOETAS<br />
¿Un mundo antiguo y quieto al que acudimos en busca de archivos del pasado? ¿Una presencia<br />
activa que nos acompaña con sus recuerdos hechos a la medida del tiempo y de lo que<br />
somos en el tiempo? ¿Qué es la memoria? En ella juega el tiempo, ese inatrapable transformador<br />
que solo vislumbramos en sus estados de fijación haciéndose tan cuesta arriba<br />
pensarlo en su duración. Pasto de poetas, pensadores, filósofos, psicólogos, neurólogos,<br />
es fascinante el mundo de acercamientos que ha generado. La memoria y su compañero de<br />
fórmula, el olvido, construyen el pasado y el presente, y entre sus luces y sombras, en ese<br />
devenir, somos, o mejor, andamos.<br />
En esta brevísima selección, traemos algunos poemas que recuerdan a la memoria, la conminan,<br />
la increpan, la piensan.<br />
POR Mónica Tracey
Cambridge<br />
Nueva Inglaterra y la mañana.<br />
Doblo por Craigie.<br />
Pienso (ya lo he pensado)<br />
que el nombre Craigie es escocés<br />
y que la palabra crag es de origen celta.<br />
Pienso (ya lo he pensado)<br />
que en este invierno están los antiguos inviernos<br />
de quienes dejaron escrito<br />
que el camino está prefijado<br />
y que ya somos del Amor o del Fuego.<br />
La nieve y la mañana y los muros rojos<br />
pueden ser formas de la dicha,<br />
pero yo vengo de otras ciudades<br />
donde los colores son pálidos<br />
y en las que una mujer, al caer la tarde,<br />
regará las plantas del patio.<br />
Alzo los ojos y los pierdo en el ubicuo azul.<br />
Más allá están los árboles de Longfellow<br />
y el dormido río incesante.<br />
Nadie en las calles, pero no es un domingo.<br />
No es un lunes,<br />
el día que nos depara la ilusión de empezar.<br />
No es un martes,<br />
el día que preside el planeta rojo.<br />
No es un miércoles,<br />
el día de aquel dios de los laberintos<br />
que en el Norte fue Odín.<br />
No es jueves,<br />
el día que ya se resigna al domingo.<br />
No es un viernes,<br />
el día regido por la divinidad que en las selvas<br />
entreteje los cuerpos de los amantes.<br />
No es un sábado.<br />
No está en el tiempo sucesivo<br />
sino en los reinos espectrales de la memoria.<br />
Como en los sueños<br />
detrás de las altas puertas no hay nada,<br />
ni siquiera el vacío.<br />
Como en los sueños,<br />
detrás del rostro que nos mira no hay nadie.<br />
Anverso sin reverso,<br />
moneda de una sola cara, las cosas.<br />
Esas miserias son los bienes<br />
que el precipitado tiempo nos deja.<br />
Somos nuestra memoria,<br />
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,<br />
ese montón de espejos rotos.<br />
Jorge Luis Borges<br />
De Elogio de la sombra<br />
I<br />
el temblor de mis labios<br />
quiero decir: el temblor de mis besos<br />
se oirá en tu pasado<br />
conmigo en tu vino<br />
abriendo la puerta del tiempo<br />
tu sueño<br />
deja caer lluvia dormida<br />
dame tu lluvia<br />
me detendré<br />
quieto<br />
en tu lluvia de sueño<br />
lejos en el pensar<br />
sin temor<br />
sin olvido<br />
en la casa del tiempo<br />
está el pasado<br />
debajo de tu pie<br />
que baila<br />
Como un violín en su musgosa caparazón, así he<br />
vivido adentro de mi bata de seda: cuerpo enfundado<br />
en el lujoso estuche de un disfraz. Envuelto en<br />
el paisaje del kimono, niño perdido en su propio<br />
refugio, obedecí el impulso del regreso, grabado en<br />
el tapiz de la memoria. Pero ahora, por puro deseo<br />
de metamorfosis, me desprendo de la espumosa<br />
máscara de hierba, mariposa excesiva en su teatro<br />
de ausencia.<br />
“Papá, papá”, sopla la voz en mis oídos, la voz lejana<br />
de mis hijas, cuando el vals del viento enamora mis<br />
alas. Vuelvo a la melodía de mi tierra, como una<br />
esencia me evaporo. Y asciendo.<br />
En el cielo enrojecido se apaga la gran estrella natal.<br />
La luz fría de la luna me cubre con su lágrima.<br />
Juan Gelman<br />
De Dibaxu<br />
María del Carmen Colombo<br />
De La familia china<br />
41
El sol, el poema<br />
Barcos sobre el agua natal.<br />
Agua negra, animal de olvido. Agua lila, única vigilia.<br />
El misterio soleado de las voces en el parque. Oh<br />
tan antiguo.<br />
Alejandra Pizarnik<br />
De Extracción de la piedra de locura<br />
El puente de hierro<br />
Siempre hay, al final de una calle larga<br />
por la que yo iba de pequeño, un estanque de aceite,<br />
un rectángulo de pesada muerte bajo el cielo negro.<br />
Desde entonces la poesía<br />
ha separado sus aguas de las otras aguas,<br />
ninguna belleza ningún color la retienen,<br />
se angustia por el hierro y por la oscuridad.<br />
Alimenta un dolor<br />
largo de orilla muerta, un puente de hierro<br />
tendido hacia la otra orilla aún más nocturna<br />
es su única memoria y su único amor verdadero.<br />
Vuelve<br />
Vuelve a menudo y tómame,<br />
sensación amada, vuelve y tómame,<br />
cuando despierta del cuerpo la memoria<br />
y un ansia antigua por la sangre pasa;<br />
cuando los labios y la piel se acuerdan<br />
y sienten las manos como si otra vez tocaran.<br />
Yves Bonnefoy<br />
De Desierto ayer reinante<br />
Traducción: Enrique Moreno Castillo<br />
Vuelve a menudo y tómame, de noche,<br />
cuando los labios y la piel se acuerdan…<br />
Constantin Cavafis<br />
Traducción: Juan Ferraté<br />
42<br />
Saber olvidar, más es dicha que arte. Las cosas que son más<br />
para olvidadas son las más acordadas; no solo es villana la<br />
memoria para faltar cuando más fue menester, sino necia para<br />
acudir cuando no convendría.<br />
Baltasar Gracián<br />
De Oráculo manual y arte de prudencia<br />
9<br />
¿de dónde sopla el viento que abre<br />
las pequeñas jaulas<br />
de la memoria?<br />
el mar está prohibido dijo una voz<br />
que salía del mar<br />
el mar de las desapariciones<br />
vivíamos allí<br />
¿se puede?<br />
a ciegas tanteo esa sustancia oscura<br />
que atraviesa mi cuerpo día tras día<br />
¿dónde estoy?<br />
ahora levanto uno de sus miles de brazos<br />
y para esa mano más fría que el mar<br />
que me tienden desde la costa<br />
solo tengo la mascarilla<br />
de la Madonna de los gritos.<br />
Dolores Etchecopar<br />
De El comienzo
Dossier<br />
literatura<br />
o1<br />
Susan Sontag<br />
Batiendo las alas<br />
POR Nancy Giampaolo<br />
“Vivo la escritura como algo que se me da –a veces, casi, como un dictado. Dejo que sobrevenga,<br />
trato de no interferir con ella. La respeto, porque soy yo y sin embargo es más que<br />
yo. Es personal y transpersonal, ambas. (…) Creo que estoy preparada para escribir. Pensar<br />
con palabras, no con ideas”, dijo Susan Rosenblatt, conocida como Susan Sontag, sobre<br />
la actividad a la que dedicó más de treinta años, y que la llevó a ser un referente cultural
o2<br />
destacadísimo dentro y fuera de Estados Unidos (está traducida a casi cuarenta idiomas).<br />
Unos cuantos mojones destacan cada vez que se repasa su vida: infancia difícil, un matrimonio<br />
precoz y fallido, la postura crítica que hizo que la juzgaran como “la voz de la buena conciencia<br />
estadounidense”, el blanqueo de su bisexualidad y el combate contra el cáncer.<br />
Produjo su obra en forma sostenida y su pensamiento se puede entender también a través de<br />
entrevistas, notas periodísticas y conferencias. Su bibliografía abarca las novelas El benefactor<br />
(1963), El amante del volcán (1995) y En América (2000). “La novela como libertad: las únicas<br />
reglas que puede romper son las internas, las que ella misma dicta.” Y los ensayos y textos<br />
Contra la interpretación (1964), Estilos radicales (1969), Sobre la fotografía (1975), La enfermedad<br />
y su metáforas, Yo, etcétera (ambos de 1978), Bajo el signo de Saturno (1980) y Ante el<br />
dolor de los demás (2003). También escribió y dirigió cuatro largometrajes: Dúo para caníbales<br />
(1969), El Hermano Carl (1971), Tierras prometidas (hecha en Israel durante la guerra<br />
de octubre de 1973) y Unguided Tour (1983); y dirigió obras de teatro en los Estados Unidos<br />
y Europa, incluyendo una puesta en escena de Esperando a Godot de Beckett el verano de<br />
1993, en la Sarajevo sitiada, ciudad en la que residió y de la que fue nombrada Ciudadana Honoraria.<br />
Escribió crónicas y ensayos breves que aparecieron en diarios, revistas y publicaciones<br />
literarias de todo el mundo. Su figura es una de aquellas que resultan conocidas incluso a la<br />
gente que no ha leído sus libros, gracias a haber resultado siempre atractiva para la prensa.<br />
Nació en la ciudad de Nueva York el 16 de enero de 1933, creció en Tucson, Arizona, y cursó<br />
la escuela secundaria en Los Ángeles. Asistió a la Universidad de Chicago e hizo posgrados en<br />
filosofía, literatura y teología en Harvard y Oxford. Sus padres fueron Mildred Jacobson y<br />
Jack Rosenblatt, ambos judíos de Lituania y de ascendencia polaca. No eran practicantes;<br />
Sontag dijo haber ido por primera vez a una sinagoga a los 24 años. Jack era comerciante y<br />
poco después del nacimiento de su hija viajó a China para vender pieles. Allí murió de tuberculosis<br />
en 1939. Susan y su hermana Judith crecieron con Mildred, una mujer inmadura<br />
y desamorada que reincidió en el matrimonio cuando las chicas eran adolescentes. Se casó<br />
con un capitán del ejército estadounidense, Nathan Sontag, quien legó el apellido a sus<br />
hijas, aunque nunca las adoptó formalmente. Sontag hizo foco en la personalidad de su madre<br />
muchas veces: “Mi madre no respondía cuando yo era niña. El peor castigo y la mayor frustración.<br />
Siempre estaba distante, aunque no estuviera enfadada. La bebida era síntoma de ello.<br />
Pero yo seguía intentándolo, seguía buscando su atención. (…) Mi ansiedad era muy aguda<br />
más por temor a su envejecimiento, en algún momento hasta deseé morir primero porque no<br />
sería capaz de soportar ver aquello, habría sido algo obsceno. (…) De niña me dije, voy a ser<br />
extremadamente buena y mereceré (atraeré) el amor, y procuraré la responsabilidad, la autoridad,<br />
el dominio, la fama, el poder”.<br />
Hay un amplio registro fotográfico que abarca buena parte de su vida, como si hubiese ido<br />
madurando frente a las cámaras. Así como la típica rubia californiana es un fetiche erótico estadunidense,<br />
una judía de largo pelo negro, neoyorkina, bisexual y de izquierda, se puede jactar<br />
de seductora, aunque lo suyo no pase por lo carnal. Puede llenar páginas y páginas del New<br />
Yorker, el New York Times, New York Review of Books, The Times Literary Supplementy Art<br />
Izq. Susan trabajando en su<br />
escritorio.<br />
Der. Portada de una edición de<br />
Estilos radicales (1969).
Izq. Portada de una edición de<br />
Sobre la fotografía (1975).<br />
Der. Una fotografía incluida en el<br />
libro Gente de circo,<br />
de August Sander (1930).<br />
in America, medios de comunicación que parecen haber tomado a Sontag como a una especie<br />
de arquetipo. Fue una mujer singular y al mismo tiempo representativa de un perfil que se<br />
repite en serie. El “combo” que representa satisface, antes que nada, a aquellos compatriotas<br />
suyos que la juzgan como alguien con quien identificar el propio costado crítico. Resulta fascinante<br />
que pueda apuntar contra distintos blancos, que reflexione sobre distintos temas, que se<br />
acople al sentido fragmentado del presente. “La lealtad al pasado: mi rasgo más peligroso, el<br />
que más me ha costado”, se quejó. “La política que implica desacuerdo –sentenció otra vez–,<br />
que promueve la sinceridad, ha sido sustituida por la psicoterapia”. Lo “psi” siempre estuvo<br />
presente en su discurso, como lo estuvo en la mayor parte de sus pares generacionales: “Todos<br />
los sueños son modelo del propio análisis. Los sueños burdos son las declaraciones ingenuas o<br />
análisis del ‘problema’ propio. El sueño útil es el más complejo, la declaración o dramatización<br />
menos reductiva. La parte importante del sueño es la declaración analítica, no la resolución<br />
narrativa”. Lógicamente, innumerables veces se requirió su opinión sobre “la situación de la<br />
mujer”, que evaluó sin caer en algunas exageraciones propias de cierto tipo de feminismo que<br />
hace la vista gorda con la cuestión de las diferencias biológicas: “La liberación de la mujer<br />
debe ser la abolición de las convenciones sexuales específicas en todas las actividades –salvo la<br />
procreación y, quizá, algunos trabajos que requieren mucha fuerza física”.<br />
Esta capacidad de especular sobre la base de generalidades (algo especialmente atractivo para<br />
el pensamiento progresista estadounidense, en su intento permanente de conciliar cierta actitud<br />
de valerosa denuncia militante con la garantía implícita de no afectar en última instancia<br />
la solidez de las instituciones) no se contradice con la indagación profunda en personalidades<br />
que le interesaban particularmente, como Roland Barthes, Jean Luc Godard, autores<br />
que quiso rescatar del olvido como Robert Walser o disciplinas que la interpelaron desde<br />
cero y hasta el final, como la fotografía.<br />
“La humanidad persiste irredimiblemente en la caverna platónica, aún deleitada, por costumbre<br />
ancestral, con meras imágenes de la verdad. Pero educarse mediante fotografías no es lo<br />
mismo que educarse mediante imágenes más antiguas, más artesanales. En primer lugar, son<br />
muchas más las imágenes del entorno que reclaman nuestra atención. El inventario comenzó<br />
en 1839 y desde entonces se ha fotografiado casi todo, o eso parece. Esta misma avidez de la<br />
mirada fotográfica cambia las condiciones del confinamiento en la caverna, nuestro mundo. Al<br />
enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo<br />
que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar. Son una gramática y, sobre<br />
todo, una ética de la visión. Por último, el resultado más imponente del empeño fotográfico<br />
es darnos la impresión de que podemos contener el mundo entero en la cabeza, como una<br />
antología de imágenes”. Escribió haciendo pensar en la relación entre la idea de una realidad<br />
segmentada que genera símbolos que son parte de un lenguaje y ella misma, como una autora<br />
que es interlocutora de otros autores, generando juntos una fuerza más grande, abarcadora.<br />
Sontag comparte circunstancias y vocaciones con otras personas, no está aislada en esto de<br />
ejercer la crítica social desde adentro, y eso ayuda a cruzar fronteras. El éxito, tanto individual<br />
como colectivamente, se mide con los ojos del público. Cuanto más, mejor.<br />
o3
o4<br />
Su mechón de pelo blanco la hacía reconocible para el público general aun en países muy<br />
lejanos, gracias al cine y la televisión. Aparece, por ejemplo, en Zelig, la película de Woody<br />
Allen, con quien tuvo en común el judaísmo y el lugar de nacimiento, pero también decisiones,<br />
arengas y hasta carencias: “Ser famosa para ser querida”, dijo alguna vez ella, pero la frase<br />
puede atribuirse al cineasta perfectamente, y no solo a él. Sontag y Allen usaban el mismo<br />
tipo de ironías. Sontag lanzaba frases que podrían haber sido líneas destinadas a los célebres<br />
monólogos cinematográficos del director de Bananas: “La inteligencia no es necesariamente<br />
algo bueno, algo que se haya de valorar o cultivar. Es más como una rueda de recambio necesaria<br />
o deseable cuando las cosas se averían. Cuando todo va bien, es mejor ser estúpido… La<br />
estupidez tiene tanto valor como la inteligencia”.<br />
El hecho de haber nacido en Nueva York coloca a Sontag dentro de una nómina de artistas e<br />
intelectuales que, sin ser de vanguardia, impusieron (a lo largo de un cierto tiempo y variando<br />
de acuerdo con la agenda geopolítica, la moda y otros caprichos) nuevos giros (más o menos<br />
aparentes o concretos, de mayor o menor calidad, pero siempre con gran aceptación) dentro<br />
del pensamiento y el arte. Hay otros rasgos comunes fundamentales como no ser republicano<br />
y tender a ser crítico sin ser un outsider. Lou Reed o Patti Smith, en la música, o Jean-Michel<br />
Basquiat, en la plástica, funcionan como ejemplos. Como en los negocios, el objetivo<br />
es el éxito, aunque la definición de éxito dependa en ella de una reformulación personal. En<br />
los mejores casos, se relacionará al honor, al que Sontag definió como “Dar lo mejor de sí<br />
misma siempre”; pero más allá de las buenas intenciones, llegar a la mayor cantidad de gente<br />
resulta vital. Para eso, hace falta carisma y ella lo tenía. Era intelectual pero accesible y capaz<br />
de hablar del amor y su falta desde la experiencia interior: “Nunca voy a sobreponerme meramente<br />
a este dolor del desamor. Estoy helada, paralizada, con los engranajes atascados. Solo<br />
se aliviará, disminuirá si de alguna manera puedo trasponer la emoción – como del dolor a la<br />
ira, de la desesperación a la conformidad. Tengo que activarme. Mientras me siga sintiendo<br />
como paciente este dolor insoportable no me abandonará. Quiero ‘prometerme’. Una razón<br />
es la ansiedad, quiero encontrar un puerto seguro, librarme del debilitante temor del abandono.<br />
(…) El amor es volar planeando, flotar. Pensar es volar en solitario, batiendo las alas. (…)<br />
Renuncié en primer lugar a mi sexualidad. Renuncié a mi capacidad de comprenderme a mí<br />
misma como una persona ‘común’; renuncié a la mayor parte de las vías normales de acceso<br />
a mí, a mis sentimientos. Renuncié a la confianza en mí misma en las relaciones personales.<br />
Renuncié a tratar de ser atractiva”.<br />
En 1975 dijo que era la prosa “de goys como Elizabeth Hardwick y Wifred Sheed,<br />
entre otros, la que me excita hoy. Ninguna idea, pero qué música”. Pese a no autodefinirse<br />
como creyente ni mucho menos, la idiosincrasia de Sontag estaba ligada inexorablemente a su<br />
judaísmo, al punto de hablar de “escritores no judíos” como un colectivo con entidad propia.<br />
La idea de un judaísmo que opera como una forma de distinción social, cultural, ideológica y<br />
de raza, pero que prescinde al mismo tiempo de la fe religiosa como factor aglutinante, estaba<br />
a tono con la intelectualidad secular que tan bien representó. No obstante, se permitió dudar<br />
en varias oportunidades de sus sentencias, muchas veces, tajantes: “Tengo que renunciar a la<br />
Izq. Escena de la película Dúo para<br />
caníbales (1969).<br />
Der. Afiche promocional de la<br />
misma película.
Imagen promocional del documental<br />
Regarding Susan Sontag, de<br />
Nancy Kates (2014).<br />
redacción de ensayos –escribió en 1980–. Me he convertido en el portador de certezas que no<br />
poseo”.<br />
El tema sobre el que probablemente más haya hablado en público, sin embargo, es Estados<br />
Unidos, por algo la llamaron la voz de la conciencia: “Siento un poco de vergüenza de ser<br />
estadounidense. Siempre me ha molestado la vanidad de querer ser los primeros, la cultura<br />
popular, las películas de Hollywood... Quizá por eso me gusta tanto sentirme extranjera. Me<br />
interesan más los derrotados que los vencedores”, dijo sobre Estados Unidos, uno de los<br />
temas más recurrentes de su discurso público, un objeto de análisis sociopolíticos, filosóficos,<br />
artísticos y religiosos: “La base calvinista de la ideología estadounidense: la naturaleza humana<br />
es en lo fundamental oscura, malévola, pecaminosa, egoísta y solo responde a motivos egoístas<br />
o materiales o competitivos (…). En Estados Unidos, la religión equivale al comportamiento.<br />
Se deja de ir a la iglesia o a la sinagoga por las prohibiciones o el excesivo peso del ritual, no<br />
(como en Europa) por una crisis de fe o de creencias”. Y tuvo lecturas que para algunos de sus<br />
compatriotas resultaban polémicas, como cuando pocos días después de los ataques del 11-S,<br />
dijo en televisión: “En temas de coraje, se puede decir lo que sea de los culpables de la masacre,<br />
pero no que fueran cobardes. (…) ¿Dónde está el reconocimiento de que esto no fue<br />
un ataque cobarde a la civilización o a la libertad o a la humanidad o al ‘mundo libre’, sino un<br />
ataque al autoproclamado superpoder; ejecutado como consecuencia de las alianzas específicas<br />
y acciones de América? (…) La desconexión entre lo que sucedió y cómo podría entenderse<br />
y las tonterías farisaicas y abiertos engaños difundidos por todas las figuras públicas<br />
estadounidenses y analistas de televisión son asombrosos, deprimentes. (…) No hay ninguna<br />
razón para centrarse en la simplista retórica de cowboy de Bush que, durante aquellos días<br />
inmediatamente posteriores al 11-S, pasó de la cretinez más absoluta a la siniestralidad más<br />
lúgubre. (…) Estados Unidos se ha comportado de una manera brutal e imperialista, pero no<br />
está involucrado en ninguna operación general contra lo que denominamos mundo islámico”.<br />
Sontag ya tenía la experiencia de Vietnam entre sus antecedentes más importantes a la hora<br />
de hacer honor a su rol de activista por los derechos humanos, llegando incluso a un grado de<br />
enojo tan visible como para decir que la raza blanca era “un cáncer de la humanidad”.<br />
En 2001, también obtuvo el Premio Jerusalén a la literatura, el más prestigioso de Israel<br />
para escritores extranjeros. Lo aceptó pese a las presiones para que lo rechazara, y no dejó<br />
de aludir a la política de ocupación israelí en los territorios palestinos. Dos años más tarde la<br />
honraron con el Premio Paz de los Libreros de Alemania y el Premio Príncipe de Asturias.<br />
Antes había recibido Premio Nacional del Libro de América (2000) y el National Book Critics<br />
Circle Award por La fotografía (1978). Fue candidata constante al Premio Nobel, por haberse<br />
involucrado en casi todos los problemas del siglo: “Vietnam es la primera guerra televisada.<br />
Un happening continuo. Estás allí. Los estadounidenses no pueden decir, como pudieron los<br />
alemanes: pero es que no nos enteramos”.<br />
Sontag daba la sensación de considerarse una persona interesante, a diferencia de muchos de<br />
sus pares, más reservados, pero no aprovechó su fama para defender sus causas personales.<br />
Autoproclamada moralista y “fanática de la seriedad”, no tuvo banderas como la causa gay, no<br />
o5
o6<br />
se definía desde la preferencia sexual. “Su inteligencia era aun mayor que su talento”, dijo a<br />
propósito Gore Vidal.<br />
Como Virginia Woolf o Katherine Mansfield, tuvo diarios íntimos, publicados post<br />
mórtem por su hijo, David Rieff, quien además rememoró el final de la vida de su madre<br />
en su libro Un mar de muerte. La autora defendía la escritura de diarios íntimos por varios<br />
motivos. Ya había escrito en su ensayo sobre Barthes que el diario íntimo es un “instrumento<br />
ejemplar en la carrera de la conciencia, (…) que nos permite encontrar el ego detrás de las<br />
máscaras del ego en las obras de un autor”. Sus propios diarios reflejan, según la crítica, a<br />
una Sontag completamente distinta de la de los ensayos, novelas y apariciones en televisión.<br />
Mientras en público manejaba un tono vehemente, en su diario se retrata a sí misma como<br />
un ser temeroso y contrito. Enfatiza sus perfiles de “hija dañada” y “madre devota” de su<br />
hijo. Corresponsal de guerra, periodista e historiador, Rieff (que visitó Buenos Aires hace dos<br />
años, invitado por la Maestría en Periodismo del diario La Nación y la Universidad Torcuato<br />
Di Tella) ha hablado de Sontag en innumerables entrevistas, dando cuenta de la cercanía que<br />
tenían: “Su corazón se rompió a menudo, y buena parte de este tomo es la elaboración de la<br />
pérdida amorosa. En cierto sentido ello implica que se tenga una impresión falsa de su vida,<br />
pues propendía a escribir más en sus diarios cuando era infeliz, mucho más cuando lo era<br />
amargamente, y menos cuando se encontraba bien”. Sontag, por su parte, mostraba fascinación<br />
por la maternidad: “Estoy demasiado cerca de David en el sentido de que me identifico<br />
con él. Cuando paso mucho tiempo con él pierdo la noción de mi edad; acepto los límites de<br />
su mundo. Apacigua mis fantasías de ser un chico. Me identifico con David, es el niño que habría<br />
querido ser; no necesito ser un chico porque él existe. (…) Debo aprender a estar sola…<br />
y lo que he descubierto es que con David no es estar sola (a pesar de mi profunda soledad).<br />
Es todo un universo propio, al que me adapto. Con David soy una persona diferente a cuando<br />
estoy sola. La soledad pesa porque es interminable. Todo un mundo nuevo. El desierto”.<br />
Rieff no se dedicó exclusivamente a hablar de cuestiones familiares, hubiese sido estúpido<br />
omitir la política en el caso de su madre: “Nunca se retractó de su oposición a la guerra. Pero<br />
sí llegó a arrepentirse y, a diferencia de muchos de sus pares, a retractarse públicamente de<br />
su fe en las posibilidades de emancipación del comunismo, no solo en sus encarnaciones<br />
soviética, china o cubana, sino en tanto sistema”. Entre 1987 y 1989 sirvió como presidente<br />
del Centro Estadounidense de PEN, la organización internacional de escritores dedicada a la<br />
libertad de expresión y la promoción de la literatura, que fomentó varias campañas a favor de<br />
los escritores perseguidos y encarcelados.<br />
Cuando se ponía más personal, Sontag se servía de una estructura de pensamiento similar a<br />
la que usaba al escribir ensayos; le gustaban las listas y las jerarquías: “Las cualidades que me<br />
atraen (alguien a quien amo debe tener al menos dos o tres): 1- Inteligencia. 2- Belleza; elegancia.<br />
3- Douceur (delicadeza, dulzura). 4- Glamour; celebridad. 5- Fuerza. 6- Vitalidad; entusiasmo<br />
sexual; alegría; encanto. 7- Expresividad emocional, ternura (verbal, física), afecto”.<br />
La fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, famosa por fotografiar a un John Lennon<br />
desnudo abrazado a Yoko Ono para la revista Rolling Stone, solo unas horas antes de que<br />
Izq. David Rieff, el único hijo de<br />
Sontag.<br />
Der. Portada de una edición del libro<br />
Un mar de muerte, en el que Rieff<br />
rememora el final de la vida de su<br />
madre.
Fotografías de Susan Sontag<br />
tomadas por Annie Leibovitz en<br />
diferentes momentos de<br />
su vida.<br />
fuera asesinado, estuvo sentimentalmente unida a Sontag durante dieciséis años, aunque la<br />
escritora nunca habló públicamente del tema. Vivían en pisos separados en el mismo edificio<br />
de Chelsea, en Manhattan. Leibovitz había conocido a Sontag en 1988, cuando la fotografió<br />
para su libro La enfermedad y sus metáforas. No es casual que de allí haya surgido una<br />
relación importante. Desde siempre Sontag había mostrado interés por la fotografía y las<br />
reflexiones en torno al tema del que quizás sea su ensayo más difundido y que se leen aún hoy,<br />
pese a haber quedado algo desactualizadas frente al avance de las imágenes que circulan por<br />
Internet en medios que ella no llegó a conocer como Instagram, Tumblr, etc.: “Fotografiar es<br />
esencialmente un acto de no intervención. Parte del horror de las proezas del fotoperiodismo<br />
contemporáneo tan memorables como las de un bonzo vietnamita que coge el bidón de<br />
gasolina y un guerrillero bengalí que atraviesa con la bayoneta a un colaboracionista maniatado<br />
proviene de advertir cómo se ha vuelto verosímil, en situaciones en las cuales el fotógrafo<br />
debe optar entre una fotografía y una vida, optar por la fotografía. (…) El acto fotográfico, un<br />
modo de certificar la experiencia, es también un modo de rechazarla: cuando se confina a la<br />
búsqueda de lo fotogénico, cuando se convierte la experiencia en una imagen, un recuerdo”.<br />
Lógicamente, no se cernía a la imagen fija y tuvo reflexiones para la pantalla de televisión: “Es<br />
el factor más insensibilizador de la sensibilidad moderna. La TV altera todo el ritmo de la vida,<br />
las relaciones personales, el tejido social, la ética, todo ello apenas comienza a ser evidente.<br />
Nos obliga a pensar: ¿Qué es una imagen?”.<br />
Generosamente, la escritora apuntaló la carrera de la fotógrafa con quien tenían en común<br />
rasgos de larguísima data como el judaísmo y el haber sido criadas por figuras paternas militares.<br />
Cuando Leibovitz hizo aquella famosísima foto (por aquel entonces bastante controvertida)<br />
de la actriz Demi Moore desnuda y embarazada, fue Sontag quien persuadió a la editora<br />
de Vanity Fair, Tina Brown para que la publicara. Aunque en vida de Sontag ninguna de<br />
las dos entró en detalles sobre la naturaleza de su unión, cuando Leibovitz fue entrevistada<br />
a propósito de su libro del año 2006, A Photographer’s life: 1990-2005, declaró: “Con Susan,<br />
vivimos una historia de amor. Podría decirse que fuimos amantes”. También contó que ambas<br />
estaban preparando un libro, ya que había disfrutado de trabajar juntas en el pasado como en<br />
Women, el libro editado en 1999, con retratos que Leibovitz realizó de diversas mujeres, más<br />
que nada situadas en sus ambientes de trabajo, y prologado con un ensayo de Sontag.<br />
Un año antes de morir, fue entrevistada por su colega español Arcadi Espada, a propósito de<br />
su ensayo Ante el dolor de los demás, sobre la violencia y su representación, en el que contradice<br />
algunas de las tesis de un ensayo anterior, Contra la interpretación. “La objetividad no es<br />
un término que yo tenga en gran estima. No creo que explique demasiado. En parte porque<br />
es un elemento polarizado, parte de una dicotomía –expresó al ser interpelada por Arcadi–.<br />
En el momento en que dices objetivo, obligas a hablar de subjetivo. Y no es eficaz. Es, como<br />
si dijéramos, una alternativa demasiado cruda. Y no creo que sea la forma correcta de hablar<br />
de fotografía. Lo que hay que buscar en las fotografías es que sean capaces de darnos la mayor<br />
cantidad de información posible sobre una situación cualquiera que se ha producido, que ha<br />
sido real. Entendiendo siempre, claro está, que sobre una situación real, la información será<br />
o7
o8<br />
siempre incompleta. Yo creo que la tensión entre objetividad y subjetividad crea muchos<br />
problemas falsos y que la primera obligación de cualquier análisis es evitar la posibilidad de<br />
que aparezcan problemas falsos”. El diálogo entre los dos autores resulta muy interesante a<br />
la hora de saber cómo pensaba Sontag al final de su vida. Hay discrepancias en cuanto a las<br />
convicciones que había sostenido durante las primeras décadas de su carrera, cuando defendía<br />
con mayor vehemencia la especulación intelectual: “Hoy yo parto de la realidad. Ni me<br />
interesa Hazlitt, ni Burke, ni Bataille, ni Baudelaire, ni el malditismo, ni lo demoníaco,<br />
ni nada de eso. ¿Sabe lo que a mí me interesa? Ruanda. (…) El genocidio a cuchillo de<br />
Ruanda. La literatura es totalmente secundaria. A mí me interesa la realidad. En seis semanas,<br />
ochocientas mil personas, ¡ochocientas mil personas!, fueron asesinadas en Ruanda. Por sus<br />
vecinos. ¡Por sus vecinos! Cada una de esas personas murió de una manera individualizada,<br />
pasada a cuchillo. Mire la historia de la humanidad. Mírela fijamente: ¡le importa un rábano lo<br />
que dicen los escritores! Ruanda. ¿Sabe usted lo que es Ruanda? (…) Ruanda es un pequeño<br />
país. Un pequeñísimo país. Más pequeño que Cataluña. Y con un noventa y cinco por ciento<br />
de sus habitantes que son católicos. ¿Para qué tengo que leer a Baudelaire? (…) Yo no apelo a<br />
la autoridad del intelectual. Insisto en que nadie ha escuchado al intelectual. Tenemos que redescubrir<br />
el retorcimiento de los seres humanos. Yo cito a estos escritores no para refugiarme<br />
en su autoridad, sino sobre todo para decir qué extraño es que sigamos redescubriendo a cada<br />
paso lo mismo. Qué extraño es que redescubramos lo evidente. Qué extraño es que no nos<br />
hayamos convertido todavía en adultos morales o psicológicos. Lo siento: me siguen sorprendiendo<br />
estas crueldades indescriptibles de los seres humanos”.<br />
El 28 de diciembre de 2004, poco después de esa entrevista en la que se mostró más preocupada<br />
que nunca por los dramas sociales del mundo (en inversa proporción a su descrédito por<br />
la actividad intelectual a la que paradójicamente había consagrado la mayor parte de su vida),<br />
Sontag murió en el hospital Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, a los 71<br />
años. Había padecido cáncer de pecho cuando tenía 43, y también le diagnosticaron leucemia,<br />
por la que llegó a recibir un trasplante de médula. Aunque se le adjudicaron romances con<br />
distintas celebridades culturales como la dramaturga cubana María Inés Fornés, la actriz<br />
francesa Nicole Stéphane y el pintor y escultor Jasper Johns, su vida terminó junto a la<br />
fotógrafa con la que había compartido, discretamente, los últimos tres lustros.<br />
“Las imágenes que idealizan (como casi todas las fotografías de modas y animales) no son<br />
menos agresivas que la obra que hace de la llaneza una virtud (como las fotografías clasistas, las<br />
naturalezas muertas del tipo más desolado y los retratos criminales). Todo uso de la cámara implica<br />
una agresión”, había dicho Sontag quien también había hecho foco en el espíritu morboso<br />
del ser humano, tan seducido por los cementerios, las momias, las catacumbas y otros templos<br />
dedicados a la muerte. Pero nunca se conocerá su opinión acerca de la famosa foto que<br />
Leibovitz le hizo cuando ya estaba muerta. Fue polémico, la acusaron de utilizar su relación<br />
con Sontag para ganar notoriedad. La fotógrafa justificó el hecho como parte de una “profunda<br />
convicción personal” y el “cierre de un ciclo”. La fotografía fue exhibida en una muestra de sus<br />
obras y publicada en su libro A Photographer’s life: 1990-2005. David Reiff, el hijo de la escritora,<br />
etiquetó esa fotografía como “un carnaval visual sobre la muerte de una celebridad”<br />
FUENTES<br />
• http://www.susansontag.com/<br />
• http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/<br />
• sontag.htm<br />
• http://cultura.elpais.com/<br />
• http://www.abc.es/<br />
• http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/<br />
• radar/9-4632-2008-05-28.html<br />
• http://www.telegraph.co.uk/<br />
• Revista Ñ<br />
• Revista ADN
Mick Jagger & Annie Leibovitz<br />
Tema de tapa<br />
dos<br />
44<br />
Canciones<br />
de<br />
BUENA<br />
LA<br />
MEMORIA<br />
POR Juan Cibeira*
La memoria es un valioso patrimonio, un privilegio de los<br />
individuos que construye su identidad y establece las condiciones<br />
históricas y culturales de una sociedad. La memoria y los<br />
recuerdos conservan aquello que cada persona ha experimentado<br />
o vivido a través de su existencia. Es el soporte donde<br />
quedan impresas las marcas del pasado, la información que<br />
estas contienen, elaborada y actualizada en forma de imágenes<br />
mentales presentes.<br />
Todo sujeto puede conservar aquello que ha experimentado o<br />
vivido, y tiene la capacidad de definir en cada caso el significado<br />
que quiere que tengan sus recuerdos: objetos, lugares, personas<br />
o emociones. Así, adjudicándoles determinados valores,<br />
podrá luego reconocerlos.<br />
En una sociedad, la memoria y la historia forman parte de una<br />
memoria colectiva en la cual quedan impresos los recuerdos<br />
del pasado. Esa es la memoria histórica, que se constituye en<br />
base a costumbres, música, danzas, festividades, tradiciones y<br />
elementos de la cultura popular surgidos del devenir histórico<br />
de una sociedad.<br />
La música, ciertas canciones, se convierten en un recuerdo<br />
imborrable, sonidos que nos evocan situaciones de placer o<br />
de dolor. Son momentos atesorados en el inconsciente que<br />
afloran radiantes en nuestra mente, evocados por sonidos que<br />
vuelven una y otra vez. Tenemos canciones guardadas en la<br />
memoria, melodías que marcaron momentos y conforman la<br />
banda de sonido de las diferentes etapas de nuestra vida. Y tenemos<br />
canciones sobre la memoria, aquellos temas que son un<br />
recuerdo colectivo, una evocación en el presente de historias<br />
vividas que preservan la identidad y el futuro de la sociedad.<br />
Un ejemplo de ese tipo de canciones que remiten a la memoria<br />
y el olvido es precisamente “La memoria” de León Gieco,<br />
incluida en el álbum Bandidos rurales, editado en 2001. Con<br />
el lirismo llano que caracteriza a Gieco, la canción aborda<br />
una amplia gama de situaciones conflictivas, en algunos casos<br />
como reflexión y en otros como denuncia.<br />
Los viejos amores que no están,<br />
la ilusión de los que perdieron,<br />
todas las promesas que se van,<br />
y los que en cualquier guerra se cayeron.<br />
Todo está guardado en la memoria,<br />
sueño de la vida y de la historia.<br />
Otros versos aluden al atentado a la AMIA, por lo que<br />
aparecen reproducidos en las paredes de la estación Pasteur-AMIA.<br />
León Gieco ha sido uno de los artistas más prolíficos<br />
en este tipo de temática dedicada a la memoria histórica.<br />
En cambio, para la megaestrella estadounidense Taylor<br />
Swift la memoria significa su primer éxito discográfico. En<br />
2006, con apenas 16 años, Taylor compuso junto a Liz Rose<br />
la canción “Tim McGraw”. El tema habla de un amor de<br />
verano evocado por el recuerdo de una canción del cantante<br />
country Tim McGraw, que dio el título al tema. Es una historia<br />
real sobre Taylor y un novio de aquella época, y fue el<br />
primer éxito discográfico de su naciente carrera.<br />
También el recuerdo de un desamor pudo transformarse en<br />
un himno como “Crímenes perfectos” de Andrés Calamaro,<br />
canción que integra el clásico álbum Alta suciedad de<br />
1997. Balada de intenso lirismo, aborda tanto el dolor del recuerdo<br />
de un amor como la memoria de los años del mundial<br />
de fútbol de 1978 y la dictadura militar.<br />
¿Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto?<br />
¿(Sentiste) a los asuntos pendientes volver hasta volverte<br />
(muy) loco?<br />
Si resulta que sí, si podrás entender lo que me pasa a mí esta<br />
noche.<br />
Ella no va a volver y la pena me empieza a crecer (adentro)<br />
la moneda cayó por el lado de la soledad y el dolor.<br />
Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial 78,<br />
me tocó crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor,<br />
la moneda cayó por el lado de la soledad, otra vez...<br />
45
fue la fotógrafa oficial de la gira.<br />
“Memory Motel” se terminó de componer en medio del tour,<br />
la letra menciona una partida hacia Baton Rouge, Lousiana,<br />
donde los Stones dieron dos shows muy recordados en esa<br />
ciudad. La historia cuenta los recuerdos de una noche de pasión<br />
en el hotel, precisamente llamado “Memoria”.<br />
Hannah cariño era una divina clase de mujer,<br />
sus ojos eran pardos<br />
y su nariz era suavemente curvada,<br />
pasamos una solitaria noche en el Motel Memoria.<br />
Está en el océano, creo que lo conoces bien,<br />
me tomó una noche estrellada para quitarme la respiración<br />
ahí en la orilla<br />
su pelo todo empapado en aerosol.<br />
Grabado en Nueva York con un seleccionado de varios de los<br />
más brillantes sesionistas estadounidenses, Alta suciedad arrasó<br />
con los ránkings y gran parte de las catorce canciones que<br />
lo componen fueron singles de gran éxito, convirtiéndolo en<br />
uno de los álbumes más vendidos de la historia en Argentina.<br />
Otro ejemplo es “Memorias del olvido”, del grupo uruguayo<br />
No Te Va a Gustar (NTVG). Perteneciente al álbum Por lo<br />
menos hoy, editado en 2010, el tema está inspirado en el<br />
film El lector, historia conmovedora protagonizada por Kate<br />
Winslet y Ralph Fiennes. La canción habla de la discriminación<br />
y la exclusión de la sociedad en la que vivimos.<br />
Otro enfoque diferente de la memoria y los recuerdos es<br />
el que Bon Jovi le dio a su tema “(You Want To) Make A<br />
Memory”. Tema perteneciente al décimo álbum de estudio,<br />
Lost Highway, según el cantante es una historia contada por<br />
alguien que en realidad es un espíritu porque está muerto. Él<br />
declaró que la compuso influenciado por el film Sexto sentido,<br />
protagonizado por Bruce Willis. “(You Want To) Make A<br />
Memory” fue lanzada en 2007 y recibió una nominación a los<br />
premios Grammy.<br />
46<br />
Me pasaron tantas cosas<br />
y no me acuerdo de nada<br />
solo del viento y tus ojos<br />
de llorar a carcajadas.<br />
No sé cuánto habrá pasado<br />
desde cuando te leía<br />
nunca quise darme cuenta<br />
que no era idea mía.<br />
Si te vas ahora yo lo entenderé,<br />
si te quedas, ya tengo un plan,<br />
¿quieres hacer memoria...?<br />
¿Quieres robar un pedazo de tiempo...?<br />
Puedes cantarme una melodía,<br />
Yo escribiré un par de líneas,<br />
¿quieres hacer memoria...?<br />
Las historias, los recuerdos de los amores fugaces en la ruta<br />
son parte indisoluble del rockanroll. Y quién mejor que los<br />
Rolling Stones para ofrecer uno de esos relatos como “Memory<br />
Motel”. La canción, una típica balada Stone, compuesta<br />
por Jagger y Richards, pertenece al álbum Black and Blue<br />
editado en 1976. Jagger comenzó a escribirla mientras paraba<br />
con Richards en la casa de Andy Warhol en Nueva York,<br />
antes de que los Stones comenzaran el histórico “Tour de las<br />
Américas ‘75”. El motel al que hace alusión el título existe en<br />
Long Island y la mujer protagonista de la historia, nombrada<br />
como Hannah, sería la reconocida Annie Leibovitz, que
Más real y cercano a la memoria colectiva, el conflicto bélico<br />
por Malvinas dejó un acontecimiento histórico inevitable<br />
que se reflejó en canciones de la época que permanecen<br />
imborrables en el inconsciente colectivo. Abrevando en la<br />
cultura musical de la época, profundamente influenciada<br />
por una actitud de resistencia al régimen, fueron muchas las<br />
canciones que surgieron retratando el momento sangriento<br />
o luego como reflexión de posguerra. Temas como “Reina<br />
Madre” de Raúl Porchetto, “No bombardeen Buenos Aires”<br />
de Charly García y “La isla de la buena memoria” de<br />
Alejandro Lerner fueron la respuesta inmediata del rock<br />
nacional al conflicto.<br />
La canción de Alejandro Lerner fue uno de esos temas que<br />
terminó convirtiéndose en un himno de resistencia a la dictadura<br />
militar, infaltable en aquellos conciertos que ya se habían<br />
convertido en reuniones de protesta contra el régimen.<br />
Lerner era en aquellos años de plomo un juvenil compositor<br />
e intérprete que, luego de participar en varias bandas, había<br />
sorprendido gratamente con su álbum debut solista Alejandro<br />
Lerner y La Magia, lanzado en 1982. Ese mismo año, fue una<br />
de las grandes atracciones del festival B.A. Rock y en 1983 se<br />
consagraría definitivamente con el disco Todo a pulmón, donde<br />
incluiría “La isla de la buena memoria”.<br />
Desde que llegué a la isla no tengo con quién hablar.<br />
Somos miles los unidos por la misma soledad.<br />
Creo que hace mucho frío por acá;<br />
hay más miedos como el mío en la ciudad.<br />
Ya se escuchan los disparos entre muerte y libertad,<br />
cae mi cuerpo agujereado, ya no podré cantar más.<br />
La guerra de Malvinas continuó siendo inspiración para muchos<br />
artistas locales e internacionales, especialmente en los<br />
años de posguerra. Con el tiempo surgieron otros enfoques<br />
del conflicto como el del grupo Attaque 77, que en 1994 reivindica<br />
a los ex combatientes como héroes y también como<br />
víctimas del régimen militar con su tema “2 de abril”, incluido<br />
en su quinto disco de estudio titulado Amén!<br />
Los músicos británicos también hicieron escuchar su voz sobre<br />
la guerra. La legendaria banda The Clash editó en 1982<br />
su álbum Combat Rock, cuyo título aludía al conflicto. También<br />
Pink Floyd dio su particular visión de la guerra en el álbum<br />
The Final Cut, el último con Roger Waters. Grabado<br />
en 1983, el álbum es una corrosiva crítica antibélica en la que<br />
también se mencionan las secuelas económicas del conflicto y<br />
el suicidio de los ex combatientes británicos<br />
47<br />
* Periodista. Fue integrante del staff de la mítica revista Pelo. Actualmente forma<br />
parte del Departamento de Promoción de Warner Music.
Entrevista<br />
dos<br />
48<br />
En un<br />
HOTEL<br />
llamado<br />
LAS VIOLETAS<br />
El hipnotizador, la nueva serie de HBO, se basó en una historieta escrita por PABLO DE SANTIS<br />
y dibujada por JUAN SÁENZ VALIENTE. Quid se reunió con los dos autores para hablar del paso del papel a<br />
la pantalla chica<br />
POR Nancy Giampaolo
Pablo de Santis<br />
–¿Fue usted a quien primero se le ocurrió que El hipnotizador<br />
era una historia viable para llevar a la tele?<br />
No tuve nada que ver en eso: apenas salió la edición francesa<br />
de la historieta, un crítico y escritor brasileño, Joca Reiners<br />
Terron, recomendó el álbum a la productora RT de San<br />
Pablo. Ellos se entusiasmaron con la idea y propusieron el<br />
proyecto a HBO.<br />
–¿Cómo fue la génesis de la historieta, mucho antes de<br />
la serie televisiva? Juan Sasturain nos propuso trabajar<br />
juntos para la revista Fierro. Hicimos con Juan Sáenz Valiente<br />
un par de historietas unitarias y después empezamos<br />
a trabajar en El hipnotizador. Primero escribí un plot argumental,<br />
para que Juan fuera viendo el mundo del personaje, y<br />
después ya empezamos a trabajar en las historias. Para mí era<br />
muy importante la relación del hotel con la historieta y, sobre<br />
todo, la voz de Salinero, el dueño del hotel, que en cierta forma<br />
recibe a los lectores y les muestra los personajes.<br />
–¿Qué le parece el resultado final de la serie de HBO?<br />
La serie es impresionante, está hecha con un cuidado preciosista<br />
y consigue un clima de alucinación. Leonardo Sbaraglia<br />
hizo un gran trabajo en el rol de Arenas. Hay también<br />
otros argentinos –Marilú Marini, Chino Darín, Alejandro<br />
Awada–, junto a actores brasileños y uruguayos. Además<br />
de escribir la historieta, participé en el guión, junto a tres<br />
guionistas brasileños: Leonardo Levis, Thiago Teixeira y<br />
Tiago Brito.<br />
–Usted es mayormente conocido como escritor, pero<br />
sus primeros textos fueron, justamente, guiones de<br />
historieta. ¿Cuándo una historia es más apta para la<br />
historieta que para la literatura? En toda historia hay<br />
elementos visuales, pero en una historieta estos deben ser especialmente<br />
intensos, para que el dibujante pueda presentar<br />
acciones, escenarios, personajes. Y la historieta, en general, le<br />
viene muy bien a la narrativa audiovisual. De hecho, en muchas<br />
películas trabajan dibujantes de historietas, para poner<br />
en imágenes el guión antes de filmarlo. El dibujo de historieta<br />
trabaja con distintos planos y encuadres, igual que el cine o<br />
la televisión.<br />
–En sus primeras obras historietísticas hizo dupla con<br />
Max Cachimba, un dibujante que se encuentra en las<br />
antípodas de Sáenz Valiente. ¿Varía su escritura de<br />
acuerdo al dibujante? Los dos son dibujantes geniales,<br />
pero tienen rasgos muy distintos. En el dibujo de Juan Sáenz<br />
Valiente uno entra en una ilusión, es como si paseara por esos<br />
ambientes de techos altos, como si explorara esas casas un<br />
poco ruinosas. En cambio, los dibujos de Max Cachimba<br />
tienen conciencia de que son algo que está sobre la página.<br />
Hay una interacción entre los personajes y los signos gráficos<br />
que los sustenta. Juan y Max son dos casos extremos de invención<br />
constante. Yo no veo en los dibujantes europeos este<br />
gusto por emprender siempre un nuevo camino. Los guiones,<br />
por supuesto, cambian: cuando trabajo para Juan Sáenz Valiente<br />
hago historias que se acercan más a la literatura fantástica,<br />
mientras que con Max Cachimba, con quien hicimos<br />
La cazadora de libros, el mundo imaginativo siempre está<br />
cerca del absurdo. También trabajé en los últimos años con el<br />
dibujante cubano Frank Arbelo, con quien hicimos Justicia<br />
poética, que apareció en Fierro. Arbelo tiene un estilo duro,<br />
sintético y fuerte, ideal para el policial.<br />
–¿Cuál es su relación con la televisión? ¿Cayó en el<br />
furor de las series? Me gustaron mucho algunas series,<br />
sobre todo las dos primeras temporadas de Homeland. Y me<br />
encantan las series policiales clásicas: Poirot y La señora Marple.<br />
Creo que el encanto de series como Lost, Breaking Bad o<br />
Homeland está en que mientras el cine trabaja con estructuras<br />
más rígidas, las series, al no tener una duración definida,<br />
se permiten innovar una y otra vez. Sin embargo, la duración<br />
indefinida es también el principal enemigo: toda historia que<br />
se prolonga en exceso termina por parecer un teleteatro absurdo,<br />
donde los personajes son encarnaciones de la contradicción.<br />
La idea de final es fundamental para definir lo que es<br />
una narración: lo que no tiene final no tiene sentido.<br />
49<br />
Juan Sáenz Valiente<br />
El mundo que propone el guión de El hipnotizador es<br />
tan fantástico y vago como la evocación de un sueño<br />
(precisamente el tema de la historia), pero su dibujo es
5o<br />
preciso y construido en torno a singularidades: nada<br />
es genérico, todo es específico. ¿Ese contraste fue<br />
consciente o simplemente trabaja así? Cuando se me dio<br />
la oportunidad de colaborar con De Santis, cargaba con la<br />
herencia cultural de sus colaboraciones junto a Cachimba<br />
a las que yo no podía esquivar. Entonces, para no repetir la<br />
fórmula, decidí hacer lo contrario; un dibujo completamente<br />
realista y racional que no busque dispararse desde el guión,<br />
sino estar al servicio absoluto de este. Si De Santis hablaba,<br />
por ejemplo, de una máquina llena de engranajes, yo me proponía<br />
dibujar una máquina que teóricamente funcionara, que<br />
pudiera haber existido en nuestro mundo. Como los robots<br />
de Robotech, que teóricamente era verdad que se podían<br />
transformar de nave a robot. Igual es mentira, respecto de<br />
las máquinas y autómatas que dibujé nunca me preocupé<br />
porque funcionaran teóricamente, estoy exagerando. Pero por<br />
ejemplo, al Hotel Las Violetas, donde transcurre la historia,<br />
lo diseñé con mi madre, que es arquitecta, y los dibujos de<br />
los fondos siempre respetan los planos que hicimos. Pero en<br />
síntesis, llegué a ese recurso del realismo para escapar de ser<br />
una variación de Cachimba. Por sorpresa, descubrí que el<br />
contraste que se generaba entre un guión tan fantástico y un<br />
dibujo tan racional generaba un equilibrio muy interesante,<br />
también. Era otra manera muy diferente de interpretar los<br />
guiones de Pablo De Santis.<br />
–¿Hubo un trabajo conjunto con el guionista para definir<br />
aspectos visuales de la historieta que no estuviesen<br />
implícitos ya en el diálogo o la descripción de las acciones<br />
que te daba el mismo guión? De Santis da una total libertad<br />
cuando entrega el guión. Tampoco el guión mismo impone<br />
muchas condiciones, describe lo mínimo indispensable.<br />
Dice qué dicen los personajes pero no cómo lo dicen. Está<br />
separado en cuadritos, pero ni siquiera aclara dónde terminan<br />
las páginas. Pero, al mismo tiempo, sus guiones son completamente<br />
herméticos, en cierto sentido. Desde los diálogos y<br />
las elipsis temporales que logra, si uno intenta toquetearlo, lo<br />
tergiversa. Es muy difícil encontrarle tuercas flojas o huecos<br />
donde meter mano. Eso que a mí me gusta intentar meter<br />
mano y ver si puedo potenciar en algo la historia modificando<br />
algo. Pero los guiones de De Santis tienen un manejo perfecto<br />
de los tiempos y los diálogos. No hay nada de más. Y si hay<br />
una frase que parece descolgada, más adelante seguro cobrará<br />
sentido. El resto (fondos, características físicas, actuación,<br />
encuadres) los deja absolutamente a criterio del dibujante.<br />
Pero siempre encuentro una sola forma de contarlos; creo<br />
que nunca pude sacarle un cuadrito, ni agregarle una frase.<br />
Siempre que leo sus guiones, ya sé desde la primera vez cómo<br />
serán los aspectos físicos de los personajes, cómo actuarán<br />
y cómo serán los fondos por los que se moverán. Después,<br />
quizás, me cuesta dibujarlos y lograr plasmar lo que tengo en<br />
la cabeza. Pero lo que él escribió me apunta la imaginación a<br />
un lugar muy preciso; poco vago. No tengo que hacer parvas<br />
de bocetos hasta lograr dar con algo que lo represente; ya lo<br />
vi desde la primera vez que leí el guión. De todos modos antes<br />
de dibujar las páginas muestro un storyboard a De Santis<br />
a ver si le parece que está todo bien. Salvo alguna que otra<br />
vez que me comí un globito o algún error técnico similar, él<br />
siempre encuentra todo bien y nunca corrige nada. Tampoco<br />
cuando le muestro las páginas ya terminadas. No sé si él será<br />
así con todos sus colaboradores o conmigo se siente cómodo y<br />
por eso es así. Pero yo me siento de lo más cómodo trabajando<br />
con él, obviamente.<br />
–¿Se basó en documentación de algún tipo para construir<br />
ese mundo? Sí, muchas fotos, principalmente. En la<br />
época en la que dibujé la historieta vivía por Montserrat, por<br />
lo que salía a sacar muchas fotos por el barrio, que tiene una<br />
arquitectura muy compatible con los fondos que yo quería<br />
dibujar. En realidad creo que era prácticamente el mismo<br />
lugar, salvo que hace mucho, sin los maxikioskos ni algún que<br />
otro edificio setentoso que se construyó, ni los carteles con<br />
backlight, ni los aires acondicionados incrustados en las fachadas<br />
que hay ahora. También me compré un diario El mundo<br />
y una revista El hogar, ambos del 30, en una librería de antigüedades<br />
del barrio. Además, tenía muchos libros de fotos<br />
antiguas de Buenos Aires y revistas viejas de mi familia. De<br />
las revistas y los libros no solo rescataba los fondos y los vestuarios.<br />
También las caras de esa época eran muy interesantes.<br />
Como si fueran más intensas que las de ahora. Me animo<br />
a teorizar que al estar recién llegados los grupos migratorios,<br />
allá por el 1900, no estaban tan mezclados como ahora, y los<br />
rasgos estaban menos integrados. Pero quizás es un prejuicio
idículo. Encuentro las caras de principio de siglo pasado muy<br />
interesantes, incluso abstrayéndolas de los peinados que nos<br />
pueden parecer exóticos hoy en día. De todos modos en esa<br />
época no tenía Internet en mi casa, no sabía googlear ni existía<br />
el streetview. Creo que hoy en día lo podría haber resuelto<br />
sin salir de mi escritorio. Al menos las nuevas historietas las<br />
hago prácticamente así.<br />
–Uno de los personajes se parece a Domingo Cavallo.<br />
¿Se basó en personas reales en todos los casos? Eso me<br />
quedó un poco desprolijo, justamente. Algunos personajes<br />
eran inventados y otros los sacaba de fotos. A Cavallo lo usé<br />
porque tenía que hacer otro personaje, también hipnotizador.<br />
Daba ideal como physique-du-rol, porque tenía ese aspecto<br />
de gordito tierno y dulzón pero a su vez esa mirada muy terrible<br />
y siniestra. Esos aspectos me venían muy bien para el<br />
hipnotizador que necesitaba dibujar. Una vez, viendo a Cavallo,<br />
mi padre me dijo: “Fijate que controla el pestañeo, por<br />
eso es tan intensa su mirada”. Tenía razón. Me gusta mucho<br />
esto de agarrar personajes de público conocimiento y usarlos<br />
fuera de contexto, pero aprovechando sus características, que<br />
todos conservamos en el inconsciente colectivo. Si bien no<br />
todos repararon de manera consciente en el control del pestañeo<br />
de Cavallo, todos tenemos cierto respeto por la mirada<br />
tan penetrante del ex ministro, sin darnos cuenta. Entonces,<br />
por más que sea un dibujo y el tipo esté fuera de contexto,<br />
con un péndulo, vestido de época, arriba de un escenario, el<br />
shock influye y el inconsciente colectivo nos aporta una carga<br />
cultural que hace que tengamos un respeto particular por ese<br />
personaje. Eso me ahorra un montón de trabajo como autor.<br />
La cuestión es que me quedó un poco desparejo el diseño<br />
de los personajes en la historieta, porque, al haber algunos<br />
personajes basados en personas reales y otros inventados,<br />
no quedaron bien integrados y se nota el salto de uno a otro.<br />
Como en Los Simpson, cuando hacen convivir a la caricatura<br />
de Keith Richards con Homero, que no queda bien, se<br />
nota en el primero el esfuerzo por adaptarlo a ese mundo y<br />
en el segundo cómo fue hecho con total naturalidad. Tomé en<br />
cuenta el error para futuras creaciones<br />
51
Entrevista<br />
tres<br />
327<br />
CUADERNOS<br />
UNA CÁPSULA<br />
DEL TIEMPO<br />
Hijo de Torcuato Di Tella y referencia incontestable a la hora de hablar de documental en Argentina,<br />
ANDRÉS DI TELLA recurre al Found Foutage y a una puesta metafórica para llevar a la pantalla grande el<br />
último intento de Ricardo Piglia por abordar sus diarios personales, el resultado: 327 cuadernos.<br />
Un diario cinematográfico sobre la lectura de un diario literario<br />
POR Esteban Ulrich<br />
52<br />
–¿Cómo surge la idea de la película? El proyecto surge a<br />
partir de Ricardo Piglia... Yo lo conozco hace treinta años,<br />
hicimos otra película en el 85, sobre Macedonio Fernández,<br />
y hace un tiempo veníamos con la idea de hacer algo.<br />
Charlando con él, cuando estaba en Estados Unidos pero ya<br />
por volver a la Argentina definitivamente, me contó que tenía<br />
eso pendiente, revisar sus diarios. Era algo que venía postergando,<br />
cosa de la que habla un poco en la película... Entonces<br />
surgió la idea de hacer algo sobre el diario como género. Le<br />
propuse filmar la lectura del diario y me dijo que le gustaba la<br />
idea porque le venía bien, siempre que lo había intentado antes,<br />
no había podido continuar, le resultó demasiado difícil...<br />
–Sí, usted lo define como “el diario de la lectura de un<br />
diario”... Esa era la idea. Entonces yo hacía un poco las dos<br />
cosas, de alguna manera hacía el diario que quería hacer pero<br />
lo hacía un poco por interpósita persona. En el fondo, los<br />
documentales son un poco así, las personas que se convierten<br />
en un personaje en un documental, en una película, son ellos<br />
mismos y, al mismo tiempo, se convierten en un símbolo de<br />
otra cosa, en una metáfora. Creo que si uno hace una película<br />
sobre alguien como Ricardo Piglia, que tiene su imaginario<br />
bien definido, también le agrega algo a los propios intereses.<br />
Quizás tanto o más que los del propio Ricardo, porque estoy<br />
seguro de que esta no es la película que él hubiera hecho a<br />
partir de los diarios.<br />
–Técnicamente resulta interesante la utilización de<br />
ciertos recursos y materiales que no tienen que ver<br />
necesariamente con el sujeto, con Ricardo y su historia,<br />
sino más bien con el género del Found Footage, el uso<br />
de materiales audiovisuales encontrados de diversos<br />
orígenes que se ven resignificados por su incorporación<br />
en el montaje... A mí me pareció que los diarios, entre otras<br />
cosas, eran un poco como una cápsula de tiempo, en el sentido<br />
de que aparecían ahí cosas que el propio Ricardo había
olvidado, tanto cosas escritas como papelitos, documentos, fotos;<br />
en la película aparece apenas la punta del iceberg de todo<br />
ese universo de los cuadernos. Una cantidad de cuadernos<br />
que en realidad ni siquiera Ricardo contó, 327 es un número<br />
que dijo en un momento, pero ahora, por ejemplo, que se<br />
publica el primer volumen de los diarios, en el prólogo habla<br />
de 120 cuadernos. Es que también Ricardo es de dar detalles<br />
muy precisos para hablar de algo que no es del todo real y al<br />
mismo tiempo todo lo que escribe es autobiográfico, siempre<br />
con máscaras y con transformaciones, pero todo tiene algún<br />
vínculo bastante directo con cosas reales que le pasaron a él o<br />
a personas de su entorno... Hace esa pirueta extraña, creo que<br />
es una suerte de confesión de que nunca es posible contar<br />
las cosas tal cual son, que con el hecho de contarlas ya se está<br />
deformando y contando una fábula. Además, no buscaba tanto<br />
la faceta del Piglia teórico o del profesor que dio las clases<br />
magistrales sobre Borges en la TV Pública, que es tal vez su<br />
faz pública más conocida, porque Ricardo es un gran ensayista.<br />
Yo buscaba otra cosa, justamente la sensación de vida, de<br />
intimidad que podía aparecer a través del diario. La lectura<br />
revela su vida privada, pero en relación con acontecimientos<br />
públicos, con una cierta época. Ricardo comienza a escribir<br />
los diarios en el año 1957, cuando sale su padre después de<br />
haber estado preso por defender a Perón en el 55, y llegan<br />
hasta la actualidad, entonces aparece ese medio siglo de vida<br />
argentina todo el tiempo, no podía tratarse de cualquier otro<br />
lugar. Entonces, se trata de algo muy personal, pero a la vez<br />
aparecen sucesos compartidos con muchísimas personas que<br />
vivieron esos mismos años. La búsqueda del material de archivo<br />
tenía que ver con eso, con encontrar películas familiares<br />
anónimas que tuvieran algo que ver con los lugares y los momentos<br />
que él vivió: Adrogué, Mar del Plata, algo de La Plata,<br />
Buenos Aires, y los años 50, 60, 70 y algo de los 80. Es muy<br />
curioso que una película familiar ajena completamente, que<br />
no tiene nada que ver con él, logre encarnar esos recuerdos,<br />
la mudanza por ejemplo... Y también se corresponde con una<br />
idea: usar cosas ajenas. Como escritor, Piglia, a veces, toma<br />
una historia de un cuento o novela escrito por un autor ruso<br />
y dice que está escrito por Roberto Arlt. Eso lo hace en<br />
un cuento famoso suyo. Usa las vidas ajenas y se apropia de la<br />
literatura ajena.<br />
–Hay algo en el uso de esos materiales encontrados,<br />
que tiene que ver con el arte concreto, con utilizar una<br />
materia prima determinada... Sí, el material tiene su elocuencia<br />
propia... Yo siento que mis ideas son muy limitadas y<br />
que me encuentro con cosas, personas, objetos, documentos<br />
que hablan con una elocuencia que yo no tengo... Entonces,<br />
volviendo al Found Footage, estas películas familiares que<br />
elegí después de un largo proceso de búsqueda, inclusive los<br />
fragmentos de noticieros que incluí, son descartes, y eso es<br />
muy interesante, porque se nota eso, que son un poco raras...<br />
–La entrevista al hermano del Che, en la que no puede<br />
responder las preguntas del periodista, es significativa<br />
en este sentido... Sí, eso es algo que seguramente no emitieron<br />
porque desde el punto de vista de la televisión es un fracaso,<br />
ahora, desde el punto de vista cinematográfico tiene una<br />
gran tensión... En este sentido, me gusta pensar que a la hora<br />
de hacer un documental tomo mucho de la literatura más<br />
que del cine, hago películas como si estuviera escribiendo un<br />
libro. No solo por el uso de la voz en off, que suelo hacer, u<br />
otros recursos narrativos, sino que mis proyectos tienen cierta<br />
ambición propia de la literatura...<br />
53
54<br />
–¿Cómo la definiría? Básicamente, con mayor complejidad,<br />
basada en el hecho de cruzar historias. Me parece que en la<br />
literatura siempre se trata de esto, en el cine es más difícil<br />
porque la ley del espectáculo te obliga a hacer una evolución<br />
un poco más lineal. En mis películas se pelean un poco la ley<br />
del espectáculo con esa vocación literaria... Nos reíamos con<br />
Ricardo porque yo le decía: “Leo más libros de lo que veo películas”;<br />
y él me decía: “¡Y yo al revés!, ¡veo más películas de<br />
lo que leo libros!” (risas)...<br />
–De esa manera se puede definir el documental, como<br />
ocupando ese lugar entre el espectáculo y la literatura...<br />
Quizás... No suele ser lo usual, muchas veces se lo ubica<br />
más entre el espectáculo y la política... Pero sí, yo me siento<br />
muy identificado con la literatura y me gusta imaginarme haciendo<br />
películas como si estuviera escribiendo novelas...<br />
–Me preguntaba cómo pudo haber influido en su formación<br />
la historia de su familia, para que haya elegido<br />
el documental como medio de expresión... No fui marcado<br />
tanto por la época del Instituto Di Tella, por mi edad,<br />
pero sí posteriormente. Mi mamá, que se llamaba Kamala,<br />
era hindú, ella murió hace veinte años, era psiquiatra y estaba<br />
muy vinculada con toda la movida de esa época, su mejor<br />
amiga era Marta Minujín, por ejemplo, y en Londres, en<br />
donde vivimos mucho, estaba muy vinculada con el movimiento<br />
llamado de antipsiquiatría. Trabajaba con Ronald<br />
Laing, que era el pope de ese movimiento, y en ese sentido,<br />
desde temprano estuve expuesto a muchas cosas nuevas, a un<br />
montón de gente especial, a la que aprendí a valorar con el<br />
tiempo. Mi papá es Torcuato Di Tella, que ahora es embajador<br />
en Italia y fue Secretario de Cultura y fundador del<br />
Instituto Torcuato Di Tella, que es el nombre de mi abuelo<br />
en realidad, que fue a su vez el fundador de Siam Di Tella,<br />
de ahí viene todo el resto, el Instituto y luego la Universidad.<br />
Eso fue algo que hicieron mi viejo y mi tío Guido. Niños ricos<br />
con tristeza que decidieron hacer esa locura (risas)... Es otra<br />
historia, pero fue una apuesta por un país con el que soñaron<br />
en esa época.... También hice un par de películas autobiográfica<br />
familiares, Fotografías, sobre mi mamá; La televisión<br />
y yo, más sobre la historia de mi papá y de mi abuelo, que<br />
también se vuelven historias universales. En Fotografías, sobre<br />
todo, me tomé el trabajo de quitar información sobre mi<br />
madre, si bien está lo esencial, por ejemplo Marta Minujín<br />
me señaló que no había puesto tal cosa y tal otra, como que<br />
no le hacía justicia a mi madre... Pero yo lo entiendo como<br />
el efecto iceberg, muestro la punta del iceberg que era mi<br />
mamá, el resto, lo que está bajo el agua, invisible, es lo que<br />
el espectador tiene que imaginar. ¿Cómo lo hace?, a partir<br />
de sus propias emociones, de su propia madre. Entonces es<br />
increíble, he recibido cientos de mensajes, de mails, cartas,<br />
gente que me manda fotos de sus familias... Un efecto muy<br />
raro en donde algo muy específico puede tener una repercusión<br />
en muchas personas que no tienen nada que ver con esa<br />
historia. Me parece que con Ricardo pasa lo mismo o espero<br />
que suceda... Mi esperanza es que uno pueda ver la película<br />
sin saber quién es Ricardo Piglia, porque también es eso, es la<br />
fábula de un hombre que tiene 327 cuadernos...<br />
–¿El documental le permite resolver cuestiones personales?<br />
Lo que permite, que me parece increíble, es entrar en
la vida de gente que no te conoce. Es increíble, vas con una<br />
cámara y la gente abre su vida... ¿Por qué lo hace? Bueno, hay<br />
mucha fantasía, o tal vez la idea de que por fin alguien se fijó<br />
en ellos... Yo creo que todos tenemos un instinto de dar testimonio<br />
de nuestra vida, puede sonar un poco pretencioso, pero<br />
creo que es así, lo compruebo todo el tiempo. Me encuentro<br />
con gente que me parece que no me va a hablar y finalmente<br />
es más poderosa la necesidad de que se sepa lo que se ha vivido<br />
que todo lo demás. Además, en cuanto a lo personal, en los<br />
demás empezás a encontrar reflejos, metáforas o resonancias<br />
de tu propia experiencia, creo que eso es lo que uno busca,<br />
hago documentales pero cuento fábulas. Ricardo, en el film,<br />
se refiere a la idea de la “ficción imperceptible” del diario; un<br />
documental también es real, pero hay una historia que estás<br />
contando y no es que no sea real, pero el hecho de que sea<br />
una historia lo convierte en una fábula...<br />
–¿Cómo pensó el problema del estreno? Hoy en día<br />
hay mucha oferta y mucho ruido publicitario para todo<br />
lo que es espectáculo y este tipo de films suele quedar<br />
más relegado... Para esta película vamos a ensayar un estreno<br />
particular. La estrenaremos en el cine en simultáneo<br />
con una emisión televisiva, que es algo que no se ha hecho<br />
porque se cree que automáticamente le quita público al cine,<br />
pero no creo que sea así, y además van a salir al mismo tiempo<br />
los propios diarios publicados, así que creo que todo eso<br />
va a producir un fenómeno que espero llame la atención...<br />
Por ejemplo, para la última película que estrené, Hachazos,<br />
también escribí un libro sobre el mismo tema y lo lanzamos<br />
con el film, después hicimos con Claudio Caldini una serie<br />
de performances teatrales, como una manera de otorgarle<br />
distintas formas de vida a la obra, porque suelo juntar mucho<br />
material que después queda afuera del film, que vale la pena<br />
hacer algo extra, algo que la gente quiera ir a ver y que sea un<br />
evento único... Hoy es necesario buscar distintas formas de<br />
exposición. No sirve quedarse con el estreno cinematográfico<br />
de los jueves
56<br />
Reseña<br />
uno<br />
La<br />
insustancial<br />
LEVEDAD<br />
DE LA<br />
NIEVE<br />
POR Christian Kupchik<br />
A comienzos de los años 80 del pasado siglo irrumpieron<br />
por sorpresa una serie de escritores estadounidenses que<br />
narraban historias que aparentemente no guardaban ningún<br />
espíritu épico: historias cotidianas que pasaban por pequeñas<br />
tragedias triviales, desengaños, abandonos, adicciones.<br />
El tono era seco, sin estridencias ni adjetivaciones. Entre<br />
sus autores paradigmáticos se encontraban nombres que<br />
hoy ya suenan a referentes, como Raymond Carver (quizá,<br />
en primer término), Tobias Wolf, Richard Ford y<br />
otros. Al estilo que promovían los cultores de esta propuesta,<br />
se dio en llamarlo dirty realism (realismo sucio), o más<br />
directamente, minimalismo. Por supuesto, demás está decir<br />
que a comienzos de los 80 las nuevas tecnologías ni las redes<br />
sociales habían llegado y lejos se estaba de intuir su influencia,<br />
ya no solo sobre la comunicación sino, incluso, sobre la<br />
percepción de lo real.<br />
Más de tres décadas después, nos llega Chica de oficina, novela<br />
de Joe Meno (Chicago, 1974), nueva esperanza blanca<br />
de la narrativa estadounidense. Esta novela de Meno, sexta<br />
de su producción personal, se sitúa en Chicago durante el<br />
último año del siglo XX, y los protagonistas tienen la misma<br />
edad que su autor (bueno, al menos el masculino, la chica<br />
dos menos) ese mismo año. Tampoco en 1999 las redes<br />
tenían el poder de hoy, pero sí en 2012, cuando se publicó<br />
la novela. También, en la ocasión, los medios de su país<br />
sindicaron el estilo de Meno como “minimalista”, aunque<br />
quizá, jugando con su apellido, sería más correcto catalogarlo<br />
de menomalista, que es lo mismo, pero en ningún<br />
sentido es igual a lo que propugnaban sus predecesores. Se<br />
trata de una narración directa, rápida, sincopada, asociada a<br />
las claves de muchas de las sitcom actuales (comedias sobre<br />
todo, y cuanto más negras mejor), al post del Face, incluso<br />
por momentos tiene el perfume de la dieta de caracteres<br />
de Twitter. A lo largo del relato se suceden ilustraciones –a<br />
cargo de Cody Hudson– y también fotografías –de Todd<br />
Baxter. Unas y otras son simples, casi infantiles los dibujos,<br />
algo naif las fotos, desprovistas de cualquier intencionalidad<br />
“artística”. Lo mismo ocurre con la tipografía que abre los<br />
capítulos, en imprenta manuscrita, y hasta los títulos de los<br />
mismos, que parecen haberse jurado no ir más allá de la<br />
acción concreta: “Al abrir la puerta de su departamento”, “Y<br />
mientras va en bicicleta”, “El martes hacen esto”, etc.<br />
Todo parece deliberado por Meno para la puesta a punto de<br />
su historia, pero no obstante sorprende con los tres epígrafes<br />
que abren el libro, los tres de autores franceses. Y no<br />
franceses cualquiera: el existencialista Camus (“el arte no<br />
tolera la razón”, más que gráfica), el simbolista Baudelaire<br />
y el filósofo situacionista Guy Debord, teórico de la “sociedad<br />
del espectáculo”. Pero los franceses también juegan a la
Joe Meno<br />
estrategia de Meno. Incluso su protagonista tiene nombre<br />
francés: Odile. Y en un momento hay cierta fascinación por<br />
Serge Gainsbourg, quien anima desde las paredes.<br />
A partir de allí se acaba “lo francés” –o lo que se entiende<br />
como tal– y se abre Chicago. Para colmo, Chicago en enero,<br />
que es muy fría y nieva siempre, pero a pesar de eso los<br />
protagonistas se empeñan en recorrerla en bicicleta. Veamos.<br />
Odile es una chica de Minneapolis que fue a Chicago<br />
a estudiar arte, pero se queja de la incomprensión de sus<br />
profesores que no entienden su propuesta. Propuesta que,<br />
hasta donde se sabe, no pasa de garabatear grandes genitales<br />
a anuncios publicitarios callejeros o de ómnibus. Por lo<br />
demás, Odile comparte un cuarto con una chica a la que no<br />
soporta, mantiene relaciones ocasionales con hombres que<br />
le repugnan –o por lo menos no le importan demasiado–,<br />
sueña con irse una temporada a lo de un amigo en Brooklyn<br />
y cambia de trabajos insustanciales de telemarketing con<br />
horarios nocturnos.<br />
Por otro lado está Jack, quien tampoco goza de una realidad<br />
muy feliz. Su aparición coincide con el abandono de su<br />
esposa, quien se marchó a Berlín al cabo de unos meses de<br />
casados. También Jack participó en la escuela de arte y se<br />
sintió incomprendido aunque tiene un proyecto que lo obsesiona:<br />
registrar en una pequeña grabadora de cintas todos<br />
los sonidos urbanos. Todos: un auto que frena, fragmentos<br />
de una conversación, un globo que se eleva (¿cómo suena<br />
un globo?). Después, durante horas, puede aliviar su melancolía<br />
escuchando los sonidos. Y tiene una banda, pero poco<br />
importa. Cuando no escandaliza mostrando los testículos en<br />
una fiesta, vende algo también por teléfono.<br />
Y así es como se encuentran Odile y Jack: vendiendo suministros<br />
de ortopedia por teléfono. Así tejen su historia de<br />
amor bajo la nieve, con su carga de vacío y desencanto, de<br />
ironía y tristeza. Meno dibuja a través de ese estilo directo,<br />
sin afectaciones, el desabrido mundo posadolescente que se<br />
les abre a dos jóvenes en medio de sus veintipico cuando el<br />
siglo agoniza. Hay una visión satírica, no exenta de cinismo,<br />
en cuanto a aquello que los rodea. Los grandes sueños<br />
descansan en otra parte, lejos de Odile y Jack. Incluso los<br />
diálogos y acciones que los unen parecen tener la trascendencia<br />
de lo volátil: “Escribí mi número de teléfono en tu<br />
espalda”. “¿Qué?”. “Escribí mi número de teléfono en tu<br />
espalda”. “¿De verdad? ¿Por qué lo hiciste?”. “No lo sé.<br />
Pensé que sería divertido”. “No lo vi. Y luego me duché”. Y<br />
así sucesivamente.<br />
Esa ingravidez existencial que envuelve a Odile y Jack, la<br />
manera casi insustancial con que Meno va diluyendo su<br />
historia, acaso es un intento por adelantarse al umbral de<br />
los tiempos donde se cosechan amigos virtuales y la comunicación<br />
se profundiza a ciento veinte caracteres. Chica de<br />
oficina resulta así un fresco en donde el arte, el amor, la<br />
amistad, se volatilizan con la misma facilidad que la nieve<br />
en el suelo. No es sencillo pedalear en la nieve, ni escuchar<br />
los sonidos de un globo que se pierde en el aire. Pero Meno<br />
lo intenta.<br />
Asimismo, es de agradecer que aparezcan intrépidos como<br />
los responsables del sello Páprika para presentarnos nuevos<br />
autores y estéticas, en traducciones fluidas y comprensibles<br />
como la llevada a cabo por Virginia Higa en Chica de<br />
oficina<br />
Chica de oficina,<br />
de Joe Meno.<br />
Trad. de Virginia Higa<br />
Páprika, 2015.<br />
57
RECOMENDADOS<br />
LO QUE NO TE MATA TE HACE MÁS FUERTE<br />
David Lagercrantz<br />
Destino<br />
Es la cuarta entrega de la serie Millenium,<br />
iniciada con Los hombres que no amaban<br />
a las mujeres, La chica que soñaba con una<br />
cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el<br />
palacio de las corrientes de aire. Fue publicada<br />
en cincuenta países y leída por más de 80<br />
millones de personas. “Debería ser un buen<br />
partido para quien fuera, pero por culpa de<br />
alguna faceta demasiado sensible e implorante<br />
en su carácter siempre lo acababan abandonando,<br />
y eso lo afectaba profundamente.<br />
Andrei era un romántico empedernido”.<br />
GRACIAS POR LA COMPAÑÍA<br />
Lorrie Moore<br />
Seix Barral<br />
Es el regreso de Moore al género del relato<br />
luego de dieciséis años de ausencia en los<br />
que se dedicó a escribir novelas. Gracias<br />
por la compañía es una obra multipremiada,<br />
considerada uno de los mejores libros del<br />
año. “Engendraban y criaban su odio juntos,<br />
cardiovascular, espiritual, orgánicamente. En<br />
tándem, como un sistema, como un conjunto<br />
de baile de malos sentimientos, habían colocado<br />
su odio en el centro del escenario y<br />
habían puesto una luz para destacarlo”.<br />
EL BRUJO<br />
Matías Bragagnolo<br />
Extremo negro<br />
Del autor de la ultraviolenta Petite Mort,<br />
este es un nuevo catálogo de atrocidades<br />
que se acelera página a página en busca del<br />
colapso final. Una historia que transcurre en<br />
una cárcel de máxima seguridad construida<br />
junto a la cordillera de los Andes. “Ahí muchos<br />
narcos se comunican y todos los pedófilos<br />
chatean e intercambian material, pero<br />
también la CIA, el FBI y la DEA e Interpol<br />
hacen de las suyas (…). Es, para decirlo de<br />
manera simple, un territorio virtual repleto<br />
de gente peligrosa y enferma”.<br />
58<br />
TITANES DEL COCO<br />
Fabián Casas<br />
Emecé<br />
Luego de diez años de no escribir ficción,<br />
Casas se lanza con Titanes del coco, algo<br />
que puede tomarse como una novela electrizante,<br />
una serie de relatos conectados<br />
o un ensayo delirante. “El hostigamiento<br />
sobre Nina duraba casi toda la noche y los<br />
tipos al final desistían y Adela y Nina volvían<br />
cansadas de hablar, hablar y bailar y algunas<br />
noches, antes de acostarse, fumaban un cigarrillo<br />
en la terraza, a la luz de la luna, viendo<br />
las sábanas viejas, colgadas, pegándose golpes<br />
secos, según el viento”.<br />
VE Y PON UN CENTINELA<br />
Harper Lee<br />
Harper Collins Español<br />
De la misma autora de Matar un ruiseñor,<br />
Ve y pon un centinela es la novela más<br />
esperada del año. Fue escrita en los años<br />
50, pero no había sido publicada porque la<br />
editorial quería una historia con el personaje<br />
principal, Scout, siendo una niña. Aquí Scout<br />
regresa a Nueva York para visitar a su padre.<br />
“Pero cuando te falla un hombre que ha<br />
vivido siguiendo la verdad, y has creído en lo<br />
que él ha vivido, no te deja únicamente recelosa,<br />
te deja sin nada. Creo que por eso estoy<br />
a punto de volverme loca…”<br />
DEMOCRACIA Y ELECCIONES<br />
Alfredo Rafael Busmail y Juan Andrés Miño<br />
El Ateneo<br />
El objetivo principal de este libro es presentar<br />
una hipótesis que invita a discutir los<br />
resultados de las democracias subnacionales<br />
durante los últimos treinta años. Para fundamentarla,<br />
se analizaron las setenta constituciones<br />
provinciales y la legislación electoral<br />
vigente desde el regreso de la democracia,<br />
junto a las 190 elecciones ejecutivas y legislativas<br />
del mismo período. Esta obra fue galardonada<br />
con el Premio de Ensayo Academia<br />
Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
RANKING<br />
FICCIÓN NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />
1. LO QUE NO TE MATA TE HACE<br />
MÁS FUERTE<br />
David Lagercrantz<br />
Destino<br />
1. ES EL PERONISMO, ESTÚPIDO<br />
Fernando Iglesias<br />
Galerna<br />
1. LUNA DE PLUTÓN<br />
Dross<br />
Temas de hoy<br />
1. VIRTUAL HERO<br />
El Rubius<br />
Planeta<br />
2. GREY<br />
E. L. James<br />
Grijalbo<br />
3. LA CHICA DEL TREN<br />
Paula Hawkins<br />
Planeta<br />
4. EL AMANTE JAPONÉS<br />
Isabel Allende<br />
Sudamericana<br />
5. EL SECRETO DE JANE AUSTEN<br />
Gabriela Margall<br />
Javier Vergara Editor<br />
2. LA PIÑATA<br />
Hugo Alconada Mon<br />
Planeta<br />
3. EL CLAN PUCCIO<br />
Rodolfo Palacios<br />
Planeta<br />
4. BORN<br />
María O’Donnell<br />
Sudamericana<br />
5. USAR EL CEREBRO<br />
Facundo Manes<br />
Planeta<br />
2. EL PRINCIPITO<br />
Antoine de Saint-Exupéry<br />
Catapulta<br />
3. EL PRINCIPITO<br />
Antoine de Saint-Exupéry<br />
Atlántida<br />
4. GATURRO 24<br />
Nik<br />
De la Flor<br />
5. INTENSAMENTE<br />
Disney<br />
Guadal<br />
2. WIGETTA<br />
Samuel Luque Batuecas<br />
Temas de hoy<br />
3. EL LIBRO TROLL<br />
El Rubius<br />
Temas de hoy<br />
4. DESTROZA ESTE DIARIO<br />
Keri Smith<br />
Paidós<br />
5. AFTER<br />
Anna Todd<br />
Planeta<br />
59<br />
MÚSICA<br />
1. DESCENDIENTES<br />
Soundtrack<br />
Disney<br />
2. THE BOOK OF SOULS (2 CDs)<br />
Iron Maiden<br />
Warner<br />
3. TU MANO<br />
Luciano Pereyra<br />
Universal<br />
4. QUÉ PLACER VERTE OTRA VEZ (2 CDs + 2 DVDs)<br />
Ciro<br />
DBN<br />
5. ESPERANZA MÍA<br />
Lali Espósito<br />
Sony<br />
PELÍCULAS<br />
1. TEEN BEACH MOVIE 2<br />
Jeffrey Hornaday<br />
Walt Disney<br />
2. HOME<br />
Tim Johnson<br />
20th Century Fox<br />
3. ¡CHIST!<br />
Les Luthiers<br />
Lino Patalano<br />
4. JUNIOR EXPRESS EL TEATRO<br />
N/D<br />
Walt Disney<br />
5. STARS WARS: LA TRILOGÍA<br />
George Lucas<br />
20th Century Fox<br />
Esta información comprende los libros (ficción/no ficción/infantiles/juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA entre el 14/9/15 y el 20/9/15.
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Música<br />
jazz<br />
Hay otros mundos,<br />
Y ESTÁN<br />
EN ÉSTE<br />
Con un disco de homenaje a las mejores canciones de Billie Holiday,<br />
el trágico y pionero ángel del Harlem, una de las voces femeninas más<br />
influyentes del jazz, la talentosa CASSANDRA WILSON aporta su impronta<br />
contemporánea para deleitar con una música inmortal en su belleza<br />
POR Sergio Varela<br />
“Todo de mí/ por qué no tomas todo de mí/ es que no lo ves/ no<br />
soy bueno sin ti/ toma mis labios/ quiero perderlos/ toma mis<br />
brazos/ nunca los he usado”, dice ese entrañable y dulce standard<br />
llamado “All of me”, que conoció una deliciosa versión de<br />
Louis Armstrong en los años 50. Pero en 2015, esa bellísima<br />
canción encontró un destino aun más virtuoso en la voz profética<br />
de Cassandra Wilson, con una versión cuya mejor definición<br />
sería “convincente” o “persuasiva”; la voz de la Wilson baila en los<br />
oídos con un tono hipnótico que surge de un arreglo que le aporta<br />
un ritmo más acompasado, lento, casi que se diría tranquilo,<br />
como quien procura convencer al objeto de su amor para que lo<br />
corresponda, pero sin urgencias ni demandas, sino con una invitación<br />
amable a la felicidad.<br />
Eso es precisamente Comming forth by day, la nueva placa de la<br />
cantante afroamericana de voz envolvente y seductora, una intérprete<br />
versátil que transforma en magia cualquier género y estilo.<br />
Una invitación a ser feliz, como lo es siempre el jazz en sus mejores<br />
expresiones. Y este disco es un homenaje de una cantante<br />
excepcional a una de las pioneras en ese espiritual convite a hacer<br />
de este mundo un lugar mejor a través de la música: Billie<br />
Holiday, “el ángel del Harlem”. El título del disco es una traducción<br />
al inglés del antiguo Libro de los Muertos de los egipcios,<br />
una serie de encantamientos mágicos destinados a ayudar a los<br />
difuntos a atravesar su viaje hacia la otra vida.<br />
Es un disco absolutamente mágico desde el mismo instante en<br />
que una cantante con nombre de adivina mítica griega revive<br />
el alma (soul) de otra de las cantantes de vida más trágica de la<br />
historia de la música del siglo XX, en una recreación de un ritual<br />
egipcio de contacto entre dimensiones humanas y divinas. Pero si<br />
además el productor del disco es Nick Launay, conocido por sus<br />
trabajos junto al oscuro, profundo y grave Nick Cave, la nueva<br />
producción de la Wilson excede el terreno simplemente performático<br />
del arte para alcanzar el rango de sortilegio.<br />
Decir que se trata de un disco divino y encantador sería absolutamente<br />
riguroso, pero obligaría a replantear el uso que le ha dado<br />
la lengua popular posmoderna a esas dos palabras, que merecen<br />
un poco más de circunspección al mencionarlas que contagiosos<br />
gritos de euforia excitada en un colectivo superpoblado de boletos<br />
secundarios. Revivir los encantos de una deidad de la música,<br />
y que la sacerdotisa de ese ritual sea una de esas cantantes cuya<br />
voz, definitivamente, no es de este mundo –por lo extraordinariamente<br />
bella e irrepetible–, invita a sumergirse en una experiencia<br />
trascendente, reveladora. Que modifica al oyente como la contemplación<br />
de un paisaje, sonoro en este caso. “El disco es un homenaje<br />
a la belleza, a la fuerza y genialidad de Billie Holiday. Una<br />
colección de encantamientos musicales y una guía para navegar<br />
a través de los oscuros mitos que rodean su vida y su época, con<br />
este álbum sus canciones resurgirán en el siglo XXI”, dijo Cassandra<br />
Wilson al presentar la placa en coincidencia con los cien años<br />
del nacimiento de Billie Holiday. A quien debemos algunos de<br />
estos magníficos standards como “All of me”. Pero limitar a una<br />
simple cuestión de buen gusto musical toda esta poesía sobrenatural<br />
que navega por la voz de Cassandra, poseída por la memoria<br />
de la sensualidad y emoción de la Holiday sería como resumir en<br />
un comentario de panadería, del tipo, “lo escuché en las noticias”,<br />
un eclipse o un alineamiento planetario<br />
61
Música<br />
clásica<br />
José Serebriér, TODO TERRENO<br />
POR Nadia Koval<br />
62<br />
Esta vez me encontré con José Serebriér en las oficinas de<br />
Warner Music Argentina por el lanzamiento de los CD de su<br />
último trabajo: la grabación de las Sinfonías Completas de Antonin<br />
Dvorák. Nuestro primer encuentro tuvo lugar hace tres<br />
años atrás cuando el maestro vino a Buenos Aires. Yo estaba<br />
preparada para hacer que se acuerde de mí, pero fue el mismo<br />
músico quien comenzó a hablar sobre la última entrevista que él<br />
me había dado después del concierto con la Orquesta Nacional<br />
Rusa. De nuevo me sentía feliz de poder charlar con este legendario<br />
músico todo terreno, cuya cordialidad y simpatía están a la<br />
altura de su gran talento.<br />
José Serebriér nació en Montevideo, Uruguay, de ascendientes<br />
rusos y polacos. Sus padres no eran músicos, solo su tío abuelo<br />
Pavel Serebriakov, que era pianista y profesor en el Conservatorio<br />
de San Petersburgo. El apellido original de la familia fue<br />
cambiado cuando el padre de José llegó a América. Con tan solo<br />
8 años, José escuchó por la radio la Obertura 1812 de Tchaikovski<br />
y quedó fascinado con la música, los cañones y las<br />
campanas. Entonces les pidió a sus padres que le compraran<br />
un violín y que lo llevaran a clases particulares. Los profesores<br />
de su país natal lo prepararon para desafíos más grandes, que<br />
se fueron concretando a partir de obtener en Estados Unidos<br />
una beca especial del Departamento de Estado, que le abrió las<br />
puertas para estudiar en el Instituto Curtis con compositores de<br />
tal talla como Bohuslav Martinu y Aaron Copland. También<br />
estudió, en sus años de formación, dirección orquestal con<br />
Pierre Monteux y Antal Dorati.<br />
En mi conversación con el músico, comencé preguntándole sobre<br />
la Sinfonía N°1 de Dvorák.<br />
–¿Cómo surgió la necesidad de hacer cambios en esta<br />
sinfonía? La Sinfonía N°1: Las campanas de Zlonice fue compuesta<br />
para un concurso a principios de 1865. Pero la partitura<br />
nunca fue devuelta al compositor, y él nunca la pudo escuchar.<br />
La obra fue redescubierta después de la muerte de Dvorák y<br />
tuvo su estreno en 1936. Yo estaba convencido de que existían<br />
algunos errores armónicos en el último movimiento. Tenía que<br />
consultar con editores, musicólogos e historiadores antes de hacer<br />
correcciones en la música. Creo que Dvorák habría hecho lo<br />
mismo si hubiera escuchado la obra.<br />
–En su trabajo como director de orquesta hay una obra<br />
que ha dejado una importante huella. Me refiero a la<br />
Cuarta Sinfonía de Charles Ives, que fue estrenada por<br />
Leopold Stokowski junto con usted. Tengo muy buenos<br />
recuerdos sobre aquel estreno de la Cuarta de Ives. Tuvimos
mucho tiempo de trabajo con la orquesta en Houston ya que la<br />
Fundación Rockefeller financió tres meses de ensayos en vista<br />
de su gran complejidad. Yo nunca estudié con Stokowski, porque<br />
él nunca enseñó a nadie, pero he aprendido mucho de él,<br />
viéndolo trabajar con la orquesta.<br />
–Es interesante que a pesar de su dificultad hoy en día,<br />
la mencionada obra de Ives tiene varias grabaciones. Sí,<br />
exacto. Pasó lo mismo con La consagración de la primavera de<br />
Stravinski, que al principio era una obra imposible y ahora se<br />
monta en tres o cuatro ensayos.<br />
Resulta muy difícil resumir el impresionante currículum de<br />
Serebriér, como conductor pero también como compositor. En<br />
su primera faceta ha dirigido a las más importantes orquestas<br />
del mundo, con las que ha colaborado en la grabación de más<br />
de trescientos discos para los principales sellos discográficos<br />
internacionales como Decca, Emi, Naxos y Warner Classics,<br />
entre otros. Vale mencionar la grabación de todas las sinfonías y<br />
conciertos de Alexander Glazunov.<br />
–¿Qué significa para usted recibir un Grammy? He ganado<br />
ocho Grammy y un Grammy Latino también, además he<br />
tenido 43 nominaciones. Pienso que las nominaciones son tan<br />
importantes o todavía más que un premio porque todos los años<br />
se presentan unos tres mil discos de música clásica y solo cinco<br />
son nominados. Se nominan por votos secretos de muchísimos<br />
miembros de la Academia, no hay forma de influir sobre eso.<br />
Como compositor, José Serebriér tuvo el honor de que su Sinfonía<br />
Nº1 fuera estrenada por Leopold Stokowski, cuando solo<br />
tenía 17 años de edad. Actualmente su catálogo supera el centenar<br />
de obras. También organizó el Festival de Miami en 1985<br />
y durante varias temporadas, dirigió el Festival de Worcester<br />
(Massachusetts), el más antiguo de Estados Unidos.<br />
–Usted siempre prefería ser director invitado en lugar<br />
del director titular de la orquesta. ¿Por qué? Tenía varias<br />
propuestas para llevar el cargo de ser titular. Pero siempre me<br />
gustó trabajar con diferentes orquestas, sentir las particularidades<br />
de cada una y ver cómo nace cada obra a través de los<br />
ensayos.<br />
–¿En su opinión, existen malas orquestas? Estoy totalmente<br />
convencido que no. La orquesta no puede ser mala, los malos<br />
pueden ser los directores.<br />
–¿Qué tiene que tener un buen director de orquesta?<br />
Para mí, un buen director, en primer lugar, tiene que tener<br />
experiencia en la vida. Después tiene que trabajar duro para<br />
elaborar su propio estilo, sin olvidar las tradiciones.<br />
–Cuando grandes artistas visitaban la casa de Sergei<br />
Prokofiev, él les pedía contestar a la pregunta: “¿Qué significa<br />
el sol para usted?”. ¿Cómo respondería usted a tal<br />
pregunta? Respondería con una sola palabra: vida.<br />
La gran carrera musical de José Serebriér ha sido compendiada<br />
en el libro Jose Serebriér; un chef d’orchestre et compositeur a<br />
l’aube du XXI siecle, escrito por el crítico musical francés Michel<br />
Faure y lanzado por la editorial L’Harmattan de París.<br />
Pienso que sería muy importante y necesario editar este libro<br />
también en español para hacer llegar a los lectores la increíble<br />
historia del músico más transcendental de nuestros tiempos<br />
RECOMENDADOS<br />
RECOMENDADO DE NOTA PRINCIPAL<br />
José Serebriér, Antonin Dvorák: Sinfonías completas<br />
En este box de CD, José Serebriér luce todas las sinfonías<br />
de Dvorák –añadiendo las Nº 1, 4 y la 5 a la<br />
serie de grabaciones con la Orquesta Sinfónica de<br />
Bournemouth– que han sido elogiadas por su gran<br />
expresividad, notable manejo de detalles y equilibrio<br />
orquestal supremo. Las sinfonías están acompañadas<br />
de una variedad de otras piezas de concierto, entre<br />
las cuales se encuentran la selección de las Danzas<br />
eslavas, así como las Leyendas que revelan la maestría<br />
del gran compositor checo en el género de los poemas<br />
sinfónicos.<br />
NOVEDAD<br />
Daniel Barenboim / Gustavo Dudamel, Johannes<br />
Brahms: Conciertos para piano Nº 1 y 2<br />
Daniel Barenboim hizo sus primeras grabaciones de<br />
estudio de los dos conciertos de Brahms en los años<br />
60, con John Barbirolli dirigiendo la New Philarmonia<br />
Orchestra, y luego en los años 80 con Zubin Mehta y la<br />
Filarmónica de Nueva York. Ambas grabaciones siguen<br />
siendo una importante referencia. El día de hoy los<br />
amantes de la música clásica tienen la oportunidad<br />
de valorar la nueva grabación realizada con Gustavo<br />
Dudamel y la Orquesta Staatskapelle de Berlín. Es interesante<br />
mencionar que el mismo Brahms, en el transcurso<br />
de su vida, tocó su Primer concierto para piano<br />
35 veces y el Segundo concierto unas 40 veces.<br />
PARA ARMAR SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA<br />
Ghiaurov, Bergonzi, Bumbry, Tebaldi. Director: Solti,<br />
Verdi: Don Carlo.<br />
Don Carlo es una ópera de cinco actos con música de<br />
Verdi y libreto en francés de François Joseph Méry y<br />
Camille du Locle, basado en el drama de Schiller. Tuvo<br />
su primera presentación en París el 11 de marzo de<br />
1867. Los hechos históricos rodean y dirigen gran parte<br />
del drama. Para Verdi, esta ópera expresaba la lucha<br />
de la libertad contra la opresión política y religiosa,<br />
representadas en los personajes de Felipe II y el Gran<br />
Inquisidor. La historia se basa en conflictos en la vida<br />
del príncipe Carlos (1545-1568) después de que su prometida,<br />
Isabel de Valois, se casara con su padre, el rey<br />
Felipe II, en lugar de hacerlo con él, como parte del<br />
trato de paz que puso fin a la guerra italiana entre las<br />
Casas de Habsburgo y Valois.<br />
LIBRO RECOMENDADO<br />
Esteban Buch, El caso Schönberg<br />
En su libro, Esteban Buch establece cómo se forjó y se<br />
integró al sentido común la idea de ver en el compositor<br />
al representante por excelencia de la vanguardia<br />
musical, fundándose en un análisis exhaustivo de la<br />
abundante prensa de la época. Este análisis le permite<br />
presentar una nueva mirada sobre las vanguardias históricas<br />
del siglo XX. Como sostiene Federico Monjeau<br />
en su prólogo, “su despliegue teórico y metodológico<br />
constituye un capítulo fundamental no solo en la historia<br />
de la recepción schönbergiana, sino en la estética<br />
de la recepción de los lectores en general”.<br />
63
Tema de tapa<br />
tres<br />
BOOM<br />
MUNDIAL<br />
DEL<br />
VINILO<br />
64<br />
Alta<br />
FIDELIDAD<br />
El auge de los discos de vinilo revitaliza géneros musicales que requieren de su mayor<br />
fidelidad. Ya no es un objeto de culto ni simple instrumento de DJ. Cómo compite en<br />
preferencias actuales el Long Play, un veterano que vuelve con fuerzas renovadas a reclamar<br />
su lugar en el mundo<br />
POR Sergio Varela<br />
El vinilo recorre el mundo como un fetiche<br />
inagotable. Desde los tiempos en<br />
que renació en las bandejas de los DJ,<br />
que en vez de pasar música los usaban<br />
para mezclar nuevos sonidos, componiendo<br />
a su manera temas musicales al<br />
estilo de los productores en las grabadoras,<br />
la nueva tendencia mundial es<br />
el retorno al vinilo como soporte que<br />
garantiza una calidad musical apta para<br />
exigencias de melómanos expertos.<br />
En nuestro país, Charly García, una<br />
leyenda del rock argentino, eligió ese<br />
formato para su reciente producción 60<br />
x 60, y lo fundamentó, al presentarlo, en<br />
los postulados de otra leyenda inmortal<br />
de la música alternativa de todos<br />
los tiempos: “La tecnología digital le
está sacando pasión a la música porque<br />
poner un disco compacto es como<br />
escuchar una milanesa napolitana. El<br />
principio es muy simple: cuando tocás<br />
una nota, transmitís una vibración y eso<br />
llega en estado puro desde un vinilo.<br />
Como dijo Jimi Hendrix, la música no<br />
son las notas, sino lo que hay entre ellas,<br />
y eso no lo puede leer el CD”.<br />
Hasta ahora, los discos de vinilo estaban<br />
confinados a costosas colecciones como<br />
objetos de culto, pero según la BBC,<br />
en Gran Bretaña las ventas de LP en<br />
2014 alcanzaron el récord de los últimos<br />
dieciocho años, llegando a 1.300.000<br />
ejemplares. Y se prevé un aumento del<br />
70% en los próximos meses, acercándose<br />
a los dos millones en 2015.<br />
Este año, el disco más vendido en vinilo<br />
es Chasing Yesterday, de la banda del<br />
ex Oasis Noel Gallagher’s High Flying<br />
Birds, pero en los listados de ventas (de<br />
hecho, se creó un nuevo chart dedicado<br />
exclusivamente al vinilo), aparecen glorias<br />
imperecederas como Bob Dylan,<br />
Pink Floyd y Led Zeppelin.<br />
¿Qué es lo que sostiene esa vigencia?<br />
Indudablemente, un contenido que requiere<br />
–o al menos admite con alegría–<br />
el formato adecuado para su disfrute,<br />
aquel para el que fue concebido al<br />
momento de su elaboración.<br />
En la escena local, la grabación en vinilo<br />
era un toque de excentricidad elegante,<br />
en el que incurrieron con arte grupos<br />
alternativos como Pablo Krantz y los<br />
Chicos Búfalo, y luego fueron imitados<br />
por Miranda (con Miranda es imposible!)<br />
y el lanzamiento en LP de Fuerza<br />
natural, de Gustavo Cerati.<br />
Desde las primeras grabaciones eléctricas<br />
en la década de 1920, el disco, como<br />
mensajero del sonido, fue evolucionando<br />
a la par que el arte musical se expandía<br />
y ramificaba en nuevos géneros,<br />
intérpretes y creaciones. Los primeros<br />
discos de pasta eran de goma dura y debían<br />
ser escuchados en fonógrafos a 78<br />
rpm. Esos objetos fueron los guardianes<br />
de arias de ópera, conciertos barrocos y<br />
el primer jazz melancólico y taciturno,<br />
casi una banda de sonido de la euforia<br />
de los “años locos” y la posterior “gran<br />
depresión”, con su pasaje sonoro del<br />
Charleston al blues.<br />
En los años 40, cobijaron a las grandes<br />
bandas (valga la polisemia) en tiempos<br />
de la Segunda Guerra Mundial,<br />
especialmente con Benny Goodman<br />
y Glenn Miller. Más adelante en el<br />
tiempo, el bebop de Dizzy Gillespie,<br />
las giras europeas de Louis Armstrong<br />
o los gorjeos sincopados del saxo<br />
de Charlie Parker, tuvieron su aliado<br />
en estos duros discos.<br />
En los años 60, irrumpe en disco más<br />
flexible, similar al actual, con la llegada<br />
del rock and roll, Beatles + Stones, el<br />
sonido Costa Oeste, Woodstock, Monterrey<br />
Pop y la Era de Acuario. También<br />
aparece la alta fidelidad para disfrutar<br />
de las recreaciones bachtianas del rock<br />
sinfónico, ese exitoso experimento de<br />
grupos como Yes, Genesis o el ya mencionado<br />
Pink Floyd.<br />
La década del 80 y la aparición del<br />
walk-man, ese primer momento de<br />
ensimismamiento colectivo, valga el<br />
oxímoron, revitalizaron el casete como<br />
sostén de las creaciones musicales.<br />
Como sucedería más tarde con el teléfono,<br />
la radio y la televisión, la música<br />
dejaba de ser un fuego de reunión tribal<br />
y comenzaba a ser un insumo portable.<br />
El ser humano posmoderno abandonaba<br />
la cueva del estado de bienestar y salía<br />
a cazar la vida en el afuera, munido de<br />
su música y su equipo de supervivencia<br />
para el cuerpo y el alma. Esto dio lugar<br />
a la aparición del CD, una especie de<br />
eslabón perdido que procuraba compactar,<br />
valga la palabra, un término medio<br />
entre la fidelidad del disco y la promiscuidad<br />
sonora del casete. Además de<br />
evitar los múltiples inconvenientes que<br />
provocaban las cintas y sus enredos.<br />
La simplificación absoluta llegó de la<br />
mano de la globalización y el mundo<br />
digital. La música ya ni siquiera necesitaba<br />
de un soporte material. Viajaba por<br />
la nube de la Matrix, pura idea platónica<br />
y budista que se mandaba en un archivo<br />
adjunto de MP3. Pero esa música se<br />
había convertido en un robot sustituto<br />
de aquel sonido con el que Bob Dylan<br />
espantaba a los burgueses, The Who<br />
experimentaban sus ácidos mensajes,<br />
o hasta Frank Sinatra o Charles<br />
Aznavour emitían sus serenatas para<br />
todas las generaciones.<br />
No parece un fenómeno tan sorprendente<br />
este giro hegeliano en la historia<br />
de la música, con el retorno al vinilo, al<br />
detalle, la sutileza, la exquisitez. Algo es<br />
cierto: a diferencia de los estereotipos<br />
de aquella película, Alta fidelidad, en<br />
donde quienes trabajaban o compraban<br />
en una tienda de vinilos eran nerds, ajenos<br />
al mundo real, en estos días, quienes<br />
se acercan a estos objetos de culto (y a<br />
estos sonidos también incunables), son<br />
portadores de un “dandismo” que cotiza<br />
entre los gestos de elegancia sociológica.<br />
Pero más allá de modas y tendencias,<br />
la que se impone es la obra de arte. Se<br />
puede comer milanesa napolitana todos<br />
los días, tanto como es celebrable darse<br />
cada tanto el gusto de un canapé de jazz<br />
del bueno. En bandeja, por supuesto<br />
65
Reseña<br />
dos<br />
Sueño<br />
ETERNO<br />
Con la prolija y detallada Cerati, la biografía, Juan Morris,<br />
asume la delicada tarea de poner en papel la historia de<br />
la última gran estrella del rock latino: Gustavo Cerati.<br />
Para ello opta por una escritura que fluye rápida, como<br />
para que tocar la reciente herida resulte menos doloroso.<br />
Una crónica de las mieles y los barros del estrellato, que<br />
nos lleva a enfrentar nuestra historia más reciente y<br />
lo duro y necesario que es a veces ponerse a contabilizar<br />
las pérdidas<br />
POR Esteban Ulrich<br />
Leo la historia de Gustavo con una suerte de contracción permanente<br />
en el estómago, hasta me cuesta sostenerle esa mirada<br />
que lanza de costado y con media sonrisa desde la tapa. Es una<br />
sensación extraña que no logro definir, el punto de vista que<br />
adopta el joven Juan Morris es pudoroso hasta un tanto en demasía,<br />
pero de todas formas esta sensación agria está relacionada<br />
con algo que tiene que ver con la violación de lo íntimo. Al comienzo<br />
nos sentimos como intrusos en la vida de un artista como<br />
Gustavo Cerati, al que se quiere y respeta, y que además siempre<br />
presentó una máscara perfecta detrás de la que se desarrollaba<br />
una vida, sino necesariamente secreta, por lo menos bastante<br />
resguardada, y ahora, de repente, nos estamos metiendo de prepo<br />
en esa habitación inexpugnable en donde pasó sus últimos meses;<br />
todo eso se combina al mismo tiempo con lo contrario, con la más<br />
llamativa sensación de que, como si fuera una toma de aikido, el<br />
libro se vuelve espejo y nos estamos mirando a nosotros mismos<br />
en nuestra propia intimidad.<br />
Morris escribe en su libro que con la muerte de Moura en el 89,<br />
se cerraba la todavía salvaje, pero recientemente festiva, década<br />
del 80; parece que con la partida de Gustavo, lo que nos golpea<br />
a los que estamos aún aquí es que los 90 se hayan ido definitivamente,<br />
y más sorpresivamente aún, que todo continuara después,<br />
que el mundo no se acabara, esta forma de la sorpresa, creo, se<br />
materializa en que tuvimos que adentrarnos bastante en los 2000<br />
para darnos cuenta, nos aferramos a aquellos años como con una<br />
suerte de obstinación por no querer abandonar ese vuelo trascendental,<br />
como cuando no se quiere abrir los ojos por querer<br />
prolongar el sueño. Pero siempre hay que aterrizar, tarde o temprano.<br />
Como aceptar que un ser amado ya no nos ama o que ya<br />
no está con nosotros.<br />
En algún sentido lo traumático de su partida es que perdimos<br />
a esa suerte de hermano bello y superpoderoso, pero también<br />
al mascarón de proa de la bella fragata en la que navegan unas<br />
cuantas generaciones que aún buscan afirmarse en el mar agitado.<br />
Y lo más duro es que todos creímos, como él por un momento,<br />
que esto nunca pasaría. Difícil era de imaginar. Entonces, otra<br />
vez, la tensión está entre esa cercanía y esa enorme distancia. Una<br />
tensión estática que remite al amor, a ese cuerpo que tenemos<br />
al alcance de la mano y ese corazón, al que deseamos aún más, y<br />
que se nos escapa como sombrero al viento.<br />
Si el tono del relato puede resultar algo impersonal en su narración,<br />
Morris logra una lectura ligera, que en la velocidad con la<br />
que devoramos sus páginas, nos hace tomar dimensión al mismo<br />
tiempo de la velocidad con la que ocurrió todo. Esa es quizás<br />
una de las primeras cosas que nos llaman la atención a la hora<br />
de ver toda la historia plasmada en un libro. También se destaca<br />
la puesta en valor de todos los músicos, desde los otros espíritus<br />
que componían Soda Stereo, hasta el grupo más amplio que los<br />
rodeaba y del que luego muchos de ellos fueron apareciendo en<br />
sus discos solistas, y también el de sus familiares, amigos, novias<br />
y productores, todas personas que aportaron a su obra y que se<br />
vieron trastocados por él. Porque si Gustavo era la estrella más<br />
brillante e inalcanzable, es sano dimensionar el valor de todos y<br />
cada uno de los que trabajaron a su lado, al tiempo que además<br />
de reencontrarnos con su proverbial ego, también descubrimos<br />
su costado frágil y generoso. De su célebre profesionalismo y<br />
obsesión por la perfección no quedan dudas, pero sobre todo nos<br />
queda un legado aún más rico, el mismo que dejaron los Beatles,<br />
con John Lennon a la cabeza, para unas generaciones anteriores<br />
y a nivel planetario: el rock es sobre todo algo que avanza.<br />
Tal vez con el tiempo surjan revisiones más profundas de lo que<br />
fue Gustavo Cerati y lo que nos ha legado, algo que puede ser difícil<br />
de dimensionar estando aún tan cerca; pero ahora, mientras<br />
muchos siguen llevando el luto en sus corazones, bien vale pasar<br />
por este temblor: comprender que la única forma de aferrarse al<br />
amor es no darlo nunca por sentado y reconocer que toda furia<br />
tiene un origen, que ya sabemos cuál es y que es tiempo de no escaparle<br />
más al bulto. Como escribió su hijo Benito, cuando aún<br />
era un niño: “Poder decir adiós es crecer”<br />
Cerati, la biografía,<br />
de Juan Morris.<br />
Sudamericana, 2015.<br />
67
68<br />
Entrevista<br />
cuatro
El don<br />
SÍNTESIS<br />
DE LA<br />
Publicado primero en España, Temporada de fantasmas, el libro de microrrelatos de ANA MARÍA SHUA<br />
desembarcó en nuestro país<br />
POR Nancy Giampaolo<br />
–¿Cuándo, cómo y en qué circunstancias apareció su<br />
afición por el microrrelato? Calculo que habrá sido<br />
como lectora en primera instancia... Claro, antes de empezar<br />
a escribir en el género, como lectora me fascinaban los<br />
cuentos brevísimos. Así se los llamaba entonces. Todos nuestros<br />
maestros del cuento los trabajaban: Borges, Cortázar,<br />
Bioy, Silvina Ocampo, Denevi, Blaisten… Y estaban<br />
además los relatos de Kafka y en particular de un autor que<br />
tuvo mucha influencia sobre mí: Henri Michaux. Un belga<br />
al que los franceses consideran poeta pero que ahora se<br />
puede reconocer como autor de microrrelatos. Un día, en los<br />
primeros 70, descubrí la revista mexicana El Cuento: allí se<br />
publicaban muchos cuentos brevísimos de autores latinoamericanos<br />
contemporáneos. Y tenía, además, un concurso permanente.<br />
Para presentarme a ese concurso empecé a escribir<br />
mis primeros micros, que después fueron parte de mi primer<br />
libro en el género, La sueñera.<br />
–¿Cómo compiló los microrrelatos que conforman Temporada<br />
de fantasmas? ¿Los fue escribiendo a lo largo<br />
de mucho o poco tiempo? Temporada… tiene su historia.<br />
Yo lo había presentado a una editorial española a la que<br />
le gustó el libro pero no estaban interesados en el género,<br />
entonces se lo pasaron a otra pequeña editorial que estaba<br />
empezando: Páginas de Espuma. Un gran editor es sobre<br />
todo un gran lector, y ese es el caso de Juan Casamayor,<br />
el dueño de Páginas. Juan conocía bien mis otros libros de<br />
microrrelatos y cuando leyó lo que yo había presentado, me<br />
mandó una larguísima lista de comentarios y propuestas para<br />
mejorar los textos. Como primera reacción, me indigné: ¿a mí<br />
me iban a enseñar a escribir microrrelatos? Pero después volví<br />
a releer los comentarios y me di cuenta de que tenía razón.<br />
Yo había armado esa “selección” a los apurones, con restos y<br />
sobras que me quedaban de otros libros. Y lo descartado, por<br />
algo lo descarté. Los consejos de Juan no me servían, pero sí<br />
su visión general: ese libro no estaba a la altura de lo que yo<br />
quería para presentarme por primera vez en España. Entonces<br />
me quedé solo con los mejores, pedí permiso para agregar<br />
algunos de Botánica del caos, un libro que estaba fuera de<br />
catálogo y lo sigue estando (no más del 20%, me dijo Juan,<br />
para que el libro siga considerándose inédito) y me puse a<br />
escribir furiosamente, 24 horas dedicada a pensar microrrelatos<br />
porque necesitaba unos cincuenta textos de alta calidad<br />
en unos pocos meses. ¡Y creo que lo conseguí! Temporada de<br />
fantasmas tuvo una excelente recepción en España y también<br />
la está obteniendo aquí. El ordenamiento en secciones es tan<br />
arbitrario como cualquier clasificación y surgió después de<br />
que los textos estaban escritos.<br />
–¿Quiénes son sus favoritos entre los autores de microrrelatos?<br />
Bueno, fueron los que me formaron. Los clásicos<br />
argentinos, que ya mencioné, Michaux… El más grande<br />
microrrelatista del siglo XX, que fue Kafka… Todos los<br />
franceses a los que llamo “los clásicos de la rebeldía”, como<br />
69
7o<br />
Lautreamont, Schwob, Breton, Jarry, Artaud, Apollinaire…<br />
Y años después, Cocteau, con un libro hermoso<br />
que se llama Opium, y que escribió en una clínica de rehabilitación.<br />
En Argentina tenemos a Luisa Valenzuela y a<br />
Raúl Brasca.<br />
–¿Cuáles serían las condiciones para escribir uno? ¿Las<br />
condiciones? Cualquiera puede escribir un mal microrrelato.<br />
Cualquiera puede escribir uno bueno por casualidad. Pero un<br />
buen libro de microrrelatos ya es una rara avis y exige lo mismo<br />
que cualquier otro género: hay que ser un gran lector, un<br />
gran escritor, y tener una particular capacidad de síntesis.<br />
–¿Por qué el libro se publicó inicialmente en España<br />
y llega recién ahora a nuestro país? Mi editorial en Argentina<br />
es el Grupo Planeta a través del sello Emecé. Estoy<br />
muy agradecida a Emecé y feliz porque me reeditaron toda<br />
la obra de ficción después que salí de Sudamericana. Tengo<br />
mucha suerte con mis editores: Alberto Díaz, Mercedes<br />
Güiraldes y Adriana Fernández son de primerísima.<br />
No me parecía correcto publicar literatura para adultos con<br />
otra editorial. Pero finalmente este año todos nos pusimos de<br />
acuerdo, obtuve una dispensa y pudo salir Temporada.<br />
–En la edición española se la relaciona con Borges,<br />
Bioy y Cortázar. ¿Se siente emparentada con Rodolfo<br />
Wilcock? Sí, por supuesto, y me siento muy orgullosa de que<br />
me lo preguntes, porque Wilcock es un genio. Pero para mí,<br />
en mi etapa de formación, era un poeta, lo conocí como autor<br />
de textos breves hace relativamente poco, cuando empezaron<br />
a publicarlos aquí, gracias a Luis Chitarroni (otro gran<br />
editor que me ayudó a publicar microrrelatos, siempre poco<br />
comerciales).<br />
–Buena parte de los textos breves de este libro tiene un<br />
gran sentido del humor, como en el caso de Filtro de<br />
amor, por mencionar solo un ejemplo. ¿Qué conexiones<br />
se puede hacer entre el microrrelato y el chiste? El microrrelato<br />
es, como dice la crítica venezolana Violeta Rojo,<br />
un género des generado. Es como un pequeño país que limita<br />
con la poesía, con el aforismo, los pensamientos, con el cuento<br />
largo, con el chiste. Y a sus habitantes les gusta pivotear<br />
en los límites. Es fácil distinguirlo, sin embargo: si parece un<br />
chiste, es un chiste. Si parece un aforismo, es un aforismo. Si<br />
uno no sabe bien lo que es, ¡probablemente sea un microrrelato!<br />
Pero es muy peligroso cruzar la frontera y que de verdad<br />
el micro sea solamente un chiste, debería tener algo más,<br />
aparte del humor, un núcleo de reflexión que vaya más allá.<br />
–Se hace inevitable hablar sobre el humor como método<br />
de enseñanza. Me viene a la cabeza Nasrudín…<br />
El humor es como una puerta que se abre donde creíamos<br />
que solamente había una pared y se ha utilizado como método<br />
de enseñanza en las tradiciones más antiguas. Los cuentos<br />
sufíes, como los de Nasrudín, apelan mucho al humor. No así<br />
los cuentos zen, que juegan más con la perplejidad. Yo me<br />
sentiría muy limitada si solo pudiera usar el humor, es más,<br />
creo que hay una cierta facilidad en apelar a la risa o incluso<br />
a la sonrisa, y valoro especialmente los textos que juegan en<br />
otros sentidos. Aunque por supuesto, prefiero los de humor<br />
para leer en público, porque la risa es un maravilloso feedback<br />
para el que está en el escenario.<br />
–Estamos ante un parentesco con las tradiciones jasídicas<br />
judías y los hadices de la cultura islámica… Sí. Hay<br />
muchísimos tipos de cuentos brevísimos que vienen de la antigüedad.<br />
El origen del microrrelato está, por supuesto, en la<br />
literatura oral. Después de todo, cuando no había escritura, lo<br />
más fácil de recordar era la poesía, por el “cantito”, es decir,<br />
la métrica y la rima, y lo muy breve. En Las mil y una noches<br />
hay una gran colección de cuentos tan breves que Scherezada<br />
necesita muchos para completar una sola noche. Son sobre<br />
todo anécdotas de personajes famosos. También los cuentos<br />
jasídicos (que releo con fascinación siempre que estoy escribiendo<br />
microrrelatos) tienen esa característica: la brevedad, la<br />
contundencia y el hecho de que sirven para definir la personalidad<br />
de algún famoso tzadik, un sabio jasid.<br />
–La consecuencia es que en muchos de sus textos se<br />
hable de temas que en la literatura contemporánea no<br />
son tan recurrentes como el origen de la creación, la<br />
divinidad en sí misma, etc... Claro, muchos de esos textos<br />
sufíes, zen y jasídicos se relatan con un fin concreto, que no<br />
es solamente el placer o la reflexión, sino que cumplen una<br />
función de catequesis, se trata de persuadir a los oyentes (es<br />
literatura oral) y atraerlos a la comprensión y la reverencia<br />
de una forma particular de la pasión religiosa. Son corrientes<br />
dentro de cada una de estas grandes religiones que utilizan el<br />
relato como Jesús utilizó las parábolas, para atraer, enseñar y<br />
ayudar a la comprensión de los grandes misterios teológicos.<br />
–Por último, para ir de lo metafísico a lo meramente<br />
biológico: el acto de desovar aparece bastante en su<br />
libro ¿Por qué cree que es? Me parece que me gusta la<br />
palabra desovar. ¡Es tan linda, con esas vocales abiertas! Dan<br />
ganas de alargar la a: desovaaaaaar… (Risas)<br />
Temporada de fantasmas,<br />
de Ana María Shua.<br />
Páginas de espuma, 2015.
72<br />
Entrevista<br />
cinco
LA<br />
IMPORTANCIA<br />
de LO<br />
NO DICHO<br />
La realidad de SAMANTA SCHWEBLIN (Buenos Aires, 1978) la descubre como la última joya<br />
de la literatura argentina. Un caso extraño, si se atiende que publica casi en exclusividad cuentos<br />
–género bellísimo y con probados méritos propios, pero a contrapelo de los tiempos, según<br />
“los que saben”– y además adhiere a la línea de lo fantástico, en días donde lo que prima es<br />
el realismo extremo<br />
POR Christian Kupchik<br />
73<br />
Ya con su primer volumen de relatos, El núcleo del disturbio<br />
(2002), no solo ganó el Premio del Fondo Nacional de<br />
las Artes sino también la atención de la crítica. En 2009 se<br />
llevó el Casa de las Américas por Pájaros en la boca, traducido<br />
a trece idiomas, y un año más tarde la prestigiosa<br />
revista británica Granta la escogió como una de los veintidós<br />
mejores escritores en español menores de 35 años.<br />
En 2012 ganó en París el Premio Juan Rulfo por su relato<br />
“Un hombre sin suerte”, que está siendo llevado al teatro.<br />
La novela breve Distancia de rescate (2014), poderosa e<br />
hipnótica, no solo fue elegida “Libro del Año” sino que<br />
agotó dos ediciones en poco tiempo. Y por si faltara algo,<br />
Siete casas vacías viene de obtener el Premio Ribera del<br />
Duero en España. Todo esto con un estilo cuidado, tramas<br />
inquietantes, perturbadoras, que en ningún caso consienten<br />
en guiños o concesiones al lector.<br />
Schweblin, que desde hace dos años vive en Berlín (también<br />
estuvo becada en México, Roma y China, pero dice<br />
“amar Buenos Aires”), confiesa ser la primer sorprendida<br />
con el desarrollo que tuvo su carrera como escritora.<br />
–¿O sea que no se proyectaba con este éxito al comenzar<br />
a escribir? No, para nada. Lo único que me<br />
interesaba cuando comencé era contar historias y, por eso,<br />
juzgué más apropiado estudiar cine, no literatura. Para<br />
mí un escritor era un tipo color sepia, cuya foto estaba en<br />
la solapa de un libro. Pertenezco a una generación que<br />
tuvo una relación muy distinta a la que los jóvenes de hoy<br />
tienen con un escritor, alguien vivo a quien se le puede en-
74<br />
viar un mensaje por Facebook o sacarse una foto en la presentación<br />
de un libro. A mí me resultaba impensable imaginarme<br />
como escritora, aun cuando desde muy chica sentí<br />
esa devoción por contar historias. Comencé a hacer talleres,<br />
a tomar contacto con otros escritores y terminé enamorándome<br />
del mundo literario. Cuando acabé mi carrera,<br />
me divorcié del cine definitivamente. De todos modos me<br />
resultó muy útil haber estudiado cine, ya que entiendo la<br />
literatura como acción que no deja afuera el pensar, un<br />
trabajo de taller. En cambio la carrera de Letras es mucho<br />
más teórica, más de formación académica, crítica.<br />
–Recién mencionaste la importancia de la praxis de<br />
taller. ¿En qué medida los talleres literarios colaboraron<br />
con tu obra? Me cuesta un poco generalizar y<br />
supongo que no todos reciben lo mismo, pero lo que me<br />
dio el taller a mí es fundamentalmente control sobre lo<br />
que quiero decir. No solo en la escritura, sino también en<br />
la lectura de aquello que escribí. Me parece que una de<br />
las mejores virtudes que tiene un taller es enseñar a leer<br />
lo que uno realmente está diciendo y no lo que cree que<br />
dice. En la cabeza siempre hay mucha claridad respecto<br />
a lo que uno quiere contar (un clima, un personaje, etc.),<br />
pero hay un ruido enorme entre eso y lo que finalmente<br />
queda en el papel. Lo que proporciona el taller, básicamente,<br />
creo que es el dominio del oficio más allá de lo<br />
que uno cuenta. La experiencia de taller me parece muy<br />
importante y, al mismo, tiempo es una herramienta muy<br />
peligrosa porque cuando uno llega a ese espacio, por lo general,<br />
está muy verde y abierto a todo tipo de influencias.<br />
Por eso considero importante ver en qué tradición se inscribe<br />
uno y tener muy leído al tallerista al que acude.<br />
–Tu obra parece inscribirse en la tradición de lo<br />
fantástico, que en la literatura argentina tiene un<br />
gran peso (basta pensar en Borges y Bioy), aunque<br />
hoy parece haber sido dejada de lado, hasta ser visto<br />
como un anacronismo. De hecho, es una de las<br />
pocas representantes del género. Más allá de las<br />
etiquetas, ¿cómo evalúa esta elección? Es cierto lo del<br />
prejuicio que marcás, pero este año he descubierto a unas<br />
autoras estadounidenses de los 50 que trabajan lo fantástico<br />
desde la óptica hiperrealista que les es tan propia a su<br />
cultura. El resultado es increíble: no solo sorprendente,<br />
maravilloso desde lo visual, sino también muy actual. Creo<br />
que la literatura fantástica ha dado una nueva vuelta de<br />
tuerca y es muy interesante lo que se hace. A mí me fascina<br />
el género.<br />
–Estos nuevos paradigmas impuestos en parte por<br />
el desarrollo tecnológico, como la aceleración de los<br />
tiempos y la necesidad de mensajes concretos. ¿Tiene<br />
que ver con este prejuicio del que hablábamos?<br />
Es posible. Lo fantástico se asocia a lo innombrable, lo<br />
desconocido, y al no ocupar un espacio demasiado concreto<br />
en el texto, se produce un hiato por el cual es el lector<br />
quien debe decidir. A veces, no puede hacerlo. Trabajar en<br />
esos límites a me fascina.<br />
–En su única y exitosa novela, Distancia de rescate,<br />
hay una lectura posible que también es política, a<br />
partir de la presencia de los agroquímicos determinando<br />
la historia. Ese dato de la realidad concreta al<br />
servicio de una trama que tiene mucho de fantástico,<br />
¿fue manejado de manera consciente? Sí, y de hecho<br />
me creó un gran dilema: qué tanto meterme con ese<br />
tema. Como ciudadana siento una gran preocupación, y<br />
para mí todo el asunto de los agroquímicos tiene nombres<br />
propios, tiene culpables y encierra una cuestión política<br />
muy profunda. Estuve leyendo mucho sobre el tema, contaba<br />
con una gran cantidad de datos, pero al mismo tiempo<br />
me daba cuenta de que, de acuerdo a lo que yo quería<br />
narrar, al libro no le entraban. Me pregunté entonces hasta<br />
qué punto era útil colocar toda esa información en el texto.<br />
Y decidí finalmente que eso no iba. En todo caso, si quería<br />
hablar del tema podía hacerlo en las entrevistas, en la contratapa,<br />
pero no en el texto. Y esto es así porque yo creo<br />
que la literatura no tiene por función enseñar, sino que en<br />
todo caso acompaña determinados descubrimientos anímicos<br />
o sentimentales, ayuda a entender cosas nuevas, y<br />
en consecuencia me pareció que lo mejor que podía hacer<br />
ese libro, con esa trama a nivel político, era angustiar. Mi<br />
ilusión era que esa angustia movilizara al lector a buscar<br />
después información para enterarse acerca de lo que está<br />
pasando.<br />
–¿Cómo fue la escritura de “La respiración cavernaria”,<br />
el cuento más largo y quizá el más terrible<br />
de Siete casas vacías, que reproduce a la perfección<br />
los síntomas de una enferma de Alzheimer? Terrible,<br />
muy difícil… Tuve una tía y una tía abuela que fallecieron<br />
con Alzheimer, en un momento donde no existía la medicación<br />
de hoy y por lo tanto mostraban síntomas mucho<br />
más agresivos. Todo proceso que conduce a la muerte implica<br />
la pérdida de algo orgánico (el hígado, la vista, etc.),<br />
pero al perder la memoria un ser humano se pierde por<br />
entero. Te perdiste de verdad. Es alguien que está muerto<br />
y todavía sigue circulando. No entiendo lo que debe significar<br />
despertar cada día sin saber quién sos ni por qué<br />
estás ahí. Creo que es lo peor que le puede ocurrir a una<br />
persona. En lo que tiene que ver con la escritura, fue muy<br />
difícil porque más allá de la patología me enfrentó a un<br />
montón de cosas a las que no estaba acostumbrada. Pri-
mero, enfrentarme a un personaje que no me caía bien. Yo<br />
quiero mucho a mis personajes y Lola me cae muy mal, es<br />
una mala mujer. Creo que uno conecta porque es tan cruel<br />
lo que le ocurre que al final termina encontrando cierta<br />
empatía con ella, pero no se puede negar que es desagradable.<br />
También fue difícil por la longitud y una cuestión<br />
con el tiempo. A mí me gusta trabajar mucho con la tensión<br />
y en este caso necesitaba un texto muy moroso, porque<br />
de eso se trata la espera de la muerte. Necesitaba esa<br />
sensación de lentitud, que el texto resultara en un punto<br />
opresivo. Hubo mucho trabajo de corrección, en particular<br />
para cuidar el equilibrio entre la tensión y la morosidad.<br />
–En muchos de sus relatos los escenarios están muy<br />
poblados de cosas, pero la acción se circunscribe a<br />
pocos elementos. Hay como una evolución espiralada<br />
en las tramas, donde las repeticiones de ciertos<br />
elementos ayudan a crear un ritmo y atmósfera particular<br />
a los relatos… Es verdad, aunque me parece que<br />
es algo más intuitivo. Creo que tiene que ver con cierta<br />
austeridad en el escenario. En el teatro solo se ven los<br />
objetos que se tocan. Si alguien no se levanta y toma una<br />
azucarera, esa azucarera no existe. Allí se define la acción<br />
descriptiva: no es lo mismo decir “hay una azucarera” que<br />
“agarró la azucarera”. En realidad se nombran las cosas en<br />
la acción, se ilumina lo que se toca.<br />
–La única novela por el momento es Distancia de<br />
rescate, a la que le fue muy bien. ¿Volvería a insistir<br />
en el género? No lo sé, en un punto me es indiferente,<br />
porque en principio soy muy obediente a las ideas. Distancia…<br />
ganó esa longitud (que tampoco es tanta) casi por<br />
prepotencia. Empezó como cuento y me dije: “Necesito<br />
ciento veinte páginas más”. No me quedó otra. Me pareció<br />
muy interesante todo el proceso, ya que la novela provoca<br />
una inmersión mucho más profunda durante un tiempo<br />
más largo, mientras que el cuento obliga a una sentada,<br />
aunque después uno esté cuatro o cinco meses ajustando<br />
o reescribiendo. Esta fue una experiencia muy distinta.<br />
Envidié a los novelistas esa sensación de ser escritor todos<br />
los días, de estar trabajando permanentemente en algo,<br />
mientras que en el cuentista es esporádico, insistente pero<br />
esporádico. Yo, al principio, me resisto mucho a una idea,<br />
debo tenerla bien madura en mi cabeza. Después viene<br />
la escritura, que es un proceso breve, no mayor a una semana<br />
o diez días. Por último, vienen tres o cuatro meses<br />
de trabajo hacia atrás, es decir, retomar esa idea, esa luz o<br />
vislumbre inicial, y retomar, corregir, pero siempre hacia<br />
atrás. En cambio, la novela propone avanzar cada día durante<br />
cuatro o seis meses y eso me pareció una aventura<br />
maravillosa. De todas formas, solo volvería allí si el texto<br />
me lo pide<br />
75
Tema de tapa<br />
cuatro<br />
76<br />
El<br />
NOMBRE<br />
DE<br />
mi vida<br />
POR Silvia Hopenhayn
La autobiografía es un género desafiante. Es vérselas con la propia vida, darle una escritura posible y ofrecerla a los lectores<br />
como una confesión. No llega al epitafio, pero tiene la fórmula de lo ya vivido. Anthony Burgess, el exquisito y brutal escritor<br />
inglés, autor de La naranja mecánica y Poderes terrenales, entre otras novelas geniales, tituló sus memorias: Ya viviste lo tuyo<br />
(You’ve have your time, 1990). El título, puesto como una mirada retrospectiva, también es una declaración de principios… A la<br />
vida también hay que ponerle un punto, al menos por escrito. Liberarla para los demás.<br />
Anthony Burgess<br />
No todas las autobiografías llevan un título, la mayoría de los autores prefiere escudar el relato de su vida bajo el rótulo del género<br />
o ligeras variaciones como “La historia de mi vida” o simplemente “Mi vida”. Sin embargo, hay algunos que eligen nombrar la<br />
propia vida. Al nacer, recibimos un nombre, sin posibilidad de elección y con la dura tarea de encarnarlo. No deja de ser interesante<br />
que al final, o en el medio, o cuando al escritor le den ganas de contar su historia, le otorgue un nombre como si fuera el<br />
título de su vida. En este sentido, la autobiografía se parece al relato de los sueños. No se trata de la vida misma –ni de lo soñado–,<br />
sino del modo en que aparece contada; recuerdos escogidos, exageraciones, creencias, fotografías… Quizá por ello, Nabokov<br />
tituló la suya: Habla, memoria. Son casi fórmulas de vida. Como la del escritor noruego Karl Ove Knausgaard, que eligió<br />
un título muy provocador para su flamante autobiografía, Mi lucha, y que consta de seis tomos, de los cuales ya aparecieron en<br />
español: La muerte del padre, Un hombre enamorado y La isla de la infancia.<br />
77<br />
Vladimir Nabokov<br />
Karl Ove Knausgaard
Nina Berberova, escritora rusa exiliada en París, autora de novelas preciosas como La acompañante o El lacayo y la puta, tituló<br />
su autobiografía: El subrayado es mío (1969). ¡Qué manera concisa de escoger los fragmentos significativos de su vida! El subrayado<br />
es mío es una fórmula que admite la arbitrariedad y, al mismo tiempo, una decisión. Escribe Berberova: “En comparación<br />
con los libros de memorias, una autobiografía es una empresa francamente egocéntrica. En una autobiografía se habla de uno<br />
mismo, en las memorias se habla de los demás”. Esta diferencia, si bien parece evidente, no lo es tanto. El egocentrismo de la<br />
autobiografía es meramente accidental; el que escribe, casualmente, es el propio sujeto de la historia que está contando… Algo<br />
parecido sucede entre el escritor y el lector. El primero se regodea con sus propias palabras, y el segundo atiende a la palabra<br />
de los otros. Sin embargo, y a partir de la fórmula de Berberova, el lector también subraya lo que quiere en lo que lee y, por lo<br />
tanto, imprime en alguna parte su propia lectura. Su subrayado es autorreferencial.<br />
Según la autora rusa, bajo esa raya se esconden los secretos. “Cada cual posee sus secretos. Algunas personas los arrastran a lo<br />
largo de su vida como si de una carga se tratara; otras, los miman y cuidan con esmero, como si fueran un manantial de vida del<br />
que extraen sus energías hasta el final. Para mí, los secretos forman el vínculo de unión entre mi pasado y mi presente. No soy<br />
de los que arrastran un lastre que los abruma”.<br />
Nina Berberova<br />
78<br />
En las autobiografías, los escritores se convierten en lectores de sus vidas; de ella extraen unas cuantas verdades que muchas<br />
veces solo aparecen en el momento de la escritura. Quizá por eso, Goethe eligió un título preciso y vital: De mi vida: poesía<br />
y verdad (1811, a veces traducido como Poesía y verdad, extraídas de mi vida). A diferencia de Berberova, ya no se trata del<br />
subrayado, es decir, de lo que uno traza sobre el texto secreto de sus días, sino de lo que se puede extraer de poesía y verdad a<br />
través del tiempo.<br />
Johann Wolfgang von Goethe
Por suerte, el género autobiográfico es uno de los más generosos: no hay pautas narrativas, ni obligaciones cronológicas. Puede<br />
realizarse al final de la vida o al empezar la “carrera” de escritor (es el caso de Luis Gusmán y su autobiografía precoz, La rueda<br />
de Virgilio, 1989). Tampoco exige contarlo todo, ni comprobar nada.<br />
Luis Gusmán<br />
Una de mis preferidas, justamente en la elección de la forma, es la de Roland Barthes. Su título ya es bastante elocuente:<br />
Barthes por Barthes (1975). Se compone de impresiones o fragmentos que van dando cuenta de su vida a través de lo visto o<br />
escuchado, sus gustos (por una manzana o por los algoritmos), sensaciones (un perfume o la exclusión), el sabor de los nombres<br />
propios, descubrimientos vitales (el dinero, la coincidencia, Flaubert), giros semánticos, imágenes, tendencias, sueños, etc. Son<br />
casi ciento cincuenta fragmentos, bellos y confesionales, íntimos y culturales, donde lo propio y lo mundano se mezclan en una<br />
paleta de vida profusa. Va de muestra un fragmento:<br />
“De niño me aburría mucho. Comenzó visiblemente muy pronto<br />
y continuó toda mi vida y siempre se notó. Es un aburrimiento-pánico,<br />
que llega hasta el desamparo. Es el mismo que experimento<br />
en los coloquios, las conferencias, las veladas con extranjeros,<br />
las reuniones de amigos: donde sea que se pueda notar el<br />
aburrimiento… ¿El aburrimiento será acaso mi histeria?”.<br />
79<br />
Roland Barthes<br />
Su autobiografía es un intento de exponer lo propio en relación con los demás, lo que se imprime de los demás en lo propio. Una<br />
exploración de las huellas del lenguaje en su cuerpo. Es un relato preciosista y a la vez austero. En pequeñas dosis, da cuenta de<br />
lo importante, aunque no lo parezca, como una charla que tuvo con el panadero sobre el clima de París. En ese mínimo intercambio,<br />
se encuentra Barthes y la humanidad”. Quizá lo más verdadero y personal de las autobiografías es lo que no se puede<br />
contar: el propio estilo
Entrevista<br />
seis<br />
Jorge Aulicino y el Dante<br />
Una traducción<br />
siempre es<br />
una versión cultural<br />
POR Christian Kupchik<br />
8o<br />
Un viejo mito literario cuenta que, una tarde, Lucio V.<br />
Mansilla fumaba un puro repantigado en uno de los cómodos<br />
sillones del Jockey Club cuando apareció Bartolomé<br />
Mitre, visiblemente feliz, y le dijo: “Felicitame, Lucio, acabo<br />
de terminar de traducir La Divina Comedia”, a lo que<br />
Mansilla respondió: “¡Muy bien, Bartolomé, a estos gringos<br />
hay que embromarlos!”. Otra versión reproduce el mismo<br />
diálogo pero en los campos de batalla de la Guerra del Paraguay,<br />
con el general Mitre absorto entre diccionarios y<br />
papeles desparramados, hasta que un oficial le preguntó el<br />
motivo de su ensimismamiento. “Aquí me ve, traduciendo<br />
al Dante”.<br />
Como fuere, la traducción de uno de los mayores clásicos<br />
de la literatura universal siempre ha significado un acontecimiento<br />
especial. Hay muchas traducciones al español (la<br />
primera es del siglo XV) y concretamente en nuestro país
cuatro: además de la de Mitre (1889), está la de Ángel Battistessa<br />
(1965) y la de Antonio J. Milano (2003). De<br />
una cuarta hubo un anticipo del Infierno (2011) publicada por<br />
Edhasa y este año apareció bajo el mismo sello la obra completa<br />
a cargo de un descomunal trabajo de Jorge Aulicino.<br />
Lo descomunal viene dado por la dificultad común que presenta<br />
atravesar las barreras del tiempo y del espacio a partir de<br />
un texto tan genial como complejo, escrito en versos rimados<br />
hace más de seis siglos. No obstante, Aulicino, que además es<br />
uno de los mejores poetas actuales –basta con leer Estación<br />
Finlandia, que recoge sus poemas entre 1974 y 2011– asumió<br />
el desafío y nos plantea al Dante en los mismos términos que<br />
lo asume él: sin alardes eruditos ni pretenciosos, con respeto<br />
a la esencia y la música del original a la vez que acorde a los<br />
designios de nuestro tiempo. Un clásico vivo.<br />
–¿Recuerda cuál fue su primer contacto con la Comedia?<br />
Sí, era chico, diría un preadolescente y descubrí la<br />
versión de Mitre que mi papá tenía en su biblioteca. Era una<br />
edición barata, de la editorial Tor, con tapa de papel y bastante<br />
maltratada. Mi padre era un anarquista autodidacta, pero que<br />
tenía a la cultura en una especie de altar, como era frecuente<br />
entre los anarcos. Y recuerdo que un amigo varios años<br />
mayor que yo me pidió prestado el libro y mi padre accedió<br />
bajo amenaza que debía devolverla en quince días. Mi amigo<br />
cumplió, y es ahí donde yo me detengo a mirarla. Pero yo no<br />
tenía la edad adecuada, no era mi momento, de modo que la<br />
pasé por alto. Años más tarde volví a intentarlo y descubrí,<br />
también en la biblioteca paterna, una edición en prosa de un<br />
señor español llamado Cuyás de la Vega. Era también una<br />
edición barata de los años 30, pero allí entendí el argumento<br />
y me metí en la Comedia. Después, con la segunda mujer de<br />
papá que era profesora, empecé a estudiar italiano. A mí me<br />
llamaba mucho la atención la influencia que Dante había tenido<br />
en muchos poetas anglosajones que me interesaban, como<br />
Pound o Eliot, y eso también sirvió de estímulo.<br />
–¿Allí te planteaste la posibilidad de una traducción?<br />
No, traduje dos o tres Cantos en aquel momento para ver qué<br />
pasaba. Me llamaba mucho la atención en esas primeras lecturas<br />
la preocupación de Dante por detalles técnicos, o científicos,<br />
por llamarlos de algún modo. Por ejemplo, cuando él sube<br />
a la segunda barca que cruza la laguna Estigia (la primera es la<br />
de Caronte) dice que la barca se hunde un poco porque él es<br />
el único cuerpo físico, el otro es un espíritu. Me llamó la atención<br />
que le diera importancia a esos detalles. O también cuando<br />
pasa el centro de la Tierra aferrado a la pelambre de Lucifer<br />
y Virgilio va delante, en un momento dice Lucifer: “Ahora<br />
debo darme vuelta”. Y en un principio uno piensa que están<br />
volviendo, pero no, es que cruzaron el centro de la Tierra y<br />
pasaron al otro hemisferio. Estos detalles técnicos o científicos<br />
me llamaron mucho la atención. Claro, después pude comprobar<br />
que la Comedia no solo tiene un valor literario, sino que<br />
determina también muchas cosas de la ciencia de su época.<br />
Por ejemplo, ya maneja la idea de los dos hemisferios, lo que<br />
81
82<br />
implica también pensar en la redondez de la Tierra, solo que<br />
creían que el hemisferio sur no había más que agua.<br />
–¿Hiciste un trabajo comparativo con las otras cuatro<br />
traducciones existentes en el país? Sí, claro, de manera<br />
permanente. Además de las conocidas, existe una quinta, de<br />
la década del 40 llevada adelante por un señor Soto y Calvo<br />
que es muy risueña, por lo ridícula. Borges decía que “entre<br />
los dos no hacen uno”. Utiliza un lenguaje no solo pretencioso<br />
hasta el absurdo, sino también arbitrario: se siente obligado a<br />
traducir con rima y dice lo que se le ocurre, completamente<br />
alejado del original. De todos modos, es una edición inhallable.<br />
–Milano dice que es imposible traducirlo en verso… No,<br />
no es imposible. Por supuesto, si pensamos en una versión<br />
rimada, que respete la respiración, el ritmo, etc., es irreproducible,<br />
porque debe ser ese y no puede ser otro. De todas<br />
maneras se puede encontrar un sustituto, como hizo Mitre o<br />
Ángel Crespo en una de las versiones españolas. Battistessa<br />
no usa rima, pero utiliza el endecasílabo casi todo el tiempo,<br />
o sea que respeta el metro. Y después están las traducciones<br />
clásicas, como la del Conde de Cheste, de la primera mitad<br />
del siglo XIX, que también es en verso rimado y Mitre critica<br />
mucho. Y aun la más clásica de Enrique de Villena, del<br />
siglo XVI, que también responde a la lengua de su tiempo.<br />
Creo que en cada caso el traductor elige otra respiración, otra<br />
cadencia respecto al original, porque eso no se puede reproducir.<br />
–Mitre decía que su intención era buscar una reproducción<br />
lo más fiel posible. Sí, él rimaba con métrica regular,<br />
pero en realidad no lo puede hacer. No puede ser tan literal<br />
cuando se ve obligado a elegir entre la palabra que mejor calce<br />
con la métrica y la rima. Y aunque no traicione al sentido<br />
general, tampoco es literal. La de Crespo, de la que hablaba<br />
antes, que tuvo el Premio de la Crítica, es buena pero también<br />
se aparta mucho de la literalidad. El léxico que uno elige, dejando<br />
de lado la cuestión de la rima, también se vincula con<br />
la época en la que uno vive. La del Conde de Cheste, la de<br />
Mitre, la de Battistesa o la de Crespo son distintas no solo por<br />
el tiempo, sino también por la geografía, el marco cultural, etc.<br />
El lenguaje es una entidad viva que se mueve en el espacio y<br />
en el tiempo. Una traducción siempre es una versión cultural.<br />
–¿Es legítimo actualizar estas versiones de clásicos<br />
respetando su esencia? Es legítimo porque creo que el<br />
equivalente exacto al lenguaje que utilizó Dante tendría que<br />
ser en un castellano del siglo XIV. Tampoco abogo por los<br />
localismos: una versión hecha de argentinismos sería insoportable.<br />
Desde ese punto de vista, la literalidad es una condena.<br />
¿Qué entendemos por literal? ¿Qué significa ser literal hoy?<br />
No lo sé. Creo que uno puede ser más o menos literal con un<br />
contemporáneo, Eliot, pongamos por caso, que perteneció al<br />
siglo XX. ¿Pero cómo ser literal con Dante? O pensemos en el<br />
Marqués de Santillana traducido al ruso, incluso al italiano.<br />
En el caso de Dante, uno percibe que se expresa en un<br />
italiano utilizado con cierta dispersión, y es difícil saber si eso<br />
se debe al paso del tiempo o a la manera que el propio Dante<br />
decidió usar la lengua. Porque lo que está claro es que hizo lo<br />
que quiso: hay palabras inventadas, que nunca se usaron o las<br />
usó él solo. Hay términos y expresiones que ya no son discutidas<br />
por los traductores, sino por los propios investigadores<br />
italianos. Los representantes del “Dolce still nuovo” son los<br />
primeros en utilizar la lengua romance como lengua literaria.<br />
–¿La versión en prosa podría ser vista como una traición<br />
innecesaria? Y, se pierde un poco el encanto del verso.<br />
Yo intento crear una cadencia y eso tiene que ver con el poder<br />
vocativo, que se pierde con la prosa. Cuando Dante cuenta en<br />
verso, lo hace como si estuviera invocando. No olvidemos que<br />
él habla de “Cantos”, y el canto tiene que ver con el despertar<br />
de esa cadencia rítmica, un modo de encantamiento que está<br />
ligado a la invocación. La repetición, el ritmo, provocan la<br />
aparición de esa surrealidad que Dante nos cuenta como si<br />
fuera real.<br />
–En su versión solo utiliza notas cuando es estrictamente<br />
necesario y no son interpretativas, a diferencia de la<br />
de Battistessa, que es muy profusa en ese sentido. Sí, la<br />
de Mitre es anotada pero discreta, en cambio Battistessa trata<br />
de interpretar, es un paratexto que da interpretación permanente.<br />
Yo traté de explicar en algún momento oscuro que allí<br />
hay una discusión sobre el tema. Después todo lo demás es<br />
informativo, fulano de tal es tal. Uno puede suponer que el<br />
lector sabe quién es Júpiter, pero si nombra a alguien desconocido<br />
pero que fue un líder político de su tiempo, es necesario<br />
aclarar quién fue. El trabajo de traducción de Battistessa hay<br />
que reconocer que es bueno, pero su interpretación es muy<br />
cerrada, porque está al servicio del canon católico ortodoxo de<br />
punta a punta. Es cierto que Dante utiliza alegorías, pero hay<br />
momentos en que no se sabe si algo es alegoría o no, porque<br />
su relato es realista, al menos en el Infierno y el Purgatorio,<br />
descriptos a partir de paralelismos con la Tierra.<br />
–¿Y en el Paraíso no? En el Paraíso es menos realista, porque<br />
hay menos comparaciones terrenales y privilegia una<br />
descripción muy abstracta, más espiritual. Está hablando de<br />
gente muy virtuosa y todos son presentados en términos muy<br />
evanescentes. Son voces, son reflejos… Lo más concreto del<br />
Paraíso es Beatriz; Dante no se cansa de hablar de la belleza y<br />
la sabiduría de Beatriz.<br />
–¿Cómo explica la vigencia de la Divina Comedia? Creo<br />
que debido a que muestra diversos niveles. Por un lado, es<br />
un compendio de historia y filosofía de la Antigüedad hasta el<br />
momento en que vivió Dante. Allí está todo. Está todo lo que<br />
los latinos sabían de la mitología, todo lo que es la escolástica,<br />
el tomismo, todo lo que es ciencia o lo que se entendía por<br />
ciencia entonces, está ahí. Por otro lado es ese recorrido que<br />
está en la Comedia, ese ida y vuelta entre una realidad inventada,<br />
inverosímil, que no está en ningún libro (ni siquiera en<br />
los sagrados, ya que las descripciones que hace no está en la<br />
Biblia ni en ningún otro libro), y una realidad que por algún<br />
motivo nos sigue resultando cercana, palpable
Entrevista<br />
siete<br />
Quizá debido a que durante mucho tiempo de su vida Jorge<br />
Consiglio (Buenos Aires, 1962) se ganó la vida como<br />
visitador médico de productos oftalmológicos, es que ha<br />
desarrollado una capacidad de observación notable: su escritura<br />
se parece a un panóptico al que no se le escapa el<br />
menor detalle. Pero nada tiene que ver su profesión anterior<br />
con el hecho de ser un omnívoro talento narrativo: Consiglio<br />
es una verdadera máquina de contar historias.<br />
En Hospital Posadas (Eterna Cadencia, 2015) parte de un<br />
personaje oscuro, Cardozo, a quien conoció en la vida real.<br />
Casi todos los personajes que intervienen en esta novela que<br />
se lee a un ritmo trepidante son reales, aunque como suele<br />
suceder con la realidad cuando se sabe contar, muchos parecen<br />
inverosímiles. A partir de la mirada lacónica del narrador,<br />
se van tejiendo una cantidad de historias alternadamen-
POR Christian Kupchik<br />
Jorge Consiglio<br />
LA<br />
MÁQUINA<br />
de NARRAR<br />
85<br />
te que dibujan con precisión tres momentos de la historia<br />
argentina reciente. Novela profunda y espléndida a la vez, su<br />
lectura se transforma en una experiencia única a partir de la<br />
preciosidad de los detalles que desnudan las aristas más incomprensibles<br />
de la sociedad. Con Hospital Posadas, Jorge<br />
Consiglio se consolida como uno de los autores más sólidos<br />
de la literatura argentina actual.<br />
–¿Cuál fue su intención al comenzar a trabajar con<br />
Hospital Posadas? Como tenía la historia tan presente, y<br />
la literatura es representación, lo primero que busqué fue<br />
separarme un poco de ella. Cuando se da esa trasposición<br />
de “historia vivida” a “literatura”, por lo general el producto<br />
literario es el que termina sufriendo. En consecuencia, intenté<br />
buscar un tono que no fuera producto de la mímesis<br />
absoluta, sino de la representación. Y para ello, busqué un<br />
punto de vista donde el protagonista viviera una suerte de<br />
extrañeza poética, que mirara la realidad algo corrida de su<br />
eje. Por otra parte, busqué también atomizar la narración,<br />
crear cinco o seis líneas narrativas para que la historia no se<br />
pegara tanto a la crónica.<br />
–De esa manera, con la alternancia de las distintas<br />
historias, se va tejiendo también la intriga. No obstante,<br />
los personajes centrales son el narrador y Cardozo…<br />
Sí, el narrador porque es quien coordina los distintos<br />
núcleos narrativos y Cardozo porque su historia es la que<br />
subyace como integradora. Pero agregaría también como<br />
protagonista al Posadas, que es una suerte de narrador en<br />
sordina. En las entradas del Hospital, que están fechadas en<br />
los años más duros, intenté ubicar su historia como la de un<br />
personaje más. Pero también aquí no quería circunscribirme
86<br />
a una crónica y para ello redoblé la apuesta de lo lírico en<br />
el intento por eludir la prosa informativa. En particular, me<br />
interesaba astillar la cronología, hacer una especie de salpicado<br />
con la historia.<br />
–De hecho hay un juego con el tiempo interesante a<br />
partir de los saltos constantes. El relato no progresa<br />
linealmente, sino que hay retrocesos y avances continuos.<br />
Lo único que respeta cierta temporalidad es<br />
el Posadas… Sí, pero solo cierta temporalidad, porque<br />
busqué que alternara entre el 76 y el 77. La dictadura es una<br />
temática que tiene ya un anclaje propio en la literatura, y a<br />
mí me atraía la idea de entrarle por otro lado, porque la veo<br />
como una materia porosa. Quería que excediera el rótulo de<br />
“novela de la dictadura” sin dejar de ser una novela política,<br />
porque ese fue mi intento, aunque desde otro tono.<br />
–¿La idea de trabajar lo político pasaba también por<br />
un intento de reconstruir la memoria? Exacto, es así.<br />
En verdad, trabajo con los 70, los 80 y una tercera instancia<br />
ubicada aproximadamente entre 2010 y 2011. Estas tres<br />
fechas mantienen un diálogo entre sí, pero no quería que<br />
esa relación dialógica tuviera un sentido, sino que funcionara<br />
como lo hace la memoria, es decir, a merced de un<br />
ida y vuelta arbitrario, caprichoso. Una vez finalizada, me<br />
di cuenta de que lo que ronda la novela es la sensación de<br />
impunidad. Cardozo –una figura clásica que representa al<br />
represor–, al ser el dueño de la verdad, hace lo que quiere<br />
y comete las peores atrocidades sin inmutarse, porque por<br />
su praxis está acostumbrado en los años de plomo a que sus<br />
actos no tuviesen consecuencias. No se cubre para delinquir.<br />
En cambio, al modificarse la situación en el 83, debe enfrentarse<br />
a una nueva realidad que no termina de aceptar. Cardozo<br />
existe, de hecho lo conocí aunque su nombre aparece<br />
cambiado, y representa una dinámica incomprensible para<br />
cualquiera que no pertenezca a ese mundo. Esa sensación<br />
de impunidad hace que no haya conciencia del crimen. Ni<br />
siquiera se trata de una amoralidad, sino de la ausencia por<br />
completo de un sentido moral.<br />
–Ese es un dato que marca la contemporaneidad<br />
de la trama. Otro puede estar dado por la forma en<br />
que tanto el narrador como Cardozo, e incluso otros<br />
personajes, parecen atados a una suerte de presente<br />
continuo… Es interesante esto que marcás. En verdad lo<br />
noté después de escribir la novela, pero noté en el caso del<br />
narrador algo que posiblemente lo ata a esa sensación de<br />
puro presente. En general, cuando uno atraviesa hechos<br />
traumáticos, una depresión profunda, un accidente difícil, o<br />
incluso un tiempo tan duro como lo fue el de la dictadura,<br />
sobreviene una especie de enajenación que lleva a quien<br />
pasó por ese episodio a que no tenga proyección posible, a<br />
vivir el día a día. En el caso de otros personajes, como la chica<br />
punk, esa sensación de puro presente se da más que nada<br />
por un condicionamiento de la época: es una superviviente.<br />
La inmediatez creo que también es un rasgo constitutivo de<br />
la supervivencia. Las huellas de la dictadura están presentes<br />
en la impunidad de Cardozo o en la inercia del narrador,<br />
pero todos deben trazar estrategias de supervivencia para<br />
ser felices. Ese instante de felicidad no tiene que ver con la<br />
ortodoxia, nadie es feliz como te dicen que debés ser feliz.<br />
Los personajes de mis libros no viajan a Miami para ser felices,<br />
sino que establecen caminos laterales y hacen que esa<br />
construcción sea efímera tal vez, pero cotidiana, sin demasiada<br />
proyección de futuro.<br />
–¿Cómo fue la escritura y el armado de las distintas<br />
historias? Porque la novela está estructurada como<br />
esas mamushkas rusas que encierran una muñeca<br />
dentro de otra. Totalmente. La escritura fue bastante arbitraria,<br />
me muevo con mucha libertad, pero la reescritura y<br />
el armado, sumamente laboriosos. Ocurre que me fascina el<br />
poder de esas microhistorias. Creo que a las novelas por lo<br />
general las recorren una intriga vertical que van del primer<br />
capítulo al final. Esa intriga se tensa con los episodios más<br />
pesados, con los nodos de la novela, pero también hay pequeños<br />
episodios que sostienen su propia intriga y funcionan<br />
como pasadizos que el lector debe ir sorteando. Son chispas,<br />
historias que empiezan y terminan, pero que a la vez sirven<br />
como oxígeno al eje central. Lo que busco con esa polifonía<br />
es una visión poliédrica, abierta e incierta de ese mundo<br />
narrativo en construcción.<br />
–La novela revela una capacidad de observación maravillosa,<br />
es increíble cómo se reproducen aquellas<br />
cosas que nadie ve. Al trabajar con hechos y personajes<br />
reales, ¿hubo algún temor de la devolución? La<br />
literatura tiene algo increíble. Todas las personas de las que<br />
hablo en este libro están vivas –incluido Cardozo–, pero lo<br />
asombroso es que con solo cambiarles el nombre e ir adelante<br />
con sus historias en la ficción, hace que lo real quede<br />
borroneado. Pensé que iba a tener problemas en un primer<br />
momento, pero no, no va a pasar nunca. Al contrario, me<br />
pasaron cosas lindas. El Posadas es una gran institución. Se<br />
comunicó conmigo la gente de un grupo de teatro interno<br />
del hospital y estuve hablando con ellos en una experiencia<br />
que me resultó muy emocionante. Hay que pensar que en<br />
un momento el hospital funcionó también como campo de<br />
concentración.<br />
–De algún modo, el Posadas está tratado también<br />
como una metáfora del país… Exactamente. También la<br />
destrucción de ese petit hotel que el narrador observa desde<br />
su ventana habla asimismo de una fisura. Hay algo que cae,<br />
que se demuele, ya sea en la salud o en lo que sea. También<br />
me parece clave el tipo que mira por la ventana. Esa mirada<br />
para mí tiene dos lecturas. Por un lado, ver qué hace el otro<br />
cuando está solo; y después está la tensión erótica que se
produce al penetrar en el espacio del otro sin ser visto.<br />
–En cierta forma, ese voyeurismo también define al<br />
novelista… Es cierto. En realidad, quien mira piensa que<br />
ese otro mundo no lo va a tocar, pero resulta inevitable<br />
que toque o modifique al que observa. La mirada nunca es<br />
unidireccional, sino que se establece una relación entre el<br />
objeto y quien observa.<br />
–La aceleración del tiempo que vivimos también contribuye<br />
a una percepción fragmentaria de lo real. Por<br />
supuesto, vivimos bajo la estética del parpadeo, todo aparece<br />
atomizado. Y hay un ejemplo concreto en los modelos narrativos<br />
que se van imponiendo: basta con mirar lo que ocurre<br />
con las series. En la mayoría de ellas se proponen quiebres<br />
a los modelos narrativos, muchos de ellos muy hermosos,<br />
que rescatan la ansiedad, un rasgo que marca nuestro tiempo.<br />
Yo me preguntaba qué es lo que genera esa adicción<br />
que provocan muchas series, y creo que la respuesta es una<br />
estética basada en una historia pero astillada, con muchas<br />
intermitencias. Las partículas de ese relato connotan y el<br />
espectador se va agarrando de esos fragmentos. En ese sentido<br />
está alejado de la narración decimonónica, tan bella por<br />
otro lado, donde la narración avanza como una lava que el<br />
lector va acompañando. Con las series es distinto: uno camina<br />
sobre ese cristal astillado a medida que va decodificando<br />
el relato.<br />
–Ahora que señala el tema de las series, intuyo un paralelo<br />
entre Hospital Posadas y True Detective. ¿Puede<br />
ser? Sí, totalmente, en cuanto a atmósfera y en cuanto<br />
al quiebre de la estructura cronológica. En True Detective<br />
tenemos narradores contemporáneos cuyos raccontos se<br />
dirigen al pasado, pero ese pasado no está pautado por una<br />
cronología, sino que son fragmentos. Y es así como también<br />
nosotros recomponemos el pasado: con fragmentos. El relato<br />
siempre será aleatorio y confuso. Como en un cóctel, lo<br />
que nos llega son las salpicaduras<br />
Hospital Posadas,<br />
de Jorge Consiglio.<br />
Eterna Cadencia, 2015.
INFANTIL y<br />
JUVENIL<br />
Para los más chiquitos, una propuesta de Liliana Cinetto,<br />
con ilustraciones de Cynthia Orensztajn, son dos<br />
libros con Coco como protagonista: Coco no comparte y<br />
Coco va al jardín.<br />
Uranito presentó dos trabajos. El primero, una versión de<br />
Caperucita roja pero con una madre sobreprotectora, Para<br />
cuidarte mejor, escrito e ilustrado por Ximena García. El<br />
segundo trabajo es Canato Patejo y el caso de la elefanta<br />
de muchas patas, un policial para los primeros lectores,<br />
de Graciela Repún, e ilustrado por Laura Michell.<br />
Ambos muy recomendables.<br />
Planeta Junior presentó dos cuadernos de actividades para<br />
copiar y colorear. Mi diario de arte. Calca Peace & Love y<br />
Mi diario de arte. Calca bailarinas y rosas.
INFANTIL y<br />
JUVENIL<br />
Los<br />
mejores<br />
libros<br />
De la saga de Elfos de Pok, de Fabián Sevilla, dos<br />
nuevos títulos: Sangre de arenas y Manzanas de fuego. En<br />
el primero, la desaparición de las septillizas reales; en el<br />
segundo, el rey Lilios está siendo intoxicado. Para ambas<br />
tareas, se solicitan los servicios de los elfos de Pok.<br />
disney de película<br />
Originales libros de las mejores<br />
películas de Disney para revivir la<br />
magia de los personajes favoritos<br />
de los chicos.<br />
101 bilingüe<br />
Libros ideales para que los chicos<br />
jueguen, se diviertan y aprendan<br />
sus primeras palabras en español<br />
e inglés.<br />
101 cuentos<br />
de animales<br />
Relatos originales escritos por<br />
Patricia Suárez, Lisa Porcelli Piussi<br />
y otros talentosos autores. Cada<br />
cuento está ilustrado con simpáticas<br />
imágenes que acompañan la fantasía<br />
de cada historia.<br />
El Ateneo presentó Dark Stark. Audrey Whitticomb tiene<br />
16 años y descubrirá superpoderes para enfrentar al mal<br />
encarnado por “los atormentadores”.<br />
círculos mágicos<br />
Tres nuevos títulos de mandalas para<br />
alcanzar concentración y permitirnos<br />
entrar en un estado meditativo que nos<br />
llena de paz, calma y claridad.<br />
Av. Lacroze 1865 | C1426CPD | CABA<br />
Tel.: (54-11) 4899-0646 líneas rotativas<br />
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Hacete fan y enterate de nuestras novedades
Planeta presentó Witches. Lazos de magia, de la joven<br />
porteña Tiffany Lis Calligaris. Una historia de amor y<br />
de suspenso.<br />
18 de octubre<br />
Día de la<br />
Madre<br />
Maldita (Literatura Random House), de Chuck Palahniuk,<br />
es la segunda parte de Condenada –un éxito<br />
editorial de lectores jóvenes– que se trata de una visita al<br />
Purgatorio de la mano de Madison, una fantasma de trece<br />
años con sobrepeso.<br />
www.catapulta.net
Entrevista<br />
ocho<br />
92<br />
La<br />
FICCIÓN EN<br />
ROMINA RUSSELL es la autora de la trilogía Zodíaco.<br />
En un registro de ciencia ficción, millones de adolescentes de todo<br />
el mundo se identifican con su heroína, Rhoma Grace<br />
POR M. L.<br />
En plena adolescencia, Romina Russell, una chica de<br />
Buenos Aires radicada en Los Ángeles, consiguió un trabajo<br />
como escritora en el Miami Herald, haciendo la columna dominical<br />
College She Wrote que enseguida fue elegida para la<br />
distribución nacional. Hoy, a sus 30 años, ya tiene publicaba<br />
su primera novela, Zodíaco, el primer libro de una trilogía.<br />
Zodíaco cuenta la historia de Rhoma Grace, una joven de 16<br />
años proveniente de la casa de Cáncer que no es exactamente<br />
el tipo de heroína que todos esperan. Pero lo termina siendo<br />
cuando una explosión desalinea la luna de Cáncer y mata a<br />
miles de ciudadanos, incluyendo a la Guardiana de la Casa.<br />
Rho, aunque se sorprende al ser nombrada la nueva líder, va<br />
a proteger a sus seres queridos como sea. Pero las tragedias<br />
no cuentan solo para Cáncer y la protagonista empieza a sospechar<br />
que hay algo oscuro detrás de estas desgracias.<br />
Si fuera por Russell escribiría cien libros sobre esta serie,<br />
pero como la adolescente de la historia aceptó la misión de<br />
explorar e investigar a fondo este mundo de estrellas y signos,<br />
para contextualizar una historia que si bien tiene que ver con<br />
el plano de la fantasía y la ciencia ficción también tiene muchos<br />
puntos de contacto con la realidad de todo adolescente.<br />
–¿Cómo fue el proceso creativo de Zodíaco? Para crear<br />
la serie Zodíaco, lo primero que hice, antes de todo, fue desarrollar<br />
las trece Casas del universo. Para cada una, tuve que<br />
decidir cómo iban a ser los planetas y la gente, cómo funcionaría<br />
el gobierno y los sistemas de transporte, la religión y la
cultura, etc. Siempre empiezo mis textos así, estableciendo<br />
el mundo donde transcurre el relato primero y luego desarrollando<br />
los personajes –porque pienso que el filósofo Alan<br />
Watts tuvo razón cuando dijo que no nacemos a la Tierra,<br />
nacemos de la Tierra–. En otras palabras, el mundo en que<br />
nacemos existe antes que nosotros. Tardé un par de semanas<br />
en diseñar todos los planetas y a fines de 2013 empecé a<br />
escribir el primer libro de la serie. En diciembre de 2014 se<br />
publicó la versión americana y unos meses después salió la<br />
versión en español en Argentina.<br />
–¿Por qué eligió ese mundo conceptual? De chica me<br />
fascinaba el espacio exterior y soñaba con explorarlo; desgraciadamente,<br />
las estrellas no me dotaron con talento de científica<br />
ni de matemática –y eso que mi padre es cardiólogo y mi<br />
mamá es licenciada en Estadística–. Lo único que siempre me<br />
gustó fue escribir, y un día me di cuenta de que la mejor manera<br />
de navegar el universo sería a través de mi imaginación.<br />
Las Casas que visitamos en Zodíaco, aunque sean fantasiosas,<br />
presentan muchos paralelos con el mundo actual. Más allá<br />
de la astrología, Zodíaco es una exploración<br />
sociológica sobre una colección de culturas<br />
que comparten la misma galaxia y deberían ser<br />
unidas, pero que se encuentran divididas por<br />
sus diferencias. Si suena familiar es porque lo<br />
es: las diferentes comunidades de nuestro propio<br />
planeta suelen olvidarse que todos somos<br />
parte de algo mayor.<br />
–¿Cómo construyó a Rhoma Grace? Para<br />
mí, fue muy importante escribir sobre un<br />
personaje distinto, nada que ver conmigo.<br />
Siendo de Virgo, yo soy muy perfeccionista,<br />
analítica, obsesiva, práctica y suelo analizar<br />
cada decisión por mucho tiempo antes de<br />
actuar. En este caso, yo buscaba una heroína<br />
más impulsiva, alguien que se guiara más por su instinto que<br />
su intelecto. Creo que la razón que hizo que me atrajera<br />
alguien de la Casa Cáncer es que ellos valoran más que todo<br />
a sus familiares y amigos, algo que yo asocio mucho con la<br />
cultura argentina. Pensé que el tipo de líder que necesitaría<br />
el Zodíaco para unirse y sobrevivir el peligro de Ocus no sería<br />
un ser poderoso físicamente ni intelectualmente: músculos y<br />
estrategias ganan guerras, pero para cambiar corazones se necesita<br />
un arma más poderosa. Se necesita un líder que pueda<br />
inspirar la esperanza de un mañana mejor. Rho no sabe cómo<br />
usar una espada, ni tiene habilidades mágicas: ella tiene un<br />
solo poder, y es el mismo poder que tenemos vos y yo, su voz.<br />
–¿Cómo se siente escribiendo para un público adolescente?<br />
A los treinta años, mis cuentos favoritos siguen siendo<br />
los libros infanto-juveniles. Muchas veces pienso que hay más<br />
honestidad en la literatura de adolescentes que en cualquier<br />
otra. Espero que lectores de todas edades lean la serie, pero<br />
mi enfoque es la audiencia adolescente. Me encanta escribir<br />
para lectores jóvenes porque todavía no se cerraron en la<br />
noción de que el mundo puede no ser distinto de lo que es y<br />
que todo es posible. En ellos es donde encuentro la esperanza<br />
para nuestro universo.<br />
–¿Qué es la literatura honesta? En mi opinión, la literatura<br />
honesta nace en el desarrollo de un protagonista honesto.<br />
Hay que diseñar un ser humano real, alguien con debilidades<br />
e inseguridades y el conflicto del relato debería ser resultado<br />
de las acciones que toma el personaje y no de las decisiones<br />
que toma el autor. Hay que centrarse en la mentalidad del<br />
protagonista y ser honesto con cada pensamiento, decisión y<br />
acción.<br />
–¿Por qué decidió hacer una trilogía y escribir originalmente<br />
en inglés? En realidad, yo creo que la serie podría<br />
extenderse por cien libros. Hay tanto para explorar en un<br />
universo con trece sistemas planetarios, imaginate nuestro<br />
mundo multiplicado por 35, que es el número de planetas<br />
habitados de la galaxia Zodíaco. Tres libros apenas alcanzan<br />
para conocerla. Me siento cómoda escribiendo en los dos<br />
idiomas, pero el contrato que firmé fue para escribirlo en<br />
inglés. El libro se tradujo no solo al español,<br />
sino al holandés, alemán, polaco, vietnamés,<br />
francés, turco y ruso, y está por traducirse a<br />
otros idiomas.<br />
Tardó casi diez años en lograr que alguien<br />
aceptara publicarlo pero lo hizo y Zodíaco<br />
se terminó convirtiendo en un objeto de<br />
admiración para muchísimos lectores tanto<br />
en Estados Unidos como acá en Argentina,<br />
donde fue lanzado unos meses después que<br />
en su idioma original y en muchas partes del<br />
mundo. A Russell le encanta el contacto con<br />
sus lectores, sobre todo argentinos, con los<br />
que mantiene diálogos a través de videoconferencias<br />
o alguna red social y siempre está<br />
dispuesta a escuchar todas las preguntas de aquellos que ya se<br />
devoraron Zodíaco y esperan con ansias que su continuación,<br />
Estrella errante, llegue a las librerías.<br />
–En la Feria del Libro, Zodíaco fue el primero en ventas<br />
en el stand de Del Nuevo Extremo, ¿qué siente al<br />
ver que su primera novela es premiada de esa manera<br />
por la gente cuando estuvo casi diez años esperando<br />
que alguien quisiera publicarla? No sé cómo describir lo<br />
que sentí viendo el éxito de Zodíaco en Argentina, más que<br />
nada, viendo a mis amigos, tíos, primos, todos poniendo fotos<br />
en Facebook con sus propias copias del libro. Mi corazón<br />
se llenó con una felicidad tan profunda que llegó a tocar la<br />
tristeza: mi abuelo, un hombre incomparable que compartió<br />
conmigo su amor por todo tipo de literatura, no llegó a leer<br />
mi primer libro. Pero doy gracias todos los días de que por<br />
lo menos pude celebrar con él las noticias de que Zodíaco<br />
sería publicado y que él supo que mi sueño al fin se realizaba.<br />
Mi abuelo fue una gran inspiración para Estrella errante, el<br />
segundo libro de la serie, y por eso se lo dediqué a él<br />
93
Semblanza<br />
El boom<br />
DEL DESTROZO<br />
KERI SMITH es la autora de Destroza este diario y<br />
Destroza este diario en cualquier sitio, dos trabajos convertidos<br />
en éxito instantáneo<br />
este año– supere las ventas y Keri Smith<br />
nos vuelva a dejar con la boca abierta.<br />
De todos modos estas obras no causan<br />
furor solamente en las librerías y en su<br />
formato de libros en papel. YouTube<br />
ya es un mundo aparte y allí se pueden<br />
encontrar miles y miles de videos de<br />
personas destruyendo el diario o acabando<br />
el libro. Tanto adolescentes –para<br />
los que se supone que estas piezas fueron<br />
pensadas– como adultos que pintan<br />
algunas páginas y rompen otras junto<br />
a sus hijos. Cualquier usuario que ha<br />
decidido destruir el diario frente a una<br />
cámara tiene como mínimo alrededor<br />
de 20 mil visitas y<br />
POR Martina Leunda<br />
En medio del auge de los “youtubers”<br />
y los adolescentes –y adultos– que<br />
recomiendan lecturas a través de un<br />
video, transformando YouTube en un<br />
importante espacio de difusión de libros,<br />
quienes optan por reseñar Destroza este<br />
diario o cualquier otra creación de la<br />
escritora canadiense Keri Smith tienen<br />
popularidad y visitas aseguradas.<br />
La autora e ilustradora de gran cantidad<br />
de libros con récords de ventas y aplicaciones<br />
vinculadas a la creatividad, además<br />
de participar en exposiciones tales<br />
como el Urban Play en Copenhague, es<br />
consultora en el Center of Artistic Activism<br />
basando su misión en transformar<br />
la vida cotidiana con el fin de hacerla<br />
más divertida e interesante. Todos sus<br />
descubrimientos y observaciones tienen<br />
como resultado libros y obras de arte<br />
que atraen a lectores, o nuevos creadores,<br />
en todo el mundo.<br />
La famosa autora del blog Wish Jar<br />
Journal, que recibe más de 8 mil visitas<br />
diarias, tiene como foco principal y<br />
como guía de todas sus obras un concepto<br />
muy claro: “Crear es destruir”. Esta<br />
frase, que en los tiempos que corren se<br />
convirtió fácilmente en un hashtag muy<br />
usado por los usuarios de las redes sociales,<br />
encuentra su ejemplo más literal en<br />
los libros Destroza este diario (Paidós,<br />
2014) y Destroza este diario en cualquier<br />
sitio (Paidós, 2015) –que no<br />
es el mismo libro en otro<br />
formato, es otro libro con<br />
otras actividades–. “Frota<br />
esta página con suciedad” es<br />
una de las instrucciones que<br />
da Keri Smith en Destroza<br />
este diario, porque destruir<br />
un libro, explica, no implica su<br />
desaparición sino únicamente<br />
su transformación. Y a partir<br />
de estos actos destructivos, que<br />
todos en algún momento tuvimos<br />
el impulso de cometer, se puede<br />
experimentar un verdadero proceso<br />
creativo.<br />
En Argentina ya se han publicado cuatro<br />
de los siete libros creados por la escritora<br />
canadiense que hicieron revolucionar<br />
a gran cantidad de niños, adolescentes y<br />
hasta adultos en todo el mundo. Destroza<br />
este diario fue el más vendido hasta<br />
ahora con un total de 70 mil ejemplares<br />
desde que salió al mercado en agosto<br />
de 2014. Como Destroza este diario en<br />
cualquier sitio y la Antiagenda, dos de<br />
los otros títulos que se consiguen en las<br />
librerías de todo el país, no se quedan<br />
atrás y lograron vender 15 mil –desde su<br />
publicación en abril de este año– y 10<br />
mil –desde diciembre del 2014– ejemplares<br />
respectivamente, esperan que<br />
Acaba este libro –publicado en agosto de<br />
los que demostraron<br />
mayor creatividad y<br />
esfuerzo en completar esta obra superan<br />
las 100 mil en pocos meses.<br />
No hace falta que las páginas salgan<br />
completamente escritas de la imprenta<br />
para que un libro esté lleno de ideas y<br />
un ejemplo muy claro de ello es, precisamente,<br />
Destroza este diario. ¿Alguna<br />
vez pensaste después de comer una<br />
manzana en qué hacer con el sticker que<br />
viene pegado en ella en vez de tirarlo?<br />
En este cuaderno tan particular hay una<br />
sección para eso, un sector dedicado a<br />
los stickers de la fruta. 224 páginas de<br />
ideas y actividades que hasta al ser más<br />
creativo le hubiese costado pensar. Y<br />
cuando uno no entiende el para qué de<br />
autoenviarse un libro por correo, Keri<br />
Smith te alienta a confiar en que es por<br />
pura creatividad<br />
95
Historia<br />
y política<br />
PEQUEÑAS CRÓNICAS,<br />
Carlo M. Cipolla<br />
Ediciones Crítica<br />
El notable historiador Carlo Cipolla,<br />
uno de los más importante del siglo XX,<br />
fallecido en el año 2000, nos acerca estas<br />
pequeñas crónicas que, como el lector<br />
se podrá imaginar, de pequeñas no tienen<br />
nada con excepción de la brevedad,<br />
pensadas originalmente como notas<br />
periodísticas para el Corriere della Sera<br />
y Sole-24 Ore. Cipolla nos propone un<br />
mágico viaje histórico por los negocios<br />
de Giotto, quien le alquiló a un tejedor<br />
un telar francés con una ganancia del 120<br />
por ciento anual; la curiosidad incrédula<br />
de los europeos por la extraordinaria medicina<br />
china; del veloz enriquecimiento<br />
de los banqueros genoveses a costa de<br />
Felipe II de España; un imperdible artículo<br />
sobre el origen de la deuda pública.<br />
Uno de los más notables escritos de este<br />
pequeño gran libro, versa sobre el origen<br />
de la palabra dólar. Como se sabe, la palabra<br />
lira, deriva de libra, término usado<br />
desde la época romana para designar un<br />
peso. Durante más de un siglo, libra y lira<br />
fueron equivalentes, ya que una lira de<br />
plata siguió pesando una libra. El origen<br />
de la palabra dólar no es tan sencillo. A<br />
mediados del siglo XIV se descubrieron<br />
LA FUERZA DE LAS<br />
PALABRAS<br />
POR Felipe Pigna<br />
yacimientos de plata en Sajonia-Bohemia<br />
y en el Tirol, particularmente rica resultó<br />
la zona de St. Joachimstahl. Allí se acuñaban<br />
moneda de plata de un peso de unos<br />
treinta gramos a las que se las comenzó a<br />
llamar taleros. Por la deformación anglosajona,<br />
los taleros se convirtieron en los<br />
primeros dólares de la historia. Un libro<br />
fascinante e imperdible.<br />
HISTORICIDADES<br />
Cristian Delacroix, Francois<br />
Dosse y Patrick García<br />
Waldhuter editions<br />
El concepto de historicidad se ha vuelto<br />
clave para entender el vínculo existente<br />
entre una sociedad determinada, su pasado,<br />
su presente y su futuro. Este trabajo<br />
colectivo del historiador y profesor Cristian<br />
Delacroix de la Universidad de<br />
París-Este, Marne-La-Vallée; el historiador<br />
de la Universidad París XII Francois<br />
Dosse y el historiador de la Universidad<br />
de Cergy-Pontoise, Patrick García,<br />
pone el empeño en descubrir al lector la<br />
genealogía del concepto de historicidad<br />
y su puesta en práctica que atraviesa<br />
las fronteras nacionales y académicas e<br />
interrogarse, en consecuencia, sobre sus<br />
diversos usos. Indudablemente, desde los<br />
años 80 del siglo XX, los trabajos emblemáticos<br />
de Paul Ricoeur y Reinhart<br />
Koselleck se fueron imponiendo como<br />
referencias clave para los historiadores y,<br />
de hecho, este libro incluye textos inéditos<br />
de estos dos grandes referentes de la<br />
historia de finales del siglo XX. Además<br />
de la historia, otras disciplinas, como la<br />
filosofía, la antropología, el psicoanálisis,<br />
la lingüística y la geografía ayudan a analizar<br />
las múltiples formas de la historicidad.<br />
Koselleck recuerda la sentencia de Epicteto<br />
según la cual “no son las acciones<br />
las que agitan a los hombres, sino lo que<br />
se dice a propósito de esas acciones. Esto<br />
deja en claro que la fuerza inherente<br />
de las palabras no flota en la superficie<br />
de las cosas solamente. Esto lleva a una<br />
especie de obligación metodológica del<br />
historiador que consiste en restituir los<br />
conflictos sociales y políticos del pasado<br />
utilizando lo que Lucien Fevre llamaba<br />
el “instrumental mental” de la época. En<br />
historia uno debía lidiar casi siempre con<br />
los muertos del pasado. Pero la historia<br />
del tiempo presente hace comparecer a<br />
seres vivos. Pero lo hace sobre todo por<br />
su carácter de testigos, de sobrevivientes<br />
de acontecimientos en vías de deslizarse<br />
en la ausencia caduca y muy a menudo<br />
de testigos inaudibles, porque los acontecimientos<br />
extraordinarios sobre los que<br />
testimonian parecen inadmisibles desde<br />
la visión ordinaria de los contemporáneos.<br />
Un libro muy interesante, no solo para los<br />
especialistas en la materia<br />
OTROS RECOMENDADOS<br />
Fuerzas armadas en democracia, de Sabina<br />
Fréderic, Laura Mason, Germán Soprano. Prohistoria<br />
ediciones.<br />
Envar “Cacho” El Kadri. El guerrillero que<br />
dejó las armas, de Alejandro Tarruella. Editorial<br />
Sudamericana.<br />
Historia de la provincia de Buenos Aires. El<br />
gran Buenos Aires. Tomo VI, de Gabriel Kessler<br />
(dir.). Editorial Edhasa.<br />
Una juventud en los años sesenta, de Juan Carlos<br />
Garavaglia. Prometeo ediciones.<br />
El peronismo en La Pampa. Conformación<br />
partidaria y construcción estatal, 1945-1955, de<br />
Aldo Fabio Alonso. Prohistoria ediciones.<br />
Severino Di Giovanni, de Osvaldo Bayer. Editorial<br />
Planeta.<br />
97
Entrevista<br />
diez<br />
Una<br />
VISIÓN<br />
ESTRATÉGICA<br />
MARTÍN REDRADO adelanta las propuestas y<br />
jugosas anécdotas de su nuevo libro:<br />
Las cuentas pendientes. Un economista que<br />
expresa sus teorías económicas con un lenguaje<br />
casi confidencial<br />
POR Sergio Varela<br />
98<br />
Martín Redrado es uno de los personajes de la política<br />
argentina a quienes la palabra “protagonista” lo acompaña en<br />
muchos momentos clave –y por momentos controversiales– de<br />
su amplia carrera. Fue presidente de la Comisión Nacional de<br />
Valores en 1991 y vicecanciller en 2004. Como presidente del<br />
Banco Central participó del proceso de desendeudamiento y<br />
luego fue notoria su posición respecto del uso de las reservas,<br />
en rebeldía hacia el Gobierno Nacional. Uno de los méritos de<br />
Las cuentas pendientes es que transmite sólidas nociones de<br />
ciencia social económica en un lenguaje accesible, con manejo<br />
de una especie de “narración” que vuelve entretenido a un<br />
libro de tesis. Y que comunica sus ideas de tal manera que<br />
resultan material de lectura más que interesante no solo para<br />
quienes están de acuerdo con su postura política.<br />
–¿En qué se diferencia Las cuentas pendientes de los<br />
anteriores cuatro libros de su autoría? ¿Qué elementos<br />
de cada uno de ellos convergen en su más reciente<br />
propuesta? Es un libro que tuvo un objetivo específico desde<br />
su génesis. Está escrito para un ciudadano común e interesado<br />
en entender que es lo que le ocurre a su país ahora y hacia delante.<br />
Desde que volví al sector privado retomé contacto con<br />
las empresas, pero sobre todo con la gente de a pie. Recorrí el
país como nunca lo había hecho en el pasado y pude observar<br />
claramente que hay un grupo de población minoritaria que<br />
está sobreinformada que debate cosas que para la mayoría son<br />
muy lejanas y/o inentendibles. Es por eso que puse especial<br />
énfasis en que tenga un tono ameno y didáctico, para explicar<br />
porque llegamos a determinadas situaciones y porque tenemos<br />
que cambiar otras. Mis libros anteriores se dedicaron a<br />
temas de gestión y estuvieron mayormente relacionados con la<br />
experiencia personal, los desafíos y enseñanzas que obtuve al<br />
pasar por distintos puestos de la función pública. En cambio,<br />
a este libro lo atraviesa la idea de que debemos salir de la enfermedad<br />
de cortoplacismo y que para eso debemos tener una<br />
visión estratégica y compartida de país. Es decir, acordar cómo<br />
miramos hacia el futuro, cómo miramos el mundo y cómo<br />
nos miramos a nosotros mismos. Es la única manera de poder<br />
construir un futuro previsible.<br />
–El libro tiene un tono propositivo, además de enunciar<br />
los problemas plantea las soluciones. ¿Cuáles son los<br />
problemas más importantes a resolver y cuáles las propuestas<br />
que podrían solucionarlos? Bueno, hay muchos.<br />
Pero en síntesis te diría que dentro de los económicos, la falta<br />
de empleo de calidad es un tema fundamental. Esto ocurre<br />
en una economía que está estancada, tiene elevada inflación,<br />
gasta más de sus ingresos y está escasa de dólares. Además,<br />
hay un abanico de temas institucionales, jurídicos y sociales<br />
que hay que atacar. Para cada uno de ellos hay un diagnóstico<br />
y una propuesta específica. En términos de la agenda económica<br />
hay varias soluciones puntuales planteadas, pero, en<br />
general, el gran mensaje que atraviesa las páginas es que la<br />
solución a los problemas actuales viene de la implementación<br />
de un plan estratégico integral que ataque todos los síntomas<br />
de forma abarcativa y sistemática pero que esto debe ocurrir<br />
dentro de un esquema más amplio para generar políticas permanentes<br />
en el país, que superen a los gobiernos.<br />
–Ha estado en lugares y momentos clave de la política<br />
pública: ¿Cuánto de esa trastienda del poder aparece<br />
en este libro? Mucha. Es un libro repleto de anécdotas<br />
esclarecedoras de la forma en que se toman decisiones en el<br />
sector público, de la confusión que esto provoca en el sector<br />
privado y en el exterior, de cómo se entendió el poder político<br />
en el kirchnerismo. En definitiva, relatos sobre la forma de<br />
gestionar lo público y sus consecuencias. Por ejemplo, detallo<br />
un encuentro con Néstor Kirchner muy explicativo de esto<br />
que te estoy diciendo. Faltaban apenas algunas horas para que<br />
finalizara su mandato, cuando ingresé en su despacho, se acercó<br />
hasta la puerta (cosa que no hacía habitualmente ya que<br />
esperaba en su mesa de trabajo), abrió sus brazos y me sorprendió<br />
con una frase exultante: “Se viene una gran etapa para<br />
la Argentina”. Sonreí y le respondí: “Néstor, ya salimos del<br />
infierno, Argentina está de pie, pero vivimos en un país donde<br />
todavía se toman decisiones día a día. Es preciso dejar de<br />
pensar más allá de mañana y tener una mirada de largo plazo.<br />
Necesitamos una visión estratégica”, concluí. Ya nos habíamos<br />
sentado, hizo una pausa y me contestó: “Martín, un buen día<br />
a día hace un buen largo plazo”. La verdad es que pretender<br />
que la suma de buenos días haga un buen largo plazo es dejar<br />
casi todo dispuesto al azar. Gobernar un país es gestionar y<br />
administrar intereses, instrumentos y políticas. Es ocuparse de<br />
lo urgente, pero también de lo irresuelto, de lo estructural, de<br />
todo en simultáneo. Para eso necesitamos una visión integral<br />
de país. Es la idea central que trato de promover en el libro.<br />
–¿Cómo se hace desde el manejo de las grandes decisiones<br />
a escala nacional e internacional para conservar<br />
la perspectiva de la economía como una ciencia social<br />
que afecta a personas concretas detrás de los números?<br />
Argentina es un país que vive buscando atajos, y está claro que<br />
el camino más fácil no resulta siempre el mejor, por lo cual<br />
muchas veces se termina con un resultado deficiente en las<br />
políticas públicas. Recuerdo siempre una historia que impactó<br />
en mi forma de resolver los problemas. El Mullah Nasruddin<br />
es un conocido personaje imaginario inmerso en la cultura de<br />
Oriente Medio. El Mullah vivía del intercambio de mercaderías<br />
y transportaba sus productos hasta la ciudad una vez<br />
por semana sobre el lomo de una vieja mula. Durante uno de<br />
esos viajes, el animal, abrumado por una pesada carga de sal,<br />
perdió pie al cruzar un río. Al disolverse la sal, la mula pudo<br />
hacer el trayecto de manera mucho más descansada. En el<br />
viaje siguiente, y queriendo hacer el menor esfuerzo posible,<br />
la mula decidió repetir la experiencia pese a que no iba tan<br />
cargada como en la primera oportunidad. Así, cuando llegó al<br />
río se tiró deliberadamente al agua. Sin embargo, esta vez no<br />
llevaba sal sobre su lomo, sino lana. Esta no solo no se disolvió,<br />
sino que absorbió tanta agua que a la pobre mula le costó<br />
llegar a la otra orilla y tuvo que regresar arrastrándose hasta la<br />
ciudad. De manera análoga al Mullah, la búsqueda del atajo y<br />
la solución fácil, hace que términos otro mandato de gobierno<br />
con grandes dificultades para llegar a la otra orilla. En el<br />
proceso de diseño e implementación de las políticas públicas<br />
suele reinar el conflicto de intereses que es administrable,<br />
pero en ese juego a veces se pierde de vista que un objetivo<br />
importante de cualquier gobierno debe ser mejorar la calidad<br />
de vida de la gente de carne y hueso. Es por eso que le puse<br />
especial atención, en este libro,<br />
en sumar una reflexión sobre<br />
temas con profundo impacto<br />
social como la educación, la<br />
vivienda, la salud y la seguridad.<br />
Vos me preguntas cómo hacer<br />
para conservar la perspectiva.<br />
Fundamentalmente, dejando<br />
de buscar atajos y no olvidando<br />
que el individuo, y la sociedad<br />
en su conjunto, debe ser el beneficiario<br />
último de la actividad<br />
que ejerce cualquier funcionario<br />
público<br />
99
Señal en el distrito Schoeneberg de Berlín que recuerda una de las regulaciones antijudías del nazismo<br />
Tema de tapa<br />
cinco<br />
Políticas de la memoria:<br />
CONMEMORACIONES<br />
e IDENTIDAD<br />
POR Emilia Simison*<br />
Es un tipo muy pobre de memoria la<br />
que solo funciona hacia atrás.<br />
Lewis Carroll,<br />
A través del espejo y lo que Alicia encontró allí<br />
1oo<br />
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial,<br />
pero aun con más fuerza a partir de<br />
las décadas del 80 y 90, se han multiplicado<br />
las políticas y espacios que buscan<br />
dar cuenta de la historia colectiva. Sin<br />
embargo, ¿por qué recordamos?, ¿para<br />
qué?, ¿qué rol cumplen los Estados en el<br />
proceso de construcción de una memoria<br />
colectiva?<br />
Ya hace unos cuantos años Jacques<br />
Derrida afirmaba que los eventos de<br />
la historia reciente trajeron consigo una<br />
“urgencia universal por la memoria”. Sin<br />
embargo, a veces nos es difícil comprender<br />
el porqué de dicha urgencia. En su<br />
colaboración al dossier sobre políticas de<br />
la memoria publicado en 2002 por la revista<br />
Sociohistórica de la Universidad de<br />
La Plata, el historiador europeo Bruno<br />
Groppo propone dos posibles respuestas<br />
que resultan interesantes como punto de<br />
partida. La primera tiene que ver con la<br />
identidad. En relación con esto afirma que<br />
la memoria es el principal fundamento de<br />
la identidad, tanto individual como colectiva<br />
y que, retomando a Umberto Eco,<br />
es ella la que “nos dice por qué somos lo<br />
que somos”. De esta manera, historia e<br />
identidad se vuelven indisociables ya que<br />
es solo por medio de la primera que la segunda<br />
se construye, transmite y modifica<br />
continuamente.<br />
Junto con esta, otra función de la memoria,<br />
que se relaciona especialmente<br />
con la memoria de eventos dolorosos del<br />
pasado reciente, puede explicarse porque<br />
el hecho de haber “consumado un salto<br />
cualitativo en el horror permanece presente<br />
en la sociedad y se acompaña de la<br />
idea de que semejante experiencia, por el<br />
solo hecho de haberse producido una vez,<br />
podría repetirse”. En semejante contexto,<br />
la memoria tiene, entonces, la función<br />
de “exorcizar una posible repetición”. El<br />
Premio Nobel de la Paz y sobreviviente<br />
de los campos de concentración nazis,<br />
Elie Wiesel ilustró claramente esta<br />
función en su intervención en All Things<br />
Considered. Allí dijo que cuando terminó<br />
la guerra supo, al igual que el resto de los<br />
sobrevivientes, que todos los que habían<br />
permanecido con vida deberían ahora resistir<br />
ser testigos. Además, por su tradición<br />
judía, estaba convencido de que todo lo<br />
que se recibe debe ser compartido y que,<br />
por lo tanto, era su deber informar sobre<br />
lo sucedido. Sin embargo, creía que dicha<br />
información debía ser convertida en conocimiento<br />
que a su vez fuera convertido en<br />
sensibilidad y, a su vez, en compromiso.<br />
De esta manera, a través de las palabras<br />
proféticas “yo estuve allí”, los sobrevivientes<br />
tenían el deber de hablar para evitar<br />
que su pasado se convirtiera en el futuro<br />
de otra persona. Así, y tal como concluyó<br />
en su emotivo discurso de aceptación<br />
del Premio Nobel, si algo puede salvar<br />
a la humanidad, será la memoria. Y esta<br />
parece haber sido la convicción de varios<br />
sobrevivientes. Entre ellos, la antropóloga<br />
Germaine Tillion que se involucró<br />
en los conflictos por la independencia de
Algeria y afirmó “salvé deliberadamente a<br />
todos los que pude, argelinos y franceses<br />
de todas las opiniones”, convirtiéndose,<br />
según el filósofo húngaro Tzvetan Todorov,<br />
en un caso paradigmático de la<br />
memoria utilizada a favor de lo que se<br />
considera justo y verdadero. En ambos<br />
casos, lo importante es que la memoria<br />
no funciona solo hacia atrás ni se vive<br />
meramente como una carga sino que, de<br />
acuerdo con Jacques Le Goff, historiador<br />
medievalista y escritor francés, es vista<br />
como un trampolín hacia el futuro.<br />
Entonces, si tenemos en cuenta que la<br />
historia permite conformar identidades y<br />
articular pasado y futuro, no puede resultarnos<br />
extraño que haya sido, y continúe<br />
siendo, foco de la política. De hecho, la<br />
idea de una historia oficial se encuentra<br />
incluso en Hamlet cuando, antes de morir,<br />
el príncipe pide que la historia sea contada<br />
y designa quién será el encargado de<br />
hacerlo. Lejos de desaparecer, esa preocupación<br />
por la construcción de la historia<br />
pública ha continuado vigente hasta nuestros<br />
días. Ya Walter Benjamin en sus<br />
Tesis de Filosofía de la Historia afirmaba<br />
que “articular históricamente lo pasado<br />
no significa conocerlo ‘tal y como verdaderamente<br />
ha sido’. Significa adueñarse<br />
de un recuerdo tal y como relumbra en<br />
un instante de peligro”. ¿Pero quién decide<br />
de qué recuerdo adueñarse y cómo?,<br />
¿quién decide qué debe recordarse y qué<br />
olvidarse en la elaboración de una historia<br />
colectiva?<br />
La respuesta estatal a estas preguntas han<br />
sido las políticas de la memoria, definidas<br />
por Groppo como una acción deliberada,<br />
establecida por los gobiernos o por otros<br />
actores políticos o sociales con el objetivo<br />
de conservar, transmitir y valorizar el<br />
recuerdo de determinados aspectos del<br />
pasado considerados particularmente<br />
significativos o importantes y que, por la<br />
representación que propone del pasado<br />
apunta a modelar la memoria pública y a<br />
construir, así, un cierto tipo de identidad<br />
colectiva. No casualmente las políticas<br />
de la memoria han jugado un rol fundamental<br />
en la construcción de los Estados<br />
Nación. En particular, se trató en estos casos,<br />
como señala Markus J. Prutsch del<br />
Departamento del Parlamento Europeo<br />
dedicado a las políticas estructurales y de<br />
cohesión de la Unión Europea, de aquellos<br />
momentos percibidos como exitosos<br />
como, por ejemplo, la promulgación de la<br />
Carta Magna y la Carta de los Derechos<br />
para Inglaterra o la victoria soviética sobre<br />
Alemania para Rusia. Quizás lo más interesante<br />
sea que, al ser la identidad colectiva<br />
algo en continua evolución, la historia,<br />
y con ella, las políticas de la memoria no<br />
terminan cuando se conforma dicho Estado<br />
sino que continúan siempre jugando<br />
un rol fundamental. De hecho, Prutsch y<br />
su departamento trabajan activamente en<br />
la promoción de políticas de la memoria<br />
que puedan dar lugar a una “cultura de la<br />
conmemoración” que no solo ayude a que<br />
los países miembros de la Unión a reconciliarse<br />
con su pasado sino que también<br />
fomente “principios y valores europeos”<br />
que puedan afianzar su pasado y aumenten<br />
la confianza en su “presente y futuro”.<br />
También en América Latina las políticas<br />
de la memoria tuvieron un rol clave en<br />
la conformación de los Estados Nación y<br />
ocupan todavía hoy un lugar fundamental<br />
en las agendas de gobierno. Una de<br />
estas políticas que ha cobrado particular<br />
relevancia en las últimas décadas fue la<br />
promoción de dos formas distintas pero<br />
relacionadas de memoria: los espacios de<br />
la memoria y los memoriales.<br />
La importancia de recuperar y mantener<br />
los espacios relacionados con el pasado<br />
se deriva, como afirma Paul Ricoeur,<br />
de que estos son “los guardianes de la<br />
memoria personal y colectiva” ya que al<br />
volver la historia tangible hacen más difícil<br />
el olvido. De esta manera, en las últimas<br />
décadas hemos visto en América Latina<br />
el surgimiento de museos y espacios de la<br />
memoria que se han agregado al listado<br />
compuesto por los quizás más célebres<br />
Topografía del Terror de Berlín, ex campos<br />
de concentración como Auschwitz,<br />
Constitution Hill en Sudáfrica, el Museo<br />
Tuol Sleng del Genocidio en Camboya<br />
o el museo del Genocidio Armenio en<br />
Yereva. Casos paradigmáticos han sido la<br />
fundación del Museo de la Memoria en la<br />
ex ESMA en Argentina y, en Chile, de un<br />
Museo de la memoria y un Centro Cultural<br />
en el edificio que la dictadura militar<br />
utilizó como edifico de operaciones.<br />
Por otro lado, y siguiendo la tradición<br />
inaugurada por lugares como el Parque<br />
Memorial por la Paz de Hiroshima, han<br />
cobrado gran relevancia en la región las<br />
políticas de conmemoración que, como<br />
afirma la doctora en Ciencia Política Katherine<br />
Hite exceden el mero ejercicio<br />
simbólico de reconocimiento del pasado<br />
y pueden transformar sus significados y<br />
movilizar el presente. En su libro Política<br />
y Arte de la conmemoración, de hecho,<br />
Hite hace referencia a varios memoriales<br />
latinoamericanos que permitieron y<br />
permiten incorporar a sobrevivientes y<br />
familiares de víctimas en la construcción<br />
de la historia colectiva pero que, al mismo<br />
tiempo, los trascienden. Algunos de estos<br />
son el Ojo que llora de Lima, las Mujeres<br />
por la Memoria en Santiago de Chile o<br />
el Monumento a las Víctimas del Terrorismo<br />
de Estado en Buenos Aires. Otro<br />
ejemplo interesante, y tal vez deudor de la<br />
iniciativa Lugares de Conmemoración de<br />
Renata Stih y Frieder Schnock, que<br />
distribuyó ochenta señales por el distrito<br />
Schoeneberg de Berlín que recuerdan las<br />
regulaciones antijudías del nazismo y a varios<br />
de los ex habitantes del distrito como<br />
Albert Einstein y Hannah Arendt,<br />
es la iniciativa Baldosas por la Memoria<br />
que llenó en los últimos años la ciudad de<br />
Buenos Aires con baldosas que conmemoran<br />
a los militantes populares secuestrados<br />
y asesinados por el terrorismo de Estado<br />
en el lugar donde vivieron, trabajaron,<br />
estudiaron, militaron, fueron secuestrados<br />
y/o asesinados.<br />
Entonces, y retomando los dichos de la<br />
Reina Blanca en A través del espejo y lo<br />
que Alicia encontró allí, “es un tipo muy<br />
pobre de memoria la que solo funciona<br />
hacia atrás” ya que el rol de la memoria<br />
y el móvil para recordar deberían ser la<br />
construcción presente de una identidad<br />
colectiva y la posibilidad de aprender de<br />
nuestra propia historia. En esa tarea las<br />
políticas estatales cumplen un rol fundamental<br />
pero también las historias personales<br />
y la interacción entre ambas. Por eso,<br />
tal vez sea pertinente tener en mente unas<br />
sabias palabras de Todorov: “El recuerdo<br />
público del pasado nos educa solo si nos<br />
cuestiona personalmente y nos muestra<br />
que nosotros mismos no siempre fuimos la<br />
encarnación del bien o la fuerza”<br />
* Magister en Ciencia Política, UBA-UTDT.<br />
1o1
Danza<br />
Movimiento<br />
EN<br />
En los últimos meses los teatros nacionales rebosaron de danza,<br />
y así continuarán hasta fin de año, con grandes bailarines nacionales e internacionales<br />
que pudimos y podremos disfrutar no solo en Buenos Aires<br />
sino a lo largo y ancho del país<br />
1o2<br />
POR Emilia Simison
Imposible empezar a hablar de danza en Argentina si no es<br />
por dos grandes teatros: el Teatro Colón y el Argentino de la<br />
Plata. La intensa temporada de ballet del primero comenzó<br />
con Trilogía Neoclásica IV y El lago de los cisnes y continuó<br />
en agosto con la presentación de Sylvia y una gran Gala Internacional<br />
de la que participaron, junto con los miembros de la<br />
compañía local, Marianela Núñez, bailarina argentina que<br />
forma parte desde 1998 del ballet de la Royal Opera House<br />
(y que también anduvo dando vueltas por el país como, por si<br />
no se enteraron, les cuento más abajo), Helene Bouchet y<br />
Carsten Jung del Ballet de Hamburgo, Maria Ricetto y<br />
Ciro Tamayo del Ballet del Sodre y Sofia Menteguiaga y<br />
Alain Honorez del Royal Ballet de Flandes. Y, por suerte, la<br />
temporada no termina ahí: ahora en octubre podremos disfrutar<br />
la puesta de Onieguin y, en diciembre, del clásico navideño<br />
por excelencia: Cascanueces. Además, para aquellos que prefieran<br />
algo no tan clásico, en octubre Luis Garay presentará<br />
en el Centro de Experimentación del teatro su nueva creación<br />
en torno a la imagen digital y las posibilidades de ficcionalizar<br />
su presente y futuro, Still Life. Por su parte, el Teatro Argentino<br />
arrancó el año con funciones de Don Quijote, en que se lució<br />
Julieta Paul, y de La Cenicienta. Además, en noviembre<br />
nos dan una segunda oportunidad para disfrutar de El lago de<br />
los cisnes, esta vez en la versión de Víctor Filimonov. Una<br />
buena nueva extra: ambos teatros cuentan ahora con propuestas<br />
de streaming que permiten que las funciones sean vistas en<br />
simultáneo en ciertos lugares públicos e, incluso, en nuestras<br />
casas.<br />
Aprovechando el descanso en el Viejo Continente, y para<br />
deleite de los espectadores argentinos, Marianela Núñez regresó<br />
al país, luego de haber participado como invitada con<br />
el American Ballet Theatre, y no solo para la Gala del Colón.<br />
Por el contrario, realizó una gira solidaria por distintos teatros<br />
del país que arrancó el 16 de julio en el Teatro El Círculo<br />
de Rosario con una gala denominada Marianela Núñez y sus<br />
invitados, en la que la acompañaron figuras notables de la escena<br />
local como Karina Olmedo, Julieta Paul, Nahuel<br />
Prozzi, Bautista Parada, Rodrigo Colomba y Cecilia<br />
Figaredo, programa que repitieron el 26 en el Teatro 25 de<br />
Mayo de Santiago del Estero. Como parte de la misma gira,<br />
el 18 de julio Marianela se presentó en el Club Alemán de<br />
Gimnasia de Villa Ballester, en su partido natal de San Martín,<br />
en un evento organizado con el fin de recaudar fondos para el<br />
tratamiento de Paul Quiroga, quien padece escoliosis neurológica<br />
progresiva. Además, el 21 bailó en el Teatro Municipal de<br />
Bahía Blanca junto al Ballet del Sur, mientras que el 23 de julio<br />
presentó el segundo acto de Giselle y el tercer acto de Don<br />
Quijote con el Ballet del Centro de Conocimiento en el Teatro<br />
Lírico de Posadas.<br />
Tanto la gira, como la actividad de estas compañías provinciales,<br />
son muestras de que ya no hace falta estar en Buenos<br />
Aires para ver lo mejor de la danza. El joven Ballet del Centro<br />
de Conocimiento, dirigido por Laura de Aira quien fuera<br />
allá por 2005 también coreógrafa de la obra debut del mismo,<br />
Danzas Sagradas y Profanas, aprovechó las vacaciones de<br />
invierno presentando funciones gratuitas de Pedro y El Lobo<br />
y El lago de los cisnes. Además, fueron sede de un seminario<br />
de danza coorganizado con la Asociación Cooperadora de la<br />
Academia de Ballet de Moscú, de una muestra de invierno de<br />
alumnos de dicha academia, y, por si fuera poco, de la semifinal<br />
latinoamericana de la competencia internacional de ballet<br />
Valentina Kozlova (VKIBC).<br />
Otra joven y activa compañía provincial es el Ballet Provincial<br />
de Salta que, integrada por bailarines de entre 19 y 32 años,<br />
cumplió ocho años en septiembre. Luego de un impasse producido<br />
en 2014 al quedarse sin dirección, este 2015 tomó nuevo<br />
impulso de la mano de su nueva directora Paula Argüelles.<br />
En mayo, junto con el Ballet Folklórico de la Provincia,<br />
la Coral de las Américas y una banda de sikuris presentaron<br />
Puente al sol, un espectáculo de Ballet Ópera Andina, mientras<br />
que en julio presentaron la versión de Argüelles de Carmen<br />
y repitieron en septiembre su tributo a Cerati. Ahora, en<br />
octubre, van a presentar el clásico Romeo y Julieta a la espera<br />
de lo que traerán con ellos, en noviembre, los coreógrafos<br />
contemporáneos invitados.<br />
Y cuando de esfuerzos por ampliar el público del ballet se<br />
habla, una palabra merece el programa Danza por la Inclusión<br />
que, bajo dirección de Iñaki Urlezaga y con bailarines de<br />
primer nivel, ofrece hace un par de años cursos y funciones<br />
gratuitas en todo el país. Además, no solo sus presentaciones<br />
tienen alcance nacional sino que también las audiciones para<br />
ingresar a la compañía se realizan a lo ancho y largo del país,<br />
permitiendo la incorporación de talentos de todo el territorio.<br />
Este 2015 se lucieron en las presentaciones de La Traviata,<br />
Giselle y, recientemente, El lago de los cisnes y todavía les<br />
queda Cascanueces para cerrar el año. En sus funciones, además<br />
de los bailarines y músicos, se lucieron los espectaculares<br />
vestuarios diseñados por Verónica de la Canal que, dando<br />
otro paso hacia la inclusión, son confeccionados por cooperativas<br />
textiles. Por lo menos a mí, que tengo cierta debilidad por<br />
los ampulosos vestidos de fiesta que difícilmente tenga ocasión<br />
de usar, los que más me impresionan en cada función son los<br />
elaborados por “Estilo Diversa” Cooperativa LGBTTI cuyos<br />
miembros, además del arduo trabajo de confección y bordado<br />
de los elaborados vestidos, se capacitan con vestuaristas del<br />
Teatro Argentino de La Plata en la confección de ropa de escena.<br />
Por otro lado, Buenos Aires fue en agosto sede de la preselección<br />
latinoamericana del Young America Grand Prix (YAGP)<br />
donde, además de competir, los participantes pudieron aprender<br />
y entrar en contacto con otros estudiantes y grandes maestros<br />
y bailarines. De hecho, se sumaron al jurado varios bailarines<br />
de renombre internacional que vinieron a formar parte de<br />
otra edición de las ya clásicas Galas de Ballet de Buenos Aires.<br />
En su quinta edición, realizada el 21 y 22 de agosto, contó por<br />
primera vez con las participaciones de Friedemann Voguel,<br />
1o3
1o4<br />
bailarín del Stuttgart Ballet y Cory Stearns, principal del ABT.<br />
También se lucieron en la gala Nadia Batoeva y Kimin Kim,<br />
bailarines del Teatro Mariinsky, Matthew Golding, principal<br />
del Royal Ballet de Londres, Anna Tsyganova, bailarina<br />
principal en el Dutch National Ballet, los bailarines del San<br />
Francisco Ballet, Doris Andre y Joseph Walsh y artistas<br />
de São Paulo Companhia de Dança. Además, el público pudo<br />
ver en una misma noche a estrellas nacionales como Nadia<br />
Muzyca, primera bailarina del Teatro Colón, Paula Ferraris<br />
y Gerardo Marturano, del Ballet Contemporáneo del<br />
Teatro San Martín, y Luciana Paris, argentina y miembro<br />
del ABT desde 2001 que en junio de este año fue promovida a<br />
solista en un resonante anuncio de promociones que significó,<br />
además del merecido ascenso de la argentina, la primera vez<br />
en la historia de la compañía que una afroamericana, la bella y<br />
carismática Misty Copeland, llegó a ser bailarina principal.<br />
Asimismo, para agregar una dosis de humor no exenta de virtuosismo<br />
a la velada, el bailarín Raffaele Morra presentó<br />
un número de “Les Ballets Trockadero de Montecarlo”. Para<br />
quienes se lo perdieron, vayan agendando para el próximo<br />
agosto la gala número 6 y estén atentos porque en noviembre<br />
vuelve Daniil Simkin con Intensio. En este espectáculo, producido<br />
por Daniil y su familia de bailarines y también traído<br />
a Argentina por el Grupo Ars, se presentarán cuatro trabajos<br />
realizados especialmente por los coreógrafos contemporáneos<br />
Alexander Ekman, Jorma Elo, Annabelle López-<br />
Ochoa y Gegory Dolbashian. En cuanto a los bailarines,<br />
a Daniil, quien ya es un favorito en la escena local, lo acompañarán<br />
otros cinco bailarines del ABT, Isabella Boylston,<br />
Alexandre Hammoudi, Blaine Hoven, Calvin Royal<br />
III, Hee Seo y James Whiteside y la primera bailarina de<br />
Les Ballets Jazz de Montréal, Céline Cassone.<br />
Y hablando de grandes galas, el 28 de octubre en el Teatro<br />
Cervantes se presenta Danzar por la Paz 2015, a total beneficio<br />
de UNICEF. Entre los invitados están Hernán Piquín,<br />
Cecilia Figaredo y la carismática primera bailarina y<br />
reciente Directora del Ballet Municipal de Río de Janeiro,<br />
Cecilia Kerche.<br />
Para aquellos menos fanáticos del clásico, además de las presentaciones<br />
neoclásicas y contemporáneas ya mencionadas, les<br />
sugiero mantenerse atentos a las novedades de la Compañía<br />
Castadiva. La misma, arrancó el año con funciones de dos<br />
obras de su directora Mónica Fracchia, Ramos generales y<br />
Nazareno. Además, presentaron su espectáculo Castadiva 3<br />
Coreógrafos + Venecia sin ti y repusieron Caetanos y Mozartiana.<br />
Por su parte, el Ballet Folklórico Nacional, que este año celebra<br />
sus 25 años, festejó con su espectáculo Cuatro miradas<br />
y con presentaciones gratuitas de Bodas de plata, programa<br />
formado por obras de Santiago Ayala, Norma Viola,<br />
Héctor Aricó, Oscar Araiz, Rodolfo Lastra y Carlos<br />
Rivarola y la reposición de la obra Aquí me pongo a cantar,<br />
versión coreográfica del Martín Fierro
La recomendación<br />
DEL LIBRERO<br />
POR Mauro López Oyanarte<br />
Con motivo de este número recomiendo Las pequeñas memorias,<br />
de José Saramago, editado en el año 2007 por Alfaguara.<br />
A diferencia de sus trabajos anteriores este libro es completamente<br />
autobiográfico y en él evoca su infancia y primera adolescencia,<br />
narrando un registro de acontecimientos personales que<br />
solo el propio autor conoce y puede contar, organizados más o<br />
menos cronológicamente, según el fluir de su memoria.<br />
Saramago creció bajo un régimen de gobierno autoritario y se<br />
describe a sí mismo como un niño melancólico<br />
y un adolescente contemplativo,<br />
muy frecuentemente triste. En la<br />
narración de las experiencias iniciáticas<br />
que marcaron su obra, se lo observa<br />
aventurándose en la naturaleza frondosa<br />
y agreste de Lisboa en los años 20, quizás<br />
en búsqueda de una referencia desde la<br />
cual preguntarse libremente sobre sus<br />
intereses, explorando un espacio diferente<br />
al de la educación rígida y distante de<br />
aquella época, buscando evitar el trato<br />
desconsiderado que vivían los niños de<br />
entonces por parte de maestros, familiares<br />
o vecinos. En este libro Saramago narra sus encuentros consigo<br />
mismo y en él subyacen las claves para leer su obra.<br />
Es un libro de lectura agradable, entretenida y potente. Tiene<br />
menos de doscientas páginas. A los habituales lectores del autor,<br />
acostumbrados a la ficción, seguramente no los decepcione esta<br />
incursión en la autobiografía. También es un libro apropiado<br />
para lectores de historia o filosofía. Valga la advertencia: quien<br />
no haya leído aún a Saramago, necesita saber que su estilo se<br />
caracteriza por el ejercicio de la retórica y por las descripciones<br />
ornamentadas. Compartamos por ejemplo, esta oración en que<br />
describe a sus vecinos y también, de modo poético, a cierto ejercicio<br />
de la memoria: “Creo que la mujer se llamaba Emídia y él,<br />
si no me equivoco, él se llamaba José: estos nombres, así como<br />
el de la presunta liviana Concepción, soterrados durante años y<br />
años bajo aluviones de olvido, ascendieron obedientes desde las<br />
profundidades de la memoria cuando la necesidad los convocó,<br />
como una boya de corcho retenida en el fondo del agua que de<br />
repente se hubiera desprendido de la amalgama del lodo” (p. 47).<br />
Y esta otra, deteniéndose en los objetos de un paisaje de su infancia:<br />
“Esta pérdida, sin embargo, hace mucho tiempo que dejó<br />
de causarme sufrimiento porque, por el poder reconstructor de<br />
la memoria, puedo levantar en cualquier momento sus paredes<br />
blancas, plantar el olivo que daba sombra a la entrada, abrir y<br />
cerrar el postigo de la puerta y la verja del huerto donde un día<br />
vi una pequeña culebra enroscada, entrar en las pocilgas para ver<br />
mamar a los lechones, ir a la cocina y echar del cántaro a la jícara<br />
de latón esmaltado el agua que por milésima vez me matará la<br />
sed de aquel verano” (p. 20).<br />
Diremos que Las pequeñas memorias provoca un tipo de lectura<br />
particular, ya que al rememorar, por ejemplo, la impresión que<br />
causó en la niñez del autor la actitud de un vecino, evoca también<br />
el impactante descubrimiento de la crueldad, la impunidad,<br />
el amor, la justicia o el paso del tiempo. Este contenido filosófico<br />
genera a su vez un ejercicio reflexivo en el lector e invita a recorrer<br />
la propia historia. Así, Saramago, Premio Nobel de Literatura,<br />
apela una vez más al reconocimiento de nuestra propia<br />
humanidad como sostén del correlato entre pasado, presente y<br />
futuro
VIDA GOURMET<br />
Pequeños detalles que hacen la diferencia<br />
Por MÓNICA TRACEY<br />
Asado argentino: ¿el mejor o el peor del mundo?<br />
1o6<br />
En muy poco tiempo, Kevin Gillespie pasó de ser uno de los<br />
finalistas de la sexta temporada del Top Chef estadounidense a<br />
convertirse en uno de los referentes de la cocina sureña de los<br />
Estados Unidos. Intrigado por la técnica argentina de hacer el<br />
“asado” –siempre que se refiere a él lo dice en castellano–, vino<br />
a desentrañar sus secretos en un capítulo de su programa de<br />
televisión, Culinary Journeys. También allí quedó grabado un<br />
almuerzo íntimo que tuvo con Francis Mallman, en el que<br />
ambos dieron sus puntos de vista sobre lo que se necesita para<br />
hacer el perfecto asado a llama abierta<br />
(http://edition.cnn.com/specials/travel/journeys).<br />
Fue justo cuando un grupo de asadores argentinos salieron últimos<br />
en el World Barbecue Championship en Suecia, algo que a<br />
Gillespie le pareció increíble.<br />
–Usted vino a la Argentina para ver la forma en que se hace<br />
aquí el asado. ¿Por qué estaba interesado en eso? Quería ver<br />
cómo era la técnica del asado porque es bastante parecida a la<br />
tradicional barbecue de mi región.<br />
–¿Le gusta nuestro asado? Sí, ¡me gusta mucho! Lo que más<br />
me gusta es el foco en la pureza del sabor de la carne, que no lo<br />
enmascaran cubriéndolo de otros sabores.<br />
–¿Pudo descubrir los secretos del “asado argentino”? No sé<br />
si hay un secreto pero lo que pude ver es que es muy simple. Y<br />
como muchas cosas que son muy simples, lleva un tiempo largo<br />
dominarlas. Creo que un secreto podría ser que hay que mantener<br />
una temperatura uniforme en todo momento.<br />
–¿Francis Mallman aceptó mostrarle sus secretos? No realmente.<br />
–¿Cuáles diría que son las diferencias principales en la forma<br />
en que ustedes asan la carne en los Estados Unidos y como<br />
se hace en la Argentina? En los Estados Unidos cocinamos a<br />
una temperatura mucho más alta, gran diferencia. Cocinamos<br />
con calor alto por un período menor de tiempo y servimos<br />
nuestra carne más cruda.<br />
–¿Diría que tenemos que aprender de ustedes o ustedes de<br />
nosotros? Creo que ambos tenemos que aprender del otro.<br />
Ningún modo es el único modo. Creo que somos primos culinarios.<br />
Hemos aprendido de los mismos ancestros y tenemos un<br />
acercamiento similar. Ambos métodos son aplicables y tienen<br />
beneficios.<br />
–¿Qué opina acerca de que Argentina obtuvo el último puesto<br />
en el World Barbecue Championship en Suecia? ¿Podemos<br />
ser tan malos en hacer un asado? ¡No! Realmente no lo<br />
puedo entender, me parece muy raro.
Más sabor, distintos saberes, sentir<br />
más, gustar mejor, tradición, novedad,<br />
catas, un camino para conocerse en<br />
las propias elecciones<br />
–¿Qué platos disfrutó más en la Argentina? Me encantó el<br />
asado. Creo que el chorizo fue el mejor que comí en mi vida y<br />
me enamoré de la provoleta.<br />
–¿Cuáles son los platos preferidos de los que usted prepara?<br />
Disfruto haciendo barbacoa de un cerdo entero, al estilo del<br />
sur.<br />
–¿Cree que está habiendo una recuperación de la cocina<br />
tradicional y familiar? ¡Absolutamente! La gente está retomando<br />
sus tradiciones familiares. Y eso es muy bueno porque nos<br />
conecta en más de un sentido.<br />
Vino por copa en casa<br />
Una modalidad que ya se instauró en bares y restaurantes<br />
ahora viene a traer una solución genial para quienes dudan<br />
de abrir una botella de un vino rico cuando piensan tomar<br />
solo una o dos copas. Ya se sabe que el vino que queda en la<br />
botella abierta resiste poco y es un pecado estropear uno de<br />
calidad. Ese conflicto se acabó gracias a las cajas de vino con<br />
canilla incorporada. ¿Vino en cajas? ¿Tetra? ¡Qué horror!<br />
Nada de eso. No es un regreso al tetrabrick sino un salto<br />
hacia adelante. Dentro de la caja hay una bolsa de alta tecnología<br />
que contiene el vino y se va contrayendo a medida que<br />
se vacía, haciendo que no tenga casi contacto con el oxígeno y<br />
dure alrededor de seis semanas en perfectas condiciones.<br />
Acaba de salir Las Perdices Malbec By The Glass: tres litros<br />
al precio de tres botellas de<br />
750 ml. También hay esta<br />
opción de caja Premium de<br />
tres litros de Casarena 505<br />
Malbec, en caja de cuatro<br />
litros el Lorca Fantasía<br />
Malbec y de cinco litros, el<br />
CarinaE Malbec. Todos un<br />
poco más baratos que en<br />
botella y sin desperdicio de<br />
su buen contenido.<br />
La cocina de los bodegones: sabores recuperados<br />
El regreso a lo más propio, lo familiar, lo tradicional, que<br />
recupera recetas y modos de acercarse a la comida recorre la<br />
gastronomía del mundo y aquí nos trae excelentes momentos.<br />
Ahora, la posibilidad de entrar en los secretos de las recetas<br />
de los bodegones.<br />
Hace tiempo que Pietro Sorba comenzó a poner en valor<br />
estos establecimientos que fueron parte de la historia de<br />
nuestra gastronomía y de su identidad. Su guía Bodegones de<br />
Buenos Aires sacó del olvido a muchos de estos particularísimos<br />
restaurantes y llamó a prestarles atención, a volver a<br />
su cocina simple, abundante, de sabores conocidos que hay<br />
quienes recuerdan de su juventud, de su infancia o de los<br />
cuentos familiares. Esta vez, con Recetas de Bodegones, los<br />
recorre en otro sentido, acercando la posibilidad de preparar<br />
esos platos que fueron emblemáticos de la cocina porteña:<br />
191 preparaciones entre las que por supuesto están “Pollo al<br />
ajillo”, “Puchero”, “Lomo a la pimienta”, “Rabas a la provenzal”<br />
o “Milanesas a la napolitana”.<br />
1o7
Mad Men<br />
Es una serie de televisión estadounidense,<br />
drama de época, que se estrenó en julio<br />
de 2007 y termino con la séptima temporada<br />
en 2015.<br />
Está situada en los años 60, en la ficticia<br />
agencia de publicidad Sterling Cooper<br />
en la Avenida Madison, Nueva York, en<br />
el edificio Time-Life. La expresión “Mad<br />
Men” era un término del argot acuñado<br />
en la década de 1950 por los publicistas<br />
que trabajan en Madison Avenue para<br />
referirse a sí mismos. El punto central<br />
de la serie es Don Draper (Jon Hamm)<br />
(inspirado en Draper Daniels pionero de<br />
la publicidad en NY de los años 60) y la<br />
gente que forma parte de su vida, tanto<br />
dentro como fuera de la oficina. La trama<br />
se centra en el negocio de las agencias, así<br />
como en la vida privada de los personajes,<br />
representando regularmente los cambios<br />
de humor y las costumbres sociales de los<br />
Estados Unidos en la década de 1960.<br />
Don Draper es muy seguro de sí mismo,<br />
es uno de los profesionales de más prestigio<br />
de su compañía pero, a su vez, es<br />
un personaje manipulador y misterioso,<br />
avergonzado de su pasado marcado por<br />
la miseria. La serie muestra un reflejo de<br />
la sociedad neoyorquina de esta década<br />
y aborda temas tan controvertidos como<br />
las relaciones adúlteras, el alcoholismo,<br />
el racismo o el tabaco en la atmósfera de<br />
misterio creada por el protagonista.<br />
La tira fue aclamada por la crítica por su<br />
autenticidad histórica, estilo visual, diseño<br />
de vestuario, actuación, guión y dirección,<br />
y ha ganado numerosos premios, entre<br />
ellos quince premios Emmy y cuatro Globos<br />
de Oro. Es la primera serie de cable<br />
básico en obtener el premio Emmy a la<br />
mejor serie dramática, ganando en cada<br />
una de sus primeras cuatro temporadas<br />
en 2008, 2009, 2010 y 2011. Qué más se<br />
puede pedir para conocer una época que<br />
marca un punto de inflexión histórico.<br />
Outlander<br />
Outlander está basada en las novelas de<br />
Diana Gabaldón y con la participación<br />
de famosos actores invitados.<br />
Outlander mezcla fantasía, historia y<br />
romance en los parajes de la Escocia del<br />
siglo XVIII. Durante la Segunda Guerra<br />
Mundial, Claire, una enfermera inglesa,<br />
casada, durante un viaje a Escocia, visita<br />
un misterioso círculo de piedras antiguas y<br />
afectada por un misterioso poder, entra en<br />
trance para despertar lejos de su marido,<br />
su época y la vida que ha conocido hasta<br />
ahora, en la Escocia de 1734. Así, Claire<br />
se verá inmersa en un país poblado de<br />
clanes, de gente supersticiosa y violenta.<br />
En un primer momento se cruzará en el<br />
camino de Jack Randall, un sádico oficial<br />
inglés que resultará ser un antepasado de<br />
su marido y del que se verá forzada a huir.<br />
En ese mundo radicalmente distinto al<br />
que siempre ha vivido, Claire llegará ante<br />
un clan escocés, donde se verá obligada a<br />
casarse con Jamie McTavish, un hombre<br />
beligerante por el que empezará a sentir<br />
una atracción desmedida. Deslumbrada<br />
por su nueva vida plagada de aventuras y<br />
por la pasión de Jamie, Claire tendrá que<br />
decidir si regresa a la seguridad y estabilidad<br />
del futuro o permanece en una época<br />
que no es la suya y en la que siempre se<br />
sentirá fuera de lugar.<br />
Entre las críticas, destacamos la de The<br />
Washington Post: “Outlander engancha al<br />
instante. Sin haber leído el libro, la serie<br />
tiene una especie de encanto y resulta<br />
suficientemente emocionante”.<br />
Por lo anterior recomendamos disfrutar<br />
de esta serie con la excusa de “aprender<br />
historia escocesa”, considerando que ya se<br />
está filmando una segunda temporada<br />
Ambas series se encuentran disponibles en<br />
Tematika, Yenny y El Ateneo<br />
1o9
Museos<br />
del mundo<br />
De<br />
ANTOLOGÍA<br />
POR Martín Garrido<br />
El placer en continuado comienza al caminar entre el laberinto<br />
que se abre a corta distancia de la iglesia de Santa Maria della<br />
Salute. Al trasponer la puerta está el jardín de esculturas con la<br />
antología exquisita de Peggy Guggenheim (1898-1979) con<br />
obras de Henry Moore, Calder y, entre otros, Giacometti,<br />
bajo cuya base reposa por el especial privilegio que le otorgó<br />
Venecia a su ciudadana honoraria. Anticipando las salas de exposiciones<br />
y un delicioso restaurante, está L’Angelo della Cittá,<br />
el caballero desnudo a caballo de Marino Marini la escultura<br />
que domina la terraza que mira al Canal Grande. La foto de recuerdo,<br />
con selfist incluido, es de rigor turístico.<br />
El palazzo del siglo XIII, cuya leyenda dice que el primer dueño<br />
tenía un león, de donde proviene su nombre, y que en 1948<br />
remodeló a su estilo. No es grande pero cada rincón confirma su<br />
aureola como el museo más notable de Italia en el arte moderno<br />
de la primera mitad del siglo XX, reuniendo artistas europeos y<br />
americanos. Es la memoria de un coleccionista, de obras, amigos<br />
y amantes. Por eso, al cederlo todo a la Fundación Solomon<br />
Guggenheim, su exigencia fue que todo quedara igual, que nada<br />
se fuera de Venecia.<br />
Por eso, aunque lleve el mismo apellido, poco tiene que ver con<br />
el museo de Nueva York, el de Bilbao o el de Abu Dhabi.<br />
No es monumental sino íntimo y por este motivo, antes de recorrerlo<br />
sin ningún apuro, es conveniente saber algo más sobre<br />
lo que fue la vida de Marguerite antes de convertirse en Peggy.<br />
Mecenas del arte y los artistas, cuyo estilo de vida fue más que<br />
singular y dio lugar a muchos libros como el de Mary Deaborn,<br />
Mistress of Modernism, que se inspiran en el personaje<br />
reiterado de las herederas “Poor Little Rich Girl” que se convirtió<br />
en una telenovela mexicana de éxito.<br />
No es un chimento recordar que la heredera fue la tercera<br />
esposa del alemán Max Ernst, dadaísta y descubridora, quizás<br />
amante del pintor Jackson Pollock (1912-1956). En la<br />
película que protagonizó y dirigió Ed Harris, la representó su<br />
propia esposa (Amy Madigan).<br />
El catálogo de su colección, aunque protagonizado por el<br />
“Quién es Quién en el Arte del siglo XX”, es una digna compañía<br />
de Venecia donde la memoria nos recuerda a todo. En sus<br />
salas están Picasso, Braque, Kandinsky o Mark Rothko<br />
junto a un nutrido conjunto del futurismo italiano lo mismo que<br />
Sironi, Morandi y hasta un retrato de Modigliani.<br />
Es buena la idea de usar un audioguía en varios idiomas (también<br />
español) y visitar las dos tiendas por su amplio surtido de<br />
libros y reproducciones.<br />
Por último, y no menos importante, recomiendo comer en la terraza<br />
con vista al jardín, con el servicio de primera pero accesible<br />
como en cualquier cafetería de los grandes museos. Aunque<br />
su vista no tiene precio<br />
111
Inolvidable VENECIA<br />
POR Horacio de Dios<br />
112<br />
En Venecia no hay horas perdidas, pero lo ideal es la mañana<br />
temprano cuando la vida se pone en movimiento, y el crepúsculo<br />
antes de sumergirse en la oscuridad. Lo único que se<br />
mantiene, como el ritmo cardíaco, es el vaporetto al compás de<br />
las mareas con su presencia constante porque el servicio nunca<br />
se detiene.<br />
Por eso, la mejor ayuda existencial para aprovechar los días<br />
(siempre resultan pocos) es aceptar de compañero de ruta a<br />
la Marca de agua el pequeño gran libro de Joseph Brodsky<br />
(1940-1987), enterrado por su voluntad en Venecia.<br />
Desembarco en Giudecca<br />
Gracias a una amiga experta, acerté al no reservar un hotel en<br />
uno de los sestieres (barrios) que están al lado del Gran Canal y<br />
hacerlo enfrente, en Giudecca.<br />
Es una franja larga y angosta que está a unos 300 metros frente<br />
a Dorsoduro, a tres minutos de lancha. En un viejo molino,<br />
transformado en hotel (parecido a lo que ocurre en Puerto Madero)<br />
podía pasear en veinte cuadras de largo y apenas tres de<br />
ancho, con la familiaridad de la vida entre vecinos. Por ejemplo,<br />
aguardar con ellos en el muelle, tomando un espresso de máquina<br />
con los cornetti recién salidos del horno de la panadería<br />
y a un paso de un cibercafé y una fonda para comer a la noche,<br />
a pasos de mi cama. Luego aprendí a armarme mis sándwiches<br />
con ciabatta, focaccia y panini para mi vianda de caminante.<br />
Peaje de turista<br />
Nunca había estado en Venecia, aunque a través de amigos y<br />
lecturas, la conociera de memoria, incluso en el otoño, con neblina<br />
y las inundaciones del acqua alta. La salud es lo primero<br />
y por eso comencé por la Basílica de Santa Maria della Salutte,<br />
construida en 1631, que es impresionante por sus dimensiones<br />
y los frescos de Tiziano y Tintoretto.<br />
Luego fui hasta San Marcos, tomé un café en Florian, de 1720<br />
(aseguran que es el más antiguo del mundo), y pensé cómo<br />
seguir conociendo las principales 364 atracciones y cosas para<br />
hacer que figuran en la lista de Trip Advisor.<br />
Era un propósito inabarcable, una misión imposible y me entregué<br />
a mi destino peatonal con zapatillas y camarita. Respeté<br />
el recorrido tradicional junto a las caravanas incesantes. No me
acerqué a ningún vendedor ambulante de máscaras de carnaval<br />
(made in China o por ahí) ni mucho menos a vasos de una supuesta<br />
antigüedad. Eso sí, me metí en todos los negocios para<br />
mirar sin comprar nada. Para mi mujer fue una verdadera delicia,<br />
hasta probó telas recamadas de terciopelo, igual que Florinda<br />
Bolkan en Anónimo veneciano, película imprescindible.<br />
Almorzamos en una calleja con góndolas al pie y seguimos<br />
cruzando puentes hasta quedar exhaustos de tanta maravilla<br />
que veía por primera vez, aunque las tenía preprogramadas sin<br />
darme cuenta. Antes del atardecer subimos al vaporetto para el<br />
recorrido por el Canal Grande que pasa por todos los palacios y<br />
el Puente de Rialto durante 45 minutos.<br />
Mientras la luz se desvanecía intentaba reconocer algunos palazzos<br />
que recordaba por las imágenes que se iban fundiendo<br />
en las sombras. Como turista novato había cumplido. Volvimos<br />
a Giudecca, mi cable a tierra del barrio, comimos lo mismo que<br />
los vecinos y nos fuimos a dormir soñando que estábamos en<br />
Venecia brindando con Prosecco, vino blanco inolvidable sin ser<br />
champagne.<br />
en Cannaregio y parece más tranquilo que los sestieres más<br />
populares, con bares y fondas accesibles. Entre sus límites se<br />
mantienen los restos del gueto judío.<br />
En el mismo barrio está el Museo de Corto Maltés, el marino<br />
creado por Hugo Pratt (1927-1949) que nació en el Lido<br />
(Cannaregio 30121).<br />
Y, lo mismo que el comisario inventado por Donna Leon,<br />
también sus colaboradores durante treinta años, Guido Fuga y<br />
Lele Vianello, describen itinerarios no turísticos aunque los<br />
extranjeros sean mayoría entre lo que viven la ciudad que solo<br />
tiene 52 mil habitantes reales, y en descenso año tras año.<br />
Este vivir de prestado lo disfrutamos en su gastronomía que<br />
viene desde Oriente con sus especias y del mar que es la base<br />
de sus platos típicos para acompañarlos con una copa de vino<br />
ombra y un cicheto (equivalente a las tapas locales). Mientras<br />
recordamos este corto paseo con el aporte continuo de la memoria<br />
de libros y películas que vamos a seguir “descubriendo” a<br />
11.600 kilómetros de Venecia, nos tomamos un spritz a la salud<br />
de Marco Polo y Casanova<br />
La otra Venecia<br />
En mi segundo día, y hasta que tomé el tren para seguir a<br />
Roma, quise encontrar la Venecia no habitual, sin rumbo fijo.<br />
Al azar “le gusta lo desparejo y no va por la vereda”. En una<br />
plazoleta lastimada por el tiempo encontré el Palazzo Pesaro<br />
degli Orfei, una reliquia del gótico veneciano del Ottocento<br />
que el genial Mariano Fortuny y Madrazo, hijo del pintor<br />
Mariano Fortuny, convirtió en su atelier y hoy es Museo<br />
Fortuny. Fortuny (Granada 1871-Venecia 1949) fue un creador<br />
múltiple, un fuera de serie incluso aquí: pintor, grabador, fotógrafo,<br />
diseñador de moda e iluminación, inventor, admirador<br />
de Richard Wagner (que murió en Venecia) y escenógrafo<br />
de sus obras. Inventó máquinas que mantienen su secreto lo<br />
mismo que sus lámparas de iluminación indirecta nacidas para<br />
el teatro y usadas en la vida cotidiana. Esta visita al mundo que<br />
lo rodeaba en el palacio que su viuda donó a la ciudad por sí<br />
solo valdría el viaje. Su página, http://fortuny.visitmuve.it/, está<br />
en italiano.<br />
Guía de detectives y aventureros<br />
Luego seguí la pista de las novelas del comisario Guido Brunetti,<br />
como me gusta rastrear las de Pepe Carvalho en Barcelona<br />
o las de Salvo Montalvano en Sicilia. Son guías, de hecho, con<br />
el ingrediente del suspenso policial. En la ficción tiene su casa<br />
TESTIMONIO PERSONAL<br />
Horacio de Dios<br />
LLEGAR EN BARCO<br />
Amanecía cuando el crucero pasaba frente a la playa del Lido y al rato<br />
estaba frente a la plaza de San Marcos. Éramos muchos apiñados en<br />
cubierta para no perdernos nada. Llegaba después de un viaje de 23<br />
días con escalas desde Brasil a Croacia, un viaje para la memoria.<br />
Los barcos siguen el calor y cuando termina el verano en el hemisferio<br />
Sur enfilan al Norte. Pasa dos veces por año, ida y vuelta. No viajan en<br />
lastre pero el pasaje no es total, suele haber alguna vacante incluso<br />
en camarotes con balcón que son una maravilla.<br />
Con una notable ventaja de precio si reservamos con mucha anticipación<br />
porque es una “noticia” que se conoce pero nadie la comparte<br />
demasiado, igual que un tip utilitario. Uno va pagando a cuenta y casi<br />
sin darse cuenta tiene que embarcarse. En ese caso viajan dos pero<br />
paga solamente uno, una ganga.<br />
Venecia, para mí, era una “asignatura pendiente”, siempre postergada<br />
y no me alcanzaban los ojos para disfrutar.<br />
Por fin, como tantas veces lo había deseado al verla en películas,<br />
viendo sus infinitas fotografías, escuchar su música en Las cuatro estaciones<br />
y tener en mi biblioteca tantos libros sobre “La Sereníssima”.<br />
Era el momento de hacer pie en el agua y volver para recordarlo en<br />
primera persona.<br />
113
114<br />
Cocina<br />
Porciones<br />
MÁGICAS<br />
La memoria es una compañera inseparable en la<br />
cocina y en los sabores, desde recordar técnicas hasta<br />
evocar aromas, su presencia transforma los alimentos<br />
en bocados de amor para atesorar toda la vida<br />
POR Marina García<br />
Dicen que el olfato y el gusto son los primeros sentidos que se<br />
desarrollan porque nos enlazan a nuestra fuente de alimento,<br />
que con un poco de suerte será al mismo tiempo nuestra madre.<br />
Debe ser por eso que lo afectivo y lo comestible están tan unidos,<br />
y muchas veces usamos ciertos alimentos como refugio, cuando la<br />
vida se pone un poco complicada.<br />
Las recetas y los platos de la infancia son recuerdos preciados que<br />
superan por mucho las cuestiones culinarias y encuentran su valor<br />
justamente en lo simbólico, en ese acto casi divino de cuidar y<br />
alimentar al otro.<br />
El summum de estas delicias de la vida recae sin dudas en las<br />
tortas o galletitas que hacían de cualquier tarde un momento<br />
especial, un simple bizcochuelo con dulce de leche al volver del<br />
colegio transformaba toda la jornada en una fiesta, pastafrola<br />
para los pic-nics, tortas fritas en las tardes de lluvia, scones para<br />
compartir el té en hebras o, quizás, buñuelos de manzana, que se<br />
comían soplando para no quemarse.<br />
Muchos recordarán con nostalgia sus primeros pasos en la cocina<br />
junto a mamá o la abuela, espiando la mesada en puntas de pie y<br />
pidiendo un poquito de masa para intentar algún bizcochito. El<br />
aroma de las placas en el horno... manteca, limón, vainilla, tal vez<br />
chocolate, llenaban toda la casa con ese inconfundible perfume<br />
del amor hecho masa.<br />
Algunos guardarán en su memoria alguna receta de tiempos poco<br />
afortunados, galletitas finitas que rendían mucho, tortas con aceite,<br />
panqueques de harina y soda; secretos que solo sabía quien<br />
cocinaba porque con eso disimulaba que los tiempos no eran<br />
prósperos, pero “que no se note” para que los chicos tengan algo<br />
dulce que los haga sonreír.<br />
También está el recuerdo de los éxitos rotundos (esos en los que<br />
la suegra recelosa pide la receta) esa torta de cumpleaños de<br />
tres pisos, el panqueque flambeado, los merengues, los alfajores<br />
“como los que traía el abuelo de Mar del Plata” o un épico hojaldre<br />
casero.<br />
Cómo olvidar la emoción de probar por primera vez una receta, la<br />
aventura de cocinar “con lo que hay”, la confianza de cocinar con<br />
el consejo de “abuelas postizas” como Blanca Cotta o Choly<br />
Berreteaga; o la suspicacia de intuir que lo que dice la revista<br />
nunca va a quedar como en la foto.<br />
Igualmente hay algo que solo quienes aman cocinar sabrán<br />
valorar en toda su profundidad: ese momento en que la magia<br />
se extiende a una nueva generación y uno se da cuenta que “me<br />
quedó igual que a la abuela”, ese momento es indescriptible y al<br />
mejor estilo de la narrativa latinoamericana, todas las mujeres de<br />
la familia se sientan a tu lado para tomar ese mate, ese tecito que<br />
acompaña la porción de budín, la galleta o el pancito, ese bocado<br />
íntimo que se prueba antes que nadie, para saber que todo salió<br />
bien, que se puede servir y dará felicidad como lo hizo siempre<br />
100 X 100 NUCHA<br />
Javier Ickowicz<br />
Todo un emblema de la pastelería<br />
argentina, de la tradición y<br />
la pasión en forma de pequeñas<br />
delicias que llenan el alma. Este<br />
libro retrata la esencia de Regina<br />
Vaena con la calidez exquisita<br />
de cada una de sus recetas y sus<br />
historias.<br />
EL ABC DE LA PASTELERÍA<br />
Osvaldo Gross<br />
Sin dudas uno de los maestros más<br />
reconocidos de la pastelería local<br />
por su calidad y dedicación. El<br />
lujoso detalle de sus explicaciones<br />
transforma a este libro en un imprescindible<br />
para quienes hacen de<br />
“lo dulce” una de las bellas artes.<br />
POSTRES ARGENTINOS<br />
Pia Fendrik<br />
Irresistibles y emotivos, esta deliciosa<br />
selección de postres cautivará<br />
las mesas y los corazones.<br />
Ideal para principiantes, este libro<br />
invita a disfrutar recetas simples<br />
con un toque fashion que no<br />
excluye altas dosis de amor.